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Análisis económico

On-line version ISSN 2448-6655Print version ISSN 0185-3937

Anál. econ. vol.33 n.82 Ciudad de México Jan./Apr. 2018

 

Artículos

América Latina en la trampa de los ingresos medios o del lento crecimiento*

Latin America in the middle-income trap or the growth slowdown

Germán Alarco Tosoni** 

César Castillo García*** 

** Profesor Investigador. Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico, Perú. Correo electrónico: Correo electrónico: <g.alarcotosoni@up.edu.pe>

*** Asistente de Investigación. Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico, Perú.Correo electrónico: <c.castillog@up.edu.pe>.


Resumen

Se detallan los factores que podrían explicar la presencia de la trampa de ingresos medios o de lento crecimiento económico. Se incorporan los criterios para medir si una economía cualquiera se ubica dentro de esas categorías. Asimismo, con información estadística entre 1870 a 2014 se evalúa bajo diferentes metodologías si 18 economías latinoamericanas y la región en su conjunto se pueden incorporar en estas tipologías. Se concluye que la mayoría de las economías de la región y el conjunto se ubican en dicha trampa o tienen bajo crecimiento económico y que la probabilidad de alcanzar el estatus de economía de altos ingresos sería muy reducida.

Clasificación JEL: C20; F43; N10; N16; O47

Palabras clave: crecimiento económico; lento crecimiento; trampa de ingresos medios; América Latina

Abstract

This paper presents the explaining factors of the presence of the middle income trap (and slow economic growth trap). It also incorporates the criteria to measure whether any economy falls within those categories. Additionally, it evaluate a sample of 18 Latin American economies and the regional average between 1870 and 2014 under different methodologies for incorporated these in the tipology. It is concluded that most of the economies of the region and the whole are in the middle income trap or slow economic growth conditions and that the probability of reaching the status of high-income economy would be very reduced.

JEL Classification: C20; F43; N10; N16; O47

Keywords: economic growth; slowdown; Middle Income Trap; Latin America

Introducción

La trampa de los ingresos medios alude en rigor a la condición de una economía cualquiera que se estanca, no logra o se demora mucho en alcanzar al grupo de economías de altos ingresos del mundo. Se trata de un problema de falta de convergencia. Es un concepto acuñado por Gill y Kharas (2007) del Banco Mundial con relación a los problemas de crecimiento de algunas economías del Este de Asia. Aiyar et al (2013) señalan que esta circunstancia comparte espacio con la relativa a economías que crecen más lentamente, que se estancan o sufren más recesiones, pero que podrían estar en otros grupos de ingresos dando origen a otra tipología de economías de lento crecimiento económico.

Estos fenómenos tienen una perspectiva diferente respecto de los que plantean que todas las economías tienden a converger en el largo plazo debido a la concavidad de la función de producción (rendimientos decrecientes) y la naturaleza exógena de la tecnología (Rabanal, 2012). Los modelos tradicionales de crecimiento económico de Solow y Swan se afianzaron con la hipótesis de convergencia incondicional, cuando todas las economías tienden a un único equilibrio o condicional dependiente de otras variables y donde la tasa de convergencia entre las economías pobres y ricas no es rápida (Barro y Sala i Martin, 1992).

Las trampas se refieren a problemas con el crecimiento económico y de convergencia. Muchos investigadores se han circunscrito a su detección mediante diversos procedimientos empíricos. Sin embargo, cuando se realiza un catálogo de los probables factores explicativos de estos fenómenos, la lista es extensa. Muchas economías comparten causas comunes, aunque pueden tener pesos o prioridades diferentes; o elementos explicativos particulares. Suponer una causa común es creer en la validez de los enfoques que plantean que el sendero y recomendaciones de crecimiento económico son iguales para todas las economías del mundo. Esta fue la visión de Rostow (1965[1960])) que planteó cinco etapas para el crecimiento de cualquier economía; del Consenso de Washington impulsado por Williamson (1990) con sus diez reformas de política económica y Selowsky (1990) que precisó las tres etapas para la reestructuración productiva de América Latina.

El objetivo de este artículo es múltiple. En primer lugar, se presentan los diversos factores explicativos que pueden considerarse para que una economía cualquiera se ubique en una trampa de ingresos medios o de lento crecimiento económico. En segundo lugar, se repasan algunos de los principales criterios de medición para tipificar que una economía se encuentra en esas situaciones. En tercer lugar se muestran los resultados de algunas mediciones estándar y otras nuevas que son útiles para evaluar estos fenómenos en las diversas economías de América Latina. El documento se divide en dos secciones más la introducción y las conclusiones. En la segunda sección se presentan los principales factores explicativos relativos a las principales economías de la región. En la tercera sección se muestran diversas metodologías y estimaciones para evaluar la convergencia de las diferentes economías y a la región en conjunto hacia el grupo de economías de altos ingresos.

El documento no aborda, por problemas de espacio, las diferentes respuestas a los problemas de la trampa de ingresos medios o de lento crecimiento económico. Tampoco se analiza toda la discusión relativa a la literatura y análisis empírico sobre el análisis de la convergencia del crecimiento económico; sobre desaceleraciones ni el análisis pormenorizado de las economías latinoamericanas. No se discute la pertinencia de considerar como única variable relevante la evolución del PIB per cápita.

2. Criterios de medición y principales factores explicativos

Foxley (2012) define la trampa de ingresos medios como la dificultad de sostener por más de una década tasas de crecimiento promedio por encima del 5% que sean acompañadas con la reducción de desigualdades y la consolidación y perfeccionamiento de las instituciones democráticas. El autor utiliza dicho concepto en relación a las economías latinoamericanas caracterizadas por presentar un crecimiento discontinuo. Por otra parte, Felipe, Abdon y Kumar (2012) sostienen que este es un fenómeno característico de países que tardan más de cierto número de años en transitar de un nivel de ingresos determinado hacia otro más alto. Los países que caen en la trampa no necesariamente se especializan en recursos naturales, una gran proporción de sus exportaciones no es sofisticada y no está encadenada con otros productos.

En un informe de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Sanguinetti y Villar (2012) señalan que las economías latinoamericanas que han caído en la trampa de ingresos medios muestran altos costos salariales y enfrentan dificultades para entrar a la parte más alta de la cadena industrial. A pesar de su buena gestión macroeconómica y social, estas economías aún presentan problemas estructurales. Im y Rosenblatt (2013) señalan la existencia de dos dificultades fundamentales con relación a la trampa de ingresos medios: definir un umbral para la clasificación de los países de ingresos medios y plantear una definición de “trampa”. La primera cuestión lleva a enfocarse en medidas de tipo absoluto o relativo. En torno al segundo punto, deciden tomar la definición que se ha hecho extensiva en la literatura sobre las “trampas de pobreza”, por la cual una trampa implica la existencia de un mecanismo guiado por fallas de mercado o ausencia de desarrollo institucional y que inhibe a un país a sobrepasar un umbral de ingreso relativo o absoluto. Los factores explicativos de la trampa de ingresos medios y de lento crecimiento son diversos, pudiéndose enmarcar dentro de la economía estándar o en otros paradigmas como el postkeynesiano u otros. En el Cuadro 1 se identifican los más importantes.

Cuadro 1 Algunas hipótesis explicativas de la trampa de ingresos medios y de lento crecimiento  

  1. Heterogeneidad estructural y menor presencia de sectores de rendimientos crecientes y alta innovación

  2. Reducción de productividad total de factores, baja competitividad y caídas en la productividad del capital

  3. Maldición de los recursos naturales y enfermedad holandesa

  4. Reducida diversificación de las exportaciones y especialización en sectores primarios

  5. Restricción externa que limita el potencial de crecimiento

  6. Concentración del ingreso y altos niveles de desigualdad de oportunidades o efectivas

  7. Ausencia de instituciones políticas y económicas inclusivas

  8. Presencia de desbalances macroeconómicos por excesivos flujos de capital, tasa de interés activas elevadas e insuficiencia de crédito para capital de trabajo e inversión

Fuente. Elaboración propia.

Jiménez (2016) al analizar el caso del Perú señala que la desaceleración económica tiene su origen en el patrón de acumulación de capital y en la estructura productiva basada en la producción y exportación de materias primas. En esa misma dirección, Dabús, Tohmé y Ángeles Caraballo (2016) formalizan un modelo de trampa de ingresos medios diseñado para la Argentina, pero aplicable a las diferentes economías latinoamericanas, donde el proceso de crecimiento es provocado por un aumento de los precios de las materias primas; se transcurre por diferentes etapas hasta alcanzar rendimientos decrecientes y un estado estacionario.1 Sólo si hay una gran demanda sostenida de los productos de exportación la economía puede crecer más, de lo contrario la economía queda atrapada en un nivel de ingresos medios. Eichengreen (2011) afirma que el problema del menor ritmo de crecimiento económico (analizando el caso chino) radica en la disminución de la productividad total de los factores. En una dirección cercana Gaulard (2015) plantea que ésta no se debe al incremento del costo laboral unitario sino a la reducción de la productividad del capital debido a la sobreinversión, la reducción de la eficiencia de capital, y la elevación de la composición orgánica del capital que reduce la tasa de ganancia.

Gylfason (2001) desarrolla cuatro canales de transmisión para explicar la maldición de los recursos naturales. El primero se produce por la combinación de abundantes recursos naturales, ausencia de mercados y una estructura legal laxa con débiles derechos de propiedad que pueden derivar en una estructura de poder económico, político y militar orientada a garantizar los intereses del grupo dominante vinculado a estos recursos. El segundo canal se produce cuando la abundancia de recursos naturales reduce los incentivos para la acumulación privada y pública de capital humano. El tercer canal, reseñado también por Sachs y Warner (1995) establece que los abundantes recursos naturales imbuyen a la gente un falso sentido de seguridad y conducen al gobierno a perder la necesidad de diseñar, implantar y gerenciar políticas apropiadas para el crecimiento económico. Por último, en forma directa la abundancia de recursos naturales reduce los incentivos privados y públicos para ahorrar e invertir, y por eso disminuye el crecimiento económico.

La reducida diversificación de las exportaciones a la par de que estas se concentran en materias primas o en productos con reducido procesamiento y contenido tecnológico es una causa que frena el crecimiento económico.2 Hausmann et al (2011) argumentan y demuestran estadísticamente que un mayor nivel de ingreso y de crecimiento económico de los países se vincularía estrechamente al nivel de complejidad económica. La complejidad se mide a través de la diversidad asociada a cuántos productos puede hacer (exportar) un país y a la ubicuidad de un producto vinculada a cuántos países son capaces de hacer un producto. En el caso de los productos en particular, la complejidad se mide a través del número de bienes interconectados entre sí. Hausmann y Klinger (2008), y Jankowska, Nagengast y Perea (2012) analizan los casos del Perú y de las principales economías de América Latina con relación a las nuevas economías industrializadas del Este de Asia. En ambos estudios se concluye que la estructura productiva de los países de la región es menos compleja que los de las economías asiáticas.

Por otra parte, un periodo de auge también puede conducir a otro de estancamiento a través de la denominada enfermedad holandesa. Este problema es añejo, pero fue destacado por The Economist (1977) y formalizado desde los años ochenta por Buiter y Purvis (1980), Corden y Neary (1982), entre otros. Schuldt (2007) plantea que pueden presentarse tres tipos de entradas abruptas de divisas por un producto o conjunto de productos de exportación de bienes o servicios, ayuda externa y entradas de capital tanto de corto como de largo plazo. En todos los casos, en primer lugar, se produce una apreciación de la moneda nacional; se afecta negativamente la rentabilidad de los sectores exportadores no sujetos al auge; aumentan las importaciones y desprotege a los sectores transables no sujetos al auge; se impacta negativamente sobre la inversión, empleo y producción en dichos sectores, empezando -si se trata de un shock de productos primarios- a desindustrializar la economía. A la par aumentan los precios de los bienes no transables, los precios en general y se reducen los ingresos reales de los trabajadores que no están en las actividades sujetas al auge.

Fujii (2003) y Matesanz, Fugarolas y Candaudap (2007) destacan la importancia de la restricción externa como un elemento que interrumpe el crecimiento económico a partir del trabajo de Thirwall (1979). Se analizan los casos de Argentina, Brasil y México donde se plantea que esta restricción ha sido importante a lo largo del tiempo. Según Fujii la hipótesis es que para cada economía existe una tasa de crecimiento que es compatible con un déficit en el balance en cuenta corriente que resulta aceptable para los agentes económicos. En el caso de que el crecimiento se eleve, generando durante un período prolongado un déficit mayor al aceptable, el país puede, durante algún tiempo, financiarlo con ingresos de capital que tienen un costo creciente, pero a partir de algún momento esta situación se hace insostenible, lo que obliga a contraer la tasa de crecimiento de manera que se haga compatible con el nivel de déficit en cuenta corriente que resulta viable. Moreno-Brid (1998), Madrueño (2009), Jiménez (2010) y Alarco (2014) tienen otros modelos aplicados para México, Perú y otras economías latinoamericanas.

La menor participación de las remuneraciones en el producto y la mayor desigualdad atentan contra el crecimiento económico a través de diversos canales. En el caso de Kalecki (1956) esto se produce a través de la menor propensión a consumir de la sociedad que reduce el multiplicador del gasto, la demanda y la producción. Posteriormente, los autores sobre regímenes de crecimiento económico como Stockhammer (2011) plantean que el resultado final dependerá del efecto de la mayor participación salarial sobre cada componente de la demanda agregada: consumo privado (generalmente positivo), sobre la inversión privada (incierto) y sobre las exportaciones (incierto). En autores no postkeynesianos la mayor desigualdad afectaría al crecimiento económico a través de canales sociales y políticos generando violencia, afectando la estabilidad y la cohesión social. Recientemente investigadores del Fondo Monetario Internacional reconocen que la desigualdad sigue siendo un determinante negativo robusto y poderoso del ritmo de crecimiento a mediano plazo. Asimismo, hay pocas evidencias de que las políticas redistributivas -salvo las “extremas”- impacten negativamente en el crecimiento económico; por el contrario, la redistribución promedio está asociada con un crecimiento mayor y más duradero (Ostry et al, 2014).

El desarrollo institucional y la gobernanza3 entendida esta última como la actuación realizada por el gobierno para conseguir determinados objetivos son importantes como factores explicativos positivos para el crecimiento económico. Tanto la lista de autores como de factores institucionales de esta vertiente es amplia. Aquí se incluyen las libertades económicas y políticas y las instituciones sociales que contemplan la confianza, valores, principios éticos y normas cívicas. Acemoglu y Robinson (2012) plantean que el desarrollo y la prosperidad económica están asociados con instituciones económicas y políticas inclusivas, mientras que las instituciones extractivas conducen al estancamiento y la pobreza. Los motores del crecimiento son la tecnología y la educación, mientras que las instituciones políticas inclusivas se refieren a estados centrales, pluralistas, que reparten poder y limitan el ejercicio arbitrario.

La existencia de instituciones económicas inclusivas se refiere a que posibilitan y fomentan el desarrollo de la gran mayoría de las personas; hay seguridad de la propiedad privada; un sistema jurídico imparcial; libertad de contratación e intercambio; libertad del individuo para que elija lo que desea; permite que las personas aprovechen sus talentos y habilidades; permite la entrada de nuevas empresas; existe regulación para impedir fraudes y malas conductas; y se proporcionan servicios públicos e infraestructura que proporcionan igualdad de condiciones. Cuando falla alguno o varios de estos elementos se generan problemas de crecimiento económico y la imposibilidad de ser una economía desarrollada.

Berg, Ostry y Zettelmeyer (2012) analizando los períodos de crecimiento de 140 economías entre 1950 y 2004 señalan que el crecimiento acelerado y sostenible se explica por una distribución del ingreso más igualitaria, instituciones democráticas, apertura al comercio y la inversión extranjera y una estructura exportadora orientada hacia productos más sofisticados. Asimismo, un ambiente macroeconómico más estable con baja inflación, pocas depreciaciones pronunciadas y baja acumulación de deuda contribuyen a prolongar los periodos de aceleración económica.

Hay diagnósticos más complejos para economías latinoamericanas en concreto. Ros (2015) plantea que el lento crecimiento mexicano se debe a los bajos niveles de inversión pública, la reducida inversión en infraestructura en particular, el crédito bancario escaso y caro junto con el desmantelamiento de la banca de desarrollo; la adopción de una política fiscal procíclica y de una política monetaria que tiende a apreciar el tipo de cambio real, y el abandono de la política industrial. En el caso peruano, se agrega el shock externo negativo antecedido por la presencia de la enfermedad holandesa que apreció la moneda nacional, los impactos de la mayor desigualdad del ingreso, la heterogeneidad estructural, la reducida generación de empleos de calidad, la reacción negativa de los sectores empresariales y la formación de burbujas que pueden debilitar el crecimiento económico (Alarco, 2015).

Foxley y Sossdorf (2011) plantean que la mejora en los diversos indicadores macroeconómicos de algunas economías latinoamericanas, las políticas monetarias expansivas de las economías desarrolladas y las bajas en las tasas de interés internacionales han atraído muchos capitales externos hacia la región que han apreciado las monedas nacionales y estimulado el crédito a los consumidores generando presiones inflacionarias, sobreendeudamiento privado y formación de burbujas en los mercados de activos que atentan contra la estabilidad macroeconómica. Más recientemente, Foxley (2012) planteó que los factores explicativos del estancamiento se agrupan en cuatro áreas: incapacidad de lograr mejoras continuas en competitividad y productividad; baja calidad de la educación y lenta transferencia de conocimiento e ideas innovadoras; excesiva desigualdad y desprotección de los grupos vulnerables e incapacidad de las instituciones.

Metodologías y estimaciones diversas

Se consideran 18 economías latinoamericanas, aunque el horizonte de las series estadísticas no es homogéneo. La información básica del PIB per cápita es a dólares americanos de paridad de poder adquisitivo base 1990 con la metodología de Geary Khamis.4 En los casos de Brasil, Colombia, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay se considera el PIB per cápita de 1870 a 2014. En el caso de México es de 1900 a 2014. En Costa Rica y Guatemala de 1920 a 2014. En Bolivia de 1945 a 2014 y República Dominicana de 1950 a 2014. Las fuentes básicas de información son The Maddison Project5 para antes de 1950 y The Conference Board entre 1950 a 2014. Ambas fuentes son perfectamente compatibles. En los casos de Honduras, El Salvador y Nicaragua la información corresponde al periodo 1920 a 2008; Paraguay al periodo 1939 a 2008 y Panamá 1945 a 2008. En estos casos la información proviene de The Maddison Project que se completa con las variaciones porcentuales del PIB per cápita de paridad de poder adquisitivo en dólares de 2011 entre 2009-2014 con fuente en The World Bank.6

En los Gráficos 1 al 4 se presenta la información preliminar que permitiría evaluar si las diversas economías latinoamericanas están sujetas o no a una trampa de ingresos medios o de lento crecimiento en la medida en el que cociente del PIB per cápita de la economía analizada respecto del promedio simple del PIB per cápita de cuatro economías desarrolladas seleccionadas (Corea del Sur, EE.UU., Francia y Japón) tiene tanto una tendencia decreciente, constante y creciente, como el nivel de aproximación respecto de las economías desarrolladas.7 Cabe resaltar que esta razón pudo plantearse respecto de una sola economía desarrollada, pero resulta mejor hacerlo con relación a un promedio. Otra opción era establecer los umbrales mínimos para calificar a una economía como desarrollada, pero este es un criterio reciente y que también se ha modificado a lo largo del tiempo. Se debe destacar que cada una de las series de los cocientes ha sido suavizada para obtener una tendencia no lineal utilizando el método de Hodrick-Prescott.8

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Gráfico 1 Relación PIB per cápita de economías latinoamericanas de mayor tamaño respecto a promedio de las economías desarrolladas 1870-2014 (con filtro Hodrick-Prescott) 

El Gráfico 1 corresponde a las economías de mayor tamaño de América Latina: Argentina, Brasil y México. Al inicio del periodo bajo análisis la situación de Argentina es muy diferente a la de Brasil y México, ya que este país desde finales del siglo XIX y hasta las dos primeras décadas de los años veinte del siglo XX se encontraba alrededor del promedio de las economías desarrolladas seleccionadas.9 Sin embargo, a partir de ese periodo, a excepción del segundo quinquenio de los años cincuenta, la tendencia es decreciente aproximándose a los valores de Brasil y México que reflejarían que el promedio del PIB per cápita de todas estas economías se ubican entre el 28% y el 42% de las economías desarrolladas. A partir del 2010 se observa una tendencia muy ligeramente creciente en los casos de Argentina y Brasil, a diferencia de México en que continúa siendo decreciente.

Dentro del grupo de economías de América Latina de tamaño medio (véase el Gráfico 2) destaca la mayor proximidad a las economías desarrolladas de Chile y de Venezuela exclusivamente en los años cincuenta y setenta del siglo XX, mientras que Colombia y Perú fluctúan entre el 20% y 40% del ingreso promedio de las economías desarrolladas. En el caso de Venezuela llama la atención la tendencia creciente y la posterior tendencia decreciente. En todos los casos la información refleja los ciclos económicos de origen interno y externo a los que estuvieron sometidas estas economías de la región. En los cuatro casos se observa una tendencia ligeramente creciente entre 2010-2014. El más estable del grupo es Colombia.

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Gráfico 2 Relación PIB per cápita de economías latinoamericanas de tamaño intermedio respecto a promedio de las economías desarrolladas 1870-2014 (con filtro Hodrick-Prescott) 

En el Gráfico 3 se encuentran las economías de menor tamaño de América Latina. Entre estas destaca la ubicación del Uruguay alrededor del poder de compra de las economías desarrolladas a fines del siglo XIX; sin embargo, de ahí en adelante hay una tendencia decreciente que se revierte entre los años cincuenta y sesenta, pero que vuelve después a su tendencia decreciente. En la última década del siglo XXI nuevamente su tendencia es creciente. Tanto Bolivia, Ecuador y Paraguay fluctúan con un poder de compra entre 16% y 40% del relativo a las economías desarrolladas en todo el periodo bajo análisis con una ligera tendencia decreciente. Entre 2005 y 2014 se observa una pequeña tendencia creciente en todo el grupo bajo análisis.

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Gráfico 3 Relación PIB per cápita de economías latinoamericanas de menor tamaño respecto a promedio de economías desarrolladas 1870-2014 (con filtro Hodrick-Prescott) 

La tendencia general de las economías centroamericanas es decreciente pero cíclica en todas las economías analizadas: El Salvador, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Panamá. En el Gráfico 4 se observa que los mayores poderes de compra relativos se observan en la década de los años veinte y entre los años cincuenta y sesenta. De ahí la caída es clara en la década de los ochenta. En los casos de El Salvador, Honduras y Nicaragua se ha estabilizado entre 7% y 12% del poder de compra de las economías desarrolladas seleccionadas. Sólo en los casos de Costa Rica y Panamá se observa una tendencia creciente con un poder de compra alrededor del 35% del correspondiente a las economías desarrolladas en 2014.

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Gráfico 4 Relación PIB per cápita en economías centroamericanas respecto a promedio de economías desarrollados 1920-2014 (con filtro Hodrick-Prescott) 

En el Gráfico 5 se muestra del lado izquierdo la relación del PIB de todas las economías latinoamericanas analizadas respecto del promedio del PIB de las economías desarrolladas consideradas. Asimismo, del lado derecho se presenta la desviación estándar del PIB per cápita de cada una de las economías latinoamericanas respecto del promedio de Corea del Sur, EE.UU., Francia y Japón a precios de paridad de poder adquisitivo de 1990.10 Al respecto, la tendencia no lineal del cociente de los poderes de compra de toda la región muestra una caída significativa a finales del siglo XIX y desde el segundo quinquenio de los años cincuenta (con una mayor caída en los ochenta y noventa), como resultado del mayor ritmo de crecimiento de las economías desarrolladas y de las crisis en las economías latinoamericanas. Sólo recién a partir de finales del primer quinquenio del siglo XXI la región tiende a elevar el poder de compra promedio de sus ingresos respecto de las economías desarrolladas, ubicándose alrededor del 31% de estos últimos.

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Gráfico 5 Relación PIB per cápita de las economías latinoamericanas respecto a promedio de economías desarrolladas y desviación estándar respecto a economías desarrolladas 1870-2014 (con filtro Hodrick-Prescott) 

Por otra parte, sólo en el caso de la desviación estándar de los países latinoamericanos respecto a EE.UU se aprecia una tendencia decreciente hasta la Segunda Guerra Mundial y de ahí es creciente. La desviación estándar de todas las economías es inicialmente constante y luego creciente, reflejando que la distancia entre nuestra región y las economías desarrolladas es cada vez mayor en el tiempo. Toda la región no converge hacia las economías desarrolladas.

El segundo criterio de evaluación consiste en aplicar la metodología de Felipe, Abdon y Kumar (2012) mediante la cual se ubica, en el caso de cada economía, tanto el número de años en que estuvo en el tramo de ingresos bajos (con menos de US$ 2,000 Geary-Khamis con base 1990), medios (entre US$ 2,000 y 7,250), medios altos (entre US$ 7,250 y 11,750) y altos (más de US$ 11,750). Asimismo, se evalúa si se demoraron más de 28 años para pasar de los ingresos medios bajos a los medios altos y más de 14 años para pasar de los medios altos a los ingresos altos.11 En el Cuadro 2 se muestran los resultados de aplicar esta metodología a las diferentes economías de América Latina. Se destaca que en la mayoría de los casos la prueba es concluyente, aunque en otros no lo es. Dentro del primer grupo con resultados concluyentes están la Argentina y Venezuela atrapadas en la trampa de ingresos medios altos. Le siguen Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Perú y República Dominicana ubicadas en la trampa de ingresos medios bajos. No se puede emitir opinión con este criterio en los casos de Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, México, Panamá, Uruguay y la región en su conjunto debido a que todavía no se cumplen los criterios señalados. Cabe resaltar que, de acuerdo a las clasificaciones actuales del Banco Mundial, tanto Chile como Uruguay se encuentran en el tramo de ingresos altos.

Cuadro 2 Evaluación de la trampa de ingresos medios según la metodología de Felipe, Abdón y Kumar (2012)  

Países Período Ingresos bajos Ingresos medios bajos Ingresos medios altos Ingresos altos Trampa de Ingresos medios bajos Trampa de Ingresos medios altos
Argentina 1870-2014 13 95 37 0 -
Bolivia 1945-2014 21 49 0 0 -
Brasil 1870-2014 88 57 0 0 -
Chile 1870-2014 22 100 12 11 - -
Colombia 1870-2014 76 65 4 0 - -
Costa Rica 1920-2014 29 57 9 0 - -
Ecuador 1900-2014 53 62 0 0 -
El Salvador 1920-2014 44 51 0 0 -
Guatemala 1920-2014 22 73 0 0 -
Honduras 1920-2014 80 15 0 0 - -
México 1900-2014 42 61 12 0 - -
Nicaragua 1920-2014 65 30 0 0 -
Panamá 1945-2014 5 61 4 0 - -
Paraguay 1939-2014 34 42 0 0 -
Perú 1870-2014 76 69 0 0 -
Rep. Dominicana 1950-2014 23 42 0 0 -
Uruguay 1870-2014 3 121 17 4 - -
Venezuela 1870-2014 55 24 66 0 -
América Latina 1870-2014 67 74 4 0 - -

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

La tercera evaluación consiste en estimar el periodo en el cual cada una de las economías de la región y el conjunto converge o no hacia algunas de las economías desarrolladas seleccionadas. Lo anterior, para determinar si están en una trampa de ingresos medios o de lento crecimiento. Para tal efecto, se seleccionan las mejores regresiones de tipo semilogarítmica, polinomial o ARMA, tanto para cada una de las economías latinoamericanas como las de Corea del Sur, Japón, Francia y EE.UU. Estas evaluaciones se realizan aprovechando toda la información disponible o la de un periodo más reciente entre 1990 y 2014.

Al respecto, la convergencia entre países puede evaluarse a partir de las tasas de crecimiento estimadas mediante ecuaciones de regresión semilogarítmicas. De esta manera, la evolución del logaritmo natural del PIB per cápita de un país se puede explicar mediante la Ecuación (1):

lnyt=a+bt (1)

En este caso, el coeficiente “b” es la tasa de crecimiento de la economía para el período considerado. De esta forma, si se tiene dos países distintos: y t = y 0 (1 + b 1) t y z t = z 0 (1 + b 2) t , siendo que la convergencia se efectuará en el año T*. Entonces se tendría y T* = z T* , donde y 2014 (1 + b 1) T* = z 2014 (1 + b 2) T* luego se obtiene la Ecuación (2) que determina el año T* positivo donde ambas economías convergen:

T*=lnz2014 lny2014ln1+b1- ln1+b2 (2)

También, se puede evaluar la convergencia a partir de ecuaciones de regresión que dependan del tiempo a través de una relación no lineal cuadrática, cúbica o hasta un polinomio de grado cuatro como la señalada en (3):

lnyt=a+αt+βt2+θt3+γt4 (3)

En este caso se considera que el PIB per cápita tiene la siguiente forma y t = y 0 (1 + α1)t1+β1t21+θ1t31+γ1t4 para un país y z t = z 0 (1 + α2) t 1+β2t21+θ2t31+γ2t4 para el otro, luego la convergencia se efectúa en el año T* donde y T* = z T* con la siguiente igualación y 2014 (1 + α1) T* 1+β1T*21+θ1T*31+γ1T*4 = z 2014 (1 + α2) T* 1+β2T*21+θ2T*31+γ2T*4

De esta manera, como se muestra en la Ecuación (4), el número de años de convergencia a partir del 2014 se obtendrá resolviendo como máximo la ecuación de grado cuatro para la incógnita de tiempo. En la mayoría de casos, sólo una solución muestra un valor positivo y real. No se consideran las soluciones que corresponden a números imaginarios ni los valores negativos. Cuando el conjunto de soluciones muestra más de un valor positivo, se toma el menor de los valores que reflejaría la convergencia más rápida entre las dos economías.

T*ln1+a11+a2+T*2ln1+β11+β2+T*3ln1+θ11+θ2+T*4ln1+γ11+γ2-lnz2014y2014=0 (4)

Una forma alternativa de evaluar la convergencia de los países latinoamericanos hacia los países desarrollados consiste en la estimación de las tasas de crecimiento a partir de modelos de series de tiempo. Se modelan las variaciones porcentuales del PIB per cápita debido a que de esta manera se evita el problema de raíz unitaria. Véase la Ecuación (5). Asimismo, hay casos en los que se agregan dummies para los años en los que se experimentaron caídas o aumentos extraordinarios de las tasas de crecimiento. De esta manera, a partir de los coeficientes obtenidos se utiliza la predicción de la tasa de crecimiento correspondiente al último año de la serie. A partir de esas tasas y del último nivel de PIB per cápita se estima el número de años en que un país tarda en alcanzar a otro.

 lnyt=c+ARMA p,q (5)

De esta forma, se evaluará la convergencia considerando el primer método y reemplazando la tasa de crecimiento estimada según el modelo: de donde se obtiene la Ecuación (6):

T*=lnz2014 lny2014ln1+a1- ln1+a2 (6)

En el Cuadro 3 se presentan los mejores periodos de convergencia en años entre las diferentes economías de la región y las cuatro economías desarrolladas seleccionadas, suponiendo que todas deben seguir creciendo a la mejor tasa de crecimiento promedio detectada. También en todos los casos se anota el tipo de regresión considerada: polinómica (P), semilogarítmica (L) o ARMA (A) y el periodo de análisis considerado tanto para la economía latinoamericana respectiva como para la desarrollada.

Cuadro 3 Mejores períodos de convergencia de las economías latinoamericanas a las economías desarrolladas seleccionadas (años) 

Países Corea del Sur Japón Francia EE. UU.
Argentina

  • 181

  • (1870-2014, P)

  • 86

  • (1990-2014, L)

  • 161

  • (1990-2014, L)

  • 186

  • (1870-2014, P)

Bolivia

  • 178

  • (1945-2014, P)

  • 166

  • (1945-2014, P)

  • 166

  • (1945-2014, P)

  • 178

  • (1945-2014, P)

Brasil

  • 187

  • (1870-2014, P)

  • 120

  • (1990-2014, L)

  • 170

  • (1870-2014, P)

  • 211

  • (1870-2014, P)

Chile

  • 167

  • (1870-2014, P)

  • 12

  • (1990-2014, L)

  • 13

  • (1990-2014, L)

  • 34

  • (1990-2014, L)

Colombia

  • 175

  • (1870-2014, P)

  • 78

  • (1990-2014, L)

  • 115

  • (1990-2014, L)

  • 173

  • (1870-2014, P)

Costa Rica

  • 238

  • (1920-2014, P)

  • 47

  • (1990-2014, L)

  • 59

  • (1990-2014, L)

  • 108

  • (1990-2014, L)

Ecuador

  • 186

  • (1870-2014, P)

  • 168

  • (1870-2014, P)

  • 169

  • (1870-2014, P)

  • 207

  • (1870-2014, P)

El Salvador

  • 237

  • (1920-2014, P)

  • 232

  • (1920-2014, P)

  • 239

  • (1920-2014, P)

  • 248

  • (1920-2014, P)

Guatemala

  • 190

  • (1920-2014, P)

  • 174

  • (1920-2014, P)

  • 178

  • (1920-2014, P)

  • 214

  • (1920-2014, P)

Honduras

  • 217

  • (1920-2014, P)

  • 209

  • (1920-2014, P)

  • 217

  • (1920-2014, P)

  • 235

  • (1920-2014, P)

México

  • 230

  • (1870-2014, P)

  • 182

  • (1870-2014, P)

  • 486

  • (1900-2014, A)

-
Nicaragua

  • 188

  • (1920-2014, P)

  • 176

  • (1920-2014, P)

  • 179

  • (1920-2014, P)

  • 198

  • (1920-2014, P)

Panamá

  • 42

  • (1945-2014, P)

  • 43

  • (1945-2014, P)

  • 38

  • (1945-2014, P)

  • 51

  • (1945-2014, P)

Paraguay

  • 279

  • (1939-2014, P)

  • 262

  • (1939-2014, P)

  • 316

  • (1939-2014, P)

  • 666

  • (1939-2014, P)

Perú

  • 173

  • (1870-2014, P)

  • 46

  • (1990-2014, L)

  • 55

  • (1990-2014, L)

  • 86

  • (1990-2014, L)

República Dominicana

  • 180

  • (1950-2014, P)

  • 49

  • (1990-2014, L)

  • 57

  • (1990-2014, L)

  • 86

  • (1990-2014, L)

Uruguay

  • 173

  • (1870-2014, P)

  • 29

  • (1990-2014, L)

  • 38

  • (1990-2014, L)

  • 89

  • (1990-2014, L)

Venezuela

  • 76

  • (1870-2014, P)

  • 167

  • (1870-2014, P)

  • 146

  • (1870-2014, L)

  • 186

  • (1870-2014, P)

América Latina

  • 183

  • (1870-2014, P)

  • 110

  • (1990-2014, L)

  • 166

  • (1870-2014, P)

  • 194

  • (1870-2014, P)

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Para alcanzar a las economías desarrolladas se requeriría como región entre 110 y 194 años suponiendo el mantenimiento de las mejores tasas de crecimiento históricas. Por países, sólo Chile podría alcanzar a Francia y Japón en menos de 13 años y a EE.UU en 34 años suponiendo que se mantengan las tasas de crecimiento más elevadas observadas entre 1990 y 2014. A Corea del Sur sólo se le alcanzaría en 167 años. En segundo lugar, Uruguay podía alcanzar a Japón en 29 años y a Francia en 39 años. En tercer lugar, Panamá podría alcanzar a las economías desarrolladas seleccionadas entre 38 y 51 años. Luego, Costa Rica podría alcanzar al Japón en 47 años; el Perú a Japón en 46 años y República Dominicana a Japón en 49 años. Llama la atención que la convergencia de Brasil a una economía desarrollada sería en 120 años, Argentina en 86 años y México en 182 años, sin alcanzar nunca a su vecino EE.UU.

En el Cuadro 4 se presenta un cuarto criterio de análisis relativo a evaluar las probabilidades de que las diferentes economías de la región y el conjunto alcancen un PIB per cápita de US$ 30,000 en 20 años partiendo de sus niveles de PIB per cápita en 2014. Aquí se incluye el periodo de la información estadística por país; la tasa de crecimiento promedio anual tanto para toda la serie estadística, los periodos 1950 a 2014, 1980 a 2014 y 1990 a 2014 y los resultados relativos a la tasa de crecimiento necesaria para alcanzar el PIB per cápita y las probabilidades de que esto ocurra.

Cuadro 4 Tasas de crecimiento y probabilidad de alcanzar un nivel de producto per cápita objetivo en 20 años 

Países Período Media TCPA 1950-2014 (%) TCPA 1980-2014 (%) TCPA 1990-2014 (%) Tasa de crecimiento para arribar a US$ GK 30,000 en 20 años (%) Probabilidad de ocurrencia de la tasa Probabilidad de ocurrencia de la tasa corregida por outliers
Argentina 1870-2014 1.53 1.13 0.65 1.95 5.53 0.24 0.19
Bolivia 1945-2014 1.15 0.97 0.97 2.04 11.23 0.00 0.00
Brasil 1870-2014 1.70 2.28 0.92 1.53 7.49 0.07 0.09
Chile 1870-2014 2.03 2.35 3.13 3.95 3.12 0.45 0.28
Colombia 1870-2014 1.77 2.11 1.94 2.23 6.71 0.01 0.00
Costa Rica 1920-2014 2.01 2.41 1.81 2.71 6.19 0.12 0.15
Ecuador 1900-2014 2.08 1.79 1.00 1.67 8.56 0.05 0.02
El Salvador 1920-2014 1.45 1.14 0.78 1.56 12.07 0.04 0.02
Guatemala 1920-2014 1.65 1.30 0.52 1.63 9.62 0.07 0.04
Honduras 1920-2014 0.81 0.98 0.52 1.17 13.33 0.02 0.00
México 1870-2014 1.68 1.95 0.75 1.22 6.73 0.05 0.06
Nicaragua 1920-2014 0.83 0.26 -0.35 1.19 14.77 0.05 0.01
Panamá 1945-2014 2.26 2.51 1.80 3.12 6.01 0.14 0.14
Paraguay 1939-2014 1.13 1.48 0.61 0.90 10.51 0.05 0.01
Perú 1870-2014 1.58 1.67 1.33 3.38 7.80 0.06 0.10
Rep. Dominicana 1950-2014 2.86 2.75 2.67 3.63 8.55 0.11 0.13
Uruguay 1870-2014 1.54 1.66 2.12 3.08 4.12 0.35 0.26
Venezuela 1870-2014 2.23 0.43 -0.09 0.71 5.73 0.23 0.20
América Latina 1870-2014 1.67 1.73 0.97 1.72 7.04 0.01 0.05

Fuente: Elaboración propia con base en The Conference Board (2015) y The Maddison Project (2013).

Al respecto, se presentan dos opciones. La primera que se calcula contabilizando la frecuencia relativa del conjunto de tasas que sean mayores o iguales a la necesaria para lograr dicho nivel del PIB per cápita de acuerdo con el ordenamiento de la información histórica de la economía en mención. La segunda que se obtiene a partir de una distribución de frecuencia de las tasas de crecimiento donde se han retirado las observaciones extremas para cada país (outliers). El método para realizar dicha corrección consiste en eliminar aquellas observaciones que superen el intervalo de confianza definido por la tasa promedio de la muestra más (menos) dos desviaciones estándar. Así, con las muestras corregidas se construyen tablas de frecuencia en las que la nueva probabilidad corresponde a la frecuencia relativa del intervalo de clase en el que se encuentre la tasa en cuestión.

De partida, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay y República Dominicana requerirían de tasas de crecimiento superiores al 8% anual de manera continua para llegar al nivel de ingreso objetivo de US$ 30,000. Las probabilidades para que ello pudiera ocurrir fluctuarían entre 0 y 0.07, a excepción de la Republica Dominicana en que esta probabilidad varía entre 0.11 y 0.13. Otro grupo de países que requerían tasas de crecimiento entre 5% y poco menos del 8% anual son la Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, Venezuela y toda la región en conjunto. Sin embargo, en todos los casos estas tasas son claramente superiores a las observadas en los periodos previos. En Colombia la probabilidad de obtener esta tasa es entre 0 y 0.01. Sólo en la Argentina hay una probabilidad mayor pero aún baja entre 0.19 y 0.24 y en Venezuela entre 0.20 y 0.23.

Sólo Chile requeriría de una tasa de crecimiento continua del 3.1% anual, inferior a la observada entre 1980 a 2014 y 1990 a 2014 con una probabilidad entre 0.28 y 0.45. En el caso de Uruguay la tasa necesaria sería del 4.1% superior a las observadas históricamente con una probabilidad entre 0.26 y 0.35. Toda la región requeriría de una tasa de crecimiento del 7% anual para llegar a un PIB per cápita de US$ 30,000, pero con una baja probabilidad entre 0.01 y 0.05. Las probabilidades para arribar a los estándares de una economía de altos ingresos son reducidas.

Conclusiones

La trampa de los ingresos medios alude a un fenómeno de menor crecimiento económico que viene afectando a muchas economías, incluidas las latinoamericanas que retrasa su convergencia tanto hacia el grupo de economías de alto ingreso como de mayor nivel de producto per cápita. Las hipótesis o teorías para explicar estos fenómenos son múltiples, las mismas que van desde factores estructurales, problemas macroeconómicos particulares, reconcentración del ingreso, problemas tecnológicos e institucionales, síndromes como la enfermedad holandesa, entre muchos otros. Estas explicaciones se pueden enmarcar en diferentes paradigmas o escuelas económicas. Los diagnósticos parecen ser particulares a cada economía, aunque pueden presentarse muchos elementos en común.

Cada economía latinoamericana muestra un desarrollo particular y las diferencias entre estas han aumentado. Asimismo, como región en conjunto nos hemos alejado de los ingresos per cápita de las economías desarrolladas desde los años cincuenta, profundizándose la diferencia en la década de los ochenta y noventa. Sólo recién en el siglo XXI nos tendemos a aproximar ligeramente. Estos comentarios son similares para los diferentes grupos de países llamando la atención la pérdida de convergencia de Argentina, Uruguay y Venezuela.

Las metodologías aplicadas muestran resultados diferentes. Sin embargo, parece más claro que las grandes economías de la región: Argentina, Brasil y México; las medianas a excepción de Chile; las pequeñas a excepción de Uruguay y todas las centroamericanas a excepción de Costa Rica se tardarían muchos años en llegar a los niveles de las economías desarrolladas y con una probabilidad muy baja. Sólo Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay parecen tener alguna esperanza. En el mejor de los casos, toda la región podría llegar a los niveles de ingreso de las economías desarrolladas entre 110 y 200 años. Se requeriría de una tasa de crecimiento del 7% anual en 20 años para llegar a un PIB per cápita de US$ 30,000, pero con una baja probabilidad de ocurrencia entre 0.01 y 0.05. La convergencia hacia las economías desarrolladas se ve difícil.

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1Este modelo muestra también cómo la ausencia de rendimientos crecientes en la producción de bienes y servicios industriales conduce al estancamiento de la pequeña producción agrícola.

2Línea de argumentación que se aproximaría en cuanto a sus impactos a la hipótesis de R. Prebisch sobre el deterioro de los términos de intercambio.

3Galindo (2009) utilizando el índice de gobernanza del Banco Mundial (que incluye los derechos políticos, sociales y humanos; la efectividad de la burocracia; el cumplimiento de la ley y el control de la corrupción) concluye que esa variable contribuye en positivo -con base a experiencia empírica de economías desarrolladas- al crecimiento económico a través de la inversión privada y la distribución del ingreso.

4Esta metodología se utiliza principalmente para realizar comparaciones tanto entre diferentes países como a lo largo del tiempo. Se originó en los años sesenta en la Universidad de Pensilvania por encargo del Banco Mundial.

5Proyecto iniciado en 2010 que busca mantener el trabajo estadístico del historiador económico británico Angus Maddison.

6La información utilizada puede solicitarse a través de nuestras direcciones electrónicas.

7Un análisis parecido pero para un periodo histórico más corto fue desarrollado por Sanguinetti y Vilar (2012).

8Estos resultados serían similares a los obtenidos por un promedio móvil de tamaño diez sin perder las observaciones características de este procedimiento.

9Debe anotarse que en los primeros años de la serie estadística el promedio de las economías desarrolladas no incorpora a Corea del Sur; asimismo, el Japón se encontraba por debajo de los estándares de la economía de EE.UU. y Francia.

10La fórmula de la desviación estándar aplicada es la siguiente: σ=i18xi-x-2n-1

11Que suponen tasas de crecimiento promedio anual de 4.7% y 3.5% anual respectivamente.

* Se agradecen las observaciones de Patricia del Hierro a una versión inicial del documento. Asimismo, a los comentarios de los dictaminadores anónimos, aunque el resultado final es de nuestra exclusiva responsabilidad

Recibido: 29 de Marzo de 2017; Aprobado: 18 de Septiembre de 2017

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