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Historia mexicana

versão On-line ISSN 2448-6531versão impressa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.66 no.2 Ciudad de México Out./Dez. 2016

 

Reseñas

Fausta Gantús y Alicia Salmerón (coords.), Prensa y elecciones. Formas de hacer política en el México del siglo XIX

Diana Verónica Ferullo1 

1Universidad Nacional de Tucumán, Argentina

Gantús, Fausta; Salmerón, Alicia. Prensa y elecciones. Formas de hacer política en el México del siglo XIX. México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Instituto Federal Electoral, 2014. 247p. ISBN: 978-607-929-430-4.


El libro coordinado por Fausta Gantús y Alicia Salmerón es de lectura obligada para aquellos estudiosos que se interesen por la dinámica entre prensa y elecciones desde mediados del XIX hasta comienzos del siglo XX con la irrupción de la revolución mexicana. A pesar de que dichos ámbitos suelen ser abordados de manera independiente por estudios pormenorizados, la riqueza de los trabajos reunidos en esta compilación consiste en entrelazar ambas esferas y analizarlas en la complejidad de sus mutuas interrelaciones. Prensa y elecciones se entienden como instancias centrales y recíprocamente influyentes en el devenir de la construcción de lo político. Sin embargo, lejos de considerarlas una unidad, se enfatiza que poseen objetivos, funciones y dinámicas particulares, al tiempo que se examinan las formas en las que se necesitaron y acompañaron en el contexto de las pujas de poder. De esta forma, la prensa es considerada un actor político privilegiado, mientras que las coyunturas electorales son interpretadas como manifestaciones sociopolíticas convergentes. Sin duda, estos son algunos de los motivos que decidieron la reimpresión de la obra en 2015.

La principal hipótesis que sostiene el texto es que la articulación de la sociedad política de la época se debió a la interacción de múltiples actores, como prensa, logias, facciones y partidos. Su objetivo central es explorar las formas en las que los periódicos influyeron durante los procesos electorales, entendidos como condición de posibilidad de todo gobierno representativo, y como observatorios que ayudan a comprender la ardua construcción de las instituciones políticas y de la gobernabilidad en México. De esta manera, la prensa es concebida no sólo como vocera sino como vehículo y articulador de la política.

La obra se abre con una presentación a cargo de Marco Antonio Baños, una introducción de las coordinadoras y ocho capítulos que presentan estudios de caso y revitalizan los clásicos abordajes sobre la prensa con nuevas preguntas ponderando las interacciones de este actor con otros ámbitos políticos y de sociabilidad. Entre los autores encontramos tanto a jóvenes tesistas como a investigadores de mayor trayectoria, lo que nos remite a un equipo de investigación inclusivo que no descuida su crecimiento ni la formación de recursos humanos en el quehacer del historiador. Subyace así en el libro un afinado trabajo colectivo de constantes reescrituras.

En el primer capítulo, Edwin Alcántara Machuca examina la formación del partido conservador y sus triunfos electorales en México a fines de la década de 1840, teniendo como centro de análisis la incidencia que en estos resultados tuvo su órgano de prensa, El Universal. Este periódico colaboró en la configuración de los conservadores como una nueva opción política formada por hombres experimentados y progresistas, al tiempo que cuestionaba al sistema republicano federal y a la soberanía popular, abogando por elecciones limpias.

Para 1857, el análisis de Regina Tapia se basa en la forma en que el periódico El Siglo Diez y Nueve, de Francisco Zarco, impulsó la idea de que los candidatos difundieran sus programas políticos de gobierno, con el objeto de generar mayor competencia electoral y que la ciudadanía pudiera apelar a la rendición de cuentas por parte de sus funcionarios. Esta iniciativa se vio, sin embargo, restringida por la noción de honor imperante en la sociedad de la época, que concebía el ejercicio de la política por medio de un cargo público no como un acto de ambición personal, sino de sacrificio por el bien común, y sobre todo una respuesta a un requerimiento del partido o grupo que sostenía al candidato designado.

Por su parte, Julián Camacho examina de qué manera las elecciones no resultaron siempre un espacio eficaz en la construcción de consensos y negociaciones. Centra su abordaje en los procesos de criminalización construidos por la prensa periódica, frente a movimientos que se alzaron en armas contra los resultados de ciertas elecciones llevadas a cabo desde fines de la década de 1860 hasta mediados de la de 1870. El autor demuestra que las sublevaciones constituyeron una forma de participación política y que las estrategias de criminalización fueron usadas por los gobiernos como mecanismo de control imbricado con la represión del ejército, pero también como una táctica articulada por los adversarios al oficialismo.

En el capítulo cuarto, María Eugenia Ponce Alcocer indaga la prédica de dos periódicos de oposición durante el porfiriato, El Monitor Republicano y El Diario del Hogar, en cuanto a sus posicionamientos contrarios al abstencionismo, la manipulación electoral y las continuas reelecciones presidenciales de fines de siglo XIX. la autora complejiza la supuesta apatía ciudadana reflexionando en causas de mayor dificultad, como la falta de instrucción cívica y de organizaciones partidarias permanentes, el miedo a la represión oficial, la disconformidad con la política de la época, o por el contrario, en un aval ya decidido de antemano dentro del partido. Asimismo, destaca la manera en la que dichos periódicos aumentaron los niveles de unanimidad y disminuyeron la intensidad de la competencia electoral en el afán sólo de mostrar sus irregularidades, al tiempo que incitaron el voto activo de la ciudadanía haciéndose partícipes y no sólo eco de la dinámica política.

Por su parte, el trabajo de Fausta Gantús tiene como premisa poner en cuestión la existencia, aceptada por otros historiadores, de un supuesto pacto realizado en 1884 entre Porfirio Díaz y su sucesor Manuel González, en el que acordaban la próxima reelección del primero de ellos. De haber existido dicho pacto, la autora se pregunta por qué fue tan acérrima la batalla disputada en la prensa, mientras señala la importancia de dejar de analizar al porfiriato como un "bloque monolítico" en el que no hubo oposición al régimen. Por el contrario, ahondando en los matices y particulares trayectorias del entramado político del periodo, propone que el consenso en torno a Díaz se produjo recién hacia 1888, estableciendo una nueva periodización que centra su mirada en las constantes negociaciones que requería la puja política. De esta manera, la elección presidencial de 1884 habría funcionado a modo de arena política en la que gonzalistas y porfiristas se enfrentaron y midieron fuerzas en pos del acceso al poder.

Seguidamente, Alicia Salmerón analiza el surgimiento del Club Político Morelos a partir de las reuniones en la imprenta de los periódicos La Vanguardia y La Paz Pública, con el objetivo de intervenir directamente en los comicios. Esto evidenciaba el lugar fundamental de la prensa en los procesos electorales, pero también sus límites de intervención en el espacio político, dado que los clubes se presentaban como la instancia más próxima del activismo electoral. De esta manera, el papel de dichas publicaciones como gestoras de un grupo político evidenciaba su protagonismo en tanto espacios de reunión que reconfiguraban sus límites y potencialidades. La prensa aparece así como cabeza de partido, dando por tierra con la hipótesis de que el partido o la facción precedían al periódico. Además, el nuevo club político rebasó en su devenir al control y las expectativas originales de sus fundadores, ya que surgieron instancias organizativas no contempladas como sucursales y una convención, que a su vez formaron parte de una estructura que se llegó a pensar como permanente en razón de los intereses electorales de sus representados. De esta forma, la autora subraya que el Club Morelos configuró agentes electorales y no a la inversa.

Marisa Pérez domínguez aborda el único trabajo del libro que no está centrado en la Ciudad de México sino en Yucatán, donde en 1897, en lugar de primar la reelección del gobernador Carlos Peón, se impuso la alternancia política y la fuerte influencia de las decisiones presidenciales. La contienda electoral entre los partidarios peoncistas y los que apoyaban al otro candidato, Francisco Cantón, derivó en un enfrentamiento que generó estrategias inéditas, como un plebiscito por parte de los primeros y la utilización de una linterna mágica por los segundos. La resistencia del gobernador saliente frente a ciertas directrices establecidas desde el centro por Díaz y el intento de modificación de la Constitución para su reelección resultaron cuestiones que decidieron la puja en favor de Cantón.

Por último, Gabriela guerrero examina, por medio del periódico oficialista El Debate, la radicalización y violencia inherentes al ambiente político imperante ante la sucesión presidencial de 1910 y la profunda división de las élites porfiristas en torno a la figura del vicepresidente de la fórmula oficial, Ramón Corral, en contra de la del opositor Bernardo Reyes. El primero de ellos fue asimilado a categorías como orden, paz, progreso y estabilidad, mientras que al segundo, en su carácter de militar, se le imputaron los peligros de la rebelión, la anarquía y el caos. Ante esto, Díaz era mostrado como el hombre necesario del régimen, posicionándose también en contra de Francisco I. Madero mediante un discurso del miedo, que evidenciaba un modo de actuación política agresivo y descalificador que caracterizó el preludio de la Revolución mexicana.

En síntesis, el libro analiza las elecciones como coyunturas particulares de definición política y a la prensa como protagonista de la contienda de intereses en las luchas de poder. En este sentido, consideramos que este fructífero trabajo de coordinación, y otras recientes publicaciones vinculadas a la historia política de la Ciudad de México, constituyen un sólido esfuerzo que sería deseable se concrete en un texto de síntesis. De manera convergente, recuperar los matices y particularidades de estos procesos en los estados del interior del país resulta un contrapunto imprescindible.

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