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Estudios de Asia y África

versión On-line ISSN 2448-654Xversión impresa ISSN 0185-0164

Estud. Asia Áfr. vol.55 no.2 Ciudad de México may./ago. 2020  Epub 14-Ago-2020

https://doi.org/10.24201/eaa.v55i2.2607 

Reseñas

F. Botton Beja (2019). Ensayos sobre Cftina. Una antología. México: El Colegio de México. 378 pp.

1Universidad de Buenos Aires, Argentina, Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina, villagran.ignacio@gmail.com

Beja, F. Botton. 2019. Ensayos sobre Cftina. Una antología. México: El Colegio de México, 378p.


Decir que la Flora Botton Beja es la persona que más ha contribuido a la difusión de los estudios de China en Hispanoamérica no es una exageración. Tanto por el volumen como por la calidad de su producción académica, así como por su comprometida labor institucional al servicio del Estado mexicano en calidad de agregada cultural en la República Popular China, y de directora del Centro de Estudios de Asia y África en El Colegio de México, la profesora Botton ha construido puentes duraderos que nos han permitido a muchos latinoamericanos aproximarnos a las complejidades de la sociedad y las culturas de China. En honor a esta trayectoria, El Colegio de México publicó recientemente una selección de artículos bajo el título de Ensayos sobre Cftina. Una antología.

La colección de textos que compone este libro es un manifiesto de la diversidad de intereses y perspectivas de análisis que atraviesan la larga trayectoria académica de la autora, principal referente de los estudios sobre China en lengua hispana. Su obra pareciera indicar que, para esta pionera en el campo de los estudios chinos en América Latina, todos los temas estaban y están, aún hoy, abiertos a nuevas lecturas. La diversidad temática no implica una trayectoria unívoca o fragmentaria en términos cronológicos, es decir, no hay preocupaciones que se dejan de lado para investigar nuevas temáticas, sino una potencia aglutinante en la figura de una investigadora metódica y aguda, quien además ejerció la docencia en el nivel de posgrado durante la mayor parte de su vida. Esta doble exigencia, la de incorporar todos los conocimientos posibles acerca de China para luego transmitirlos a quienes tuvimos la enorme fortuna de ser sus discípulos, es quizá la clave para entender la prolífica obra de la profesora Botton.

Más allá de la secuencia cronológica de los artículos, me interesa en esta breve reseña destacar las preocupaciones recurrentes en sus estudios de la sociedad china. En primer lugar, el marcado interés por señalar las continuidades y las rupturas entre la estructura social y política de China tradicional y China moderna. Por lo tanto, no es casualidad que esta antología comience con una traducción y un comentario sobre “La historia de Li Wa”, del literato Bo Xinjiang de la dinastía Tang, publicada en la revista Estudios Orientales en 1970 (vol. 5, núm. 3). Allí se aprecia el interés de la autora por poner en discusión las distintas formas de sociabilidad entre los jóvenes y sus padres, entre la élite letrada y el pueblo medio, y entre hombres y mujeres en busca de la posibilidad de encontrar espacios de privacidad y afectividad. Si bien este artículo fue escrito hace medio siglo, no ha perdido su vigencia ni su vitalidad.

Entendemos que la traducción de textos primarios del chino al castellano, a veces mediada por traducciones a otras lenguas europeas, fue en su momento una tarea imprescindible para avanzar en el campo de los estudios sobre China, ya que servía para ofrecer al público hispanoparlante una primera idea de esa vasta tradición literaria. Más aún, si consideramos el contexto de producción de este artículo -a comienzos de la década de 1970-, cuando aún no había vínculos diplomáticos entre la República Popular China y la mayoría de los países de América Latina, podemos entender el enorme esfuerzo que supuso prepararse para enfrentar fuentes tan complejas en su idioma original.

El segundo artículo es un breve ensayo sobre las transformaciones sociales y políticas de finales de la dinastía Han, “No todos los chinos eran mandarines: ‘Los siete sabios del bosque de bambú’”, en el que hace especial hincapié en la pluralidad de saberes y actitudes que conformaban la ética de vida de los letrados chinos, contra la idea de que el “confucianismo” había permeado la sociedad letrada de tal manera que no había espacios de sociabilidad que no estuvieran normados por sus preceptos. De cierta forma, este artículo de 1971, y “El precio de la rectitud: el intelectual como crítico en la China tradicional”, de 1997, pueden leerse en forma conjunta, ya que dan cuenta del interés de la profesora Botton por descifrar y poner en discusión algunas de las imágenes acerca de los letrados “confucianos” heredadas de la sinología europea. En particular, los artículos buscan historizar los distintos procesos en los que la identidad de la élite letrada afrontó tensiones e incluso enfrentamientos con la autoridad imperial y otros agentes del gobierno.

En su vocación de revisar las continuidades y las transformaciones de la sociedad china a lo largo de milenios, Flora Botton se dedicó a investigar el culto a los ancestros como contribución al volumen 1 de Teoría e ftistoria de las religiones, el ambicioso proyecto coordinado por Mercedes de la Garza y María del Carmen Valverde Valdez. Este artículo incorpora tanto fuentes clásicas como estudios antropológicos recientes para brindar una idea general respecto de las creencias y las prácticas religiosas, y de las dinámicas sociales asociadas a los distintos ritos funerarios y recordatorios en China.

La política, la sociedad y la cultura tradicionales no pueden comprenderse sin penetrar las escuelas de pensamiento que hicieron de China uno de los espacios de producción intelectual más fértiles en la historia de la humanidad. Tanto las preocupaciones de las escuelas de pensamiento endógenas como las que surgirían tras el ingreso y la difusión de las escuelas budistas en el mundo chino marcaron una forma particular de concebir el mundo físico y sus cambios, la presencia de principios metafísicos y las posibilidades y las limitaciones de los seres humanos para comprenderlos y actuar moralmente en consecuencia. Al leer “Confucianismo y budismo en China: entre la fe y la razón” y “El budismo y la crítica de la escuela Ch’eng Chu” se tiene una primera aproximación sobre las diferencias conceptuales entre ambas corrientes de pensamiento y sobre las relaciones a menudo conflictivas entre sus representantes mundanos. Las discusiones suscitadas en círculos eruditos acerca de la posibilidad de conocer los principios últimos de las cosas marcaron gran parte de la producción textual de la dinastía Song en adelante.

La educación tradicional es otro de los intereses de investigación de la profesora Botton. Si bien el sistema de exámenes que se desarrolló plenamente a partir de la dinastía Song ha sido tratado en varios artículos, esta antología rescata dos trabajos vinculados a la educación, “Wang Yangming, un educador moderno del siglo xvi” y “Reformas educativas a finales de la dinastía Ch’ing”. En el primero, Wang Yangming aparece retratado como un pensador y crítico social capaz de cuestionar los pilares de la educación tradicional destinada a la aprobación de los exámenes imperiales: el énfasis excesivo en la repetición de textos y la discusión de los comentarios a los clásicos. Para Wang Yangming, comprender los textos significaba ponerlos en práctica a través de la acción moral, lo cual podía leerse como una invitación a deslegitimar el sistema de exámenes y sus categorías de saber apropiado para la función pública. Más aún, Wang Yangming rechaza el método de enseñanza basado en el amedrentamiento y el castigo y propone, en cambio, un camino de aprendizaje basado en el disfrute, algo que adelanta por varios siglos las visiones pedagógicas contemporáneas más progresistas.

El artículo sobre las reformas educativas a finales de la dinastía Qing pone en discusión la lectura de que fueron una política destinada al fracaso desde su concepción. Tras un breve pero acertado repaso de las principales propuestas y figuras del movimiento para reformar el sistema educativo, logra demostrar que, a pesar del enorme desafío intelectual y político que suponía transformar un sistema educativo que había servido de piedra basal para el gran edificio de la burocracia imperial, los avances en este sentido fueron significativos, sobre todo si se tiene en consideración el corto plazo en que se llevaron adelante los ensayos de nuevos planes de estudio.

El tema central, sin duda, de la producción académica de la profesora Botton es el de la familia tradicional en China, con sus estructuras de familia ampliada y sus relaciones jerárquicas basadas en la edad y en las evidentes disparidades de género. Estas estructuras fueron muy atacadas por los discursos de la modernidad que arraigaron profundamente entre los sectores modernizadores de China en el siglo XX, en especial por el programa de gobierno del Partido Comunista de China. Esta antología recupera algunos de los trabajos de la autora más significativos al respecto: “Mujeres, maternidad y amor materno en China tradicional”, “El amor es cosa seria: el discurso oficial sobre el amor en China (1949-1979)”, “La larga marcha hacia la igualdad: mujer y familia en China” y “Algunas consideraciones sobre las relaciones intrafamiliares y redes de apoyo en China actual”. En ellos, el análisis del pasado sirve para aportar claves para comprender la magnitud de las transformaciones en el seno de la familia en los últimos 100 años, pero también para denunciar la permanencia de la estructura patriarcal y la consecuente misoginia, la tragedia del infanticidio femenino, y el desfase entre los derechos reconocidos legalmente y las limitaciones para ejercerlos. Lejos de cualquier postura analítica de relativismo cultural, Flora Botton aporta una mirada informada, basada tanto en bibliografía específica como en estudios de campo que la llevaron a tratar a la sociedad china contemporánea no como un ‘otro’ inaccesible e inequiparable, sino como una sociedad en búsqueda de una transformación radical que aún mantiene costumbres ancestrales. Más allá de valorar los esfuerzos llevados adelante por el Partido Comunista de China para lograr algunas transformaciones significativas, la sociedad china sigue buscando articular formas de familia que permitan continuar su desarrollo dentro de sus propias tradiciones culturales.

También se ponen de manifiesto algunas de las transformaciones en el modelo de familia tradicional en un artículo de 1996 que analiza las vicisitudes del literato Wang Meng tras publicar “La dura sopa de arroz”, un cuento que lanzaba una aguda crítica a la vocación de adoptar patrones de consumo y de conducta de los países occidentales tras el inicio de la reforma y la apertura. En su estudio, Flora Botton marca las actitudes de cada uno de los integrantes de la familia respecto al cambio de dieta, y cómo eso influye en el imaginario de la modernidad y de la incorporación de China al mundo.

Finalmente, tres artículos un tanto escindidos de la agenda principal de investigación dan cuenta de la capacidad para emprender estudios en distintas áreas temáticas con igual claridad y seriedad académica. El breve artículo “Los judíos de Kaifeng, una diáspora olvidada” ofrece un recorrido histórico de la colectividad judía establecida en China y sus relaciones con la comunidad local, así como los intercambios con los misioneros cristianos que llegaron a partir del siglo XVI. “Los viajeros que se quedaron: extranjeros en la Revolución china”, un ensayo sobre tres extranjeros que participaron del proceso revolucionario en China, con la convicción de que era la oportunidad para construir una sociedad más justa. David Crook, Israel Epstein y Sidney Shapiro fueron testigos del establecimiento de la República Popular, de las purgas y los enfrentamientos durante la Revolución Cultural, de los procesos de reforma y apertura, y de los acontecimientos de Tian’anmen en la trágica primavera de 1989. Como extranjeros, gozaron de algunos privilegios, pero también vivieron las penurias de una sociedad que los cobijó y les dio una nueva identidad. Todos ellos optaron por seguir en China aun en épocas tumultuosas, y dejaron registros de sus vivencias en sus escritos, que Flora Botton recupera para ilustrar una perspectiva diferente sobre su relación con China. El último artículo de esta serie es una reflexión sobre los problemas de traducir la poesía china al castellano, ello a partir de un estudio de la obra de Octavio Paz y de su afán por acercarse a la traducción de poesía en un idioma que no conocía, y cuyos secretos le parecían irresolubles. Quizá por eso, Octavio Paz consultó los textos de filólogos y eruditos que tradujeron poesía china al inglés, pero finalmente optó por seguir los pasos de Ezra Pound y “crear” poesía china en castellano, informado por sus estudios.

Puede decirse que Flora Botton encarna un ideal humanista enfocado en los estudios de China y traspuesto a la peculiar topografía intelectual de nuestra América, tal como se puede apreciar en esta antología que acerca a sus lectores una muestra del amplio espectro de los intereses de la autora, sobre quien bien podría decirse, parafraseando el dicho latino, que “nada de lo chino le ha resultado ajeno”.

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