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Historia mexicana

versión On-line ISSN 2448-6531versión impresa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.73 no.1 Ciudad de México jul./sep. 2023  Epub 26-Jun-2023

https://doi.org/10.24201/hm.v73i1.4377 

Reseñas

Sobre Anne Staples, ¿Dónde estás?, ¿qué haces, Leona Vicario?

Virginia Guedea1 

1Universidad Nacional Autónoma de México

Staples, Anne. ¿Dónde estás?, ¿qué haces, Leona Vicario?. Ciudad de México: El Colegio de México, 2020. 181p. ISBN: 978-607-564-212-3.


En esta biografía, la segunda que ha publicado sobre Leona Vicario, Anne Staples se propone, y alcanza, distintos objetivos. Uno de ellos, que a mi parecer constituye la parte medular de su trabajo, es llevar a cabo un recorrido lo más completo y preciso posible por la vida y las acciones de su personaje, el cual sustenta en una muy cuidadosa labor de investigación que arroja no poca luz sobre algunos de los aspectos hasta ahora menos conocidos de su biografiada. De ahí que, desde su título mismo, se trate de un texto lleno de preguntas, todas ellas interesantes y sugerentes, a muchas de las cuales da cabal respuesta, al tiempo que precisa cuáles son las que todavía quedan por contestar.

De esta manera, la autora del libro va siguiendo y documentando, paso a paso y desde su nacimiento en la ciudad de México en abril de 1789, a María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, hija de un rico español peninsular y de una criolla novohispana descendiente de la nobleza acolhua. Seguimiento y documentación que incluye a sus familiares, a sus amigos, a sus apoyos y a sus aliados. Aparecen así personajes como su primer prometido, el abogado Octaviano Obregón, quien salió de la Nueva España con el virrey José de Iturrigaray a consecuencia de los sucesos de 1808 y quien muy probablemente contribuyera al origen de la postura anticolonialista que Leona asumiría a partir de entonces. O el padrino de bautizo de Leona y hermano de su madre, el doctor Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, rector de la Real y Pontificia Universidad, decidido defensor de la condición colonial de la Nueva España y quien, al hacerse cargo de ella cuando quedó huérfana, constituiría una de las presencias de mayor peso en la vida de la biografiada.

Otro de sus tíos, quien también tuviera gran influencia en su vida, fue el conocido abogado capitalino Juan Bautista Raz y Guzmán, de signo político totalmente opuesto al de don Agustín, pues no sólo fue un destacado sostenedor del autonomismo novohispano, sino también uno de los miembros, al parecer el de mayor jerarquía, de la sociedad secreta de los Guadalupes, organizada tanto para brindar apoyo a la insurgencia como para aprovechar las oportunidades que ofreció la implantación del régimen constitucional en la Nueva España. Pero sería sobre todo Andrés Quintana Roo, hijo del sanjuanista José Matías Quintana y quien desde su natal Yucatán llegara a la capital de la Nueva España a estudiar derecho y hallara acomodo como pasante en el bufete de Fernández de San Salvador, quien influiría de manera por demás determinante en la vida y las acciones de Leona. Simpatizante de la insurgencia, a la que se unió junto con Manuel, hijo de don Agustín, después de que éste le negara la mano de su sobrina, Quintana Roo ayudó al fortalecimiento y radicalización de la postura anticolonialista de su prometida.

El libro registra las actividades que Leona llevó a cabo en apoyo de la insurgencia, como la distribución y el envío de su correspondencia con los integrantes de los Guadalupes o el haber mandado dinero, armeros e información a los insurgentes, actividades que al ser descubiertas provocaron su primer y fracasado intento de fuga para unirse a Quintana Roo y que terminó en su regreso a la ciudad de México, donde quedara detenida en el Convento de San Miguel de Belén y donde se le siguiera proceso, durante el cual se mostró valiente y decidida. El texto registra asimismo su segundo y exitoso intento de fuga, organizado ya por los partidarios de la insurgencia, y las consecuencias que todo esto le acarreó: la confiscación y hasta el saqueo de sus bienes, y la pelea que por controlarlos se dio en el seno de su familia, quedando parte de ellos en poder de su abuela materna y otra parte en manos de su tío Agustín.

Desde hace tiempo se ha ido conociendo con mayor precisión a la Leona capitalina, a la urbana, a la que actuaba desde el secreto y la conjura. La que resulta bastante más difusa es la Leona insurgente, aquella que recorrió un largo y tortuoso camino para unirse a la insurgencia y que vivió varios años prácticamente a salto de mata, actividades todas ellas que son cuidadosamente reconstruidas por la autora del libro, quien lleva a cabo una acuciosa labor de investigación para dar cuenta de sus pasos, actualizando y sistematizando, amén de cuestionando, la información que se tiene sobre la vida de Leona en la insurgencia. Y si bien no alcanza a responder a todos los cuestionamientos que se tienen sobre esta etapa de la existencia de su biografiada, logra dar respuesta a los más importantes. Así, el texto va siguiendo y precisando sus peripecias y sus vicisitudes en su largo caminar hacia Oaxaca, su paso a Chilpancingo con Carlos María de Bustamante, su matrimonio con Quintana Roo y la precariedad de su existencia en chozas, rancherías, haciendas y pueblos -amén de haber dado a luz a su primera hija en una cueva-, hasta su detención en marzo de 1818. El libro también da cuenta de su vida ya en el México independiente hasta su fallecimiento en 1842, etapa quizá la menos trabajada por los historiadores, la cual tampoco estuvo exenta de dificultades.

Todo este largo recorrido le sirve a la autora para alcanzar otro de sus objetivos: el de dar cabal respuesta a la pregunta “¿Qué nos dice Leona Vicario de la vida cotidiana?”, que viene a ser una de las aportaciones de mayor interés del libro al analizar con cuidado la situación de las mujeres durante esos años, tanto en lo que se refiere a los distintos aspectos de su educación como a las posibilidades que las mujeres criollas pertenecientes a los estratos sociales más elevados del virreinato tuvieron para actuar con mayor o menor libertad de movimientos o para tomar parte, así fuera de manera un tanto marginal, en actividades de índole política e, incluso, en el proceso mismo de emancipación. Rubro, cabe, aclarar, en que Leona no se encuentra sola, pues por el texto transitan algunas más, como la Güera Rodríguez o Margarita Peimbert.

Un tercer objetivo que alcanza el libro es precisamente el de ubicar la figura de su biografiada en el contexto en el que se desenvolvió, lo que lleva a la autora a analizar la cambiante situación de la Nueva España durante la severa crisis que sufrió la monarquía española al iniciarse el siglo XIX y que dio lugar a los distintos procesos independentistas de la América española. Contexto, cabe precisar, que le sirve para valorar la actuación de su biografiada a lo largo de varios años. Y un último y cuarto objetivo del libro es el hacer la historia de cómo se ha historiado a Leona Vicario, lo que le permite dar cuenta de las peripecias y de las vicisitudes sufridas por la propia autora en un primer empeño por biografiarla.

Termino esta breve reseña señalando que Leona Vicario fue una mujer dotada de valor y de congruencia, pues no llevó a cabo un único acto de heroísmo, sino que la suya resulta más bien una vida entera vivida de acuerdo con sus convicciones sin importar las consecuencias. De ahí la actualidad de su figura. El año de 2020 fue declarado “Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria” por decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de diciembre de 2019, en el que se señala que el Ejecutivo Federal, en coordinación con los otros dos poderes y los órganos públicos autónomos, establecería un programa de actividades para su conmemoración. Una de ellas, la más destacada, se llevó a cabo el 21 de agosto de 2020, al cumplirse el 178 aniversario de la muerte de Leona, cuando se inauguró el Paseo de las Heroínas en la ciudad de México al colocarse la primera de las doce esculturas que serán ubicadas en el Paseo de la Reforma, en el tramo que va de la Columna de la Independencia a la Puerta de los Leones de Chapultepec, “para reivindicar a las heroínas y mujeres que también nos dieron patria y lucharon para hacer de éste un país soberano, libre y democrático”. Se trata de una imagen un tanto distinta de la que estamos acostumbrados a asociar con su figura, ya que su atuendo se acerca más al de una adelita o, en todo caso, a una mujer del campo, que poco tiene que ver con la Leona de los túnicos con que aparece en sus retratos. Publicado ese mismo año de 2020, el libro ¿Dónde estás?, ¿qué haces, Leona Vicario?, conmemora -esto es, nos trae a la memoria- las distintas y variadas facetas de la vida y las acciones de la declarada Benemérita Madre de la Patria. Y todo ello en un libro de pequeño tamaño y de tan sólo 181 páginas.

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