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Historia mexicana

On-line version ISSN 2448-6531Print version ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.70 n.2 Ciudad de México Oct./Dec. 2020  Epub Jan 20, 2021

https://doi.org/10.24201/hm.v70i2.3793 

Reseñas

Sobre Evelyne Sanchez, Las élites empresariales y la independencia económica de México: Estevan de Antuñano, o las vicisitudes del fundador de la industria textil moderna (1792-1847)

Javier Encabo González* 

*El Colegio de México

Sanchez, Evelyne. Las élites empresariales y la independencia económica de México: Estevan de Antuñano, o las vicisitudes del fundador de la industria textil moderna (1792-1847). Puebla, Pue.: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México: Fundación Miguel Alemán, Plaza, Valdés Editores, 2013. 246p. ISBN: 978-607-402-617-7.


Como si del Menocchio del famoso libro de Ginzburg se tratara, en este libro, Evelyne Sanchez hace un exhaustivo juicio de la figura de Estevan de Antuñano, empresario textil de la Puebla del XIX. Para ello, lleva a cabo un análisis recurriendo a la microhistoria como una forma de aproximarse a la vida de este famoso personaje. Para la autora, esto significa enriquecer el conocimiento acumulado sobre el protagonista con el estudio de los diferentes contextos a partir de su experiencia social, ver cuál ha sido la interpretación de Antuñano de ésta y, posteriormente, analizar las estrategias y redes que trazó para moverse en dichas circunstancias. En ese sentido, la autora describe una trayectoria vital y la desentraña de forma muy completa por medio un gran análisis de fuentes.

La estrategia empleada es arriesgada, pues tiene los peligros de no centrarse en una temática concreta, de caer en la sobreinterpretación o de no efectuar de forma adecuada los cambios de escala. Lo primero es lo que más salta a la vista. Más allá de un análisis microhistórico y de redes, no queda claro en qué temática encuadrar el texto: si considerarlo un análisis empresarial del ascenso social en la sociedad del siglo XIX en México, un seguimiento del viaje de las ideas de teóricos de la economía de Europa y su interpretación por un empresario mexicano… En cuanto a las posibles sobreinterpretaciones, no es algo recurrente en el libro. Sin embargo, sí hay momentos en los que se ven ciertas conjeturas e intuiciones sobre el pensamiento de Antuñano que pueden chocar con un lector suspicaz: si son hipótesis, es perfectamente válido, si son afirmaciones categóricas la pertinencia es más dudosa. Es importante tener en cuenta que son afirmaciones muy puntuales de la autora y que no empañan la credibilidad del relato en su conjunto. En cuanto a los cambios de escala, los diferentes contextos quedan bien hilados en el eje central, que es la figura de Antuñano.

Sanchez hace una crítica muy directa a la historiografía previa. Con su relato busca ser renovadora, lo señala continuamente a lo largo de todo el libro. No hay duda alguna de que lo consigue. La estructura es inteligente a la hora de llevar a cabo la labor: la autora comienza con un análisis del mito creado por la historiografía en torno al protagonista para proceder a destruirlo poco a poco. En un primer momento es algo complicado discernir cuándo está tratando la historiografía y cuándo su visión de los hechos. Sin embargo, muy pronto el texto va adquiriendo rodaje y esas dudas desaparecen.

La autora comienza el primer capítulo con un análisis de la memoria y creación de la imagen de Antuñano. Se hace un repaso de la historiografía formal y la memoria colectiva no escrita que han llevado a formar la imagen pública de Estevan de Antuñano. Se produce aquí una gran cantidad de críticas a la historiografía previa, especialmente a la obra de Quintana,1 por haber alimentado una imagen distorsionada de apología del personaje. Ante la exaltación del héroe liberal, individualista y con fe en el progreso hecha hasta el momento, la autora defiende la moderación: intereses tan propios como los de cualquier terrateniente de la Edad Moderna (como el de perpetuar su legado y crear una dinastía familiar) fueron evidentes en el empresario. Destaca además cómo el protagonista desarrolló con gran éxito un culto a su propia imagen. El motivo que lo llevó a hacerlo fue usar ese prestigio como un fin y como un medio para aumentar su crédito y capacidad de liderar un grupo de industriales que velara por sus intereses. Al mismo tiempo, la sociedad poblana lograba crear un mito que limpiara su imagen de conservadurismo en un siglo en el que el liberalismo sería la tónica dominante. La autora denuncia que la historiografía ha caído precisamente en este doble juego.

El segundo capítulo, por medio de un estudio de su correspondencia, versa sobre las redes que forjó el protagonista. Este tipo de análisis se emplea hasta el capítulo 6. Para Sanchez, aunque se haya insistido en la figura de un hombre hecho a sí mismo, es necesario relativizarlo puesto que logra demostrar que su ascendencia le fue muy útil en sus primeros pasos. Así, en el tercer capítulo, la protagonista es la familia Antuñano. Por una parte, se investiga la vida de su padre, un español emigrado a Veracruz. Por la otra, se rastrean sus orígenes en la provincia de Vizcaya. Salvo el caso de un primo, su familia de sangre no le ayudaría mucho en su carrera empresarial. Los lazos que sí le ayudarían se encontraban en su familia política. Precisamente de ello trata el capítulo 4. Se destaca la importancia del suegro de Antuñano para ayudarle a establecer contactos y a formar parte del cabildo de Puebla. En esta sección se tratan sus inicios como comerciante. Aunque hay poca documentación, es una época en la que consiguió ahorrar hasta poder lanzarse a construir su primera fábrica. En el capítulo 5, Sanchez se adentra en la vida de Antuñano como industrial. Para ello hace un análisis de cómo funcionaba la industria textil mexicana y los comienzos del protagonista. Se destaca la crucial contribución del Banco de Avío y de Lucas Alamán, algo ya señalado por la historiografía. Sin embargo, para la autora, el contacto con otros hombres de Estado, particularmente con Santa Anna, es a lo que hay que atribuir gran parte del crédito conseguido. Para ello, Antuñano jugó con una ambigüedad política suficiente como para poder ampliar su red todo lo necesario con tal de lograr estabilidad para su empresa industrial. Pero, ante la cuestión de qué fue lo que motivó al protagonista a obsesionarse con la fabricación textil (dejando de lado cualquier tipo de diversificación), la autora admite los límites del análisis de redes.

Para subsanarlo, en el capítulo 6 se adentra en el estudio del pensamiento de Antuñano por medio de sus escritos. En ellos, el empresario defendía la importancia de la consolidación de la industria para la moder ni za ción del país. Sanchez tiene la teoría de que toda la bibliografía citada en la obra del protagonista (economistas clásicos de la época, entre otros) no era más que una forma de defender sus ideas preconcebidas para ampliar su capacidad y presencia en el debate público. En el mismo capítulo, se da una imagen de Antuñano como alguien poco dogmático y que, de enmarcarlo en una corriente política, sería en una especie de industrialismo. Finalmente, los capítulos 7 y 8 versan sobre la ruina del empresario. En primer lugar, el éxito inicial impidió al protagonista adaptarse a un contexto político cambiante. En segundo, el mercado de textiles se saturó muy pronto. En tercero, hubo problemas para el abasto de energía hidráulica para la fábrica. En este punto, la autora (en una afirmación muy institucional) señala la inoperancia de las autoridades mexicanas a la hora de gestionar el acceso a la fuerza de los ríos. En último lugar, hubo una escasez de materia prima a precios competitivos por la protección gubernamental a los productores de algodón a costa de los industriales. Éste fue el golpe que más daño le hizo a Antuñano. La autora explica cuáles fueron sus estrategias para lidiar con ello: organización de un grupo de presión con otros industriales textiles, intento de acercamiento a los productores de algodón y recurrir al contrabando o a agiotistas. Definitivamente, cayó en las manos de uno de éstos, Borges de Zúñiga. Muy endeudado y enfermo, el protagonista murió en 1847 legando a su familia una gran reputación pero un negocio en ruinas.

En resumen, por una parte, decir que es un libro bien escrito, con un vasto uso de fuentes y un relato que consigue darle un giro a la exaltada visión que se formó alrededor de este Estevan de Antuñano que, aun así, sigue siendo un personaje excepcional en la historia mexicana (algo que la misma autora comparte). Por otra parte, Sanchez, en vez de centrarse en un aspecto de la vida de Antuñano, abarca demasiadas ópticas diferentes. Esto es un problema a la hora de clasificar esta obra y pensar a qué tipo de lector le puede resultar de utilidad. Sin duda, para los estudiosos de casos de redes profesionales puede ser muy ilustrativo. El análisis del pensamiento del protagonista puede ayudar a historiadores de las ideas y a historiadores del pensamiento económico. Es posible que ciertos aspectos, como el análisis de los orígenes familiares, las estrategias de adquisición de materia prima, de manejo de la conflictividad laboral y del lobbying llevado a cabo por el empresario resulten útiles para los business historians. Sin embargo, para éstos puede resultar escaso el análisis de la gestión productiva, de la evolución de sus condiciones financieras. Con esto se quiere ejemplificar que un trabajo menos disperso y más centrado en una única visión de Antuñano podría ser más adecuado. Además, aquellos que esperen encontrar un análisis de los orígenes de la importante industria textil poblana moderna, una visión más amplia y que incluya las aportaciones de Antuñano a su nacimiento, se verán decepcionados.

1Miguel Ángel Quintana, Estevan de Antuñano, fundador de la industria textil en Puebla, México, Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1957.

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