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Historia mexicana

On-line version ISSN 2448-6531Print version ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.72 n.2 Ciudad de México Oct./Dec. 2022  Epub Sep 14, 2022

https://doi.org/10.24201/hm.v72i2.4146 

Reseñas

Sobre Mario Vázquez Olivera, Chiapas mexicana. La gestación de la frontera entre México y Guatemala durante la primera mitad de siglo XIX

Joel Pérez Mendoza1 

1El Colegio de México

Vázquez Olivera, Mario. Chiapas mexicana. La gestación de la frontera entre México y Guatemala durante la primera mitad de siglo XIX. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2018. 269p. ISBN: 978-607-029-974-2.


La anexión de Chiapas a México, consumada el 14 de septiembre de 1824, ha sido un tema bastante estudiado tanto en México como en Guatemala. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones han sido guiadas por un sentimiento nacionalista y, por lo tanto, se empeñan en justificar, en el caso mexicano, la unión de dicha entidad, situando su eje de análisis en la legalidad con que se realizó el proceso; en cambio, en el lado guatemalteco se enfatiza la idea de despojo de un amplio territorio por parte de las autoridades mexicanas.

En este nuevo libro Mario Vázquez sigue el camino trazado por Jan de Vos1 al poner atención en el papel de los ayuntamientos en el proceso de anexión de Chiapas a México, pero además enmarca los sucesos locales en una escala nacional e internacional. Esto le permite analizar el proceso de unión de Chiapas a la federación mexicana desde una perspectiva más compleja. De modo que Vázquez no se restringe a la coyuntura ocurrida entre 1823 y 1824, sino que la trasciende, ubicando sus límites desde finales de la colonia hasta, por lo menos, la primera mitad del siglo XIX.

La larga trayectoria del autor estudiando la historia de Chiapas y de Centroamérica, durante la cual ha ido recopilando distintas fuentes, le ha permitido elaborar un estudio que atienda tanto las dinámicas locales y nacionales como las relaciones internacionales. Durante los primeros años de su investigación sobre la unión de Chiapas a México, Vázquez Olivera se centró en dilucidar aspectos específicos de la historia local chiapaneca, particularmente del proceso de reestructuración política de esa entidad después de haberse unido a México. Gracias a su participación en otros proyectos de investigación fue nutriendo su propia perspectiva y comenzó a considerar otros factores en su análisis, de tal forma que empezó a ver la anexión de Chiapas a México también como parte de la gestación de la frontera entre México y Centroamérica y, de esta manera, como “un problema básico de las relaciones internacionales latinoamericanas”.2

Es necesario señalar, como el mismo autor advierte, que los resultados de su investigación sobre el proceso chiapaneco ya habían sido expuestos en artículos publicados previamente a lo largo de varios años; sin embargo, es hasta la edición de este libro que se integran todos los temas ya mencionados, lo que hace que sea el estudio más completo sobre la anexión de Chiapas a México, y no sólo eso, sino del proceso de construcción de la frontera sur. De tal forma que este trabajo es al mismo tiempo una síntesis y una ampliación de sus trabajos anteriores.

En la escala local Vázquez Olivera subraya que la unión de Chiapas a México fue impulsada por la élite de Ciudad Real, hoy San Cristóbal de Las Casas, el más cohesionado de los grupos locales, como parte de un proyecto propio de hegemonía sobre la entidad que tuvo su génesis durante los últimos años del periodo colonial. Pero después de consumada la independencia y la caída del imperio mexicano el liderazgo de la élite de Ciudad Real fue puesto en duda.

El autor advierte que este desencuentro entre las élites chiapanecas puede explicarse en buena medida por la instalación de los nuevos ayuntamientos a finales del periodo colonial, que dotaron de un instrumento de expresión política a los distintos grupos de poder regionales que había en Chiapas, particularmente los de Comitán y Tuxtla. Éstos comenzaron a rivalizar con el predominio coleto.3 Además, permitió que otros grupos sociales irrumpieran en el espacio público, sobre todo en las cabeceras disidentes, en donde surgió una movilización ciudadana, a diferencia de Ciudad Real en donde se tuvo cuidado de restringir la participación popular.

A partir de este momento se daría un reacomodo interno de las fuerzas políticas en Chiapas que provocaría conflictos entre los grupos de poder de la entidad que se prolongarían a lo largo del siglo XIX. Conflictos que estarían marcados por los enfrentamientos entre los grupos políticos a nivel nacional, de tal forma que la llegada al ejecutivo federal de uno u otro provocaba también la caída o el ascenso de sus aliados en el ámbito estatal.

En cuanto a la escala nacional, el autor sostiene que en México surgió de forma temprana un interés estratégico por apoderarse de Centroamérica y, particularmente, del territorio chiapaneco. Desde el gobierno de Iturbide se vio la necesidad de extender el dominio de México a la antigua Audiencia de Guatemala. Esto obedecía a intereses de defensa estratégica del naciente imperio, además de proyectar la construcción de un canal en el istmo de Tehuantepec que facilitaría el comercio interoceánico permitiendo que México se convirtiera en una potencia en el continente.

El libro muestra cómo, después de la caída de Iturbide, se concluyó que apoderarse de Centroamérica no beneficiaría a México, sino a muy largo plazo, y esto sólo se lograría después de invertir muchos recursos. No obstante, era imprescindible para el Estado mexicano conservar la posesión de Chiapas para alargar la frontera sureste con el objetivo de proteger el istmo y el proyecto de una vía interoceánica, campaña que contó con el apoyo unánime de las autoridades mexicanas.

En este sentido, el autor subraya que en la historiografía mexicana sobre la anexión de Chiapas a México se ha defendido la idea de que la convergencia de los intereses del gobierno mexicano y de la élite coleta tuvo un carácter circunstancial. Se argumenta que México no tenía interés en la unión de Chiapas y sólo actuó por solicitud de los anexionistas chiapanecos. Sin embargo, Vázquez Olivera muestra que desde la capital del país se realizaron todos los esfuerzos necesarios para lograr la incorporación de Chiapas, que fueron desde disposiciones del Poder Ejecutivo y resoluciones del Congreso Constituyente hasta una campaña mediática en la prensa nacional, fuente de mucha importancia para esta investigación.

En el libro se analiza también cómo la cuestión de Chiapas y del Soconusco fue más allá de un asunto de política local y nacional para convertirse en motivo de controversia entre México y Centroamérica. Con el surgimiento de los nuevos Estados nacionales se desarrollaron, de forma muy temprana, intereses estratégicos que provocaron conflictos entre los nuevos países. En el caso de México estos intereses se expresaron con mayor claridad desde un principio gracias a un consenso entre la clase política nacional, a diferencia de Centroamérica, en donde la debilidad del gobierno federal impidió frenar las pretensiones mexicanas y de otros países sobre su territorio.

Centroamérica también buscó la unión de Chiapas con los pocos recursos que tenía, ya que su proyecto de constituir una república federal preveía preservar la integridad territorial del antiguo Reino de Guatemala.4 El interés de México por Chiapas fue interpretado como un acto hostil debido a que se consideró como un cuestionamiento de facto a su derecho a establecerse como país independiente. Sin embargo, los centroamericanos se vieron en desventaja contra México pues contaban con menos recursos y se hallaban más divididos, lo que les dificultó enfrentar el problema de mejor forma. Además de que tuvieron que hacer frente a otros problemas, como el intento de los ingleses por ampliar su territorio en Belice, los reclamos de Colombia por el litoral atlántico centroamericano, el temor de una reconquista de España y los conflictos entre las élites regionales, lo que finalmente provocaría el desmembramiento de la República Federal de Centro América.

En el libro se muestra cómo, a pesar de que la cuestión chiapaneca se convirtió en materia de disputa entre los gobiernos de México y Centroamérica, fueron las dinámicas locales las que determinaron al final de cuentas el rumbo de los acontecimientos. La recomposición de alianzas a nivel local rompió el equilibrio que existía en la entidad. Esto fue capitalizado por el ayuntamiento coleto, que modificó el mecanismo de votación, lo que favoreció a la facción mexicanistas, que formalizaría la unión de Chiapas a México el 14 de septiembre de 1824.

A pesar de esto, México y Centroamérica se mantuvieron en conflicto por el control del Soconusco, lo que los llevó al borde de la guerra. La disputa por este territorio llegó a convertirse en una cuestión de honor para el gobierno centroamericano, que finalizó con su ocupación por tropas mexicanas en 1842, facilitada por el desmembramiento de la República Federal de Centro América años atrás. Gracias a la diferencia de recursos económicos, políticos y militares México pudo consolidar la posesión de Chiapas y el Soconusco, en detrimento de una relación amistosa con Centroamérica. De tal forma que la mexicanización de Chiapas, clave en la gestación de la frontera, se convirtió en un elemento fundamental en las relaciones entre México y Centroamérica incluso en la actualidad.

En suma, el estudio de Mario Vázquez Olivera sobre la anexión de Chiapas a México nos permite comprender este hecho desde una perspectiva más amplia al tomar en cuenta las dinámicas locales, los intereses de Estado en la conformación de sus fronteras y los conflictos que esto ocasionó, dejando de lado las ataduras nacionalistas y el interés de justificar la anexión del lado mexicano o remarcar el sentimiento de despojo por parte de los guatemaltecos.

1Jan de Vos, El sentimiento chiapaneco; ensayo sobre la independencia de Chiapas y su agregación a México, Chiapas, Ediciones del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Chiapas, 1998.

2Vázquez, Chiapas mexicana, p. 21.

3Se denomina coletos a las personas originarias de San Cristóbal de Las Casas, en particular a los no indígenas.

4Después de la disolución del Imperio mexicano las provincias centroamericanas constituyeron la República Federal de Centro América, proyecto que comenzaría a desintegrarse en 1838, hasta su total disolución en 1840.

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