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Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.68 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2020  Epub 02-Abr-2020

https://doi.org/10.24201/nrfh.v68i1.3594 

Reseñas

Josefa Dorta (ed.), La entonación declarativa e interrogativa en cinco zonas fronterizas del español: Canarias, Cuba, Venezuela, Colombia y San Antonio de Texas. Peter Lang Edition, Frankfurt/M., 2018; 298 pp. + figuras y tablas.

Érika Mendoza Vázquez1 

1Universidad Nacional Autónoma de México, emvazquez03@gmail.com

Dorta, Josefa. La entonación declarativa e interrogativa en cinco zonas fronterizas del español: Canarias, Cuba, Venezuela, Colombia y San Antonio de Texas. Peter Lang Edition, Frankfurt/M: 2018. 298p. + figuras y tablas,


Esta obra es parte de los resultados de diferentes investigaciones realizadas en el marco del proyecto Estudio comparativo de la entonación y del acento en zonas fronterizas del español (FFI2014-52716-P), que contempla el estudio de las variedades de Canarias, Cuba, Venezuela, Colombia y San Antonio (Texas). La descripción de cada variedad se desarrolla con base en la metodología del proyecto AMPER (Atlas Multimédia Prosodique de l’Espace Roman). Además, se propone la formalización de resultados a la luz del modelo métrico-autosegmental y el sistema de notación prosódica Sp_ToBI (Estebas Vilaplana y Prieto 2008). El análisis que se ofrece tiene una base fonética -con la medición de los parámetros de frecuencia fundamental (en adelante F0)- e integra criterios fonológicos, pruebas de percepción y el procesamiento de datos por medio de técnicas de dialectometría. La vinculación de estas perspectivas de análisis constituye una significativa aportación tanto para el estudio de la entonación como para la geoprosodia en el ámbito hispánico.

Desde la entonología tradicional, se ha reconocido el papel del componente prosódico -entonación idiomática en términos de Navarro Tomás (1944) ; entonación dialectal hispánica y entonación regional en la descripción de Quilis (1985 y 1993)- para establecer diferencias entre variedades del español. Sin embargo, a pesar del avance que en los últimos años se ha dado en la investigación prosódica, es posible observar que aún hay variedades del español que no se han descrito según este componente y que los trabajos de tipo dialectal son escasos. En este sentido, cada uno de los once capítulos que integran este libro editado por Dorta Josefa contribuyen al aspecto metodológico y al conocimiento de los rasgos prosódicos -concretamente de las configuraciones tonales- de las cinco variedades analizadas. Así, la organización de los capítulos atiende a tres aspectos: i) la exposición del panorama histórico, la metodología de análisis y sus bases instrumentales (capítulos 1 a 3); ii) el análisis de datos de producción de las modalidades declarativa e interrogativa de las variedades de Canarias, Cuba, Venezuela, Colombia y San Antonio de Texas (capítulos 4 a 8); iii) la comparación entre variedades a partir del criterio fonológico, de percepción y dialectométrico (capítulos 9 a 11).

Aspecto relevante es la presentación del panorama histórico y antecedentes de investigaciones en el ámbito de lingüística -rasgos segmentales, léxico, etc.- de cada una de las variedades del español que se analizan. El capítulo de introducción, a cargo de Domingo-Luis Hernández (pp. 11-39), resulta útil para poder vincular los hechos históricos y sociales -por ejemplo, la migración, el contacto de lenguas, etc.- con la conformación del español en las diferentes zonas, pues a partir de este conocimiento es posible plantear hipótesis para explicar las semejanzas en los rasgos prosódicos entre las variedades del español.

En relación con la metodología para la elicitación, según exponen Josefa Dorta, Carolina Jorge y María José González en el capítulo 2, se tomaron datos de 42 informantes en total -hombres y mujeres en un rango de edad de 25 a 55 años-, sin estudios superiores, procedentes de 21 puntos de encuesta -zonas urbanas- de las cinco variedades que se analizan. Como se busca la representatividad de los puntos de encuesta, para la variedad del español de Canarias se seleccionaron las capitales de las islas: Santa Cruz de La Palma, Valverde, San Sebastián de La Gomera, Las Palmas de Gran Canaria, Puerto del Rosario y Arrecife, además de San Cristóbal de La Laguna (en la isla de Tenerife), a pesar de no ser la capital (p. 59). En el caso del español de Cuba se consideraron tres zonas: occidente (La Habana), centro (Santa Clara) y oriente (Santiago de Cuba). Asimismo, los datos del español texano se obtuvieron en la ciudad de San Antonio de Texas, comunidad con notable presencia hispana y complejidad sociolingüística.

Para la definición de los puntos de encuesta de las variedades de Venezuela y Colombia se contemplan las descripciones dialectales propuestas en investigaciones previas. Para Venezuela se retomó la propuesta de cinco zonas dialectales, con base en características prosódicas (Mora 1996 y 1997), y se seleccionaron seis puntos de encuesta: el distrito capital (Caracas) y el estado Aragua (Maracay) para la región central; el estado Barinas (Barinas) para Los Llanos; el estado Zulia (Maracaibo) para la región del Zulia; el estado Mérida (Mérida) para Los Andes; y el estado Bolívar (Ciudad Bolívar) para la región suroriental. Respecto a la variedad de Colombia, se siguió la división dialectal del Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia (ALEC) (1982-1983) y se tomaron datos de Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín.

Otro punto que cabe resaltar es la detallada explicación de las bases metodológicas del proyecto AMPER y sus aportaciones para el análisis prosódico. El corpus incluye pruebas con diferente grado de control sobre los datos: lectura de enunciados, que implica mayor grado de formalidad; cuestionario de situaciones; prueba de map-task y conversación (menor grado de control). Para el análisis que se presenta en los cinco capítulos se privilegian los datos de lectura de enunciados, de tal manera que se elicitan 126 -63 de modalidad declarativa y 63 de interrogativa absoluta- y se graban tres repeticiones de cada uno, para obtener un total de 378 enunciados por cada informante (p. 67). La ventaja de esta metodología es que, al controlar el número de sílabas y posición de los acentos, se puede preparar una rutina de automatización de las mediciones en una gran cantidad de datos. En este caso, se utiliza una adaptación del programa Matlab para obtener tres valores de F0 de cada vocal -inicio, medio y final-, con gráficos en hercios (Hz) y semitonos (st), un valor de duración y otro de intensidad. Cabe mencionar que para el análisis de datos y la comparación entre las cinco variedades únicamente se considera el parámetro de frecuencia fundamental.

La notación prosódica propuesta se apoya en el análisis fonético. Así, se tiene en cuenta el umbral de percepción de 1.5 semitonos (Rietveld & Gussenhoven 1985; Pamies Bertrán et al. 2002) para la asignación de los acentos tonales y tonos de juntura. Por lo tanto, el tono de juntura alto [%H] o [H%] se considerará en los casos donde “el inicio o final de la F0 se sitúa significativamente por encima del TM [tono medio]” (p. 81). En contraste, cuando “la F0 inicial o final se coloca en el TM o muy próxima a este sin que la diferencia alcance el umbral” (id.) se asigna un tono medio (M%). La marcación del tono M% diverge de la propuesta de Hualde y Prieto (2015), que no la contempla. En tal sentido, podemos observar que el trabajo con variedades específicas del español plantea cuestiones acerca del alcance descriptivo (y explicativo) del sistema de notación Sp_ToBI para dar cuenta de las características prosódicas, y de las semejanzas y diferencias entre las distintas variedades.

En la presentación de resultados por capítulos se ofrecen las diferencias entre los valores máximos y mínimos de F0, y el rango tonal medio (RTM) en los datos de hombres y mujeres. Para cada tipo enunciativo -declarativo e interrogativo- se muestran los valores de la pendiente en inicio-final (PI-F) en semitonos y se obtienen distintas medidas en función del patrón acentual: i) oraciones con inicio y final en palabra oxítona; ii) inicio y final paroxítono; iii) inicio y final proparoxítono. Finalmente, se incluye una tabla con las invariantes y variantes de cada modalidad, presentación de resultados que facilita la comparación de datos entre hablantes y entre varieda- des del español.

En los cinco capítulos de análisis es notable la importancia del tonema -acento nuclear y tono de juntura- y del pretonema -específicamente del tono de juntura inicial y del primer acento tonal- para el reconocimiento de variedades y de la modalidad oracional. En el inicio del enunciado declarativo se observan realizaciones particulares en las cinco variedades. En Canarias, el inicio se registra por debajo del tono medio -en los tres tipos acentuales-; por lo tanto, se propone el tono de juntura inicial /%L/. Para el español de Venezuela, Colombia y Cuba, el inicio es con un tono /%M/, pero en esta última variedad hay una diferencia en los datos de hombres, quienes registran un tono bajo (%L) en el patrón proparoxítono, con 1.8 st por debajo del tono medio (p. 115). Una tendencia similar se observa en la variedad de San Antonio, donde se registran los tonos de juntura inicial /%M/ y /%L/ en los datos de mujeres y de hombres, respectivamente (p. 211).

Respecto al tono de juntura inicial de los enunciados interrogativos, llama la atención que en ninguna de las cinco variedades se registre un inicio más alto, tendencia que se había propuesto desde el trabajo de Navarro Tomás (1944) y en el trabajo de Face (2004) para el español castellano. Así, para la variedad de Canarias, Venezuela y San Antonio, se registra un tono bajo /%L/; en tanto que para los datos de Colombia, un tono bajo /%L/ o medio /%M/. Los datos de la variedad de Cuba documentan una tendencia semejante, pero la diferencia atiende al género de los hablantes: las mujeres comienzan con tono %L y los hombres con %M (pp. 120-123).

Las diferencias más notables entre modalidades enunciativas y entre variedades del español, según José Antonio Martín y Dorta Josefa en el capítulo 5, se observan en el tonema del enunciado. Para los enunciados declarativos, se registra el patrón /L* L%/ en las cinco variedades analizadas. Las diferencias pueden advertirse en el nivel fonético, en función del patrón acentual; por ejemplo, en el español de Cuba se documenta un patrón circunflejo en enunciados con final paroxítono (p. 129).

La diferencia entre modalidades enunciativas puede observarse a partir de parámetros diferentes al acento nuclear. En el español de Venezuela, como estudian Chaxiraxi Díaz y Dorta Josefa en el capítulo 6, se ha registrado una entonación circunfleja en ambas modalidades, específicamente en los datos de las mujeres de Mérida y en los hombres de Mérida y Bolívar; la diferencia se produce por el escalonamiento descendente /L+!H*/ de la declarativa, que la distingue de las interrogativas circunflejas /L+H*/ (p. 154). Además, en los datos de las mujeres de Barinas y Zulia se registra el patrón descendente /L* L%/ para los enunciados declarativos y para los interrogativos. En este caso, el parámetro de altura tonal y la pendiente de declinación permiten distinguir entre ambas modalidades (id.). Cabe mencionar que para la variedad de Venezuela el tono de juntura final no aporta información para contrastar tipos enunciativos, pues en declarativas e interrogativas el tono es /L%/; sin embargo, en los datos de hombres, el tono de juntura inicial /%L/ de interrogativas se distingue del /M%/ de las declarativas (p. 157).

Las configuraciones nucleares de los enunciados interrogativos muestran mayor variación en los datos de las cinco zonas. Para la variedad de Canarias, de la que se ocupa el capítulo 4 de Josefa Dorta, José Antonio Martín y Carolina Jorge, se registran dos patrones: el alto-descendente /L+H* L%/, el más común, y el bajo-ascendente /L*+H H%/ -o /L* M%/ en oxítonos-, documentado en El Hierro (p. 107). El patrón circunflejo /L+H* L%/ también es el característico en la variedad del español de Cuba, con la variante /L+¡H* L%/. Una diferencia se observa en Santiago de Cuba, donde en los datos de enunciados oxítonos y proparoxítonos producidos por la mujer se registra una configuración /H* L%/ (p. 129). Para la zona de Venezuela, se registra una tendencia similar en los datos de mujeres de Caracas, Aragua y Bolívar, con un patrón circunflejo /L+H* L%/ y en menor medida con la configuración /H* L%/, mientras que los datos de las mujeres de Barinas y Zulia presentan siempre un patrón descendente /L* L%/ (p. 154).

En el capítulo 7, a cargo de Mercedes Muñetón y Josefa Dorta, se estudia la variedad del español de Colombia, para la cual se registran tres patrones: el ascendente /L+H* H%/ en los datos de las mujeres de Bogotá, Cali y Barranquilla, y en los hombres de Bogotá y Cali; el circunflejo /L+H* L%/ en los datos de la mujer de Medellín; y el descendente /L* L%/, documentado sólo en los datos de los hombres de Medellín y Barranquilla (p. 180). Se plantea como línea de tra- bajo futuro determinar qué configuración caracteriza la variedad de Medellín -el patrón descendente o circunflejo- y Barranquilla -el patrón descendente o ascendente.

Para el análisis de San Antonio de Texas, que Dorta y Hernández llevan a cabo en el capítulo 8, se asume como hipótesis que la entonación tendrá rasgos semejantes con el español de México, debido a la cercanía geográfica y a la influencia de factores sociales; por lo tanto, los datos obtenidos se comparan con la descripción de esta variedad -específicamente con datos de la Ciudad de México, en el centro del país. Respecto a los patrones registrados en San Antonio, se observa que las declarativas tienen una configuración descendente /L* L%/, documentada también en la variedad de la Ciudad de México (Mota, Martín Butragueño & Prieto 2010). Sin embargo, no se registra el patrón circunflejo que se ha descrito como característico de la variedad del español de México. Cabe mencionar que el patrón circunflejo se ha registrado en entrevistas sociolingüísticas (Martín Butragueño 2004), lo que implica menor grado de control sobre los datos, en comparación con la metodología de AMPER.

Por lo demás, los enunciados interrogativos se producen con una terminación ascendente: /L+H* H%/ en oxítonos y /L*+H H%/ en paroxítonos y proparoxítonos (p. 205). Esta configuración difiere de la forma L* LH% documentada para las interrogativas absolutas neutras en la Ciudad de México (Mota, Martín Butragueño & Prieto 2010). Sin embargo, la configuración L+H* H% es similar a la que Montellano (2017) reporta en datos de estilo semiespontáneo para la variedad del español de Monterrey (en el norte de México), cuya juntura, no obstante, es bitonal HH%.

Con base en el etiquetado fonético-fonológico, en el capítulo 9 (Jorge y Dorta) se proponen agrupaciones de las cinco variedades en función del acento tonal o tono de juntura. Para los enunciados declarativos, el tono de juntura inicial distingue tres agrupaciones: el español de Canarias, con la realización del tono /%L/ en todos los puntos de encuesta; la variedad de Colombia y tres puntos de Venezuela (Aragua, Bolívar y Zulia) con el tono /%M/; la variedad de Cuba, tres puntos de Venezuela (Caracas, Barinas y Mérida) y San Antonio que registran alternancia entre /%M/ y /%L/ (p. 223). En cambio, el acento nuclear del enunciado declarativo distingue dos grupos: con acento nuclear bajo L*, que se documenta en las cinco zonas, y con la forma L+!H*, en Mérida y Bolívar (Venezuela), aunque no se registra en los datos de todos los hablantes ni en los tres tipos acentuales (p. 225). El tono de juntura final /M%/ distingue la variedad de Caracas, Cali y Barranquilla del resto de las zonas donde predomina el tono bajo /L%/.

Una caracterización similar se puede hacer con los enunciados interrogativos. Así, con base en el tono inicial se proponen tres grupos. Los dos primeros muestran una tendencia definida, con la realización de un solo tono inicial, e incluyen las variedades de Canarias y Barinas, que registran sólo el tono bajo /%L/, en tanto que para la variedad de Zulia sólo se documenta el tono medio /%M/. El tercer grupo se caracteriza por la alternancia entre /%L/ y /%M/ y es posible distinguir subgrupos a partir del predominio de cada tono inicial: i) /%L/ para las variedades de Caracas, Aragua, Bolívar, Mérida y San Antonio; ii) /%M/ en Bogotá; iii) las variedades de Cuba, Medellín, Cali y Barranquilla, donde ambos tonos se producen por igual (p. 226).

Con base en el tonema del enunciado interrogativo se propone una clasificación en tres grupos. El primero, con un patrón circunflejo /L+H* L%/, integra las variedades de Canarias, Cuba, Caracas, Aragua, Bolívar, Mérida y Medellín -en datos de mujer. El segundo patrón, ascendente /L+H* H%/ (para finales oxítonos) o /L*+H H%/ (en paroxítonos y proparoxítonos), se registra en datos de San Antonio (Texas), Bogotá, Cali y en mujeres de Barranquilla. En la variedad de El Hierro se sigue esta tendencia y, además, se agrega el patrón /L* M%/ en finales oxítonos. El tercer patrón se caracteriza por un final descendente y agrupa los datos de las mujeres de Barinas y Zulia y de los hombres de Medellín y Barranquilla (p. 230).

Considerando estas agrupaciones y la representatividad de las configuraciones en cada punto de encuesta, en el capítulo 10 (Dorta, Díaz y Hernández) se exponen los resultados de una prueba de reconocimiento perceptivo de las variedades del español, la cual tiene como propósito identificar modalidades declarativas e interrogativas -con base únicamente en la prosodia- y evaluar la semejanza de los estímulos con la variedad canaria. Para la elaboración de esta prueba se tomaron archivos de tono sintetizados -sin información léxica. Se seleccionaron datos de mujeres de cinco puntos de encuesta: Tenerife y El Hierro para Canarias; La Habana para Cuba; Mérida, Aragua y Zulia para Venezuela; Medellín y Bogotá para Colombia; y la ciudad de San Antonio para el español de Texas (p. 235). La prueba se aplicó a 63 jueces -de procedencia canaria-, en su mayoría estudiantes de Filología de la Universidad de La Laguna (Tenerife). Los resultados generales muestran que el reconocimiento de la modalidad es “muy alto en los estímulos de procedencia canaria, seguido de los cubanos y los de San Antonio de Texas. Los de Colombia y Venezuela, en cambio, son peor reconocidos” (p. 238). Para los enunciados interrogativos, una explicación puede atribuirse al descenso prominente que se observa en los datos de las mujeres de la zona de Zulia (cf. capítulo 9), descenso que los jueces interpretan como una declarativa (p. 239). Caso similar sería el de los declarativos de la variedad de Mérida, que presentan una configuración /L+!H* L%/, semejante a la forma circunfleja de las interrogativas de Canarias.

Los resultados de reconocimiento por modalidad muestran que se identifica la configuración descendente /L*L%/ para los enunciados declarativos en las cinco variedades. Son mejor reconocidos los patrones de la variedad cubana y venezolana (de Aragua), con un porcentaje de aciertos de 88.2% y 87.2%, respectivamente. En contraste, el estímulo menos reconocido es el de la mujer bilingüe de San Antonio -con un porcentaje de 78.7% de aciertos y 21.2% de errores-, a pesar de tener una configuración descendente (p. 240). En este sentido, se podría pensar en otros factores prosódicos que intervienen en el reconocimiento de la modalidad, además del F0.

Respecto a la identificación de la modalidad interrogativa, los resultados muestran que el patrón ascendente es el más reconocido, con tasas entre 79% y 97% (p. 284). El mejor reconocimiento se observa en los estímulos de El Hierro, seguido de Bogotá, y en menor medida, en los datos San Antonio de Texas. Para el patrón circunflejo, se advierte la influencia del escalonamiento ascendente /L+¡H* L%/ en la identificación como interrogativa, de tal manera que tienen un porcentaje más alto los estímulos de datos de Tenerife (85.1%), seguidos de un 77.3% en datos de La Habana (id.). A la inversa, los estímulos de Aragua y Medellín, con la configuración /L+H* L%/, tienen menor reconocimiento. El patrón descendente L* L% de la zona de Zulia (Venezuela) es el menos reconocido y tiende a confundirse en un 65.2% con una declarativa (id.).

La correcta identificación de las modalidades es un criterio que apoya la percepción del estímulo como propio de la variedad canaria o su diferencia respecto a ésta. Así, para la modalidad interrogativa, se destaca que “el reconocimiento del estímulo circunflejo de Tenerife (66.7%) y el ascendente de El Hierro (52.9%) como pertenecientes a la variedad canaria es más alto que el obtenido en las declarativas; por tanto, los auditores canarios discriminan muy bien sus interrogativas aunque sienten como propias algo más las circunflejas que las ascendentes” (p. 249). Respecto a la proximidad entre variedades, se destaca la interpretación del contorno circunflejo de la variedad de Cuba que se percibe como canario en un 69.7% (p. 245), porcentaje un poco más alto que el de Tenerife.

Una de las principales aportaciones de esta obra es la incorporación del análisis dialectométrico para la comparación entre variedades -en términos de distancia y proximidad. Ventaja del corpus formal -procedente de lectura de enunciados- de AMPER es que se obtiene una gran cantidad de datos prosódicos, lo que permite realizar el análisis con base en esta técnica. En el capítulo 11 (Dorta, Martín, Muñetón y Betancort) se presenta el análisis acústico de 21 978 valores de F0 derivados del análisis de 1 998 oraciones emitidas por 37 informantes (20 mujeres y 17 hombres) procedentes de 20 puntos de encuesta (p. 254). El análisis se llevó a cabo con el programa ProDis v.1, diseñado en Laboratori de Fonètica de la Universidad de Barcelona para el estudio de los datos del corpus AMPER.

A partir del análisis fonético-fonológico y de percepción se observó que los datos de la modalidad interrogativa aportan más información para la definición de conglomerados. Así, tomando como referencia la distancia cuadrática euclidiana se propone la formación de dos conglomerados; el primero comprende las zonas de Bogo tá, Cali, San Antonio de Texas, El Hierro y Barranquilla, con patrón ascendente en las interrogativas (p. 263); el segundo incorpora las zonas con patrón alto-descendente o circunflejo (p. 264). Al considerar una distancia cuadrática euclidiana menor (entre los clúster 0.4-0.6) se advierte una reagrupación en cinco bloques, que propor- ciona una caracterización más refinada de las zonas con realización del patrón no ascendente: i) con patrón descendente -Zulia, Barinas y Medellín-; ii) con patrón circunflejo en las interrogativas y en las declarativas -La Habana, Bolívar y Mérida-; iii) con patrón circunflejo -Aragua, Tenerife, Lanzarote, La Gomera, Fuerteventura, Gran Canaria, Santiago de Cuba-; y iv) con patrón circunflejo o sostenido que agrupa los puntos de La Palma y Santa Clara (p. 264).

Como se observó en el análisis de datos, el patrón de los enunciados declarativos es el mismo en las cinco variedades, con algunas excepciones. Por lo tanto, los conglomerados se pueden forman a partir de otros parámetros -rango tonal, el escalonamiento y posición de los picos o el valor de la mediana tonal (p. 266).

La incorporación de pruebas de percepción y el análisis dialectométrico sustentan los resultados que se proponen en cada capítulo. Este aspecto es relevante debido a que por el tipo de corpus con el que se trabaja -datos leídos que implican mayor grado de control- se podría cuestionar la representatividad del habla de la comunidad en cuestión en cuanto a la naturalidad de los datos. En este sentido, el minucioso análisis que se plantea en este libro puede constituir la base para investigaciones futuras y enriquecerse con la integración de los datos con menor grado de control.

En suma, esta obra es una contribución significativa en el ámbito de la geoprosodia del español y refleja la importancia de la integración de proyectos colectivos para la descripción de variedades, al partir de una metodología común que permite establecer comparaciones entre datos.

Referencias

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Recibido: 08 de Enero de 2019; Aprobado: 05 de Marzo de 2019

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