El asunto del matrimonio ha sido un tema histórico ampliamente debatido en la antropología. Éste es la unión socialmente reconocida entre un hombre y una mujer, y en la actualidad reconocida también en muchos países, incluida la capital de México, entre dos hombres o entre dos mujeres. A menudo el matrimonio tiene como propósito la reproducción legítima con el objetivo de la creación de una familia nuclear, que puede o no estar incluida en una familia extensa.

El libro Matrimonio. Intereses, afectos, conflictos, editado por Margarita Estrada y América Molina atraviesa dos ejes importantes: antropología, con su análisis de los sistemas de parentesco, la familia y el género; e historia/tiempo/espacio en Argentina, Brasil, México y España. Los 13 trabajos que reúne abarcan desde la historia colonial latinoamericana hasta los matrimonios organizados por medio de Internet y contemplan tanto poblaciones urbanas como rurales; además, nos muestran los múltiples y diversos arreglos y modalidades matrimoniales que existieron y existen hoy en nuestras realidades globalizadas.

Otra riqueza de este manuscrito es que nadie calla: las voces de las mujeres están presentes tanto como las de los varones. Los actores son hombres y mujeres colombianos, brasileños, españoles, argentinos y mexicanos que nos muestran el alcance y la diversidad de las relaciones matrimoniales desde la colonia hasta la actualidad.

El libro se enfoca en la vida real de los matrimonios, en sus arreglos, conflictos, negociaciones, emociones y sentimientos, porque ello sugiere, además de la flexibilidad y la complejidad humana, una mirada más fina en la antropología. Los antropólogos nos han mostrado la plasticidad y la variedad de formas de emparejarse y matrimoniarse. La versatilidad es un continuum entre las llamadas “parejas tradicionales”, que bien describe América Molina en su artículo sobre el matrimonio de los caciques indígenas en el noroeste del Valle de Toluca, México, y el de Patricia Arias sobre Totatiche, Jalisco, hasta llegar al mundo contemporáneo mexicano de las familias combinadas y sus vicisitudes, de Margarita Estrada, y el supermercado matrimonial del ciberamor en su búsqueda de pareja de hombres españoles escrito por Jordi Roca.

Es un libro bidisciplinar que cruza y traspasa la antropología y la historia, por ello se presentan gran variedad de miradas y problemáticas en diferentes tiempos y geografías de América y España. Este libro muestra también cómo en la sociedad moderna el matrimonio es una relación entre individuos, mientras que en sociedades premodernas las relaciones estaban dadas entre grupos. No obstante, los trabajos reunidos en este libro muestran que todavía hoy se busca el reconocimiento y la aceptación de los parientes más cercanos, así como del grupo de los amigos.

Como decía anteriormente, los antropólogos han dedicado mucha energía a analizar y comprender las características económicas, sociohistóricas y culturales que generan y han generado los diferentes sistemas matrimoniales. Con frecuencia el matrimonio era examinado desde una perspectiva jurídica con el énfasis puesto en los derechos y responsabilidades en que se generó el matrimonio mismo, no sólo entre esposos y esposas sino entre los parientes todos. Desde esta óptica, cuestiones tales como el control de la sexualidad, la legitimidad de los hijos, la estabilidad económica de la familia y la transmisión de la propiedad eran centrales y, de hecho, lo siguen siendo como se muestra a lo largo de los textos de este libro.

La idea de que el matrimonio está siendo minado en la modernidad tardía es cada vez más generalizada; la razón de esta idea se basa en el aumento de las separaciones y los divorcios. En la obra de Estrada y Molina se muestra claramente el abanico de posibilidades, modalidades y arreglos para la permanencia y cambio de los matrimonios a lo largo de la historia.

Las introducciones de los libros son muy ricas cuando invitan y provocan al lector para que continúe con la lectura del texto entero. La introducción de este libro, además de ilustrarnos y contextuar las lecturas, invita a múltiples reflexiones y estimula al lector a responder preguntas antes no cuestionadas, pero también para que construya otras nuevas. Por la riqueza de las lecturas de los tres autores y por la estupenda introducción, me limitaré a resumir lo que Estrada y Molina analizaron.

Estoy de acuerdo con Estrada y Molina cuando afirman que la historia, la demografía y la antropología todavía tienen mucho que decir sobre el matrimonio. Los trabajos de este libro abonan a la comprensión de lo que pasó en la sociedad colonial y lo que pasa en el mundo globalizado en el que hoy vivimos. Con la perspectiva histórica tenemos una idea más viva de cuáles eran los arreglos que tenían hombres y mujeres al casarse, cómo vivían, cuál era la participación de las familias, cuál era la diferencia de las formas y arreglos matrimoniales entre diversas clases sociales, castas, indígenas, mulatos y africanos. Lo interesante es que esas preguntas del pasado son, si lo pensamos bien, preguntas perfectamente aplicables al presente, como por ejemplo, lo que sucede con la migración y las segundas nupcias.

Estrada y Molina organizaron el libro en varios ejes temáticos:

Matrimonio. Intereses, afectos, conflictos invita a la reflexión. Es una obra que nos brinda una visión nueva, fresca y positiva de mirar la diversidad de matrimonios a lo largo de distintas épocas. Tradicionalmente, las ciencias sociales y del comportamiento se enfocaron a investigar parejas y familias etiquetándolas como “desorganizadas”, “disfuncionales”, “enfermas”, etc. Sin embargo, este libro nos muestra la importancia que tiene el contexto sociohistórico y político, y de su lectura surgen dos cuestiones: ¿efectivamente estamos siendo testigos del apocalipsis de las parejas y familias o simplemente esta gran diversidad es la muestra de los cambios que están teniendo las relaciones de pareja y familiares en el mundo contemporáneo? Me quedo con la segunda después de leer este libro. También porque la vida actual, en medio de la incertidumbre y con todos los resquemores que provocan las alternativas, se caracteriza cada vez más por la necesidad de improvisar y ser creativos. En un mundo interdependiente que cambia rápidamente, es poco probable que nos sean útiles los modelos únicos. En otras palabras, es imposible no cambiar constantemente; las familias y las parejas que se aferran a mantener estructuras rígidas pueden tener problemas en su interior; un ejemplo de ello es el surgimiento de la violencia intrafamiliar.

Conceptos tales como desafío, conflicto, riesgo, flexibilidad, comunicación, permiten entender la forma en que las parejas y familias afrontan situaciones difíciles y se utilizaron en estas investigaciones. Habrá que seguir buscando y comprendiendo “los lados fuertes” de las parejas. Todos usamos nuestras capacidades en momentos de conflicto, de cambio, y sabemos a quién recurrir. A menudo es a la pareja o a la familia.

Finalmente, estimo que éste es un libro que invita a reflexionar y a comprender mejor el mundo de las nuevas organizaciones familiares, las nuevas parejas, así como las nuevas intimidades