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Letras históricas

versión On-line ISSN 2448-8372versión impresa ISSN 2007-1140

Let. hist.  no.17 Guadalajara sep. 2017

 

Testimonios

La representación de los héroes patrios y del nacionalismo a través del cine mexicano producido en vísperas del bicentenario de la independencia

The representation of patriotic heroes and nationalism in mexican cinema in the vespers of the bicentenary of the independence

Alfonso Ortega Mantecón1 

1Doctorado en Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana (campus Xochimilco), México. Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, Delegación Coyoacán, C. P. 04960, CDMX, México


Resumen:

La historia de México se caracteriza por sus numerosos personajes claves sobre los que se construye la narrativa histórica. El cine ha llegado a rescatar la historia de estos individuos para que se convierta en el hilo descriptivo de las respectivas películas. En México, en vísperas del bicentenario de la independencia, se produjeron distintos filmes que presentan nuevas concepciones y facetas de los héroes patrios. En este artículo se abordarán los sentimientos nacionalistas y la imagen de los héroes que buscan ser comunicados en los filmes que se enmarcan dentro de este periodo.

Palabras clave: nacionalismo; cine histórico; bicentenario; héroes patrios; didáctica

Abstract:

Mexico’s history is distinguished for having several key-characters on which a historical narration is built. The cinema has been able to rescue the story of these characters so that it will become the plot of the respective films. In Mexico, during the vespers of the bicentenary of the independence, various films were produced; they presented new conceptions and facets of the patriotic heroes. This article will study the nationalist feelings and the image of patriotic heroes that seek to be communicated in the films that frame into this period.

Key words: nationalism; historical cinema; bicentenary; patriotic heroes; teaching

El cine histórico

La relación entre el cine y la historia es un elemento que siempre se ha encontrado presente desde los albores del séptimo arte. Al igual que la literatura, la historia se encargó de ayudar a los diferentes cineastas a construir las diégesis cinematográficas -o la trama- de sus primeras creaciones. Tal es el caso de las representaciones inspiradas en ciertos personajes históricos realizadas por el mago francés Georges Méliès, entre las que destacan obras como Néron essayant des poisons sur des esclaves (1896) o Juana de Arco (1900).

Las películas históricas, como señala Vincent Pinel (2006, p. 164), no son un género cinematográfico estrictamente, ya que se puede tratar de una obra de ficción situada en una época determinada o -su contraparte- un producto fílmico que cuente con una gran tendencia documental y se apegue firmemente a la realidad.

La historia constituye una gran fuente de relatos, intrigas, hechos, narraciones y personajes que llaman la atención del cineasta para ser representados dentro de la diégesis de su obra. Incluso, la creación de un filme inspirado en la historia puede ahorrar o simplificar la labor de crear un guión cinematográfico partiendo desde cero. En cierto modo, la misma humanidad ya se ha encargado de aportar las ideas claves y básicas que se convertirán en los cimientos de esa película.

Incluso, narrativamente, resulta probable que los personajes que surjan del filme comulguen mejor con los espectadores -generando cierta empatía o identificación- al contar con los paradigmas del asunto e historia personal (McKee, 1997, pp. 131-142) ya creados de manera natural sin la intervención de los guionistas o de los personajes participantes en la producción.

Sin embargo, los personajes y las situaciones históricas recibirán evidentes modificaciones que permitan hilar el relato fílmico. Es en este punto en el cual los guionistas y demás implicados se encargarán de llevar a cabo un proceso de adaptación a través de la selección de las escenas -o de los momentos de la historia- que terminarán formando parte de la obra audiovisual.

A pesar de las modificaciones que se realicen en el relato o en la cultura de donde se ha tomado la idea original, aún se conservarán elementos históricos o culturales que aporten al espectador información y ciertos conocimientos que le permitan situarse en el contexto. Resulta probable que, durante una primera revisión del material audiovisual, éstas no salgan directamente a la luz, sino que es posible que sean perceptibles a través de los conocimientos, ideas y sentimientos que se han implantado en el espectador de manera inconsciente.

Al respecto, Marc Ferro (2008) señala que el verdadero genio del cine histórico consiste en lo que se

imagina para devolverle al pasado su autenticidad, ya sea una idea motriz que dé cuenta de una situación que la rebasa, ya sea un marco de acción que funcione como microcosmos revelador, ya sea un pequeño hecho de la vida cotidiana que permita extraer lo que no se ve en una sociedad (p. 7).

Uno de los factores que más son criticados del cine histórico es la existencia de anacronismos y errores de hechos dentro de las películas enmarcadas en esta tendencia. Sin embargo, el papel del espectador que desee extraer de la fuente audiovisual un conocimiento de tipo histórico consistirá en distinguir qué elementos son verdaderos y cuáles pertenecen al mundo de la ficción. Como bien señala Elvia Montes de Oca, “el arte es un medio de autoafirmación del artista […]; además, la verdad que éste nos entrega a través de su obra tiene una validez objetiva que nos permite el análisis social e histórico” (Montes de Oca, 2006, p. 435).

Dentro del cine de carácter histórico resulta importante señalar un factor que abunda en estas creaciones audiovisuales: la licencia poética. En toda obra fílmica de carácter histórico ubicada dentro del cine de ficción se encontrarán presentes las licencias poéticas; si no, se trataría de una obra de carácter documental (incluso existen ciertos documentales que se permiten recurrir a ellas).

Las licencias poéticas consisten en todos aquellos elementos provenientes directamente de la creatividad de los implicados en la producción del filme -no de la información histórica- y que son insertados dentro de la diégesis cinematográfica con el fin de generar vínculos entre las escenas y personajes, contraponiendo así situaciones provenientes de la realidad histórica con otras que son enteramente ficticias. Éstas pueden consistir en la inclusión de un personaje que no existió en la vida real en determinada sociedad, cultura o núcleo social que sí haya existido verdaderamente.

En un principio, esto fue bastante criticado por los historiadores; sin embargo, con el paso del tiempo se fue cediendo hasta llegar a la tradición romántica -o novelación- que propone Ángel Luis Hueso; un momento en el cine histórico donde “la lucha entre la ficción y la historia está equilibrada, de tal manera que podemos hablar de reinterpretación novelesca” (1991, p. 20). Siguiendo este hilo, Hueso propone que el cine histórico ha seguido transformándose en lo referente a la oscilación que muestra entre realidad y ficción hasta llegar a una tendencia contemporánea a la que denomina como “la nueva historia”, en la cual se deja de lado la representación de personajes históricos icónicos y, en su lugar, se enfoca en

la constatación de que la historia la hace el pueblo, aquellos grupos sociales poco conocidos; más que los hechos desnudos interesan los comportamientos, se busca interpretar los hechos como un trasfondo de una serie de mentalidades, la persona individual adquiere un carácter significativo (Hueso, 1991, p. 22 ).

Una vez aclarados estos puntos relacionados con el cine histórico, sus críticas y tendencias modernas, resulta pertinente abordar cómo se relaciona con la didáctica. Varios historiadores y estudiosos enfocados en este campo del conocimiento han encontrado en el cine -entre otros posibles medios como la novela histórica- una valiosa herramienta en diversos niveles educativos.

Enrique Florescano (1993) hace referencia a esto al afirmar que la inclusión de materiales de este tipo hace más atractivo e interesante el estudio de las materias de carácter histórico. En cierto modo, se abre la posibilidad a otras vías y métodos de aprendizaje para que los alumnos -o quien desee aproximarse a la historia a través de este medio- adquieran un conocimiento del pasado o de una época específica mediante una aproximación crítica, razonada, orientada y comprensiva.

Además, el uso de un recurso proveniente de alguna manifestación del arte puede servir para forjar en el alumno un aprendizaje crítico que le permita contrastar la realidad histórica -la cual es responsabilidad directa del docente- con lo que está viendo en su fuente. A través de esta actividad se le brinda incluso la posibilidad de abrirse a nuevas perspectivas desde las que fue visto un hecho o acontecimiento. Isaac González se inclina a favor de esta actividad afirmando que la crítica es un aspecto que “se ve muy favorecido por el hecho de que los alumnos manejan libros [o medios] distintos sobre los mismos acontecimientos y perciben distintos enfoques, a veces contrarios” (González, 2001, p. 32).

Siguiendo con esta argumentación, el cine histórico puede ser utilizado como método de enseñanza para los alumnos y, en los últimos años, su uso como fuente para este fin ha crecido considerablemente.2 Gracias al lenguaje audiovisual, el proceso de emisión del mensaje -conformado por los datos históricos, por ejemplo- y de recepción -el asentamiento de estos datos en el alumno- se completará de manera satisfactoria sin que el estudiante deba enfrentarse a otras fuentes más áridas.

Sin embargo, si se desea utilizar al cine con estos fines, es necesario seleccionar adecuadamente las fuentes audiovisuales. Como bien explica Descartes en El discurso del método, la forma en que sea contada la historia debe servir para elevar el conocimiento y ayudar a formar el juicio de los demás. Asimismo, el papel de guía que desempeñe el docente resulta indispensable al utilizar el cine como una herramienta didáctica, ya que permitirá realizar un debido contraste entre los filmes y las otras fuentes elegidas por el maestro, para que sea posible diferenciar los datos históricos de las licencias poéticas que pueda haber en los filmes.

Al utilizar películas históricas con fines didácticos siempre debe existir una visión reservada que invite al espectador a no creer que los acontecimientos sucedieron tal y como los está viendo representados en la pantalla, impulsando, en su lugar, la crítica y el contraste con otras fuentes. Esto mismo queda reafirmado tanto por Pierre Sorlin como por Rick Altman. El primero menciona que “el cine abre perspectivas nuevas sobre lo que una sociedad confiesa de sí misma y sobre lo que niega, pero lo que deja entrever es parcial, lagunario y sólo resulta útil para el historiador mediante una confrontación con otras formas de expresión” (Sorlin, 1985, p. 43). Por su parte, Altman identifica al cine como un modelo historiográfico y sobre este punto afirma que “todo modelo historiográfico es como un micrófono que sólo permite captar ciertas frecuencias, un objetivo que persigue la precisión de ciertos registros pero que deja otros borrosos” (Altman, 1990, p. 19).

Para concluir este apartado, podría decirse que el cine es una herramienta educativa que se puede explotar en el ámbito histórico. Sólo se requiere orientar a los alumnos para que realicen una aproximación crítica y confronten la fuente fílmica con otra existente para obtener mayor provecho de la experiencia audiovisual. No en vano, Marc Ferro afirma que “el cine ayuda a entender la historia […] siempre y cuando no le haga pantalla” (2008, p. 10).

El cine histórico en México, héroes y nacionalismo

La historia de México tiene numerosos actores y personajes sobre los que se construye la narrativa histórica que es difundida en las instituciones educativas. Individuos como los curas Miguel Hidalgo y José María Morelos, entre otros, son elevados a la condición de héroes sin los que no se podría haber llegado a la culminación un movimiento clave para el país. Asimismo, se podría considerar que predomina una tendencia denominada mexicanidad, concepto que se define como “los elementos o rasgos culturales que nos identifican precisamente como mexicanos. Éstos necesariamente configuran una serie de caracteres que son reconocidos o atribuidos a quienes los ostentan y los viven” (Guerrero, 2010, p. 1).

Ante todo, resulta indispensable señalar que la creación de los héroes patrios con el fin de transmitir la mexicanidad o el nacionalismo es, en sí misma, la creación de un símbolo. “La búsqueda de símbolos, mitos y conceptos para definir la identidad de la patria y nación la iniciaron los mexicanos del siglo diecisiete y prosigue hasta hoy en día” (Brading, 1995, p. 1).

Estos símbolos, personajes y sentimientos patrios han sido expresados -de manera constante- en las diferentes manifestaciones del arte. Por ejemplo, en materia pictórica se cuenta con obras como Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, un mural de Diego Rivera donde se plasman los héroes de la patria acompañados de otros personajes relevantes de la historia y del arte. Por otra parte, en la música se cuenta con el Himno nacional como principal exponente del nacionalismo y de los sentimientos que deben ser compartidos por todo el que sea mexicano.

Como bien indica Aurelio de los Reyes (1984),

Los símbolos usados por el nacionalismo mexicano, unos han sido de vida efímera, otros de mediana o larga duración, y otros más, se puede decir, son imperecederos. Entre los de vida efímera se encuentran algunos héroes tomados como bandera para expresar la ideología de los partidos liberal y conservador del siglo pasado; como símbolos, tales héroes vivían lo que el partido duraba en el poder. Iturbide e Hidalgo fueron entronizados y desentronizados en el altar de la patria sucesivas veces, hasta que, con el triunfo de los liberales, Hidalgo fue convertido en el Padre de la Patria por excelencia (p. 273).

Estas condiciones y oscilaciones en torno a los símbolos utilizados por el nacionalismo mexicano mencionados por este autor han sido constantemente recuperados por el cine, al igual que en otras manifestaciones artísticas. En la gran pantalla se han aprovechado con bastante frecuencia todos los relatos y personajes que la historia de México se ha encargado de forjar. Éste es un fenómeno que se aprecia desde las primeras cintas de los años veinte y que permanece vigente hasta las primeras décadas del siglo xxi.

Se podría construir una lista bastante extensa de filmes que recurren a la cuestión histórica llegando a exaltar la mexicanidad que, seguramente, partiría de las primeras películas realizadas en el periodo posrevolucionario que buscaban destacar las acciones de los grandes personajes del movimiento que terminó con el gobierno de Porfirio Díaz.

Los filmes que buscan exaltar a los grandes héroes de México, así como las tradiciones, los símbolos y las creencias mexicanos son abundantes en la cinematografía del país. Por mencionar sólo algunas, figuran La Virgen que forjó una patria (Bracho, 1942), ¡Vámonos con Pancho Villa! (Fuentes, 1936) -considerando el final original del filme-, El padre Morelos (Contreras Torres, 1943) y Mexicanos, al grito de guerra (Rodríguez, Gálvez y Fuentes, 1943).

En estos filmes es posible generar un vínculo con lo mencionado por Aurelio de los Reyes, pues en ellos se destacan los valores que buscaban ser comunicados al público en el momento que fueron estrenadas estas cintas. Por poner un ejemplo, se podría hablar de la cinta Mexicanos, al grito de guerra, una obra cinematográfica que relaciona la creación del Himno nacional con la intervención francesa. Además del contexto donde nació esta composición musical, se muestra cómo ésta fue capaz de unir a los mexicanos en un momento tan importante para la nación como fue la batalla del 5 de mayo de 1862.

En esa cinta, además de exaltarse el valor del Himno, se transmiten otras ideas propias del nacionalismo, como son el orgullo de pertenecer al ejército y de luchar contra quienes ponen en riesgo la soberanía del país (imagen 1). Se da a entender que la patria debe primar sobre cualquier otra cosa. Para ejemplificar esta idea, en dos escenas se muestra cómo uno de los personajes principales -interpretado por Pedro Infante y de carácter ficticio- renuncia a su mujer y acepta combatir contra su propio padre, ya que su compromiso con México supera cualquier relación amorosa.

Fuente: Gálvezy Fuentes, 1943

Imagen 1 Fotograma de la película Mexicanos, al grito de guerra . 

Apelando a lo citado de Aurelio de los Reyes, en Mexicanos, al grito de guerra resultan evidentes las intenciones con las que fue producido el filme, las cuales se vinculan íntimamente con el contexto internacional del momento. Fue una cinta estrenada en 1943, poco tiempo después de que México entrara a la segunda guerra mundial en el bando de los Aliados y en contra del Eje. Puede ser considerado entonces -dado el marco histórico- como un filme que invita a la unidad mexicana en tiempos de contienda bélica.

¿Qué es lo que necesitaba el país en este tiempo donde se vivía con una constante incertidumbre ante el acontecer internacional? Unidad. ¿Cómo se conseguía esta unidad? Recurriendo a los momentos históricos en que los mexicanos se unieron para derrotar al enemigo extranjero, y al himno que convoca a todos los habitantes del país a vencer a todo aquel que ponga en peligro la patria.

Tal y como esta cinta cumple con los requerimientos nacionales de su época, otras siguen este modelo. Apelando a la clasificación esbozada por Hueso en torno a los filmes históricos, estas obras mexicanas se enmarcarían dentro de la tradición romántica o novelesca donde se encuentran en un buen balance los elementos propios de la ficción y aquellos que tienen mayor rigor histórico.

No obstante, la cinematografía histórica mexicana no ha permanecido estática, sino que es posible identificar ciertos cambios narrativos donde el enfoque que adquieren los diferentes filmes varía bastante respecto de la concepción presentada por las obras producidas en la primera mitad del siglo XX. Asimismo, la manera en que se aborda la historia en estas obras audiovisuales también muestra grandes cambios, apelando a los avances que se han dado en el quehacer histórico (como podría ser la inclusión de nuevas ramas del conocimiento, como la historia de la vida privada).

A continuación se realizará un análisis de los sentimientos patrióticos, los elementos del nacionalismo y los héroes que son representados en tres producciones cinematográficas mexicanas: Hidalgo, la historia jamás contada (Serrano, 2010), Héroes verdaderos (Kuri, 2010) y Morelos (Serrano, 2012).

Estas tres cintas fueron producidas en un momento y en una situación particulares: el bicentenario de la independencia de México. Se trató de una celebración bastante controvertida debido a las circunstancias a las cuales se estaba enfrentando el país. Los gastos fueron exorbitantes para desfiles, fuegos artificiales y la construcción de nuevos monumentos. Asimismo, el país vivía la denominada guerra contra el narcotráfico emprendida por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa. A grandes rasgos, la celebración por el bicentenario del principio de la guerra de independencia y el centenario de la Revolución se dio en aguas turbias y en un periodo de cierta inestabilidad en el país.

Se eligieron estos tres filmes para formar parte del corpus de análisis de este artículo debido a que fueron cintas populares cuando se estrenaron, se enmarcan dentro del periodo histórico a estudiar y porque permiten ejemplificar cómo se construye un discurso nacionalista de acuerdo con las necesidades del momento en que fueron concebidas. Asimismo, estas películas podrían figurar dentro de la tendencia del cine histórico a la que Hueso se refiere como “la nueva historia”; es decir, donde se rompe con ciertas convenciones presentadas anteriormente en el cine y se busca la creación de un relato cinematográfico más verosímil y, sobre todo, menos mitificado.

Cabe señalar que la crítica cinematográfica no ha sido del todo favorable a estas cintas, ya que no satisfacen las expectativas del cinéfilo mexicano, acostumbrado a las grandes producciones hollywoodenses, ni las de los especialistas, que en su mayoría consideran que dejan bastante que desear.

Hidalgo, la historia jamás contada

Esta cinta fue dirigida por Antonio Serrano y estrenada en el año 2010, en vísperas del bicentenario de la independencia. No se trata de una película que haya seguido las líneas propuestas por la historia oficial, sino que presenta nuevas teorías que han surgido gracias a las investigaciones que se han realizado en torno a la enigmática figura de los héroes patrios y, en este caso, de Miguel Hidalgo y Costilla.

Incluso algunos de los temas presentados en Hidalgo, la historia jamás contada pudieran ser vistos de mala manera porque se está “atentando” contra una de las figuras claves de la historia del país. ¿Cuál será el impacto en el público mexicano al ser expuesto a una concepción poco favorable del cura Hidalgo, donde se le baja del pedestal en el que ha sido situado por la historia oficial? Probablemente éste sea uno de los objetivos centrales de la cinta: bajar a los héroes patrios de los pedestales de gloria y de perfección para mostrar que también fueron seres humanos -bastante relacionado con lo propuesto por Hueso en su descripción del cine histórico de la nueva historia- que cometieron sus errores y pecados y tuvieron sus propias ambiciones.

Ilustración 2  Fotograma de la película Hidalgo, la historia jamás contada 

Esta película narra unos cuantos años de la vida del cura Miguel Hidalgo buscando transmitir dónde creció y, sobre todo, cuál era su ideología, la cual se desarrollaría y sería pieza clave del movimiento independentista. Esta narración no aborda en ningún momento alguna contienda donde el sacerdote haya participado, sino que únicamente se muestra la antesala de la guerra de la independencia.

En primera instancia, los valores propios de la mexicanidad y el nacionalismo no se encuentran ausentes en esta película. Varias escenas presentan el panorama ideológico que se espera del mexicano. Incluso llega a mencionarse en un diálogo que “todo pueblo puede deshacerse de un tirano si así se llega al bien común” (Serrano, 2010), una justificación para el movimiento independentista y para la toma de armas en contra del dominio español.

La contraparte de esta idea está representada por los españoles y algunos personajes demasiado conservadores -sacerdotes y mujeres de edad avanzada- que afirman que quien enseña a la gente a pensar está actuando en contra del gobierno y de la Corona. Por esto, el protagonista es tachado de ser demasiado mundano y liberal, cosa que le trae problemas anteriores al surgimiento del movimiento independentista.

El maniqueísmo sigue presente en el cine mexicano. Hidalgo, evidentemente, es el héroe. Sólo que, en este caso, no predomina una exaltación de las virtudes del sacerdote, sino que también se presentan algunos de sus defectos. A diferencia de lo que narra la historia oficial, se le muestra como un clérigo sin una gran vocación y que incluso tiene hijos.

Fuente: Serrano, 2010

Ilustración 3 Fotograma de la película Hidalgo, la historia jamás contada 

A pesar de los defectos y vicios morales del sacerdote, jamás llegan a ponerse en duda su liderazgo, su papel como benefactor de los pobres y sus ideas liberales. El hecho de que se presenten tanto las cuestiones negativas como las positivas no hace que se pierda la concepción del cura Miguel Hidalgo como Padre de la Patria, sino que se le humaniza y se convierte en un personaje más cercano al espectador por esto mismo.

Fuente: Serrano, 2010

Ilustración 4 Fotograma de la película Hidalgo, la historia jamás contada 

En Hidalgo, la historia jamás contada también se presentan unos breves fragmentos donde se da un esbozo de la que será una segunda entrega de estas producciones biográficas-históricas de los héroes patrios, dirigida también por Antonio Serrano. Se muestra a un inquieto estudiante de nombre José María Morelos y Pavón que destaca entre sus demás compañeros de aula y que da a entender que la libertad es un elemento indispensable para que un pueblo pueda desarrollarse adecuadamente, cuestión que el mismo Hidalgo se encargará de festejarle y de animarlo a continuar con estos ideales.

Héroes verdaderos

El filme Héroes verdaderos, dirigido y escrito por Carlos Kuri, fue estrenado en vísperas del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución. Siendo su objetivo principal, difundir el nacionalismo y la historia oficial de los héroes patrios al público infantil para el que está dirigido. Consiste en una animación que narra la historia de cinco jóvenes -un criollo, tres indígenas y un mestizo- que, por azares del destino, se ven involucrados en el movimiento independentista.

Esta cinta animada contó con varios dibujantes de Walt Disney, lo que resulta bastante notorio en la animación. Asimismo, en el momento del estreno se aseguró que sería la primera parte de una trilogía que estaba preparando el director y guionista Carlos Kuri para llevar la historia de México al séptimo arte para un público menor de edad. Las siguientes entregas harían referencia a la conquista y a la Revolución, filmes que todavía no han visto la luz.

Fuente: Kuri, 2010

Ilustración 5 Fotograma de la película Héroes verdaderos . 

Toda la estructura de Héroes verdaderos se basa en la historia oficial plasmada en los libros de texto gratuitos, aunque el director se permitió incluir algunas licencias poéticas dentro del hilo narrativo, como podría ser la inclusión de números musicales donde -por extraño que parezca- se ve a los héroes nacionales como Miguel Hidalgo cantando como si se tratara de una película de Walt Disney.

Cabe señalar que en los últimos años, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha autorizado -de manera expresa- e, incluso, incentivado económicamente la creación de material cinematográfico que pudiera fungir como recurso didáctico en los diferentes niveles educativos. Tal es el caso de Héroes, patrocinado por la SEP y que se ha incorporado al material pedagógico de la educación básica en México. Los sentimientos que evoca el filme animado resultan muy claros. Ante todo, se invita a los menores de edad, a quienes está dirigido, a admirar a todos los héroes que dieron su vida por la patria, sobre todo en la guerra de independencia. El heroísmo, la valentía y el liderazgo son algunos de los atributos de estos personajes que son exaltados en la película. Asimismo, el hecho de que los personajes ficticios pertenezcan a los diferentes grupos sociales habla, en sí mismo, de que el deseo de independizarse y de unión fue omniabarcante y que no tomó en cuenta la procedencia racial de quienes participaron en la lucha. Pareciera que las barreras sociales impuestas en la época colonial quedaron suprimidas en ese momento específico.

Fuente: Kuri, 2010.

Ilustración 6 Fotograma de la película Héroes verdaderos 

Como el mismo título de la película sugiere, se da gran importancia a la concepción del héroe en la historia de México. Se utilizó el recurso de la heroicidad a la que están acostumbrados los menores de edad, sólo que se da a entender que a diferencia de los ídolos que son idolatrados en la actualidad, los héroes patrios sí existieron. Éstos tienen sus respectivos poderes -como el liderazgo y la iniciativa-, son fuertes e inspiradores a su manera, por lo cual no deben ser demeritados frente a otros personajes de la cultura popular.

El mismo director menciona en una entrevista que

Esta película es un gran esfuerzo para mostrar un México distinto, donde además de los héroes nacionales reconocidos presentamos a los anónimos que contribuyeron a la gesta libertaria. No tiene mentiras, porque nos apoyamos en los hechos históricos. La hicimos en animación para que los niños mexicanos se emocionen con estos héroes, que son iguales a los que existen, pero con la particularidad de ser mexicanos (Caballero, 2010, p. 8).

Fuente: Kuri, 2010

Ilustración 7  Fotograma de la película Héroes verdaderos . 

Un factor que resulta indispensable considerar es que el director fue asesorado y supervisado por funcionarios de la SEP; por lo tanto, la representación de la historia y de los héroes patrios se apega a lo propuesto en los libros de texto y la historia oficial. Los villanos quedan representados con tendencia maniquea en Héroes verdaderos, donde los españoles son los enemigos principales que deben combatir los héroes patrios. Sin embargo, no se muestra realmente la lucha a manera de recreación, sino que se recurre a imágenes fijas para ejemplificar las batallas que tuvieron lugar.

Esta cinta ha sido incorporada en los planes de estudios de muchas escuelas y se usa como recurso didáctico avalado por la sep. Por lo tanto, se podría considerar que, además de ser un homenaje y una conmemoración por las festividades de 2010, es un elemento audiovisual de instrucción y didáctica para un público vulnerable como son los menores de edad, que aceptarán la información presentada en la cinta como una versión fidedigna de los hechos históricos. Una situación bastante diferente a lo apreciado en Hidalgo, la historia jamás contada.

Morelos

La cinta Morelos fue estrenada dos años después de su predecesora y buscó conservar la misma estructura narrativa e histórica. José María Morelos, al igual que Hidalgo, es presentado como un sacerdote con virtudes y defectos. Nuevamente se repite el esquema donde tiene varios hijos y por tanto se infiere -ya que nunca se muestra en la cámara- que se relaciona sentimentalmente con una mujer.

En esta película se narra la labor de este héroe patrio al frente de un gran ejército y las diferentes batallas y derrotas que sufrió en su lucha por liberar a México. Se realzan los títulos que recibió Morelos y su labor político-militar tras redactar los Sentimientos de la nación.

Fuente: Serrano 2012

Ilustración 8 Fotograma de la película Morelos 

Fuente: Serrano, 2012

Ilustración 9 Fotograma de la película Morelos 

En Morelos salen a la luz numerosos elementos nacionalistas, algunos de los cuales hacen recordar los presentados en la cinematografía mexicana de mediados del siglo XX. Nuevamente se retoma la idea de que es un orgullo morir por la patria; inclusive llega a mencionarse en un parlamento que “morir es nada cuando se muere por la patria” (Serrano, 2012).

Al mismo tiempo se invita a dejar atrás viejos rencores, ya que la guerra necesita que todos los que persiguen un mismo objetivo se unan para vencer al enemigo común. Se da a entender que construir un país no es una tarea fácil y las rivalidades no harán más que complicar esta labor.

Morelos es presentado como un líder que supo coordinar y formar un gran ejército conformado por distintos grupos sociales. También se preocupaba por la reputación que tenían los hombres y mujeres que participaron en la lucha por la independencia, ya que los reprende cuando comienzan a robarse las cosas de los lugares que han tomado. Cabe señalar que en esta cinta, a diferencia de las otras dos antes analizadas, se da mayor importancia a las mujeres en el movimiento independentista y se les muestra siempre presentes, aunque no en el campo de batalla. Esto podría vincularse con la inclusión de la historia de las mujeres dentro del relato histórico que fue trasladado a la cinta.

Conclusiones

A través del recorrido por estas tres películas estrenadas con motivo de los festejos del bicentenario de la Independencia es posible apreciar cómo el cine histórico mexicano se ha ido desprendiendo poco a poco de las tendencias predominantes en la narrativa histórica de la cinematografía del siglo pasado. Asimismo, es posible apreciar cuáles son los valores cívicos que se exaltan en ellas, sobre todo la lucha por defender la soberanía de México.

Por su parte, también se muestra un intento en estas cintas -a excepción de Héroes verdaderos- de apartarse de la historia oficial que es transmitida a través de la educación pública y de los libros de texto gratuitos, todo esto presentando nuevas ventanas que no habían sido vistas con anterioridad, ventanas que se enmarcan dentro de lo que Ángel Luis Hueso define como el cine de la nueva historia.

Estas tres cintas nacieron en un momento particular de la historia de México, cosa que influyó notoriamente en los mensajes que buscaban comunicar: unión, igualdad y, sobre todo, una revisión historicista de carácter crítico de aquellos personajes que ocupan un sitio fundamental entre los héroes patrios. Resultan evidentes también los intentos que se han presentado en los últimos años de querer romper con las ideas preconcebidas en torno a los grandes personajes, lo que da pie a nuevas ventanas y concepciones más amplias de la historia de México.

El héroe, en estas nuevas concepciones del cine histórico mexicano, va descendiendo poco a poco de su pedestal de honor, que lo presentaba casi como una deidad que nunca cometió errores, que jamás sucumbió ante el pecado y las pasiones, hechos que no impidieron que obtuviera grandes resultados en la historia. Ahora el héroe patrio es visto como alguien que fue un ser humano de carne y hueso, personajes que erraron, se enamoraron y llegaron a fracasar; elementos que unen aún más al público mexicano con ellos y a que se les ve con mayor cercanía, hasta el grado de poder hablar realmente de héroes verdaderos.

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2El mismo número de publicaciones que abordan el uso del cine como herramienta didáctica y las experiencias y metodologías de los docentes que son publicadas en diferentes medios sirven para identificar el crecimiento de esta tendencia didáctica.

Recibido: 06 de Febrero de 2016; Aprobado: 22 de Julio de 2016

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