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Estudios de Asia y África

versión On-line ISSN 2448-654Xversión impresa ISSN 0185-0164

Estud. Asia Áfr. vol.57 no.1 Ciudad de México ene./abr. 2022  Epub 14-Mar-2022

https://doi.org/10.24201/eaa.v57i1.2726 

Traducción

Zhang Zai, Zhengmeng.Capítulo 1: “Taihe pian”

Zhang Zai’s Zhengmeng.Chapter 1: “Taihe pian”

1Universidad de Costa Rica, Costa Rica, filippocostantini@yahoo.it


Resumen:

El Zhengmeng es la obra más importante e influyente de Zhang Zai y representa la plena madurez de su pensamiento. Aun cuando el pasaje más famoso y comentado del Zhengmeng sea la primera parte del capítulo 17 (el “Ximing”), tradicionalmente se considera que el primer capítulo es el esqueleto de la obra. Este artículo presenta la primera traducción al español de este capítulo: el “Taihe pian”.

Palabras clave: filosofía china; neoconfucianismo; Zhang Zai; armonía; metafísica

Abstract:

Zhengmeng is Zhang Zai’s most important and influential work, and it represents his most developed thought. Although the most famous and commented part of Zhengmeng is clearly the opening of the seventeenth chapter (the “Ximing”), the skeleton of the entire work is traditionally considered the first chapter. This article presents the first translation into Spanish of Zhengmeng’s first chapter: the “Taihe pian”.

Keywords: Chinese philosophy; neo-Confucianism; Zhang Zai; harmony; metaphysics

A mil años del nacimiento de Zhang Zai 張載 (1020-1077), filósofo Song, la importancia y la influencia de su pensamiento en el desarrollo de la tradición confuciana todavía no es totalmente clara. Sin embargo, como se ha subrayado en varios trabajos (Costantini 2014, 2019, 2020), sus teorías metafísicas y epistemológicas han tenido un gran impacto en la sistematización de conceptos como qi, armonía, naturaleza humana, entre otros. Este 2020 se busca celebrar el aniversario del filósofo con la traducción integral e inédita del primer capítulo de su obra central: el Zhengmeng 正蒙 [La corrección de la ignorancia]. Esta elección no es arbitraria, más bien se debe a la centralidad reconocida de la primera sección en toda la obra. En el capítulo sobre la armonía suprema, de hecho, el filósofo introduce y desarrolla la base de su sistema metafísico a través de conceptos como armonía, qi

1 y vacuidad. En otras palabras, en esta sección se van construyendo las piedras angulares de su pensamiento, el cual marcará en profundidad la filosofía confuciana.

La corrección de la ignorancia

El Zhengmeng es la obra central de Zhang Zai en el sentido de que representa la síntesis y la madurez de su pensamiento. Lo escribió en la parte final de su vida y logró terminarlo sólo un año antes de su muerte, en 1077. En el trabajo biográfico sobre Zhang, su discípulo Lü Dalin 吕大临 (1042-1090) describe el proceso de edición y el esfuerzo para llevarlo a cabo:

[Zhang Zai] se retiró y regresó al oeste, vivió en su antiguo lugar en Hengqu2 […] [desde ese momento] se sentó todo el día en una habitación rodeado de libros. Se inclinó y leyó, miró hacia arriba y reflexionó. Si había algo importante, tomaba notas. Así procedía en medio de la noche con la luz de una vela. Tenía su mente en la esencia del Dao, reflexionaba profundamente sobre esto todo el tiempo sin dejarlo ni por un momento (Zhang 1978, 383).

Y, al presentar la obra, Zhang (1978, 384) afirma: “Este trabajo es el resultado de varios años de pensamiento profundo, ¡las palabras están de acuerdo con los sabios de la Antigüedad! Pero éste es simplemente el comienzo que debe ampliarse con el esfuerzo de los eruditos”. Zhang Zai muestra claramente que la tarea que había emprendido era la de recuperar el Dao antiguo de los sabios. El Zhengmeng era sólo el comienzo de lo que otros debían seguir y desarrollar. El objetivo principal de este gran esfuerzo se expresa ya claramente en el título de la obra: la corrección de la ignorancia se forma con dos caracteres centrales del Yijing 易經 [El clásico de los cambios], el texto que más influyó en el trabajo de Zhang Zai. Meng 蒙 es el hexagrama número cuatro y se refiere a la ignorancia de aquellos que perdieron el camino confuciano; mientras que zheng 正 se refiere a la necesidad de corregir y reparar los caminos perdidos (Costantini 2019, 7). Como sugiere el título, la obra se muestra como el comienzo de un camino que se necesita seguir para recuperar el antiguo Dao de los sabios.

Como confirmación del objetivo último de Zhang Zai, Wang Fuzhi 王夫之 (1619-1692), filósofo de la dinastía Ming, afirma sobre la obra: “Lo que se denomina Zhengmeng no es más que cultivar los espíritus nublados a través de la corrección realizada por el sabio” (Costantini 2019, 7).

La tarea de Zhang Zai es, pues, socavar y corregir las ideas y las creencias falsas que considera como las mayores responsables de la corrupción de la sociedad Song. Zhang Zai, junto con otros pensadores confucianos de la época, ubica en las escuelas heterodoxas, la daoísta y la budista, la causa principal de la decadencia de la dinastía. Los daoístas y los budistas no sólo proponen un pensamiento peligroso e irresponsable, sino que además tienen la culpa de atraer, con sus discursos y sus teorías encantadoras, a aquellos confucianos perdidos en el camino de la sabiduría. Afirma el mismo Zhang:

Después de que su doctrina [budista] se extendiera como fuego por toda China, los confucianos ya no eran capaces de reconocer la escuela de la sabiduría; fueron seducidos por las teorías budistas, las cuales comenzaron a seguir y considerar como la Gran Vía. Esta conducta se extendió por todo el imperio y alcanzó el consenso de hombres y mujeres, honestos y perversos, sabios y necios, hasta llegar a los siervos y los domésticos. Incluso aquellos que desde el nacimiento eran genuinos y hábiles, fueron tan atraídos y corrompidos por esta doctrina que, cuando maduraron, no pudieron evitar seguir a los confucianos corrompidos por las palabras de Buda (Zhang 1978, 64; traducción citada en Costantini 2019, 7-8).

Zhang Zai redactó el Zhengmeng para revelar una visión única y coherente de la realidad que pudiera responder adecuadamente a los requisitos específicos de su época. Esta tarea consistió nada más que en redescubrir la única verdadera enseñanza trazada por los sabios de la Antigüedad, y por Confucio y Mencio. Los budistas y los daoístas no eran y no podían ser la respuesta al problema de la sociedad Song y, por lo tanto, la enseñanza necesitaba enfocarse a recuperar lo que se había perdido a lo largo de la historia china. Después de siete años de pensamiento profundo, Zhang Zai cumplió su tarea y definió y mostró su camino final.

La centralidad del primer capítulo

Aunque el Zhengmeng es considerado la obra más representativa de Zhang Zai, él mismo no vio el texto completo. Uno de sus discípulos, Su Bing 蘇昺 (siglo XI), recuperó los escritos y los organizó al estilo del Lunyu 論語 [Diálogos] y del Mengzi 孟子 [Maestro Mencio]. Su Bing estructuró el texto en 17 capítulos, formato ampliamente aceptado aun hoy en día. Sin embargo, fue algunos siglos después cuando el texto adquirió su forma actual. Esto se debió al trabajo del filósofo Wang Fuzhi, que agrupó los 17 capítulos según categorías específicas: los primeros seis se clasifican como cosmológicos, ontológicos y metafísicos. El séptimo, el octavo y el noveno se centran en la autocultivación. Del décimo al décimo sexto se hace una exégesis de los clásicos. Y el último, que además se divide en superior e inferior, corresponde a una síntesis del sistema filosófico de Zhang Zai.

Aunque la sección más conocida y comentada de la obra es la primera parte del capítulo 17, el “Ximing” 西銘 [Inscripción del oeste], tradicionalmente se considera que el primer capítulo: “Taihe pian” 太和篇 [La armonía suprema], es la base y el fundamento de todo el texto. Ahí Zhang Zai explica su visión específica de la realidad desarrollando conceptos como los de armonía, qi, vacío y disposiciones naturales, entre otros (sobre la centralidad del capítulo y del concepto en el texto, véase Costantini 2014 y 2020).

Sobre la centralidad del primer capítulo en la obra, el filósofo Du Baorui (2005, 45) afirma: “[El primer capítulo] es el escrito filosófico más importante de Zhang Zai, muestra sus teorías cosmológicas y ontológicas […] con este trabajo Zhang Zai hace una importante contribución al sistema metafísico confuciano”.

Los estudios que analizan el Zhengmeng comparten la opinión de Du Baorui, la cual se refuerza con la elección de Su Bing de colocar el capítulo y el concepto de armonía suprema en la overture de la obra.3 A continuación se ofrece una traducción integral anotada de este primer capítulo con la esperanza de que pronto se hagan otras traducciones y se escriban otros trabajos sobre Zhang Zai, para así celebrar como se merece la magnitud y la profundidad de este filósofo.

La armonía suprema4

Zhang Zai

La armonía suprema5 se denomina Dao,6 contiene las disposiciones naturales7 del flotar y hundir, del ascender y descender; del movimiento, de la quietud y de la resonancia mutua.8 Aquí comienzan la fusión original y armónica,9 la interacción, el triunfo y la caída, la contracción y la expansión. Sutil y minucioso, fácil y simple es su progresión; firme y resuelta, amplia y grande, su plenitud. Qian conoce a través de lo fácil, kun realiza a través de lo simple.10 La disgregación de las especificidades con imágenes se define como qi; lo que es pura capacidad de relación sin imágenes es la dimensión espiritual.11 Si no fuese como neblina caliente que galopa salvaje12 y estado de fusión e interacción armoniosa, no podría llamarse armonía suprema. Quien habla del Dao comprende todo esto, por lo que se dice “conocer el Dao”; el que estudia los cambios13 ve todo esto, por eso se dice “ver los cambios”. Si éste no fuera el caso, aunque los talentos del duque de Zhou hubieran sido maravillosos, su sabiduría no habría sido suficiente para ser [así] designado.14

El vacío supremo15 no tiene forma, carácter fundamental del qi;16 sus agregaciones y disgregaciones son formas huéspedes de los cambios y las transformaciones. En la quietud perfecta no hay resonancia,17 ésta es el origen profundo de las disposiciones naturales. [Cuando] hay percepción y conocimiento, del contacto temporáneo con las cosas nace la resonancia. Existen formas y resonancias temporáneas, y también ausencia de resonancia y forma; sólo el que extiende al máximo sus disposiciones naturales puede unificar [todo esto].18

Aunque el qi universal19 se agregue y se disgregue, se rechace y se atraiga en cien vías diferentes, hay un principio (coherencia)20 que se sigue sin ninguna aberración. El qi es como las cosas, se disgrega y penetra en el sin forma, aquí sigue su carácter fundamental; se agrega y asume imágenes sin abandonar nunca su constancia.21 “El vacío supremo no puede existir sin qi, el qi no puede no agregarse y constituir las miríadas de las cosas, y esta miríada de cosas no puede no disgregarse y formar el vacío supremo. Este proceso, que incluye el salir y el penetrar, sólo puede desarrollarse espontáneamente”.22 De esta manera, el sabio, residiendo entre el Cielo y la Tierra, extiende al máximo el Dao; fusiona los dos caracteres fundamentales23 sin atarse [a uno de ellos], y preserva así la dimensión espiritual a su máximo. Aquellos que hablan del nirvana se van, pero no regresan;24 aquellos que se apegan demasiado a la vida y a la existencia, se osifican y no se transforman.25 Aunque los dos tipos son aparentemente diferentes, son iguales en el sentido de que han perdido el Dao.

A través de las agregaciones [del qi] [se forma] mi cuerpo; después de la disgregación [del qi], mi cuerpo [no se pierde]. Comprender que la muerte no es extinción es poder dialogar sobre la naturaleza humana.26

Reconociendo que el vacío equivaliese al qi, [se deduce que] la existencia y la no existencia, lo manifiesto y lo no manifiesto, la dimensión espiritual y las transformaciones, las disposiciones naturales y el mandato no son separados, sino parte de la misma unidad.27 Sólo existe el proceso de agregación y disgregación, salir y penetrar, asumir y perder formas. Al rastrear el origen, se capta la profundidad de los cambios. Si decimos que el vacío produce qi, el vacío será infinito y el qi tendrá limitaciones. El carácter fundamental y su función se separarán. Esto sería entrar en la teoría de la espontaneidad del Laozi que afirma: “la especificidad nace de la no especificidad”;28 y no reconocer lo que se define como la constante unidad entre manifiesto y no manifiesto.29 “Si se afirma que las diez mil imágenes son sólo las cosas que se ven en el vacío supremo, las cosas y el vacío no se sostendrían recíprocamente. Las formas serían sólo formas, la naturaleza, simplemente naturaleza; de esta manera formas y naturaleza, cielo y ser humano, no estarían relacionados y caerían en las teorías budistas que ven las montañas, los ríos y la gran tierra nada más que como ilusiones”.30 Sus visiones del Dao no son claras porque los ignorantes31 entienden superficialmente el vacío como parte esencial de las disposiciones naturales, sin comprender que su función radica en el Dao del Cielo. De esta manera, vuelven a la pequeñez de los sentidos pensándolos como la causa última del mundo. No extendiendo al máximo el manifiesto, denigran el mundo y [los principios de] qian y kun, [pensándolos] como ilusiones. No logrando captar el principio que junta lo latente con lo manifiesto, siguen ideas absurdas. Tampoco entienden que el proceso de yin y yang abarca [los fenómenos] del Cielo y de la Tierra, penetra el día y noche, y regula el equilibrio entre los tres reinos.32 Esto ha llevado a los confucianos, los budistas y los seguidores del Laozi y el Zhuangzi, a mezclar sus caminos.33 Quieren hablar del Dao del Cielo, de las disposiciones naturales y del mandato, pero caen engañados por la vaguedad y la ilusión [de las teorías budistas], y limitados por [la teoría daoísta] de “la especificidad nace de la no especificidad”, que piensan como teorías profundas y sutiles. Tomando estos caminos, no sabrán qué elegir ni qué perseguir, y serán engañados por palabras absurdas y confundidos por palabras obscenas.34

El qi impregna sin límites el vacío supremo, flotando se eleva y se hunde en un movimiento eterno e implacable. Los cambios lo llaman el “estado de fusión e interacción armoniosa”; y el Zhuangzi lo define como “el respiro mutuo de los seres vivientes”, es decir, “la neblina caliente que galopa salvaje”.35 Esto representa el punto central entre vacío y plenitud, movimiento y quietud; el comienzo del yin y del yang, del duro y del suave. El yang puro se eleva hacia arriba, el yin turbio desciende hacia abajo. De sus resonancias, encuentros, agregaciones y disgregaciones se forman el viento y la lluvia, la escarcha y la nieve. El cambio continuo de las formas de los seres, la unión y la fusión de montañas y ríos, y los desechos y las cenizas; no hay nada más que esta doctrina.36

Cuando el qi se agrega, gracias a las formas, la claridad se dispone; cuando el qi no se agrega, en cuanto a que no hay formas, la claridad se disipa.37 Cuando hay agregaciones, ¿cómo podemos no definirlas temporáneas? Cuando hay disgregaciones, ¿cómo podemos no llamarlas no especificidad? Por ende, el sabio mira arriba y observa, mira abajo y examina, y afirma: “conozco la causa del latente y del manifiesto”,38 y no dice “conozco la causa de la especificidad y de la no especificidad”. Las que llenan el espacio entre Cielo y Tierra son simplemente las leyes y las imágenes. Al investigar su apariencia y su principio, no se puede prescindir de la vista, por lo que desde la forma se puede comprender la causa de lo latente; desde el sin forma, la del manifiesto.

Las agregaciones y las disgregaciones del qi, con respecto al vacío supremo, consisten en lo que el hielo y el deshielo son para el agua.39 Si se entiende que el vacío supremo equivale al qi, se comprende por qué no hay no existencia. Por eso, el sabio explica las disposiciones naturales y el Dao del Cielo desde su punto central, extiende al máximo la dimensión espiritual [que anima las combinaciones entre] el tres y el cinco,40 es decir, de los cambios y las transformaciones. La visión superficial y equivocada de los confucianos ha llevado a la división entre la especificidad y la no especificidad, y a un conocimiento no suficiente del principio.

El vacío supremo es puro; siendo puro, no tiene obstrucciones.41 Porque no tiene obstrucciones, es dimensión espiritual. Lo opuesto a la pureza es la opacidad. Si es opaco, hay obstrucciones, y si hay obstrucciones, hay forma. Cuando el qi es puro penetra, cuando es opaco tiene obstrucciones; con la pureza extrema se tiene la dimensión espiritual. Durante la agregación, deja espacios, y el soplo del viento se escucha por completo, ¡ésta es la prueba de su pureza! Llegar a su destino sin moverse es la Comunicación Suprema.42

Del vacío supremo tenemos la definición de Cielo; de las transformaciones del qi, el apelativo de Dao. De la fusión entre vacío y qi se denominan las disposiciones naturales; de la fusión entre disposiciones naturales y discernimiento43 tenemos la definición de corazón-mente. Fantasmas y espíritus son las capacidades innatas de las dos [potencialidades] del qi.44 El sabio es el que alcanza la perfecta integridad45 y obtiene el apelativo de Cielo. La dimensión espiritual es el apelativo [que describe] la prodigiosa capacidad de resonancia que corresponde al vacío supremo. Todas las leyes y las imágenes del mundo son nada más que el sedimento de las transformaciones de la dimensión espiritual.46

El Dao del Cielo corresponde simplemente a la [alternancia] eterna de inviernos y veranos; los movimientos de las cosas corresponden simplemente a la contracción y la extensión sin fin [de la energía vital]; la realidad de los fantasmas y los espíritus no excede los dos principios.47

Sin el dos, el uno no puede verse; si no se puede ver el uno, la función de los dos cesará.48 Los dos caracteres fundamentales son el vacío y la plenitud, los movimientos y la quietud, la agregación y la disgregación, la pureza y la opacidad; sin embargo, al final sólo está la unidad.

Sólo después de la resonancia hay las relaciones; por lo tanto, si no hay el dos no habrá unidad. Por eso, el sabio, usando el duro y el suave, establece los fundamentos,49 [porque] eliminando qian y kun, los cambios no se podrían ver.50

El qi errante vaga sin orden. [El yin y el yang] se unen y las formas se realizan; [de este proceso] nacen las particularizaciones infinitas de seres humanos y cosas. Los dos principios, yin y yang, interactúan en un ciclo sin fin, así se establece la gran rectitud del Cielo y de la Tierra.51

“El sol y la luna se impulsan mutuamente y el brillo se genera a través de este proceso. El frío y el calor se impulsan mutuamente y las estaciones anuales emergen”.52 [Por eso] la dimensión espiritual y los cambios no tienen dirección ni limitaciones de formas. “Uno yin y uno yang”,53 y “la indeterminación de yin y yang54 se dicen “penetrar el Dao del día y de la noche”.55

¡El día y la noche no son más que el respiro del Cielo! Frío y calor son su día y su noche. El Dao del Cielo se divide en primavera y otoño por los cambios del qi; esto se parece a la interacción del espíritu humano con el estado de vigilia y de sueño. [En el sueño] la interacción con el espíritu56 forma los sueños; aquí las cien percepciones se confunden sin tener algún orden. Esto se define como el opuesto de la vigilia, que, para uno mismo, no es nada más que [la diferencia entre] el día y la noche. Cuando las interrelaciones del qi forman la primavera, las diez mil cosas se mezclan y alternan; esto se define como el opuesto del otoño, que, para el Cielo, no es nada más que [la diferencia entre] el día y la noche.

El vacío es la [capacidad] fundamental del qi que es pura y sin forma. Resuena y así genera; agrega y así logra las imágenes. Donde hay imágenes, hay dualidades; donde hay dualidades, debe haber oposiciones; donde hay oposiciones, hay conflictos; los conflictos deben armonizarse y, por tanto, resolverse.57 Las emociones de placer y disgusto juntos surgen del vacío supremo. Cuando finalmente se conectan con los deseos, generan en un instante, y repentinamente completan sin dejar ni un mínimo espacio entre ellos; ¡esto [se define como el prodigio] de la dimensión espiritual!

Entre las cosas que se logran mediante el proceso creativo, ninguna se parece a otra. Aunque las cosas cognoscibles son muchas, en realidad son simplemente una. Puesto que nada está sin yinyang, los cambios y las transformaciones del Cielo y de la Tierra pueden definirse simplemente como los dos principios.

Las formas y los colores de las diez mil cosas son el sedimento de la dimensión espiritual. Las disposiciones naturales y el Dao del Cielo deben explicarse únicamente en términos de cambios. La razón detrás de las diez mil diferencias en la mente [de los seres humanos] es que la respuesta [de cada persona] a las cosas externas no es la misma. Aunque el Cielo es grande y no tiene nada externo, las conexiones y las resonancias en él consisten simplemente en la fusión y la interacción armoniosa entre los dos principios yin y yang. El porqué de los seres radica en la mutua [capacidad de] resonancia; “los beneficios y las necesidades salen y penetran”, pero nadie sabe de dónde vienen;58 ¡esto se define como el prodigio de las diez mil cosas!59

Qi y voluntad, Cielo y ser humano, tienen sus principios de relación y ganancia.60 El sabio reside en lo alto y el pueblo murmura, [significa que] es sólo el qi que mueve la voluntad. Cuando las fenices aparecen,61 es la voluntad sola que mueve el qi.62

Referencias

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1Qi es un concepto de difícil traducción, por eso se eligió aquí dejarlo en su transcripción en pinyin. Sin embargo, algunas posibles traducciones son las de energía vital, fuerza vital, energía psicofísica, entre otras.

2La ciudad de Hengqu 横渠镇 se encuentra actualmente en la provincia de Shaanxi.

3De la misma idea es, entre otros, Brook Ziporyn (2015), que indica en el concepto de armonía la síntesis de la metafísica de Zhang Zai.

4El texto original del Zhengmeng se recupera en el Zhang Zai ji 張載集 [Colección de obras de Zhang Zai], editada y publicada en 1978.

5El término ‘armonía suprema’ no es un neologismo en cuanto que aparece en la sección “Tuanzhuan” 彖傳 del Yijing: “La vía de qian actúa a través de los cambios y las transformaciones, así que todas las cosas tienen sus correctas disposiciones naturales y celestiales; de este modo, la armonía suprema se puede conservar y hay beneficios y normas” (Costantini 2014, 14).

6Decido dejar el término Dao 道 en su transcripción pinyin, sin traducción, debido a la riqueza semántica que este concepto adquiere en el texto. Sin embargo, las traducciones del término como ‘camino’ y ‘curso’ pueden servir como referencia general. La misma elección se presenta con otros caracteres como qi 氣, yin y yang 陰陽, qian y kun 乾坤.

7El término xing 性, que generalmente se traduce como ‘naturaleza humana’, aquí Zhang Zai lo describe como disposiciones naturales e innatas propias de cada elemento del cosmos.

8Ganying 感應 [resonancia] es una de las teorías más importantes y utilizadas en lo que los sinólogos occidentales denominan “pensamiento correlativo”. Este sistema se basa en la idea de que los elementos pueden relacionarse e interactuar entre sí, incluso a gran distancia. La teoría fue empleada como fundamento de varias homologías, como ser humano-cosmos y estado-cosmos, pero quizá la aplicación más obvia fue en la música. Hay numerosos ejemplos en textos que datan de alrededor del siglo III a.e.c. que muestran cómo ganying se empleó principalmente para explicar la interacción física entre sonidos y otros elementos; más tarde, con la introducción del concepto de qi, ganying se amplió a todas las interacciones tanto en el reino de las formas como en el reino sin formas. El término ‘resonancia’ es la traducción más empleada; esto se debe a la aplicación de la teoría en el campo de la música y de la acústica, como se muestra en textos como el Zhuangzi 莊子 [Maestro Zhuang], el Lüshi Chunqiu 呂氏春秋 [Primaveras y Otoños del Sr. Lü], el Chuci 楚辭 [Elegías del estado de Chu] y el Huainanzi 淮南子 [Maestro Huainan], entre otros. Para un estudio sobre el principio de resonancia, véase Erlmann 2014; y sobre el concepto de ganying en China, véase Le Blanc 1995.

9El término yinyun 絪縕, que aquí se traduce como ‘fusión’ e ‘interacción’, emerge en la sección “Xi ci xia” 繫辭下 del Yijing, donde posee el significado de “fusión original y armónica de la energía cósmica”: “[Gracias a] la fusión e interacción en el Cielo y la Tierra, la miríada de cosas se desarrolla y alcanza la madurez perfecta” (la cita se recupera en Lin 2012, 10).

10Qian 乾 y kun 坤 son los dos primeros hexagramas del Yijing y representan, respectivamente, el puro yang y el puro yin. La oración se refiere a la sección “Xi ci shang” 繫辭上, que afirma: “qian conoce con facilidad; kun actúa con sencillez”.

11Shen 神 es uno de los conceptos más complejos que desarrolla el filósofo. En el Zhengmeng adquiere generalmente dos significados específicos. El primero es en línea con el Yijing, donde shen indica la fuerza que no podemos comprender ni inferir, capaz de mover las interacciones y generaciones de yinyang: “Aquello que fluye junto con el cielo y la tierra y es insondable de yinyang se llama dimensión espiritual”. El segundo, como afirma Ira Kasoff (1984, 60), reconoce shen como una de las dos polaridades de qi y lo combina con el término gui, fantasmas. Cuando tiene este segundo significado, se traducirá como ‘espíritu’. Entre los muchos ejemplos de traducción del término, emergen los de Stephane Feuillas (2007) y de Kim Jung-Yeup (2015). El primero traduce shen como ‘âme’, que compara con el anima mundi de Giordano Bruno. El segundo lo traduce como ‘creative indeterminacy’ para enfatizar la potencia creativa insondable propia de la dimensión espiritual.

12Yema 野馬, literalmente ‘caballos salvajes’, se utiliza en el primer capítulo del Zhuangzi en referencia al movimiento incesante y libre del qi.

13Aquí con “los cambios” se refiere al Yijing.

14El duque de Zhou 周公 es uno de los virtuosos antiguos elogiados por Confucio y el confucianismo. Por ejemplo, en el Lunyu 8.11 se afirma: “Si uno posee los excelentes talentos del duque de Zhou, pero es soberbio y mezquino, sus cualidades no son dignas de consideración” (traducido por Suárez 2006, 117).

15Como afirman Wang y Ding (2010, 46), ‘vacío supremo’ es una expresión compleja que adquiere significados múltiples en la obra; esto ha generado un debate complejo sobre su entendimiento y traducción. Como ya se ha mostrado en varios trabajos, aquí entendemos el concepto como capacidad creativa intrínseca del cosmos y de la armonía suprema. Según Zhang Zai, cada ser en el cosmos contiene, en su naturaleza original, la capacidad de interactuar y conectarse con las cosas, y así generar nuevos asuntos y seres. Esta capacidad se denomina, en lo general, vacío supremo; mientras que, en lo particular, capacidad de resonancia propia de la dimensión espiritual (Costantini 2019, 2020).

16Zhang Zai emplea el término ti 體, generalmente traducido como ‘sustancia/fundamento’, en un sentido dinámico. Como se muestra en el texto, ti representa el carácter/capacidad relacional intrínseco a cada ser. En este sentido, el fundamento de la realidad se expresa en la fórmula “una entidad que contiene dos caracteres” (yiwu liangti 一物兩體). Este carácter/capacidad es lo que las cosas y el ser humano no pueden dejar de poseer: “el carácter [de una cosa] es lo que uno nunca deja de poseer” (Zhang 1978, 21), es decir, su fundamento. Sin embargo, ésta no es nada más que la disposición natural a interactuar y conectarse que los seres tienen con el mundo y los otros seres. En este sentido, ti es, por una parte, la sustancia de una entidad, ya que se refiere a la estructura básica de cada ser. Por la otra, como ha señalado Brook Ziporyn (2015, 171), el significado mismo de sustancia necesita ser revisado y ampliado. En este caso, la sustancia no se puede pensar como aislada y sin causa, la que no puede ser “de” nada; la sustancia, en cuanto armonía, es primero interacción y conexión, por eso resulta doble (liang 兩).

17La quietud perfecta representa para Zhang Zai un estado potencial que no conoce interacciones ni movimientos definidos. Este estado se define también como ‘vacío supremo’ y corresponde a la capacidad creativa de resonancia infinita intrínseca en cada ser.

18Unificar los dos reinos, el de la especificidad de las formas y el de la no especificidad, es la tarea última del ser humano ideal. Al reconocer las fuentes y las causas profundas de los cambios antes de que éstos surjan, el sabio soluciona sin esfuerzo cada conflicto.

19Literalmente, ‘del Cielo y de la Tierra’.

20Li 理 representa uno de los términos claves de la filosofía confuciana del periodo Song. A menudo entendido como principio último de las cosas por filósofos como los hermanos Cheng (Cheng Hao 程顥 1032-1085 y Cheng Yi 程頤 1033-1107) y Zhu Xi 朱熹 (1130-1200), Zhang Zai lo interpreta como un principio de ordenación y coherencia interior a la energía vital. Aquí el filósofo Song sigue en general la idea ya desarrollada por Wang Bi 王弼 (226-249) sin añadir nada innovador. Para un estudio sobre una comprensión diferente del concepto de li en el neoconfucianismo Song, véase Liu 2005.

21El texto original utiliza la primera persona del singular wu 吾; sin embargo, como señala la mayoría de los comentarios sobre el pasaje, el pronombre se refiere a la energía vital qi (Lin 2012, 25-26).

22Traducción que aparece en Costantini 2019, 13.

23 Yang Lihua (2008, 44) afirma que aquí el término ti indica el carácter dinámico y universal del proceso natural: “Podemos aquí entender Ti en su función de verbo. En esta oración, el compuesto jianti 兼體, interacción entre los dos caracteres fundamentales, se entiende como opuesto a pianzhi 偏滯, estancamiento del parcial. La interacción se opone a la parcialidad, y la dinamicidad de la interacción al estancamiento”. Zhang Zai (1978, 64) entiende jianti en términos de proceso de interrelación entre las dos polaridades, como reafirma en el capítulo 17: “la interacción entre los dos caracteres fundamentales (jianti), en el Dao, es incansable. Puesto que es interacción, puede llamarse un yin y un yang, la insondabilidad del yinyang, cerrar y entrar, o penetrar el día y la noche”.

24Aquí Zhang Zai se refiere a los budistas que, concentrándose de manera exclusiva en el reino de más allá de las formas, pierden el interés en el mundo de la naturaleza. Sobre la crítica a las doctrinas heterodoxas, véase Costantini 2019.

25Aquí la crítica se vuelve hacia la actitud indolente de las personas que detienen su proceso de aprendizaje sobre lo que ven y tocan. Éstos, afirma Zhang, confían totalmente en el mundo manifiesto sin reconocer el reino de lo que no tiene forma.

26Según Zhang Zai, la vida de los seres se desarrolla dentro del ciclo natural de cambios y transformaciones. La muerte individual, entonces, no es nada más que parte de este proceso. Como afirma Han Bangqi 韓邦奇 (1479-1555): “Mi vida se da por la agregación del qi, con su disgregación se regresa al principio último. Si gracias a mi regreso emergen las cosas, ¿cómo podría ser extinción?” (en Lin 2012, 31).

27La unidad corresponde al proceso natural y cósmico de la armonía suprema que, como vimos, incluye y abarca todos los cambios, las interacciones y los conflictos entre las polaridades. Los opuestos aquí se indican a través de elementos paradigmáticos que merece la pena explicar. ‘Existencia’ (you 有) y ‘no existencia’ (wu 無) se refieren a la pareja fundamental en textos daoístas como el Laozi 老子 [Maestro Lao] y el Zhuangzi. Con ‘existencia’ se indican las agregaciones del qi que producen formas e imágenes; con ‘no existencia’, las dispersiones. Zhang Zai, así como el mismo Laozi, no habla de la nada absoluta. ‘Latente’ (you 幽) y ‘manifiesto’ (ming 明) son aquí sinónimos de la pareja anterior; el filósofo elige un vocabulario específico que se refiere directamente a los objetivos de su crítica. Sobre la ‘dimensión espiritual’ (shen 神) y las ‘transformaciones’ (hua 化) hablamos arriba: shen es la fuerza insondable que mueve las transformaciones. Las ‘disposiciones naturales’ (xing 性) y el ‘destino’ o ‘mandato del Cielo’ (ming 命) corresponden a las potencialidades innatas de los seres y a su contexto de desarrollo.

28Aquí Zhang Zai se refiere al Laozi 40: “El retorno es el movimiento del Dao. En la debilidad reside la utilidad del Dao. Las diez mil cosas del mundo nacen de la especificidad, la especificidad nace de la no especificidad”. El Laozi se recupera en la versión editada por Wagner (2003).

29Zhang Zai utiliza una de las parejas fundamentales del pensamiento chino, ti y yong 體用, para explicar la unidad del proceso natural. Ti, como vimos, representa la dinamicidad fundamental de las polaridades dentro del proceso natural; yong es la función, es decir, la manera en que las entidades interactúan. La unidad entre ti y yong se aplica en el mundo humano, por ejemplo, en el ámbito epistemológico. Zhang Zai explica que conocer el fundamento de una situación es saber cómo responder de manera correcta para lograr la meta deseada. Cada situación ya incluye una respuesta virtuosa, pero la forma en que alguien actuará depende de su comprensión y de su libre elección.

30La traducción aparece en Costantini 2019, 10.

31Aquí Zhang se refiere a los budistas.

32Como afirma Kim (2015, 21), aquí Zhang Zai critica el dualismo metafísico budista que, al poner la creatividad infinita del vacío fuera del mundo de la naturaleza, reduce la realidad a una simple ilusión. Esta visión causa, según Zhang Zai, el decaimiento de la sociedad Song. En el capítulo 17 (Zhang 1978, 65) se afirma: “[Los budistas] hablan de la realidad, pero consideran la vida como una ilusión; de esta manera, la acción humana es inútil, el mundo se vuelve así oscuro y confuso, llegan a odiarlo y a negarlo, lo rechazan sin hacer nada para preservarlo”. Sobre esta temática, véase Costantini 2019, 11.

33Budistas, daoístas y confucianos, aunque siguen caminos diferentes, se equivocan de la misma manera al desconocer la interacción de las polaridades como fundamento de la realidad.

34Aquí se remarca el peligro de las doctrinas heterodoxas para la sociedad Song. Siempre en el capítulo 17, se reafirma: “Después de que su doctrina [budista] se extendiera como fuego por toda China, los confucianos ya no eran capaces de reconocer la escuela de la sabiduría; fueron seducidos por las teorías budistas que comenzaron a seguir y considerar como la Gran Vía. Esta conducta se extendió por todo el imperio y alcanzó el consenso de hombres y mujeres, honestos y perversos, sabios y necios, hasta llegar a los siervos y los domésticos. Incluso aquellos que desde el nacimiento eran genuinos y hábiles, fueron tan atraídos y corrompidos por esta doctrina que, cuando maduraron, no pudieron evitar seguir a los confucianos corruptos por las palabras de Buda” (Zhang, 1978, 64).

35Zhuangzi 1: “Es la neblina caliente que galopa salvaje; es el polvo revoloteando en el aire; es el respiro mutuo de los seres vivientes” (la cita del Zhuangzi se recupera en Lin 2012, 42).

36Cita del Liji 禮記 [Registro de los ritos]: “El Cielo posee cuatro tiempos, primavera, otoño, invierno y verano; viento, lluvia, nieve y rocío; no hay nada más que esta doctrina”. Zhu Xi en el Zhuzi yulei 朱子語類 [Clasificaciones de diálogos del Maestro Zhu] 98 comenta: “no hay nada más que esta doctrina; la doctrina es simplemente hablar del principio” (las citas se recuperan en Lin 2012, 42).

37Liming 離明 se refiere a la sección “Shuogua” 說卦 del Yijing: “[el hexagrama] Li significa claridad (ming)”. Wang Fuzhi comenta: “La claridad (liming) en el Cielo es el sol, en los seres humanos son los ojos” (en Lin 2012, 46).

38Aquí Zhang cita el comentario “Xi ci shang” del Yijing: “Arriba observa los modelos del Cielo, abajo examina los patrones de la Tierra; por lo tanto, conoce las causas del latente y del manifiesto” (en Lin 2012, 46).

39Zhang Zai utiliza la metáfora del proceso de transformación del agua para explicar la relación íntima entre el vacío y el qi. Como el agua representa la continuidad en el proceso del derretimiento y congelación del hielo, de igual forma, el vacío es un componente esencial del qi y, por lo tanto, del proceso de transformación y cambios del mundo natural. Podemos entender el pasaje anterior como tal: el agua sin forma y el hielo con forma son las dos polaridades que se refieren a un solo proceso, el proceso del agua. La alternancia entre el derretimiento y la solidificación se debe nada más a su base fundamental (o continuidad) que es el agua; esta continuidad fundamental es la que permite los cambios y las transformaciones dentro del mismo proceso. Del mismo modo, los cambios y las transformaciones del qi en la naturaleza se realizan gracias al vacío y a su poder de agregar formas y construir nuevos cambios (Costantini 2020, 235).

40Tres y cinco se refieren al comentario “Xi ci shang”: “es mezclando el tres y el cinco como los cambios proceden” (en Zhou 2014, 14). Las interpretaciones de estos números son múltiples. La más común es la que ve los dos números como el producto de la manipulación de las varillas usadas en la consulta del Yijing. Sin embargo, tres representa también los tres poderes del cosmos (Cielo, Tierra y ser humano), y cinco, los procesos de la naturaleza (agua, fuego, tierra, metal y madera), es decir, tres y cinco representan juntos la realidad.

41La asociación entre Cielo, vacío y pureza emerge varias veces en la tradición filosófica china. Por ejemplo, en el Laozi 39 se afirma: “El Cielo alcanzó la unidad y se hizo claro”; en el Lüshi Chunqiu, capítulo “Youdu” 有度: “con la pureza y la claridad hay el vacío”; en el Liezi 列子 [Maestro Lie]: “La unidad es el inicio de los cambios de las formas. La pureza ligera sube a formar el Cielo, la opacidad pesada hunde a formar la Tierra” (las citas se recuperan en Lin 2012, 54-55).

42La máxima y extrema comunicación corresponde a la dimensión espiritual que permite la interacción y resonancia infinita entre los seres.

43合性與知覺 en el texto original se presenta sin el carácter zhi 知 [conocimiento], que se añade sólo en una época posterior. Aquí, la traducción de zhijue 知覺 como ‘discernimiento’, y no como ‘conocimiento’, quiere remarcar el sentido original de la oración: la mente, en su estado original, es la fusión entre las disposiciones naturales y el primer contacto consciente con las cosas; sólo después se desarrolla la elaboración de este contacto que produce el conocimiento. Para una interpretación similar, véase Tang 1956, 119.

44Fantasmas y espíritus (gui shen 鬼神) se refieren a las dos potencialidades/polaridades del qi. Liangneng 良能 se refiere al Mengzi, capítulo “Jinxin shang” 盡心上: “las que el ser humano posee sin aprender son las capacidades innatas” (la cita del Mengzi se recupera en Zhou 2014, 15).

45Cheng 誠 es uno de los términos claves del neoconfucianismo, y uno de los más difíciles de traducir. Zhang Dainian (en An 2004, 117) lo considera “el concepto más ininteligible de la filosofía china”. Donald Munro (1969, 117) lo llama un “término vago”. En el neoconfucianismo, cheng indica generalmente lo que conecta primero ontológicamente y, en segundo lugar, moralmente a los seres humanos y las cosas entre sí (conexión horizontal); y con el cosmos (conexión vertical). Por un lado, cheng es una fuerza que proviene del mundo interior; por otro, esta fuerza interior debe aplicarse fuera del yo, ya que implica la integración de las cosas con la unidad armónica que constituye la realidad.

46Del Zhuangzi, capítulo “Tiandao” 天道: “Lo que usted, mi gobernante, está leyendo son nada más los sedimentos de los antiguos”. Con “sedimentos” aquí se entiende la parte superficial y menos importante del proceso de cambios y transformaciones de la naturaleza. Estos sedimentos corresponden a la parte visible y sondable, mientras que la esencia reside en el latente (en Lin 2012, 69).

47Duan 端 es otro concepto central de difícil traducción. Mientras que en el Mengzi corresponde a las semillas innatas de la naturaleza humana, aquí se refiere a los dos componentes creativos del qi.

48Yiwu liangti describe el paradigma de la realidad y, por lo tanto, es el elemento clave de todo el sistema filosófico de Zhang Zai. Zhang, como vimos, emplea el término ti en un sentido dinámico, como el carácter/potencialidad intrínseco de una entidad para interactuar con las otras cosas. Zhang Zai expresa este proceso de relaciones polares con el término yiwu 一物. Wu 物 aquí no sólo expresa el producto de las interacciones entre polaridades, sino también el paradigma de la relación. De hecho, aquí el foco no está en el producto, sino más bien en la relación misma. A partir de la constante alternancia e interrelación de los opuestos, las cosas cambian y se desarrollan constantemente. Por lo tanto, yiwu no sólo describe una cosa por sí misma, sino también la síntesis del proceso de conexiones e interpenetraciones entre elementos. Zhang Zai explica que la constitución básica de esta relación no es más que la interacción entre las dos potencialidades. Yiwu liangti representa no sólo la fuente de la realidad, sino también el proceso natural de cambios y transformaciones: el proceso del qi (Costantini 2020, 231-232).

49Del comentario “Xi ci xia” del Yijing: “[a través del] duro y del suave se establece el fundamento” (en Lin 2012, 76).

50Del comentario “Xi ci shang” del Yijing: “Si se quitaran qian y kun, no habría forma de ver los cambios” (en Lin 2012, 76).

51Dayi 大義 se refiere del comentario del hexagrama 54 del Yijing: “Guimei expresa el gran significado del Cielo y la Tierra. Si el Cielo y la Tierra no interactúan, las miríadas de cosas no florecen” (en Lin 2012, 78).

52Cita directa del comentario “Xi ci xia” del Yijing.

53Cita directa del comentario “Xi ci shang” del Yijing.

54Idem.

55Idem.

56Jiaohun 交魂 —comenta Wang Fuzhi (en Lin Lechang 2012, 83)— indica “la interacción del espíritu hun con el no manifiesto durante el sueño. El interior del cuerpo es el oscuro, el exterior al cuerpo es el claro. Cuando las cosas se producen, tienen formas temporáneas; como son temporáneas, no son constantes; regresando al estado original se olvidan las causas, esto es como el sueño”.

57Aquí Zhang Zai muestra que lo de armonía es nada más que un proceso de resolución continua de opuestos y conflictos, tanto en el nivel metafísico como en el político y social. Armonía incluye y necesita todos los aspectos de la realidad, los conformes y los conflictivos. Esto se pone como una crítica directa hacia aquellos pensamientos que se concentran sólo sobre un aspecto, como —afirma el pensador Song— los budistas. Cheng Chungying (1991, 198) individúa, en el concepto de armonía, una de las diferencias centrales entre el confucianismo y el budismo. Mientras que el confucianismo se desarrolla a través de una dialéctica de armonización, el budismo Madhyamika prefiere una dialéctica trascendente donde, concentrándose específicamente en un aspecto de la realidad, el objetivo de armonía se abandona.

58Cita directa del comentario “Xi ci shang” del Yijing.

59La dimensión espiritual se define como “el prodigio” (miao 妙) en la sección “Shuogua del Yinjing”: “la dimensión espiritual es simplemente el prodigio de las diez mil cosas” (en Lin 2012, 94).

60Esto indica el principio de resonancia entre el ser humano y el cosmos.

61La aparición de las fenices predecía, en la China antigua, un periodo de paz y armonía.

62Aquí se hace referencia al Mengzi, capítulo “Gong sun chou shang” 公孫丑上: “es la voluntad que primero mueve el qi, es el qi que primero mueve la voluntad”. En Zhou, 2014, 18.

63*Traducción del chino e introducción

Recibido: 13 de Febrero de 2021; Aprobado: 14 de Abril de 2021

Filippo Costantini es profesor-investigador con amplia experiencia internacional. Tiene un doctorado en humanidades por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y un posdoctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha impartido clases de pregrado y posgrado en varias universidades de Europa, Asia y América Latina. Es especialista en filosofía, religión y música de la China antigua y premoderna, así como autor de múltiples artículos, y editor y evaluador de revistas académicas internacionales. Actualmente es profesor visitante en la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica.

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