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Anuario de letras. Lingüística y filología

versión On-line ISSN 2448-8224versión impresa ISSN 2448-6418

Anu. let. lingüíst. filol. vol.9 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2021  Epub 22-Nov-2021

https://doi.org/10.19130/iifl.adel.2021.9.2.47361 

Artículos

Entonación de los enunciados aseverativos en el español de la Ciudad de México entre los años 1960 y 19701

Intonational Patterns of Statements in Central Mexican Spanish. Approach to Period 1960-1970

Érika Mendoza Vázqueza  *
http://orcid.org/0000-0002-1832-8456

aCentro de Lingüística Hispánica “Juan M. Lope Blanch”, Instituto de Investigaciones Filológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, emvazquez03@gmail.com


Resumen

En este artículo se describen las configuraciones tonales —con énfasis en el acento nuclear— de los enunciados aseverativos registrados en el corpus Norma lingüística culta y Habla popular de la Ciudad de México(Lope Blanch, 1971, 1976). La descripción prosódica se lleva a cabo con el modelo métrico-autosegmental y se integra el análisis de los factores edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de foco. Para el acento nuclear L+H*, el análisis estadístico mostró dos factores significativos: tipo de foco —estrecho— y el nivel de instrucción —hablantes de menor escolaridad—. El acento nuclear H*, se favorece por los hombres y el nivel de instrucción bajo. En contraste, se observó que el grupo de adultos, el nivel de instrucción alto y el foco amplio, favorecen el contorno descendente, que está menos vinculado con los patrones vernáculos en el español mexicano central.

Palabras clave: prosodia; acentos nucleares; variación; sociolingüística; español de México

Abstract

This paper describes the prosodic features —with emphasis on the nuclear pitch accent— of the statements documented in the corpus Norma lingüística culta and Habla popular de la Ciudad de México(Lope Blanch, 1971, 1976). The prosodic description is carried out with the Autosegmental Metrical model and the analysis of sociolinguistic factors. Regarding the nuclear pitch accent L+H *, the statistical analysis showed two significant factors: narrow focus statements and the low level of education. The nuclear accent H * is more prevalent in men and the low level of education. By contrast we observed that the group of adults, the higher education and the broad focus statements favor the descending contour, which has lesser relation with vernacular patterns in Central Mexican Spanish.

Keywords: prosody; pitch nuclear accents; variation; sociolinguistics; Mexican Spanish

Introducción

El objetivo de este trabajo es describir las configuraciones tonales —con énfasis en los acentos nucleares— registradas en los enunciados aseverativos en una muestra de datos del corpus que conforman los proyectos Norma lingüística culta y Habla popular de la Ciudad de México(Lope Blanch, 1971 y 1976). La descripción prosódica se lleva a cabo a la luz del modelo métrico-autosegmental (Ladd, 2008; Pierrehumbert, 1980) y el sistema de notación prosódica Sp_ToBI (Hualde y Prieto, 2015). De manera complementaria se integra el análisis de factores sociolingüísticos y se establece una comparación con el estudio de los acentos nucleares en una muestra de datos elicitada aproximadamente 30 años después (Martín Butragueño, 2011). Con este trabajo se busca contribuir con datos que en futuras investigaciones permitan dar cuenta de procesos de variación y cambio lingüístico en la prosodia enunciativa del español de la Ciudad de México.

Desde la perspectiva segmental, los estudios del habla de la Ciudad de México en las décadas de 1960 y 1970 han dado cuenta de diferentes procesos de variación fónica característicos —aunque no exclusivos— de esta variedad del español; a saber, la asibilación de vibrantes y el debilitamiento/elisión de vocales átonas. Para el primer caso, Perissinotto (1975) analiza datos elicitados entre 1963 y 1968, y sus resultados apuntan a la realización de la forma asibilada de /ɾ-/ ante pausa con una mayor frecuencia en datos de mujeres —de diferentes edades— y por el grupo de clase media (p. 115). En un estudio posterior, Serrano (2008) observa en datos de 24 grabaciones2 del periodo de 1964 a 1972, que las mujeres y el grupo de jóvenes favorecen la realización de /ɾ/ asibilada ante pausa. Por otro lado, para la forma /r/ asibilada el factor más importante es el contexto fónico —adyacencia a [s]— y se favorece por las mujeres y el grupo de adultos. En ninguna de las dos realizaciones se selecciona la variable “nivel sociocultural” (pp. 204-205). En contraste con el panorama sociolingüístico de la asibilación de vibrantes, el proceso de debilitamiento y elisión de vocales no muestra una tendencia favorecida por factores sociales, sino por el contexto fónico que motiva el proceso. Lope Blanch (1964) señala que no hay una sistematización en función del nivel sociocultural, pero el fenómeno se produce con mayor regularidad en personas jóvenes de cultura media o superior. El autor enfatiza que “no se trata de un fenómeno propio del habla rústica o característico de personas de escasa cultura” (p. 4).

En el ámbito suprasegmental, desde las primeras descripciones fónicas del español de la Ciudad de México se ha hecho referencia al patrón circunflejo en los enunciados aseverativos, como un rasgo prosódico que distingue a esta variedad del español. La propuesta dialectal de Henríquez Ureña (1938) ofrece algunas anotaciones acerca de las características prosódicas del centro de México, y menciona la similitud de la entonación popular con la del náhuatl, con una atenuación de este rasgo en las clases cultas. En esta línea de ideas, Matluck (1952) describe la entonación popular del español del Valle de México como “una especie de canto con una curiosa cadencia final, muy parecido al movimiento melódico del náhuatl mismo” (p. 119). Posteriormente, en la década de 1970, surgen las primeras descripciones de la entonación del español de la Ciudad de México con base en un análisis instrumental y sistematización con el modelo de configuraciones. Desde esta perspectiva, en los trabajos de Kvavik (1975 y 1979) se propone el valor pragmático de las secuencias complejas del contorno circunflejo. Además, sugiere el valor como marcador social de dicha configuración.

La relevancia de las variables sociales también se advierte en rasgos prosódicos distintos a la configuración circunfleja. Soler y Serrano (2010) realizan un análisis sociolingüístico de aspectos prosódicos y discursivos del marcador discursivo “este”, en grabaciones del periodo 1967-1970. Los autores muestran con datos del corpus de Norma lingüística culta(Lope Blanch, 1971), que la función de mantenimiento de turno se favorece por los factores de posición de marcador —en inicio— y el grupo de edad —mayores y jóvenes—.

Con base en este panorama, el presente trabajo se guía por tres preguntas en relación con la prosodia enunciativa de la Ciudad de México en los años 1960 y 1970: i) ¿cuáles son las características prosódicas de los enunciados aseverativos?, ii) ¿es posible registrar tendencias sociolingüísticas similares a las documentadas en procesos fónicos segmentales?, y iii) ¿hay una diferencia en los factores que favorecen una determinada configuración tonal respecto a los registrados en datos de periodos posteriores? Para responder a estas cuestiones, se presenta la descripción de las configuraciones tonales registradas en datos del periodo 1967-1975, considerando distintos patrones, además del circunflejo —caracterizado como un rasgo prosódico del español mexicano central—. La estructura del artículo es la siguiente: en primer lugar se exponen los antecedentes prosódicos de los enunciados aseverativos en el ámbito hispánico y en la variedad de la Ciudad de México; y enseguida se comenta la metodología de análisis de datos. Posteriormente se hace la descripción cualitativa de las configuraciones globales y el análisis cuantitativo de los acentos nucleares, que en conjunto con los factores sociolingüísticos favorecen un determinado rasgo prosódico. Finalmente se presenta un apartado de conclusiones preliminares.

Antecedentes

Características prosódicas de los enunciados aseverativos

La descripción prosódica que se presenta en este trabajo retoma el término enunciado aseverativo para hacer referencia a la realización de una aserción, exposición, conclusión o descripción (Martín Butragueño, 2019; Yule, 1996). Además, la aseveración representa una afirmación y la expresión del punto de vista del hablante sobre una situación, así como el compromiso que el individuo asume acerca del contenido de la enunciación (RAE-ASALE, 2011, p. 3119). En la tradición entonológica del español (Navarro Tomás, 1944; Quilis, 1993) se han destacado cuatro rasgos característicos de la aseveración: i) el inicio del enunciado en tono medio, ii) un ascenso progresivo a lo largo de la primera sílaba tónica, y la culminación del pico tonal en la postónica —con diferencia de uno o dos semitonos respecto a la primera—, iii) un descenso en el cuerpo del enunciado, en el rango de la zona del tono normal; y iv) la realización en cadencia del acento nuclear y la juntura terminal —en un tono bajo, que alcanza el rango mínimo del hablante—. Este último es uno de los rasgos principales de los enunciados aseverativos, pues la terminación descendente se asocia con el sentido de finalidad del enunciado y con las aserciones del hablante (Gussenhoven, 2004; Kvavik, 1980; RAE-ASALE, 2011).

La configuración nuclear descendente L* L% se ha documentado en distintas variedades del ámbito hispánico —español peninsular, Canarias, Cuba, Colombia, Ecuador, Argentina, Venezuela y San Antonio de Texas (cfr. Dorta, 2018; Hualde y Prieto, 2015; Prieto y Roseano, 2010)—, y entre éstas se encuentra la variedad del español mexicano de la zona de hablas centrales, específicamente en la Ciudad de México (de-la-Mota, Martín Butragueño y Prieto, 2010) y Puebla (Willis, 2005). Si bien el patrón descendente se ha registrado para dicha zona del español mexicano, uno de los rasgos prosódicos más prominentes asociados con la variedad de la Ciudad de México es la configuración circunfleja L+¡H* L% en enunciados aseverativos (Martín Butragueño, 2011 y 2017). Como se observa en el enunciado de la figura 1, el tonema circunflejo se realiza con un ascenso prominente —mayor a 3 semitonos— en la sílaba nuclear, seguido de un descenso alineado con un tono de juntura L% en el linde del enunciado.

(Fuente: Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México, CSCM; Martín Butragueño y Lastra, 2011-2015)

Figura 1 Oscilograma, espectrograma y curva melódica del enunciado Entonces a ellos los conocí pues llegando igual pidiendo trabajo.3  

La configuración circunfleja, además de considerarse un rasgo dialectal de la región de hablas centrales, se encuentra vinculada con factores sociolingüísticos —nivel de instrucción, sexo, edad, redes sociales—, aspectos pragmáticos, y con la estructura informativa de los enunciados (Martín Butragueño y Mendoza, 2018). En los últimos años, Martín Butragueño (2004, 2006 y 2011) ha analizado la estratificación social de este rasgo y observa que el patrón de circunflexión se favorece por hombres de nivel de instrucción bajo, en el grupo de mayor edad. En contraste, se registra una retracción en la realización de la configuración L+¡H* L% por parte del grupo de hombres jóvenes en los niveles de instrucción medio y superior.

Aunque en años recientes se ha profundizado en el análisis del tonema circunflejo y sus correlatos sociales, este patrón se ha documentado desde las primeras descripciones fónicas del español mexicano. Henríquez Ureña (1938) y Matluck (1952) coinciden en la caracterización de la configuración circunfleja como un movimiento ascendente —de tres semitonos o una tercera— de la antepenúltima a la penúltima sílaba, seguido de un descenso —de aproximadamente seis semitonos o una sexta— a la última sílaba del enunciado. Henríquez Ureña (1938) se refiere a la diferencia en la cadencia final de la entonación de la zona centro de México, respecto a la variedad de Madrid; y señala la similitud de la entonación popular con la del náhuatl, con una atenuación de este rasgo en las clases cultas. En esa misma línea, para el Valle de México —Xochimilco, Texcoco y la Villa de Tlalnepantla—, Matluck (1952) menciona que “la cadencia enunciativa en el habla popular del Valle es muy diferente de la castellana, y en su forma circunfleja está lo característico de la entonación peculiar de la altiplanicie mexicana” (p. 119). Asimismo, apunta una tendencia a un mayor alargamiento de las sílabas acentuadas en el habla popular del Valle, en comparación con la clase culta y en el castellano general. Cabe mencionar que registra el alargamiento silábico en posición final de frase.

Tanto Henríquez Ureña como Matluck proponen rasgos prosódicos vinculados con el habla popular o a la clase culta. En estudios posteriores, Kvavik (1975, p. 108) plantea la posibilidad de que el uso del contorno circunflejo podría incrementarse en función del descenso en la escala social. Este hecho no es categórico, pues la autora registra la configuración circunfleja en estilos informales de personas jóvenes con nivel de instrucción alto.4 Asimismo, propone el valor discursivo de las cadencias circunflejas suspensivas, ascendente y descendentes (Kvavik, 1979).

Considerando los estudios descritos anteriormente, en este trabajo se seleccionó una muestra de datos del habla de la Ciudad de México en el periodo 1967-1975. Este rango de tiempo coincide parcialmente con las primeras descripciones prosódicas del español del altiplano central. Así, a partir de una muestra estratificada, se podrán observar rasgos particulares de la entonación en ese periodo de tiempo y elementos compartidos con datos de periodos posteriores.

Metodología

Corpus

Para esta investigación se analizan datos del corpus que conforman los proyectos Norma lingüística culta de la Ciudad de México, elicitado entre 1967-1970 (cfr. Lope Blanch, 1971) y del Habla popular de la Ciudad de México, elicitado en el periodo de 1972-1975 (cfr. Lope Blanch, 1976); ambos forman parte del acervo del Centro de Lingüística Hispánica (Instituto de Investigaciones Filológicas-Universidad Nacional Autónoma de México).5 Este corpus constituye una valiosa fuente documental para dar cuenta de procesos de variación y cambio lingüístico. Además de la importancia de este corpus como fuente de datos, hay que destacar su valor como documento histórico para la lingüística mexicana, por ser el primero que registró de manera sistemática —con base en criterios sociolingüísticos— el habla de la Ciudad de México. El cuadro 1 presenta la distribución de los 12 hablantes que conforman la muestra de datos. Se consideran tres variables estratificatorias: i) edad —con tres grupos, jóvenes (20 a 34 años), adultos (35 a 54 años) y mayores (55 años o más)—; ii) sexo y iii) nivel de instrucción —alto y bajo—.6 Nótese que para esta primera aproximación hay un hablante en cada casilla; por lo tanto, los resultados obtenidos constituirán una base que podrá complementarse con una muestra más amplia en investigaciones posteriores.

Cuadro 1 Distribución de la muestra 

Grupo Edad Nivel de instrucción Alto Nivel de instrucción Bajo
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Jóvenes 20-34 1 1 1 1
Adultos 35-54 1 1 1 1
Mayores 55 o más 1 1 1 1

La muestra está integrada por 240 enunciados aseverativos, a razón de 20 para cada uno de los 12 hablantes que conforman la muestra. Para la selección de enunciados, se eligieron las emisiones a partir del minuto 10 de la grabación y posteriormente se analizó la variable lingüística de estructura de la información. Como definición operativa para este trabajo, se emplea el término foco amplio cuando todos los constituyentes tienen el mismo estatus informativo, es decir, corresponden a información nueva (Féry, 2016; Gutiérrez-Bravo, 2008). Además, se considera foco estrecho como el elemento del enunciado que se resalta por su relevancia informativa.7 Ambos tipos de foco se ejemplifican en (1) a (3), en los cuales (E) corresponde al entrevistador e (I) al informante:

  • I: Entonces/ cuando uno ya en el bachillerato trata de mostrar que es posible pensar/ que se vale/ ¿Verdad? / interrogar al pasado/ tomar otro tipo de contacto con él/ el muchacho se emociona/ entonces la enseñanza se hace más viva (hombre, adulto, Norma Culta)

  • I: al bolsillo/ al bolsillo del fulano (hombre, joven, Norma Culta). E: Bueno/ y los tres mil cuatrocientos pesos/ ¿a dónde fueron a parar?

    I: No/ él es profesor / ¿verdad?/ ha sido profesor de derecho y profesor de historia (hombre, adulto, Norma Culta). E: ¿Él es historiador?

Para la determinación del tipo de foco se consideraron los pares adyacentes y el contexto de enunciación; de tal manera que se marcó como información conocida aquella que se había mencionado previamente en el discurso o que es relevante en la enunciación (siguiendo el concepto de givenness; Féry, 2016). Así, en (1) el fragmento resaltado se marca como foco amplio, pues el tema de conversación es el sistema educativo y el enunciado El muchacho se emociona, indica información nueva, como la consecuencia de acciones realizadas en el bachillerato. Una prueba adicional para determinar el foco amplio es que el enunciado responde a la pregunta ¿Qué pasa? o ¿Qué pasó?(Féry, 2016; Gutiérrez-Bravo, 2008). Por otro lado, en (2) el enunciado en foco estrecho (informativo) corresponde a la variable de la pregunta ¿a dónde?, formulada previamente; mientras que en (3) el foco estrecho corrige la presuposición (o alternativa) que el entrevistador tiene acerca de la profesión de la persona de la que se habla en la conversación.

Transcripción y análisis instrumental

La transcripción de los enunciados se realiza con base en los postulados del modelo métrico-autosegmental (Ladd, 2008; Pierrehumbert, 1980) y el sistema de notación prosódica Sp_ToBI (Beckman, Díaz-Campos, McGory y Morgan, 2002; Hualde y Prieto, 2015). La propuesta descriptiva se apoya del análisis instrumental con el programa Praat 6.0.16 (Boersma y Weenink, 2016). Las mediciones en hercios (hz) se establecen en el inicio, centro y final de la primera sílaba tónica y postónica del material pretonemático; y en el tonema —en la sílaba pretónica, tónica y postónica— del enunciado. Con base en estas medidas, para el primer acento tonal y el tonema se calculó el movimiento en semitonos (st) entre dos puntos: i) el inicio y final de cada sílaba tónica, y ii) el final de cada sílaba tónica respecto al centro/final de la postónica. La estandarización de los valores, en conjunto con el umbral de percepción entonativa de 1.5 st (Murrieta, 2016; Pamies, Fernández, Martínez, Ortega y Amorós, 2001) permite determinar los parámetros para la asignación de acentos tonales y tonos de juntura. Para la transcripción de datos se utilizan tres niveles: i) ortográfico —con segmentación silábica—, ii) cesuras prosódicas8 —con índices de 0 a 4 para indicar ausencia de lindes (0), palabra fonológica (1), frase fonológica (2), frase entonativa no final (3) y final de enunciado (4)—; y iii) nivel tonal —acentos tonales y tonos de juntura—.

Aunque el sistema de notación Sp_ToBI tiene una perspectiva fonológica, es posible hacer adaptaciones para dar cuenta de diferencias fonéticas. En este trabajo se utiliza el diacrítico de upstep (¡) para los acentos bitonales con ascenso mayor a 3 st (Martín Butragueño, 2011 y 2019). Por otro lado, la asignación del diacrítico de downstep (!) en acentos monotonales atiende a la configuración global y a elementos locales del enunciado. En el primer caso, si en una secuencia de acentos tonales altos (H*) la diferencia entre picos tonales es menor a 1.5 st, se transcribe como !H* (véase figura 4 infra). En un ámbito local, se marca la notación !H* en las realizaciones con un rango inferior a un acento tonal alto H* en la misma posición del enunciado, o en movimientos ascendentes con valor menor a 1.5 st. Además, se utiliza el diacrítico “>” en el acento bitonal L+>H* para representar el alineamiento del pico tonal antes del linde de la sílaba tónica (cfr. Jun, 2005). La figura 2 muestra la diferencia en la representación de la notación para los tipos de alineamiento del acento bitonal L+H* (early peak) y L+>H* (very early peak), además del desplazamiento del pico tonal L+<H* (delayed peak).9 Para la marcación de picos temprano y desplazados se toma como referencia el linde derecho de la sílaba tónica. Si bien no se estableció un umbral cuantitativo para determinar el pre- o pos-alineamiento, se observó que la forma L+>H* se produce con la culminación del pico tonal en un promedio de -40% del linde silábico, en tanto que el pico tonal desplazado se alineó entre el 88% y 95% de la sílaba postónica.

Figura 2 Representación esquemática de los tres tipos de alineamiento para el acento bitonal ascendente. El cuadro sombreado indica la sílaba tónica 

La descripción prosódica se complementa con el análisis estadístico en Goldvarb (Sankoff, Tagliamonte y Smith, 2012). Se considera el acento nuclear como la variable dependiente y las variables independientes, sociales —edad, sexo, nivel de instrucción— y lingüística —tipo de foco—.

Resultados y discusión

En primer lugar se presenta la descripción cualitativa de las configuraciones nucleares atendiendo a aspectos globales —la realización de la curva melódica— y locales, con énfasis en el acento nuclear. Posteriormente se analizan los acentos nucleares en función de las variables sociolingüísticas edad, sexo, nivel de instrucción y tipo de foco —amplio o estrecho—.

Se observan tres tipos de acentos tonales nucleares, dos con forma monotonal: i) bajo L*; ii) alto H*, con la variante !H*; y iii) el bitonal ascendente L+H*, con las variantes L+¡H* —con ascenso superior a 3 st— y L+>H* —con prealineamiento—. Además se registran las junturas monotonales L%, !H% y bitonales HL% y L!H%. Estas formas corresponden con las registradas en datos de hablas centrales —específicamente en la Ciudad de México (Martín Butragueño, 2011; Martín Butragueño y Mendoza, 2018), Puebla (Willis, 2005) y en Cuapiaxtla, Tlaxcala (Mendoza, 2014)—. Si bien las configuraciones nucleares registradas en esta muestra de datos corresponden a formas documentadas en años recientes, es posible observar características fonéticas distintivas, tanto en elementos locales —acentos tonales y tonos de juntura—, como en la configuración global del enunciado.

Acento nuclear monotonal bajo L*

El acento nuclear bajo L*, con culminación en el piso tonal del enunciado y el tono de juntura L% conforman la configuración descendente, forma registrada para distintas variedades del español (cfr. Prieto y Roseano, 2010). En términos del código de frecuencia propuesto por Gussenhoven (2004), el descenso final se asocia con los enunciados aseverativos y con una mayor certeza por parte del hablante.10 La configuración global de la curva melódica tiene dos realizaciones; la primera con el patrón descrito por de-la-Mota et al. (2010) para la variedad de la Ciudad de México, a saber, con el primer acento tonal con pico desplazado L+<H* y a partir de su culminación se produce un descenso en forma de downstep que abarca hasta el tonema.11 La segunda realización es con un primer acento tonal alto H* seguido de una secuencia de acentos monotonales en el cuerpo del enunciado, y un descenso que ocurre en la sílaba nuclear, como se aprecia en la figura 3.

(hombre, adulto, nivel de instrucción alto; foco amplio)

Figura 3 Oscilograma, espectrograma y curva melódica del enunciado Y yo los he visto echar volados 

En este enunciado se puede observar que la trayectoria de la curva melódica no presenta inflexiones prominentes en la parte prenuclear del enunciado. Se registra una diferencia de 0.5 st entre el primer y segundo acento tonal H*, con la pérdida de prominencia12 en la palabra “visto”, resultado del choque tonal con la palabra “he”. Nótese que el descenso de la curva melódica ocurre desde la consonante final de “echar”, pero en este caso no se transcribe como un acento bitonal H+L* porque la vocal mantiene el nivel alto (con una diferencia de 0.3 st respecto al acento tonal anterior); de tal manera que el descenso se considera una implementación fonética hacia el objetivo tonal bajo del acento nuclear —siguiendo el patrón de la configuración global—.

Acento nuclear monotonal alto H* y !H*

La configuración global sin movimientos prominentes en el cuerpo del enunciado también se registra con el acento nuclear monotonal alto H*, y la variante !H*. En este caso no ocurre un descenso en el tonema, sino que la curva de F0 se mantiene en el mismo rango tonal que el cuerpo del enunciado, por lo tanto se produce con una configuración plana. En algunos casos, este patrón entonativo puede dar lugar a una compresión tonal o pérdida de prominencia. El enunciado de la figura 4 muestra un ejemplo del tonema !H* L%.

(mujer, mayor, nivel de instrucción bajo; foco estrecho)

Figura 4 Oscilograma, espectrograma y curva melódica del enunciado Medio real que eran [seis centavo]13  

El inicio del enunciado de la figura 4 muestra un primer acento monotonal alto H*, y a partir de los 91.8 st (199.7 hz) en el que se produce, se observa una secuencia de acentos monotonales a lo largo del cuerpo del enunciado, que se extiende hasta el tonema. La diferencia entre el primer y segundo acento tonal es de 1.2 st y los siguientes acentos tonales se mantienen al mismo nivel, modificado por el ascenso de 1 st que se produce en la sílaba nuclear. Finalmente, el tono de juntura L% se asigna en un nivel fonológico —para dar cuenta del sentido de aserción—, y fonéticamente se realiza como un debilitamiento en el linde final. Atendiendo a la configuración global del enunciado, se observa que el primer acento tonal y el nuclear se encuentran en el mismo rango tonal —en 91.8 st (199.7 hz) y 91.5 st (197.6 hz) respectivamente—. Si bien las diferencias en semitonos entre el inicio-cuerpo del enunciado y la sílaba nuclear no alcanzan el umbral de percepción entonativa de 1.5 st, se puede proponer que el primer pico tonal y el acento nuclear son los puntos de mayor prominencia en el enunciado. Este patrón de relieve prosódico en los dos extremos de la unidad melódica es similar al documentado actualmente en zonas rurales y semi-rurales del español mexicano central; a saber, en Cuapiaxtla, Tlaxcala (Mendoza, 2014) y en la variedad de San Miguel Canoa, Puebla (Olivar, en preparación), esta última en situación de contacto español-náhuatl.

Otro ejemplo de relieve prosódico en dos puntos del enunciado se observa en la segunda frase entonativa de la figura 5. Este enunciado se produce en dos grupos melódicos (No) (me detuvieron setenta y dos horas); la negación porta la mayor prominencia prosódica, con un movimiento de ascenso de 8 st y una duración silábica de 311 ms, además de la formación de un contorno entonativo propio, representado con el índice 3 —frase entonativa no final—. El segundo acento bitonal L+H* se realiza con un ascenso de 2.5 st y alineamiento en el linde de la sílaba tónica. A partir de la culminación del pico tonal, se produce un descenso y la pérdida de prominencia en la palabra “setenta”. Posteriormente, en la sílaba prenuclear ocurre un ascenso de 2.7 st, cuyo nivel alto se mantiene en la sílaba nuclear del enunciado —etiquetado como H*— y se extiende hasta la juntura final !H%. Respecto a la configuración global, se mantiene una altura similar en los tres picos tonales de la segunda unidad melódica, con un nivel de 88.53 st, 87 st y 88 st en las palabras “detuvieron”, “dos” y “horas”, respectivamente. La secuencia de acentos bitonales (con excepción del nuclear monotonal) que se producen en un rango tonal similar da cuenta de un grado mayor de macro-ritmo (cfr. Jun, 2014) en comparación con la configuración global de la figura 4, a pesar de que ambas compartan la forma del acento nuclear monotonal alto.

(hombre, adulto, nivel de instrucción bajo; foco estrecho)

Figura 5 Oscilograma, espectrograma y curva melódica del enunciado No, me detuvieron [setenta y dos horas] 

La diferencia en el macro-ritmo de las configuraciones globales de las figuras 4 y 5 muestra la pertinencia de considerar elementos adicionales a los acentos nucleares para dar cuenta de la variación prosódica.

Acento nuclear bitonal L+H*

En la muestra de datos se registra el acento nuclear bitonal: i) L+H* y ii) L+¡H* —con ascenso superior a 3 st—, ambos seguidos del tono de juntura bajo L% y las junturas complejas HL% y L!H%. La forma L+¡H* L% corresponde con la caracterización de la configuración circunfleja reportada en las primeras descripciones entonativas del español de la Ciudad de México (Henríquez Ureña, 1938; Kvavik, 1975, 1979; Matluck, 1952), y en años recientes, de acuerdo con las investigaciones de Martín Butragueño (2004, 2006, 2011, 2019).

El enunciado de la figura 6 presenta un ejemplo del tonema L+¡H* L%. En relación con la configuración global, el inicio se produce con un acento bitonal L+<¡H*, con pico diferido a la sílaba postónica y un valor de ascenso de 4 st. A partir de la culminación del primer pico tonal, la curva melódica se realiza con un movimiento de downstep que alcanza un nivel bajo (L*) en la palabra “mil”. El acento nuclear muestra un ascenso de 3 st en la vocal, que por efecto de la consonante sorda no se produce desde el linde izquierdo de la sílaba. En la juntura compleja HL%, el tono alto representa un sostenimiento perceptible del L+H* precedente,14 seguido de un descenso de 6 st —correspondiente a L%— que marca el sentido de finalidad del enunciado.

(hombre, joven, nivel de instrucción alto; foco estrecho)

Figura 6 Oscilograma, espectrograma y curva melódica del enunciado Quería al principio [seis mil pesos] 

En el ejemplo anterior, la realización del movimiento ascendente en el acento nuclear L+¡H* se ve modificado por la duración de 224 ms de la silaba tónica “pe”. Así, el ascenso tiene una pendiente15 de 10 hz/ms, que es menor al movimiento de 19 hz/ms, registrado en el acento nuclear de la figura 1 (supra). En este sentido, la duración de la sílaba tónica produce el efecto de prolongación del tono bajo, que comienza desde la sílaba prenuclear.

La configuración nuclear de la figura 6 también podría describirse como un acento nuclear bajo L* seguido del tono de juntura complejo HL%, con un ascenso preparatorio que inicia desde la sílaba tónica. La secuencia LHL podría producir la percepción de la configuración circunfleja; pero en la muestra de datos, el acento nuclear bajo se documentó únicamente en patrones descendentes L* L%, por lo tanto, el tonema L* HL% se trataría de un caso aislado. Si bien este criterio atiende a la distribución del acento nuclear, no se descartaría la realización de tonos de juntura anticipados, pues en datos elicitados en el año 2018, Rodríguez (en preparación) documenta casos de ese tipo de ascensos en una red vecinal de una zona popular de la Ciudad de México. Por lo tanto, a partir de un análisis específico de los tonos de juntura se podría aportar evidencia de la realización de ascensos preparatorios —y su valor sociolingüístico— desde las décadas de 1960 y 1970.

Una realización más del acento nuclear bitonal se muestra en la figura 7, con la forma L+>H*, que representa el alineamiento del pico tonal antes del final de la sílaba tónica.

(hombre, adulto, nivel de instrucción bajo; foco estrecho)

Figura 7 Oscilograma, espectrograma y curva melódica del enunciado Pos sus vaqueros se levantan [a las cuatro y media] 

La curva melódica del enunciado de la figura 7 muestra un inicio con acento bitonal L+>¡H* —con ascenso de 4 st— alineado antes del final de la sílaba tónica de la palabra “vaqueros”. Después de la culminación del primer pico tonal, en el cuerpo del enunciado se observan inflexiones poco prominentes; los leves ascensos en las palabras “levantan” y “cuatro” no superan el umbral establecido en 1.5 st para considerarse acentos bitonales. En el acento nuclear se produce un ascenso de 2.5 st y el pico tonal se alinea 88 ms antes del linde derecho de la sílaba tónica, representado con la notación L+>H*. El alineamiento temprano da lugar a que el movimiento descendente del tono de juntura comience desde la sílaba nuclear; de tal manera que el descenso de 2 st con un sostenimiento en la sílaba postónica16 forma una juntura compleja L!H%. Este tono de juntura se ha registrado de manera recurrente en la zona del español mexicano central, asociado con expresividad y con focos estrechos (Martín Butragueño y Mendoza, 2018).

De-la-mota et al. (2010) no documentan el acento tonal con pico prealineado L+>H* (very early peak) en su repertorio propuesto para los enunciados aseverativos de la Ciudad de México,17 y su realización no atiende únicamente a un hecho fonético propiciado por la duración de la sílaba. Para el español mexicano central, Martín Butragueño y Mendoza (2018) observan el valor pragmático del acento nuclear L+>H*, vinculado a la expresividad y al dominio focal —favorecido por los enunciados de foco estrecho—.18 En el ámbito sociolingüístico, los autores no encuentran una correlación del prealineamiento con factores sociales en datos de la Ciudad de México; en contraste, para la variedad de Cuapiaxtla, Tlaxcala —en zona semi-rural— este rasgo prosódico es un recurso de indización (en términos de Eckert, 2008) de pertenencia a la comunidad. Por otro lado, Olivar (en preparación) registra configuraciones con prealineamiento en una variedad de contacto español-náhuatl del estado de Puebla. Esta tendencia reportada en zonas rurales y en español de contacto,19 podría sugerir que dicho rasgo prosódico se asocia con patrones vernáculos (Martín Butragueño y Mendoza, 2018, p. 146).

Descripción cuantitativa

Con base en la descripción de las configuraciones globales y los acentos nucleares, en el cuadro 2 se presenta la distribución en tres grupos: i) con acento monotonal bajo L*, en el que se incluyen los casos de H+L*, atendiendo a la configuración descendente; ii) el acento nuclear alto H*, con la variante !H*; y iii) el acento bitonal, que incorpora las realizaciones L+¡H* —con ascenso superior a 3 st— y con prealineamiento L+<H*, L+<¡H*.

Cuadro 2 Acentos nucleares en enunciados aseverativos (N= 240) 

Acento nuclear Frecuencia (F) Porcentaje (%)
Bajo/Descendente L*/H+L* 69 29 %
Alto monotonal H*/!H* 50 21 %
Bitonal 121 50 %
Total 240 100%

La distribución de acentos nucleares en el cuadro 2 da cuenta de la mayor recurrencia del acento nuclear bitonal —asociado con la configuración circunfleja— en esta muestra de datos. La tendencia que se reporta apoyaría las observaciones de Henríquez Ureña (1938) y Matluck (1952) acerca de la particularidad de la entonación del altiplano central —sin hacer referencia a clases cultas o habla popular—. Asimismo, la frecuencia de realización del contorno ascendente constituye una manifestación de la hipótesis geoprosódica sobre las hablas mexicanas, propuesta por Martín Butragueño (2017), que señala al acento nuclear bitonal como un rasgo característico de la zona de hablas centrales. Respecto a los acentos nucleares monotonales, en conjunto integran el 50% de la muestra; su frecuencia y porcentaje es similar, con una ligera diferencia de 8% (19 casos) a favor de las formas descendentes L* y H+L*.

En relación con la variable edad, los datos del cuadro 3 muestran que los acentos bitonales predominan en los tres grupos etarios, pero hay una diferencia en la distribución de las formas monotonales. Así, los jóvenes y mayores registran una proporción idéntica en la realización de acentos monotonales bajos y altos. En contraste, en el grupo de adultos la distribución similar se establece entre acentos nucleares bajos y la forma bitonal, a razón de 40% (N= 32) y 44% (N= 35) respectivamente; con una considerable disminución en el uso de acentos altos monotonales.

Cuadro 3 Acentos nucleares y grupo de edad (N=240) 

Grupo Bajo/Descendente (F y porcentaje) Alto/monotonal (F y porcentaje) Bitonal (F y porcentaje)
Jóvenes 20 (25%) 20 (25%) 40 (50%)
Adultos 32 (40%) 13 (16%) 35 (44%)
Mayores 17 (21%) 17 (21%) 46 (58%)
Total 69 (29%) 50 (21%) 121 (50%)

La tendencia que apunta a la distribución similar entre el acento nuclear bajo y alto —ambos monotonales— también se observa en los datos de hombres, como se distingue en el cuadro 4. En contraste, el grupo de mujeres muestra una diferencia más marcada entre la frecuencia y porcentaje de los acentos nucleares con patrón descendente (L* y H+L*) y el acento nuclear alto. Esta distribución sugiere la relevancia de la variable sexo para la realización de las configuraciones tonales.

Cuadro 4 Acentos nucleares y sexo (N=240) 

Sexo Bajo/Descendente (F y porcentaje) Alto/monotonal (F y porcentaje) Bitonal (F y porcentaje)
Hombre 30 (25%) 31(26%) 59 (49%)
Mujer 39 (32%) 19 (16%) 62 (52%)
Total 69 (29%) 50 (21%) 121(50%)

Los resultados de la variable nivel de instrucción, expuestos en el cuadro 5, muestran una mayor frecuencia de acentos nucleares bitonales por parte del grupo de menor escolaridad, y un descenso en la realización de las formas descendentes, con un 13% (N=16). Por otro lado, en el nivel alto se observa que la frecuencia y porcentaje de la forma bitonal es igual a la que se registra para el contorno descendente. Estos datos apoyan las anotaciones de Kvavik (1979) acerca de la realización de configuraciones circunflejas en datos de hablantes con nivel de instrucción alto.

Cuadro 5 Acentos nucleares y nivel de instrucción (N=240) 

Nivel Bajo/Descendente (F y porcentaje) Alto/monotonal (F y porcentaje) Bitonal (F y porcentaje)
Alto 53 (44%) 14 (12%) 53 (44%)
Bajo 16 (13%) 36 (30%) 68 (57%)
Total 69 (29%) 50 (21%) 121 (50%)

Respecto a la variable lingüística, el cuadro 6 da cuenta de la realización de acentos nucleares en función del tipo de foco. La mayor frecuencia y porcentaje de formas bitonales para foco estrecho, en un 73% (N=44), permite corroborar la asociación entre constituyentes focalizados con la realización del acento bitonal L+H* y L+¡H* (cfr. código de esfuerzo; Gussenhoven, 2004). En el caso de los enunciados de foco amplio, la proporción de formas descendentes que se registran en esta muestra coincide con la descripción del tonema L* L% propuesta para la variedad de la Ciudad de México (de-la-Mota et al. 2010); sin embargo, en la muestra se observa una mayor frecuencia de acentos nucleares bitonales para este tipo enunciativo.

Cuadro 6 Acentos nucleares y tipo de foco (N=240) 

Tipo de foco Bajo/Descendente (F y porcentaje) Alto/monotonal (F y porcentaje) Bitonal (F y porcentaje)
Foco amplio 62 (34%) 41 (23%) 77 (43%)
Foco estrecho 7 (12%) 9 (15%) 44 (73%)
Total 69 (29%) 50 (21%) 121 (50%)

Los datos de los cuadros anteriores permiten formular hipótesis respecto a la relevancia de los factores sociolingüísticos que favorecen un determinado acento nuclear. La descripción cuantitativa se complementa con el análisis estadístico en Goldvarb (Sankoff, Tagliamonte y Smith, 2012) atendiendo a las variables: i) edad, ii) sexo, iii) nivel de instrucción y iv) tipo de foco. En este punto se hace la comparación con los resultados que reporta Martín Butragueño (2011) para datos del Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México(Martín Butragueño y Lastra, 2011-2015), una muestra con aproximadamente 30 años de diferencia respecto a la que se analiza en el presente trabajo.

Para el acento nuclear bajo —configuración descendente— el análisis binomial de ascenso y descenso seleccionó como variables significativas el nivel de instrucción, el tipo de foco y la edad (véase cuadro 7). Los hablantes con mayor escolaridad (0.723) y el grupo de adultos (0.663) favorecen la configuración descendente, que es la forma más apartada del patrón vernáculo asociado con la circunflexión. También se seleccionó la variable lingüística tipo de foco y, en este caso, el descenso se favorece por el foco amplio (0.610), es decir, en enunciados en los que todos los constituyentes tienen el mismo estatus informativo. En este sentido, la realización descendente vinculada con el código de frecuencia y de producción —atribuibles a aserciones y a la finalización del enunciado (Gussenhoven, 2004)— da cuenta del patrón menos marcado para los enunciados aseverativos.

Cuadro 7 Factores sociolingüísticos en el acento nuclear bajo/descendente Input: 0.230; Log. Verosimilitud = -115.674; Significatividad= 0.009 

Factores P 1 nivel P ascenso/descenso
Nivel de instrucción
Alto 0.723 0.723
Bajo 0.277 0.277
(Rango = 45)
Tipo de foco
Foco amplio 0.611 0.610
Foco estrecho 0.205 0.207
(Rango = 41)
Edad
Jóvenes 0.458 0.458
Adultos 0.665 0.663
Mayores 0.373 0.375
(Rango = 29)
Sexo
Hombre 0.443 - - - - -
Mujer 0.557

La tendencia que se establece para el acento nuclear bajo coincide parcialmente con los resultados de Martín Butragueño (2011, p. 111). En el modelo que el autor propone se seleccionan las variables sociales sexo, nivel de instrucción y edad. Así, las variantes descendentes son favorecidas por las mujeres (0.593), el nivel de estudios medio —secundaria y bachillerato— (0.612) y el grupo de adultos (0.593). A diferencia de este modelo en el cual la variable sexo es la más prominente, en la muestra de 1967-1975 no se selecciona dicho factor; sin embargo, en el análisis de un nivel sí se registra una mayor probabilidad de realizaciones descendentes por parte del grupo de mujeres (0.557). En relación con la variable nivel de instrucción, seleccionada en ambos modelos, se observa que el acento nuclear bajo se favorece por personas con estudios superiores a la educación primaria; a saber, el nivel alto en los datos de 1967-1975 y el nivel medio en los resultados de Martín Butragueño (2011). Este hecho podría sugerir que en una etapa posterior a la década de 1970, el uso de la realización descendente se extiende desde el nivel de instrucción superior al precedente;20 de tal manera que los hablantes comienzan a favorecer la configuración entonativa no marcada para los enunciados aseverativos de foco amplio. Para completar el perfil, en ambas muestras se selecciona la variable edad como significativa, y en el mismo orden, el patrón descendente se favorece por el grupo de adultos, seguido por el grupo de jóvenes y mayores.21 En cuanto a la muestra de 1967-1975, la tendencia que muestra el grupo de adultos en la realización del acento nuclear bajo es análoga a la que reporta Serrano (2008) para la asibilación de la vibrante simple en posición prepausal, en un periodo de tiempo cercano (1964-1972).

Por otro lado, para la realización del acento nuclear monotonal alto H* y la variante !H*, el análisis de ascenso y descenso seleccionó dos variables significativas: el nivel de instrucción y el sexo, según se expone en el cuadro 8. Nótese que el índice de probabilidad de 0.050 se encuentra en el límite del umbral de significatividad estadística. Esta tendencia difiere del modelo cuantitativo en los resultados de Martín Butragueño (2011, pp. 110-111), que no selecciona ninguna variable social; sin embargo, la probabilidad de un nivel que presenta el autor, muestra una ligera ventaja en el grupo de hombres (0.548) para las realizaciones con ascenso moderado. Dicha preferencia estaría en línea con la probabilidad que también se favorece por los hombres (0.580) y resulta significativa en la muestra del periodo 1967-1975. Por otro lado, el nivel de instrucción emerge como la variable con mayor rango en el análisis y es patrocinada por los hablantes con menor nivel de estudios (0.645). En contraste, Martín Butragueño (2011, p. 110) señala que esta variable es la primera que se descarta en su modelo cuantitativo, aunque la probabilidad de un nivel muestra la preferencia del acento nuclear alto en los hablantes de escolaridad media (0.541).

Cuadro 8 Factores sociolingüísticos en el acento nuclear monotonal alto. Input: 0.188; Log. Verosimilitud = -114.599; Significatividad = 0.050 

Factores P 1 nivel P ascenso/descenso
Nivel de instrucción
Alto 0.357 0.355
Bajo 0.643 0.645
(Rango = 29)
Sexo
Hombre 0.578 0.580
Mujer 0.422 0.420
(Rango = 16)
Edad
Jóvenes 0.567 - - - - -
Adultos 0.424
Mayores 0.508
Tipo de foco
Foco amplio 0.524 - - - - -
Foco estrecho 0.429

Llama la atención que el perfil de los hablantes que favorecen la realización del acento nuclear alto monotonal, hombres de nivel de instrucción bajo, es idéntico al que Martín Butragueño (2011) propone para el contorno circunflejo. Asimismo, difiere de la “hipótesis del descompromiso social para las variantes menos marcadas” (p. 110) que el autor plantea para los ascensos tonales moderados. Una interpretación del perfil social en la muestra de 1967-1975 apuntaría a que al ser el acento nuclear bitonal el más recurrente (en términos de frecuencia y porcentaje) en la muestra general —excepto para el nivel de instrucción alto, que muestra el mismo número de casos para el acento nuclear bajo y el bitonal—, el ascenso moderado de H* y !H* podría aportar un valor social. Si se consideran los elementos locales y globales del acento nuclear alto, éste posee elementos de un contorno sin inflexiones —con semejanza al patrón descendente monotonal— y el ascendente —con el objetivo tonal alto—. Por lo tanto, se podría plantear que en una primera etapa, este rasgo prosódico determina un equilibrio entre la forma favorecida por el nivel de instrucción alto, frente a la más marcada —la circunflexión—, y en décadas posteriores a 1970, perdería el valor sociolingüístico a la par que ocurre el proceso de retracción de la circunflexión (cfr. Martín Butragueño, 2011).

El panorama descriptivo se completa con los resultados del cuadro 9, que muestra los factores involucrados en la realización del acento nuclear bitonal —asociado con la configuración circunfleja—. De la misma manera que en la realización descendente (cuadro 7), el análisis binomial de ascenso y descenso seleccionó las variables tipo de foco y nivel de instrucción; en cambio, el factor edad no resulta significativo para la realización de la forma bitonal ascendente.

Cuadro 9 Factores sociolingüísticos en el acento nuclear bitonal. Input: 0.509; Log. Verosimilitud = -154.911; Significatividad= 0.019 

Factores P 1 nivel P ascenso/descenso
Tipo de foco
Foco amplio 0.411 0.414
Foco estrecho 0.745 0.739
(Rango = 32)
Nivel de instrucción
Alto 0.419 0.421
Bajo 0.581 0.579
(Rango = 15)
Edad
Jóvenes 0.491 - - - - -
Adultos 0.422
Mayores 0.587
Sexo
Hombre 0.491 - - - - -
Mujer 0.509

Las dos variables seleccionadas muestran un patrón complementario de la tendencia en el acento nuclear bajo. Así, el foco estrecho (0.739) y el nivel de instrucción bajo (0.579) favorecen la realización de la forma bitonal. Respecto al tipo de foco, los resultados concuerdan con las observaciones de Martin Butragueño (2004, 2006) acerca de la influencia de la estructura de la información para el contorno circunflejo. Por otro lado, el patrocinio de esta variante por parte de los hablantes de nivel de instrucción bajo podría reflejar un indicio del vínculo de la configuración bitonal con el acento nuclear monotonal alto. En investigaciones posteriores se podrá analizar si la agrupación del movimiento ascendente menor a 1.5 y la forma monotonal, representados por el acento nuclear !H*, influye en la propuesta del perfil social que favorece L+H*.

La selección de la variable nivel de instrucción para el contorno bitonal ascendente en los dos periodos de tiempo —y en el caso de la muestra de 1967-1975, también en los tres acentos nucleares— da cuenta de la estratificación social de rasgos prosódicos en el español de la Ciudad de México. La diferencia entre los perfiles es que en el modelo de Martín Butragueño (2011, p. 113) se agregan las variables sexo y edad, además del nivel de instrucción; de tal manera que el acento nuclear ascendente es favorecido por los hombres (0.593), el nivel de instrucción bajo (0.637) y el grupo de mayores (0.587) seguido de los jóvenes (0.506). Esta tendencia guarda similitud con la probabilidad de un nivel que se muestra en el cuadro 9, respecto al factor edad, pero difiere en la variable sexo, con un peso mayor para las mujeres (0.509); sin embargo, ninguna de las dos variables fueron seleccionadas en el análisis de ascenso y descenso.

Los resultados del cuadro 9 exponen los factores sociolingüísticos para el acento nuclear bitonal, que incluye las cuatro realizaciones ascendentes L+H*, L+¡H* —con ascenso superior a 3 st— y con prealineamiento L+<H*, L+<¡H*. De acuerdo con las descripciones entonativas de la Ciudad de México, las formas con el movimiento de ascenso más prominente —igual o mayor a 3 st— son las que se caracterizan como configuración circunfleja (véase apartado de antecedentes), y se propone la posibilidad de que este contorno marcado prosódicamente aporte el material para las diferencias sociolingüísticas entonativas (Martín Butragueño, 2011). Contrario a este planteamiento, en la muestra del periodo 1967-1975, el modelo estadístico sólo seleccionó la variable tipo de foco para el acento nuclear L+(<)¡H*, favorecido por el foco estrecho (0.759), según se expone en el cuadro 10. Así, el tipo de foco se conserva como el factor principal tanto para las formas ascendentes en general, como para el contorno circunflejo (cfr. código de esfuerzo; Gussenhoven, 2004). En años recientes se ha observado que para el español mexicano central —en entornos urbanos y semi-rurales— el acento nuclear L+¡H* se favorece estadísticamente por el foco estrecho, mientras que la forma L+H* tiene un comportamiento neutral respecto a su realización en enunciados de foco amplio o estrecho (Martín Butragueño y Mendoza, 2018). En este sentido, los datos del periodo 1967-1975 aportan evidencia del valor pragmático del contorno circunflejo, no asociado únicamente al habla popular, como se señalaba en las primeras descripciones prosódicas del español de la Ciudad de México.

Cuadro 10 Factores sociolingüísticos en el acento nuclear bitonal L+(<)¡H*. N=62. Input: 0.241; Log. Verosimilitud = -125.830; Significatividad= 0.000 

Factores P 1 nivel P ascenso/descenso
Tipo de foco
Foco amplio 0.398 0.406
Foco estrecho 0.775 0.759
(Rango = 35)
Nivel de instrucción
Alto 0.433 - - - - -
Bajo 0.567
Edad
Jóvenes 0.523 - - - - -
Adultos 0.404
Mayores 0.574
Sexo
Hombre 0.509 - - - - -
Mujer 0.491

Un hecho que llama la atención es que el modelo no seleccionó ninguna variable social para la realización del contorno marcado prosódicamente. En cambio, la probabilidad de un nivel coincide con el perfil que Martín Butragueño (2011, p. 114) presenta para el contorno circunflejo, a saber, hombres (0.558) de nivel de instrucción bajo (0.598). La selección de la variable lingüística como la única significativa para el contorno circunflejo tiene una analogía con las observaciones de Lope Blanch (1964) acerca del debilitamiento y elisión de vocales, un proceso que parecía privilegiar el contexto fónico sobre los factores sociales.

El análisis estadístico muestra que, aunque el acento nuclear bitonal sea el más frecuente en el periodo 1967-1975, existen factores sociolingüísticos que favorecen la variación en los rasgos prosódicos. Así, no es un hecho categórico que el acento nuclear bitonal se produzca solamente en un nivel de instrucción. Si bien los hablantes de nivel de instrucción bajo favorecen esta realización, también se observa una recurrencia del rasgo en los enunciados de los hablantes con estudios universitarios, tal como lo señaló Kvavik (1979) en datos de un periodo de tiempo similar al que se analiza en este trabajo.

A la luz de los resultados generales, se observa una tendencia similar en los patrones entonativos en los grupos de edad de jóvenes y mayores. Una hipótesis acerca de esta similitud se puede vincular con la diferenciación generacional (cfr. Chambers y Trudgill, 1994). Así, el grupo de adultos, que se encuentra en edad laboral, favorece el patrón descendente —no marcado para la aseveración—, en tanto que el tipo de redes que establecen los jóvenes y mayores pueden propiciar la realización de formas más diferenciadas de este patrón. Para comprobar esta hipótesis, en futuros trabajos se podrá ampliar la muestra —respecto al número de hablantes y de enunciados— y considerar factores individuales.

Por otro lado, aunque las variables sociales no resultaron significativas para la circunflexión prominente, el grupo de mayores favorece este rasgo, seguido de los jóvenes. En este sentido, la realización del acento nuclear alto !H* tiene un papel importante, pues su patrocinio por parte del grupo de jóvenes (0.567) sugiere una mitigación del rasgo circunflejo, pero sin llegar favorecer el patrón descendente (0.458). Así, considerando la afinidad del acento nuclear !H* con el contorno circunflejo, se podría proponer que el grupo de menor edad conserva parte de este rasgo, pero se inclina por la forma moderada de ascenso; de tal manera que comenzarían los indicios de la retracción de la circunflexión —asociada con el factor edad—. En una etapa posterior, de acuerdo con los datos de Martín Butragueño (2011) se sumaría el factor nivel de instrucción para la retracción del rasgo.

Conclusiones

En esta aproximación a la prosodia de los enunciados aseverativos de la Ciudad de México en el periodo de 1967-1975 se observan tres grupos de acentos nucleares: i) el monotonal bajo L*, ii) el acento nuclear alto H*, con la variante !H*; y iii) el acento bitonal, que incorpora las realizaciones L+¡H* —con ascenso superior a 3 st— y con prealineamiento L+<H*, L+<¡H*. En términos de frecuencia y porcentaje, se registró la alta productividad del acento nuclear bitonal —asociado con la circunflexión—, rasgo que se ha descrito como el característico de la zona de hablas centrales (Martín Butragueño, 2017).

En el aspecto sociolingüístico, se comprobó que el componente prosódico aporta información acerca de factores que favorecen un determinado acento nuclear, de la misma manera que ocurre con la variación fónica segmental. Para el acento nuclear L+H*, el análisis estadístico mostró la relevancia del tipo de foco —estrecho— y el nivel de instrucción —hablantes de menor escolaridad— para la realización de este contorno. En contraste, se observó que el grupo de adultos, el nivel de instrucción alto y el foco amplio, favorecen el contorno descendente, que está menos vinculado con los patrones vernáculos. En este sentido, si bien es posible hablar de una estratificación de los rasgos prosódicos en función del nivel de instrucción, se puede plantear que ésta no puede atribuirse únicamente a una semejanza con el náhuatl —en los grupos de menor nivel de estudios—, como se proponía en las primeras descripciones entonativas del español de la Ciudad de México, sino que el rasgo marcado prosódicamente tiene un correlato pragmático-discursivo. El nivel de instrucción como base de una estratificación adquiere mayor relevancia si se considera que el corpus de los proyectos Norma lingüística culta de la Ciudad de México(Lope Blanch, 1971) y el Habla popular de la Ciudad de México(Lope Blanch, 1976) se conformó a partir de dos grupos sociales altamente diferenciados. Por lo tanto, en investigaciones posteriores se podría tomar en cuenta el análisis de variables individuales, con el fin de obtener un panorama sociolingüístico más amplio del habla de la Ciudad de México.

La comparación de los acentos nucleares registrados en el periodo de 1967-1975 con datos elicitados aproximadamente 30 años después (cfr. Martín Butragueño, 2011) mostró semejanzas en los perfiles sociales que favorecen el patrón descendente. En contraste, para el acento nuclear monotonal alto y para la forma bitonal se advirtió una diferencia en las variables que el modelo cuantitativo seleccionó como significativas. Tales diferencias sugieren la relevancia de establecer un análisis desde la perspectiva de tiempo real, integrando los tres niveles de instrucción, con el fin de dar cuenta de procesos de variación y cambio lingüístico en la prosodia enunciativa de la Ciudad de México.

En este trabajo, enfocado en el análisis de los acentos nucleares, no se presentó un análisis exhaustivo de los rasgos adyacentes a su realización. Así, se destaca la pertinencia de considerar otros factores prosódicos para dar cuenta de las características de la prosodia enunciativa en la Ciudad de México; por ejemplo, la percepción del acento nuclear bitonal en relación con la duración de las sílabas que integran el tonema. En este sentido, una línea de trabajo a futuro es el análisis del parámetro de duración local y global en función de factores sociolingüísticos. Además, se podría considerar el análisis de otras pistas prosódicas locales y globales en adyacencia a los ascensos nucleares —como el prealineamiento del pico tonal, las junturas complejas, duración de las sílabas o el macro-ritmo del enunciado—, que implican un tipo de marcación prosódica, y que en este periodo de tiempo podrían dar cuenta de diferencias sociolingüísticas adicionales a las que aporta el acento nuclear.

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1Quiero expresar mi agradecimiento a los dos lectores anónimos, quienes con sus valiosos comentarios y sugerencias han enriquecido el contenido de este trabajo. Cualquier omisión o error de interpretación es responsabilidad de la autora.

2Los datos que analiza Serrano (2008) forman parte del corpus Norma lingüística culta y Habla popular de la Ciudad de México(Lope Blanch, 1971 y 1976).

3El acento nuclear en este ejemplo se realiza con el pico tonal alineado antes del linde de la sílaba tónica, sin embargo conserva las características del ascenso en el acento nuclear L+¡H*, asociado con el contorno circunflejo. Las figuras se elaboraron con el script de Welby (2003).

4En el trabajo de Kvavik (1975) se analizan datos elicitados con cuatro hombres jóvenes (25 a 32 años), estudiantes graduados de la Universidad de Wisconsin, originarios de la Ciudad de México.

5Agradezco a Laura Villalobos por su apoyo en la búsqueda de las grabaciones que forman parte de este trabajo, en el marco del proyecto DGAPA-UNAM-PAPIIT IN401919.

6En esta muestra, los hablantes de nivel de instrucción alto contaban con estudios universitarios, y los de nivel de instrucción bajo tenían estudios de primaria (concluida e inconclusa). La conformación de los proyectos Norma lingüística culta y Habla popular(Lope Blanch, 1971 y 1976) se enfoca en dos grupos socioeconómicos diferenciados, de tal manera que la variable “nivel sociocultural” se ha considerado en otros estudios (cfr. Serrano, 2008); sin embargo, para el presente trabajo se toma en cuenta el nivel de instrucción, con el objetivo de comparar los resultados con investigaciones recientes.

7Este uso del término foco estrecho se relaciona con la caracterización que propone Féry (2016, p. 39) “el foco indica la presencia de alternativas que son relevantes para la interpretación de la expresión lingüística”.

8Para la transcripción de este nivel se sigue la propuesta de jerarquía prosódica de Nespor y Vogel (1994) y las convenciones del sistema Sp_ToBI de acuerdo con la revisión de Hualde y Prieto (2015).

9La representación del acento tonal L+<H* para pico desplazado se basa en la propuesta de Hualde y Prieto (2015). La notación para este movimiento ascendente ha cambiado en las revisiones del sistema de transcripción Sp_ToBI; así Estebas Vilaplana y Prieto (2008) proponen la etiqueta L+>H*, la cual se ha utilizado para la descripción de diferentes variedades del español (cfr. Prieto y Roseano, 2010).

10El código biológico propuesto por Gussenhoven (2004) considera la variación de parámetros físicos (frecuencia fundamental, intensidad, presión del aire, etc.) para interpretaciones informativas o afectivas. El autor propone el código de frecuencia como la interpretación de incertidumbre vs. certeza; que en tipos enunciativos corresponden con interrogaciones y aserciones. Vinculado con éste, se encuentra el código de producción, que da cuenta de las fases de energía en la producción de un enunciado; así, una mayor energía en el inicio indica tópicos nuevos, mientras que los finales altos señalan continuación (no conclusión) y los finales bajos indican finalidad o conclusión de turno (p. 89). Por otro lado, el código de esfuerzo se refiere a la expresión de información relevante (focalización) apoyada de un mayor esfuerzo articulatorio y movimientos tonales más amplios.

11En la muestra de datos también se registra la forma L+H* con alineamiento en el linde de la sílaba tónica, en la posición del primer acento tonal. En la descripción propuesta por de-la-Mota et al. (2010) para la Ciudad de México, esta realización se ha documentado en enunciados aseverativos de foco estrecho.

12En el tercer nivel de transcripción, en este trabajo se utiliza el símbolo * (asterisco) para representar una sílaba tónica sin prominencia en el nivel postléxico; es decir, una sílaba tónica no acentuada (cfr. Gussenhoven, 2004, p. 20).

13Los corchetes indican el constituyente focalizado.

14En la curva melódica de la figura 6 se aprecia un ascenso prominente en el inicio de la sílaba postónica del tonema; sin embargo, este ascenso es un efecto microprosódico de la consonante sibilante sorda. Por lo tanto, la asignación de la juntura compleja HL% no se atribuye a este movimiento en el segmento sordo, sino a la percepción del sostenimiento del ascenso que ocurre en el acento nuclear.

15El valor de la pendiente se obtuvo mediante el cálculo de la diferencia (en hz) entre el punto más bajo y el más alto del acento nuclear y el resultado se dividió entre la duración de la sílaba (ms). Esta fórmula se adaptó de la propuesta de Martínez Celdrán (2007, p. 112) para el cálculo de la declinación del enunciado.

16El marcado descenso de la F0 en la sílaba final del enunciado de la figura 7 es un efecto microprosódico, resultado de la laringización en la secuencia vocálica final.

17Cabe mencionar que la descripción de los autores se basa en datos obtenidos en una tarea de completamiento discursivo, elicitada con tres mujeres de nivel de instrucción alto. Tales factores pudieron influir para que no se registrara el prealineamiento, asociado con valores pragmáticos y sociolingüísticos distintos a estas condiciones de elicitación.

18 Villalobos (en preparación) también documenta el prealineamiento asociado con focalización en etapas tempranas de adquisición de la lengua.

19El prealineamiento también se ha registrado en otras variedades de español en contacto: español-maya en la variedad del español yucateco (Michnowicz y Barnes, 2013), en español-maya K'ichee' (Baird, 2014) y en español-quechua (O’Rourke, 2012).

20Aunque la diferencia podría atribuirse a la conformación de las muestras, en el presente trabajo todos los hablantes de nivel de instrucción alto contaban con estudios universitarios, que corresponde al nivel 3 —estudios superiores— en los datos de Martín Butragueño (2011).

21Cabe señalar que en los últimos dos grupos el peso del factor no favorece la realización del acento nuclear bajo.

Recibido: 03 de Julio de 2020; Aprobado: 15 de Octubre de 2020

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Erika Mendoza Vázquez Licenciada en Lingüística por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (2008) y Doctora en Lingüística por El Colegio de México (2014). Los principales intereses de su investigación son la prosodia y entonación en distintas variedades del español de México en entornos urbanos y rurales. Ha desarrollado proyectos de investigación vinculados con la descripción de las configuraciones tonales en datos de La Paz (Baja California Sur) Chihuahua (Chihuahua), Morelia (Michoacán)y Tuxtla Gutiérrez (Chiapas). Su actividad docente se lleva a cabo en el Posgrado en Lingüística de la Universidad Nacional Autónoma de México. También ha impartido cursos en la licenciatura en Lingüística de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Áreas de Investigación: Sociofonética, Variación lingüística, Entonación y Prosodia.

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