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Historia mexicana

versión On-line ISSN 2448-6531versión impresa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.71 no.1 Ciudad de México jul./sep. 2021  Epub 02-Jul-2021

https://doi.org/10.24201/hm.v71i1.4309 

Revisión

¿Ventanas al Mundo? Las relaciones internacionales

Paolo Riguzzi1 

María Cecilia Zuleta1 

1El Colegio de México


Conocer y explicar de dónde venimos y los senderos por los que transitamos en Historia Mexicana es un ejercicio que enfrenta desafíos y paradojas, en particular por la aparente contradicción entre el encuadre nacional de la historia, sintetizado en el nombre propio de la revista, y la dimensión internacional. En este ensayo presentamos una reseña panorámica y a la vez analítica del campo de las relaciones internacionales a lo largo de los 70 años de publicación de la revista, con el propósito de trazar un balance de su evolución y de identificar los cambios más significativos de lo publicado en esta materia.1 Conscientes de que toda revista es parte de un macrotexto mucho más amplio, constituido en este caso por la bibliografía sobre historia de las relaciones internacionales de México -que se interseca con la de Estados Unidos y América Latina-, se tratará aquí de exponer contrastes y señalar afinidades y diferencias de lo publicado en Historia Mexicana respecto con ese campo mucho más amplio.

Al nacer bajo la impronta de tres procesos culturales convergentes -la construcción de una visión nacional de la historia, fruto de la profesionalización de la disciplina y la formación de una comunidad de historiadores; la denominada “estela cultural de la posrevolución”, y los orígenes de apertura internacional del proyecto académico de El Colegio de México y del Centro de Estudios Históricos-,2Historia Mexicana no quedó circunscrita a la historia nacional.3 Un simple examen revela ya en sus dos primeras décadas de vida la presencia de numerosos textos relativos a temáticas internacionales,4 pero la huella predominante en este ámbito correspondió a la historia diplomática, una de las disciplinas históricas más antiguas. Construir una visión de la historia nacional exigía interrogar a las fuerzas subyacentes a la posición y la política exterior de México, e indagar el papel de actores internacionales en el país desde la independencia. Estos retos encontraron cabida en Historia Mexicana, como era previsible dada su contemporaneidad con el gran proyecto Historia moderna de México. De tal suerte que la revista ha publicado más de 220 artículos en este campo de investigación hasta 2020: un acervo a todas luces significativo, que presenta un desafío para su examen y evaluación. Hasta ahora esta presencia historiográfica se ha tratado sólo tangencialmente, por lo que éste sería un primer análisis enfocado en esta área del conocimiento.5

Los 70 años de publicación que cubre este trabajo (1950-2020) coinciden con el curso de la segunda mitad de siglo XX, con la alborada del cambio secular y con sismos ideológicos, políticos, económicos y científicos de escala mundial. Cabría preguntarse cómo incidieron tan profundas mutaciones en la manera en que se han estudiado y explicado desde Historia Mexicana las relaciones internacionales. Por tratarse de un breve ensayo, no es posible profundizar aquí sobre la central cuestión de la sincronía entre las preocupaciones de cada tiempo presente y las investigaciones históricas publicadas. Pero cabe destacar que en la propia revista se han publicado investigaciones que interrogan el problema ofreciendo inspiradoras pistas.6

El corpus de artículos

A efectos de este ensayo, hemos integrado un corpus formado por artículos de investigación publicados en Historia Mexicana desde 1951 hasta 2020, sobre aspectos históricos de las relaciones internacionales, comprendidas éstas como acciones, decisiones, intercambios, negociaciones y conflictos de actores identificables e interconectados -estatales o privados, individuales o colectivos- dentro de un sistema internacional.7 Seleccionamos exclusivamente artículos donde los procesos y actores del ámbito internacional alcanzan una posición central, trascendiendo el marco estrictamente nacional.8 Esta selección no abarca, por lo tanto, textos en que los mecanismos y agentes de conexión internacional, si bien mencionados, son tratados tangencialmente, y que constituyen otro importante número.9

Estudiamos este acervo mediante un análisis agregado, de vertiente bibliométrica, distinguiendo dos agrupaciones dentro de esta historiografía, por su objeto y método de estudio.10 Una primera, “Diplomacia y política exterior” (en adelante DPE), abarca textos vertebrados alrededor de la acción exterior de los Estados y las funciones y atributos de actores estatales en un sentido amplio, excediendo al ámbito de los conductos diplomáticos formales: geopolítica (guerra, límites), control de los movimientos transfronterizos, todo tipo de gestiones internacionales. En este caso, nuestra categoría se acerca a lo que Olstein designa como nueva historia internacional, caracterizada por las “relaciones multidimensionales entre Estados-nación”.11

El segundo grupo, “Relaciones transnacionales” (en adelante RTN), comprende textos que arrojan luz sobre los nexos y prácticas de sociedades y actores no estatales -personas, grupos, empresas-, y su circulación e interrelación más allá de las fronteras, generando radios amplios de conexiones y transferencias, así como topografías diversas de interrelación entre México y otras sociedades, economías y comunidades políticas.12

Consideramos dos etapas en la evolución de la revista, una de 1951 a 1985, y otra de 1986 a 2020, para posibilitar una más precisa evaluación de sus tendencias principales. Mediante ello no sólo se escinde el corpus en dos periodos iguales, de 35 años, cada uno respaldado por un quantum representativo de textos, sino que además aprovecha su consonancia con las grandes inflexiones de los años ochenta a escala mundial: el eclipse del orden bipolar de la guerra Fría, la aceleración de los procesos de globalización, el resquebrajamiento de los paradigmas disciplinarios.13

El marco temporal del acervo inicia con los procesos de emancipación y reconocimiento de las nuevas naciones iberoamericanas dentro del concierto internacional, desde la segunda década del siglo XIX. Ello, no porque visualicemos a los Estados nacionales como ámbito exclusivo de las relaciones internacionales, ni como frontera analítica, sino para distinguir nuestro corpus de los textos inscritos dentro del orden imperial monárquico previo, o su desintegración. Las nuevas repúblicas a mediados del siglo XIX constituían más de la mitad de los Estados soberanos en el mundo; su participación en el sistema internacional mediante diversos actores y redes era creciente desde su independencia.14

Es a partir de la línea del tiempo histórico mundial como hemos periodizado nuestro acervo de trabajos, considerando -en lugar de los cortes cronológicos de la historia nacional- los cinco grandes ciclos de la historia mundial y de América Latina desde 1821 hasta tiempos recientes, como se explica en la sección de coordenadas temporales. Sistematizamos este acervo historiográfico con base en criterios geográficoespaciales comunes a los dos grupos de literatura, DPE y RTN. Como resultado de la valoración cualitativa, hemos incorporado también categorías de clasificación específicas a cada uno de estos dos cuerpos de literatura, lo que nos permitirá contrastarlos y resaltar sus particularidades intrínsecas. A continuación, desplegamos una visión de conjunto, seguida por un análisis detenido de las coordenadas espaciales y temporales de este acervo; al final, ensayamos un inventario de los principales cambios de esta historiografía, y su aporte al conocimiento histórico de las relaciones internacionales.

Una visión de conjunto

Los artículos publicados en Historia Mexicana sobre relaciones internacionales suman un total de 223. Como se ha mencionado en la introducción, identificamos dos subgrupos, “Diplomacia y política exterior” y “Relaciones Transnacionales”, cuya evolución por décadas y periodos más amplios buscamos evaluar aquí de forma panorámica y a la vez detallada.15 ¿Cuáles son los rasgos distintivos de cada subgrupo, sus patrones de concentración temporal y espacial, perspectivas teóricas y temas principales? ¿Qué nos dicen acerca del tipo de conocimiento y trayectorias historiográficas trazadas a lo largo de siete décadas? El punto de partida se establece en el cuadro 1, que expone la relevancia relativa de las relaciones internacionales en el espacio editorial de la revista.

Cuadro 1 Los artículos de relaciones internacionales en Historia Mexicana, 1951-2020 

Número de artículos (total)

Artículos de Diplomacia y política exterior *

Artículos de Relaciones transnacio- nales **

Suma

% sobre el total

1951-1960

156

21

14

35

22%

1961-1970

160

25

9

34

21%

1971-1980

174

16

9

25

14%

1981-1990

200

5

17

22

11%

1991-2000

200

16

22

38

19%

2001-2010

226

6

14

20

9%

2011-2020

264

12

37

49

19%

Total

1 380

101

122

223

16%

Fuente: Historia Mexicana, 1951-2020, base de datos, elaboración propia (HM-RI en adelante). *: a continuación, DPE; **: en adelante, RTN.

Vemos, como muestra el cuadro 1, que los estudios sobre temas internacionales representan 16% del total de lo publicado por Historia Mexicana en 70 años. Se constatan variaciones significativas y no lineales por décadas. Después de picos de 21-22% en las primeras dos décadas -evidencia del gran interés por el campo diplomático de los fundadores de la revista-, fluctúa en declive, con altibajos, hasta un valor mínimo de 9% en la primera década del siglo XXI, precisamente cuando se consolidaba en la academia internacional el interés por los procesos de globalización, dando nombre incluso a nuevas publicaciones periódicas. Se trata sólo de una muy moderada arritmia entre lo publicado en Historia Mexicana y las tendencias generales del conocimiento historiográfico: tanto entre 1991-2000, como desde 2011, los trabajos sobre temas internacionales alcanzaron nuevamente una mayor representación en el total (con 19 %), en congruencia con las tendencias historiográficas señaladas, mostrando el diálogo entablado por la revista en el proceso de generación de conocimiento histórico.16

Esta trayectoria de lo publicado refleja en Historia Mexicana los principales desplazamientos epistemológicos y metodológicos del estudio de las relaciones internacionales y de su historiografía, perceptibles en la fluctuación del peso de los dos subgrupos, DPE y RTN, dentro del total de artículos del campo. El primero predomina entre lo publicado de 1951 a 1985 (dos tercios del total, 64 trabajos de 106). Al contrario, en las décadas subsiguientes se verifica lo opuesto: las investigaciones cuyo objeto son procesos históricos más allá del encuadre estatal, la política exterior y las fronteras territoriales -nuestro subgrupo “transnacional”-, representan casi 70% de las contribuciones (80 artículos de 117). Este recorrido es simétrico con las tendencias generales de la historiografía internacionalista: una diversificación sustancial de intereses y objetos de estudio, un alejamiento progresivo de la historia diplomática concebida principalmente desde los intercambios de cancillerías y funcionarios en torno a conflictos y negociaciones, y la incorporación en su horizonte de una pluralidad de dimensiones y actores, vertebrados no tanto por el poder del Estado y las consideraciones políticoestratégicas, sino por las prácticas y las formas de las interacciones. El resultado ha sido una tendencia general a aminorar la centralidad de la acción estatal en la conformación de las relaciones internacionales, y al resquebrajamiento de los criterios espaciotemporales basados en las coordenadas y cánones de las historias políticas del Estado-nación. Estos desplazamientos se perciben claramente en el acervo de la revista.

Cabe destacar la presencia de una docena de trabajos que profundizan la tensión entre la denominación de la revista y sus contenidos internacionales, dejando en segundo plano la historia de México, o enfocándose en procesos de otras latitudes.17 Sólo a finales del siglo XX, con dos números temáticos en historia de las relaciones internacionales (1996 y 1997), Historia Mexicana se abrió a estudios en los que México no figuraba de manera prominente: sobre hispanoamericanismo, panamericanismo, y Estados Unidos en la antesala de la guerra de 1847.18 La apertura de la revista a contribuciones alejadas de la geografía mexicana se demoró hasta 2015, con un grupo de investigaciones sobre procesos globales y latinoamericanos: los alcances del llamado imperio informal decimonónico, en el modelo británico o estadounidense;19 las conexiones latinoamericanas en el debate subnacional y nacional del imperio y la nación en el mundo ibérico;20 las expediciones europeas y el reconocimiento biofísico y cartográfico de la Amazonia,21 y, finalmente, el tráfico esclavista transfronterizo, dentro de las áreas platense y del Pacífico sudamericano.22 Se trata de un desenvolvimiento enriquecedor para Historia Mexicana que, por constituir fecundos corredores de diálogo historiográfico, es deseable mantener y ahondar.

Las coordenadas espaciales y temporales

Tratándose de historia de las relaciones internacionales la pregunta clave es cómo se ha reflejado el mundo a través de las ventanas de Historia Mexicana. Para responderla consideramos la espacialidad de las investigaciones, en cuanto a la geografía de las relaciones estudiadas. En ambos subgrupos de literatura destacamos Estados Unidos, Europa, Centroamérica-Caribe, Sudamérica, “Otros” (resto del mundo).23 Dentro del grupo DPE se ha diferenciado también el espacio “Multilateral”, para distinguir el ámbito de los organismos internacionales o que involucran relaciones con más de dos países.24 Al lado, en el subgrupo “Trasnacionales”, se ha integrado una categoría adicional -como estrategia analítica exclusivamente instrumental- que denominamos “Entre espacios”.25 Comprende textos cuya espacialidad es elusiva, flexible, e incluso, fragmentada por definición, por resistir una clasificación constreñida al espacio de los Estados-nación, y conectar geografías y ámbitos de circulación a escala suprarregional o global.

Los resultados de la sistematización pueden verse, de forma panorámica, en el cuadro 2.

Cuadro 2 Distribución por áreas, DPE y RTN, 1951-2020. Porcentajes y posición 

1951-1985

Grupo y número de artículos (106)

1986-2020

Grupo y número de artículos (117)

1951-2020

Grupo y número de artículos (223)

Áreas y países

DPE/

64

RTN /

42

DPE/

37

RTN/

80

DEP/

101

RTN/

122

Estados Unidos

50% (1)

45% (1)

28% (2)

36% (1)

39% (1)

40% (1)

Europa

30% (2)

21% (2)

32% (1)

21% (3)

31% (2)

21% (3)

Centroamérica y Caribe

9% (3)

11% (4)

4%

9% (4)

3% (5)

Sudamérica

6% (4)

7% (5)

8% (5)

4%

7% (5)

5% (4)

Otros

2%

10% (4)

3%

4%

6%

Entre espacios

17% (3)

34% (2)

28% (2)

Multilateral

5% (5)

19% (3)

10% (3)

Nota: entre paréntesis se indica la posición de cada área en el total.

El cuadro permite visualizar algunas pautas significativas en la distribución por áreas y su representación fluctuante a lo largo del tiempo. En primer lugar, la centralidad de Estados Unidos en todo el acervo, con estudios sobre interacciones enmarcadas en la vecindad a lo largo de los siglos XIX y XX, en diversas esferas de relación: de las negociaciones diplomáticas a las relaciones comerciales y de negocios, de las conexiones fronterizas a los procesos migratorios, pasando por los intercambios de aventureros, militantes, intelectuales y científicos.

Un aspecto importante de diferenciación entre los dos grupos de literatura es el lugar que ocupa Europa. Mientras alcanza la segunda posición en DPE, en cambio, en RTN queda en tercer lugar. En ambos casos, tiene preeminencia España, seguida por Gran Bretaña, Francia y Alemania. La atención dedicada a las interacciones con América Latina es reducida en ambos grupos: el problema contencioso de la definición de la frontera con Guatemala en el siglo XIX, dinámicas transfronterizas (presente en DPE), flujos dentro del área del Caribe, y la guerra de 1898, por lo que atañe a Cuba. La reconstrucción de resonancias de acontecimientos mexicanos en Sudamérica (intervención francesa y revolución mexicana) está presente en ambos grupos; destaca un único trabajo que da seguimiento a las relaciones bilaterales entre México y Brasil durante el siglo XIX.26

Es sorpresiva la corta representación de los vínculos con el resto del mundo, en la categoría “Otros”, con una decena de trabajos: las relaciones oficiales con el Vaticano al comienzo de la vida independiente, y en ambos grupos, los flujos de comercio con Asia y la recepción de migrantes asiáticos en México en los siglos XIX y XX. Sólo tres estudios tratan sobre México y la Unión Soviética, todos bajo el signo de la falta de entendimiento: la visita de Maiakovski a México en 1925, la frustrada diplomacia comercial en los años sesenta y, de forma indirecta, el análisis -por un participante, el historiador M. Alperóvich- de la disputa ideológica del marxismo-leninismo soviético en torno a la interpretación de la revolución mexicana.27

El panorama se vuelve más dinámico y revelador al contrastar los dos periodos de la revista, lo que permite detectar desplazamientos significativos en la distribución por áreas de la literatura. En primer lugar, disminuye la atención a Estados Unidos que, entre el primero y el segundo periodo decae en ambos grupos (menos 22 puntos porcentuales en DPE y menos 9% en RTN). Esta reducción del peso de Estados Unidos en el acervo de Historia Mexicana evoluciona de manera diferente dentro de cada uno de los grupos. En DPE, la tendencia es más lineal y sencilla, se refleja por igual en el porcentaje y el número de artículos: va de 50% (33 artículos en el primer periodo) a 28% (12 en el segundo). En el grupo RTN, en contraste, debido a la duplicación del número de trabajos de este grupo transnacional desde 1986, porcentajes y números absolutos están disociados. Así, si bien en el segundo periodo el área Estados Unidos reduce su representación porcentual de 45 a 36% en el grupo RTN, los artículos siguen siendo más numerosos en términos absolutos dentro de este grupo. Ello impacta en la redistribución de la atención enfocada en otras áreas: en el grupo DPE, crece la representación de Europa (gracias al aumento de los trabajos sobre España); en RTN, a su vez, la disminución porcentual de los estudios sobre Estados Unidos converge con el incremento de trabajos comprendidos en “Entre espacios”, igualándose el peso de ambas áreas.

Esta tendencia se asocia, a nuestro entender, con dos procesos distintos y conectados. Uno, relativo a la comunidad científica internacional articulada por la revista: el marcado declive de la colaboración de autores procedentes del entorno académico estadounidense, sobre todo, desde fines de la década de 1970 (como se registra en la gráfica 1).28 Otro, vinculado a la notable mutación en los horizontes disciplinarios e historiográficos: la creciente diversificación de preguntas de investigación formuladas como problemas transnacionales, antes que inter-nacionales o bidireccionales.

Esto se manifiesta en nuevas pautas en la definición de la espacialidad después de 1986: estudios sobre las interacciones dentro del ámbito multilateral (las Conferencias Panamericanas, México en la Sociedad de Naciones, las Naciones Unidas, o incluso el Comité Olímpico Internacional), o que se enfocan en la dimensión transnacional de las interacciones con Estados Unidos, como los flujos demográficos y migratorios, de salida así como de retorno, los modelos de consumo, intercambios intelectuales y prácticas científicas. En esta línea, las interacciones transfronterizas alcanzan visibilidad dentro del grupo RTN, aunadas al creciente perfil sobresaliente del conjunto “Entre espacios”, al que nos referiremos más adelante.

Fuente: HM-RI. Contempla, del número total de autores del acervo internacional, su afiliación institucional por países, no su nacionalidad. Contabiliza individualmente autores participantes en coautorías.

Gráfica 1 Procedencia de autores, acervo internacional en Historia Mexicana (por décadas) 1951-2020  

Por último, vale la pena notar que las relaciones de tipo subnacional -protagonizadas por entidades federativas y sus agentes- no han sido objeto de atención significativa en nuestro acervo. Transversal a la clasificación por áreas, la esfera subnacional cuenta con apenas cinco contribuciones. Tres conciernen a las dinámicas fronterizas mexicano-estadounidenses, en coyunturas de emergencia político-militar: el proceso de integración de un espacio económico transfronterizo del norte de México y Texas durante la década de 1860; la opinión pública en Nuevo León ante la separación y guerra de Texas; el gobernador Cantú de Baja California durante la Revolución, su gestión de la frontera y los arreglos -en su mayoría ilegales- con los negocios californianos. Una notable e innovadora contribución teórica se presenta en un estudio que devela las coordenadas subnacionales -catalanas, vascas y gallegas- de las representaciones de la experiencia imperial hispanoamericana, en el debate autonómico, anclado por igual en el ámbito nacional (España) como transnacional.29

En lo que respecta al tratamiento de la temporalidad y sus coordenadas, los artículos del acervo muestran pautas de concentración reveladoras de los periodos de mayor interés. Tomamos como base una periodización de corte internacional, que distingue cuatro grandes etapas: 1) periodo postindependiente (1821-1867); 2) periodo de globalización liberal (1868-1913); 3) periodo de guerras mundiales y revoluciones (1914-1945); 4) periodo de guerra Fría (1947-1982).30 Añadimos una categoría, “Multiperiodo”, para designar textos que comprenden más de una época. Los resultados se exhiben en el cuadro 3.

Cuadro 3 Clasificación por etapas, DPE-RTN (porcentajes) 

Etapas

1951-1985

Grupo y número de artículos

1986-2020

Grupo y número de artículos

1951-2020

Grupo y número de artículos

DPE/64

RTN/41

DPE /37

RTN/81

DPE/101

RTN/122

Posindependencia

41%

32%

32%

21%

38%

25%

Globalización liberal

22%

32%

8%

26%

17%

28%

1914/ 45

28%

25%

32%

31%

30%

29%

Guerra Fría

2%

19%

10%

8%

6.5%

Multiperiodo

6%

12%

8%

12%

7%

10%

La distribución total de nuestro acervo se concentra en las tres primeras etapas. La guerra Fría representa una fracción aún pequeña en el total, aunque contribuciones recientes marcan una renovación importante en cuanto a enfoques y horizontes de debate: Loaeza, en lo que es un análisis paradigmático sobre los nexos entre política interna y relaciones exteriores, desmenuza el impacto del golpe guatemalteco de 1954 en la opinión pública y la política mexicana;31 Pettinà examina las poco conocidas relaciones mexicano-soviéticas en los años sesenta;32 Scheuzger replantea la historia de los sesenta globales y la contracultura en México y el mundo,33 y Crespo disecciona la relación entre el Partido Comunista Mexicano y el movimiento comunista internacional.34 En suma, la historiografía sobre la guerra Fría, si bien ha despuntado, aún no ha alcanzado mayor presencia en la revista: se trata de una discordancia -en el ritmo de publicación de nuevos contenidos- respecto a giros claros en la historiografía de las relaciones internacionales de México.35

La distribución por periodos expone más distancias que afinidades entre ambos grupos de literatura, RTN y DPE. En RTN los tres primeros periodos aglutinan más de 80% de los textos, concentrados sobre todo en la globalización liberal y el ciclo de guerras y revoluciones (1914-1945); en cambio, en el grupo DPE predominan la postindependencia y el ciclo 1914-1945, alcanzando menor representación la época de globalización liberal. Esta pauta del grupo DPE obedece al peso de la definición por temporalidades circunscritas, son investigaciones referidas a acontecimientos o procesos precisos. Ello quizá sea un reflejo, dentro de nuestro campo historiográfico, de claves temporales arraigadas en la historiografía política de México: la inserción en el sistema internacional tras la independencia (1821-1828); la separación de Texas y la guerra con Estados Unidos (1836-1847); la intervención francesa y el Segundo Imperio (1861-1867); el ciclo revolucionario de la década de 1910. Así, estos cuatro lapsos temporales concentran 55% de los artículos, una tendencia ausente del grupo transnacional, debido a su carácter descentrado respecto a las interacciones de Estados y gobiernos.

Detrás de esta divergencia en el perfil de distribución se trasluce, en realidad, un acercamiento diferente, si no es que alternativo, al nexo entre tiempo, experiencia y causalidad, estructurado en función del fundamento de procesos en los que coexisten la pluralidad de actores interdependientes, antes que de la magnitud política de los hechos (en palabras de Hausberger y Pani, el creciente resquebrajamiento de las cronologías).36 No es casual, en este sentido, que mientras las investigaciones del grupo DPE se definen predominantemente por temporalidades circunscritas-los estudios que abarcan un periodo de veinte o más años representan sólo 9% (nueve artículos)-, en contraste, en el grupo RTN, la proporción es mucho más elevada, de 25%, con 31 artículos.37

Así, nos parece revelador que el grupo RTN exponga una discordancia respecto a esta pauta de concentración: tan sólo 28% de los artículos se asocia a las cuatro coyunturas históricas mencionadas. Desde este ángulo, es de subrayarse la significación del conjunto “Entre espacios” dentro del grupo RTN, al poner de manifiesto estas pulsaciones y desplazamientos metodológicos: mutaciones en la conceptualización de los objetos de estudio, resultado del creciente abandono de las teorías y marcos estructuralistas de análisis, que tendían a jerarquizar tiempo y espacio mediante etapas rígidas y oposiciones binarias. Ello nos conduce al terreno de las fronteras del conocimiento presente en lo publicado en Historia Mexicana, tema que requiere un análisis más amplio y profundo. A continuación, plantearemos unos sucintos comentarios acerca de lo que consideramos un botón de muestra de los desarrollos más novedosos.

Nuevas fronteras y enfoques historiográficos

Un ámbito privilegiado para observar varias de las pistas y tendencias en el acervo de DPE en Historia Mexicana es el de las relaciones multilaterales, con base en los trabajos reunidos en dicha categoría. Se distinguen tres vertientes, que tienden a alinearse en términos cronológicos. La primera se fincó esencialmente en la geografía de la presencia diplomática mexicana en el exterior, y sus vaivenes ligados a la guerra de independencia, la Intervención francesa y los conflictos de la Revolución.38 Se trata de un aspecto que técnicamente no es multilateral, sino ligado a la representación oficial y al intercambio diplomático del Estado mexicano en escala internacional.

Una segunda vertiente, más específica, se volcó al análisis de las conferencias panamericanas, el multilateralismo regional que arrancó, con debilidad, a finales de siglo XIX. El acercamiento es de tipo externo, basado, por lo general, en la revisión de las actas de las reuniones, es decir, el registro oficial de la interlocución, sin un examen desde adentro de las fuerzas que operaban en este espacio.39

La tercera vertiente, que es mucho más reciente, aporta una versión de gran amplitud e intensidad multilateral, por medio del análisis de tres cuestiones: la marginación y el tardío ingreso de México a la ginebrina Sociedad de Naciones, durante los años veinte; el proceso que llevó al Comité Olímpico Internacional a escoger la ciudad de México como sede de las Olimpiadas de 1968; y el impacto de la adhesión mexicana, en 1975, a la moción de los países árabes y del bloque soviético, para estipular la equivalencia entre sionismo y racismo, visto desde la óptica de las relaciones con Estados Unidos, las organizaciones judías estadounidenses e Israel.40 Pese a las diferencias entre ellos, los tres casos tienen un perfil común de fuerte articulación conceptual, capaz de identificar la interacción de múltiples actores y mecanismos; la utilización de un extraordinario abanico de fuentes primarias, de naturaleza realmente multilateral; y un diálogo muy estrecho y pertinente con la historiografía internacional. No es de menor importancia el hecho de que la dimensión multilateral que emerge de estos trabajos apunta con claridad a la indeterminación de los resultados de las interacciones, cuyos derroteros se construyen de forma contingente, tejida de información limitada y consecuencias imprevistas, y sustraídos a la acción de fuerzas impersonales de presunta naturaleza estructural.

En el área transnacional Historia Mexicana se ha posicionado en un corredor que expone dramáticos desplazamientos. Las investigaciones se ocupan crecientemente de tejidos de relaciones, de entrelazamientos en diferentes espacios y en temporalidades que ya no responden a la cronología canónica de la vida política nacional. Se trata de nuevos rumbos y horizontes de análisis.41

Claros componentes de innovación en temas, método, enfoque y definición heurística se plasman en el conjunto que hemos denominado “Entre espacios”, que cobra dinamismo después de 1985 (casi una “galaxia” de textos), representando así una tendencia innovadora dentro de la historiografía transnacional. Este conjunto de textos se vertebra alrededor de cinco nudos histórico-temáticos, en los que, como veremos, convergen interacciones pluridimensionales que reflejan, a su vez, transiciones teóricas y metodológicas. Dos contribuyen a la esfera de las interacciones económicas: uno, al debate sobre el imperio informal;42 el otro pone de manifiesto las redes y circuitos comerciales que conectan espacios y actores en diversas geografías y escalas (recientemente, con las significativas contribuciones de Bonialian, Pretel, Kuntz).43 Los otros dos nudos temáticos del grupo “Entre espacios” reflejan a cabalidad no sólo la expansión del horizonte geográfico de las investigaciones, sino además la fecundación de la historia internacional por la nueva historia cultural, influida por los llamados giros -lingüístico, crítico y poscolonial-. El nudo temático guerra del 98 refleja claramente este desplazamiento: junto con reacomodos políticos e imperiales, en él convergen desplazamientos identitarios y raciales sincrónicos (un clarísimo botón de muestra en Rojas).44 El nudo Redes ideológicas, intelectuales y culturales, uno de los de mayor presencia entre lo publicado desde 1986, se revela extremadamente fértil al develar aspectos intangibles de dinámicas sociales, la circulación de ideas, redes y juegos de información, y todo el universo de instrumentos de comunicación simbólica y artística. En esta línea, Tenorio interroga las interacciones y desencuentros de dos organizaciones académicas, los comités de historiadores estadounidenses y mexicanos, en pos de un foro de discusión binacional;45 Palacios desmenuza los intereses y complejidades transnacionales en la formación del campo científico de la arqueología maya;46 Hausberger reconstruye el universo de representaciones en torno a la película estadounidense Viva Villa;47 Rina Simón reexamina con nuevas claves los imaginarios ibéricos del imperio;48 y tanto Goebel como Crespo plantean una redefinición de la historia de las izquierdas, el comunismo y sus redes.49 Junto con estas investigaciones, concurren también: Scheuzger, quien deslinda las aristas conceptuales inherentes a los sesenta globales y la contracultura, y Pita, renovando la comprensión del intelectual en la diplomacia cultural de entreguerras.50

Por último, en el nudo temático Comunidades, inmigrantes, exilio y extranjería en México, con las contribuciones de Yankelevich, Gleizer y Katz,51 resuena con claridad un debate historiográfico polifónico de voces y espacios, que detona otra frontera del conocimiento y enriquece la explicación de la diferencia, la identidad y la ciudadanía de los otros en México.

Referencias

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Olstein, Diego, Pensar la historia globalmente, México, Fondo de Cultura Económica, 2019. [ Links ]

Riguzzi, Paolo y María Cecilia Zuleta, “Las relaciones internacionales de México, 1898-1948. Memoria y balance: un análisis historiográfico”, en L’Ordinaire Latinoamericaine (ene.-abr. 2006), pp. 57-92. [ Links ]

Rojas, Rafael, Las repúblicas del aire. Utopía y desencanto en la revolución en Hispanoamérica, Madrid, Taurus, 2009. [ Links ]

Spenser, Daniela (coord.), Los espejos de la Guerra Fría: México, América Central y el Caribe, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Porrúa, 2004. [ Links ]

Zermeño, Guillermo, “La historia como una profesión académica: los inicios”, en Otros Diálogos de El Colegio de México, octubre 2020, https://otrosdialogos.colmex.mx/la-historia-como-una-profesion-academica-los-inicios. [ Links ]

1Agradecemos el apoyo brindado por Julieta Falcón Salgado.

2Véanse Miño Grijalva, “Historia” (161), 1991, pp. 27-28; Vázquez, “Historia” (161), 1991, pp. 15-17; Alberro, “El primer” (200), 2001, pp. 643-644; Mazín, “Historia”, p. 276; Zermeño, “La historia”.

3Es de notar que Historia Mexicana nació apenas seis años después del fin de la segunda guerra mundial, en plena guerra de Corea.

4El catálogo digital y la página electrónica propia de Historia Mexicana datan de 2007; en 2009 se incorporó al repositorio Jstore. Véase Mazín, “Historia”, 2013.

5En 1966, en ocasión de sus 15 años, se analizó la presencia de subdisciplinas en la revista. Para historia diplomática sólo se presentó una bibliografía, a cargo de Berta Ulloa. No detectamos posteriormente una evaluación de temas internacionales hasta la celebración de sus 50 años, a propósito de otra publicación hermana; véase J. Meyer, “Istor” (200), 2001, pp. 995-1002. Se expuso entonces que 12 % del total de los trabajos entre 1976 y 1991 contemplaron las relaciones internacionales; Miño, “Historia” (161), 1991, p. 31.

6Tenorio, “Escritura de la historia” (184), 1997, pp. 889-925.

7En los años cincuenta la revista ubicó algunos artículos de investigación dentro de la sección Testimonios, que hemos incorporado a nuestro corpus (11 artículos). Excluimos las contribuciones de naturaleza documental, generalmente en la sección Archivo.

8Por razones de espacio, no es posible citar los artículos de este corpus de forma completa ni incluirlos en la bibliografía. De manera que identificaremos los trabajos mencionados en notas a pie, o mediante el apellido del autor, remitiendo a los lectores a la página web de la revista, https://historiamexicana.colmex.mx/index.php/RHM, donde se encuentran el índice y el buscador.

9Que por su gran número y variedad no podemos referir aquí. No hemos incluido los ejercicios de historia comparada entre dos o más realidades situadas en países diversos, o investigaciones sobre el estatus jurídico de extranjeros en México, y más en general, las que se adscriben con mayor pertinencia a otros campos: la biografía histórica, la historia social, la historia intelectual, política, económica, o del derecho.

10Se trata, obviamente, de agrupaciones interpretativas, no normativas, funcionales al mapeo de la literatura.

11 Olstein, “Pensar”, 2019, pp. 50-52. Es de notar que, a diferencia de Olstein, hemos tomado en cuenta en esta primera categoría al ámbito de los organismos internacionales, que él considera como parte de la dimensión de la “historia transnacional”. Desde nuestro punto de vista, los organismos internacionales interactúan principalmente con actores estatales.

12Véase la iluminadora discusión de lo “transnacional” en Manela, “International”.

13Sobre la crisis de los paradigmas del saber histórico y los grandes virajes véase Noiriel, Sur la “crise”, pp. 7-47, 123 y ss. Acerca de la pertinencia de un análisis de la historiografía internacional sobre México con el punto de arranque en la segunda mitad de la década de 1980, Riguzzi y Zuleta, “Las relaciones”.

14 Carmagnani, El otro, 2004, p. 194; Rojas, Las repúblicas, pp. 47 y ss.

15El significado de la división en décadas es relativo. La presencia de dos números temáticos internacionales, en 1996 y 1997, incide en el cómputo de artículos de esa década, por ejemplo.

16Por lo que atañe a la relación de género, en este acervo hay un predominio de autorías masculinas, aunque también una evolución clara: mientras en las dos primeras décadas de la revista los artículos de mujeres alcanzaron 14% del total, desde los años noventa su participación crece de forma notable: 38% en 1991-2001 y 40% en 2011-2020. Es de notar que esto no ha conllevado una presencia de trabajos sobre la participación de mujeres en los diferentes ámbitos de las relaciones internacionales.

17No hemos tomado en cuenta los artículos dedicados a otras historias nacionales publicados en la revista desde 2011, que abonan a su carácter internacional pero no contemplan la esfera de las relaciones internacionales.

18Marichal y Náter, “Una mirada” (180), 1996, pp. 699-704; Vázquez, “A ciento cincuenta años” (186), 1997 pp. 257-259; Náter, “En busca de reconocimiento” (180), 1996, pp. 705-735; Maya Sotomayor, “Estados Unidos” (180), 1996, pp. 759-781; Johannsen, “La joven América” (186), 1997, pp. 261-284.

19Garner, “El “Imperio informal”” (258), 2015, pp. 540-559; Sexton, “William H. Seward” (269), 2018, pp. 285-312.

20Núñez Seixas, “Negar o reescribir” (265), 2017, pp. 401-458; Rina Simón “Proyección exterior” (268), 2018, pp. 1597-1631.

21Costa, “Ver y no publicar” (266), 2017, pp. 819-858.

22Grinberg, “Emancipación” (274), 2019, pp. 693-742; Echeverri, “Esclavitud” (274), 2019, pp. 627-692.

23Europa no incluye a Rusia ni a la URSS.

24En el grupo DPE topamos con la dificultad ligada a la existencia de una serie de trabajos de naturaleza triangular, que abarcan de forma explícita las relaciones de México y otros dos países, en particular con la dupla gran Bretaña-Estados Unidos. El ajuste adoptado para estos casos ha sido considerar a los artículos como divididos a la mitad, para fines de clasificación.

25Con esta denominación retomamos el debate teórico y metodológico publicado en la propia revista. Véase Rinke y Hausberger, “Presentación” (248), 2013; Hausberger y Pani, “Historia” (269), 2018.

26Palacios, “De imperios y repúblicas” (203), 2002, pp. 559-618.

27Richardson, “Maiakovski en México” (116), 1980, pp. 623-639; Pettinà, “¡Bienvenido Mr. Mikoyán!” (262), 2016, pp. 793-852; Alperóvich, “La revolución mexicana” (176), 1995, pp. 677-690.

28En correspondencia con la consolidación y competitividad en el medio académico y editorial de las revistas científicas anglosajonas.

29Cerutti y González Quiroga, “guerra y comercio” (158), 1990, pp. 217-297; González Quiroga, “Nuevo León” (222), 2006, pp. 427-470; Werne, “Esteban Cantú” (117), 1980, pp. 1-32; Núñez Seixas, “Negar o reescribir” (265), 2017, pp. 401-458.

30El periodo de globalización neoliberal, a partir de los años ochenta del siglo pasado, idealmente debería cubrirse aquí, sin embargo, Historia Mexicana no publicó estudios que lo abarcaran.

31Loaeza, “La fractura mexicana” (262), 2016, pp. 725-791.

32Pettinà, “¡Bienvenido Mr. Mikoyán!” (262), 2016, pp. 793-852.

33Scheuzger, “La historia contemporánea” (269), 2018, pp. 313-358.

34Crespo, “El comunismo mexicano” (262), 2016, pp. 653-726.

35Por ejemplo, Spenser, Los espejos, se publicó en español en 2004.

36Hausberger y Pani, “Presentación” (269), 2018.

37Es de notar que prácticamente todos los trabajos realizan un análisis secuencial de los procesos históricos. La única excepción es Muñoz, “Dos cónsules” (194), 1999, que de forma original contrasta las visiones de dos cónsules de México en La Habana, en 1847 y 1898.

38Álvarez, “Los primeros contactos diplomáticos” (9), 1953, pp. 87-101; Cosío Villegas, “La doctrina Juárez” (44), 1962, pp. 527-545; Rojas Garcidueñas, “Don Victoriano Salado Álvarez” (68), 1968, pp. 569-586; Rosenzweig, “Los diplomáticos mexicanos” (244), 2012, pp. 1461-1523.

39Kaiser, “J. W. Foster” (25), 1957, pp. 60-79; King, “Propuesta mexicana” (151), 1989, pp. 497-523; Maya Sotomayor, “Estados Unidos” (180), 1996, pp. 759-781.

40Herrera León, “México y la Sociedad de Naciones” (276), 2020, pp. 1647-1680; Rodríguez Kuri, “Ganar la sede” (253), 2014, pp. 243-289; Katz Gugenheim, “El boicot turístico” (262), 2016, pp. 555-644.

41No nos referiremos aquí a los debates epistemológicos y metodológicos acerca del llamado giro global, por exceder las posibilidades de este ensayo.

42Mayo, “Imperialismo” (160), 1991, pp. 673-696; Riguzzi, “México, Estados Unidos y gran Bretaña” (163), 1992, pp. 365-436; Garner, “El ‘imperio informal’” (258), 2015, pp. 541-559; Sexton, “William H. Seward” (269), 2018, pp. 285-312.

43Bonialian, “México” (265), 2017, pp. 61-123; Pretel, “Reacciones en cadena” (277), 2020, pp. 259-311; Kuntz, “El comercio de México” (278), 2020, pp. 685-739.

44Rojas, “Retóricas de la raza” (196), 2000, pp. 593-629.

45Tenorio, “Escritura de la historia” (184), 1997, pp. 889-925.

46Palacios, “Los Bostonians” (245), 2012, pp. 105-193.

47Hausberger, “¡Viva Villa!” (248), 2013, pp. 1497-1550.

48Rina Simón, “Proyección exterior” (268), 2018, pp. 1597-1631.

49Goebel, “Una biografía entre espacios” (248), 2013, pp. 1459-1495 y Crespo (262), 2016, pp. 653-723.

50Scheuzger, “La historia contemporánea” (269), 2018, pp. 313-358 y Pita, “La Colección” (272), 2019, pp. 1697-1742.

51Yankelevich, “Extranjeros indeseables en México” (211), 2004, pp. 693-744 y “Mexicanos por naturalización” (256), 2015, pp. 1729-1805; Gleizer, “De la apertura al cierre de puertas” (238), 2010, pp. 1175-1227; Katz gugenheim, “Las relaciones” (246), 2012, pp. 795-858.

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