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Estudios de Asia y África

versión On-line ISSN 2448-654Xversión impresa ISSN 0185-0164

Estud. Asia Áfr. vol.58 no.2 Ciudad de México may./ago. 2023  Epub 26-Jun-2023

https://doi.org/10.24201/eaa.v58i2.2918 

Asia y África actuales

Vida y pensamiento de un africano excepcional: Amílcar Cabral

The Life and Thought of an Exceptional African: Amílcar Cabral

1El Colegio de México, A.C., México


Resumen

A 50 años de su asesinato, Amílcar Cabral sigue siendo uno de los ideólogos africanos más reconocidos en el mundo. Con este artículo se propone una relectura de su vida y pensamiento para destacar que ha trascendido su contexto (la guerra en contra del colonialismo portugués) y su momento histórico (la Guerra Fría, cuando la mayoría de los países africanos estaban en proceso de liberarse del yugo colonial o ya habían logrado su independencia). No se trata de un estudio exhaustivo de una vida corta pero densa y de su pensamiento prolífico, sino de ponderar algunas de sus vivencias más significativas y que marcaron su praxis guerrillera. Este análisis está centrado en la relectura de la principal recopilación de sus textos (1975). Se concluye que su asesinato fue el inicio del fin del sueño libertario en Guinea-Bissau; no obstante, su pensamiento sigue siendo una luz para activistas populares, principalmente fuera de África.

Palabras clave: Amílcar Cabral; colonialismo portugués; movimientos de liberación nacional; lucha armada anticolonial; cultura y resistencia cultural

Abstract

Fifty years after his assassination, Amílcar Cabral continues to be one of the most influential African thinkers with world-wide recognition. This article proposes a re-reading of this life and thought, highlighting the ways in which he transcended his context (the war against Portuguese colonialism) and his historical moment (the Cold War, at a time when most African countries where fighting against the colonial yoke, or had just achieved their independence). This is not an exhaustive study of a short, yet dense, life and of his prolific thought. Rather, the objective is to highlight some of his most significant experiences which shaped his revolutionary praxis. This study is centered in the re-reading of the main compendium of his writings (1975). The conclusion is that his assassination was the start of the end for the freedom dreams in Guinea-Bissau, but that his thought is still lighting the way for popular activists, especially outside of Africa.

Keywords: Amílcar Cabral; Portuguese colonialism; National liberation movements; anticolonial armed struggles; culture and cultural resistance

El 20 de enero de 2023 se cumplieron 50 años del asesinato de quien es considerado, hasta ahora, uno de los ideólogos africanos más reconocidos en el ámbito internacional (incluida América Latina): Amílcar Cabral. Con este artículo se propone una relectura de su vida y su pensamiento para destacar que ha trascendido su contexto (la guerra en contra del colonialismo portugués) y su momento histórico (la Guerra Fría, cuando la mayoría de los países africanos estaban en proceso de liberarse del yugo colonial o ya habían logrado su independencia).

En las primeras décadas del siglo XXI es más conocido fuera de África entre activistas e intelectuales interesados en cambios sociopolíticos favorables para poblaciones explotadas. Para Davidson (1984, 15, 16), era un verdadero intelectual y líder que tenía como base una extraordinaria práctica con pueblos explotados y que combinaba su rigor -“sin retórica vacía o verbalismo revolucionario”- con una gran habilidad para comunicarse, mediante un lenguaje sencillo, con sectores populares y con universitarios y dirigentes de los continentes europeo, americano -incluido Estados Unidos- y asiático. En África, con la proliferación de regímenes autoritarios, se evita la difusión de su pensamiento, al que se percibe como subversivo.

Nació el 12 de septiembre de 19241 (Cabral n.d., 78) en la entonces colonia de Guinea Portuguesa -la más pobre y olvidada del ultracolonialismo portugués-, que comprendía el archipiélago de la actual República de Cabo Verde y el pequeño territorio continental de la República de Guinea-Bissau. De origen caboverdiano, sus padres migraron a la parte continental para escapar de las hambrunas provocadas por las constantes sequías, y ahí nació Amílcar. Pasó parte de su adolescencia en las islas y desarrolló su trabajo profesional y su praxis revolucionaria en la parte continental, lo que le permitió identificarse con la historia y la cultura de las dos regiones de la colonia (Cabral 1975, I, 180).

No obstante que pertenecía a un pequeño estrato africano con una posición relativamente desahogada, vivió de cerca los dramáticos impactos del hambre como secuela de las sequías, además de las migraciones forzadas de población caboverdiana. Estos hechos marcaron la génesis de su conciencia crítica y rebelde y fueron decisivos para que en 1945 resolviera estudiar en Portugal, gracias a una beca, ingeniería en agronomía con especialidad en erosión de suelos.

Durante esos años de educación, consciente de la pobre formación política e histórica que había recibido en su escolaridad colonial, leyó gran cantidad de libros, desde literatura hasta ciencia política e historia de África. A partir del análisis de la relación entre el Partido Comunista Portugués y la URSS, se percató de la necesidad de evitar el dogmatismo y de teorizar su propia realidad: así nació su rechazo a la ideología marxista. Con personalidad carismática, además de inteligente, líder innato y de pluma ágil, conoció a estudiantes africanos -principalmente de otras colonias portuguesas-, a intelectuales europeos opuestos al colonialismo y a miembros de la resistencia por-tuguesa contra el fascismo (De Andrade 1980, 29, 46; Boukari-Yabara en Cabral 2021, 8).

Al terminar sus estudios, en 1952, regresó a Bissau contratado por el Ministerio de Ultramar en calidad de “ingeniero de segunda”, como él afirmaba. Recorrió todo el territorio de Guinea-Bissau para elaborar un censo agrícola y detectó la degradación de los suelos por cultivos de exportación. Al mismo tiempo, aprovechó para investigar las raíces culturales e históricas de los distintos grupos étnicos (De Andrade 1980, 68-69) y observó que había formas de resistencia pasiva2 en contra del colonialismo que podían transformarse en resistencia activa. Para Cabral era fundamental reunir en un solo movimiento anticolonial a caboverdianos y guineanos3 y desarrollar una lectura crítica de la realidad de los pueblos locales. Sin abandonar su puesto, inició su actividad política con la organización de reuniones en un barrio popular, pero alguien lo delató ante las autoridades coloniales. Siguió buscando aprovechar el estrecho margen legal del colonialismo y fundó un club de futbol, pero debido a que la mayoría de sus integrantes carecía de “carta de identidad”,4 el club no fue autorizado (Cabral n.d., 77; “Chrnologie des principaux”, en Cabral 1975, I, 17).

La liberación nacional

De acuerdo con el relato de su hermano Luiz (cit. pos.De Andrade 1980, 49), un nuevo gobernador portugués afirmó que Cabral y los rebeldes locales eran el equivalente de los Mau Mau de la entonces colonia británica de Kenia5 y lo obligó a abandonar el país. Para ejercer su profesión y conocer las realidades de otras colonias portuguesas, Cabral radicó en la isla de São Tomé por un breve periodo, y después en Angola, donde realizó estudios de suelo (Cabral n.d., 80; Chilcote 1968, 374). En esa colonia vivió el proceso de formación del principal movimiento independentista, el MPLA (Movimiento para la Liberación de Angola), que después se convertiría en guerrilla. A partir de ese momento, Cabral se dedicó a elaborar estrategias anticoloniales.

Junto con un reducido grupo de colaboradores, el 19 de septiembre de 1956 fundó, en la clandestinidad, el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), con la creación de células de militantes en zonas urbanas que se infiltraron en asociaciones legales (Cabral 1975, I, 241; De Andrade 1980, 52, 56-58; “Chronologie des principaux”, en Cabral 1975, I, 17; Cabral n.d., 80; Davidson 1984, 16; Chilcote 1968, 376).

En 1959, el estallido de una huelga de estibadores en Bissau sorprendió al gobierno colonial, que, ante el temor de que fuese el despertar de la rebeldía (Cabral 1975, II, 136-137), la reprimió violentamente con un resultado de cerca de 50 muertos, acontecimiento que pasó a la historia como la matanza de Pidjiguiti (“Chronologie des principaux”, en Cabral 1975, I, 17; De Andrade 1980, 79-80; Chilcote 1968, 377). El PAIGC optó por prepararse para la lucha armada.

Cabral realizó una gira por los países africanos independientes (Ghana, Senegal, Guinea) y los miembros del PAIGC comenzaron su entrenamiento militar en Argelia y China (Boukari-Yabara, en Cabral 2021, 9). Es importante subrayar el contexto de dicha decisión: eran los años más álgidos de la Guerra Fría y el gobierno portugués era aliado de Estados Unidos, que veía los movimientos independentistas -a raíz de la guerra de Vietnam- como “procomunistas”.

A inicios de la década de 1960, además de Guinea-Bissau, los movimientos independentistas de otras dos colonias portuguesas (Angola y Mozambique)6 se dieron cuenta de que, debido a sus condiciones concretas y a la naturaleza del colonialismo portugués, la única alternativa era la lucha armada.7 En 1960, los movimientos de liberación de esas tres colonias idearon una estrategia común y escogieron a Conakry, capital de Guinea (independiente de Francia desde 1958), como base de apoyo para desplegar campañas internacionales de difusión (De Andrade 1980, 55; Cabral n.d., 88; “Chronologie des principaux”, en Cabral 1975, I, 17).

El PAIGC empezó con actos de sabotaje, lo que provocó una ola de arrestos de sus simpatizantes. A partir de 1962, se fundaron bases militares en los lugares más aislados del territorio, con el despliegue de las guerrillas; poco después, esas aldeas remotas fueron el inicio de las zonas liberadas. Cabral subrayó que la lucha de liberación incluía a guineanos y caboverdianos y afirmó que la parte continental no podía ser independiente si el archipiélago continuaba bajo el colonialismo. El PAIGC se enfrentó a la propaganda portuguesa, que, a través de la radio, pretendía poner a los guineanos contra los caboverdianos.8 Con la incorporación a sus filas de campesinos pauperizados, olvidados y explotados del interior de Guinea-Bissau, que jamás podían progresar, como subrayaba Cabral, su pensamiento se transformó en un humanismo radical y creativo, cimentado en la justicia social para todos los explotados (Cabral 1975, I, 155-162).

Para 1965, la mitad del territorio guineano estaba conformado por zonas liberadas, y hacia finales de la década, las tres cuartas partes del territorio estaban fuera del control colonial. Tenían su propia organización política, producción agrícola para consumo sustentable y publicaban libros para sus escuelas (Cabral 1975, I, 263-265) y un periódico. Con base en la pedagogía del brasileño Paulo Freire, impartían cursos de alfabetización crítica y transformadora y contaban con programas de formación política de su base social y no únicamente de los cuadros del Partido (Cabral 1975, II, 209-217). Una misión militar de la Organización de la Unidad Africana (OUA) visitó las zonas liberadas. En Conakry se crearon una delegación exterior y una escuela para hijos de combatientes. A mediados de la década de 1960 lograron avanzar militarmente y tenían una estación de radio (II, 73-74), y, para buscar la solidaridad internacional, Cabral visitó países independientes africanos, Cuba y países europeos.

El año de 1972 fue decisivo. El PAIGC obtuvo el estatus de observador en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En su discurso ante la Asamblea General, Cabral solicitó el envío de una misión diplomática a las zonas liberadas y anunció la futura formación de una asamblea nacional popular que sería electa en las zonas liberadas (Cabral 1975, II, 169, 184-187, 284-285, 289-296). Una misión del Consejo de Descolonización de la ONU visitó las zonas liberadas, y una delegación del PAIGC, encabezada por Cabral, visitó China, Corea del Norte, Japón y Suecia. El Consejo de Seguridad de la ONU reconoció al PAIGC como legítimo representante del pueblo guineano. Cabral recibió dos doctorados honoris causa: de una universidad de Estados Unidos y de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. En ese año se llevaron a cabo elecciones en las zonas liberadas (Cabral n.d., 87; “Chronologie des principaux”, en Cabral 1975, I, 19).

Sin democracia interna, con una economía deficiente que recurría al envío de desempleados a las colonias como válvula de escape y un ejército indisciplinado, el gobierno portugués contó a corto plazo con el poderío de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su combate contra los independentistas en sus colonias. Al principio, el gobierno portugués afirmó que no había guerras anticoloniales. De la negativa pasó a la “reducción” del problema al afirmar que eran “operaciones militares” lanzadas desde países vecinos (Cabral 1975, II, 142-144).

Los ataques conjuntos del ejército portugués y la OTAN (Cabral 1975, II, 27, 65, 94, 102-103, 175; Chaliand 1969, XIII, 10, 51-52), a partir de 1967, incluían bombardeos y ataques navales en las costas (Cabral 1975, II, 66-68). En esa colonia empobrecida, el gobierno colonial construyó, con apoyo de la OTAN, aeródromos cerca de centros urbanos y usaba armamento sofisticado. Las agresiones en contra de la población civil eran brutales y sembraban muerte y destrucción con la utilización de napalm para quemar aldeas completas (II, 114). Ante esos ataques, Guinea-Bissau dejó de ser una colonia ignorada y conquistó el respeto de organizaciones civiles en distintas partes de mundo, incluidos Estados Unidos y algunos países de América Latina.

El pensamiento de Cabral

Empezó a escribir desde muy joven cuentos y poemas, y años después, informes técnicos de agronomía y en torno a la situación de la lucha y la organización del movimiento; notas y mensajes a los miembros del PAIGC y a “todas las capas de la población”; numerosos discursos y comunicados para públicos externos a la lucha, así como cartas y ensayos teórico-políticos.

Desarrolló su pensamiento a partir de lecturas (incluidas las de historia de África), del conocimiento empírico de las culturas de los pueblos guineanos y del colonialismo portugués, pero también de su práctica, primero como agrónomo y después como líder de un movimiento anticolonial. En algunos de sus trabajos más difundidos es indudable la influencia de Frantz Fanon y el uso del materialismo histórico como metodología -no como ideología- para el análisis histórico-político de la realidad social de Guinea-Bissau, pero con un esfuerzo consciente para evitar los dogmatismos y actuar y pensar como nacionalista africano, al margen de esquemas preestablecidos. Esto se aprecia, por ejemplo, en su tesis de que la pequeña burguesía dirigente debía suicidarse como clase social para renacer con el pueblo, porque de otra forma significaba traicionar la revolución (1975, I, 303) en sus concepciones teóricas de la historia, en el desarrollo económico y la estructura social y en su identificación del colonialismo con el imperialismo. Nunca se consideró marxista,9 no militó en partidos comunistas ni marxistas y evitaba escribir en esos términos. Chabal (1981, 32-33) concluye, con base en el periodo de estudios de Cabral en Portugal, que lo anterior fue resultado de “una elección deliberada”. Con gran capacidad de observación y de análisis, siempre partió de la teorización de su realidad concreta, que traducía en prácticas, y tenía la habilidad para “aprender de sus errores” (32).

Sus escritos se distinguen por su creatividad basada en la búsqueda de la justicia social para los sectores más explotados. Su concepción de la problemática de clase era fruto de un análisis pragmático de su realidad, al margen de esquemas marxistas ortodoxos. Tenía un profundo sentido de la historia y del papel de los movimientos de liberación nacional en la dinámica internacional, con conocimiento de la realidad mundial (imperialista) y no sólo de las particularidades de su lucha de liberación. Entre otros temas, en sus escritos expone el sentido de las comunidades aldeanas, prácticamente desconocidas hasta ese momento; la estructura socioeconómica de los principales grupos étnicos de Guinea-Bissau y su relación vis-à-vis con el régimen colonial -en la que distingue entre jefes étnicos y la comunidad- y el colonialismo portugués, y destaca su naturaleza, mecanismos de explotación y el despliegue de estrategias para destruir las culturas locales a partir de la negación de su humanidad histórica. Esos intentos de aniquilamiento se sintetizaban en la expresión del dictador portugués Antonio de Salazar: “África no existe”, que Cabral rechazó (1975, II, 125).

Afirmaba que en la cultura había aspectos negativos, en especial la debilidad frente a la naturaleza, la cual debía ser superada. Ponía en tela de juicio la creencia de que el relámpago era “signo de la cólera de Dios” (Cabral 1975, I, 199), pero también la poligamia y el papel de la mujer en la sociedad: el objetivo de la lucha no era simplemente el fin del colonialismo, sino la liberación nacional entendida como la transformación de las estructuras de opresión, lo que exigía construir una nueva sociedad. En ese proceso era fundamental la educación formal, con la emancipación de las mujeres, que debían participar en condiciones de igualdad con los hombres y, por lo tanto, ir a la escuela y colaborar en el PAIGC, tema sensible en África en la década de 1960, en la medida en que era contrario a las estructuras patriarcales locales.10

Es imposible saber cuántos textos dejó Cabral, algunos en hojas sueltas, y es probable que muchos se hayan perdido. Existen valiosos escritos en el Centro de Intervenção para o Desenvolvimento Amílcar Cabral (CIDAC) en Lisboa, Portugal, unos sin fecha ni datos precisos, y otros publicados en Guinea-Bissau después de la independencia. En varios trabajos de diversos autores hay citas textuales -algunas breves y otras amplias- de Cabral. Grupos de apoyo al PAIGC en distintos países han reproducido algunos de sus discursos. La colección más completa fue publicada, en 1975, por la editorial francesa Maspero, que encomendó a un amigo de Cabral, el intelectual angoleño y fundador del MPLA, Mario de Andrade, la selección y la recopilación de sus principales escritos organizados en dos volúmenes (Unité et Lutte I y II).

El rasgo común de sus textos es la ausencia de visiones pesimistas o fatalistas. En este breve estudio sólo se presenta una visión general, con énfasis en algunos de sus conceptos centrales. No se pretende hacer un análisis exhaustivo, sino destacar temas que siguen siendo relevantes en el siglo XXI para aquellos interesados en lograr un cambio socioeconómico en favor de los sectores sociales más explotados.

La cultura y la liberación nacional son los temas en torno a los cuales Cabral escribía de manera sistemática. Subrayaba el carácter central de la cultura para el colonialismo y el neocolonialismo y afirmaba: “En un análisis profundo de la realidad cultural, no se puede pretender que existen culturas continentales o raciales” (Cabral 1975, I, 329). No puede haber una sociedad sin cultura y sin historia, independientemente del grado de desarrollo de las fuerzas productivas.

Su pensamiento tenía como referencia las características de la dominación imperialista, en especial en su expresión colonial, lo que explica su interés por profundizar en el análisis científico (que debería traducirse en acciones concretas) de la cultura y de la resistencia cultural, para reafirmar científicamente la personalidad histórica y cultural de los africanos como seres humanos, en oposición a los prejuicios ahistóricos y acríticos del colonialismo en África,11 que pretendían reducirlos a una categoría subhumana como genéticamente “salvajes”.

Partía de un conocimiento empírico: la lucha es una condición normal de los seres humanos. La dominación se inserta en el corazón de la sociedad dominada y es ahí mismo donde surge, en un momento preciso, la resistencia cultural como expresión de la lucha popular, que puede asumir una forma pasiva y silenciosa. En los pueblos dominados se da cierta forma de lucha contra los opresores que se expresa como resistencia contra la dominación; se trata de un proceso social y no de un accidente coyuntural. Concebía la dominación como la negación del proceso natural de desarrollo de la sociedad dominada mediante la usurpación violenta de la libertad de los seres humanos, a los que se les impone un modo de producción y nuevas formas de relaciones sociales. Las estructuras de la sociedad dominada se vuelven complejas, contradictorias y fomentan y agravan los conflictos sociales. Condenada la cultura a la clandestinidad en la sociedad dominada, según afirmaba Cabral, asume la forma de resistencia en contra de la dominación y, a pesar de la represión sistemática, ese pueblo continúa resistiendo culturalmente y, en un momento dado, debido a la coincidencia de factores internos y externos que condicionan su desarrollo, la resistencia puede adquirir nuevas formas de expresión (política, económica).

La práctica de la dominación exige el conocimiento del objeto dominado y de su realidad histórica concreta. Para la lucha popular de liberación es fundamental analizar las características de la sociedad en la que la resistencia cultural deja de ser silenciosa para asumir la expresión política y organizada de la lucha y definir los factores que favorecen o retardan el proceso. La cultura, como fruto de la historia, es la síntesis más o menos consciente de las actividades económicas y políticas en cada momento de una sociedad, la expresión más o menos dinámica del tipo de relaciones que se dan en ella; por un lado, entre el ser humano -como ser social- y los conflictos derivados de la naturaleza y, por otro, entre los seres humanos. La cultura conlleva “elementos esenciales y secundarios, fuerzas y debilidades, virtudes y defectos, aspectos positivos y negativos, factores de progreso y de estancamiento o de regresión […] es una realidad social independiente de la voluntad de los hombres, del color de la piel” (Cabral 1975, I, 167-170, 200, 208, 329). El valor de la cultura como elemento de resistencia frente a la dominación emana de su naturaleza, que, en el plano ideológico, es la manifestación vigorosa de la realidad material e histórica de la sociedad dominada, es el elemento esencial de la historia, en la cual reside la capacidad para generar los factores que aseguran su propia continuidad. Por eso, la dominación imperialista es la negación del proceso cultural de la sociedad dominada.

Al final del segundo volumen de Unité et Lutte, se incluyó la última comunicación de Cabral, escrita días antes de su asesinato: un mensaje de Año Nuevo en el que abordó la organización político-administrativa del futuro Estado con base en el voto popular, y en el que afirmaba: “ninguna acción criminal […] de los colonialistas portugueses podrá impedir que nuestro pueblo […] dé ese paso trascedente y decisivo hacia […] la independencia nacional” (Cabral 1975, II, 299).

El fin de un sueño libertario en Guinea-Bissau

Hubo varios intentos de matar a Cabral. El más conocido fue en noviembre de 1970, cuando la sede del PAIGC en Conakry fue destruida por el ataque de un comando portugués. Ese incidente fue denunciado y condenado por la OUA y la ONU como una agresión que pretendía liquidar a Cabral y derrocar al gobierno de Sékou Touré, de Guinea. El 20 de enero de 1973, a los 48 años, Amílcar Cabral fue asesinado en Conakry: afirmaba que él era tan sólo uno más en el movimiento de liberación, cuya fuerza residía en su base popular y cuyo objetivo era la construcción de una sociedad más justa.

Aunque fueron arrestados y enjuiciados en Conakry los dos asesinos, 50 años después todavía se desconocen los aspectos fundamentales de la trama criminal y los nombres de los que lo traicionaron. La “tesis más difundida”, pero no confirmada, según indicaba el Diário de Bissau, apuntaba a la temida Policía Internacional y de Defensa del Estado (PIDE) del régimen portugués. Entre los pocos testigos estaba un miembro del PAIGC que, en 2004, decidió hablar por primera vez y afirmó que el crimen “fue preparado en Bissau, pero que contó con la complicidad del palacio de Conakry”. Entre otras cosas, planteó algo difícil de creer y que incrementó la nube de humo: no se pretendía matar a Cabral, sino secuestrar a dos de sus compañeros (Diário de Bissau 2004, 2-3; Diário Bissau 2004, 7-9).

Meses después, en septiembre, fue declarado en forma unilateral el Estado de Guinea-Bissau y fue elegido Luiz Cabral como presidente del Consejo de Estado, un hombre de triste memoria. En abril de 1974, en Lisboa, fue derrocada la dictadura y, en septiembre, Portugal reconoció la independencia de Guinea-Bissau, que ingresó a la ONU. En julio de 1975 fue proclamada la independencia de Cabo Verde. Esos acontecimientos parecían el primer paso en la concreción del ideal libertario de Cabral; sin embargo, el país donde luchó (Guinea-Bissau) cayó, a corto plazo, en una espiral de corrupción, violencia y golpes de Estado que sometieron a los más desprotegidos a nuevas formas de explotación. Su asesinato fue el inicio del fin del sueño libertario en Guinea-Bissau. No obstante, sus principales escritos siguen siendo una luz en el camino para activistas populares, principalmente fuera de África.

Referencias

Cabral, Amílcar. 1975. Unité et Lutte. I. L’arme de la théorie. II. La pratique révolutionnaire. Traducido por Sophie Mayoux y Chantal Tiberghien, los estudios agronómicos traducidos por Marc Ollivier. París: Maspero. [ Links ]

Cabral, Amílcar. 2021. Ne faites pas croire à des victoires faciles. París: Premières Matins de Novembre Éditions. [ Links ]

Cabral, Iva. n.d. Apontamentos para uma cronologia de Amílcar Cabral. Organização para o projeto de Salvaguarda do Património Histórico da África Contemporânea. [ Links ]

Chabal, Patrick. 1981. “The Social and Political Thought of Amilcar Cabral”. The Journal of Modern African Studies 19, núm. 1 (marzo): 31-56. [ Links ]

Chaliand, Gérard. 1969. Armed Struggle in Africa. With the Guerrillas in ‘Portuguese’ Guinea. Traducido por David Rattray y Robert Leonhardt. Nueva York y Londres: Monthly Review. [ Links ]

Chilcote, Ronald H. 1968. “The Political Thought of Amilcar Cabral”. The Journal of Modern African Studies 6, núm. 3 (octubre): 373-388. [ Links ]

Davidson, Basil. 1984. “On Revolutionary Nationalism: The Legacy of Cabral”. Latin American Perspectives 11, núm. 2 (primavera): 15-42. [ Links ]

De Andrade, Mario. 1980. Amilcar Cabral. Essai de biographie politique. París: Maspero. [ Links ]

Diário de Bissau. 2004. “Amílcar Cabral. Um homem da história guineense e africana”. 20 de enero de 2004. [ Links ]

Diário Bissau. 2004. “Nova versão sobre a morte de Amílcar Cabral”. 20 de enero de 2004. [ Links ]

1Aunque no siempre se especifique, para evitar el exceso de citas en el cuerpo del texto, la mayoría de las referencias históricas están basadas en el breve escrito de la historiadora caboverdiana Iva Cabral (hija de Amílcar Cabral) titulado Apontamentos para uma cronologia de Amílcar Cabral (n.d.); en la cronología (“Chronologie des principaux”) incluida en A. Cabral, Unité et Lutte I (1975), y, en menor medida, en las “Repères chronologiques” del libro de A. Cabral, Ne faites pas croire à des victoires faciles (2021).

2Entre esas formas pasivas destacaba un comportamiento que parecía respetuoso frente a los portugueses, pero que en voz baja y en lenguas locales los desafiaba, y la pervivencia en la clandestinidad de prácticas culturales prohibidas por el colonialismo.

3El gobierno colonial intentaba dividir a guineanos y caboverdianos. La economía de Guinea-Bissau dependía de la economía de subsistencia. Había unas cuantas escuelas en las ciudades y la mayoría de la población africana era analfabeta. En la historia colonial se afirmaba que cuando los portugueses llegaron al archipiélago, era una tierra deshabitada, y se pobló con africanos llevados por Portugal desde el continente, quienes habrían generado una “cultura distinta” y, por lo tanto, los caboverdianos eran clasificados como “civilizados” (Chilcote 1968, 373).

4En términos legales, los guineanos estaban clasificados en “indígenas”, “no civilizados” (sic) y “asimilados” (1% de la población africana), lo que implicaba que sabían leer y escribir y se comportaban como “portugueses” (Cabral 1975, I, 108-110). En el club deportivo no se hacían distinciones y todos eran admitidos.

5En la década de 1950, la prensa internacional —eco de la británica— presentaba a los rebeldes del movimiento Mau Mau como “criminales irracionales” (sic).

6Se trataba del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) y el Frente para la Liberación de Mozambique (Frelimo).

7Por su condición insular, en Cabo Verde y en São Tomé y Príncipe la lucha armada era imposible.

8En los volúmenes de Unité et Lutte se encuentran numerosas afirmaciones de Cabral que subrayan la unidad entre guineanos y caboverdianos y que las actividades del PAIGC en el archipiélago eran clandestinas (1975, I, 180, 182-183). En cuanto a la manipulación en contra de los caboverdianos, véase Cabral 1975, II, 107-108.

9Lo cual se aprecia en sus escritos y en su práctica. Por falta de espacio, no se abordan aquí temas en los que, por ejemplo, trataba sobre el futuro de su país una vez lograda la independencia, en los que rechaza rotundamente el dogmatismo y las ideologías importadas, y subraya la necesidad de que fuera la población local la que definiera el tipo de Estado que se debía crear.

10Aunque, en general, en sus escritos se refiere al “hombre”, y en este trabajo fue cambiado por “seres humanos”, en numerosos apartados aborda el papel que las mujeres debían tener en la nueva sociedad, entre otros en Cabral 1975, I, 187-204, 216, 257.

11Esos prejuicios racistas fueron el sello de los colonialismos europeos en África.

Recibido: 20 de Septiembre de 2022; Aprobado: 15 de Diciembre de 2022

Hilda Varela Barraza tiene licenciatura en relaciones internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), maestría en investigación en estudios del desarrollo por la Universidad de Ginebra, y doctorado en ciencia política por la UNAM. Sus principales líneas de investigación son: historia política y relaciones internacionales de África subsahariana, nuevos desarrollos teóricos de relaciones internacionales aplicables al estudio del Sur Global (en especial África), y política exterior de México hacia África. Es autora de numerosos artículos y capítulos académicos, así como de varios libros; el más reciente es Historia política de Sudáfrica. De la paz de Vereeniging a la primera elección democrática (El Colegio de México, 2019). Actualmente es profesora-investigadora en el Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, así como miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Conacyt) y de la Academia Mexicana de Ciencias.

https://orcid.org/0000-0002-7292-3643

hvarela@colmex.mx

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