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Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.64 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2016

 

Reseñas

Manuel Casado Velarde, La innovación léxica en el español actual

Erik Daniel Franco Trujillo* 

*El Colegio de México, México.

Casado Velarde, Manuel. La innovación léxica en el español actual. Síntesis, Madrid: 2015. 208p.


Con La innovación léxica en el español actual, Manuel Casado Velarde pone a disposición una obra de consulta para todos los interesados en las propiedades principales del fenómeno de la neología léxica en la lengua española moderna. Como bien señala el autor en el breve prólogo, la publicación busca cubrir un vacío respecto al tratamiento de la innovación léxica en el español, tanto en otras obras de especialidad como en los diferentes programas universitarios de lingüística, donde este fenómeno no se explica de manera comprensiva y sistemática. El público al que está dirigido el libro son tanto los estudiantes de filología, lingüística y comunicación como todo aquel que desee mejorar su expresión oral y escrita. La investigación está dividida en trece capítulos, cada uno de los cuales se centra en algún aspecto relevante de la creación de palabras en el español. La exposición del autor va de lo general a lo particular, lo que resulta un tratamiento lógico para comprender cuál es el campo de acción y cuáles son las características más importantes de la neología léxica.

En el capítulo uno, “El contenido lingüístico. Designación, significado y sentido. El significado léxico”, con base en el pensamiento coseriano y el apoyo de algunas nociones de Gadamer, Casado Velarde ofrece lo que a su entender son las tres características universales del lenguaje humano; a saber: la semanticidad, pues se trata de un medio para significar la realidad extralingüística, mediante el cual se crean unidades que poseen significado y que al estar dentro de un discurso adquieren sentido; la alteridad, ya que el lenguaje se utiliza para dialogar con los demás, y la creatividad, pues el lenguaje está en constante transformación gracias a las necesidades de sus hablantes. A la par de estas tres características primarias del lenguaje, el estudioso menciona otras dos que se derivan de los rasgos recién mencionados: la historicidad, pues el lenguaje se expresa a través de formas históricamente determinadas, como las lenguas, y la materialidad, pues el lenguaje es un hecho físico. Además, el autor expone brevemente los dos tipos de significado que se pueden encontrar en las lenguas humanas: el significado léxico y el significado gramatical. Después de caracterizar y diferenciar ambos tipos de significado, el investigador aclara que lo que le interesa tratar en este trabajo es el estudio de aquellas unidades lingüísticas que poseen un significado léxico. Para culminar este primer capítulo, Casado Velarde menciona las distintas perspectivas mediante las cuales la lexicología, la semántica léxica, la lexicología diacrónica y la lexicografía abordan el estudio de las unidades léxicas.

Como su nombre lo indica, el segundo capítulo, “La innovación léxica: neología y neologismo. Clasificación de los neologismos”, se encarga de introducir los conceptos de neología y neologismo, así como de ofrecer una tipología de los procedimientos neológicos que tienen las lenguas. Ante todo, al autor le interesa señalar lo difícil que resulta proponer criterios objetivos para catalogar una palabra como neológica. En este sentido, me parece que se podría profundizar más sobre la complejidad de este fenómeno y propiciar un debate interesante al respecto. Por otro lado, se debe valorar que el capítulo es sumamente concreto y claro con respecto a las explicaciones que ofrece. En cuanto a los procedimientos neológicos, a grandes rasgos, podemos señalar que la tipología propuesta por Casado Velarde clasifica los procesos de innovación dependiendo de si la novedad se da en un signo lingüístico en su totalidad o solamente en el plano material o en el plano del contenido.

Cualquier libro introductorio sobre la innovación léxica en el español actual debe tocar el tema de las características morfológicas de la unidad palabra de esta lengua. El tercer capítulo de este trabajo, “Formación de palabras: conceptos fundamentales”, se dedica justamente al análisis de este punto, ya que presenta algunos conceptos morfológicos clave para entender la estructura interna de las unidades léxicas de la lengua española. De esta manera, Casado Velarde ofrece una caracterización de nociones como palabra, morfema, raíz, afijo, afijo flexivo, afijo derivativo, desinencia, familia léxica, supletivismo, entre otras, sin las cuales resultaría imposible comprender el resto de los capítulos del libro. Si bien existe un amplio debate sobre lo que debe entenderse por algunos de estos conceptos, y podemos pensar en lo difícil que ha sido para la lingüística a lo largo de su historia esclarecer qué es una palabra1. El autor no entra en ninguna polémica al respecto y retoma las definiciones que él considera satisfactorias para seguir con su exposición.

Continúa con las cuestiones morfológicas de la formación de palabras en la lengua española en el capítulo cuarto. Tras aclarar los conceptos de derivación homogénea y heterogénea y de sufijación y prefijación, el autor plantea una clasificación general de las principales características categoriales y semánticas de los sufijos y prefijos derivativos del español. El texto cuenta con un gran número de ejemplos, que ayudan a la comprensión de lo que estos afijos aportan a una base léxica en términos semánticos y formales. Asimismo, el autor ofrece varios apartados donde examina la cuestión de la sufijación apreciativa, la derivación regresiva y la prefijación apreciativa. Si bien es sabido que una de las tareas pendientes del estudio de la morfología léxica del español es el análisis exhaustivo y particular de cada afijo derivativo, este capítulo cumple con el objetivo de describir un proceso de creación de palabras tan rico e importante para la lengua española como el de la derivación.

En el capítulo cinco, Casado Velarde presenta los otros dos mecanismos de formación de palabras que tiene el español, a saber, la composición y la parasíntesis. Tras caracterizar el concepto de composición, el estudioso ofrece una clasificación de los diferentes tipos de compuestos que hay en la lengua española a partir de la estructura que presentan. De esta manera, distingue entre compuestos léxicos u ortográficos y compuestos sintagmáticos. También hay un apartado sobre la composición neoclásica y asimilada. Algo que debemos destacar es que dentro de estas grandes categorías hay varias subcategorías que son explicadas y ejemplificadas con propiedad. Por último, el autor comenta algunas cuestiones básicas sobre la parasíntesis y los distintos puntos de vista que se han utilizado para definir dicha noción.

En el sexto capítulo de esta obra se analizan las propiedades formales de cuatro fenómenos actuales en la lengua española, que pueden llegar a ser confundidos por el público no especializado. Me refiero a los acortamientos léxicos, siglas, abreviaturas y acrónimos. En esta sección del libro, Casado Velarde ofrece una caracterización precisa de cada uno de los procesos y presenta abundantes ejemplos para, por un lado, consolidar cada una de estas nociones en términos descriptivos y, por el otro, mostrar los rasgos formales pertinentes para poder diferenciarlos. Sin lugar a dudas, este capítulo será de sumo interés para todo aquel que busque comprender la formación de este tipo de unidades léxicas que, a pesar de su gran productividad en la lengua, no suelen recibir la atención necesaria en los distintos manuales de formación de palabras del español.

El capítulo siete, “Creaciones léxicas delocutivas y decitativas”, se ocupa de un fenómeno lingüístico que, como bien señala el autor, ha recibido poca atención por parte de los lingüistas. A grandes rasgos, este capítulo es una invitación a explorar “la creación de nuevas unidades léxicas a partir del empleo, más o menos convencionalizado, que los hablantes hacen en determinados segmentos lingüísticos” (p. 75). Después de ofrecer una introducción sobre aquellos usos discursivos que generan unidades delocutivas y decitativas, el autor se encarga de caracterizar, ejemplificar y diferenciar ambos fenómenos para posteriormente proponer una clasificación preliminar que depende del comportamiento gramatical de estas unidades. De acuerdo con esta tipología, cabe reconocer sustantivos delocutivos y decitativos, adjetivos y verbos delocutivos, así como adverbios, interjecciones y locuciones.

El capítulo ocho, “El neologismo semántico: tipos”, se ocupa de los procesos de innovación léxica que se dan en el plano del contenido de los signos lingüísticos. Dependiendo de si estas modificaciones en el significado surgen a partir de las características intrínsecas de la lengua o por influencia de alguna lengua extranjera, conviene distinguir entre innovaciones semánticas autóctonas e innovaciones semánticas alógenas. En el caso de los neologismos semánticos autóctonos, se suelen presentar a partir de la capacidad que tienen los hablantes de utilizar de manera figurada cualquier elemento significativo de la lengua. De modo que, por medio de usos metafóricos, metonímicos, eufemísticos e irónicos las palabras suelen sufrir modificaciones en su contenido semántico, algunas de ellas incluso llegan a lexicalizarse. Por su parte, los neologismos semánticos alógenos se producen cuando un signo de la lengua adopta un nuevo significado a partir del significado de un signo de otra lengua. Casado Velarde profundiza en cada uno de estos procesos de innovación semántica y ofrece numerosos ejemplos para dejar bien establecidas sus características y sus diferencias más importantes.

En el capítulo nueve, el autor centra su atención en el interesante fenómeno del eufemismo. Tras señalar que el eufemismo puede ser tomado como proceso o como producto (sustituto eufemístico), el autor ofrece varios argumentos que dejan entrever los alcances de este fenómeno como catalizador importante para el cambio lingüístico. Asimismo, retoma las clasificaciones elaboradas por Lázarro Carreter, en el Diccionario de términos filológicos (1962), y Casas Gómez, en La interdicción lingüística. Mecanismos del eufemismo y el disfemismo (1986), para exponer las principales causas y mecanismos lingüísticos que entran en juego durante el proceso eufemístico. Posteriormente, el estudioso explicita las etapas por las que suelen pasar los sustitutos eufemísticos, así como el carácter inestable y efímero de su naturaleza. La tesis más importante de este capítulo es que no se debe hablar de eufemismos per se, sino solamente de usos eufemísticos o disfemísticos, ya que se trata de un fenómeno que pertenece más al habla que a la lengua.

En el décimo capítulo, “Calcos y neologismos sintáctico-semánticos por elipsis”, Casado Velarde explora otros dos procedimientos productivos en el ámbito de la innovación léxica del español. La importancia del calco, según Gómez Capuz2, radica en que se trata de “la reproducción de un complejo léxico de la lengua modelo con los medios formales de la lengua receptora”. En su mayoría, los ejemplos que presenta el estudioso son calcos basados en modelos de la lengua inglesa, situación que nos hace preguntarnos cuál ha sido el impacto de formas calcadas provenientes de otras lenguas en el español. En lo que al neologismo sintáctico-semántico por elipsis se refiere, el autor expone sus características y señala que se trata de un procedimiento de creación de palabras, que resulta muy fructífero en diversos ámbitos comunicativos de la vida moderna, como los relacionados con máquinas, herramientas, dispositivos, vehículos, comidas y bebidas, empresas, programas televisivos, entre otros.

El capítulo once nos habla del carácter innovador del préstamo lingüístico. Es sabido que en español y en el dominio de la lingüística, el préstamo puede ser visto como proceso o como producto. La definición de préstamo que presenta Casado Velarde, es decir, “la palabra que pasa de una lengua a otra sin traducirse”, deja claro que lo que le interesa a este autor es la naturaleza del préstamo como producto. Dado que varias de las voces que han entrado al español de otras lenguas presentan distintos grados de asimilación o integración a las propiedades de la lengua española, el autor plantea la pertinencia de distinguir entre préstamos propiamente dichos, peregrinismos o xenismos, barbarismos y falsos préstamos. A lo largo de este capítulo se ofrecen numerosos ejemplos con el objetivo de ilustrar cada uno de los conceptos tratados. Además, hay un breve apartado en el que se comenta la existencia de préstamos internos, es decir, de voces que pasan de una lengua funcional a otra y que pertenecen a una misma lengua histórica.

El capítulo número doce se ocupa del tratamiento que se suele dar a la innovación léxica en el Diccionario de la lengua española (DRAE). El estudioso observa, atinadamente, que el criterio de selección para el registro de nuevas entradas en el DRAE es sumamente parcial. Para mostrar dicha afirmación, Casado Velarde hace una comparación entre la edición del DRAE de 2001 y la de 2014 y ofrece varios ejemplos de aquellos nuevos vocablos y acepciones que ya aparecen registrados en el diccionario académico. La mayoría de los neologismos lexicográficos que el autor expone han aparecido en dominios como el de la informática y las nuevas tecnologías, la alimentación, la medicina, los deportes, el entretenimiento, las ideologías, la moda y la economía. Por último, el autor muestra otros ejemplos de vocablos que resultan usuales entre algunos hablantes de español, pero que todavía no tienen cabida en el DRAE; de esta manera, ejemplifica lo difícil que resulta para cualquier diccionario estar al día en lo que a la innovación léxica se refiere.

En el capítulo trece “Innovación léxica y discurso: la columna periodística”, Casado Velarde lleva a un plano práctico varios de los conceptos y fenómenos lingüísticos tratados en el libro. Pone especial énfasis en que toda innovación lingüística es ante todo un fenómeno que acontece en el discurso, por lo que el investigador muestra la manera en la que un género discursivo particular, como es el caso de la columna de opinión, se presta muy bien para observar y describir fenómenos relacionados con la innovación léxica. En este sentido, el autor realiza un estudio de caso de todos los fenómenos neológicos que ha sido capaz de encontrar en la columna “Una raya en el agua”, del periodista español Ignacio Camacho. A partir de un corpus de 121 columnas, Casado Velarde observa diferentes cuestiones, como la formación de palabras mediante procesos derivativos y composición; la presencia de acortamientos, siglas y acrónimos; el uso de eufemismos y calcos; la aparición de neologismos por medio de elipsis; el uso de metáforas y préstamos de otras lenguas, etcétera.

El resto del contenido del libro comprende un anexo de nombres propios y marcas registradas que por medio del uso han adquirido un carácter de nombres comunes. La investigación también contiene un apartado de referencias bibliográficas, que puede ser de suma ayuda para todo aquel que quiera profundizar en algún aspecto particular de la innovación léxica, una nómina de siglas y un índice con todas las voces citadas en cada capítulo.

A grandes rasgos, este libro busca sistematizar los diferentes medios de los que se valen los hablantes de la lengua española para generar nuevas unidades léxicas y así poder comunicar sus necesidades. Si bien es cierto que se trata de un libro introductorio y, como el autor lo indica, está explícitamente elaborado para estudiantes universitarios, no deja de ser un buen marco de referencia para acercarse al fenómeno de la innovación léxica en el español actual. A pesar de que el objetivo del libro no es discutir y polemizar en torno al concepto mismo de neología, sería muy enriquecedor contar con alguna sección en la que se ahondara en la problemática de caracterizar qué es un neologismo y si se pueden encontrar criterios objetivos para saber qué condiciones se deben cumplir y/o cuánto tiempo debe pasar para que un neologismo pierda su carácter neológico. De este modo, trazar la diferencia entre neologismo como proceso, neologismo como resultado y neologicidad se vuelven temas a los que se les debe buscar respuesta, tal y como recientemente lo ha intentado Claudio Molina Salinas en su tesis de doctorado, titulada Neologismo y neologicidad: hacia una caracterización del fenómeno en español (2015). Si se sigue por este camino, se contará con un mayor número de elementos para completar el panorama respecto a la neología en el español. Independientemente de lo anterior, el gran aporte de este libro radica en su interés por reunir en una sola obra monográfica los temas más importantes vinculados con la creación de unidades léxicas en el mundo hispánico.

Referencias

Gómez Capuz, Juan, El préstamo lingüístico, Universitat, València, 1998, p. 58. [ Links ]

Lara, Luis Fernando, Curso de lexicología, El Colegio de México, México, 2006. [ Links ]

Piera, Carlos, “Una idea de palabra”, en Panorama de la lexicología, ed. Elena de Miguel, Ariel, Madrid, 2009, pp. 25-50. [ Links ]

1Véanse Luis Fernando Lara, Curso de lexicología, El Colegio de México, México, 2006 y Carlos Piera, “Una idea de palabra”, en Panorama de la lexicología, ed. Elena de Miguel, Ariel, Madrid, 2009, pp. 25-50.

2Juan Gómez Capuz, El préstamo lingüístico, Universitat, València, 1998, p. 58.

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