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Estudios de Asia y África

versión On-line ISSN 2448-654Xversión impresa ISSN 0185-0164

Estud. Asia Áfr. vol.57 no.3 Ciudad de México sep./dic. 2022  Epub 06-Feb-2023

https://doi.org/10.24201/eaa.v57i3.2736 

Traducción

El sūtra budista Mahāmāyūrīvidyārājñī en el Manuscrito Bower

The Buddhist Sūtra Mahāmāyūrīvidyārājñī in the Bower Manuscript

Roberto Eduardo García Fernández1 
http://orcid.org/0000-0003-3203-9519

1El Colegio de México, México


Resumen:

Se ofrece la primera traducción al castellano de la sección VI del Manuscrito Bower, una colección en sánscrito de los siglos IV a VI que incluye obras de medicina, adivinación y protección. La sección presentada contiene una de las versiones más antiguas del texto budista de principios de la era común conocido como Mahāmāyūrīvidyārājñīsūtra, El sūtra de la Reina de los Encantamientos, la Grandiosa Pava Real. Esta obra sintetiza distintos textos apotropaicos budistas, enmarcados en una narrativa de protección contra el veneno de las serpientes y coronados por una fórmula de poder, una dhāraṇī, presentada como instrumento sonoro capaz de ejercer control sobre distintos tipos de seres. En conjunto, es un ejemplo del interés de los budistas por afirmar su soberanía, no solamente sobre los ámbitos del conocimiento y la liberación, sino también sobre las potencias del mundo en su conjunto.

Palabras clave: budismo; apotropaico; dhāraṇī; religión; Mahāmāyūrī

Abstract:

This is the first Spanish translation of Section VI of the Bower Manuscript, a collection of Sanskrit texts from the 4th to 6th centuries that includes works on medicine, divination and protection. The section presented here contains one of the oldest Sanskrit versions of the text known as Mahāmāyūrīvidyārājñīsūtra, The Sūtra of the Queen of Charms, the Great Peahen. This work represents a synthesis of different Buddhist apotropaic texts, framed in a narrative of protection against the venom of snakes, and crowned by a formula of power, a dhāraṇī, presented as a sonic instrument capable of exerting control over different types of entities. It represents an example of the interest of Buddhists to assert their sovereignty, not only over the realms of knowledge and liberation, but also over the powers of the world as a whole.

Keywords: Buddhism; apotropaic; dhāraṇī; religion; Mahāmāyūrī

El Manuscrito Bower

El texto aquí traducido es una de las siete secciones del llamado Manuscrito Bower, una colección sánscrita que destaca por su eclecticismo, por la historia de su descubrimiento en el siglo XIX y por haber impulsado los esfuerzos de diferentes países por encontrar y apropiarse de manuscritos y antigüedades en Asia Central, lo que motivó también algunas de las primeras expediciones arqueológicas en la zona (Hoernle 1914, 2-3; Hopkirk 2001, 46-49, 107-108).

El nombre del manuscrito proviene del oficial escocés de inteligencia del ejército británico Hamilton Bower, quien lo compró en 1890 en el oasis de Kucha, en el Asia Central china,1 y lo llevó a India, donde lo entregó a la Asiatic Society of Bengal, en Calcuta. Tras varios intentos fallidos de descifrarlo, el manuscrito llegó en febrero de 1891 a manos de Rudolf Hoernle, entonces secretario filológico del organismo, quien rápidamente tuvo avances. En abril del mismo año dio a conocer sus primeros desciframientos, y entre 1893 y 1897 publicó tres volúmenes que incluían una edición facsimilar del manuscrito, el texto en escritura devanāgarī y en transliteración, un estudio de sus características temáticas, históricas y epigráficas, así como una traducción completa al inglés junto con numerosas notas. Su detallado trabajo sigue siendo la principal referencia para el estudio del Manuscrito Bower.

El documento consta de siete secciones, repartidas en 51 folios de corteza de abedul, escritas en una variante del sistema brāhmī del norte de India que parecen provenir de al menos cuatro escribas, por lo que más que un manuscrito se trata de una colección de varios de ellos. Su procedencia y su datación son imprecisas. Hoernle (1914, 52) sitúa la compilación final en la segunda mitad del siglo IV, aunque Sander (1987, 321) la coloca alrededor del 525.

Desde la perspectiva de su contenido, el Manuscrito Bower es un espécimen fascinante: contiene cuatro textos de medicina (incluido un tratado entero sobre el ajo), dos manuales cortos de adivinación por medio de dados (Pāśakakevalī) y dos secciones del texto budista Mahāmāyūrīvidyārājñīsūtra. Que contenidos tan diversos estén reunidos en una misma colección podría explicarse a partir de la aparición del nombre Yaśamitra en las secciones VI y VII, que corresponden al texto budista. El nombre está añadido en dos lugares donde se usa una fórmula de protección cuyo beneficiario es ese personaje. Hoernle (1914, 29) especula que Yaśamitra era un monje de alto rango que habría encargado la copia de estas dos secciones. El nombre sánscrito del personaje centroasiático indica su muy posible pertenencia a la orden budista. Se puede conjeturar que Yaśamitra reunió las distintas secciones en una colección y añadió las otras dos del texto budista que había encargado copiar (o que él mismo copió) para su protección. Si esta suposición es acertada, el Manuscrito Bower representaría un interesante testimonio material del uso ritual privado de los textos en los monasterios budistas en Asia Central en los primeros siglos de la era común. Más que un manuscrito de biblioteca para los miembros del monasterio, se podría entender como una selección de textos personalizada, como un libro de cabecera cuyas secciones respondían a los intereses de un individuo específico: la preservación de la salud, la adivinación y la protección ante peligros externos.2

El Mahāmāyūrīvidyārājñīsūtra

El Mahāmāyūrīvidyārājñīsūtra es un texto budista sánscrito centrado en una fórmula de protección conocida como Mahāmāyūrī, “la Gran Pava Real”, a la que se atribuye el poder de resguardar de venenos y ponzoñas, especialmente de serpientes. En las versiones largas, este sūtra se incluye en la colección tántrica de las Pañcarakṣā, “Las cinco protecciones”, una compilación de fórmulas de protección asociadas a deidades femeninas. Ahora bien, a pesar de contener diversos elementos a menudo identificados como parte del tantra budista, el Mahāmāyūrīvidyārājñīsūtra como texto individual precede por varios siglos a este fenómeno religioso. Por otra parte, aunque normalmente se le considera una escritura del budismo mahāyāna, éste y otros sūtras similares podrían tener su origen en el entorno nebuloso de las colecciones de encantamientos de diversas escuelas no mahāyāna, como los dhāraṇīpiṭakas de las escuelas dharmaguptaka y mahāsāmµghika, y el vidyādharapiṭaka de los mahāsāmµghikas (Hidas 2015, 130).

La antigüedad de esta obra es incierta, pero la traducción china más remota (ca. 320; Desjardins 2002, 20) sitúa la composición del texto sánscrito alrededor de la segunda mitad del siglo III. Tomando en cuenta su brevedad, la versión del Manuscrito Bower parece conservar todavía elementos de las que habrían sido versiones sánscritas más antiguas. El lenguaje en que está compuesta es conocido como sánscrito mixto, con gran influencia de las llamadas lenguas prácritas que algunos budistas utilizaban para transmitir sus textos.

Aunque su núcleo puede rastrearse a un grupo de textos apotropaicos en lenguas prácritas (Mora paritta, Mettā sutta, Khandha paritta, Āṭānāṭiya sutta, en sus versiones en pali, entre otros), la Mahāmāyūrī destaca como una composición innovadora mediante la cual se pretende sintetizar distintas fórmulas de protección y presentar un encantamiento que sea capaz de abarcar el rango de acción de todas ellas. Así, a partir de un episodio en el que un monje es mordido por una serpiente, se pone en boca del Buda Śākyamuni una larga fórmula de resguardo que no solamente tiene como objetivo salvar a ese monje en particular, sino que tendría el poder de alejar todos los venenos, las enfermedades y las influencias nocivas causadas por los distintos seres que habitaban el imaginario mítico de los antiguos budistas, con especial énfasis en los entes serpentinos llamados nāgas. Para lograr su objetivo, el texto recurre de forma simultánea a dos métodos de distinta naturaleza: el cultivo del estado mental de la benevolencia (maitrī) y la recitación de una fórmula apotropaica del género conocido como dhāraṇī. El primero, construido como un poema en verso, tiene como meta generar una relación cordial con distintos seres potencialmente hostiles. El segundo, un texto críptico, repetitivo y resonante, es un mantra de carácter enérgico: invoca a una cohorte de deidades o energías femeninas feroces que se encargarán de ahuyentar el mal y sus causantes. Esta última fórmula constituye el corazón del texto: es considerada la palabra misma del Buda y es lo que específicamente se conoce como la Mahāmāyūrīvidyārājñī.

Con la siguiente traducción se busca presentar por primera vez en español una versión directa de una obra sánscrita que ha gozado de enorme popularidad en Asia Central, así como en China, Japón y Nepal.3 Uno de los objetivos de este trabajo es mostrar el budismo como una tradición compleja que ha desarrollado discursos apotropaicos para destacar la soberanía del Buda sobre otras potencias. En la Mahāmāyūrī, esta soberanía se expresa como el control que las palabras del Buda pueden ejercer sobre todo tipo de seres peligrosos, con lo cual su figura se establece como la máxima autoridad sobre las potencias del mundo. Así, la obra que viene a continuación representa un ejemplo destacado del carácter diverso de las tradiciones budistas y, en especial, de su constante interés por afirmar y reivindicar su soberanía, no solamente sobre los ámbitos del conocimiento y la liberación, sino también sobre las potencias del mundo en su conjunto.

Sección VI del texto budista Mahāmāyūrīvidyārājñī en el Manuscrito Bower4

Esto es lo que he escuchado:5 En una ocasión, el Bienaventurado6 habitaba en el Jetavana, el jardín de Anāthapiṇḍada en Śrāvastī. En aquel tiempo, un mendicante llamado Svāti7 vivía en el Jetavana, el jardín de Anāthapiṇḍada en Śrāvastī. Era joven, novel y principiante, llevaba muy poco tiempo de haber renunciado y muy recientemente había ingresado en este sistema de enseñanza y disciplina.8 Mientras cortaba leña para calentar el cuarto de baño en beneficio de la comunidad de renunciantes,9 una enorme serpiente negra salió de entre algunos maderos podridos y lo mordió en el dedo gordo del pie derecho, por lo que languideció y cayó al suelo escupiendo espuma y girando los ojos.

Entonces, el venerable Ānanda vio al mendicante Svāti terriblemente afectado y enfermo, escupiendo espuma y girando los ojos mientras perdía la conciencia. Al mirarlo, rápidamente […]10 “Bienaventurado, ¿qué debo hacer para ayudarlo?”. Entonces el Bienaventurado le dijo lo siguiente al venerable Ānanda:

“Ve, Ānanda, protege al mendicante Svāti con esta Mahāmāyūrīvidyārājā11 que ha sido enunciada por el mismo Tathāgata;12 ejecuta la defensa, el hechizo de resguardo, la cobertura, la guardia, la pacificación, la bendición que preserva de la violencia, destruye y aniquila el veneno; además, prepara y delimita el terreno.13

Remueve y ahuyenta la posesión nociva de devas, nāgas, asuras, maruts, garuḍas, gandharvas, kinnaras, mahoragas, yakṣas, rākṣasas, pretas, piśācas, bhūtas, kumbhāṇḍas, pūtanas, kaṭapūtanas, skandhas, unmādas, chāyas, apasmāras y ostārakas.14

Ahuyenta los hechizos, el encantamiento kaḥkhorda y a los okiraṇas, los veṭāḍas, los ciccakas y los preṣakas,15 así como a los seres que producen indigestión, vómito, demacración, llagas, un estado macilento y convulsiones.

Ahuyenta y remueve la fiebre que dura un solo día, dos, tres, cuatro o siete días, medio mes o un mes entero; la fiebre crónica o momentánea, así como la que es continua o irregular; la que es producida por un espíritu, por un humano o por un ser no humano, y también aquella que se agrava por los trastornos de vāta, pitta o śleṣman;16 remueve todas las fiebres y aleja el dolor de cabeza, la migraña, la indigestión, las afecciones oculares, nasales, bucales, de la garganta y el corazón, así como el dolor de oído y dientes, del corazón, de costillas y espalda, del vientre, de las sienes, de la vejiga, de muslos y piernas, de manos y pies, de los miembros principales y secundarios del cuerpo.17

Bienestar por la noche y por el día,

bienestar también a mediodía;

que todos los budas me otorguen

bienestar siempre noche y día.

A saber,18

iḍi viḍi hiviḍi niḍe aḍe yāḍe dṛgāḍe hariveguḍi pāmµśupiśācini ārohaṇi orohaṇi ele mele tile kile tile mele mile timi dumipe iṭṭi miṭṭi viṣṭhabdhe vimale huhu huhu aśvamukhi kāṭṭī mahākāḍi prakīrṇakeśi kulu kulu vaaphalu kolu kolu dhosā dumbā dodumbā duma dumba golāyā śelāyā hiśu hili hi mili mili tili tili culu culu mulu mulu mulu mulu mulu mulu mulu huhu huhu19 huhu huhu huhu babā babā babā babā babā jala jala jala jala jala dama damanī [tapa tapani jvala jvalani, paca pacani]20 dumµdubhī garjanī varṣaṇī sphoṭanī patanī pācanī hāriṇī kamµpanī madanī maṇḍaṇī [maṇḍitike] kṣemamµkari makari śākari śarkari karkari savari śamµkari jvalani jvalani dumadumbani me golāyā parivelāyā varṣatu devo samantakena ilikisi svāhā.21

Yo tengo benevolencia hacia los dhṛtarāṣṭras,22

y hacia los nairāvaṇas tengo benevolencia;

hacia los virūpakṣas tengo benevolencia,

así también hacia los kṛṣṇagautamakas.23

Tengo benevolencia hacia el nāgarāja Maṇi,

de la misma forma que hacia el llamado Vāsuki,

hacia los nāgas del linaje de Daṇḍapāda,

y siempre también hacia los de Pūrṇabhadra.24

Aquellos nāgas Nanda y Upananda,25

en extremo gloriosos, muy ilustres,

dotados de poderes extraordinarios,

en la lid de dioses y asuras asisten.

Tengo benevolencia hacia Anavatapta,

así como hacia Varuṇa y Samµhāraka;

de la misma forma que hacia Takṣaka,

y hacia aquellos Ananta y Vāsūmukha.26

Hacia Aparājita tengo yo benevolencia,

y tengo benevolencia hacia Cchibbasuta;

la tengo siempre hacia Mahāmanasvī,

así también hacia aquel Manasvī.27

Kālaka y también ese Apalāla,

Bhogavān, además Śrāmaṇeraka;

Dadhimukha, también aquel Maṇi,

y el señor de los rumbos, Puṇḍarīka.28

Karkoṭaka y Śamµkhapāda,

Kambala y ese Aśvatara;

tengo yo benevolencia

siempre hacia estos nāgarājas.29

Hacia Sāketaka y Kumbhīra,

así como hacia Sūciloma;

hacia Ugātipa, hacia Kāla

y Riṣika tengo benevolencia.30

También hacia aquel Pūraṇakarṇa

y Śakaṭamukha tengo benevolencia;

así como hacia Kolaka, Sunanda

y en todo momento hacia Vatsīputra.31

Hacia Elapatra tengo benevolencia,

y tengo benevolencia hacia Lamµburaka

También hacia el gran nāga Pithila,

y hacia el muy afamado Mucilinda.32

Hacia los nāgas que andan en la tierra

y hacia aquellos que en el agua se encuentran;

hacia los que se mueven en la atmósfera

y hacia los que en el monte Meru habitan.

Hacia los que poseen una o dos cabezas,

hacia ellos tengo siempre benevolencia.

Hacia los seres sin pies tengo benevolencia,

tengo benevolencia hacia los seres de dos pies;

hacia los cuadrúpedos tengo benevolencia

y tengo benevolencia hacia los de muchos pies.33

Que aquellos seres sin pies no me hieran,

ni tampoco me hieran los de dos pies;

que aquellos cuadrúpedos no me hieran,

ni tampoco los que poseen muchos pies.

Tengo benevolencia hacia todos esos nāgas,

hacia aquellos que en el agua se encuentran;

tengo benevolencia hacia todas las creaturas,

hacia aquellas que están sobre la tierra;

tengo benevolencia hacia todos los seres,

los inmóviles y los que están en movimiento.

Que todos los seres sean felices

Y estén libres de la enfermedad;

que todos el bienestar encuentren

y que nadie actúe con malignidad.

Teniendo este pensamiento de benevolencia

produzco un antídoto que destruye el veneno;

en verdad una fórmula de protección

que es a la vez una cobertura y un resguardo.

Homenaje al Buda, que el Despertar sea reverenciado,

homenaje al Emancipado, que sea reverenciada

[la emancipación,

homenaje al Apaciguado, que la paz sea reverenciada,

homenaje al Liberado, que sea reverenciada la liberación.34

Homenaje a aquellos brahmanes35 que han eliminado

[sus cualidades malignas;

que asimismo ellos resguarden a Yaśamitra, svāhā.36

Que lo protejan de todos los temores, de todos los infortunios, de todas las perturbaciones causadas por calamidades, de todas las fiebres, de todas las enfermedades, de todas las posesiones y de todos los venenos.

Referencias

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1La obtención del manuscrito se enmarca en la trama del llamado “Gran Juego”, una disputa entre rusos y británicos por hacerse del control de Asia Central y las zonas aledañas durante el siglo XIX y principios del XX. Bower estaba en la zona por dos razones: primero, para trazar las mejores rutas de invasión al Tíbet; y, segundo, para rastrear y apresar a un afgano que había asesinado a otro agente de inteligencia escocés en el Karakórum, la cordillera que se distribuye entre India, China y Pakistán (Bower 1895, 249-255; Hopkirk 2001, 45). En 1893 y 1894, Bower publicaría dos textos, respectivamente: Some Notes on Tibetan Affairs y Diary of a Journey Across Tibet. En el segundo hace un recuento público de su viaje por Asia Central y Tíbet, mientras que en el primero, de carácter secreto y clasificado, describe el Tíbet y las mejores rutas para invadirlo militarmente. Hoy es un documento de dominio público.

2El carácter “heterodoxo” del Manuscrito Bower se revela en algunos de los temas incluidos. Por ejemplo, dedica una sección entera a exponer los beneficios y los usos del ajo, un alimento rechazado en algunos textos normativos del budismo indio. Asimismo, incluye dos apartados sobre adivinación, práctica también rechazada y a menudo condenada en esos mismos textos.

3Solamente entre los siglos IV y VIII se realizaron seis traducciones al chino, la última por el célebre monje Amoghavajra. Existe también una versión tibetana, del siglo IX, y varios fragmentos sánscritos encontrados en Dunhuang (DesJardins 2002, 20-28). En su forma de deidad femenina, la Mahāmāyūrī sigue siendo objeto de culto en Nepal, China y Japón.

4Para la traducción se ha utilizado la edición del Manuscrito Bower realizada por Hoernle (1897, 222-225). También se han revisado las secciones correspondientes de las ediciones de la Mahāmāyūrī de Oldenbourg (1899, 219-222) y Takubo (1972, 3-7).

5El texto abre con esta fórmula canónica que atribuye su recitación al monje Ānanda durante el legendario Primer Concilio Budista, lo que le otorga a la Mahāmāyūrīvidyārājnī el estatus de un sūtra o discurso del Buda.

6Traduce Bhagavant, uno de los epítetos más comunes para designar al Buda.

7El nombre de este mendicante budista parece estar relacionado con la casa celeste llamada de la misma forma, que significa “Excesivamente benéfico”.

8“Enseñanza y disciplina” traduce el compuesto dharma-vinaya. En la tradición budista se considera un compuesto dvandva, es decir, dual, que presenta los dos aspectos que constituyen el budismo como un sistema de ideas y prácticas concretas. Dharma refiere al conjunto de enseñanzas del Buda y vinaya designa las reglas de conducta monástica. Como tal, dharma-vinaya es una de las designaciones que los antiguos budistas usaban para referirse al budismo.

9“Comunidad de renunciantes” traduce la palabra saṃgha.

10En esta parte del manuscrito hay una laguna. El contexto nos indica que Ānanda fue en busca del Buda.

11Claramente, aquí la forma sánscrita tiene elementos prácritos. La forma clásica, tal como aparece en otras versiones, es Mahāmāyūrīvidyārājñī.

12Tathāgata es uno de los epítetos más usuales del Buda. Aunque es un título de significado ambiguo y objeto de múltiples interpretaciones, siempre alude a la naturaleza trascendente y liberada del Buda.

13Un aspecto importante de la ejecución de la dhāraṇī es la delimitación ritual del terreno (sīmābandha), que en este caso sirve de barrera de protección para el enfermo. En la versión china de la misma dhāraṇī, traducida por Amoghavajra, la forma de esta delimitación ritual es un “cuadrado con esquinas” (DesJardins 2002, 368).

14Aquí se proporciona una lista de seres míticos capaces de enfermar y matar a los humanos. Algunos tratados de āyurveda reconocen que muchos de estos espíritus con cualidades nocivas producen enfermedades en niños y adultos, y adjudican males específicos a su influencia. Específicamente, el capítulo XXVII del Uttaratantra de la Suśrutasaṃhitā afirma que los pūtanas y los skandhas enferman a los recién nacidos (Suśruta 1916, 141-143), mientras que los devas, los asuras, los gandharvas, los yakṣas, los pitṛs, los bhujaṅgas (deidades serpentinas), los rākṣasas, los piśācas y los bhūtas producen diversos efectos en los humanos. En el capítulo LX, el autor del tratado aconseja que en estos casos se les debe propiciar mediante ofrendas rituales, alejarlos o apaciguarlos por medio de mantras, y en caso de que esto no sea efectivo para liberar al paciente de su influencia nociva, el médico debe tratarlo con remedios medicinales (377-380). En contraste con nuestro texto, la Suśrutasaṃhitā no adjudica la locura y la demencia a ciertos espíritus, sino al desequilibrio de los doṣas o tendencias mórbidas del cuerpo (381-388).

15El encantamiento kaḥkhorda parece ser un hechizo mortal. Los okiraṇas, los veṭāḍas, los ciccakas y los preṣakas son seres que producen diversos males y el texto quizá haga referencia a hechizos específicos para invocarlos; los okiraṇas causan un tipo de enfermedad cutánea; los veṭāḍas (en sánscrito clásico, vetālas) toman posesión de los cadáveres en descomposición; mientras que los ciccakas y los preṣakas posiblemente son espíritus capaces de poseer a los vivos.

16Vāta, pitta y śleṣman (en otras fuentes llamado kapha) son los tres doṣas de la medicina ayurvédica, las tendencias mórbidas que desequilibran el cuerpo y la mente produciendo la enfermedad.

17Los seis miembros principales son el tronco, la cabeza, los brazos y las piernas, mientras que los miembros secundarios incluyen las orejas, la nariz, la frente, la barbilla y los dedos, así como los órganos reproductivos.

18Inicia aquí la fórmula críptica conocida como dhāraṇī.

19Las partes en cursivas indican las enmiendas hechas por Wille (2020) a la edición de Hoernle (1897).

20Las partes entre corchetes son enmiendas realizadas por mí a partir de las versiones de Takubo (1972, 4) y Amoghavajra (DesJardins 2002, 371).

21Aunque por su estructura, su composición y su función la dhāraṇī es intraducible, es posible reconocer en ella nombres propios de deidades femeninas y otras palabras. Aquí se presentarán solamente los más claros y evidentes: Pāṃśupiśācinī designa un tipo de piśācinī o espíritu carnívoro femenino asociado con el polvo o el estiércol, quizá como fuente de enfermedad. Ārohaṇī, “Ascendiente”, Orohaṇī, “Descendiente”, Viṣṭabdhā, probablemente “Refrenada”; Vimalā, “Inmaculada”. Cierta deidad llamada Vimalā es referida en el texto tántrico Niṣpannayogāvalī como el personaje que preside el tercer bhūmi de los bodhisattvas (Bhattacharyya 1958, 334). Aśvamukhī, “la de Cabeza de Yegua”; Mahākāḍī en lugar de Mahākālī, “la Grandiosa Kālī”; Prakīrṇakeśī, “la del Cabello desaliñado”; Golā, “Esfera”. También encontramos algunos verbos en imperativo, algunos asociados con nombres de deidades o potencias femeninas: jala, “cubre”, dama, “doma, somete”, seguido por el nombre propio Damanī, “Domadora”; tapa, “quema, consume”, seguido de Tapanī, “Quemadora”; jvala, “enciende”, seguido por Jvalanī, “Encendedora”; paca, “cocina, cuece, asa”, seguido por Pacanī, “Cocedora”. A continuación, en la dhāraṇī se dan nombres de deidades femeninas, algunas asociadas con las lluvias y el crecimiento de las cosechas. No está claro si se trata de varias deidades o de epítetos de la misma. Hoernle (1897, 228, n. 18) afirma que es una lista de nombres de Durgā, consorte de Śiva; otros parecen ser nombres de ríos: Duṃdubhī, “Retumbante como tambor”; Garjanī, “Tronante”; Varṣaṇī, “Lluviosa”; Sphoṭanī, “Hendidora”; Patanī, “Descendiente”; Pācanī, “Maduradora”; Hāriṇī, “Cautivadora”; Kaṃpanī, “Estremecedora”; Madanī, “Seductora”; Maṇḍanī, “Ornamentadora”; Kṣemaṃkarī, “Serenadora”; Makarī, la versión femenina del Makara, un ser acuático mítico con partes de delfín, cocodrilo y otros animales; Śarkarī, “Arenosa”; Karkarī, “Jarrón de agua”; Savarī, “Acuosa”. De acuerdo con Bhattacharyya (1958, 311), Śabarí forma parte del grupo de las gaurīs, ocho deidades tántricas de carácter violento y forma terrible. Según Castro (2011, 36), Śabarī aparece comúnmente en la lista de las deidades tántricas femeninas conocidas como las Siete Madres (saptamātṛkās). Aparentemente está relacionada con una forma temprana de Durgā, adorada por una tribu no aria (conocida como los śabaras) de la región de Vindhya (Kinsley 1988, 96). Śaṃkarī, “Auspiciosa”, “Apaciguadora”. Finalmente, la última línea de la dhāraṇī puede traducirse así: “Que llueva por doquier en la estación adecuada ilikisi svāhā”.

22A partir de este verso se mencionan varios linajes e individuos que pertenecen a la especie de seres conocidos como nāgas, serpientes míticas a las que se adjudica gran fuerza y la capacidad de manipular los fenómenos atmosféricos. Su carácter es ambivalente y a menudo pueden representar un peligro para los seres humanos, aunque también son capaces de otorgarles fertilidad y riquezas que hay debajo de la tierra. A sus gobernantes se les llama nāgarājas, reyes nāgas. Esta primera estrofa tiene su paralelo en el Khandha paritta, una fórmula de protección en lengua pali contra ataques de serpientes que aparece tres veces en el Canon Pali: en el Ahirāja sutta (Morris 1888, 72), en el Vinaya (Oldenberg 1880, 110) y en el Khandhavattajātaka (Fausbøll 1879, 145-147).

23En esta estrofa se hace mención de cuatro linajes que llevan el patronímico del nāgarāja que los encabeza. Los dhṛtarāṣṭras son los miembros del linaje de Dhṛtarāṣṭra, “Aquel cuyo reino es firme”, un nāgarāja que aparece en el Bhūridattajātaka (Fausbøll 1896, 157-219) de la colección pali. Allí se le caracteriza como un monarca poderoso que preside sobre todos los nāgas; su prodigioso reino se encuentra dentro del río Yamunā. De acuerdo con Sørensen (1978 [1904], 252), Dhṛtarāṣṭra aparece varias veces en el Mahābhārata como el más eminente de los nāgas y distinguido miembro de la asamblea del deva Varuṇa. No se le debe confundir con Dhṛtarāṣṭra, el protector de la región este del mundo y soberano de los gandharvas. Por otra parte, los nairāvaṇas formarían parte del linaje de Nairāvaṇa, quien no aparece en otras fuentes, por lo que, siguiendo a Hoernle (1897, 232), parece ser una variante de Airāvaṇa o Airāvata (“Descendiente de Irāvat o Irāvan”), el nombre de un nāgarāja que también aparece en la corte de Varuṇa en el Mahābhārata (Sørensen 1978, 25). Los virūpakṣas serían del linaje de Virūpakṣa (“El de muchos ojos”), reconocido como uno de los Cuatro Soberanos Supremos y como el rey de todos los nāgas. Finalmente, los kṛṣṇagautamakas pertenecerían al linaje de Kṛṣṇagautamaka (“Gautamaka negro”), quien también se menciona en el referido Khandha paritta y aparece como dos nāgas distintos en el Divyāvadāna (Vaidya 1959, 31), donde salen del océano a rendir homenaje al Buda.

24El nāga Maṇi (“Gema”) aparece en el Mahābhārata (Vyāsa 1998, 1,31.6) como parte de un linaje de nāgas que se remonta a Śeṣa. Se creía que su morada estaba en la región de Magadha (2,19,9). Por su parte, Vāsuki (“Descendiente de Vasuka”) tiene gran importancia en el Mahābhārata, donde se le menciona como un gran nāgarāja. Aparece en el mito del batido del océano cósmico (1,16,12-27). Daṇḍapāda (“Pie de bastón”) no aparece en otras fuentes, lo mismo que Pūrṇabhadra (“Colmado de auspicio”).

25Nanda (“Deleite”) y Upananda (“Gozo”) son dos nāgarājas que aparecen en varias fuentes budistas, a veces como dos personajes y otras como uno solo. En uno de los relatos más celebres (Visuddhimagga; Rhys Davids 1975, 398-401), Nandopananda se torna agresivo hacia el Buda y sus discípulos, de tal forma que el bhikkhu Mahāmogallāna lo somete con sus poderes extraordinarios.

26Respecto a Anavatapta (“Fresco”), el peregrino chino Xuánzàng (Beal 1884, II, 41) menciona que este nāga fue uno de los presentes en la repartición de las reliquias del Buda. Se trata de un nāgarāja que habita un lago del mismo nombre, del cual surgen cuatro importantes ríos: el Ganges, el Indo, el Oxus y el Sītā. Varuṇa (“El que todo lo cubre”) es mencionado en el Bhūridattajātaka (Fausbøll 1896, 164) como el padre de Dhṛtarāṣṭra, mientras que Takṣaka (“Cortador”) no es mencionado como nāga en los textos budistas, pero sí en el libro Ādiparvan del Mahabhārāta (Vyāsa 1998). Por otra parte, de acuerdo con Morris (1893, 68), Saṃhāraka (“Destructor”) parece ser una corrupción de Sāgara (“Océano” o “Venenoso”), un nāgarāja que a menudo se menciona junto a Anavatapta y que hace su aparición en una composición titulada Sāgaranāgarājaparipṛcchā. Sin embargo, en otras versiones de la Mahāmāyūrī aparece como Mandūraka (“Cristal dichoso”) (Takubo 1972, 5) y como Mañjuruka (“Abundante en hermosura”) (DesJardins 2002, 372). Ananta (“Ilimitado”) es otro nombre de Śeṣa, una gran serpiente mítica que en el hinduismo se asocia a Viṣṇu. Al parecer, Vāsūmukha (“Rostro de doncella”) se refiere a Sumukha (“Buen rostro”), un nāgarāja que aparece en el Mahābhārata como miembro de la familia de Airāvata (Vyāsa 1998, 5,101,23).

27De entre éstos, Aparājita (“Invicto”) es mencionado en una lista de nāgas del Mahābhārata (Vyāsa 1998, 1,31,13), mientras que Cchibbasuta (“Hijo de Cchibba”) aparece con el nombre Chabbyāputta en el Khandha paritta (véase la nota 22). En otras versiones de la Mahāmāyūrī aparece como Chitvāsuta (“Hijo de Chitvā”) (DesJardins 2002, 373; Takubo 1972, 5). Por otra parte, el nombre de Mahāmanasvī (“El de grandiosa inteligencia”) no aparece en otras fuentes, en tanto que Manasvī (“Inteligente”) es mencionado en el Lalitavistara (Vaidya 1958, 148, 158) durante el episodio de la Gran Renuncia del Bodhisattva, al lado de los ya mencionados Varuṇa, Sāgara, Anavatapta, Nanda y Upananda.

28Bhogavān (“Serpentino”) solamente se menciona en las listas de nāgas de la Mahāmāyūrī, y en otras versiones aparece como Bhagavān (“Bienaventurado”) (Takubo 1972, 5). Kālaka (“Oscuro”) se nombra en la lista de nāgas de la Mahāvyutpatti (Waddell 1894, 98), y aunque Śrāmaṇeraka (“Novicio”) no aparece en otras fuentes, un nāga llamado Śramaṇa (“Asceta”) también forma parte de la lista de la Mahāvyutpatti. En la versión de Amoghavajra (DesJardins 2002, 373), en vez de Śrāmaṇeraka aparece Śrāvaṇeraka (“Discípulo”). Apalāla (“Sin tallos”) es un nāga importante de la región de Gandhāra. Xuánzàng (Beal 1884, I, 122-126) relata cómo el Buda lo sometió y lo transformó en protector. Dadhimukha (“Rostro lechoso”) y Puṇḍarīka (“Loto blanco”) son mencionados en el Mahābhārata como dos de los hijos de Kaśyapa (Vyāsa 1998, 5,101,12-13). En otras versiones de la Mahāmāyūrī aparece en su lugar Pauṇḍarīka (“Hijo de Puṇḍarīka”) (Takubo 1972, 5). En este verso se repite el nombre de Maṇi, que apareció cuatro versos atrás, sin que podamos saber si se refiere a otro nāga del mismo nombre.

29Karkoṭaka (“Caña de azúcar”) es incluido en el Mahābhārata como otro hijo de Kaśyapa (Vyāsa 1998, 5,101,9). Hoernle (1897, 233) apunta que se trata del nāga que habitaba el lago de Katmandú antes de que el Bodhisattva Mañjuśrī lo convirtiera en un valle. Śaṃkhapāda (“Pies de caracola”) es una variante de Śaṅkhapāla (“Protector de la caracola”), el nombre de varios nāgarājas que el Saṅkhapālajātaka (Fausbøll 1891, 161-163) sitúa en el río Kaṇṇapeṇṇā. También el Mahābhārata (Vyāsa 1998, 5,101,12) señala a cierto Śan·kha (“Caracola”), hijo de Kaśyapa. En la lista de nāgarājas de la Mahāvyutpatti aparece en primer lugar (Waddell 1894, 93). Kambala (“Agua”) y Aśvatara (“Mula”) son dos nāgas que siempre se mencionan de manera conjunta tanto en fuentes budistas como en el Mahābhārata (Vyāsa 1998, 1,31,10). Aparecen en el Bhūridattajātaka (Fausbøll 1896, 165) como miembros del ejército de nāgas que ataca la ciudad de Benarés encabezado por Dhṛtarāṣṭra. En su comentario al texto Mahāsamayasutta, Buddhaghosa (Stede 1931, 688) menciona que estos nāgas habitan al pie del monte Sineru y son tan poderosos que incluso pueden enfrentarse a los suparṇas o garuḍas, aves míticas que son los principales enemigos de los nāgas.

30No hay referencias sobre Sāketaka, pero por su nombre sabemos que está relacionado con Saketa, la antigua ciudad de Ayodhyā. Siguiendo a Hoernle (1897, 233), es probable que Kumbhīra (“Cocodrilo”) sea el nombre de los nāgas (Kin-pi-lo) que Xuánzàng señala como habitantes de los estanques cercanos a Benarés (Beal 1884, II, 49). El mismo Beal (1871, 423) informa que el nombre de Kumbhīra aparece en un sūtra mahāyāna titulado Āryamahāmeghamaṇḍalavarṣavardhana, enfocado en pedir lluvia a los nāgas. El texto sánscrito no se conserva, pero existe en traducción al chino. En él aparecen varios nāgas de nuestro texto. Sūciloma (“Cabello puntiagudo”) no se menciona en ninguna otra fuente como un nāga, sino como un yakṣa. Ugātipa —o, como lo entiende Hoernle (1897, 224), Ugātima— no aparece en otras fuentes. En otras versiones de la Mahāmāyūrī (DesJardins 2002, 373; Takubo 1972, 6) aparece en su lugar Uragādhipa, “el soberano Uraga (Serpiente)”. Kāla (“Negro” o “Tiempo”) es un célebre nāga que en fuentes pali y sánscritas rinde homenaje al Bodhisattva antes de que éste experimente el Despertar y tras haberlo obtenido cuando ya es el Buda. A veces se le llama Mahākāla (“El gran Kāla”) y también Kālika. El nombre de Riṣika solamente aparece en la Mahāmāyūrī, en cuyas versiones a veces es llamado Rµsika (DesJardins 2002, 373; Takubo 1972, 6), Rµṣīka (Oldenbourg 1899, 222) o Rµṣikeśa (“Cabello del ṛṣi”).

31Pūraṇakarṇa (“Oreja hinchada”), Śakaṭamukha (“Boca o rostro de carroza”), Sunanda (“Complaciente”) y Kolaka (la planta Alangium hexapetalum o Zizyphus jujuba) solamente aparecen en las listas de la Mahāmāyūrī. En otras versiones, este último aparece como Koluka (Takubo 1972, 6) o Kālaka (DesJardins 2002, 373). Vatsīputra (“Hijo de Vatsa”) aparece en otras versiones de la Mahāmāyūrī como Vātsīputra (Desjardins 2002, 373; Oldenbourg 1899, 222; Takubo 1972, 6).

32Elapatra (“Hoja de la hierba ela o eraka) se menciona en distintas fuentes budistas y brahmánicas. En el ya citado Khandha paritta encabeza uno de los cuatro linajes de nāgas con el nombre de Erāpatha. Por otra parte, en el Mahāvastu (Marciniak 2019, 491-492) se le señala como uno de los guardianes de tesoros y se relata un diálogo entre él y el Buda cuyo tema es el control de los sentidos. Aparece también en la lista de nāgas de la Mahāvyutpatti (Waddell 1894, 95), y el peregrino chino Xuánzàng (Beal 1884, II, 41) menciona que estuvo presente en la repartición de las reliquias del Buda, de las cuales recibió una parte. Probablemente es idéntico al Erakapatta del comentario pali al Dhammapada (Norman 1970, 230-236), quien también tiene un encuentro con el Buda. En la versión de la Mahāmāyūrī de Amoghavajra es llamado Erapatra (DesJardins 2002, 373). Por otra parte, aparece también en un par de episodios en el Mahābhārata, en uno de los cuales Śiva lo convierte en el eje de su carroza (Vyāsa 1998, 7,173.56). Laṃburaka solamente es mencionado en la Mahāmāyūrī y en la Mahāvyutpatti. En la versión de Amoghavajra (DesJardins 2002, 373) aparece como Lamburuka; en la edición de Oldenbourg (1899, 222), como Lavuruka, mientras que en la Mahāvyutpatti se le llama Lambuka (Waddell 1894, 93). Pithila únicamente aparece en el Manuscrito Bower, mientras que en las otras versiones ocupa su lugar el nāga Mṛgila (DesJardins 2002, 373; Oldenbourg 1899, 222; Takubo 1972, 6). Finalmente, Mucilinda (nombre del árbol Pterospermum suberifolium), a veces llamado también Mucalinda, es un nāga célebre en la hagiografía del Buda Gautama. Aparece en diversas fuentes sánscritas y pali en un episodio inmediatamente posterior al Despertar del Buda, durante el cual lo protege de la lluvia y otras inclemencias del tiempo. De acuerdo con Xuánzàng (Beal 1884, II, 41), también recibió una porción de las reliquias del Buda.

33Esta estrofa y la que viene a continuación siguen de cerca la composición del Khandha paritta.

34Este verso, junto con la breve prosa que está a continuación, siguen de cerca una parte del Mora paritta, una fórmula de protección en pali que se encuentra en el Mora jātaka (Fausbøll 1879, 33-38).

35En este contexto, la palabra brahmán no designa a los religiosos encargados de la ritualidad védica, sino a los budas que se caracterizan por tener un conocimiento y una conducta puros.

36Yaśamitra es el nombre del monje al que pertenecía el Manuscrito Bower. Svāhā es una fórmula ritual que aquí marca que el mantra ha finalizado.

Recibido: 15 de Marzo de 2021; Aprobado: 25 de Junio de 2021

Roberto E. García es traductor de sánscrito y pali y un estudioso de tradiciones narrativas del budismo indio. Actualmente es profesor-investigador de estudios budistas en el Centro de Estudios de Asia y África (CEAA) de El Colegio de México, donde desarrolla investigación sobre los linajes de autoridad regia en la literatura del budismo indio y sobre la historia del budismo en México. De 2015 a 2017 fue investigador y traductor en el Buddhist Translators Workbench, un proyecto de lexicografía sánscrita del Mangalam Research Center for Buddhist Languages en Berkeley, California. Ha publicado varios ensayos académicos sobre literatura y cultura budista. Entre sus publicaciones destaca el libro Jātakas, antes del Buddha. Relatos budistas de la India (Aldus, 2015), una traducción directa del pali de relatos de vidas pasadas del Buda, y el libro de ensayos La sonrisa del Buda: estudios sobre budismo. Ensayos en homenaje a Luis O. Gómez (El Colegio de México, 2021), coeditado con Adrián Muñoz.

https://orcid.org/0000-0003-3203-9519

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