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Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.64 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2016

 

Reseñas

Brauli Montoya Abat y Antoni Mas I Miralles (eds.), Studia linguistica in honorem Francisco Gimeno Menéndez

Florentino Paredes García* 

*Universidad de Alcalá, España.

Montoya Abat, Brauli; Mas I Miralles, Antoni. Studia linguistica in honorem Francisco Gimeno Menéndez. ., Universitat, Alacant: 2013. 867p.


“Cuando bebas agua, recuerda la fuente”, dice un proverbio chino. Porque pocas cosas hay que humanicen más que el agradecimiento, especialmente el que se ofrece a los maestros, a quienes en algún momento de la vida han ayudado a entender e interpretar el mundo y han contribuido a despertar la conciencia. Y a ese encomiable empeño de recordar la fuente de la que muchos han bebido se han dedicado los editores de estos Studia linguistica, así como los autores que rinden tributo con sus trabajos a la figura de Francisco Gimeno con motivo de su jubilación, tras cuarenta y dos años como profesor e investigador de la Universidad de Alicante, a fin de reconocer su influencia para la lingüística y la filología española y catalana.

La obra, prologada por el vicerrector de la Universidad de Alicante, se abre con una introducción, en la que los editores glosan la figura del homenajeado además de resumir el contenido de cada una de las colaboraciones. La parte sustancial del volumen la ocupan los treinta y un estudios, que aparecen distribuidos en cuatro secciones, tres de ellas directamente relacionadas con las líneas de investigación que han caracterizado al profesor Gimeno (la lingüística histórica, la sociolingüística y, en menor medida, la lingüística aplicada) y una última sección que acoge trabajos de carácter vario. Si el conjunto de trabajos procuraba representar las líneas de investigación, ese mismo carácter representativo ha sido objetivo conseguido en relación con la diversidad de lenguas usadas en las investigaciones. En la obra, el lector se encontrará con varias lenguas: la mayor parte de los trabajos están redactados en las dos lenguas que han sido objeto de investigación preferente del profesor Gimeno, veinte artículos en castellano y nueve en catalán; a ellas hay que sumar dos trabajos redactados en inglés y, forzando un poco el plectro, se podría añadir una cuarta, la lengua de signos, cuya sociolingüística es objeto de atención en el trabajo de Rodrigo López.

La “Introducció”, realizada por los dos editores, contiene la semblanza biográfica de Francisco Gimeno, en la que se da cuenta del origen de sus padres -de importancia para la formación lingüística y probablemente para el devenir como investigador-, de su nacimiento e infancia en Villena y su formación universitaria en Murcia de la mano de los profesores Luis Rubio García, especialista en filología románica, Manuel Muñoz Cortés, de gramática histórica, y Jorge Muñoz Garrigós, especialista en dialectología. Gracias a esta semblanza conocemos también la importancia que tendría su formación como docente, que se inicia con los estudios de magisterio en la Escuela Normal de Alicante y el desempeño de la tarea de maestro en su Villena natal. Tras la licenciatura, pasa brevemente por las aulas de la Enseñanza Media en Elche y, al poco, se vincula con la Universidad de Alicante como profesor de los cursos de Lengua Española a través del Centre d’Estudis Universitaris, en el curso 1971-72, lo que supone la definitiva incorporación al medio universitario. En este ámbito desarrolla las líneas de investigación de la dialectología, la lingüística histórica y la sociolingüística, líneas en las que se inscribe la mayor parte de las publicaciones que son obra del autor y que suman un centenar, como se detalla en las páginas 17 a 24.

La primera parte, “Lingüística histórica”, contiene diez trabajos, cinco escritos en catalán y cinco en español. Inicia con el de Manuel Alvar Ezquerra, dedicado al análisis de la influencia del Diccionario de Nebrija en el Vocabulista de fray Pedro de Alcalá que, a juicio del autor, no consistió en una mera traslación, dada la falta de correspondencia entre el léxico de ambas. El autor del segundo trabajo, Antonio M. Badia I Margarit, defiende, con un estilo ágil y muy sugerente no exento de ironía, que el autor de las 325 Regles de esquivar vocables es el valenciano Pere Miquel Carbonell y no el valenciano Bernat Fenollar y el barcelonés Jeroni Pau, como se declara explícitamente en el texto y ha sostenido tradicionalmente la crítica, incluido el propio Badia. Emili Casanova estudia el vocalismo tónico de los cultismos en catalán, contrastando sus datos con los resultados de esos mismos latinismos en otras lenguas románicas. La contribución de Jordi Colomina defiende la importancia del catalán en la configuración del dialecto murciano a lo largo de la historia: se inicia en la época medieval con la repoblación del territorio por catalanohablantes tras la conquista de la ciudad en 1266; según los datos sociolingüísticos, en el territorio murciano se mantiene el catalán hablado al menos hasta el siglo XVI, como se deduce de los datos contenidos en los libros de Repartiments, en la obra de Ramon Muntaner y en otros testimonios; y su influencia se ha conservado en nuestros días, como muestran las interferencias fonéticas, morfológicas, sintácticas y léxico-semánticas causadas por el catalán en muchas unidades léxicas del murciano actual. María Teresa Echenique dedica su trabajo al estudio de la fraseología en la lexicografía vasco-latinorrománica bilingüe y trilingüe entre los siglos XVI y XVIII. El trabajo de Claudio García Turza recae sobre uno de los temas que más han preocupado al autor, las glosas emilianenses. En esta ocasión, el autor, frente a la concepción metafórica de las lenguas como seres vivos y, por tanto perfectibles, parte de que las lenguas son “perfectas” en cualquier momento histórico. En este sentido, las glosas han de ser interpretadas no como “el primer vagido” del español o la constatación de su “nacimiento”, sino como manifestación de un interés por renovar la lengua escrita latina y crear un nuevo sistema gráfico hispánico: “En el escritorio emilianense, en cierto modo, se funda la hispanoescritura. Los glosadores emilianenses se convierten así en los principales causantes de que nuestra escritura española se aproxime más que en otras lenguas a esa ortografía en que a cada fonema le corresponde una, y solo una, letra” (p. 201). La aportación de los editores a este homenaje, Antoni Mas I Miralles y Brauli Montoya, consiste en un análisis contrastivo de textos del siglo XVI, todos ellos del Corpus Informatizat del Català Antic, con objeto de caracterizarlos según su grado de formalidad a partir del análisis de ciertos rasgos lingüísticos: el pasado perifrástico, los conectores car y perquè, los relativos, los adverbios en -ment y los sufijos -able, -ible. El trabajo de Juan Francisco Mesa Sanz es una propuesta para la fijación del arquetipo de la carta que en 1507 el rey de la taifa de Denia, Alî ibn Muyâhid, envió a la sede episcopal de Barcelona. Reinhard Meyer-Hermann analiza el origen y la relación de dependencia genealógica entre los fueros de Coria y de Castelo Bom, lo que le lleva a proponer la existencia de al menos tres versiones de cada uno de los fueros y un nuevo estema de la genealogía. Esta primera parte de la obra cierra con el trabajo de Jesús Millán, dedicado a la situación del catalán en Orihuela entre los siglos XIV y XIX: frente a la idea tradicional de que esta zona fue castellanohablante, los testimonios documentales muestran la presencia del catalán en territorio oriolano ininterrumpidamente hasta finales del XIX, si bien durante todo ese siglo ya los testimonios de uso del catalán son esporádicos (el autor sostiene que el declive del catalán en el territorio se produce en 1750, fecha a partir de la cual el sermón del día de Sant Vicent en la Seu empieza a hacerse en castellano).

La segunda parte de la obra, “Sociolingüística”, consta de doce contribuciones, realizadas desde las orientaciones macro y micro de la disciplina y desde los enfoques del variacionismo, de la sociología del lenguaje y del análisis del discurso. El trabajo de Lluìs Alpera se dedica a analizar las interferencias léxicas y semánticas que se detectan en un semanario satírico alicantino de finales del siglo XIX. La contribución de José Luis Blas Arroyo propone que el contacto de lenguas puede ser un factor de retención en ciertos procesos de variación y cambio. El autor defiende esta hipótesis mediante el análisis de un fenómeno fónico, la conservación de la dental en la terminación -ado, y otro morfológico, el futuro sintético frente al perifrástico en el territorio valenciano, en el que el proceso de conservación de la dental y la retención del futuro morfológico alcanza cotas más altas que en otras zonas del español, lo que se explica, según el autor, por la influencia del valenciano en aspectos como la densidad etnolingüística de la comunidad de habla, la lengua dominante del hablante o su grado de bilingüismo. María Ángeles Calero, desde una perspectiva feminista de la sociolingüística, ofrece los resultados de un trabajo de campo acerca de las creencias sobre el habla masculina y femenina, a partir de la premisa de que las diferencias sexolectales no tienen una base biológica, sino cultural, determinada por las presiones sociales que a menudo no se perciben como tales. El grupo femenino, infravalorado socialmente según la autora, puede adoptar diferentes estrategias, desde la asimilación al grupo dominante hasta la competición con él; en un grado extremo puede llegar al “autoodio”, actitud lingüística que resulta del conflicto entre el grupo de pertenencia y el grupo de referencia (p. 357). El trabajo de campo, realizado sobre una muestra seleccionada según los parámetros del PRESEEA, lleva a la autora a concluir que la comunidad de habla identifica el feminolecto por el uso de “algunos adjetivos (divino/a, encantador/a, mono/a, chuli), la corrección lingüística, el discurso cooperativo, el objetivo interaccional de los actos comunicativos, el detallismo en las explicaciones, el contacto visual” (p. 363). José Ramón Gómez Molina analiza cuantitativa y cualitativamente las actitudes lingüísticas hacia cuatro variedades lingüísticas en Valencia, por medio de una encuesta realizada a una muestra de 234 informantes. Siguiendo el modelo de Lambert y Ajzen, el autor considera la actitud desde una perspectiva mentalista, como un constructo componencial (cognoscitivo, afectivo y conativo), concepción a partir de la cual elabora un cuestionario basado en una cinta estímulo que los sujetos han de evaluar mediante respuestas escalares. Las variedades evaluadas se gradúan en un continuum geolingüístico y social: catalán estándar -valenciano estándar- valenciano “apitxat” -castellano de la huerta- castellano estándar. El análisis le lleva a concluir la existencia de tres tipos de actitudes: una positiva hacia el valenciano en general y hacia el castellano; otra negativa hacia el valenciano por no ser considerado útil para la promoción social; la tercera, de inseguridad, manifestada en el conflicto de los hablantes ante la elección de lengua. El trabajo de Humberto López Morales sintetiza las aportaciones a la sociolingüística desde la universidad portorriqueña de Río Piedras, especialmente desde su Instituto de Lingüística. Los editores de la obra vuelven a figurar en esta segunda parte del volumen con sendas contribuciones. De la transmisión de la lengua en las comarcas del sur de la región valenciana se ocupa Antoni Mas i Miralles. Según los datos de las encuestas realizadas por el autor en 2004, la transmisión del valenciano en el seno de la familia, que históricamente había ido decreciendo, parece encontrarse en proceso de recuperación. Por su parte, Brauli Montoya se pregunta si existe una normativa del valenciano y, tras responder afirmativamente, si esta normativa posee un estatus suficiente. Las encuestas que lleva a cabo le permiten diferenciar grupos de hablantes según las actitudes hacia los aspectos normativos: leales, idealizadores, subvaloradores y asimilados. Los dos primeros se muestran promotores de la normativa, mientras que los dos últimos, que incluyen a la mayoría de los valencianos, o bien no se interesan por la norma o bien no usan el valenciano. La contribución más extensa del volumen es la de Francisco Moreno Fernández, que aborda desde una perspectiva sociopragmática el estudio de ciertos actos de habla coloquiales, a partir de encuestas llevadas a cabo a 50 sujetos de la localidad toledana de Quintanar de la Orden. Recurre al cuestionario para identificar las fórmulas usadas en esos actos de habla (excusas, ofrecimientos, peticiones, respuesta a agradecimientos, etc.) teniendo en cuenta cuatro tipos de interlocutores (que son tipos ordenados según la escala de poder/solidaridad). Las conclusiones reflejan que las fórmulas más corteses van asociadas con el tratamiento de usted, que la elección de las fórmulas viene determinada especialmente por la edad y la posición social del informante y que los interlocutores caracterizados como [+ poder, solidaridad] nunca reciben fórmulas descorteses y suelen ser los destinatarios de las que implican mayor cortesía. Félix Rodríguez presenta un trabajo dividido en dos partes. En la primera estudia el nombre que reciben en inglés las dos comidas principales del día por medio de una encuesta realizada a 545 sujetos, estratificados según la edad, el sexo, la clase social y la zona geográfica inglesa. Los resultados indican que los nombres mayoritarios son lunch para la comida (frente a dinner o luncheon) y dinner para la cena (frente a tea o supper), que son además los más usados por las mujeres, los jóvenes, los grupos sociales altos y los hablantes del sur. En la segunda parte, compara los nombres de las comidas del día en inglés británico y americano, alemán, francés, español y portugués, lo que le lleva a concluir que los diferentes nombres obedecen a diferencias culturales y que en la elección influye la transparencia semántica (que explica la preferencia de comida o cena frente a almuerzo) y otros factores, como la tendencia de las clases altas por los términos genéricos y menos connotados. Sobre la lengua de señas versa el trabajo de Joaquín Rodrigo, que constata la falta de estudios sobre esta variedad lingüística. José Antonio Samper Padilla presenta en una precisa síntesis el estado de la cuestión acerca de los estudios de variación fónica en el español de España. Se centra en las investigaciones variacionistas que se han ocupado de estudiar la variabilidad de seis segmentos fónicos y los factores explicativos de la variación. Los segmentos analizados son el tratamiento de la -/s/ implosiva, los procesos de debilitamiento de -/r/ y de cambio por -/l/, la velarización y elisión que afecta a -/n/, el proceso de debilitamiento de -/d/intervocálica; también se ocupa de dos fenómenos que afectan el español de Andalucía: la alternancia /s-θ/ y la fricativización de /c/. El último trabajo de esta parte corresponde a Maria Teresa Turell, que consiste en una reflexión teórica y metodológica sobre las nociones de “tiempo aparente” y “tiempo real” en las investigaciones de variación sociolingüística, ejemplificadas con datos de estudios en tiempo real aplicados en comunidades de habla catalanas.

La tercera parte del volumen, “Lingüística aplicada”, se compone de seis trabajos, todos ellos redactados en español, excepto uno en inglés. La contribución de Dolores Azorín y M. Antonia Martínez es una reflexión sobre la presencia de la información gramatical en los diccionarios. Las autoras analizan cómo se incluye la información gramatical sobre los verbos pronominales en diversos diccionarios del español (DRAE, DEA, DUE, DGILE, etc.) y concluyen que el diccionario debe tener en cuenta el público al que va dirigido a la hora de incluir la información gramatical de cada lema. Antonio Bañón indaga sobre el uso de las nuevas tecnologías y la comunicación entre los jóvenes y aboga por la necesidad de que tanto en la escuela como en la familia haya una adecuada formación en estos nuevos medios para evitar la brecha entre generaciones. El trabajo de Miguel Ángel Campos es un análisis sobre cómo la publicidad de coches se ha dirigido especialmente a los hombres con recursos como imágenes sexuales y alusiones a comportamientos típicamente masculinos. La contribución de Ana Isabel Carrasco analiza 50 palabras del El español de Venezuela, de Manuel Alvar, y constata que un 22% de ellas no aparecen en el DRAE y muchas otras no se incluyen en diversos diccionarios de americanismos. Susana Pastor se plantea la situación de los alumnos Erasmus, que aprenden español en inmersión en las universidades españolas y reclama la atención sobre las necesidades específicas de estos aprendices. Propone que, para estos usuarios, es necesario que el aprendizaje del español como segunda lengua integre tres dimensiones: la del Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (AICLE), la del español con fines académicos y la del español como lengua de especialidad. Por último, Leonor Ruiz Gurillo propone una alternativa al análisis de la ironía, que tradicionalmente se ha explicado “como violación de las máximas (Grice), como eco (Sperber y Wilson), como fingimiento (Clark y Gerrig) o como entorno irónico (Utsumi)” (p. 814). Para la autora, estas propuestas resultan insatisfactorias y defiende un modelo neogriceano que supone una inversión particularizada de los principios pragmáticos de Levinson: así, la ironía prototípica (decir lo contrario) supone la inversión del principio de cantidad, mientras que la ironía no prototípica (decir otra cosa) supone la inversión de los principios de manera e informatividad.

La cuarta y última parte de la obra, “Vària”, recoge un trabajo de Nicolien Montesano sobre la influencia de la cosmovisión maya transmitida en los relatos y conversaciones del Viejo Antonio en el movimiento zapatista mexicano; otro de Irene Prüfer sobre la influencia del viaje canario-americano de Alexander von Humboldt y otro de José Romera Castilla sobre la representación de las zarzuelas del compositor Ruperto Chapí en varias ciudades españolas.

La mayor parte de los trabajos incluidos en el volumen había sido publicada previamente. Fue una decisión de los editores, que confiesan haber pedido a los colaboradores que seleccionasen algún trabajo “del que se sintiesen especialmente satisfechos” (p. 25) como contribución a este homenaje. Sólo cuatro de ellos, Mesa Sanz, Meyer-Hermann, Campos y Prüfer rompen con esta característica y aportan un trabajo inédito. No obstante, muchas contribuciones han sido reelaboradas o modificadas en parte para este volumen: así, el de Badia Margarit es la conferencia de aceptación del doctorado Honoris Causa por la Universidad Alicantina; el de Jesús Millán es la versión en catalán del trabajo publicado en castellano en 1984; y el de Moreno Fernández es refundición de dos trabajos que aparecieron en dos volúmenes en 1989. La mayor parte de las contribuciones es de la primera década del siglo XXI, pero el arco cronológico que abarca la publicación de ellas va desde 1981, que es el trabajo más antiguo, de Lluís Alpera, hasta 2011, fecha en la que fueron publicadas tres de las contribuciones. La decisión de ofrecer textos ya publicados implicaba también que se mantuviese el sistema de citas y referencias, lo que hace que en la obra encontremos sistemas de citación dispares. Aparte de esto, en los aspectos formales, hay que señalar que algunos gráficos e ilustraciones resultan de difícil lectura por la calidad de la imagen (sobresalen negativamente en este sentido la reproducción del stemma de la página 279 y las ilustraciones de la 696).

La relación de resúmenes precedente permite ver la diversidad de temas, orientaciones, enfoques, métodos -e incluso lenguas- contenidos en estos Studia linguistica, lo que confiere a ésta su carácter diverso y heterogéneo. Precisamente este carácter heterogéneo dificulta la tarea de hacer una valoración de conjunto, más allá de la que cada lector haga de las aportaciones en función de sus propios intereses como investigador. Evidentemente, el alcance de los trabajos es muy diferente. No obstante, como puede desprenderse de los párrafos anteriores, en muchos de ellos se contienen propuestas teóricas y metodológicas que han sido y continúan siendo relevantes en el ámbito de la lingüística y la filología española y catalana. Pero la obra en su totalidad consigue el objetivo primordial: que un conjunto de amigos, colegas y discípulos aúnen sus esfuerzos en la tarea de homenajear al maestro.

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