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Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.71 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2023  Epub 08-Sep-2023

https://doi.org/10.24201/nrfh.v71i2.3869 

Artículos

Pasarse + gerundio como verbo seudocopulativo. Un análisis sincrónico con datos de Lima, Perú

Pasarse + gerund as a pseudocopulative verb. A synchronic analysis with data from Lima, Peru

Víctor Arturo Martel Paredesa 
http://orcid.org/0000-0001-5408-6215

aUniversidad Nacional Mayor de San Marcos. vmartelp@unmsm.edu.pe


Resumen:

En este trabajo presento un análisis de la perífrasis verbal frecuentativa pasarse + gerundio: hago la descripción y el estudio del clítico pronominal en pasarse, cuyo carácter es de voz media; trato la obligatoriedad de un gerundio depictivo, cuya imposición responde a la desemantización de pasarse y su significado de seudocopulativo aspectual que conecta el sujeto con un predicado de estadio; y examino la selección de complemento de tiempo, que obedece a una complementación de aspecto y no de evento. Por último, concluyo que estas características son indicios de un proceso de vacuidad de contenido léxico y preeminencia de rasgos funcionales de aspecto.

Palabras clave: frecuentativo; voz; depictivo; complemento; aspecto

Abstract:

In this paper I present an analysis of the frequentative verbal periphrasis pasarse + gerund. I offer a description and analysis of the pronominal clitic in pasarse, characterized as middle voice; I discuss the obligatory nature of a depictive gerund, due to the desemantization of pasarse and its significance as an aspectual pseudo-copulative that connects the subject with a stage-level predicate; and I examine the selection of a complement of time, corresponding to a complement, not of event, but of aspect. I conclude that these characteristics point to a void of lexical content and predominance of functional features of aspect.

Keywords: frequentative; voice; depictive; complement; aspect

Introducción

Las frases frecuentativas en español cuentan con importante bibliografía especializada que da amplia información de su variedad y del empleo de núcleos verbales para construcciones perifrásticas (Gómez Torrego 1999; Yllera 1999; Laca 2006; NGLE 2010). Una de estas construcciones llama la atención por su complejidad estructural: pasarse, en el ejemplo Juan se la pasa estudiando todo el día. Sin embargo, los componentes de este verbo no se han descrito a cabalidad. Para ello, veamos algunas acepciones registradas en el Diccionario de la lengua española (DLE).

Según esta obra de referencia, de la primera a la trigésimo primera acepción, pasar es verbo transitivo; pongo por caso la siguiente:

  • 1. tr. Llevar, conducir de un lugar a otro;

e intransitivo no pronominal de la trigésimo segunda a la quincuagésima tercera acepción; pongo por caso la siguiente:

  • 33. intr. Dicho de una cosa: Mudarse, trocarse o convertirse en otra, mejorándose o empeorándose.

Sin embargo, el DLE también registra usos pronominales de la quincuagésima cuarta a la sexagésima cuarta acepción:

  • 54. prnl. Tomar un partido contrario al que antes se tenía, o ponerse de la parte opuesta.

  • 55. prnl. Acabarse o dejar de ser.

  • 56. prnl. Olvidarse o borrarse de la memoria algo.

  • 57. prnl. Dicho de la fruta, de la carne o de algo semejante: Perder la sazón o empezarse a pudrir.

  • 58. prnl. Dicho de algunas cosas: Perderse la ocasión o el tiempo de que logren su actividad en el efecto. Pasarse la lumbre, la nieve, el arroz.

  • 59. prnl. Dicho de la lumbre de carbón: Encenderse bien.

  • 60. prnl. Exceder en una calidad o propiedad, o usar de ella con demasía. Pasarse DE bueno. Pasarse DE cortés.

  • 61. prnl. Dejar salir gotas por sus poros, rezumar. Pasarse un cántaro, el papel.

  • 62. prnl. Entre los profesores de facultades, exponerse al examen o prueba en el consejo, juntas o universidades, para poder ejercitarlas.

  • 63. prnl. En ciertos juegos, hacer más puntos de los que se han fijado para ganar, y en consecuencia perder la partida.

  • 64. prnl. Dicho de aquellas cosas que encajan en otras, las aseguran o cierran: Estar flojas o no alcanzar el efecto que se pretende. Pasarse el pestillo en la cerradura.

Sobre la aparición de este clítico pronominal, surge el cuestionamiento acerca de cuál es la diferencia entre el núcleo léxico pasar y aquel con el que aparece el clítico, pasarse. Es decir, si bien el contenido léxico del evento varía en cada caso, lo que más destaca es la participación del sujeto: ¿actúa de la misma manera en pasarse que en pasar? Si no es así, ¿cuál es la razón?

Por lo demás, según la Nueva gramática de la lengua española (NGLE), pasarse es un seudocopulativo, como también lo son venir, ir y tener. Sin embargo, esto implica un problema de análisis: si se estudia como seudocopulativo, el predicado de gerundio es predicativo de sujeto; no obstante, ante el fallo de pruebas de pronominalización y pasivización, el gerundio debe analizarse como un depictivo; o sea, pasarse se muestra como un verbo pleno y el gerundio como un segundo predicado seleccionado por el verbo. Ante esta divergencia de análisis sintáctico y semántico, preferiremos mostrar la estructura sintáctica de pasarse como un verbo de control. Así, desde el punto de vista de la semántica, el seudocopulativo despliega con respecto al sujeto información aspectual imperfectiva; en consecuencia, encontramos predicados de gerundio que denotan estadio o situación (Demonte y Masullo 1999, p. 2515; Silvagni 2017), lo cual se corresponde semánticamente con el verbo estar.

Por último, a diferencia de otros seudocopulativos aspectuales como andar, empezar o terminar, pasarse, junto a tener y llevar, exige un complemento además del predicativo. Sin embargo, a dicho complemento no se asigna papel temático, ya que denota un significado referencial de tiempo: sintácticamente no son equiparables a adverbios, sino a complementos, por la posibilidad de ser pronominalizables, según veremos más adelante.

Por tanto, para resumir los objetivos de este artículo, mi intención es responder a las siguientes preguntas: ¿cuál es la relación entre la aparición del clítico con el comportamiento del sujeto en esta construcción perifrástica?; ¿en qué radica la naturaleza aspectual de los predicativos verbales obligatorios de pasarse?; ¿cuál es el origen y cuál la relación sintáctica entre el complemento de tiempo y pasarse?

En la primera parte, discutiré aspectos estructurales avanzados en las gramáticas descriptivas sobre la construcción que involucra pasarse. Después me detendré a explicar la configuración interna de pasarse, verbo que reclama la presencia de un clítico pronominal. Luego, explicaré el tipo de predicado de sujeto que exige pasarse, el cual se someterá a análisis como núcleo aspectual. En la segunda parte, brindaré una definición de los complementos de medida para explicar la dificultad de clasificarlos y, asimismo, proponer una explicación de la relación sintáctica entre el núcleo verbal y el complemento de referencia temporal. Al final, como corresponde, brindaré las conclusiones del estudio.

Con las respuestas a estas preguntas, el artículo ofrecerá una caracterización sintáctica y semántica de los predicados depictivos de sujeto, dará luces sobre el comportamiento del núcleo voz con ciertos verbos, propondrá una explicación sobre el cambio de función asignada al complemento y someterá a discusión si esta forma verbal ha entrado en un proceso de gramaticalización.

Definiciones y descripciones de PASAR(SE) en el DLE y en la NGLE

Asunciones teóricas preliminares

Antes de revisar los alcances en cuanto a la construcción con pasarse en estudios anteriores, es preciso definir algunos conceptos o asunciones teóricas considerados en este estudio. Asumo que pasarse es un núcleo que linda entre un verbo de control y un seudocopulativo aspectual, puesto que manifiesta cierto grado de vacuidad semántica, aun cuando selecciona un agente y un complemento. Esto quiere decir que la frase determinante (FD) que se halla en función de agente o de argumento externo, el cual se encuentra en una pérdida de agencia, se relaciona con dos predicados verbales diferentes en condiciones léxicas/ estructurales determinadas, y que, además, el complemento tiene carácter semántico adverbial temporal y no de complementación de un significado de evento. A continuación, presento una estructura de control en condiciones típicas, como en Yo quise caminar, donde la FD sujeto Yo del verbo principal quise (V2) se liga a una categoría pronominal que llamo PRO, la cual es el sujeto del predicado sin flexión de tiempo caminar (V1).

Para simplificar la exposición, omito el núcleo funcional de tiempo y núcleos superiores propios de una oración flexionada. La Figura 1 representa una frase voz (Fv en otras descripciones), núcleo que determina la voz activa, media o pasiva de la estructura, la cual selecciona como complemento una frase verbal (FV), y ésta, a su vez, selecciona como complemento una frase verbal cuyo sujeto está ligado al del verbo principal. No obstante, puede haber construcciones adjuntas no seleccionadas por la FV donde también ocurre una relación de control, como es el caso de los gerundios adverbiales: Ellai quería una naranja PROi deseando comerla al instante. En todo caso, la FD agente, en el especificador de FVoz, liga el elemento nulo pronominal incrustado en FV1, lo cual determina que son el mismo sujeto.

Figura 1 Estructura de verbo de control de la oración “Yo quise caminar” 

El análisis sintáctico propuesto para pasarse es que el gerundio que aparece en esta construcción constituye una frase verbal que funciona como un depictivo de sujeto bajo una relación de control; sin embargo, semánticamente, el gerundio denota un predicativo enlazado a un sujeto por medio de una cópula verbal.

Entiendo como construcción de segunda predicación depictiva aquella que “expresa un estado de las cosas que tiene lugar durante el mismo marco temporal de otra eventualidad” (Palancar y Alarcón 2007, p. 340); es decir, rescata el hecho de que la segunda predicación se refiere a un evento que co-ocurre junto a otro que expresa el verbo principal, o sea, un verbo pleno. Por lo demás, Demonte y Masullo (1999, p. 2514) mencionan que algunos verbos desemantizados se comportan como auxiliares aspectuales, como es el caso de empezar, terminar, continuar, etc., los cuales seleccionan complementos predicativos, por ejemplo, “Las cosas empezaron horribles y acabaron peor” (p. 2515). Así, los modificadores en realidad son predicaciones seleccionadas por el verbo, el cual funciona como nexo entre sujeto y complementos predicativos.

Si bien las segundas predicaciones de sujeto son, en general, opcionales, esto no es así en el caso de verbos copulativos y seudocopulativos, pues se requiere a los predicativos de manera obligatoria. En ese sentido, considero la frase verbal exigida por pasarse como una predicación sobre el sujeto.

Para terminar esta breve revisión, me ocuparé de la distinción entre los complementos predicativos de sujeto según lo establece la tradición gramatical. Los predicativos denotan, con respecto al sujeto de referencia, propiedades, o bien inherentes, o bien situacionales. A partir de esta dicotomía, se han desarrollado estudios importantes sobre la distinción entre predicados de individuo y predicados de estadio. El español muestra de forma evidente esta diferencia por medio de los copulativos estar y ser (v.gr., Ella es inteligente vs.* Ella está inteligente y Él está asustado vs. *Él es asustado); y pasarse, al someterse a análisis como seudocopulativo, muestra una selección de predicativos eventivos, es decir, de estadio, por lo que se asigna al sujeto un estado o propiedad transitoria.

Vistas algunas definiciones y asunciones teóricas, pasaré a revisar algunos avances de estudio sobre este verbo.

Estudios sobre “pasarse”

Las definiciones de pasar, según el DLE, varían en usos transitivos, intransitivos y pronominales. Los usos transitivos se concentran en el significado de movimiento con una dirección inherente. Vuelvo sobre la primera acepción que registra: “1. tr. Llevar, conducir de un lugar a otro”. Sin embargo, el uso pronominal frecuentativo del castellano que estudio aquí se encuentra en la siguiente acepción:

  • 16. tr. Estar durante un tiempo determinado en un lugar o en una situación. Pasan los veranos en la playa. Ha pasado la noche a la intemperie. Pasó años sin hablarme. U. t. c. prnl. Se pasa el día yendo y viniendo.

He resaltado el último uso pronominal, pues se trata de la construcción objeto de esta investigación. Luego, los otros usos transitivos, intransitivos e incluso pronominales se alejan de la construcción y significado que me interesa estudiar. La NGLE (2010, § 38.5s) afirma que, aun cuando los verbos plenos expresan movimientos en direcciones opuestas, pueden llegar a neutralizarse como copulativos. De esta manera, propondré líneas abajo que el significado de la construcción pronominal es de movimiento desemantizado, al punto de tener un significado aspectual y de funcionar como copulativo entre un sujeto y un predicativo imperfectivo.

En cuanto al estudio de perífrasis verbales con las características que he apuntado, encuentro que para Demonte y Masullo (1999, p. 2514), y para la NGLE (2010, §§ 38.5s, 38.7b), los verbos de movimiento como ir, andar, salir, venir, pasar, etc., se comportan como seudocopulativos y exigen predicativos1. Con respecto a las perífrasis llevar + gerundio, tener + gerundio y pasarse + gerundio, la NGLE expone lo siguiente:

i. Hay dudas de si estas construcciones son perífrasis verbales, ya que alternan con otros complementos predicativos (§ 28.15a). Sobre ello, es cierto que el predicativo que selecciona el verbo pasarse no sólo puede ser una frase verbal, ya que podemos tener las siguientes construcciones2:

  • (1) a. Juan se la pasa trabajando.

  • b. Juan se la pasa en el trabajo.

  • c. Juan se la pasa preocupado.

El predicado (1a) puede alternar con frases preposicionales (1b) o adjetivales (1c). No obstante, nos hemos referido aquí a frases verbales, ya que estas construcciones tienen un significado frecuentativo más patente con respecto al evento incrustado.

ii. Dichas construcciones exigen la duración de un intervalo o marca que haga explícito un límite inicial (§ 28.15b). Sin embargo, podemos observar variaciones dialectales en cuanto a este requerimiento:

  • a. Juan se pasa la tarde leyendo un libro.

  • b. Juan se la pasa leyendo un libro.

  • c. Juan se pasa leyendo un libro3.

  • d. *Juan se lo pasa leyendo (un libro).

(2a) requiere una FD como referencia de tiempo, el cual puede ser pronominalizable (2b). (2c) no cuenta con una FD objeto que cuantifique la duración del evento, por lo que hay cierta duda en su construcción (51.43% dice que es “aceptable”, frente al 48.57%, que afirma que es “buena”). (2d) pronominaliza el objeto directo del verbo incrustado, lo cual indica que el pronominal no puede ascender, como sucede con otros copulativos o seudocopulativos aspectuales (25.72% dijo que es “extraña” y 74.28% que es “mala”). Específicamente con pasarse, los grupos nominales de cuantificación de tiempo suelen ser definidos (§ 28.15h), además de constituir el complemento directo de tal verbo (§ 28.15i). Más adelante trataremos la naturaleza de este complemento.

iii. Generalmente se construyen con predicados atélicos o durativos (§ 28.15f). Como veremos líneas abajo, el hecho de que pasar se haya desemantizado en ciertos contextos y se use como verbo de voz media (pasarse) implica una reestructuración argumental con respecto al agente y su complemento. En consecuencia, el predicativo se corresponde con verbos como estar: su selección de predicados es de estadio y no de individuo.

En suma, aun cuando sintácticamente se comporta como un verbo pleno, pasarse se aleja de los significados de movimiento con dirección inherente para ofrecer un nuevo significado aspectual, lo cual determina la reinterpretación de los participantes de su estructura argumental. Entre estos cambios, se percibe la selección de un predicado de sujeto obligatorio, un complemento de referencia de tiempo y, aunque no se ha mencionado en estudios anteriores, la necesidad de un pronominal que haga referencia al agente del verbo.

Metodología del estudio

Los datos presentados en este trabajo se han sometido a un examen de juicio gramatical entre hablantes de castellano peruano en la región de Lima. Quienes participaron en tal prueba debían completar, entre el 20 y 21 de febrero de 2021, una encuesta elaborada en Google Form que recibieron por correo electrónico. No se hizo distinción de sexo, nivel educativo o edad, aunque es preciso decir que las personas que tenían cuenta de Gmail eran mayores de 17 años. En el “Anexo” de este artículo se transcribe la encuesta y sus resultados: las oraciones que aparecen sin ninguna marca especial se consideran gramaticales, las oraciones con el signo ‘?’ se tienen por anómalas o extrañas, aunque con cierto grado de aceptabilidad; por último, si poseen la marca ‘*’ se consideran agramaticales, toda vez que presentan serios problemas para su comprensión.

Asimismo, para explicar el proceso de desemantización del verbo pasarse, recurriré a la noción de gramaticalización, que consiste en “a process in which grammar elements that appear in the process of desemantization obtain new grammatical functions” (Shustova et al. 2017, p. 35).

Por lo demás, para explicar la constitución de la frase y las relaciones de gobierno entre frases y núcleos, emplearé las nociones de la teoría de la X con barra de Chomsky (1976) y de la de gobierno (1988), respectivamente. Según la primera de las teorías, un núcleo X determina la etiqueta de frases enteras y las propiedades en elementos ajenos, como los modificadores o complementos; es decir, las frases son proyecciones de sus núcleos: de esta manera, por ejemplo, un núcleo verbal selecciona un complemento nominal. En cuanto a la segunda de las teorías, sobre el complemento que selecciona un verbo, es importante señalar la noción de rección canónica, que consiste en la relación núcleo-complemento, en la cual el elemento rector manda-c a la posición regida; o sea, X, que es dominado de manera inmediata por un elemento Z, manda-c a otro núcleo Y, si, y sólo si dicho elemento Y también es dominado inmediatamente por el mismo elemento Z, y si, a su vez, Y manda-c a X. No me detendré a dar detalles de toda la teoría de gobierno; sólo me interesa precisar las relaciones que establecen los elementos en una frase.

Para el caso de pasarse, veremos que el verbo no manda-c a la construcción de gerundio, por lo que no establece una relación estructural de gobierno; sin embargo, semánticamente, el gerundio se comporta como un predicado de sujeto, lo cual invita a considerar pasarse como verbo seudocopulativo; es decir, como si gobernara al gerundio inmediatamente (véase infra, Figura 2).

Figura 2 Voz media de “pasar” en la oración “Juan se pasa la tarde fumando” 

Estructura argumental de pasarse

Clíticos pronominales y voz media

Antes de explicar la ocurrencia de pasarse con clíticos pronominales es necesario brindar algunos alcances de este verbo en cuanto a la selección del sujeto.

Con verbo meteorológico. Con un verbo de este tipo, una construcción verbal sin exigencia de sujeto debería ser gramatical, como en el caso de parecer en (3a) o en el de parar4 en (3b). Sin embargo, ello no es posible con pasarse en (3c) (todos los encuestados consideraron “mala” dicha construcción).

  • (3) a. Parece llover todo el día.

  • b. Para lloviendo todo el día.

  • c. *Se pasa lloviendo todo el día.

Con verbos impersonales. De igual forma, una construcción impersonal con haber o dar ganas sería posible con construcciones sin selección de sujeto, por ejemplo, con parecer en (4a), o con parar en (4b), pero no con pasarse en (4c) (todos los encuestados consideraron “mala” dicha construcción).

  • (4) a. Parece dar hambre a estas horas.

  • b. Para dando hambre a estas horas.

  • c. *Se pasa dando hambre a estas horas.

Con verbo psicológico. Por último, con verbos no agentivos, cuyo sujeto gramatical es el objeto lógico, como doler, un verbo que no selecciona agente es posible, por ejemplo, con parecer en (5a) o con parar en (5b), mientras que con pasarse no lo es en (5c) (todos los encuestados consideraron “mala” dicha construcción).

  • (5) a. Parece dolerme la cabeza.

  • b. Me para doliendo la cabeza.

  • c. *La cabeza se (me) pasa doliendo (a mí) toda la mañana.

De lo anterior se concluye que pasarse exige la presencia de un sujeto lógico, es decir, generado en especificador de voz, núcleo funcional que introduce al agente en el evento, pero, según veremos más adelante, la agencia de este verbo de movimiento ha perdido su carácter volitivo, lo cual se traduce en la aparición de un clítico de voz media.

Luego de observar la exigencia de un sujeto, veamos más datos sobre su participación en la oración. La diferencia entre (6a) y (6b) se explica observando la participación del sujeto Juan:

  • (6) a. Juan la pasa llorando.

  • b. Juan se la pasa llorando.

(6a) es gramatical sin el clítico se siempre y cuando se interprete la agencia de Juan al realizar un evento de movimiento o transferencia, independiente del predicativo de gerundio. Además, el gerundio no se interpreta como complemento predicativo de sujeto, sino como predicado depictivo, simultáneo al evento de pasar; o sea, pasar no se interpreta como seudocopulativo, sino como verbo pleno. Por lo demás, (6b) denota un significado de agente involuntario en virtud del pronominal. Según Mendikoetxea (1999, p. 1606), los verbos de movimiento, con dirección inherente, expresan un cambio de estado consistente con verbos inacusativos, como sentarse, levantarse, tumbarse, etc. En ese sentido, la variante de pasar, pasarse, como verbo de movimiento con dirección inherente, podría clasificarse como verbo inacusativo o, tal vez, con comportamiento de inacusativo, cuyo sujeto no expresa las características de agencia ante un verbo que funciona como una cópula.

Para probar el grado de volición y agentividad, podemos recurrir a la frase dejar de para comprobar si el agente tiene control sobre el evento expresado por el verbo:

  • (7) a. Juan dejó de pasar la tarde comiendo.

  • b. *Juan dejó de pasarse la tarde comiendo5.

A diferencia de (7a), (7b) resulta agramatical porque el sujeto no tiene agencia, volición o control sobre el proceso experimentado en el evento (8.57% de los encuestados consideró “extraña” la construcción, y 91.43%, “mala”). Por lo demás, la volición sí puede interpretarse con el verbo no finito controlado por Juan.

En concordancia con García-Miguel (1985), Maldonado (2006) y Saab y Carranza (2021), mi propuesta es que la aparición de los pronominales con pasar obedece al hecho de que la FD Juan se genera en el especificador de voz media (NGLE, § 41.13c), con lo cual el agente sufre una democión, o, como dice Maldonado (2006, p. 85), se torna un sujeto secundario (surrogate subject). El núcleo de voz media es realizado a través del clítico pronominal. Para confirmar esta idea, compárense los siguientes ejemplos tomados de Maldonado (pp. 86 y 89):

  • (8) a. Chalo arregla su coche con el mecánico de mi papá con absoluta confianza.

  • b. ?Catalina se corta el pelo con un estilista francés con absoluta confianza.

  • (9) a. Recordaba meticulosamente las palabras de su padre.

  • b. ?Seacordabameticulosamentedelaspalabrasdesupadre.

En (8b) y (9b), a diferencia de (8a) y (9a), la propiedad agentiva es delegada al participante en caso oblicuo por la presencia del pronominal, por lo que las frases adverbiales con absoluta confianza y meticulosamente hacen que las oraciones sean anómalas.

La derivación de verbo con voz media6 de la oración Juan se pasa la tarde fumando -en la cual omito los núcleos de tiempo y otros superiores- estaría representada según se advierte en Figura 2.

Ello derivaría en oraciones con el clítico paradigmático, como las siguientes:

  • (10) a. Juan se la pasa pintando sobre un cuadro.

  • b. Tú te la pasas yendo al mercado.

  • c. Me la pasé viendo televisión todo el fin de semana.

Podríamos unificar el núcleo de voz en uno solo estipulando que hay rasgos activos en su interior y que su inactividad resulta en la aparición de los clíticos analizados (Saab y Carranza 2021, p. 188). Sin embargo, prefiero no recurrir a dicho aparato teórico para no hacer más compleja la explicación y mantener, por lo menos hasta aquí, dos núcleos distintos, ya que son suficientes para mostrar el comportamiento de pasarse. Una vez aclarada la aparición del clítico pronominal, explicaré la selección de predicados depictivos imperfectivos de estadio.

“Pasarse”: ¿introductor de predicados de estadio?

Luego de explicar el uso pronominal de pasar, me detendré en el requerimiento de un predicado de gerundio. El comportamiento sintáctico que caracteriza a pasarse nos orienta a analizarlo como verbo modificado por una frase adverbial que funciona como depictivo del sujeto; es decir, ante un verbo pleno, ocurre una segunda predicación que establece una relación sintáctica con el sujeto para expresar un evento simultáneo (Ernesto camina ensimismado) o de resultado (Lucía terminó su trabajo cansada), el cual no es requerido ni obligatorio según la selección del verbo. Esto puede apreciarse en la posibilidad de transformaciones sintácticas para el caso de copulativos y seudocopulativos, e imposibles para pasarse.

Pronominalización. Para el caso de pasarse, si bien es posible la pronominalización del complemento en (11b), no lo es con la predicación de gerundio en (12b), como podría suceder con el copulativo estar: Juan está estudiando; lo está.

  • (11) a. Juan se pasó la mañana buscando su libro.

  • b. Juan se la pasó buscando su libro.

  • (12) a. Juan se pasó la mañana buscando su libro.

  • b. *Juan se lo pasó la mañana.

Ascenso de clítico. Pasarse no permite el ascenso de clíticos (13b), pero sí los seudocopulativos acompañados de gerundios: Pedro anda buscando un departamento; lo anda buscando.

  • (13) a. Juan se pasó la mañana buscándolo.

  • b. *Juan se lo pasó la mañana buscando (su libro).

Semánticamente, observamos aspectos importantes, como la imposibilidad de omisión del predicado de gerundio. En (14b), la omisión de este elemento simplemente hace que la oración sea agramatical, lo que indica la selección de pasarse de un predicativo, tal como sucede con los copulativos y seudocopulativos:

  • (14) a. Juan se pasó la mañana comiendo chocolates.

  • b. *Juan se pasó la mañana.

Sin embargo, algunos verbos plenos también pueden demandar segundas predicaciones, como considerar o creer: Te consideré listo para el concierto; Me creyó un ejemplo a seguir. A este respecto, veamos que en (15a) el predicado de gerundio no coincide aspectualmente con pasarse, el cual requiere un evento transitorio, y sabiendo es un predicado que denota una propiedad inherente, por lo que resulta agramatical. En el caso de (15b), los sujetos del verbo pasarse y del predicado de gerundio son distintos: Carlos es el sujeto que ve a Juan, por lo que resulta agramatical, situación que se explicaría si entendemos que pasarse cumple una función de nexo entre sujeto y predicativo, como es el caso de los copulativos o seudocopulativos.

  • (15) a. *Juan se pasó la mañana sabiendo francés.

  • b. *Juan se pasó la mañana viéndolo Carlos.

La característica de seudocopulativo que adquiere pasarse nos orienta a pensar en los tipos de predicativos de gerundio con los cuales se asocia el FD referente. Como apuntaba líneas arriba, es conocida la distinción entre predicados de individuo (P-I) y predicados de estadio (P-E), los cuales se introducen en la oración mediante los verbos copulativos ser y estar, respectivamente (Fernández Leborans 1999 y 2007; Fernández Leborans y Sánchez López 2015). Los primeros denotan atributos inherentes al referente o que éste ha adquirido; los segundos son aquellos estados por los que transita el referente sin que ello implique una propiedad inherente. Es decir, mientras que los predicados de estadio presentan una estructura aspectual (Silvagni 2017) de resultado o de perfectivo (Leonetti 1994; Roby 2009), los de individuo carecen de cualquier tipo de estructura aspectual, y seleccionan estados permanentes sin cambio o resultado. En esta sección argüiré que el carácter seudocopulativo aspectual de pasarse determina que éste seleccione predicados transitorios de estadio y no de individuo. Veamos cómo se comporta en los siguientes ejemplos:

  • (16) a. Juan se pasó la noche *guapo/ *inteligente/ ??sabiendo un secreto.

  • b. Juan se pasó la noche en la calle/ con frío/ tiritando.

Comprobamos que el seudocopulativo selecciona predicados de estadio (16b) y rechaza predicados de individuo (16a) (todos los encuestados consideran “mala” esta oración con el predicado guapo e inteligente; 82.85% estima que, con el predicado sabiendo un secreto, la oración es “buena”, y un 17.15%, que es “aceptable”). Sin embargo, cabe resaltar que otros seudocopulativos seleccionan predicados de individuo con verbos como convertirse (17a) y resultar (17b), según señalan Demonte y Masullo (1999, p. 2514):

  • (17) a. Marta se convirtió en la persona de confianza del jefe.

  • b. La obra resultó más complicada de lo que creíamos.

Sin embargo, ninguna de estas construcciones puede conformar ni devenir en perífrasis verbales, ya que sus complementos son de naturaleza no verbal, aunque ello no quiere decir que carezcan de sentido de aspectualidad.

Por último, para comprobar que nos encontramos ante una selección de predicados de estadio transitorios (situaciones) elegidos por un núcleo con rasgos aspectuales, veremos a continuación el comportamiento de las construcciones seleccionadas por los verbos de percepción. Este tipo de verbos (ver, por ejemplo) seleccionan situaciones como argumentos, en los que la FD sujeto se relaciona con un predicado de estadio no activo, como en (18a), cansado, en la playa, o activo, estudiando inglés, pero nunca con estados o propiedades inherentes, como en (18b), inteligente (todos los encuestados dijeron que era “mala”), sabiendo inglés (82.85% dijo que era “extraña”, y “mala”, 17.15%), alto (80% dijo que era “buena”; 11.43%, “aceptable”; 8.57%, “mala”):

  • (18) a. Lo vi a Juan estudiando inglés/ en la playa/ cansado.

  • b. Lo vi a Juan *inteligente/ *sabiendo inglés/ ??alto.

Mientras que los predicados de estadio en (18a) son perfectamente gramaticales, los predicados de individuo pueden admitirse siempre y cuando se reinterpreten como predicados de estadio, mas no como propiedades inherentes al referente (18b). De esta manera, podemos hacer la prueba de que, en efecto, pasarse selecciona predicados de estadio en complementos de verbos de percepción. En los siguientes ejemplos, el referente del verbo de percepción ver es predicado con un P-E (19a) y no con un P-I (19b) (2.85% dijo que esta oración le parecía “extraña”, y “mala”, 97.15%):

  • (19) a. Lo vi pasarse la tarde escuchando música.

  • b. *Lo vi pasarse la tarde sabiendo francés.

Nuevamente, (19b), a diferencia de la gramatical (19a), podría aceptarse si se reinterpreta como predicación de estadio.

Por último, cabe destacar un hecho relacionado con la información aspectual de ambas formas verbales. Cuando tenemos un verbo pleno, no necesariamente hay concordancia de aspecto entre éste y el gerundio. Así, en (20a), llegó y pensando, y en (20b), siendo y sonrió son eventos que no concuerdan en su información aspectual léxica:

  • (20) a. Juan llegó pensando que alguien estaría adentro.

  • b. Siendo como es, Roberto sonrió de felicidad.

Sin embargo, no sucede lo mismo cuando se trata de núcleos con significado aspectual, como en el caso de pasarse. En (21a), el gerundio denota una propiedad inherente, por lo que no concuerda en una propiedad transitoria que selecciona pasarse; en (21b), salvo que se reinterprete el verbo llegando como un evento repetido varias veces, la oración, si no es agramatical, sería anómala:

  • (21) a. *Luis se pasó la tarde siendo peruano.

  • b. ?Carmen se pasó el día llegando.

El complemento de tiempo

Los verbos de movimiento o transferencia que presentan una desemantización y conforman una perífrasis frecuentativa gracias a su información aspectual, como llevar + gerundio, tener + gerundio y pasarse + gerundio (NGLE 2010), modifican el tipo de selección de complementos con papel temático por aquellos que hacen referencia a una medida temporal. No obstante, este tipo de complementos, que se ha analizado muchas veces como complemento adverbial (García Fernández 1999), presenta ambigüedades en cuanto a su función sintáctica, pues, a pesar de que son pronominalizables, o sea, se les asigna caso acusativo (22b), no resisten la prueba de la pasivización (22c):

  • (22) a. Juan se pasó la mañana estudiando para el examen.

  • b. Juan se la pasó estudiando para el examen.

  • c. *La mañana fue pasada por Juan estudiando para el examen.

En los ejemplos anteriores, se observa que la asignación de caso como una relación de rección sintáctica entre el verbo y el complemento se halla entre los parámetros esperables de gramaticalidad; sin embargo, la posibilidad de que estos complementos puedan ser promovidos a sujeto ayuda a observar que, lejos de recibir un papel temático, los verbos de movimiento o transferencia, pasar y llevar (o incluso tenencia, tener), no asignan un papel temático de afectación a sus complementos, sino que, lejos de complementar un significado de evento (pues no denotan entidades), complementan un significado de aspecto (pues denotan intervalos de tiempo). Por su complejidad, es necesario abundar más en este complemento, de manera que podamos entender su funcionamiento en la perífrasis que es materia de este trabajo.

Referencialidad parcial. En la descripción gramatical de los complementos, los de tipo adverbial, clasificados como complementos de medida, se han sometido a discusión, toda vez que no pueden ser promovidos a sujeto en voz pasiva y responden a la pregunta ¿cuánto?, antes que a ¿qué? o ¿a quién? de los complementos directos (Espinosa García 1995). Asimismo, ti nen un comportamiento cuasiadverbial o de circunstancial de lugar y tiempo en las construcciones oracionales, pues acompañan a verbos intransitivos, como pesar, medir, costar, etcétera.

  • (23) a. Juan pesa 70 kilos.

  • b. Miguel mide 1.80 metros.

  • c. Esa bebida cuesta 5 soles.

Sin embargo, algunos de estos complementos son pronominalizables en caso acusativo, lo cual depende del verbo que los rige (cf. Cano 1999, pp. 1814-1815):

  • (24) a. Juan pesa dos kilos

  • b. *Juan los pesa.

  • (25) a. Juan trabajó dos horas.

  • b. Juan las trabajó.

Aunque esta última pronominalización no es posible cuando aparece otro complemento:

  • (26) a. Juan trabajó el barro dos horas.

  • b. *Juan las trabajó el barro.

Que tales complementos sean referenciales no implica que también sean definidos o indefinidos:

  • (27) a. Juan caminó cuadras sin poder ubicarte.

  • b. Juan las caminó sin poder ubicarte.

Esta vacilación en cuanto al papel que desempeñan en la oración tiene base semántica referencial: los argumentos de medida pueden referir a entidades, pero no pueden discriminar entre elementos distintos, ya que estas unidades de medida hacen referencia al mismo elemento contabilizado repetidas veces: “dos niños” son entidades distintas, mientras que “dos horas” es una sola entidad repetida según el numeral expresado (Devís Márquez 2014). Esta falta de discriminación se resuelve cuando el elemento de referencia es un deíctico, y no denotativo:

  • (28) a. Esas dos horas que te esperé.

  • b. Esos cuarenta soles que costó tu reloj.

Sin embargo, estos complementos pueden aparecer con artículos definidos y cuantificación indefinida siempre y cuando haya relativos que los acompañen y ayuden a la individualización deíctica, según apunta Devís Márquez (p. 107):

  • (29) a. Esperé las muchas horas que te prometí.

  • b. Costaron los pocos soles que pude ganar.

Por tanto, una conclusión que podemos extraer de esta exposición es la dificultad de equiparar los complementos adverbiales de medida con los complementos de objeto que reciben papel temático, a causa de la naturaleza no discriminativa de aquéllos. Además de esta característica que presentan los complementos de ciertos verbos intransitivos, a continuación veremos lo que ocurre específicamente con verbos de transferencia o movimiento que han sufrido cierto grado de desemantización léxica y que semánticamente se comportan como núcleos aspectuales.

Complementación aspectual. Como había mencionado líneas arriba, el hecho de que, concretamente, algunos verbos desemantizados de movimiento seleccionen complementos con características de adverbio de tiempo tendría su explicación en la pérdida de la capacidad de asignar papel temático, es decir, no solicitar complementación de significado en el marco de un evento, sino un complemento que contribuya al nuevo significado de aspecto del núcleo desemantizado, o sea, un complemento de tiempo.

Esta selección de complemento de tiempo es independiente del predicado de gerundio, pues ésta puede tener una estructura aspectual de actividad (30a), realización (30b) o logro (30c):

  • (30) a. Me pasé la vida cantando (fueron varias ocasiones en las que cantó).

  • b. Me pasé la vida llegando tarde (fueron varias ocasiones en las que llegó tarde).

  • c. Me pasé la vida leyendo ese libro (hubo un solo evento de lectura de un libro).

A continuación, en (31) el predicativo tiene su propio modificador temporal además del complemento temporal que exige el seudocopulativo; es decir, el complemento de tiempo contribuye al significado aspectual de pasarse y es independiente del predicado de gerundio, el cual puede tener un modificador aspectual propio que lo afecte:

  • (31) Me pasé la vida cantando durante cinco minutos (fueron varias ocasiones en las que cantó por cinco minutos).

Podemos concluir, entonces, que la pérdida de rasgos semánticos de pasarse no solamente reduce la participación del sujeto, sino que también pierde la capacidad de asignar papel temático (Demonte y Masullo 1999, p. 2470); pasarse asigna caso acusativo a un sintagma que funciona como una medición temporal; sin tal caso acusativo, no funcionaría como núcleo aspectual -salvando diferencias dialectales que omitan estos sintagmas y en las que podrían sustentarse variaciones léxico-sintácticas. Sin embargo, recordemos que esta medida trabaja con pasarse, mas no con el predicado de gerundio, ya que este último puede tener su propia modificación temporal sin que afecte al primero (Piera y Varela 1999, p. 4415).

En suma, los pronombres clíticos tienen relevancia en la construcción con pasarse, pues establecen una democión de agentividad del FD, por lo que la construcción se clasifica como de voz media. Luego, he podido observar que pasarse, sintácticamente, es un verbo que selecciona un complemento y, además, un depictivo de sujeto; no obstante, semánticamente se interpreta como seudocopulativo, el cual, al igual que el verbo estar, selecciona predicados de estadio. Por último, a causa de la debilidad semántica de pasarse, el complemento que seleccionaba como tema ahora tiene otro matiz semántico: complementa la carga aspectual de verbo, independientemente del gerundio del predicativo.

Conclusiones

Este trabajo ha propuesto una descripción sintáctica de pasarse. Pasar en su forma transitiva conserva valor léxico; sin embargo, como pronominal y agencia debilitada, plantea la presencia de un gerundio depictivo de sujeto, cuya ocurrencia, según un análisis sintáctico, sería prescindible, pero semánticamente obligatorio, pues se interpreta como un predicativo que, junto al sujeto, obtiene significado de frecuentativo. Por lo demás, el complemento no recibe un papel temático con el cual pueda construirse un significado de evento, sino que éste complementa un significado de aspecto de frecuencia, lo cual se traduce en intervalos de tiempo que pueden ser definidos o indefinidos. La atención sobre la alternancia pasar/ pasarse radica en el surgimiento de una innovación y de un posible cambio gradual en la gramática del castellano.

Asimismo, he dado cuenta de indicios semánticos y morfosintácticos que podrían extrapolarse a otros casos de usos y alternancias entre verbos para detectar cambios esporádicos o graduales en ciertos predicados verbales. Por ejemplo, la aparición de los pronominales, si bien no es indicio de la eliminación de un sujeto, puede serlo de que la introducción de un agente está perdiéndose, por lo que algunas pruebas de selección de sujeto son pertinentes para reconocer dicha situación. Al respecto, el verbo parar, el cual he referido en algunos ejemplos como un aspectual de frecuencia, no selecciona un agente y tampoco requiere la aparición de pronominales; ello muestra que la presencia de pronominales contribuye a reducir la presencia de un agente, mas no es indicio de que se elimina, a menos que promocione al paciente de la oración en construcciones pasivas reflejas. Ello no implica que en un estadio previo de parar haya aparecido el pronominal para luego devenir en un núcleo aspectual. Los verbos pueden adoptar diferentes situaciones, pero la presencia del clítico en el caso de pasarse es ejemplar, pues indica que un desencadenante léxico opera sobre otros comportamientos que se reflejan en la sintaxis.

Otra observación pertinente es el paso de los depictivos de sujeto prescindibles a los predicativos obligatorios. Cuando surge este fenómeno, el verbo principal pierde su papel de evento en la oración y sólo sirve de portador de rasgos funcionales, como el tiempo y el aspecto. En ese sentido, el sujeto, que antes había sido seleccionado por el verbo que porta la flexión, tendría su origen en la predicación sin rasgos de tiempo, en este caso el gerundio. Sin embargo, tal punto es discutible, ya que pasarse aún manifiesta selección de agente, según las pruebas revisadas; y, por lo demás, el ascenso del clítico desde el dominio del predicado de gerundio a una posición superior, antes de pasarse, no es lícita, por lo que propuse que el sujeto de pasarse se liga a un pronominal PRO del gerundio. Estos casos indican que, sintácticamente, la construcción proyecta relaciones no locales, pero, semánticamente, éstas se interpretan de manera local por la cuasitransparencia del verbo.

Ya por último, la debilidad del verbo hace mella en su complemento. Si bien el complemento no desaparece, sí se alteran las asignaciones de papel temático. Cuando se trata de transitivos, como seguir, empezar, continuar, etc., que pasan a ser seudocopulativos aspectuales, los complementos pasan a ser los predicativos del sujeto. En cuanto a los verbos de transferencia y movimiento, como pasarse, tener y llevar, éstos conservan su complemento, el cual, no obstante, contribuye de otra manera al significado del verbo. En ese sentido, cuando vemos un cambio en el significado de un verbo hacia una función aspectual, no debemos esperar que su estructura argumental se altere totalmente y pierda argumentos, sino que éstos permanezcan con ciertas modificaciones semánticas y que contribuyan con un significado funcional del núcleo verbal.

Con tales indicios, he procurado entender los cambios y las orientaciones que pueden manifestar los verbos en la gramática del español. De esta manera, la alternancia entre pasar y pasarse es una ventana hacia la observación e investigación de las innovaciones que implican desgastes semánticos de la forma original. Para ello, se precisa de estudios sociolingüísticos y de corpus del español hablado y escrito que diluciden las frecuencias de uso de formas perifrásticas y no perifrásticas en relación con las formas originales para tener certeza de cambios lingüísticos reales.

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1 Según la NGLE (§ 28.15k), el verbo vivir se emplea en algunas localidades como seudocopulativo (México, Centroamérica, Río de la Plata, área andina, Caribe y Chile): “Todo el mundo me vive repitiendo que lo estoy malcriando”.

2Las oraciones que no presenten ninguna marca se consideran gramaticales.

3En cuanto a esta última oración, Ángela Di Tullio (comunicación personal, 25 de mayo de 2020) menciona que en algunas regiones de Argentina, así como en Chile y en España, se usa también Se lo pasa fumando sin el complemento de tiempo; por lo que toca a Uruguay, Colombia y a algunos países de Centroamérica, el uso frecuente es sin clíticos: Pasa fumando. Sobre su uso en México, uno de los revisores anónimos, hablante de la variedad correspondiente a tal espacio geográfico, con base en su experiencia y en material de corpus y literatura, afirma que se trata de una construcción inexistente, y que lo más natural sería Se la pasa fumando, con el clítico en femenino. Estas diferencias pueden responder al carácter semántico distinto que está asumiendo pasar en cada instancia de uso, más o menos agentivo, y al predicado más o menos medido. El estudio de estas variaciones podría llegar a fundamentar nuestra propuesta de la constitución sintáctica-léxica de pasarse.

4En la variedad de castellano peruano, el verbo parar se emplea como núcleo aspectual de frecuencia; por ejemplo: Ella para buscando a su hermano (‘Ella busca muchas veces a su hermano’). Como se aprecia en esta oración y en las siguientes, este núcleo aspectual no selecciona un agente, sino que sirve de nexo aspectual entre un sujeto y un predicativo.

5Uno de los revisores anónimos de este trabajo sugirió que la construcción podría ser gramatical en el caso de que Juan interrumpiera la actividad de pasarse la tarde comiendo a causa de algún suceso, como un problema de salud. No obstante, su lectura confirma que este cese corresponde a un hecho ajeno a la voluntad de Juan; es decir, un acontecimiento que obliga a que el evento de pasarse se detenga.

6 Embick (2004) y Saab (2020) proponen, respectivamente, que los pronominales en estructuras de voz pasiva, en formas reflexivas y en formas inacusativas surgen como defectividad del agente, pues éstas parten de una estructura sintáctica inacusativa, “sincretismo-i (u-syncretism)”. No profundizaré en esta explicación por las implicaciones teóricas que demanda. Propongo, en cambio, una versión simple de FVozMedia que guarda coherencia con la propuesta aquí presentada.

Anexo

Encuesta sobre construcciones con pasarse

La siguiente es una encuesta que busca conocer sus juicios sobre enunciados con el verbo pasarse. Tenga en cuenta las especificaciones de las valoraciones: Buena = entendible; Aceptable = entendible, pero con algunas deficiencias; Extraña = entendible, pero inapropiada; Mala = incomprensible. Total de encuestados: 35 participantes.

Ítem Buena Aceptable Extraña Mala
1. Juan se pasa la tarde leyendo un libro. 100% -- -- --
2. Juan se la pasa leyendo un libro. 100% -- -- --
3. Juan se pasa leyendo un libro. 48.57% 51.43% -- --
4. Juan se lo pasa leyendo el libro. -- -- 25.72% 74.28%
5. Se pasa lloviendo. -- -- -- 100%
6. Se pasa habiendo hambre. -- -- -- 100%
7. La cabeza se le pasa doliendo a Jorge. -- -- -- 100%
8. Juan la pasa llorando. 80% 20% -- --
9. Juan se la pasa llorando toda la mañana. 100% -- -- --
10. Juan dejó de pasar la tarde comiendo. -- -- 8.57% 91.43%
11. Juan no paró de pasar la tarde comiendo. -- -- -- 100%
12. Juan pasó la noche guapo. -- -- -- 100%
13. Juan pasó la noche inteligente. -- -- -- 100%
14. Juan pasó la noche sabiendo un secreto. 82.85% 17.15% -- --
15. Juan pasó la noche en la calle. 100% -- -- --
16. Juan pasó la noche con frío. 100% -- -- --
17. Juan pasó la noche tiritando. 100% -- -- --
18. Lo vi a Juan estudiando inglés. 100% -- -- --
19. Lo vi a Juan en la playa. 100% -- --
20. Lo vi a Juan cansado. 100% -- -- --
21. Lo vi a Juan inteligente. -- -- -- 100%
22. Lo vi a Juan sabiendo inglés. -- -- 82.85% 17.15%
23. Lo vi a Juan alto. 80% 11.43% -- 8.57%
24. Lo vi pasarse la tarde escuchando música. 100% -- -- --
25. Lo vi pasarse la tarde sabiendo francés. -- -- 2.85% 97.15%

Recibido: 16 de Abril de 2021; Aprobado: 04 de Octubre de 2021

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