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Historia mexicana

On-line version ISSN 2448-6531Print version ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.71 n.1 Ciudad de México Jul./Sep. 2021  Epub July 02, 2021

https://doi.org/10.24201/hm.v71i1.4306 

Revisión

La historia económica

Sandra Kuntz Ficker1 

1El Colegio de México


En su ensayo conmemorativo de los primeros 50 años de Historia Mexicana (HM), Solange Alberro mencionaba algunos rasgos, de forma y fondo, que hasta entonces habían caracterizado a nuestra revista y que lo siguen haciendo: el de ser un espacio abierto a novatos y consagrados, el de publicar cuatro números por año en un formato austero de portada (“entre gris y azul”) y tipografía que la hacen plenamente reconocible.1 Rescataría otros dos. El primero, la gran cantidad de reseñas que en cada edición publica HM y que la han convertido en uno de los espacios más importantes para la difusión de la historia a nivel internacional.2 Y el otro, relevante para lo que nos concierne: aunque es una publicación “generalista” (aun si principalmente centrada en México),3 a lo largo de su trayectoria HM ha acogido gran cantidad de artículos de historia económica, mucho más que otras revistas dedicadas a la historia. Si se considera la cantidad de campos en que se puede dividir esta disciplina (política, social, cultural, intelectual, diplomática, etc.), uno diría que la historia económica ha tenido un lugar privilegiado en nuestra revista. No podemos más que celebrar que así sea, porque durante muchos años en los que no existieron en México publicaciones de la especialidad, Historia Mexicana fue un vehículo indispensable para dar cauce a las investigaciones que se desarrollaron en ese ámbito.

Naturalmente, cualquier intento de clasificación de las disciplinas históricas depende de los criterios que se adopten para hacerla. En este caso, depende de qué entendemos por historia económica, o de si decidimos adoptar un criterio estrecho o uno laxo. Incluso si consideramos que historia económica es aquella que se refiere, con mirada retrospectiva, a algún aspecto de la economía [la producción, la circulación, los mercados, los sectores de la actividad económica (agricultura, industria, servicios)] y a las ramas dentro de estos sectores, ¿deberíamos pensar que cualquier trabajo que habla de alguno de esos temas pertenece a la historia económica? Me parece que no. Para poner un ejemplo que me resulta familiar, el estudio de los ferrocarriles puede emprenderse desde muy variadas perspectivas, que van desde la mera reconstrucción de hechos (cómo y cuándo se tendieron las líneas) hasta la cultural, pasando por la social/laboral, y, por supuesto, la política. Lo mismo puede decirse de cualquier otro aspecto de la vida económica: por muy “económico” que sea el fenómeno en sí, puede abordarse desde perspectivas que no pertenecen en sentido estricto a la historia económica. De hecho, existe una imbricación más que incidental entre ciertos aspectos sociales y económicos, como cuando se estudian relaciones laborales, redes empresariales, etc. Lo mismo puede decirse de las políticas públicas (comercial, industrial, agraria) o de los estudios regionales, que generalmente tienen una dimensión económica. Los ensayos sobre pensamiento económico pueden considerarse parte de un cauce más amplio, el de la historia intelectual. Como es posible que otros ensayos de este volumen abarquen esas y otras franjas del vasto territorio de las ciencias sociales, y a menos que considere que la perspectiva de historia económica aparece en ellas de manera preponderante, procuraré dejarlas fuera de esta relación. Asumo, por supuesto, que, como es natural, haya un margen de discrepancia dentro de lo que cada uno considera parte de la especialidad, y que una delimitación estricta del campo puede conducir a cierta subestimación de quienes lo habitan.4 Es bajo estos criterios y salvedades que ofrezco aquí un inventario posible de la presencia de la historia económica en HM. Finalmente, dado el gran número de trabajos de historia económica que a lo largo de las décadas ha encontrado cauce en la revista, ésta constituye (parafraseando a Garciadiego)5 una ventana a la historiografía económica de México en los últimos 70 años. Sugiere las etapas de su evolución, revela el surgimiento de subdisciplinas y enfoques, y acaso delata temas y motivaciones subyacentes. Esta clave de lectura orienta el recuento que ofrezco a continuación.

Empiezo por retomar la constatación de que HM ha sido cauce de numerosos trabajos de historia económica (véase la gráfica 1). Cabe mencionar que no siempre fue así. En los primeros nueve años de su existencia (entre 1951 y 1959), HM publicó apenas unos cuantos artículos de la especialidad, aunque casi todos llegaron a ser clásicos de la disciplina. Destaca, en su primer volumen, el texto de François Chevalier en el que el historiador francés retomaba parte del argumento de su famoso libro y evocaba las reminiscencias medievales del marquesado del Valle. A esa década pertenecen también los trabajos pioneros de Manuel Carrera Stampa sobre la Nao de China y las ferias novohispanas; el de David Pletcher sobre las inversiones estadounidenses en México en la época que el autor calificó como “el prólogo al imperialismo económico” de ese país; el abrebocas al libro todavía insuperado de Potash sobre el Banco de Avío, o el todavía muy utilizado trabajo de McMaster sobre el peso mexicano en Asia.6 dos trabajos de historia agraria completan la lista: “El agrarismo liberal”, de Luis González, y el de González Navarro sobre los esfuerzos de desamortización de la propiedad agraria en Oaxaca, ambos publicados simbólicamente al cumplirse un siglo de las leyes que a nivel federal buscaron impulsar la individualización de la propiedad.7 Esto y dos reseñas sobre el recién publicado volumen de la Historia moderna de México correspondiente a la vida económica en la República Restaurada es todo lo que podemos encontrar en ese lapso dentro de la especialidad. No es poco, casi un artículo por año, pero nada que ver con el auge que viviría la disciplina en las páginas de la revista en los decenios siguientes.

Fuente: Historia Mexicana, passim.

Gráfica 1 Artículos de historia económica en Historia Mexicana, por década. De los años 1950 a 2010 

En el decenio 1960-1969, la presencia de la historia económica en HM dio un salto notable, pasando de apenas 8 a 21 artículos. La saga se inauguró con un trabajo canónico de Fernando Rosenzweig, que formaba parte de la magna investigación que en esos momentos se llevaba a cabo bajo la batuta de Cosío Villegas y en la que él mismo participó de forma protagónica.8 Asimismo, a punto de cumplir 50 años hizo sus pininos como historiador de la economía mexicana Jan Bazant, con un par de escritos sobre la industria textil en Puebla que, si bien se apartan un tanto de los que serían sus temas preferidos, quizá se explican por su cercanía con Luis Chávez Orozco.9 A los años sesenta pertenecen también un par de interesantes contribuciones de historiadores franceses: por un lado, el trabajo de historia comparada en el que Frédéric Mauro se ocupaba de las economías coloniales de México y Brasil; por otro, el ensayo pionero sobre los colorantes escrito por Jacques Heers, el medievalista fallecido en 2013.10 Mientras que en el primer lustro del decenio se publicaron apenas cinco artículos de historia económica, en el segundo vio la luz la friolera de 16 trabajos de este tipo. En un solo volumen de 1965 aparecieron tres artículos que compartían inequívocamente esa inspiración, a cargo, respectivamente, de Matesanz, Lida y Florescano, aunque solamente el último de estos autores seguiría cultivando este campo.11 De hecho, en el marco de la primera recopilación de ensayos sobre los principales ámbitos disciplinares que Historia Mexicana dio a la luz en dos volúmenes, Florescano escribió, junto con Alejandra Moreno Toscano, el texto sobre historia económica.12 Allí mismo publicó algunos años después un fragmento de su célebre libro sobre los precios del maíz en el último siglo colonial. No fue el único que entonces dio cauce a sus avances de investigación por medio de la revista. En 1969 David A. Brading dio a conocer allí un adelanto de lo que sería su famosa obra Mineros y comerciantes en el México borbónico.13

A ensanchar el espacio de la historia económica en HM contribuyó el hecho de que el número 67 se consagró a ella casi en su totalidad, con cinco de los seis artículos incluidos en él. Allí escribieron varios jóvenes miembros de una brillante generación de historiadores (Andrés Lira, Hira de Gortari, Guillermo Palacios o Bernardo García Martínez) que, según se informa en la “Advertencia”, fueron “animados” a tomar un curso sobre la materia y cuyos trabajos finales, previa asesoría de los docentes, desembocaron en esa publicación.14 Aunque se trata de una incursión afortunada, uno diría que el curso no despertó en ellos una vocación por la disciplina, ya que casi todos eligieron otras rutas. Uno que otro artículo sobre temas diversos completó este decenio en el que la historia económica alcanzó una presencia notable en HM.15

La aparición de subdisciplinas dentro de la especialidad ocurrió en la revista sólo de manera progresiva a lo largo de los años. Las primeras se dejan ver en el siguiente decenio (1970-1979), aun si antes se publicaron de manera ocasional artículos sobre temas relativos a ellas. uno de los primeros campos que se delinearon entonces fue el de la historia agraria, que hizo su presentación en los años cincuenta con dos trabajos ya mencionados en ocasión del centenario de las reformas desamortizadoras de los liberales, y que reapareció precisamente 10 años después, con tema y motivaciones afines, y exhibió un perfil claramente delineado en este decenio. Si a los trabajos de Florescano, Hamnett y Romero Frizzi sobre el periodo tardocolonial, los de González Navarro, Fraser y Knowlton acerca de la desamortización, y los estudios sobre haciendas que abarcaban periodos diversos, sumamos los de tema específicamente agrícola (a cargo de Brading y Coatsworth), abarcaremos más de la mitad de todas las contribuciones de este decenio.16 Más de una quinta parte adicional la conformaron estudios sobre fiscalidad, entre los que se cuentan el de Richard Garner sobre la real caja de zacatecas en el siglo XVIII y el de Rodolfo Pastor, que en cierta forma inauguró una serie de investigaciones que tomaban como fuente la alcabala.17 Solamente 4 de 18 trabajos de historia económica publicados entonces se dedicaron a temas distintos a los mencionados: dos relativos al algodón (de Keremitsis y Schoonover), uno, de Mark Wasserman, sobre la oligarquía porfirista en Chihuahua, y uno más, a cargo de Stein y Hunt, que recapitula el desarrollo de la historia económica en América Latina.18

En los años ochenta, además de la continuidad en la presencia de la historia agraria (de la que identifiqué al menos ocho contribuciones),19 destacó dentro de HM la historia financiera. Más que por el número de artículos, lo hizo porque, a partir de entonces, junto a los temas ya frecuentes relacionados con las finanzas públicas, se desplegaron trabajos sobre finanzas privadas e internacionales. Así, además del trabajo seminal de Herbert Klein sobre las finanzas novohispanas y el de Estela Zavala sobre las de la Revolución, aparecieron temas relacionados con el crédito en la Nueva España (a cargo de Wobeser) y los préstamos ingleses (por parte de Platt).20 Por cierto, el artículo de Klein se puede inscribir en el marco de una serie de estudios que imprimieron un toque novedoso al conjunto que nos ocupa, consistente en relacionar investigaciones sobre temas específicos con una visión más general sobre la economía mexicana en el periodo de estudio. Es el caso del texto de Assadourian sobre la despoblación del siglo XVI y la formación de las economías coloniales, así como el de Chiaramonte sobre la recuperación demográfica y la “larga depresión” del siglo XVII; del de Garavaglia y Grosso sobre la región Puebla/Tlaxcala, o el de Romero Frizzi sobre la Mixteca Alta.21

Por otra parte, en el decenio de los ochenta se inauguró en la revista una línea de investigaciones acerca de lo que grosso modo llamaríamos relaciones económicas internacionales, que abarca tanto finanzas (con el artículo de Platt recién mencionado) como inversiones extranjeras y comercio exterior. En este contenedor entran sin dificultad los trabajos de Garner y Jiménez Codinach sobre exportaciones de plata entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, así como los que abordaban temas de inversiones extranjeras a fines del siglo XIX desde una perspectiva de imperialismo informal.22 Completan el decenio tres trabajos de Manuel Miño sobre la industria textil en las últimas décadas del periodo colonial, un artículo de Hall y Coerver sobre minas y frontera durante la Revolución y un ensayo de Potash que recoge los -en su opinión- escasos avances que hasta entonces se habían producido en la historia económica de la república temprana.23

La consolidación de un campo de historia financiera en HM se produjo en el siguiente decenio (1990-1999), que se inauguró con un número totalmente dedicado a la especialidad. En la “Presentación” de este número, Carlos Marichal planteaba un interrogante que ha permeado la historiografía a partir de entonces, a saber, hasta qué punto la unidad de análisis más apropiada para comprender el proceso de formación de los Estados nacionales es la nación, frente a realidades subnacionales (y, cabría agregar, supranacionales) que ofrecen un mejor ángulo de observación o mayor profundidad analítica.24 A los siete artículos que aparecieron en esa entrega se sumaron en los noventa tres más sobre banca, a cargo, respectivamente, de Leonor Ludlow, Carlos Marichal y Emilio Zebadúa, así como una recapitulación de la historiografía fiscal colonial, escrita por Herbert Klein, para dar un total de 11 artículos sobre temas financieros, entendidos éstos en sentido amplio.25 La historia agraria siguió dando de qué hablar con siete artículos publicados: tres sobre ejidos y desamortización, dos sobre haciendas, uno más sobre cuestiones agrícolas y un estado de la cuestión a cargo de John Tutino.26 Otros temas recurrentes fueron la minería (con cuatro trabajos, dos de los cuales se ocupaban del aprovisionamiento de insumos),27 la industria (con tres artículos),28 y la relación entre demografía y economía (con dos).29 Como ya era habitual para este momento, se publicaron tres ensayos sobre temas de crecimiento y desarrollo económico.30

Dos novedades notables caracterizan la producción de este decenio. La más conspicua es el estudio del comercio y los mercados desde perspectivas diversas: el trasiego en torno al río Bravo en un contexto de guerra interna e internacional (Cerutti); mercados coloniales (Ibarra y Gálvez, Kuethe, así como el debate entre Antonio Ibarra y Ruggiero Romano), o la contribución de los ferrocarriles a la integración del mercado interno (Kuntz Ficker). En total seis artículos, que llegan hasta nueve si consideramos en este grupo los que abordan temas de comercio internacional (Rodríguez Centeno) o, en un sentido más amplio, de relaciones económicas internacionales (Mayo y Riguzzi).31 La otra novedad tiene que ver con el arranque de investigaciones sobre temas empresariales, ya sea desde una perspectiva regional (Cerutti y La Laguna, Gamboa y Puebla, Ramírez Carrillo y el sureste) o del origen nacional de los actores (el artículo recién mencionado se centra en los inmigrantes libaneses; Liehr y Torres Bautista escriben sobre empresas británicas).32 Un total de 42 artículos, más de cuatro por año en promedio, significó un decenio pletórico para la disciplina en Historia Mexicana.

A medida que recorro los años de la revista confirmo mi impresión de que la mayor o menor presencia de trabajos de historia económica refleja con cierta fidelidad el estado de la disciplina en nuestro país. Numéricamente ésta alcanzó su clímax en los años noventa, y en ese mismo decenio no solo se consolidaron varias líneas de investigación que se habían venido perfilando en décadas anteriores, sino que aparecieron con fuerza notable rutas que no habían sido transitadas por la historiografía económica mexicanista. En cambio, en el primer decenio del siglo XXI se publicaron siete artículos menos que en la década anterior, o un total de 35. Y no es sólo la disminución en la cantidad de artículos lo que sugiere un cierto estancamiento: se aprecia algo similar en términos de las temáticas y subcampos en su interior. Significativamente, no encontré en estos años un solo artículo de historia agraria,33 así como tampoco advertí la aparición de nuevos ámbitos de estudio. Destaca, sí, la inauguración de un enfoque novedoso en el marco de la revista, a saber, el de redes sociales, al cual se dedicó un número entero (el 223).34 Asimismo, en una entrega monográfica se ofrece un recuento sobre las publicaciones de la especialidad en el decenio anterior y revisiones historiográficas de varias subdisciplinas, así como un ensayo de Eric Van Young que contrasta la historia económica y la historia cultural.35

Fuera de ello, dos terceras partes de los trabajos publicados en esos diez años se dividieron entre dos grandes ámbitos, uno plenamente consolidado y otro de auge más reciente. Me refiero, respectivamente, a los campos de finanzas y de comercio y mercados, ambos entendidos en un sentido muy amplio. El primero está representado en el decenio con 11 productos de investigación y el segundo con 8, además de algunas de las revisiones historiográficas antes mencionadas.36 Cuatro estudios sobre cuestiones relacionadas con la minería, tres de historia empresarial (entre ellos dos de historia de empresas) y un análisis macroeconómico completan la presencia de la historia económica en ese primer decenio del siglo.37 Dentro de este panorama general, destacan por razones diversas algunos trabajos. El de Cerutti y Valdaliso sobre el empresariado y el desarrollo regional en Monterrey y Bilbao, por su esfuerzo comparativo; los de Hausberger y Assadourian por introducir una temática hasta cierto punto novedosa en el espacio de la revista, como lo era la de la transferencia tecnológica en la minería; los de Ibarra, del Valle y Sánchez Santiró, que presentan con particular nitidez el enfoque de redes sociales, así como el de Richard Salvucci, que abona al debate sobre la depresión postindependentista.

El segmento más reciente de este recorrido (el decenio 2010-2019) confirma la percepción menos favorable que arrojó el decenio anterior, esta vez con lo que parece un franco encogimiento en la presencia de la disciplina en la revista. A más de la reducción en el número de artículos (apenas 26, una cifra que la regresa al nivel de los años ochenta), esta noción se confirma de nuevo a partir de la escasa novedad en las líneas de investigación representadas. Apenas tres áreas proporcionaron cuatro quintas partes de los contenidos de historia económica en toda la década: 11 trabajos que de manera gruesa pueden considerarse dentro de la problemática de comercio y mercados;38 7 dentro del área de fiscalidad y finanzas,39 y 4 en la de historia agraria.40 Dos más pertenecen a un campo que en HM ha sido visitado en forma ocasional desde el punto de vista de la historia económica: el de las instituciones y las políticas públicas.41 Los otros dos se ocupan de problemas macroeconómicos, respectivamente en México y en el Perú.42 Naturalmente, esta suerte de adelgazamiento numérico y temático no debe llevar a demeritar la alta calidad de los trabajos publicados. En el mismo sentido, cabe destacar la interesante ampliación de enfoques y formas de acercamiento que, habiendo iniciado en los años de mayor auge (la década de 1990), ha continuado en los tiempos recientes. El estudio del papel de las instituciones en el desempeño de las economías, la búsqueda de interconexiones en un abanico amplio de escalas sub y supranacionales, así como el análisis de redes han enriquecido el estudio de la historia económica más allá de que la emergencia de otros campos disciplinarios haya mermado su membresía -acaso en forma temporal.

En cualquier caso, queda fuera de duda la significación que HM ha tenido para el gremio de los historiadores económicos en México. Fuera de las revistas especializadas que constituyen el ámbito natural para la publicación de los frutos de sus investigaciones, en Historia Mexicana decenas de historiadores económicos de México y otros países han encontrado un segundo hogar.

Artículos de historia económica publicados en Historia Mexicana 43en el decenio de:

1950

1. Carrera Stampa, M. “La Nao” (33), (1959).

2. Carrera Stampa, M., “Las ferias” (7), 1953.

3. Chevalier, F., “El Marquesado” (1), 1951.

4. González Navarro, M., “Indio y propiedad” (30), 1958.

5. González y González, L., “El agrarismo liberal” (28), 1958.

6. McMaster, J., “Aventuras asiáticas” (31), 1959.

7. Pletcher, D. M., “México” (8), 1953.

8. Potash, R. A., “La fundación” (10), 1953.

1960

9. Bazant, J., “Evolución” (52), 1964.

10. Bazant, J., “Industria” (53), 1964.

11. Bazant, J., “La desamortización” (62), 1966.

12. Brading, D. A., “La minería” (71), 1969.

13. Dane, H., “Primeras relaciones” (65), 1967.

14. De Gortari, H. y G. Palacios, “El comercio” (67), 1968.

15. Flores Caballero, R., “La consolidación” (71), 1969.

16. Florescano, E., “El abasto” (56), 1965.

17. Florescano, E., “Meteorología” (68), 1968.

18. Florescano, E. y A. Moreno Toscano, “Historia” (58-59), 1965-1966.

19. Florescano, S., “La política” (67), 1968.

20. García Martínez, B., “El sistema monetario” (67), 1968.

21. González Navarro, M., “Tenencia” (73), 1969.

22. Heers, J., “La búsqueda” (41), 1961.

23. Lang, M. F., “La búsqueda” (72), 1969.

24. Lida, C. E., “Sobre la producción” (56), 1965.

25. Lira, A., “Aspecto fiscal” (67), 1968.

26. Matesanz, J. A., “Introducción” (56), 1965.

27. Mauro, F., “México y Brasil” (40), 1961.

28. Rosenzweig Hernández, F., “Las exportaciones” (35), 1960.

29. Vázquez de Warman, I., “El pósito” (67), 1968.

1970

30. Brading, d. A., “La estructura” (90), 1973.

31. Coatsworth, J., “Anotaciones” (102), 1976.

32. Flores Caballero, R., “del libre cambio” (76), 1970.

33. Florescano, E., “El problema” (80), 1971.

34. Fraser, D. J., “La política” (84), 1972.

35. Garner, R. L., “Reformas borbónicas” (108), 1978.

36. González Navarro, M., “Las tierras” (104), 1977.

37. Hamnett, B., “Obstáculos” (77), 1970.

38. Keremitsis, D., “La industria textil” (84), 1972.

39. Knowlton, R. J., “La individualización” (109), 1978.

40. Pastor, R., “La alcabala” (105), 1977.

41. Riley, J. D., “Santa Lucía” (90), 1973.

42. Romero Frizzi, M. A., “Los intereses” (114), 1979.

43. Schoonover, Th., “El algodón” (91), (1974).

44. Serrera, R. M., “La contabilidad” (94), 1974.

45. Stein, S. J., y S. J. Hunt, “La historia económica” (82), 1971.

46. Taylor, W. B., “Haciendas” (90), 1973.

47. Wasserman, M., “Oligarquía” (87), 1973.

1980

48. Assadourian, C. S., “La despoblación” (151), 1989.

49. Bracamonte y Sosa, P., “Haciendas y ganado” (148), 1988.

50. Chiaramonte, J. C., “En torno” (120), 1981.

51. Farris, N., “Propiedades” (118), 1980.

52. Garavaglia, J. C. y J. C. Grosso, “La región” (140), 1986.

53. Garner, R., “Exportaciones” (124), 1982.

54. Hall, L. B. y D. M. Coerver, “La frontera” (127), 1983.

55. Hoernel, D., “Las grandes corporaciones” (118), 1980.

56. Jiménez Codinach, G., “Veracruz”, (150), 1988.

57. Klein, H. S., “La economía” (136), 1985.

58. Konrad, H. W., “Capitalismo” (143), 1987.

59. Lerner, V., “La suerte” (144), 1987.

60. Mauro, F. I., “Sistema agrario” (152), 1989.

61. Menegus, B. M. y J. F. Leal, “Las haciendas” (122), 1981.

62. Meyer, J., “Haciendas y ranchos” (139), 1986.

63. Miño Grijalva, M., “¿Proto-industria colonial?” (152), 1989.

64. Miño Grijalva, M., “Espacio” (128), 1983.

65. Miño Grijalva, M., “La política textil” (150), 1988.

66. Platt, d. C., “Finanzas” (126), 1982.

67. Potash, R. A., “Investigando” (137), 1985.

68. Romero Frizzi, Ma., “Evolución económica” (128), 1983.

69. Takahashi, H., “de la huerta a la hacienda” (121), 1981.

70. Thorup, C., “La competencia” (124), 1982.

71. Wobeser, G. v., “Las fundaciones” (152), 1989.

72. Zavala, E., “Los impuestos” (123), 1982.

1990

73. Beatty, E., “Invención” (179), 1996.

74. Calvo, T., “demografía” (167), 1992.

75. Cerutti, M., “Guerra y comercio” (158), 1990.

76. Cerutti, M., “Propietarios” (192), 1999.

77. Cervantes Bello, F. J., “Los militares” (156), 1990.

78. Cortés Conde, R., “El crecimiento” (167), 1993.

79. Gálvez, M. A. y A. Ibarra, “Comercio local” (183), 1997.

80. Gamboa Ojeda, L., “Manuel Rivero” (192), 1999.

81. Haber, S. H., “La industrialización” (167), 1990.

82. Herrera Canales, I., “Mercurio” (157), 1990.

83. Herrera Pérez, O., “del señorío” (169), 1993.

84. Ibarra, A., “Mercado colonial” (194), 1999.

85. Kerov, V., “Los factores” (170), 1993.

86. Klein, H. S., “Historia fiscal” (166), 1992.

87. Knowlton, R. J., “El ejido mexicano” (189), 1998.

88. Knowlton, R. J., “La división” (157), 1990.

89. Kuethe, A. J., “La desregulación” (162), 1991.

90. Kuntz Ficker, S., “Mercado interno” (177), 1995.

91. Liehr, R. y M. E. Torres Bautista, “Las free standing companies” (187), 1998.

92. Lizama, S. G., “Los capitales” (156), 1990.

93. Ludlow, L., “El Banco Nacional” (156), 1990.

94. Ludlow, L., “La disputa financiera” (188), 1998.

95. Marichal, C., “de la banca privada” (192), 1999.

96. Marichal, C., “Las guerras imperiales” (156), 1990.

97. Mayo, J., “Imperialismo” (160), 1991.

98. Miño Grijalva, M., “Estructura” (166), 1992.

99. Mira Delli-Zotti, G. e I. González, “Reflexiones” (166), 1992.

100. Ortiz Peralta, R., “El abasto” (161), 1993.

101. Ramírez Carrillo, L. A., “de buhoneros” (171), 1994.

102. Reher, D. S., “¿Malthus de nuevo?” (164), 1992.

103. Riguzzi, P., “México, Estados unidos” (163), 1992.

104. Rodríguez Centeno, M., “La producción cafetalera” (169), 1993.

105. Rodríguez Centeno, M., “México y las relaciones comerciales” (180), 1996.

106. Romano, R., “Respuesta” (194), 1999.

107. Schenk F., “La desamortización” (177), 1995.

108. Soria, M. V., “La incorporación” (174), 1994.

109. Téllez Guerrero, F. y E. Brito Martínez, “La hacienda” (156), 1990.

110. Topik, S., “La revolución” (157), 1990.

111. Tortolero Villaseñor, A., “Espacio” (172), 1994.

112. Tutino, J., “Historias” (166), 1992.

113. Vega, J., “Los primeros préstamos” (156), 1990.

114. Wobeser, G.v., “La inquisición” (156), 1990.

2000

115. Aboites Aguilar, L., “Alcabalas” (202), 2001.

116. Assadourian, C. S., “La bomba” (199), 2001.

117. Castro, F., “San Pedro Atlapulco” (227), 2008.

118. Cerutti, M. y J. M. Valdaliso, “Monterrey y Bilbao” (208), 2003.

119. De la Torre, C., “Comerciantes” (230), 2008.

120. Del Ángel, G. y C. Marichal, “Poder y crisis” (207), 2003.

121. Del Valle Pavón, G., “Expansión” (203), 2002.

122. Del Valle Pavón, G., “Historia financiera” (207), 2003.

123. Del Valle Pavón, G., “Los excedentes” (223), 2007.

124. Escobar, A. y R. F. Fagoaga, “Indígenas” (218), 2005.

125. Gamboa Ojeda, L., “de dependencia” (222), 2006.

126. García Bernal, M., “El afianzamiento” (198), 2000.

127. Gómez Galvarriato, A., “Industrialización” (207), 2003.

128. Gómez Álvarez, C., “Comercio” (227), 2008.

129. Hausberger, B., “El universalismo” (234), 2009.

130. Ibarra, A., “A modo” (207), 2003.

131. Ibarra, A., “Redes” (223), 2007.

132. Jáuregui, L., “Vino viejo” (207), 2003.

133. Lopes, M. A., “Revolución y ganadería” (227), 2008.

134. Molina del Villar, A., “Tributos” (213), 2004.

135. Moreno Lázaro, J., “La formación” (230), 2009.

136. Náter, L., “Fiscalidad imperial” (213), 2004.

137. Okada, A., “El impacto” (197), 2000.

138. Oñate, A., “La batalla” (196), 2000.

139. Rodríguez Centeno, M., “Fiscalidad y café” (213), 2004.

140. Romero Ibarra, M. E., “La historia empresarial” (207), 2003.

141. Romero Sotelo, M. E., “El mercurio” (195), 2000.

142. Salvucci, R. J., “Algunas consideraciones” (217), 2005.

143. Sánchez Santiró, E., “Las incertidumbres” (223), 2007.

144. Sánchez Santiró, E., “Producción y mercados” (211).

145. Uhthoff, L. M., “La difícil concurrencia” (213), 2004.

146. Van Young, E., “La pareja dispareja” (207), 2003.

147. Wobeser, G.v., “Gestación” (204), 2002.

148. Wobeser, G.v., “La Consolidación” (222), 2006.

149. Zuleta, C., “Hacienda Pública” (213), 2004.

2010

150. Aboites Aguilar, L., “En busca del maíz” (245), 2012.

151. Aboites Aguilar, L., “La construcción” (268), 2018.

152. Avella Alaminos, I. y A. Hernández, “La comercialización” (268), 2018.

153. Bonialian, M., “Las aguas” (243), 2012.

154. Bonialian, M., “México” (165), 2017.

155. Bonialian, M. y B. Hausberger, “Consideraciones” (269), 2018.

156. Carrera Quezada, S. E., “La política agraria” (257), 2015.

157. Casado, A., “El comercio” (243), 2012.

158. Cosamalón Aguilar, J., “Precios” (249), 2013.

159. Garner, P., “El ‘Imperio informal’” (258), 2015.

160. Ginzberg, E., “Renunciar” (274), 2019.

161. Gómez, M., “Había una vez” (240), 2011.

162. Gómez Serrano, J., “Remansos” (255), 2015.

163. Grossman Querol, E., “La Iglesia” (266), 2017.

164. Herrera Reviriego, J. M., “Flujos” (256), 2016.

165. Ibarra, A., “Mercado global” (248), 2013.

166. Irigoin, A., “Las raíces monetarias” (235), 2010.

167. Jáuregui, L., “una nueva perspectiva” (270), 2018.

168. Márquez Colín, G., “El Tratado” (244), 2012.

169. Pearce, A. J., “Reindigenización” (265), 2017.

170. Pérez Montesinos, F., “Geografía” (264), 2017.

171. Reichert, R., “El contrabando” (252), 2014.

172. Riguzzi, P. y F. Geraldi, “Los veneros” (258), 2015.

173. Sánchez Santiró, E., “Constitucionalización” (257), 2015.

174. Sánchez Santiró, E., “El peso” (241), 2011.

175. Tutino, J., “El debate” (259), 2016.

1Alberro, “El primer medio siglo” (200), 2001, pp. 643-653.

2La historia económica ha tenido una presencia relevante entre las reseñas publicadas en Historia Mexicana. En el ámbito de la historia económica han visto la luz al menos 170 reseñas en los últimos 50 años, de las cuales casi 100 se publicaron después del año 2000. Esto significa que aparecieron en promedio cinco críticas de libros de historia económica por año, un record que quizá ninguna revista que no sea de la especialidad haya alcanzado a nivel mundial.

3La vocación mexicanista de HM no ha impedido que se publiquen trabajos sobre otros países de Hispanoamérica, ya sea en clave comparativa, regional o nacional.

4Debe entenderse, por tanto, que el recuento no es exhaustivo y que toda omisión es completamente involuntaria.

5Garciadiego, “Revistas revisitadas” (202), 2001, pp. 221-231.

6Por razones de espacio, cito los artículos de historia económica publicados en HM con una numeración consecutiva asociada a la lista que se localiza al final del ensayo. Véase números 1-3, 6-8. Las referencias a otros trabajos se hacen de la manera convencional y se presentan al final.

7Números 4 y 5.

8Número 28 de la lista. Véase Cosío Villegas, Historia moderna de México, México, Hermes, 1955-1972. Rosenzweig coordinó los volúmenes sobre Vida económica del porfiriato y fue autor de varios de sus capítulos.

9Números 9 y 10. Poco después publicaría, por cierto, el primero de sus artículos sobre la desamortización (número 11). Al año siguiente, el propio Bazant escribiría el obituario de Chávez Orozco (“Don Luis”), quien, a propósito, publicó en Historia Mexicana apenas un artículo, pero no sobre historia económica, sino sobre los orígenes de la política de seguridad social. Bazant, “don Luis” (63), 1967. Acerca de la biografía de Bazant véase el afectuoso obituario que le dedica Anne Staples en “Jan Bazant” (249), 2013.

10Números 27 y 22.

11Números 26, 24, 16.

12Número 18. Me refiero al volumen doble 58-59 y al 60, publicados entre octubre de 1965 y abril de 1966.

13Números 17 y 12, respectivamente.

14Números 25, 14, 20, así como 19 y 29. La “Advertencia” estuvo a cargo de María del Carmen Velázquez.

15Números 13, 15, 23, 21.

16Números 33, 37, 42, 36, 34, 39, 41, 46, 30, 31 de la lista.

17Números 35 y 40, así como 32 y 44.

18Números 38, 43, 47, 45.

19Números 49, 51, 58, 59, 60, 61, 62, 69 de la lista.

20Números 57, 72, 66, 71.

21Números 48, 50, 52, 68.

22Números 53, 56, 55, 70 de la lista al final.

23Artículos con el número 63 al 65, 54 y 67.

24Me refiero al núm. 156. Se incluyeron en él los trabajos con los números 77, 92, 93, 96, 109, 113 y 114.

25Números 94, 95, 86.

26Números 87, 88, 107, 83, 111, 104, 112.

27Números 82, 99, 100, 108.

28Números 73, 81, 85.

29Números 74, 102.

30Números 78, 98, 110.

31Números 75, 79, 84, 89, 90, 97, 103, 105, 106 de la lista.

32Números 76, 80, 91, 101.

33Si se le entiende en sentido amplio, una excepción es el trabajo sobre actividad pecuaria de Lopes (134). Existen otros sobre “cuestiones” agrarias, pero no desde el punto de vista de historia económica que adoptamos aquí.

34Cabe hacer notar que no todos los trabajos del volumen pertenecen a la disciplina, conforme a los criterios antes expuestos. Dentro del campo se encuentran los números 144, 123 y 131 de la lista.

35Se trata del volumen 207, que incluye los artículos 130, 122, 120, 132, 127, 140 y 146 de la lista.

36Los trabajos de historia financiera incluyen los números 115, 123, 125, 138, 147 y 148. Otros cinco aparecieron en el volumen 213, coordinado por Cecilia Zuleta y dedicado a la historia fiscal: 134, 136, 139, 145, 149. Los de mercados y comercio comprenden los artículos 119, 121, 124, 128, 126, 144, así como dos de los ya mencionados en el volumen sobre redes.

37Números 116, 117, 129, 141, 118, 135, 137, 142 de la lista consecutiva.

38Números 152, 153-155, 157, 158, 159, 164, 165, 168, 171.

39Números 151, 162, 163, 166, 167, 173 y 174.

40Números 156, 160, 161, 170.

41Números 150, 172.

42Números 169 y 175.

43A fin de dar cabida a todos los trabajos, se utiliza en las referencias una forma económica que incluye, además del apellido y las primeras palabras del título, el número consecutivo de la revista en el que apareció y el año de publicación. La numeración consecutiva de los artículos está asociada a las notas en el cuerpo del texto. Referencias a otros trabajos se enlistan aparte en la forma convencional.

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