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Historia mexicana

versión On-line ISSN 2448-6531versión impresa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.73 no.2 Ciudad de México oct./dic. 2023  Epub 29-Sep-2023

https://doi.org/10.24201/hm.v73i2.4447 

Reseñas

Sobre Francie Chassen-López, Mujer y poder en el siglo XIX. La vida extraordinaria de Juana Catarina Romero, cacica de Tehuantepec

Laura Machuca Gallegos1 

1Centro de Estudios Superiores en Antropología Social

Chassen-López, Francie. Mujer y poder en el siglo XIX. La vida extraordinaria de Juana Catarina Romero, cacica de Tehuantepec. México: Taurus, 2020. 517p. ISBN: ISBN 978-607-318-346-8.


Francie Chassen tardó más de una década en escribir su libro Mujer y poder en el siglo XIX, por lo que es producto de varios años de acuciosa investigación y profundas reflexiones. Se adentra en la biografía de una mujer que marcó toda una época en el ámbito local. A pesar de que las mujeres en el Istmo de Tehuantepec han sido ampliamente estudiadas desde el punto de vista antropológico, para los periodos históricos todavía faltan análisis. Un trabajo de esta envergadura no se había realizado antes, si bien ya se cuenta con algunos libros (ficción y ensayo) dedicados a esta interesante mujer, como muy bien da cuenta la autora.

Como lo enfatiza Chassen, Juana Catarina Romero ( 837- 9 5) tuvo una vida “extraordinaria”, “fuera de serie” y “azarosa”. Primero se le conoció por el hecho de haber sido una de las amantes de Porfirio Díaz. La autora, desde la perspectiva de género, demuestra que el accionar de Juana Catarina fue más allá que el estar asociada a un hombre. Resulta ejemplo de una movilidad social ascendente, y una de las muchas cualidades del libro es haber documentado detalladamente este importante proceso. Otro mérito es haber cuestionado varios mitos en torno a su persona, que además habían sido validados por historiadores “profesionales” sin investigar cuáles eran los usos, vestimentas y otros detalles de la época.

El libro está dividido en ocho capítulos y los dos primeros están centrados en la niñez y juventud de Juana Cata, el tercero en su papel de empresaria, el cuarto en su influencia en el traje de tehuana, el quinto en sus obras de filantropía, el sexto en su posición de cacica, el penúltimo en el impacto del ferrocarril y el último en su ocaso. En particular, en su vida hay muchos silencios, y las primeras dos décadas son nebulosas. Falta documentación, pues ni Juana ni su familia eran lo suficientemente prominentes como para generarla, a lo cual habría que agregar cierto mutismo en torno a su persona.

Mujer y poder es fruto de una gran madurez académica. Chassen conoce bien los contextos, cuenta con la capacidad de hilvanar hechos internacionales, nacionales y locales con la vida de una sola persona. Por eso los dos primeros capítulos, en donde prevalecen los silencios, se tejen hipótesis y varias preguntas quedan aún abiertas: desde quién fue su padre, sus actividades de joven, ¿por qué vendía puros y no otra mercancía?, ¿quién la proveía? ¿Amasó su fortuna gracias a un tesoro escondido de su amante Remigio Toledo? ¿Era ella la mujer descrita por el barón Brasseur de Bourbourg, quien estuvo por el Istmo en 859? En fin, que de esta primera parte quedan varias líneas abiertas, para las cuales quizá no exista respuesta, pero la autora construye el relato de tal forma que nos deja opciones para hacer nuestras propias elucubraciones.

A partir del Segundo Imperio ( 864- 867) la situación de Juana Cata cambió, pero ella ya estaba en su tercera década de edad. En mi opinión, a partir de esa fecha entra en juego un concepto que se acomoda muy bien a su vida, en inglés self-fashioned, es decir, la capacidad de moldearse a sí misma, ir construyendo otra imagen de sí. 1 A lo anterior hay que agregar que sus descendientes también crearon su propia representación; sólo un ejemplo: la describen viajando sola a caballo a la ciudad de Oaxaca, pero resulta difícil imaginar a una mujer solitaria cabalgando por la sierra, de frente al sol; parece más razonable creer que viajaba acompañada con sus arrieros y sus recuas de mulas, muy bien protegida de los rayos solares y sólo en una etapa de su vida.

Porfirio Díaz fue jefe político de Tehuantepec y Juana Cata no sospechaba que sus servicios de espía le redituarían toda su vida. Como muestra Chassen, quizá la relación de ambos pudo tener un carácter pasional, pero explica bien el hecho de que Juana no fue el gran amor de Díaz, sino una mujer que le brindó apoyo y amor en circunstancias específicas. Una vez Juana asentada como negociante, su vínculo con Díaz fue de amistad sincera y de respeto. Si ponemos a Juana en un entramado relacional, ella resultaba ser una perfecta bróker, una persona con el interés y el talento para cultivar relaciones con personas estratégicas y capitalizarlo. Juana no sólo tenía acceso directo a Porfirio Díaz, sino también al obispo de Oaxaca, Eulogio Gregorio Gillow. La autora resume muy bien sus cualidades: “A pesar de todas las acusaciones, Juana C. Romero construyó una fundación sólida para su poder y […] esas relaciones […] solo pudo aprovecharlas gracias a su inteligencia innata, su gran habilidad para los negocios, su astucia y su ambición” (p. 3 7).

La consolidación de Juana Cata se puede leer en los capítulos intermedios, su papel como empresaria, filántropa y cacica. Como explica Chassen, el hecho de que se quedara soltera fue una decisión estratégica, que le daba un margen de libertad considerable. Sobre todo porque las habladurías la acompañaron toda su vida. ¿Cómo ganarse la voluntad de la gente? A través de obras filantrópicas que sí están bien documentadas: su ciudad, la iglesia y la escuela fueron objeto de sus dádivas, volviéndose fundamental la educación de las niñas, a la cual ella no había tenido acceso. Gracias a Romero, Tehuantepec entró en la modernidad y su chalet quedó como edificio emblemático de la ciudad. No sólo se trasformó ella sino también su entorno. De todas formas, aun en su apogeo, Juana no tuvo una situación fácil: tuvo reacios enemigos, como Apolinar Márquez, quien le hizo la vida imposible.

La autora incluye toda una parte de sus viajes al extranjero para comprar mercancías e ir a las exhibiciones internacionales, por ejemplo, en 908 su ingenio de azúcar Santa Teresa ganó el primer lugar en la competencia internacional de azúcar, en Londres. Ésta resulta ser una línea de investigación muy prometedora porque Chassen no pudo ir a los archivos de las ciudades donde Juana Cata viajó y buscar información de las exhibiciones y ferias en los diarios locales. Otra línea para seguir explorando es justamente su papel como hacendada/empresaria y el funcionamiento de su ingenio.

Si se observa la foto de la portada del libro y la publicada del retrato colgado en la sala del chalet, parecen dos mujeres diferentes: las trenzas fueran sustituidas por un chongo, el traje de tehuana, en cuyo diseño fue tan influyente, fue sustituido por un sobrio vestido negro, el pelo blanco le da un aire marcial y parece más blanca. En las fotos, aunque sean sepia, no da la impresión de que haya sido muy morena. Éste es un tema que no discute la autora, y una hipótesis personal es que su tono de piel y sus rasgos finos debieron ayudarla en su ascenso social. Algo similar sucedió con su amigo Porfirio; en los dos podemos observar este proceso de cambio, del self-fashioned mencionado antes. Y se abre una pregunta más: ¿por qué Juana no eligió como foto de su sala una en que posara de tehuana, reivindicándose como tal? Quizá porque ya había construido toda una imagen de sí y su pasado había quedado atrás.

Con Juana Cata aparecen otras mujeres que valdría la pena recuperar, como la Tona Taati de Juchitán, quien también fue amante de Porfirio Díaz, o Bernarda Zárate Robledo, quien, según una hipótesis, habría sido la tehuana que vio Bourbourg y no Romero. Pero no sólo ellas, Juana Cata sigue invitando a los estudiosos a profundizar en su trayectoria y en la de otras mujeres que aún esperan a que alguien hurgue en sus vidas. Asimismo, la parte dedicada a las mujeres y las guerras abre una reflexión muy importante, pues las soldaderas están muy bien identificadas durante la Revolución, incluso hay una reivindicación de las mujeres en la independencia, pero en las guerras intermedias, como la civil de tres años o la intervención, poco se ha escrito.

El libro abre múltiples líneas de investigación, no sólo en el ámbito de la biografía o en el papel de las mujeres como empresarias, comerciantes, en las guerras, en la modernización porfiriana, en la educación y en la cultura. A través de Juana Cata, la autora hace un acercamiento a la historia de México, de Oaxaca y de Tehuantepec, reivindica la historia regional “vista desde el sur” y reflexiona sobre el papel de la mujer en el siglo XIX. Los lectores recorrerán sus más de 500 páginas con gran interés, pues la vida de Juana Catarina Romero fue, en efecto, como una novela.

1Self-fashioned es un concepto usado por Natalie Zemon Davis, The Return of Martin Guerre, Cambridge, Massachusetts, Harvard University Press, 983, p. 03.

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