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vol.70 número2Arqueles Vela, La Señorita Etcétera. Facsímil de la primera edición [1922]. Ed. de Rose Corral, estudios introductorios de Rose Corral y Yanna Hadatty Mora. El Colegio de México, México, 2020; 297 pp. + apéndice y anexos.Margherita Cannavacciuolo, El cuerpo cómplice: los cuentos de Julio Cortázar. Pról. de Rafael Olea Franco. Visor, Madrid, 2020; 256 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.70 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2022  Epub 15-Ago-2022

https://doi.org/10.24201/nrfh.v70i2.3823 

Reseñas

Geraldine Rogers, Raúl G. Tuñón, poesía y reportaje. Incluye crónicas viajeras del escritor (1932-1936). Universidad Nacional Autónoma de México, Mérida, 2020; 328 pp. (Colección Sextante. Serie Viajeros, 8).

1Universidad Nacional de Quilmes, mpierini@unq.edu.ar

Rogers, Geraldine. Raúl G. Tuñón, poesía y reportaje. Incluye crónicas viajeras del escritor (1932-1936). ., Universidad Nacional Autónoma de México, Mérida: 2020. 328p. Colección Sextante. Serie Viajeros, 8,


En una mesa redonda sobre Raúl González Tuñón realizada en el mes de mayo de 20211, las expositoras coincidían en señalar -y en lamentar- la falta de una edición de las obras completas del escritor, cuya obra poética puede encontrarse dispersa en editoriales de distintas y variadas épocas y orientaciones. En cambio, su obra en prosa, desarrollada hasta el final de su vida a la par de la poesía, no ha tenido la misma fortuna.

Este libro viene a cubrir una parte de esa deuda y, justamente, a reafirmar el interés de la obra periodística de Tuñón y la importancia de una publicación que reúna sus textos dispersos, en muchos casos de difícil acceso2. La investigadora Rogers ha recorrido hemerotecas, archivos personales, bibliotecas públicas y de colegas generosos. De esta manera, ha reunido cuatro series periodísticas correspondientes a la década de 1930, publicadas en medios de difusión masiva de Buenos Aires: el mítico diario Crítica, de Natalio Botana, y El Suplemento, a cargo de Miguel Sans. Estas series abarcan diversas geografías, en una década marcada por conflictos sociales y políticos que la prensa y la literatura han estudiado largamente desde distintas perspectivas.

En primer lugar, Tuñón describe la situación de los inmigrantes impelidos por la posguerra europea a buscar un mínimo salario en el puerto de Buenos Aires. Después recorre la Patagonia y redacta cuatro notas que cuestionan “las políticas públicas que amenazaban suprimir el servicio aéreo, abandonando a su suerte a los pobladores” (p. 68). Pocos meses más tarde es enviado a cubrir la que será una de las guerras más sangrientas del siglo XX en América, la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay. En 1935 viaja a España y al regreso escribe una serie de notas sobre la situación del país en el período inmediatamente anterior a la Guerra Civil.

La trayectoria de Tuñón en el periodismo, que desarrolla desde los años veinte hasta su muerte en 1974, se inserta, como señala este libro, en una ya larga tradición que reúne una actividad profesional -a partir del auge masivo de las publicaciones periódicas en el siglo XX- con “el deseo de capturar el presente” por medio de diversos registros y géneros. “El cruce entre literatura e información activó las transferencias entre dos ámbitos cuyos intercambios fueron constante fuente de innovación” (p. 25). Desde las crónicas de Baudelaire hasta las notas de los reporters que cubrieron la Revolución mexicana, la Primera Guerra Mundial, la Revolución de 1917, entre otros, Rogers recorre los casos que conformaron una nueva modalidad, la crónica viajera que acerca a los lectores de Europa y América el documento vivo de una época de cambios radicales.

En la Argentina, la profesionalización del escritor va de la mano del espacio que le brinda un periodismo dirigido a un público ya numeroso, tanto por el incremento de la población -en gran medida por el aporte migratorio- como por las políticas educativas sostenidas por el Estado. La prensa es el ámbito donde se inician muchos de los grandes escritores del siglo XX, con Roberto Arlt como figura paradigmática.

Atentos a los intereses del público, los grandes periódicos dedican un espacio privilegiado a las crónicas de los reporters enviados a diferentes destinos, o a las que comparten con otros medios europeos y americanos (es el caso del imaginativo Gómez Carrillo o, más atrás en el tiempo, de José Martí, corresponsal para La Nación de Buenos Aires y El Partido Liberal de México). Si el siglo XIX había visto el interés que despertaban los relatos de viajes, con editoriales dedicadas específicamente a ellos -como la de Arthus Bertrand en París-, en el siglo XX la crónica del periodista viajero suscita ese interés desde la inmediatez del relato del observador, testigo y hasta protagonista de los hechos narrados. En ese sentido, Tuñón es un ejemplo cabal, como lo muestran las cuatro series de reportajes que nos acerca el libro. Para este Juancito Caminador, el viaje, fundamental en su vida y en su literatura, es “un feliz derivado de la práctica periodística” (p. 14). Y, como señala Rogers, “desde su ingreso en el diario Crítica a mediados de 1920 Raúl González Tuñón continuó hasta el fin de su vida en el periodismo, sin mostrar el resentimiento de otros escritores obligados a ejercer esa profesión que lo convirtió en viajero y dejó rastros significativos en su literatura” (p. 13).

Éste es un punto medular, creemos, en el aporte que el documentado trabajo que antecede las crónicas suma a los estudios sobre el escritor: la vinculación entre su poesía y sus crónicas periodísticas. El trabajo va y viene trazando las líneas que unen el poema y el reportaje, iluminando metáforas, alusiones, personajes que protagonizan una nota y se reencuentran en la poesía. Es el caso del obrerito ahogado en el accidente del Riachuelo en el invierno de 1930, episodio patético cubierto por el periodista, quien lo retoma en los versos de “Cosas que ocurrieron el 17 de octubre” (en Todos bailan, 1935). Es el caso de los peones fusilados por el ejército en la Patagonia: “En Santa Cruz, entre el mar y los montes / yo he visto el pequeño cementerio de los huelguistas fusilados” (en La rosa blindada, 1936).

Y es que Tuñón, “tras el golpe de Estado de 1930 [que derroca a Yrigoyen,] empezó a definir su orientación política, cada vez más cercana al partido comunista” (p. 40). Esta adhesión a los programas de la izquierda, que no abandonará hasta su muerte, está presente en sus crónicas y en su poesía. Formado en las vanguardias, si bien asume temáticas y sensibilidades de aquellos programas, elude por completo el didactismo que suele caracterizar sus producciones literarias. La investigación de Rogers ilumina la figura de “este explorador asombrado del mundo, un apasionado por la actualidad capaz de surtir de crónicas al periódico al mismo tiempo que creaba una obra poética deslumbrante que, entre otras cosas, es un diario de viajes y un documento de la historia del siglo” (p. 14)3.

La segunda parte del volumen reúne las crónicas que hasta la fecha sólo podían consultarse en sus versiones originales, en Crítica y en El Suplemento, de no fácil acceso para el lector. La amplia y documentada investigación que precede esta selección ubica contextos, aporta información que esclarece y complementa los hechos narrados por el periodista (lo confronta con otras miradas). Así, en las crónicas de la guerra del Chaco, frente a la total adhesión de Tuñón a la causa paraguaya, Rogers ofrece la versión de otro periodista de Crítica, Ricardo Setaro, que refuta por completo la declamada humanidad hacia los prisioneros bolivianos (pp. 95-97).

Por una afortunada decisión editorial se han incluido muchas de las imágenes que formaban parte de las crónicas en la versión original: grandes titulares, fotografías de los reporters al pie del avión de Crítica que los traslada a la Patagonia o al frente de batalla en Paraguay. Si bien la necesaria selección deja fuera la experiencia lectora de enfrentarse con la página original -no es la propuesta de este libro-, ésta nos permite acercarnos a esa experiencia donde las imágenes de los inmigrantes pauperizados, de las columnas de combatientes, del público popular de una función de títeres en una aldea española comparten la página con los avisos publicitarios de los Zapatos Tonsa (p. 115) o de un remedio para “las dolencias de la mujer” (p. 117).

La última serie, “Redescubrimiento de España”, se publica al regreso del segundo viaje de Tuñón al país de sus abuelos. El espacio donde aparecen sus notas es El Suplemento, dirigido por el creador de La Novela Semanal, el español Miguel Sans. Si en abril de 1931 las crónicas fotográficas de ese semanario enfatizaban el carácter pacífico de la revolución que había derrocado a la monarquía, pocos años más tarde la inclusión de las crónicas de Tuñón -así como de las notas de Elías Castelnuovo (1935) en su viaje a la Unión Soviética- parecen revelar una nueva orientación en sus ideas, a la par de una inteligente percepción sobre los temas de actualidad que interesan a los lectores.

Resulta un dato digno de destacar el hecho de que tres de los grandes periodistas-cronistas-escritores argentinos de la época viajen a España en ese período atravesado por las tensiones que se suceden después de la proclamación de la República y durante la Guerra Civil: Roberto Arlt, Cayetano Córdova Iturburu, Raúl González Tuñón. Las crónicas de los dos primeros ya han sido publicadas (véanse datos bibliográficos completos en “Referencias”); las que ahora reúne este volumen completan esa trilogía que permite una lectura cruzada, en diálogo con estos contemporáneos, colegas, amigos que asisten a lo que Octavio Paz -también protagonista de ese tiempo- llamó “el ardiente amanecer del mundo”.

Tuñón publica estas notas a su regreso a Buenos Aires, después de pasar el año 1935 en España, lúcido observador de un período caracterizado por la ya durísima confrontación entre los sectores en pugna, con una creciente represión del gobierno de derechas y con la memoria reciente de la violencia ejercida sobre los mineros de Asturias.

El cronista viajero tiene el oído abierto a lo que escucha en sus recorridos en tren, en las tertulias de Madrid, en las conversaciones con sus colegas escritores. Se suceden en sus páginas las estampas del Madrid de la picaresca, las ramblas bulliciosas y los barrios industriales de Barcelona, los juicios sobre el mundillo literario.

Ese oído está especialmente atento a las voces de las mujeres: aquí aparecen Aída Lafuente, cantada en su poema “La Libertaria”, que el pueblo adoptará transformándolo en canción anónima; la Pasionaria, “mujer enérgica y dulce” (p. 268); y esa anciana costurera que habla desde su lugar de madre de presos políticos: “Lo que pasa es que los curas quieren volver a adueñarse de España; pero, por esta cruz, le juro que algún día saldré yo también a la calle con una carabina para defender la República” (p. 257).

Junto con esos seres anónimos e inolvidables, por las crónicas desfilan protagonistas de esta época fervorosa y desgarrada que nos remiten a otras lecturas: Miguel Hernández, Rafael Alberti, María Teresa León, Pablo Neruda, Delia del Carril, García Lorca, Gómez de la Serna…

Entre las obras que emprende la República, Tuñón destaca con especial interés las Misiones Pedagógicas, impulsadas por ese fraile laico (p. 300), Bartolomé Cossio, que después de la derrota sembró de maestros los países que acogieron el exilio español. A ellas dedica tres crónicas que dan cuenta de lugares como los que Buñuel había revelado poco tiempo atrás en su documental sobre las Hurdes: la España profunda, poblada por campesinos que descubren el libro, el cine, el teatro, la pintura, llevados por esos misioneros que son los grandes creadores de su tiempo: Alejandro Casona, Miguel Hernández, Luis Cernuda, María Zambrano, Sánchez Barbudo, Miguel Prieto, y María Moliner, sembradora de bibliotecas.

Corresponde agradecer a Geraldine Rogers por este libro en el que nos acerca al poeta y cronista Tuñón desde el profundo conocimiento de su obra y desde una sensibilidad compartida, y a la editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México, por el sextante que hace llegar a buen puerto las crónicas de este viajero universal.

Referencias

Arlt, Roberto 1999. Aguafuertes gallegas y asturianas. Prol. y comp. Sylvia, Saítta Losada, Buenos Aires. [ Links ]

Arlt, Roberto 2000. Aguafuertes madrileñas. Presagios de una guerra civil. Prol y comp Sylvia, Saítta Losada, Buenos Aires. [ Links ]

Castelnuovo, Elías 1935. “La ciudad donde Lenin llegó en un tren lacrado [sic]”, El Suplemento, 646, diciembre. [De la serie “Rusia de hoy vista por un argentino”]. [ Links ]

Córdova Iturburu, Cayetano 2020. España bajo el comando del pueblo, Omnívora Editora, Buenos Aires. [ Links ]

1“Salud a la cofradía. Poesía, periodismo y política. Renovada vigencia de la obra de Raúl González Tuñón”, mesa integrada por María Fernanda Alle, Sylvia Saítta y Geraldine Rogers, con la coordinación de Martín Prieto en la Universidad Nacional de Rosario (Argentina).

2Este libro, en cambio, se puede consultar en https://www.cephcis.unam.mx/wpcontent/uploads/2021/03/08raulgtunon.pdf.

3Las cursivas del original remiten a una cita de Aira en la entrada sobre Tuñón en su Diccionario de autores latinoamericanos.

Recibido: 04 de Octubre de 2021; Aprobado: 25 de Noviembre de 2021

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