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vol.10 número1Ana Paz Afonso (2020), Semántica diacrónica cognitiva e historia del léxico de movimiento en español, San Millán de la Cogolla, Cilengua, 2020, 332 pp., ISBN: 978-84-18088-06-3.Witold Sobczak (2020). Las formas verbales con vector de pos­te­rio­­ridad en el español peninsular y en su variedad mexicana. Lodz: Uni­versidad de Lodz (Manufactura Hispánica Lodziense, 9), 280 pp. ISBN 978-83-8142-920-7. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Anuario de letras. Lingüística y filología

versión On-line ISSN 2448-8224versión impresa ISSN 2448-6418

Anu. let. lingüíst. filol. vol.10 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2022  Epub 12-Sep-2022

https://doi.org/10.19130/iifl.adel.2022.10.1.2877x40 

Reseñas

Pius Ten Hacken y Renáta Panocová (Eds.) (2020), The Interaction of Borrowing and Word Formation, Edinburgh, Edinburgh University Press, 305 pp.

Carlos de Jesús Wagner Oviedoa  *
http://orcid.org/0000-0002-2366-5940

aEscuela Nacional de Antropología e Historia, México, carlos_wagner@enah.edu.mx

Ten Hacken, Pius; Panocová, Renáta. 2020. The Interaction of Borrowing and Word Formation. Edinburgh: Edinburgh University Press, 305p.


Uno de los aspectos más notables de las lenguas humanas es el potencial adaptativo mediante el cual los usuarios de estas pueden enfrentarse a nuevas realidades haciendo uso de la denominación, competencia psíquica por la cual un concepto referente a una entidad, proceso o propiedad, en el plano físico o conceptual, puede ser aprehendido, comprendido y transmitido socialmente.

Este proceso de etiquetado lingüístico se centra en la renovación del léxico, entendido como el repositorio mental donde el usuario de una lengua almacena todos los signos necesarios, en forma y significado, para poder comunicarse. La obtención de nuevas palabras se realiza a través de tres grandes procesos: la extensión semántica, la formación de palabras y la adquisición de préstamos.

La extensión semántica es el proceso donde se reutiliza una palabra existente y se le dota de nuevos matices de significado, mientras que la formación de palabras se puede dividir en dos mecanismos morfológicos: la derivación, proceso por el cual se crea un nuevo ítem léxico a partir de una raíz léxica existente hacia otra por medio de un afijo explícito o a través de la conversión cero, y la composición, definida como la unión de dos o más raíces hacia una sola palabra de carácter inédito.

Estos dos procesos se valen de recursos gramaticales propios de la lengua donde suceden, hecho que contrasta con el fenómeno de adopción de préstamos, el cual implica la incorporación de elementos o estructuras de un sistema lingüístico hacia otro; de forma obvia, los préstamos implican el contacto lingüístico entre dos comunidades de habla.

El libro The Interaction of Borrowing and Word Formationeditado por Pius Ten Hacken y Renáta Panocová busca dar cuenta de la interacción entre dos de los mecanismos mencionados arriba: la formación de palabras y la adaptación de préstamos lingüísticos. Ambos autores hacen explícita su intención de contribuir al desarrollo de mecanismos explicativos que puedan dar cuenta del fenómeno en cuestión.

Este objetivo parece difícil de asir debido a que las aproximaciones que estudian tanto la composición como la afijación son más afines a la teoría morfológica, enfocada principalmente en procesos sincrónicos, mientras que los préstamos tienen una larga tradición en los estudios etimológicos y lexicográficos, así como de contacto y políticas lingüísticas, áreas enfocadas en procesos y resultados de larga duración.

El desarrollo de un modelo coherente que pueda abordar elementos de los dos polos de la dicotomía sincronía-diacronía en principio parece complicado, pero el problema se puede resolver estableciendo un tertium comparationis operativo: la finalidad de ambos procesos, es decir, la creación de nuevo léxico. Asimismo, tal marco debe de ser capaz de dar cuenta de los detalles relacionados con la interacción recíproca de los dos procedimientos de formación de palabras.

Al respecto, tenemos la situación por la cual ambos procesos se encuentran en competencia como posibles opciones para la creación de nuevas palabras resultando en su exclusión mutua, mientras que también existe la posibilidad que ambos procesos cooperen para dar lugar a la génesis de nuevos elementos en el lexicón.

La colaboración entre la composición o la derivación y la adopción de préstamos se cristaliza a través del surgimiento de nuevas reglas de formación léxica por influencia de la introducción de lexemas de una lengua a otra. Es claro que los préstamos son inanalizables en la lengua receptora, por lo que es necesario un flujo amplio de estos que resulte en el reanálisis de sus componentes, proceso que detona el surgimiento de un nuevo esquema de formación de palabras en la lengua receptora independiente al de la lengua donadora.

Junto a los retos teóricos mencionados, los editores de la obra plantean las dificultades metodológicas a través de las cuales se pueda abordar la investigación de la interacción entre la composición o la afijación y los préstamos, empezando por cómo determinar qué elementos forman parte de una lengua, cómo atestiguar en datos la ocurrencia de estos préstamos y cómo analizarlos. Estos problemas se franquean a través del uso de datos atestiguados en corpus, tal como se puede observar a lo largo de la mayoría de los capítulos del libro.

La obra consta de catorce capítulos, repartidos en tres secciones junto a la introducción y las conclusiones. La primera y segunda sección se centran en la interacción de los préstamos y la composición y la afijación respectivamente, ambos en lenguas mayoritarias, mientras que la última sección se enfoca en lenguas minoritarias.

Es importante mencionar que los datos presentados en todos los capítulos corresponden a lenguas indoeuropeas de Europa y América, por lo que el campo de investigación para el tema de la interacción de préstamos lingüísticos y formación en otras lenguas resulta un campo de investigación muy fértil; en el ámbito hispánico es claro el potencial de exploración de este tópico respecto al contacto entre el español y otras lenguas, ya sea mayoritarias como el inglés o el portugués o minoritarias como las lenguas indoamericanas, así como lenguas de inmigrantes no hispanohablantes en países como España o Chile.

El primer capítulo de la sección inicial corresponde al reconocido experto en el campo de la lingüística histórica del inglés Brian D. Joseph, quien se centra en el tema del comportamiento de los compuestos en situaciones de contacto y su relación con las posibles limitaciones de préstamos estructurales entre lenguas debido a que pueden representar serias disrupciones en los sistemas gramaticales involucrados en tales situaciones de contacto.

El autor hace referencia a la paradoja que representa el análisis de la composición desde el concepto de la complejidad lingüística, debido a que en términos formales se trata de una operación muy simple (A+B=AB), pero en términos sintácticos y morfológicos genera cuestionamientos acerca del estatus de la forma resultante; de la misma manera, los compuestos prestados son simples respecto a la denominación de nuevos conceptos ya que implican solo adquirir términos ya creados en otra lengua, pero resultan en la posible irrupción de nuevos esquemas formativos en la lengua receptora, aumentando por tanto la complejidad estructural de esta.

A través del estudio de préstamos de compuestos grecolatinos en el inglés, préstamos de lenguas europeas occidentales (principalmente inglés y francés) indeclinables en ruso que utilizan la yuxtaposición en vez del mecanismo N+o+N nativo, y préstamos N+N del francés y V+N del inglés en el griego moderno, todos casos representativos de préstamos de estructuras exógenas en las lenguas receptoras, Joseph concluye que las diferencias estructurales no representan ningún impedimento para ser prestados de una lengua a otra, mientras que la yuxtaposición como elemento de formación de compuestos es simple y por tanto favorecida como un ejemplo de préstamo de estructuras entre lenguas distintas.

Uno de los principales aportes del capítulo de Joseph es hacer explícito el hecho de que la aceptación del préstamo estructural de un esquema particular de composición entre una lengua y otra se refleja en el uso de este con raíces nativas después de un periodo inicial en el cual los préstamos contienen exclusivamente raíces ajenas; este diagnóstico resulta relevante en el resto de los capítulos del libro.

Los siguientes dos capítulos tratan un tipo especial de préstamos entre lenguas: los compuestos neoclásicos. Estos compuestos están formados por raíces griegas y latinas, y relacionados particularmente con la denominación de conceptos científicos y técnicos en varias lenguas europeas.

Los editores del libro, Ten Hacken y Panocová, tratan el estatus morfológico de los préstamos neoclásicos en inglés y ruso, comparando cómo en la primer lengua el continuo flujo de préstamos con raíces grecolatinas resultó en un eventual reanálisis de las formas adaptadas, estableciendo un sistema de composición especializado en palabras de ámbitos académicos pero que tuvo una impronta temporal en la formación de compuestos con léxico nativo, mientras que en ruso el influjo de préstamos grecolatinos nunca fue lo suficientemente grande como para que en esa lengua se concretara un sistema de compuestos cultos comparable al del inglés y otras lenguas europeas occidentales.

Alina Villalva expone el caso de los compuestos grecolatinos en portugués, lengua donde la composición, en palabras de su autora, estuvo muy restringida a lo largo de siete siglos. Fue hasta el período del Renacimiento con la introducción de latinismos por parte de autores como Garcia de Resende o el laureado Luís de Camões cuando la creación de nuevo léxico en portugués siguió pautas desconocidas hasta el momento.

Al igual que en inglés, en principio la composición a través de raíces neoclásicas se utilizó para la formación de léxico especializado paralelo al de otras lenguas, pero este proceso consolidó el camino para el establecimiento de un nuevo mecanismo de composición de palabras con raíces nativas, hecho que se puede atestiguar en la existencia de dobletes con raíces nativas o con raíces grecolatinas, como mata-ratos/raticida, “raticida”, o dor de cabeça/cefalgia, “dolor de cabeza”.

Uno de los aportes más relevantes de este capítulo es el cuestionamiento de la tipología de préstamos establecido por Thomason y Kaufman (1988), en la cual se correlaciona a los préstamos de estructuras lingüísticas con un contacto social intenso; la interrogante obvia es que los préstamos neoclásicos no se dan a partir del contacto entre dos poblaciones, sino entre un registro escrito de una lengua extinta y una lengua viva. La autora propone un nuevo tipo de contacto, el literario, el cual se correlaciona con la adquisición de léxico no básico y esquemas estructurales de formación de palabra.

El trabajo de Bonifacas Stundžia analiza los calcos de palabras compuestas en el lituano a partir del préstamo de lexemas alemanes en un manuscrito del siglo xviii, el diccionario alemán-lituano de Jacob Brodowsky. La situación de contacto particular en la que se enmarca el texto investigado se da en el contexto del estado prusiano, en donde la influencia alemana de las clases gobernantes se encontraba con la resistencia de los lituanos étnicos en la región de Lituania menor. Con este trasfondo histórico particular, el autor refiere que el lituano contaba con un mecanismo de composición propio limitado a dos posiciones, el cual contaba en su mayoría con formaciones N+N, seguidos de Adj+N y V+N.

Respecto a los calcos provenientes del alemán, propone y distingue dos tipos de compuestos calcados: los absolutos, en los cuales se muestra una correspondencia exacta de raíces entre la forma de la lengua donadora y la lengua receptora, y no-absolutos o creativos, en los que no hay una correspondencia exacta, sino que muestran diferencias en el plano de la semántica de alguno de los miembros del compuesto, en el patrón de formación del compuesto o en una combinación de ambos. Esta distinción es relevante para explicar un hallazgo particular: los compuestos del alemán con tres posiciones son adaptados al lituano como calcos creativos de dos posiciones, hecho que indica un proceso de acomodación a los esquemas formativos de la lengua receptora.

A diferencia de los casos expuestos en los capítulos anteriores, Stundžia llega a la conclusión de que el alemán no dejó una influencia notable en los procesos de composición del lituano, hecho explicable a partir de la situación de contacto particular entre las dos lenguas, en la cual la resistencia cultural se reflejo en un purismo lingüístico que no dejó avanzar esquemas de formación de palabras exógenos, sino que se limitó únicamente al incremento de palabras formadas a partir del modelado de compuestos alemanes, sin incidir realmente en la gramática del lituano.

La primera sección concluye con la aportación de Silvia Cacchiani, quien se encarga de estudiar préstamos de compuestos provenientes del inglés en italiano, los cuales incluyen préstamos directos, calcos y pseudo-anglicismos, término que se refiere a palabras formadas en italiano con elementos y esquemas combinatorios del inglés utilizando léxico tanto de la lengua donadora como de la receptora.

La autora menciona que la estructura típica del italiano favorece compuestos con núcleos a la izquierda, mientras que los préstamos del inglés son de núcleo a la derecha, esquema presente en el italiano a través de compuestos lexicalizados del latín y los ya conocidos préstamos grecolatinos; se presenta múltiple evidencia para mostrar que el italiano influye en la simplificación por elipsis de compuestos en inglés manteniendo el elemento izquierdo (scotch por scotch tape), mientras que el inglés incide en la formación de compuestos con núcleo a la derecha (Acquapark).

La aceptación de las segundas formaciones se explica por el prestigio social del inglés a través tanto de préstamos de lujo como de la influencia que tiene esta lengua a nivel global. Se destaca que el origen de todos estos mecanismos se explica mediante de la analogía proporcional como mecanismo por el cual se reanalizan y expanden los mecanismos de composición externos al italiano.

La segunda parte dedicada a la interacción entre préstamos y formación de palabras por medio de afijación inicia con el trabajo de Maria Bloch-Trojnar, quien examina cómo la influencia de préstamos de adjetivos deverbales del inglés formados por el sufijo -able ha resultado en un resurgimiento sobre su equivalente polaco -alny, ambos con significado de “algo que se puede X”.

Ahondando en una amplia discusión sobre anteriores trabajos que dan cuenta de los requerimientos semánticos con los cuales se combina el sufijo -alny, la autora propone que el único requisito es que las bases provengan de verbos pasivizables, esto es, verbos transitivos que cuenten con un argumento interno que pueda ser afectado por una causación externa.

Bloch-Trojnar echa mano del análisis de distintos corpus para determinar la productividad de este sufijo, la cual se confirma a través de hallazgo de varios hapax legomena, palabras con una sola ocurrencia en los textos analizados. Al revisar en calcos y préstamos del inglés se reporta una frecuencia aún mayor de hapax que contienen -alny, por lo que la autora confirma que la influencia del inglés resulta en una ampliación del uso de un mecanismo nativo; esto se correlaciona con la historia reciente de Polonia, país que a la caída del comunismo vio aumentado el contacto con el inglés. Este trabajo muestra que el contacto no solo influye en la adopción de mecanismos externos, sino que también puede potenciar mecanismos ya existentes en las lenguas receptoras.

El octavo capítulo del libro documenta el surgimiento del sufijo nominalizador deadjetival -o en distintas lenguas germánicas: neerlandés, alemán y sueco. Camiel Hamans, el autor, comienza mostrando la productividad del truncamiento en distintas lenguas germánicas, proceso que implica la elisión de varias sílabas de una palabra para crear una nueva, normalmente ocasionado por diversas motivaciones pragmáticas; este proceso normalmente resulta en formas monosilábicas (neerlandés paspoort → pas, “pasaporte”), si bien en lenguas como el alemán o el inglés presiones prosódicas fomentan el surgimiento de formas truncadas trocaicas.

Este proceso es correlacionado con los hipocorísticos del alemán y el inglés acabados en -i/-y/-ie, los cuales son utilizados con nombres y designaciones coloquiales de ciertos objetos, pero que normalmente implican un proceso de truncamiento previo a la adjunción de los sufijos mencionados: Ostdeutscher → *OsOssi, “alemán oriental”. Todas estas observaciones resultan relevantes para dar cuenta de un nuevo sufijo -o, de reciente aparición en sueco, holandés y alemán, y que forma nominales con carga negativa o informal, por ejemplo, depressief → *deprdepro, “persona deprimida”. El origen de este sufijo se correlaciona con la fuerte influencia del inglés estadounidense a partir de la Segunda Guerra Mundial. En esta lengua el sufijo -o probablemente apareció por la exposición a los usos lingüísticos de los inmigrantes italianos al inglés; la connotación negativa se dio por la asociación de los italianos a actividades criminales o mafiosas. Este trabajo muestra de forma ejemplar los avatares posibles de la morfología prestada en múltiples cadenas de contacto.

El estudio de Magda Ševčíková analiza la productividad de los sufijos grecolatinos -ismus e -ita en checo, cognados con los sufijos del español -ismo e -idad. La autora muestra las dinámicas internas de estos sufijos ya bien asentados dentro de la lengua checa, dando cuenta de una amplia categorización de los nominales resultantes a partir de su formación con tales sufijos y su participación dentro del establecimiento de familias léxicas; en ese sentido, este capítulo trata menos el fenómeno de préstamo y más qué sucede una vez que un sufijo se incorpora a un sistema lingüístico dado.

Angeliki Efthymiou evalúa el particular caso de los préstamos del griego antiguo al griego moderno, lengua que durante siglos ha contado con una persistente influencia conservadora del registro escrito del primero sobre el segundo, tanto en léxico como en la formación de ciertas palabras; este hecho se añade al préstamo de formaciones neoclásicas provenientes de lenguas europeas occidentales, así como al léxico patrimonial propio del griego moderno. Todos estos factores tienen un impacto en las raíces utilizadas en los compuestos neoclásicos, las cuales cuentan con una alta polisemia producto de su origen diverso.

La autora analiza los prefijos ἀντι- y ὑπερ- (anti- e hiper-) y sus ocurrencias en un diccionario de 75 000 entradas. Una de las observaciones más relevantes es el hecho que estos prefijos muestran usos no coincidentes con su significado en griego clásico, tales como la asociación de ὑπερ- con significados afines a “exceso”; por otro lado, nota que como reflejo del tradicional purismo lingüístico griego, el uso de estos prefijos se da en calcos provenientes de otras lenguas, factor que incide en un aumento de su frecuencia y distribución en el griego moderno.

La tercera parte del libro, dedicada a la interacción entre los procesos de formación de palabras y los préstamos en lenguas minoritarias, comienza con el trabajo de Livio Gaeta y Marco Angster, quienes muestran el efecto de la pervasiva adopción de préstamos en las lenguas titsch y töitschu, dos variantes del denominado “alemán walser”, lengua germánica hablada en el norte de Italia, rodeadas por distintas lenguas romances, entre las que se destacan el piamontés, el francoprovenzal y dialectos regionales del italiano y el francés, así como de las versiones estándar de dichas lenguas. El trabajo se centra en mostrar distintas fases del fenómeno de contacto, desde la adopción de patrones estructurales exógenos hasta el préstamo de propiedades gramaticales generales, posible a partir de un uso creativo de dichos esquemas resultado del carácter prominente de las estructuras prestadas.

El análisis muestra el préstamo de material morfológico proveniente de las lenguas romances circundantes, como el verbalizador -iere/-urun y el nominalizador -etò/-etu, cuyo origen es claramente romance (Cf. -er e -ito en español). Ambos morfemas ocurren tanto con raíces latinas como con raíces germánicas, lo cual destaca no solo su origen de una fuente exógena, sino su adaptación a la gramática del walser y posterior ampliación de uso como un morfema nativo más.

Es interesante notar que la situación particular de esta lengua refleja una influencia externa más intensa que los casos tratados en capítulos anteriores, no solo por un grado mayor de contacto en el sentido de Thomason y Kaufman (1988), sino también por su estatus de lengua minoritaria y con un ámbito de uso endémico a una región muy pequeña, circunstancias que favorecen la adopción de elementos lingüísticos provenientes de lenguas con mayor prestigio en las interacciones regionales.

El capítulo doce discute una situación distinta entre el contacto de una lengua mayoritaria y una lengua minoritaria a su contexto particular: el griego moderno hablado por inmigrantes de primera generación en Canadá, los cuales conviven con la sociedad angloparlante mayoritaria. Angela Ralli y Vasiliki Makri abordan la adopción de préstamos nominales del inglés al griego, proceso que resulta problemático dada la diferencia tipológica entre las dos lenguas, siendo que en la primera, más analítica, los nominales no cuentan con ninguna distinción paradigmática de género a diferencia de la segunda, más fusional, que cuenta con tres géneros: masculino, femenino y neutro.

La asignación de género a entes animados tiene como motivación principal el sexo biológico, por lo que su carácter es completamente semántico. Por otro lado, los entes no animados cuentan una asignación que si bien parece ser arbitaria, obedece a múltiples factores, tales como la forma fonológica, el género de una palabra con significado parecido o idéntico en griego o el parecido fónico con otra palabra ya existente en la lengua. Estos resultados muestran que la conservación de rasgos lingüísticos es posible en inmigrantes recién llegados a una nueva comunidad con una lengua mayoritaria distinta, si bien es posible que la situación cambie en generaciones subsecuentes.

El último capítulo del libro, escrito por Michał Rzepiela trata una interacción atestiguada entre dos lenguas del pasado: el polaco antiguo y el latín medieval. Ambas lenguas se encontraban en una situación de contacto en la cual el polaco antiguo era la lengua del pueblo llano, mientras que el latín era la lengua de las clases altas, tanto en Polonia como en el resto de Europa. Los registros del latín medieval se encuentran en documentos eclesiásticos y de la nobleza, así como en registros de tribunales.

Si bien ambas lenguas muestran una influencia mutua, el texto se centra en la influencia del polaco sobre el latín, motivado por el desconocimiento de ciertas palabras latinas por parte de los escribas, expresado en la adaptación de palabras polacas al latín. Estas se acomodaban de forma muy fácil al sistema flexivo de esta lengua debido a condiciones estructurales previas, siendo tanto el parecido formal respecto a las formas fónicas como las alternancias paradigmáticas muy similares hechos favorecedores para la interacción entre ambos sistemas lingüísticos.

A manera de conclusión, los editores terminan identificando tres grandes temas coincidentes en la mayoría de los artículos del libro: los compuestos neoclásicos, los internacionalismos y los anglicismos. Los internacionalismos, a diferencia de los compuestos neoclásicos, no forman un sistema de composición sino ítems léxicos simples, cuyo origen puede o no ser grecolatino. Es claro que estas observaciones son consecuencia del carácter europeo de las lenguas estudiadas, pero reflejan bien como las lenguas, mayoritarias o no, muestran patrones coincidentes al carácter cada vez más conectado de las distintas comunidades mundiales.

La intención de los autores de discutir y proponer una metodología de análisis sobre la interacción entre los procesos de formación de palabras y los préstamos como consecuencia del contacto lingüístico se ve cumplida no necesariamente en el desarrollo de un modelo de análisis unificado, pero sí con las enriquecedoras discusiones en los capítulos, todos enmarcados dentro de distintas teorías lingüísticas.

Además de la indudable contribución temática, el libro es definitivamente un aporte muy valioso para distintos campos del estudio lingüístico, entre los que se incluyen de forma clara la morfología y los estudios de contacto, pero también la terminología, la sociolingüística y la lingüística de corpus.

Referencias

Pius Ten Hacken y Renáta Panocová (Eds.) (2020), The Interaction of Borrowing and Word Formation, Edinburgh, Edinburgh University Press, 305 pp. [ Links ]

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Carlos de Jesús Wagner Oviedo. Licenciado en Lingüística por la ENAH y Maestro en Lingüística Hispánica por la UNAM. Profesor-Investigador de Tiempo Completo Asociado “B” en la ENAH. Investigación de maestría dedicada a la descripción de la adaptación de préstamos verbales del español en el mazateco de Ixcatlán y su relación con los mecanismos nativos de formación de palabras. Interés general en temas de fonología y morfología de lenguas mexicanas en los planos sincrónico y diacrónico.

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