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Anuario de letras. Lingüística y filología

versión On-line ISSN 2448-8224versión impresa ISSN 2448-6418

Anu. let. lingüíst. filol. vol.8 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2020  Epub 29-Nov-2021

https://doi.org/10.19130/iifl.adel.2020.2.24877 

Reseñas

Luis Cortés Rodríguez, Cómo conocer mejor los discursos políticos, Madrid, Síntesis, 2017, 172 pp. (Libro de Síntesis/Política). ISBN: 978-84-9171-066-0.

aUniversidad Autónoma de la Ciudad de México, México, tanius@yahoo.com

Cortés Rodríguez, Luis. ,, Cómo conocer mejor los discursos políticos. ,, Madrid: Síntesis, 2017. 172p. (Libro de Síntesis/Política), ISBN: 978-84-9171-066-0.


Cómo conocer mejor los discursos políticoses por principio un título sugerente, pues tras leer los primeros párrafos reconocemos algunos rasgos que van a privar a lo largo del texto: la amenidad que lo hace moverse en un punto medio entre el ensayo y el manual; por momentos es un poco los dos, aun cuando el texto responde directamente a lo que nos promete desde su título en el sentido de un acercamiento particular y específico al complejo mundo del discurso político.

En el libro encontramos una presentación esquemática como suele corresponder a los manuales de cualquier tema. El manual es aquello que nos va diciendo poco a poco qué hacer para lograr un objetivo específico, o sugiere algo que nos indica paso a paso qué hay que hacer; como el nombre lo indica tiene algo de artesanal, donde el hacer concreto tiene un aspecto muy importante. La particular interrogativa inicial nos propone igualmente ese acompañamiento de quien nos llevará didácticamente a cumplir el objetivo: conocer el discurso político. Empero lo anterior la idea del discurso político puede generar ánimos contrapuestos, y más del discurso como herramienta para justificarse, legitimarse, etc., algo que este texto va conjurar de manera sugerente.

Para sorpresa del lector, desde las primeras páginas se percibe un estilo sí didáctico -como quien explica con claridad las nociones que le interesa subrayar del discurso político-, pero también de reflexión y análisis respecto a las técnicas que se van mencionando. Así el libro no nos dice solamente cómo conocer mejor los discursos políticos, sino lo que unas cuantas estrategias específicas implican. El autor las presenta y diserta sobre ellas señalando cómo al usar cada recurso el hablante no solamente aplica técnicas, sino que supone -labor a desentrañar por parte del analista- esos recursos en el tipo de comunicación política que se configura.

En la etapa del siglo xxi que nos encontramos, la política en lo general y el discurso político en lo particular se encuentran en franca crisis: su retórica, la percepción que los receptores fuera de la clase política tienen de este tipo de discurso, la creciente desconfianza de la deliberación parlamentaria, etc., generan una actitud paradójica: por una parte cierto interés en quienes por desconfiar de la política (y sobre todo de los políticos) quiera hacerse de herramientas para fundamentar su recelo; por otra parte, la actitud desangelada que convencionalmente tiene la expresión “discurso político”. La política en lo general es central a la vida pública, y aun cuando cualquier ciudadano quiera pasar de ella, siempre se la encontrará, por ello el libro realiza una importante labor didáctica de recordarnos algunas estrategias del lenguaje para ver cómo los oradores orientan sus dichos, construyen a sus enemigos, o justifican sus intereses. En ese sentido, de los méritos del libro es ser un puente entre la crítica y sempiterna duda hacia el lenguaje como nos lo enseñó Paul Ricouer estudiando a quienes bautizó “maestros de la sospecha” (Marx, Nietzsche, Freud). Este libro no defiende a ningún político en particular (no está demás aclararlo), ni tampoco lo presenta ante el patíbulo para hacer cualquier tipo de escarnio de él/ella (sobre todo pensando en los casos que cita la obra), sino que simplemente mira los recursos retóricos y el vínculo que tiene con los objetivos de sus enunciadores. Si bien pudiera desprenderse un análisis posterior que fundamente juicios a favor o en contra de los enunciadores, es algo que este manual no va a realizar, pero deja las bases en el lector en caso de que se prosiga esa tarea y eventualmente pueda desarrollar otra actitud hacia el común discurso político por más vilipendiado que éste se encuentre.

En los noventa el politólogo italiano Giovanni Sartori auguraba una depauperación de la racionalidad implícita en el discurso político, debido, entre otras causas, al peso que la imagen, el mundo de lo icónico y las tecnologías audiovisuales habían impreso en la comunicación entre políticos y votantes, cada vez más acostumbrados éstos a la rapidez del spot o la espectacularidad del debate televisivo. Al margen de las imprecisiones en las que este famoso politólogo italiano recae, Cómo conocer mejor los discursos políticos nos lleva no solamente al discurso político en general, sino específicamente al parlamentario de donde proviene todo el material de análisis del cual va desprendiendo los cuatro recursos fundamentales que desgrana a lo largo de un texto que cabe mencionar no es particularmente extenso, algo que el apresurado lector quizá agradezca, al que, como hemos dicho, hay que subrayar entre sus atributos la amenidad, claridad y concreción.

Entre los recursos expositivos que podemos ver en este manual-ensayo cabe señalar la frecuente ubicación de ejemplos y casos -siempre provenientes del mundo parlamentario español- y que en su tratamiento toma distancia de cualquier exceso teórico como suele presentarse en algunos textos sobre análisis del discurso, y más cuando estudiamos un tipo de discurso tan vilipendiado como el político. Justo esta disertación más que ligera, propiamente esquemática y clara, facilita la lectura y la clara identificación de los aspectos que el autor menciona.

El texto igualmente posee, si cabe tal término, una frescura en el sentido que su exposición no tiene pretensiones excesivas, lo que no significa prescinda de lo elemental y del cumplimiento implícito en el título del ejemplar. Más aún, detalla ejemplos, los contrasta y subclasifica los casos que enlista. De alguna manera el texto permite una mirada casi literaria respecto que pueda explicarse entre otras razones por esa referencia a veces directa, otras veladas, del político, periodista y escritor del siglo xix Emilio Castelar, referido de distinta manera a lo largo de la obra y que funciona para resumir un texto que algo nos dice de la vida parlamentaria aun cuando éste no sea su objeto.

En el presente texto Luis Cortés no abunda en disquisiciones lingüísticas o pragmáticas más allá de lo específicamente necesario. Los apartados a lo largo del libro no son muy extensos, lo que también facilita separar cada uno de los casi 20 subagrupados en cinco partes: Introducción, Mecanismos intensificadores, Mecanismos enmascaradores, Mecanismos arquitectónicos y Mecanismos de reacción. Por si esto fuera poco, al final tenemos una útil recapitulación muy didáctica que nos permite reforzar rápidamente -a la manera de un profesor que termina una lección resumiendo lo más importante de lo que ha dicho-, la centralidad y justificación en haber reflexionado sobre los recursos expuestos.

Con frecuencia la revisión de las referencias documentales y bibliográficas suponen otra forma de interpretar un texto; a fin de cuentas, parte de la infraestructura explicativa se encuentra en las referencias. Vemos, en primer lugar, lo que ya comentamos respecto a la ausencia de una jerga excesivamente lingüística, ciencia que da -principal, no únicamente- el fundamento a los enfoques discursivos. En realidad, una buena parte de las referencias son consideraciones generales sobre retórica y política, más que propiamente mecanismos específicos de uso de la lengua en la semántica y la sintaxis. Igualmente, el índice de términos al final de la obra contiene los 100 conceptos fundamentales que también puede servir como guía para precisar el encuadre de Cortés respecto al siempre amplio debate del discurso político y en particular el parlamentario que es una forma de aquél.

Al margen que el lector pueda conocer o no los detalles de la política española, o el contexto específico de las piezas citadas, no parece difícil encontrar similitudes porque todos hemos escuchado o leído discursos, los hemos comentado y, sin duda, aun cuando no conozcamos los nombres técnicos de los recursos retóricos, es fácil encontrar similitudes en la enumeración, la atenuación o el discurso vago de los enunciadores españoles a los que Cortés pasa revista.

El libro que nos ocupa, por otra parte, no es una arenga contra la política ni los políticos. Farragosa resulta que siempre el sustantivo “político” concite los más acalorados juicios, que luego se pierden con fácil catarsis en cualquier conversación cotidiana o charla de sobremesa. En ese sentido se agradece al autor una presentación sucinta y clara de algunos recursos dentro de la retórica política y su funcionamiento específico, sin que ello suponga arenga a favor o en contra del político en cuestión, o peor aún, de esa política en la que en términos generales hay sentimientos de desagrado e inconformidad.

Cómo conocer mejor… parece sugerirnos que la clase de ese “conocimiento” radica en unos cuantos tipos de mecanismos (intensificadores, enmascaradores, signos de la arquitectura del discurso y recursos de reacción), lo que ayuda a acotar lo que por discurso político quiere decir, objeto, dicho sea de paso, sometido a una enorme diversidad de enfoques que pasan por la lógica, la cognición, la psicología social y que aquí se sintetizan en algunos considerados fundamentales por Cortés, que en lo general logran aquello que todo análisis del discurso busca: que se obtenga un nuevo conocimiento del tipo de enunciación analizada, en este caso los recursos de debates parlamentarios.

Pareciera que todos “conocemos” los discursos políticos porque los escuchamos, los amamos u odiamos. El título implica un desafío, simple si se quiere, pero no por ello menos sugerente de lo que con el tiempo ha ido desgastando su valor como es el discurso político, asociado a conceptos no muy favorables. En suma, el texto es también una forma de recobrar una idea del lenguaje y de la forma, y recupera cómo en el estudio del lenguaje radica uno de los principales recursos para reconocer al poder, la motivación y aquello de la naturaleza humana que a veces nos desconcierta del quehacer político.

Bibliografía

Luis Cortés Rodríguez, Cómo conocer mejor los discursos políticos, Madrid, Síntesis, 2017, 172 pp. (Libro de Síntesis/Política). ISBN: 978-84-9171-066-0. [ Links ]

Recibido: 23 de Junio de 2020; Aprobado: 03 de Julio de 2020

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Tanius Karam. Miembro del sistema nacional de investigadores N2. Doctor en ciencias de la información por la Universidad Complutense de Madrid. Maestro en Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana. Licenciado en Comunicación por la Universidad Latinoamericana. Ha escrito sobre epistemología de la comunicación, aplicaciones al estudio de los medios por parte de los estudios semióticos y discursivas, y estudios sobre cultura popular. Académico e investigador por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Es colaborador de la revista de comunicación Zócalo.

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