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Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.67 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2019  Epub 26-Jul-2019

https://doi.org/10.24201/nrfh.v67i2.3543 

Reseñas

Jorge Luis Borges, Tema del traidor y del héroe (edición crítico-genética). Ed. de Laura Rosato y Germán Álvarez. Pról. de Alberto Manguel. Est. de Javier Cercas y Edgardo Cozarinsky. Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2016; 432 pp.

Antonio Cajero Vázquez1 

1El Colegio de San Luis acajerov@hotmail.com

Borges, Jorge Luis. Tema del traidor y del héroe (edición crítico-genética). Rosato, Laura; Álvarez, Germán. Pról. de Alberto Manguel. Est. de Javier Cercas y Edgardo Cozarinsky, Biblioteca Nacional, Buenos Aires: 2016. 432p.


Laura Rosato y Germán Álvarez han dedicado mucho tiempo a investigar el acervo de Jorge Luis Borges preservado en la Biblioteca Nacional de Argentina. A su acuciosa meticulosidad debemos un libro cardinal para entender no sólo las fuentes, sino algunas de las estrategias de la lectura y la escritura borgeanas: Borges, libros y lecturas. Luego, entre otras curiosidades bibliográficas, el hallazgo de un ejemplar del número 112 de la revista Sur (de febrero de 1944), donde Borges corrigió “Tema del traidor y del héroe” e incluyó una tarjeta donde reformuló el final con que se publicó el relato a partir de la primera edición de Ficciones (1944). Alberto Manguel afirma que se trata de una tarjeta escrita “con lo que [Borges] llamaba «letra de enano»” (p. 7). En ese sentido, me gusta pensar más bien en la caligrafía de Pierre Menard, que el editor ficticio de “Pierre Menard, autor del Quijote” describe en una nota al pie ya presente desde la versión manuscrita de este relato: “Recuerdo sus cuadernos cuadriculados, sus negras tachaduras, sus peculiares símbolos tipográficos y su letra de insecto. En los atardeceres le gustaba salir a caminar por los arrabales de Nîmes; solía llevar consigo un cuaderno y hacer una alegre fogata”.

El descubrimiento a que aludí, indudablemente, permite reconstruir el proceso genético de “Tema del traidor y del héroe”, como lo demuestran Rosato y Álvarez en Tema del traidor y del héroe (edición crítico-genética). Extraña, sin embargo, que el pretexto para darlo a conocer haya sido una coyuntura política, como se lee, fuera de paginación, al final de este breve pero sustancioso volumen: “La presente edición de «Tema del traidor y del héroe» de Jorge Luis Borges, presentada como homenaje de la República Argentina a la República de Irlanda ante las conmemoraciones por el centenario del Levantamiento de Pascua en Dublín, fue inicialmente concebida por la dirección del Dr. Horacio González”. Desde luego, no indigna que el antiguo director de la Biblioteca Nacional, primero, y los editores, luego, hayan aprovechado la fecha celebratoria, sino que ésta se convierta en una práctica en que la literatura (y sus fuentes) dependan de los tiempos políticos y no de su valor en sí, como patrimonio de quienes pagan la conservación y las adquisiciones de los acervos públicos. En última instancia, los estudiosos de la literatura, como usuarios especializados, podrían o no verse beneficiados, pues se trata de una edición inasequible, a pesar de que se tiraron 2000 ejemplares “fuera de comercio”.

Tema del traidor y del héroe (edición crítico-genética) está constituido por media docena de secciones, más un prólogo firmado por el director de la Biblioteca, Alberto Manguel. Primeramente, Javier Cercas colabora con el texto homónimo del relato borgeano, “Tema del traidor y del héroe”, en el cual despliega una serie de afirmaciones provocadoras, por ejemplo sobre la trascendencia de Borges en la historia de la literatura occidental, en general, e hispánica, en particular, de manera que no sólo significaría “el mayor escritor en español desde Cervantes (o desde Quevedo)” (p. 9), con la diferencia de que el Memorioso ha logrado mayor impacto en el campo y en menor tiempo; o que si se compara con Garcilaso (que traslada la música del italiano a la lengua castellana) o con Darío (que hizo lo propio con la francesa), Borges enriqueció la literatura hispánica con la música de algunos prosistas ingleses menores: a contrapelo de ambos, Borges habría extendido su influencia más allá del ámbito hispanohablante. Hasta aquí, todos podríamos estar más o menos de acuerdo con los juicios de Cercas; respecto de otros, no tanto, verbigracia: “«Tema del traidor y el héroe» no se publicó en la primera parte de Ficciones sino en la segunda, titulada «Artificios», y es uno de los relatos más logrados de Borges, aparte de un relato característico del Borges más conocido e influyente (y, hechas las sumas y las restas, quizá el mejor)” (p. 9). Menos mal que introdujo el adverbio “quizá”. ¿Hay, acaso, alguna fórmula que permita establecer la calidad de un relato borgeano sobre otro? Más allá del gusto, lo ignoro.

Cercas ofrece una sugerente lectura en clave policial (y filosófica) del “Tema del traidor y el héroe”, deudor de “El acercamiento a Almotásim”, ya que los dos coinciden en un hecho esencial: (re)presentan la busca incesante de una respuesta, pero los actores del drama no se percatan de que la respuesta radica en “la propia búsqueda de la respuesta, la propia pregunta, el propio relato” (p. 12). Como ocurre en el hecho estético, que consistiría en “una revelación que no se produce” (Borges dixit), el lector de estos relatos experimenta la ansiedad de Tántalo ante las cortinas de la alcoba de Almotásim y ante el descubrimiento que Ryan escamotea de la historia de Irlanda y de su centenario antepasado. Con ello, Almotásim y Nolan, demiurgos, logran su cometido: mantener la tensión y la atención del lector aun después de acabado el relato. (Entre paréntesis, un dislate: Cercas afirma que Ficciones se publicó un lustro después de “El acercamiento a Almotásim”, p. 10; según entiendo, el crítico se refería a El jardín de senderos que se bifurcan, como lo confirma el pie de imprenta: “Este libro se terminó de imprimir el 30 de diciembre de mil novecientos cuarenta y uno”, aunque en el Copyright se lea “Buenos Aires, 1942”; Ficciones, por su parte, no aparece un lustro después de 1936, sino en 1944).

El breve ensayo de Edgardo Cozarinsky, “Sobre el escepticismo en Borges”, resulta un subterfugio para argumentar no sólo sobre el escepticismo metafísico de Borges, sino sobre su escepticismo político en el teatro de la realidad argentina a lo largo de varios decenios, ya como narrador, ya como ensayista, ya como polemista. Más aún: escéptico por excelencia, Borges “invoca la puesta en escena, la teatralidad, la actuación para desarmar una demasiado urgente realidad” (p. 14). Me habría gustado que, en su razonamiento, Cozarinsky trajera a cuento las analogías entre la trama de “Tema del traidor y el héroe” y el seductor planteamiento de Joseph Addison que tanto seducía a Borges: en los sueños, el alma conversa con innumerables seres y se traslada también a incontables escenarios creados por ella, por lo cual el alma sería “su propio teatro, su actor y su espectador”: así Kilpatrik que, en contubernio con Nolan, no sólo habría elegido un teatro para ser asesinado, sino materializado una trama paralela para que la historia irlandesa siguiera su curso natural en el gran teatro de la ciudad, con una legión de actores durante muchos días con sus noches. ¿Se ha notado, por cierto, la familiaridad entre las Festspiele, aludidas por el narrador de “Tema del traidor y del héroe”, y el monstruoso mapa que Borges atribuye a un dudoso, y hasta fantasmagórico, Suárez de Miranda?

Los restantes cuatro apartados, “Estudio preliminar”, “Ficha técnica”, “Facsímil” y “Transcripción y edición crítico-genética” están a cargo de Rosato y Álvarez. El primero narra a detalle el descubrimiento del ejemplar duplicado del número 112 de la revista Sur donde Borges reformuló “El tema del traidor y del héroe”, tal como se puede apreciar en la sección denominada “Facsímil” (pp. 33-37). Como se desprende de la noticia, esta revelación vino en paquete, pues al menos otros cinco ejemplares de Sur con textos de factura borgeana se hallan intervenidos por su autor (núms. 24, 59, 68, 111 y 159). Esta práctica correctora, como lo delatan incontables ejemplos, cruza toda la obra de Borges. Fenómeno que él mismo asume, en una entrevista de 1979, a propósito de sus prácticas escriturarias: “Una vez escrito el texto, debemos guardarlo y olvidarlo. Al cabo de unos quince días podemos releerlo y enmendarlo. No hay nunca una versión definitiva; hay una que nos resignamos a publicar y que corregimos después… No hay una página mía, por descuidada o espontánea que parezca, que no haya exigido muchos y vacilantes borradores”. “Tema del traidor y el héroe” resulta paradigmático en este tenor: primero se resignó a publicarlo y lo corrigió después.

En el mismo “Estudio preliminar” se presenta, además de la descripción del ejemplar de marras, la historia textual del relato y el análisis de las variantes acuñadas por una mano insatisfecha desde mediados de 1943 hasta 1974, en que Borges publica sus Obras completas en un dilatado tomo. De este paseo crítico, me gustaría destacar la historia del relato a partir de los testimonios que vienen a completarse con el número 112 de Sur, intervenido por Borges: en principio, se desconoce el original entregado por él a los editores de Sur (así como el virtual borrador, que fungiría como estado pre-textual del relato, con sus singulares símbolos tipográficos, borraduras y variantes textuales in fieri), por lo que Rosato y Álvarez sostienen que, a causa de su naturaleza híbrida, el texto de la revista adquiere un carácter transitorio y puede considerarse “un manuscrito pasado en limpio” (p. 23) que, a su vez, dio lugar a otro manuscrito donde se eliminan las vacilaciones y las correcciones de contenido impresas en la revista (no las inherentes al proceso de copia) y en la tarjeta adjunta con el nuevo final. Este otro manuscrito, que actualmente se encuentra en posesión del anticuario Víctor Aizenman, representa “una pasada en limpio del relato para su inclusión en Ficciones” (p. 23). ¿Y el paratexto, el epígrafe de Yeats, cuándo se introdujo? Muy probablemente en el testimonio que sirvió de base para la versión de Ficciones en 1944 o, como sospechan Rosato y Álvarez, “durante el proceso de corrección de galeras” (p. 23). La dedicatoria “a E. H. M.” (Elsa Helena Astete Millán) que acompañaba a la versión de Sur se suprime del manuscrito en poder de Aizenman y, desde Ficciones y en sucesivos testimonios, es sustituida por un epígrafe de Yeats, del poema “Nineteen hundred and nineteen”, incluido en el poemario The Tower.

En este iluminador trabajo de miniaturistas, quizá lo más valioso desde la perspectiva genética sean la reproducción facsimilar de las páginas de Sur con “Tema del traidor y del héroe”, apostillado por Borges, y la pulcra transcripción por parte de Rosato y Álvarez. Finalmente, la edición crítico-genética del relato rezuma un conocimiento profundo de la obra borgeana, sin duda; no obstante, y aun cuando los editores anuncian que emplearán dos tipos de notas (las de las variantes y correcciones, y las de comentario), considero que este criterio impide distinguir con claridad la evolución de la reescritura del relato por la abundante anotación de carácter informativo y exegético. La falta de un espacio ex profeso para el aparato de variantes y otro para las notas de diversa índole denotan un dejo de anarquía y, en consecuencia, una perfectible jerarquización del aparato crítico que, en esencia, tiene que ayudar al lector a reconstruir todos los estadios por los que pasó el texto hasta su fijación, y no complicarlos. No está de más decir que en Borges, el mismo , otro (también publicado por la Biblioteca Nacional) pueden consultarse dos folios del manuscrito de “Tema del traidor y el héroe”, propiedad del anticuario Aizenman, y el facsímil de la revista Sur, incluida la tarjeta con el final agregado por Borges. Este proyecto seguramente abrirá la brecha para que nuevos manuscritos o publicaciones glosadas o corregidas por Borges salgan a la luz, como los facsímiles recientemente editados por Daniel Balderston en Poemas y prosas breves.

Recibido: 26 de Septiembre de 2018; Aprobado: 07 de Noviembre de 2018

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