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Historia mexicana

versión On-line ISSN 2448-6531versión impresa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.73 no.1 Ciudad de México jul./sep. 2023  Epub 26-Jun-2023

https://doi.org/10.24201/hm.v73i1.4389 

Reseñas

Sobre José Manuel Velasco Toro y Lucía Santos García, Cosamaloapan: una historia agraria regional, de la gran propiedad al ejido campesino (1900-1960)

David Misael Xala Paxtián1 

1El Colegio de Michoacán

Velasco Toro, José Manuel; Santos García, Lucía. Cosamaloapan: una historia agraria regional, de la gran propiedad al ejido campesino (1900-1960). Veracruz, México: Universidad Veracruzana, 2020. 123p. ISBN: 978-607-502-826-2.


El estudio del “pasado” histórico agrario regional dentro de la historiografía mexicana mantiene una tendencia baja en la producción de investigaciones serias que visibilicen o ilustren la transformación del paisaje rural en las diversas regiones del país, tras de lo que Emilio Kourí ha llamado la invención del “ejido posrevolucionario”. Se requiere debatir las implicaciones del proceso de la reforma agraria, sus costos y sus beneficios, sus virtudes y sus claroscuros, pero en cualquier caso lo cierto es que la magnitud de ese cambio institucional en la propiedad del país es la institución sui génesis conocido como el ejido.

Cosamaloapan: una historia agraria regional, de la gran propiedad al ejido campesino (1900-1960) es un libro que vuelve abrir un tema: el proceso de la reforma agraria en el estado de Veracruz. Es un estudio detallado que abarca un periodo de 60 años; los autores cuestionan el impacto real de la reforma agraria en Cosamaloapan y buscan comprender el problema agrario desde una visión de continuidad y de larga duración. El periodo de investigación, que abarca de 1900-1960, puede ser una veta de interpretación para comprender las transformaciones de las estructuras agrarias a nivel regional y nacional. En ese sentido este libro es una investigación ejemplar de crítica de fuentes documentales; se trata de hecho, de un texto que los expertos o investigadores podrán dar a leer a sus estudiantes para encaminarlos en el oficio del historiador.

El libro está dividido en cuatro partes: 1. Ubicación geográfica, 2. Configuración agraria en la región, 3. El movimiento agrarista, 4. El reparto agrario en Cosamaloapan.

Los autores inician el acercamiento del lector al tema del conocimiento de lo regional desde una perspectiva histórico-geográfica de la región de estudio (Cosamaloapan, Veracruz); lo hacen mediante la reconstrucción de las fuentes históricas recopiladas en los archivos estatales de Veracruz y articulan una visión de la conformación regional del bajo Papaloapan. El conocimiento histórico rural es clave para comprender los diversos elementos que integran las estructuras agrarias regionales (los patrones de asentamiento, las formas de explotación de la tierra, el crecimiento demográfico, las clases de cultivos, los tipos de población, las formas de intercambio y comunicación, entre otros). El municipio de Cosamaloapan es relevante para comprender el funcionamiento de la estructura agraria, incluyendo los procesos de organización social con base en su actividad económica (productor histórico de caña de azúcar en Veracruz) que tuvo un gran impacto en los mercados locales, regionales, nacionales e internacionales. Los autores en términos generales articularon dos puntos relevantes e indispensables. El primero es adquirir un conocimiento, lo más profundo y dinámico posible, de las características de la geografía física (edafológicas y topológicas) y humana del municipio. Y el segundo es, a partir de un primer análisis de los temas a tratar y de ese conocimiento del medio local, que lograron establecer un balance de la documentación de archivo disponible y susceptible de ser utilizada en ese ámbito del proceso de la reforma agraria y la estructura agraria.

En la segunda parte del libro, se explica la gestación de la configuración productiva de la región, integrando un recorrido histórico para comprender los inicios del proceso de la colonización y poblamiento del bajo Papaloapan desde el periodo novohispano hasta el siglo XX. Desde una perspectiva crítica evitan concebir a la organización económica y el orden social en términos esencialistas y unitarios, estáticos o ahistóricos. Mediante una reconstrucción histórica proceden a entender la trama y urdimbre de los ingenios de azúcar de la zona: Paraíso Novillero, San Gabriel y San Cristóbal y Anexas, impulsores de las plantaciones de caña de azúcar incluyendo la hacienda de Mata de Agua. Los autores ponen especial énfasis en los procesos históricos de construcción socioespacial, más o menos conflictiva, de diversos tipos de instituciones y prácticas de organización de lo rural, como parte de procesos de formación de diversos actores sociales. Reconstruyen la ar ticu lación de los ingenios incluyendo la transformación del paisaje rural con la implementación de la “modernización” agrícola en Cosamaloapan resultado de una demanda de mercados externos. Así, por ejemplo, el ingenio San Cristóbal y Anexas, desde la década de 1920 modernizó su equipo y maquinaria para colocarse en la producción de azúcar a nivel mundial y provocar competencia a nivel regional con otras empresas.

Por otra parte, como lo aclaran los autores en la tercera parte del libro, en los estudios sobre la estructura agraria mexicana, ya no es posible hablar de los movimientos sociales surgidos de la revolución mexicana, como simple expresión de los anhelos de masas indiferenciadas de “campesinos desposeídos”, frente a “propietarios opresores”, haciendo “tabla rasa” de las diferencias y particularidades locales en el desarrollo de las mismas a lo largo del tiempo. Reconocen que un factor relevante en la falta de adhesión armada de la región en comparación con otras regiones de Veracruz fue la baja densidad demográfica y con fronteras agrícolas abiertas de colonización de tierras. El avance de una nueva forma de propiedad (ejido) no desestructuró “otras” formas de propiedad presentes en la zona. En tal situación, el fenómeno del reparto agrario, incluyendo el fenómeno de la presión sobre los recursos territoriales, asume características particulares. Dicho lo anterior, la reforma agraria en el municipio de Cosamaloapan se caracterizó desde sus inicios por ser un proceso geográfico regional muy complejo y por la llegada de “promotores” sindicales articuló un panorama desolador en la zona.

Dicho lo anterior, en el último capítulo los autores profundizan en la construcción histórica de órdenes sociales específicos y en los vínculos entre ellos para ser considerada como objeto de disputa. Por tanto, en el curso del proceso del reparto agrario se pone especial atención en los “intentos” de diversos grupos por reproducir o transformar (ciertos aspectos de) el statu quo, por tratar de legitimar sus reivindicaciones, demandas o propuestas y de impugnar las de sus opositores durante el proceso de solicitud de tierras. Los autores se sumergen en las diferentes etapas del proceso de reparto agrario en Cosamaloapan para conocer los elementos de la propia estructura agraria que se transformaron con la irrupción de la nueva figura posrevolucionaria: el ejido. Se pone el énfasis en el análisis de la coexistencia de prácticas e instituciones (y ámbitos) impulsadas por distintos grupos sociales, “rurales” o no, con base en reivindicaciones sobre conjuntos de principios, valores, fines y normas no necesariamente coincidentes, parcialmente opuestos o complementarios en aras de obtener de tierras. La propuesta de entender la intensidad de la reforma agraria en el municipio de Cosamaloapan mantiene relación con la calidad de las tierras solicitadas principalmente en las plantaciones de caña de azúcar o de plátano, sin olvidar la reconstrucción de la evolución de los ejidos en dicho municipio.

Los autores nos invitan a reflexionar sobre una amplia etapa de la reforma agraria que ocupa buena parte del siglo XX. Vale la pena ahora preguntarse qué es lo que podemos decir a ciencia cierta sobre las transformaciones que sufrió el paisaje rural durante esos largos años. En Veracruz, por ejemplo, ¿cómo matizar (particularidades y singularidades) las transformaciones de las estructuras agrarias en sus diferentes regiones? ¿Cuáles son las incidencias de la reforma agraria en el paisaje social del siglo XX? Las respuestas podrían abordarse desde múltiples aristas y niveles; no obstante, el primero de ellos a nuestra consideración es repensar el concepto de estructura agraria desde una mirada de larga duración. Se necesita comprender que las transformaciones sucedidas en el siglo XX son la consumación de la reforma agraria posrevolucionaria.

En suma, Cosamaloapan. Una historia agraria regional constituye una fina lectura de la relación entre reforma agraria y estructura agraria durante el siglo XX. El trabajo aporta una necesaria mirada crítica sobre un periodo alguna vez visto como central en la historiografía mexicana, artífice de una amplia y vasta literatura sobre la cuestión del agrarismo en México y su devenir. Sin embargo, a riesgo de cierta impresión, señalo estas observaciones de manera general, para facilitar así una discusión -hoy por demás necesaria- sobre la relevancia del periodo del siglo XX en la transformación de las estructuras agrarias en una región del sur del estado. Al mismo tiempo, habría que reconocer que esta investigación puede ser un vehículo para entender cómo y por qué causas han cambiado o transformado sus estructuras agrarias las sociedades rurales en el país como lo han hecho durante los años de la reforma agraria. Se necesita la combinación de ciencias como la sociología, la economía, la historia, la geografía, la demografía, la antropología -entre otras-, para comprender durante 1915-1992 la trayectoria del proceso del reparto agrario, de modo que demuestre cómo la tierra fue cambiando, donde y cuándo se repartió y donde no. Estos “espacios” y “tiempos” serán muy reveladores y a la vez abrirían sin duda nuevas vetas de investigación.

Pero la relevancia o trascendencia de un libro no está en el de cerrar temáticas, sino en generar nuevas “pistas” por descubrir.

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