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Historia mexicana

versión On-line ISSN 2448-6531versión impresa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.70 no.2 Ciudad de México oct./dic. 2020  Epub 20-Ene-2021

https://doi.org/10.24201/hm.v70i2.3791 

Reseñas

Sobre Antonio García de León, Misericordia. El destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España

José Refugio de la Torre Curiel* 

*Universidad de Guadalajara, El Colegio de Jalisco

García de León, Antonio. Misericordia. El destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España. México: Fondo de Cultura Económica, 2017. 215p. ISBN: 978-607-165-311-6.


Que un libro se preste a más de una lectura en medio de una amplia audiencia no solamente es un lugar común en el comentario editorial, sino una constatación apenas natural de las complejidades de la palabra escrita. Que un libro suscite en un mismo lector posturas ambivalentes, tensas oposiciones, y la revisión constante de cuanto entiende asociado al oficio del historiador, es un hecho que invita, en definitiva, a llevar la discusión a otros terrenos.

En el caso del libro que aquí nos ocupa, esta reflexión resulta pertinente porque en la sucesión de relatos, evocaciones y evidencias documentales que el autor nos ofrece sobre las relaciones entre los apaches y la sociedad novohispana durante el siglo XVIII hay un estimulante maridaje entre la narrativa y la interpretación histórica. En este punto preciso, Misericordia ofrece un primer desafío para sus lectores: quizá se trate de un asunto de poca monta para quien no acostumbre preguntarse qué tipo de lectura está por comenzar al tomar un nuevo título, pero también es probable que otros sujetos encuentren difícil decidir si este texto es un ensayo, una investigación histórica, una transcripción documental con relatos intercalados o un híbrido de otra naturaleza. Es probable que esta necesidad de clasificación haya acosado a algún editor en el Fondo de Cultura Económica y, de hecho, al final de la lectura de referencia queda espacio para la duda sobre los criterios de inclusión de este título en la colección en que este sello editorial lo ha incluido (Obras de Historia). Más que un apasionamiento desbordante por las etiquetas, esta duda se relaciona con una de las operaciones críticas elementales en el oficio de la historia (hermenéutica), y a su vez constituye el marco general en el que se sitúa este comentario. En palabras del propio autor, Misericordia es un relato sobre “un segmento de una ominosa historia, de lo complejo que resultó el avance del imperio español hacia el norte” (p. 14); es, a la vez,

[…] un relato de una cacería humana que deja entrever las miserias de una brutalidad que exacerba los enconos y las contradicciones a su paso, en el trayecto de un escenario abatido por una crisis profunda, la que antecede a la guerra de independencia y que muestra los intereses más bajos de sus protagonistas (p. 18).

Misericordia es, en suma, una historia que se relata por medio de un conjunto de documentos del Archivo General de la Nación (p. 19), procedentes principalmente del volumen 77 del ramo Indiferente de Guerra. A partir de esos documentos el autor nos presenta los pormenores de la travesía de una collera de apaches cuyo destino final era la isla de Cuba; el grueso de esta narración tiene lugar después de la fuga de 18 apaches la noche del 7 de noviembre de 1796, cuando la collera se detuvo en la venta de Plan del Río (Veracruz), llevando a los lectores, con magistral y suculenta prosa, por los dramáticos episodios de la persecución de los fugados por el centro de la Nueva España, hasta las últimas noticias que se tuvieron de los seis apaches que lograron escapar con vida a la multitudinaria campaña que se movilizaba tras sus pasos.

La estructura del relato está conformada por ocho secciones: un pequeño preámbulo; un capítulo inicial que funciona como introducción al escenario, los actores y las líneas generales del drama central (sección en la que, por cierto, se sitúa el grueso del ejercicio historiográfico al que se alude más adelante); cuatro capítulos en los que se presentan los pormenores de las averiguaciones e informes sobre la fuga de los apaches; un capítulo final a manera de epílogo en el que se evocan las desventuras de los apaches en la isla de Cuba, y finalmente el conjunto formado por un apéndice sobre “algunos personajes” mencionados en los expedientes y las referencias bibliográficas.

Vale la pena señalar que en un balance general el texto se disfruta por la reconocida fluidez y elocuencia de la prosa de García de León. Son dignos de mención especial la exquisita riqueza de los recursos literarios del autor para describir paisajes en el desierto y el altiplano, en las costas y en la mar; sus afanes para pintar vívidos cuadros sobre el sigilo con el que se movían los apaches y la firme resolución de sus perseguidores, y su solvencia para intercalar relatos breves que apuntalan la narrativa general (un ejemplo en el episodio sobre “El cautivo”, pp. 50-53).

Desafortunadamente, la obra guarda un notorio desequilibrio puesto que la estatura de su refinamiento literario no alcanza peldaños semejantes si se le piensa como parte de la historiografía sobre el norte novohispano, las relaciones interétnicas en la Nueva España, o las rebeliones indígenas en el siglo XVIII. En esta otra tesitura, hay que señalarlo también, Misericordia deja lugar al debate por situaciones concretas.

Quizá el aspecto más controversial de la obra sea la decisión del autor de situarse en una delgada línea que separa la interpretación de la invención. En la composición del relato que nos ofrece, señala el propio autor, “nada (o casi nada) es invención mía […]. La versión de los perseguidores está prolijamente redactada en informes, diarios y partes de guerra; la de los perseguidos, contrariamente a toda justicia poética, la hemos tenido que leer entre líneas y reinventar con base en otras referencias” (pp. 209-210). Sobre esta base, el autor ha tomado licencias literarias aquí y allá (tanto en el capítulo introductorio como en las secciones donde se siguen los manuscritos del AGN) para hermanar transcripciones documentales con coloridos pasajes sobre acciones y emociones de aquellos niños y adultos (de la más diversa filiación étnica) que convergen en esta historia. Así, relata por ejemplo que

[…] desde el momento en que [los apaches] eran sometidos y hechos prisioneros, su condición estaba en suspenso: andarían como muertos en vida, como esclavos y almas en pena, y no habría castigo posible en el más allá que fuera peor a eso, ni aun el temible infierno de los cristianos; nada peor que el cautiverio en esas condiciones de ruptura en relación con sus cuerpos, sus familias y sus territorios (p. 26).

Que el destino de la collera estaba encaminado hacia la fuga es una deducción ligada a este mismo ejercicio, pues señala el autor,

[…] Eso es tal vez lo que marca el destino porque varias pruebas se han acumulado a lo largo del trayecto, como augurios deseados desde meses atrás: un halcón ha seguido de día al convoy lanzando graznidos que los presos han intentado descifrar mientras el ave gira sobre el tren de mulas, soldados y reos […] tal vez intentando lanzarse sobre ellos -sobre los exhaustos y vencidos guerreros y sus vigilantes-, como si fueran una presa fácil (p. 65).

Al vincular la fuente primaria, in extenso, con líneas como las anteriores, no queda claro para el lector cuál debe ser el valor asignado a estos comentarios, cuál su autoridad, o cuál su relación con otros argumentos que se han vertido sobre temas semejantes en otros estudios. En otras palabras, la invención como método despierta suspicacias, ya sea porque no se permite al lector saber con claridad cuándo está frente a ella, o bien porque simplemente no hay forma de seguir al autor en la lógica de su argumentación. En los dos ejemplos aquí citados, la presentación de temas como la cautividad y la suerte de los indios de collera sacrifica profundidad del análisis histórico por maximización de efecto literario. Hubiera sido deseable, respecto del primer caso, que en lugar de destacar la fatalidad como destino del apache cautivo, se ofreciera un bosquejo general de las respuestas de los apaches frente a estos fenómenos: no sólo la melancolía y sumisión, o la consabida fuga, sino la búsqueda de alianzas interétnicas, la posibilidad de ser intercambiado por otros prisioneros en poder de los propios apaches, y otros tantos escenarios examinados en detalle desde los textos clásicos de Max Moorhead, William Griffin o David Weber, hasta los más recientes de Brian DeLay o Ignacio Almada. En el segundo caso, hoy sabemos que la collera situada en el centro de esta narración se vio marcada por la fuga de 18 apaches, pero eso no significa que desde un inicio estuviera claro que ese era el destino de esta o de cualquier otra collera; en este punto, el abordaje del fenómeno de las colleras y las deportaciones de apaches deja pendientes las explicaciones sobre qué tan frecuentes eran las fugas, las muertes por enfermedad o cansancio, los suicidios, las ventas de apaches en el camino, el depósito de niños en instituciones de caridad o entre familias acomodadas, y qué tan consistente fue la aplicación de la política de deportación a partir de 1788.

El diálogo con la literatura disponible para abordar los temas propuestos es otro aspecto a comentar. En las notas a pie y en la bibliografía final es posible encontrar referencias a textos clásicos sobre las colleras y las deportaciones de apaches, e incluso algunas investigaciones recientes sobre los mismos temas. Sin embargo, ocurre con desconcertante frecuencia que estos textos se citen como referencias genéricas previo a la exposición de algún tema, lo que nuevamente dificulta la reconstrucción de debates historiográficos concretos. Más aún, este tipo de manejo de fuentes se vincula con un tercer momento crítico del texto, toda vez que la exposición que el autor realiza de temas como la cultura apache, la esclavitud entre los apaches, las políticas reformistas de fines del siglo XVIII, los contextos y los objetivos de la visita de José de Gálvez a la Nueva España, la política novohispana respecto de los “indios bárbaros”, está marcada por sesgos que difícilmente se comparten o que en ocasiones son explícitamente rechazados por los autores listados en la bibliografía. Acaso los dos puntos más representativos de esta situación sean la fuerte presencia en el texto de las dicotomías civilización-barbarie y vida-muerte, además de una especie de convicción de que los apaches constituían un grupo vencido con “un destino marcado de antemano” (p. 13). Estudios recientes sobre la Nueva Vizcaya (Cramaussel, Álvarez Suárez, Deeds) o el noreste novohispano (Osante, Sheridan, Velasco Ávila) muestran, por ejemplo, que la vida en la frontera transcurría más allá de las oposiciones ya mencionadas, y que de hecho entre las características fundamentales de estas sociedades estaban su permeabilidad y la constante movilidad de los individuos, manifiesta en la capacidad que mostraban los bandos en conflicto para incorporar dentro de sus filas a miembros de otros grupos.

En suma, dependiendo de la postura personal de cada individuo, encontramos en Misericordia una lectura de naturaleza doble, la cual se disfruta aun cuando admite alguna eventual recriminación

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