SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.71 issue3Sobre Antonio Ibarra, Álvaro Alcántara y Fernando Jumar (coords.), Actores sociales, redes de negocios y corporaciones en Hispanoamérica, siglos XVII-XIXSobre Águeda Venegas de la Torre, Los avatares de la administración de justicia en Zacatecas, 1812 a 1835 author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Historia mexicana

On-line version ISSN 2448-6531Print version ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.71 n.3 Ciudad de México Jan./Mar. 2022  Epub Dec 13, 2021

https://doi.org/10.24201/hm.v71i3.4006 

Reseñas

Sobre Iván Jaksic (ed. gral.), Historia política de Chile, 1810-2010, t. III. Problemas económicos

Marc Badia-Miró1 

1Universitat de Barcelona

Jaksic, Iván. Historia política de Chile, 1810-2010, t. III. Andrés Estefane y Claudio Robles (eds.), Problemas económicos. Santiago de Chile: Fondo de Cultura Económica, 2018. 444p. ISBN: 978-956-289-177-6.


El libro reseñado supone una notable síntesis de los principales problemas económicos de Chile en los últimos 200 años, tal y como los editores plantean en la introducción. En concreto, se señala que la voluntad del libro es convertirse en “un conjunto de aproximaciones globales a la economía política que explica dicha historia”. En mi opinión, el libro consigue ese propósito y se convierte en una referencia para todos aquellos que quieren adentrarse en los aspectos más relevantes de la historia económica chilena: el impacto económico de la independencia, la minería, el comercio, la industria, el sector agrario y la desigualdad, entre otros, son tratados de manera sucinta por los distintos autores, todas ellas, personas de referencia en sus campos.

Irigoin, en el capítulo sobre los aspectos económicos de la independencia chilena, matiza la visión tradicional que señala una fuerte inestabilidad política y económica posterior a la independencia, seguida de una rápida consolidación del estado, ligada a la orientación exterior de su economía. La autora cuestiona, a mi parecer de manera acertada, estos planteamientos. En primer lugar, indica que el contexto internacional de fines del siglo XVIII favoreció el surgimiento de un mercado doméstico y de un estado soberano. En segundo lugar, matiza la rápida transición institucional indicando la pervivencia de impuestos y legislaciones coloniales hasta el primer tercio del siglo XIX.

Sater nos habla de la minería como motor de la inserción de Chile en la economía mundial, y de su importancia como proveedora de recursos fiscales de una hacienda pública necesitada de ingresos. En ese sentido, se afirma que los ingresos provenientes de la minería frenan la modernización del sistema fiscal y mantienen una fuerte dependencia respecto a la minería. Por último, el autor describe de manera detallada los ciclos mineros, primero del cobre y de la plata, a mediados del siglo XIX, seguidos por los ciclos del salitre y del cobre.

Robles y Kay hablan de la transición al capitalismo agrario centrándose en la transición de la hacienda y de los grandes terratenientes hacia la economía de mercado. Frente a la visión que plantea el inmovilismo del sector agrario y la ausencia de modernización, al menos hasta la reforma agraria de 1964, los autores plantean una visión más dinámica donde la antigua hacienda transita hacia la economía capitalista de manera particular, como reacción a la demanda internacional: es la llamada “vía terrateniente”. Para ello los autores aportan evidencias y articulan un relato convincente a lo largo de todo el capítulo. La reforma agraria de 1960 supuso un primer quiebre en esa evolución, y las reformas neoliberales de la dictadura supusieron un segundo quiebre que transformó radicalmente la sociedad agraria.

Ortega repasa las políticas económicas de la industrialización desde fines del siglo XIX hasta 1970. En el capítulo se afirma que no hubo un proyecto industrializador sino hasta 1950, cuando se planteó un impulso industrializador que tuvo un corto recorrido, finalizando en la década de 1970. El autor sustenta esta hipótesis con la descripción de las políticas industriales implementadas por los sucesivos gobiernos, con la delegación que hizo el gobierno en la sofofa en los años iniciales del proceso, y con el freno que implicó la dictadura. Aunque la hipótesis queda contrastada, se echa en falta la inclusión de otros factores y cómo afectaron las políticas la integración de los mercados, tanto domésticos como internacionales, la evolución de la productividad en el medio largo plazo y la evolución de la formación.

Briones e Islas analizan el comercio chileno en perspectiva histórica, centrándose en las tensiones existentes entre las fuerzas que han favorecido el proteccionismo económico, tanto para garantizar ingresos fiscales, como para impulsar el desarrollo de determinados sectores internos, frente al librecambismo que impulsaría el crecimiento económico que favoreció la especialización productiva. Los autores plantean la existencia de dos periodos diferenciados: el primero desde la independencia hasta 1970, cuando predominaron, con más o menos intensidad, las fuerzas proteccionistas, frente al proceso de liberalización de la economía de las últimas décadas del siglo XX. En cuanto al resto del capítulo, aunque los autores hacen una descripción muy acertada de la evolución del comercio por productos y apuntan a la concentración de las exportaciones, no profundizan en los cambios estructurales que se producen ni tampoco entran en los debates existentes: cambios en el destino de las exportaciones, colapso del comercio regional antes de la Guerra del Pacífico, impacto de las guerras mundiales y reorientación industrial con la isi. Por último, una aportación muy relevante de este capítulo es la discusión que hacen sobre las políticas comerciales durante los dos últimos siglos.

Agostini e Islas escriben el primero de los capítulos que se centra en el estudio de la desigualdad y en sus determinantes, tema central en la historiografía chilena. Su enfoque se focaliza en las características del impuesto al ingreso y cómo han intervenido los grupos de presión en su definición. La motivación que hay detrás de ese enfoque es que, en Chile, ese impuesto tiene un peso mucho menor que en los países desarrollados, donde la desigualdad es menor. El capítulo está muy bien articulado y hace un repaso exhaustivo a la evolución de la normativa, de la gestación de esa normativa y del impacto que tiene sobre la evolución del ingreso. Se concluye, de manera muy acertada, que el impuesto de la renta siempre ha sido secundario para el sistema tributario chileno, y sólo ha tomado relevancia cuando ha habido necesidades imperiosas de recaudación. En ningún caso, el impuesto sobre el ingreso se ha considerado como una herramienta para reducir la desigualdad.

Durán escribe de nuevo sobre la desigualdad, aunque en este caso la relaciona con la evolución de los salarios. A mi entender, el capítulo consigue entrelazar de manera efectiva ambos argumentos, aunque considero que la introducción metodológica es excesiva. A grandes rasgos se afirma que la desigualdad ha permanecido constante en el largo plazo (tanto si se analizan índices de desigualdad como si se observan top incomes), con periodos de reducción de esta ligados a la mejora de los salarios. Se echa en falta un análisis más detallado, aunque el autor no se adentra en el estudio pormenorizado de los determinantes últimos y sólo desarrolla la visión que se tiene de la desigualdad en cada periodo.

French Davis hace un análisis crítico de las políticas macroeconómicas y la evolución de las macromagnitudes en Chile desde 1950, momento en el que el país sufre un intenso proceso inflacionario. El autor analiza periodos con políticas macroeconómicas similares. Un primer apartado se centra en la economía de la democracia (19501973), las reformas neoliberales (1973-1989), el periodo de reformas contracíclicas y desarrollo (1990-1998) y un último periodo de retrocesos procíclicos ligados al ciclo del auge de los precios de las materias primas (1999-2013).

Guajardo introduce la evolución de las empresas públicas chilenas desde la independencia. La aproximación del autor es eminentemente cronológica y en ella se describe el periodo inicial, durante la expansión, la consolidación y, por el contrario, el desmantelamiento de esas empresas públicas. En todos los apartados se conectan los nexos existentes entre esa evolución y distintos proyectos ideológicos y políticos.

Gárate analiza un aspecto muy interesante para la evolución de la política económica chilena, el impacto de las misiones económicas internacionales. Éstas han ido apareciendo de manera recurrente, desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. Aunque podría parecer un tema secundario, creo que su aportación nos permite entender una parte significativa de los determinantes que explican algunas de las políticas económicas que se implementaron. Frente a la visión de Salazar, el autor defiende que buena parte de esas misiones condicionaron el acceso al mercado de capitales y al comercio exterior, por lo tanto, no se podrían entender únicamente como la incapacidad del país a la hora de definir políticas económicas propias, que fueran capaces de dar respuesta a los retos del desarrollo económico (desde las primeras visitas de Jean Gustave Courcelle-Seneuil hasta las visitas últimas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial). Además, el autor señala el cambio de tendencia acaecido desde 1980, momento en el que el país pasa de “importar” conocimiento económico a “exportar” capacidades, por el conocimiento que tienen a la hora de gestionar procesos de liberalización económica.

Y finalmente, Edwards profundiza, de manera brillante a mi entender, en la evolución de la historia del pensamiento económico en Chile desde fines del siglo XVIII hasta la actualidad, analizando también la evolución que han seguido los estudios en economía. El autor habla de cuatro periodos, uno desde el inicio hasta 1870, el segundo periodo hasta 1930, cuando aparecen trabajos que analizan aspectos sociales, un tercero donde el papel del estado asume mayor relevancia, y un último periodo en el que el autor habla de la evolución de los estudios de economía (hacia una mayor componente tecnocrática asociado a la creación de los estudios de ingeniería comercial, una particularidad del sistema educativo chileno).

En resumen, un libro imprescindible para aquellos interesados en la historia económica chilena.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons