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vol.68 número1Concepción Company Company y Norohella Huerta Flores (eds.), La posesión en la lengua española. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2017; 463 pp. (Anejos de la Revista de Filología Española).Josefa Dorta (ed.), La entonación declarativa e interrogativa en cinco zonas fronterizas del español: Canarias, Cuba, Venezuela, Colombia y San Antonio de Texas. Peter Lang Edition, Frankfurt/M., 2018; 298 pp. + figuras y tablas. índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
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Nueva revista de filología hispánica

versão On-line ISSN 2448-6558versão impressa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.68 no.1 Ciudad de México Jan./Jun. 2020  Epub 02-Abr-2020

https://doi.org/10.24201/nrfh.v68i1.3593 

Reseñas

Leonor Orozco y Alonso Guerrero (coords.), Estudios de variación geolingüística. Secretaría de Cultura-Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 2017; 613 pp.

Rosnátaly Avelino Sierra1 

1El Colegio de México ravelino@colmex.mx

Orozco, Leonor; Guerrero, Alonso. Estudios de variación geolingüística. Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México: 2017. 613p.


Dividido en cinco grandes apartados, este volumen comprende algunos estudios que surgieron de las discusiones teóricas y metodológicas en el III Coloquio de Cambio y Variación Lingüística. El primero, que trata de los aspectos sociolingüísticos en el estudio de la variación geolingüística, se inaugura con el trabajo de L. Ortiz, “Lengua e identidad en la frontera dominico-haitiana: del conflicto histórico a la transnacionalización”, en el que refiere los acontecimientos históricos que intervinieron en la conformación lingüística e identitaria de las naciones haitiana y dominicana, concretamente en relación con el flujo migratorio que se presenta en su frontera, donde se producen múltiples negociaciones de índole económica, social y cultural, en las cuales las diferencias lingüísticas desempeñan un papel fundamental. Por ello, el autor hace una descripción del español dominicano y del criollo haitiano, cuyo contacto ha resultado en dos variedades: el español haitianizado y el criollo dominicanizado, ambos marcas de identidad e hibridación cultural.

En el siguiente texto, “El peso de la historia en la conformación de la estructura sociolingüística: la comunidad sorda de México”, M. Cruz Aldrete y J. Serrano indagan sobre la variación diatópica de la Lengua de Señas Mexicana, a partir de una muestra de hablantes de tres centros urbanos: Ciudad de México, Tijuana y Jalisco. Los investigadores señalan que esta lengua sólo presenta diferencias diatópicas en el nivel léxico, que parecen estar relacionadas con el contacto histórico y actual que la comunidad lingüística de la LSM mantiene con la Lengua de Señas Americana.

El capítulo “Contextos urbanos multilingües y las lenguas de los migrantes en los Estados Unidos y en Los Ángeles, California” versa sobre la situación diglósica en que se encuentran las lenguas minoritarias -o étnicas, como las denomina C. Parodique coexisten con el inglés en la ciudad de Los Ángeles. La autora presenta los resultados de un cuestionario que aplicó a hablantes de trece de esas lenguas. En términos generales, indica que algunas de ellas, como el español y el chino, han sufrido un proceso de koineización que las ha diferenciado de las variedades estándar, además de presentar una decisiva influencia del inglés. Por ello, Parodi advierte que las lenguas étnicas suelen desaparecer en la tercera generación a causa de las políticas lingüísticas y educativas que el gobierno estadounidense ha puesto en práctica a favor del monolingüismo en inglés.

El primer apartado concluye con el capítulo “Contribuciones de los estudios de percepción en la identificación y descripción de las variedades diatópicas y diastráticas del español contemporáneo”. M. Díaz Campos y J. Killan presentan en estas páginas los resultados de una investigación sobre el nivel de identificación que hablantes venezolanos, españoles y peruanos tienen del español de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, España, México y Perú. Los hablantes, según advierten los autores, reconocen diferentes dialectos con cierto grado de eficiencia. Las diferencias porcentuales de identificación están asociadas a diversos factores, entre los que destacan la experiencia que los hablantes hayan o no tenido en el extranjero y el contacto que sostienen con hablantes de otras variedades. A pesar de las diferentes agrupaciones dialectales que los colaboradores identificaron, una constante fue la agrupación de las variedades de México, Costa Rica y Colombia.

La segunda parte de este libro, dedicada a la variación diatópica de la entonación del español, se inicia con el estudio de P. Martín Butragueño, “Contacto dialectal entonativo. Estudio exploratorio”, a propósito del mantenimiento de ciertos rasgos prosódicos en el habla de migrantes originarios de tres áreas dialectales (noroeste, centro y sureste) que residen en la Ciudad de México. En la primera parte, presenta un análisis cuantitativo de la valoración que cuatro jueces realizaron sobre el grado de acomodación prosódica, el nivel de estudios, la edad, el género y el tiempo de residencia de los hablantes, entre otros factores. En la segunda, ofrece una interpretación de los datos con base en observaciones de tipo cualitativo que pone énfasis en la importancia del tiempo de residencia en la ciudad y de la actitud hacia la variante de llegada de los hablantes en el proceso de acomodación; sin embargo, los individuos actúan de diversos modos, según su caso particular.

En el siguiente capítulo, “Estudio geoprosódico y sociodialec- tal del español de la comunidad lingüística chicana de Los Ángeles (CA)”, Y. Congosto Martín analiza y contrasta los patrones prosódicos de enunciados declarativos e interrogativos de dos mujeres de Los Ángeles. Los resultados mostraron que una de ellas, mexicana de pri- mera generación, mantenía los rasgos entonativos de su lugar de origen (Ciudad de México), a pesar del largo período que había residido en Los Ángeles. A la inversa, la entonación de la segunda colaboradora, descendiente mexicana de segunda generación, presenta peculiaridades que no se pueden caracterizar como propias del español mexicano de sus padres (área occidental). Finalmente, la autora enfatiza la dificultad de valorar la influencia y las repercusiones prosódicas que se derivan del contacto lingüístico español-inglés.

É. Mendoza Vázquez, por su parte, describe la configuración tonal de los enunciados declarativos de foco amplio en una comunidad rural de Tlaxcala, Cuapiaxtla, y compara esos patrones con los de la Ciudad de México. La investigadora observa dos diferencias principales entre las variantes: el tipo de actividad en la sílaba pretónica y la forma descendente en la Ciudad de México, en contraste con las formas de ascenso y gran circunflexión en la variante de Cuapiaxtla. En el siguiente texto, “Entonación de los enunciados declarativos neutros en cinco variedades del español mexicano: una búsqueda de hipótesis dialectales”, C. Gil Burgoin presenta una descripción cualitativa de algunos rasgos entonativos -pretonema, acento nuclear, tono de juntura, forma de la curva melódica- de enunciados declarativos de cinco ciudades de diferentes zonas dialectales -La Paz (noroeste), Monterrey (noreste), Guadalajara (occidente), Ciudad de México (centro) y Tuxtla Gutiérrez (sureste)-, con el propósito de establecer los parámetros que podrían ser oportunos en la definición de variedades dialectales. El autor concluye que, de los rasgos analizados, sólo fueron pertinentes el acento nuclear, el tono de juntura y la trayectoria global del F0.

La colaboración de E. Velázquez Upegui, “Entonación en enunciados interrogativos interaccionales en el español hablado en Colombia”, describe la configuración del tonema de enunciados exclamativos y directivos en el español de cuatro ciudades de Colombia: Bogotá, Cali, Cartagena y Medellín. La investigadora, al encontrar pequeñas diferencias en la entonación de estos enunciados en el español hablado en Colombia, salvo en el caso de Medellín, argumenta que los recursos prosódicos de los que disponen los hablantes permiten trazar distinciones pragmáticas y exhiben, a la vez, aspectos comunes, lo que parece reducir las diferencias dialectales.

El apartado concluye con la investigación de L. Orozco sobre la variación dialectal en interrogativas absolutas en el español de Guadalajara, Tuxtla Gutiérrez y Monterrey. La autora observó similitudes en las configuraciones prosódicas de las tres variedades en los enunciados de petición de acción e invitación; sin embargo, también notó algunas diferencias en los enunciados absolutos, pues Guadalajara y Tuxtla presentaban un tonema con un acento nuclear bajo (L*) y tonos de juntura ascendente; la variedad de Monterrey, en cambio, mostró un acento nuclear alto seguido de tonos de juntura suspensivos con un ligero ascenso.

Las contribuciones que componen el tercer apartado tienen como eje central la variación fónica. En la primera, “En torno a dos alternancias fonológicas en las variantes tarahumaras”, L. Valiñas Coalla reevalúa dos de las isoglosas fonológicas propuestas para la lengua rarámuri en los años noventa (CET 1992): la presencia o ausencia de [g] o [k] y la aparición de [i] o [e] en sílabas sin acento, en términos de los procesos fonológicos que involucran, a saber, la desfonologización de las obstruyentes densas débiles y la desfonologización de la vocal aguda no difusa, respectivamente. En relación con la primera isoglosa, el autor define tres zonas: occidente, centro y oriente-suroriente. Sin embargo, concluye que con estas dos isoglosas no es posible constatar la existencia de las cinco áreas dialectales (oeste, norte, centro, cumbre y sur) que se había establecido anteriormente. El capítulo a cargo de A. Guerrero y R. Alarcón es un acercamiento preliminar, de corte instrumental, a las estructuras tonales y la variación dialectal en el otomí. Esta investigación tiene como objetivo identificar si las estructuras tonales en el nivel léxico se mantenían con los ítems asociados o si formaban isoglosas diferentes, así como constatar si el contraste tonal sólo se conservaba en la sílaba tónica de la raíz o si permanecía la configuración tonal de toda la palabra. Los estudiosos lograron determinar que las variantes de tres regiones otomíes poseen los mismos contrastes tonales (A, B y B͡ A), pero no la misma configuración tonal; observaron, además, que estas variantes presentan los mismos patrones fonotácticos en los tonos de nivel, aunque con ciertas restricciones en la secuencia del tono ascendente. Por lo demás, encontraron que la fonotaxis tonal otomí parecía acomodarse a las restricciones impuestas por la configuración de la palabra, pues en todas las variantes el tono ascendente se restringe a la sílaba tónica de la raíz. Finalmente, sus datos no permitieron establecer una dialectología tonal acabada, ya que no les fue posible encontrar tendencias de agrupación.

Esta sección culmina con el artículo de F. Arellanes, M. Chávez, A. Covarrubias, M. Hernández, M. Manzano, S. Morales, R. Rojas, C. Wagner y V. Zárate, “Hacia una dialectología de base fónica en el zapoteco del Valle: el caso de la sexta vocal [ɨ]”, que presenta una propuesta dialectológica para seis variantes zapotecas, con base en la variación sincrónica de la vocal [ɨ], concretamente en relación con la estructura formántica de los sistemas vocálicos y su evolución diacrónica. A partir del método comparativo, los autores advierten que la vocal alta central no tiene origen único en las seis variantes, lo cual explica la variación sincrónica de este segmento y su distribución asimétrica en el espacio formántico; además, señalan que las variantes diatópicas del zapoteco corresponden a estadios diferentes de un proceso evolutivo. Es importante destacar que la metodología emplea- da en este trabajo conjuga criterios acústicos, sociolingüísticos y de reconstrucción, que permiten una mejor aproximación a la variación del grupo lingüístico zapoteco.

La cuarta parte de este volumen, sobre las variables léxicas y morfosintácticas en el establecimiento de áreas dialectales, inicia con el trabajo de Y. Lastra, quien expone las principales diferencias entre dos variantes del otomí a las que ya había dedicado ciertos trabajos descriptivos en 1992 y 1997, respectivamente: la de San Andrés Cuexcontitlán y la de San Juan Bautista Ixtenco. En términos generales, Lastra encuentra que las dos variantes tienen sistemas consonánticos y vocálicos muy semejantes; sin embargo, muestran diferencias morfosintácticas importantes, como en la marcación del dual, que prevalece en la variante de San Andrés, pero ha desaparecido en la de Ixtenco. Finalmente, Lastra apunta que estas diferencias son las que dificultan la inteligibilidad entre los hablantes de ambos dialectos.

En el siguiente capítulo, “Dialectología tipológica. Variables sintácticas y áreas lingüísticas en purépecha”, C. Chamoreau expone un método que parte del supuesto de que las variables sintácticas permiten establecer áreas lingüísticas con mayor precisión y considera el efecto que tienen los cambios lingüísticos -internos o a causa del contacto- en la distribución geográfica de ciertos fenómenos. La autora ejemplifica su método con un análisis de la variación diatópica del orden de los elementos en las frases nominales con artículo indefinido ma ‘uno’. Sus resultados la llevan a establecer una isoglosa que divide dos áreas: la occidental, con rasgos más conservadores (sustantivo + ma), y la oriental, con rasgos más innovadores (ma + sustantivo), cuyas estructuras corresponden a diferentes etapas del proceso de gramaticalización del artículo indefinido, lo cual podría asociarse con la situación sociolingüística de las comunidades y la intensi- dad del contacto con el español.

En “Herramientas cuantitativas en el proyecto ALTO (Atlas Lingüístico del Tseltal Occidental) y evaluación de la zona dialectal sur”, capítulo a cargo de G. Polian y J.-L. Léonard, se describe parte de la metodología aplicada en este Atlas, en particular, el cálculo del índice de similitud dialectal que, si bien se basa en algunos principios de dialectometría, presenta una forma alterna del cómputo que permite medir la proximidad dialectal con una cantidad reducida de datos. Con el índice de similitud, en el que consideraron datos fonológicos, léxicos y morfosintácticos, los autores evaluaron la cohesión de la zona dialectal sur del tzeltal-establecida previamente a partir de datos léxicos y fonológicos (Hopkins 1970; Kaufman 1972)- y encontraron que esta área, en efecto, presenta una cohesión dialectal en cuanto al léxico, la cual, no obstante, se desvanece cuando se toman en cuenta variables morfosintácticas. Esta sección termina con el artículo de L. Meléndez, cuyo propósito es establecer isoglosas en las comunidades de habla huasteca según las variables morfológicas. La autora concluye que las clasificaciones dialectales basadas exclusivamente en rasgos fonológicos no se mantienen al cruzar rasgos de tipo morfológico.

La última sección, que versa sobre la variación léxica y morfosintáctica, inicia con el trabajo de N. Torres Sánchez intitulado “Simplificación del sistema pronominal átono del español de bilingües tepehuanos del sureste y español”. La investigadora menciona que este sistema pronominal átono de tercera persona de los bilingües tepehuano-español es resultado de un cambio inducido por contacto, que parte de la evolución propia del español y se desarrolla a partir de la pauta que el tepehuano impone, ya que esta lengua funciona como una especie de catalizador que acelera y modifica el proceso de cambio. Además, las observaciones de Torres Sánchez muestran importantes similitudes con lo encontrado en otras situaciones de contacto del español con guaraní, quechua, náhuatl, tzutujil. Un punto sobresaliente de este trabajo es la tipología de bilingüismo que retoma de Palacios (2005) y la prueba de bilingüismo que emplea, pues propiciaron ir más allá de la clasificación básica monolingüe/ bilingüe y permitieron una aproximación cuantitativa al dominio que los hablantes tienen de las lenguas.

El siguiente trabajo, “El reemplazo de vos por entre los argentinos radicados en México”, es una investigación cualitativa sobre la sustitución de estos pronombres en hablantes rioplatenses que radican en la Ciudad de México. En su metodología, D. Pesqueira considera algunos principios que favorecen el cambio en situaciones de contacto dialectal: el tiempo de residencia, el contacto frecuente con hablantes del segundo dialecto y la actitud positiva hacia el nuevo entorno, que pondera mediante un cuestionario. Los resultados muestran que los hablantes suelen alternar entre formas tuteantes y voseantes y que esta alternancia se relaciona firmemente con el apego que los rioplatenses tienen al viejo dialecto.

La contribución de E. Rivera Peñaloza, “Variación geolingüística en el ciberespacio: el contacto dialectal entre dos variantes de español en un foro de discusión”, es un estudio de corte sociolingüístico y pragmático que procura aportar pruebas a favor de la existencia de contacto dialectal remoto en un foro de discusión donde participaron mexicanos y argentinos. El autor documenta algunos procesos de acomodación léxica, asociados a dos factores sociolingüísticos: el sentimiento de pertenencia a la comunidad virtual y el deseo de los hablantes de distanciarse o solidarizarse con los demás.

El volumen concluye con la investigación de R. A. Pérez Aguilar, “Geografía lingüística y voces vernáculas en Quintana Roo”, en la que indaga sobre el uso y el conocimiento pasivo de ocho voces indígenas y su distribución en el estado. El estudioso observó que estas palabras, además de variación diatópica, presentan diferencias semánticas y formales, relacionadas con una estratificación por edad y cambios generacionales.

A lo largo de todos los capítulos, los investigadores se preguntaron constantemente acerca de la jerarquía o primacía que deberían tener ciertas variables (fónicas, léxicas, morfológicas) en la determinación de áreas dialectales. Ante esta cuestión, se expusieron diferentes propuestas teóricas y metodológicas, como la dialectología tipológica o el índice de similitud dialectal del proyecto ALTO; sin embargo, la discusión sigue abierta. En resumen, este libro colectivo nos ofrece una vasta gama de situaciones de variación diatópica en español y otras lenguas, así como de métodos, que hacen de él una obra de suma valía.

Referencias

CET 1992. Diagnóstico de necesidades y propuesta curricular, Servicios Educativos del Estado de Chihuahua y Coordinadora Estatal de la Tarahumara-Servicios Educativos del Estado de Chihuahua, Chihuahua. [ Links ]

Hopkins, Nicholas 1970. “Estudio preliminar de los dialectos del tzeltal y del tzotzil”, en Ensayos de antropología en la zona central de Chiapas. Eds. N. Mcquown y J. Pitt-Rivers, Instituto Nacional Indigenista, México, pp. 185-235. [ Links ]

Kaufman, Terrence 1972. El proto-tzeltal-tzotzil. Fonología comparada y diccionario reconstruido, Universidad Nacional Autónoma de México, México. [ Links ]

Palacios Alcaine, Azucena 2005. “Aspectos teóricos y metodológicos del contacto de lenguas: el sistema pronominal del español en áreas de contacto con lenguas amerindias”, en El español en América: aspectos teóricos, metodológicos, particularidades y contactos. Eds. K. Zimmermann e I. Neumann-Holzschuh, Vervuert-Iberoamericana, Frankfurt-Madrid, pp. 63-94. [ Links ]

Recibido: 07 de Octubre de 2018; Aprobado: 18 de Diciembre de 2018

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