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Estudios sociológicos

versión On-line ISSN 2448-6442versión impresa ISSN 0185-4186

Estud. sociol vol.40 no.spe Ciudad de México  2022  Epub 22-Sep-2023

https://doi.org/10.24201/es.2022v40.2322 

Reseñas

Fearing the Black Body. The Racial History of Fat Phobia

A. Tito Mitjans Alayón1  , Doctorx del Programa de Estudios e Intervención Feministas

1Doctorx del Programa de Estudios e Intervención Feministas, CESMECA-Universidad, Autónoma de Chiapas, titolindodemicorazon@gmail.com, https://cesmeca.academia.edu/AMitjansAlay%C3%B3n

Strings, Sabrina. 2019. New York University Press, 278p.


Por eso es mejor hablar recordando

que no se esperaba que sobreviviéramos.

Audre Lorde

Escuché por primera vez sobre este libro en un grupo de Whatsapp, donde varias activistas, intelectuales y académicos intercambiamos ideas e investigaciones sobre cómo se evidencia la gordofobia en México. En un inicio esperaba un libro que hablase sobre los procesos de resistencia racial generizada de las personas negras que responden a la gordofobia como sistema de opresión tanto estructural como personal. Luego pensé que se centraría en las formas de opresión racial gordofóbica hacia los cuerpos negros, una explicación histórica. Sin embargo, el trabajo de la autora consistió en identificar el tratamiento que le ha dado la supremacía blanca a la gordura, incorporando un dispositivo de distinción corporal basado en los cuerpos delgados como ejes de naturalización del peso humano, como parte de los ejes estructurales que sostienen a la blanquitud.

Aunque no cumplió mis expectativas iniciales abrió mi mirada al sistema que contiene, da forma y actualiza la gordofobia. Esta investigación viene a nutrir importantes conversaciones transatlánticas que estamos teniendo activistas gordxs en la diáspora africana, con una minuciosa investigación desde la sociología histórica que brinda un panorama del tratamiento histórico de las élites blancas sobre la gordura. Se apoya en las tecnologías de construcción de verdad occidentales como la estética, la moral cristiana-católica, el racismo científico, la eugenesia, la medicina y dentro de la misma, la nutrición.

En estos momentos en que el movimiento gordo en Latinoamérica y el Caribe está en pleno florecimiento, se precisa aún más de conversaciones y perspectivas acerca de las intersecciones entre raza, género, gordura, capacitismo y sexualidad sobre las innumerables e xperiencias de discriminación que vivimos las personas gordas. Y este libro nos brinda una investigación rigurosa acerca de las instituciones, las narrativas y las ideologías que han moldeado la gordofobia como parte del proyecto colonial europeo y de los colonos blancos-mestizos hasta la actualidad.

Fearing the Blackk Body es parte de los esfuerzos del activismo y la academia afro-estadounidense de motivar a las editoriales a publicar libros que hablen sobre racismo anti-negro y gordofobia, y los temas a su alrededor. Específicamente quiero vincular esta obra con otros libros, The Body is not an Apology: The Power of Radical Self Love de la activista feminista negra Sonya Renee Taylor, publicado por Berret- Koehler Publisher en 2018, que aborda el tema de la gordofobia hacia las mujeres negras, y Belly of the Beast: Politics of Anti-fatness as Anti-blackness del activista transmasculino no binario afroestadounidense De’Shaun L. Harrison, publicado a mediados de 2021 por North Atlantic Books Editorial que se centra en su experiencia y en las experiencias de racismo anti-negro hacia las masculinidades. En medio de este florecimiento de publicaciones de activismo gordo feminista negro y transfeminista negro fue publicado Fearing the Black Body.

El propósito central del libro es mostrar una línea histórica entre los vínculos acerca de cómo se ha construido la noción de lo humano (blanco-heterosexual-sano) a partir de una relación binaria y opuesta entre las categorías delgadez blanca versus gordura racializada no blanca de los pueblos negros, asiáticos e indígenas. Así, brinda una base histórica desde la cual activistas, académicos e intelectuales gordxs pueden hacer visible la gordofobia como una tecnología colonial eurocéntrica.

Desde la relación binaria y opuesta sobre lo delgado y lo gordo se van tejiendo otras identidades que se desgajan de esa matriz. Algunas se aproximan bajo diferentes niveles de lo humano hasta llegar al sujeto anglo-sajón y lo ario, mientras otras identidades blancas son racializadas como inferiores, con presuntas raíces africanas como los irlandeses, pero que en realidad ofrecen argumentaciones para justificar el colonialismo inglés sobre este pueblo.

Otras identidades se organizan bajo la misma ecuación eurocentrada de lo natural “lo humano blanco-delgado”, pero en la dirección opuesta se van alejando gradual y estratificadamente de ese supuesto “cuerpo-centro”, también de manera racial hasta llegar al cuerpo de la mujer negra gorda, que, como Strings expone, fue creado por las ideologías raciales tanto “científicas” y religiosas para demonizar a las mujeres negras. Asimismo otro propósito consistió en generar un otro monstruoso opuesto que sirviese para disciplinar y controlar el cuerpo de las mujeres blancas1.

Esta sistematización histórica inicia en el renacimiento europeo y abarca hasta mediados del siglo XX. Va conectando cómo se fueron creando los discursos y sus encarnaciones en las políticas de supremacía racial el fuerte nexo entre el racismo, el sexismo y la gordofobia primero en Europa y luego durante todo el siglo XIX y XX en Estados Unidos. El resultado fue un fortalecimiento de manera entrelazada, un discurso gordófico que se sustentó en el racismo científico, el protestantismo, la medicina y específicamente el campo de la nutrición.

Con la intención de mostrar estos entrelazamientos la autora dividió el libro en tres partes y diferentes periodos históricos. En cada parte se exhiben al menos uno de esos dispositivos de arbitraje e intervención occidental del cuerpo, delineando narrativas y discursos de construcción del cuerpo humano versus los cuerpos otrorificados. Durante el tratamiento de los períodos históricos manifiestan las transiciones entre tecnologías. Por ejemplo, de las justificaciones estéticas de la belleza del renacentismo a la moral cristiana-católica a mediados del siglo XIX, a la vez que destaca como durante el siglo XVIII y XIX comienza a cobrar cada vez más fuerza las ciencias naturalistas y, dentro de las mismas, el estudio de las “diferentes razas”. En otros periodos se pone en evidencia la convivencia de las políticas de la moral cristiana-católica gordofóbica y el ascenso de las “ciencias eugenésicas”.

En esa temporalidad seleccionada, Strings señala dos momentos históricos relevantes que catalizaron la imbricación del sistema gordofóbico y el racismo: el periodo del establecimiento de la trata de personas africanas esclavizadas entre Europa, las Américas y el Caribe por un lado y por otro la época de la propagación del protestantismo entre Europa y Estados Unidos. Algunos ejemplos fueron los “hallazgos” de los científicos de racismo científico quienes adhirieron la esclavitud africana a numerosas identificaciones racistas incrustadas en los cuerpos de las personas esclavizadas africanas, como las ideas de que eran codiciosos, y los discursos morales católicos y protestantes que vinculaban la gordura con lo impío. Estas coyunturas históricas determinaron estructuras indispensables en la conformación occidental de la gordura y la gordofobia.

La primera parte del libro se denomina La belleza de lo robusto y refleja justamente el tránsito entre un periodo de la historia europea, en la cual, a pesar de que comenzaba a incorporarse la ideología colonial capitalista, la delgadez no era aún uno de los centros-ejes identitarios de la blanquitud. Más adelante, el capitalismo racial-plantacionista se fortalecía, y, por ende, la trata esclavista africana y con ella, el ascenso del racismo anti-negro, anti-asiático, aparecían las nociones de belleza eurocentrada, así como los procesos iniciales de medición de los cuerpos entre los distintos pueblos para justificar una supuesta supremacía blanca. Los primeros esbozos dibujados y estudios “anatómicos” marcaban las diferenciaciones raciales de los científicos naturalistas y argüían una asumpción de la corporalidad blanca como el cuerpo natural.

Durante la trata africana hacia las Américas siguen vigentes las ideas del arte renacentista europeo sobre la belleza femenina y los entrecruzamientos con ideas que reforzaban la blanquitud como el pináculo de belleza. Desde ahí aborda otras corporalidades femeninas no blancas que también fueron leídas como bellas bajo los parámetros de blanquitud y cuán cercanos se hallan los fenotipos de dichos cuerpos negros y asiáticos a los de las mujeres blancas.

Por otro lado, es importante destacar que aunque los ideales de belleza no promovían la gordura, tampoco la delgadez, así había una menor percepción de la gordura como indicador negativo corporal, que la autora expone en las demás etapas históricas.

Avanza hacia la segunda parte del libro Raza, peso, Dios y país c omienza con la categoría mujer negra gorda y con el análisis de la historia de violencia y tortura que sufrió en Europa Saartjee Baartman (1789-1815), una mujer del pueblo Khoi Khoi de Sudáfrica. El caso de violencia científica que vivió Saartjee bajo el tutelaje de los hombres europeos evidencia primero a) la aprobación de la deshumanización que estaban viviendo las personas africanas bajo el dominio europeo; b) el uso de los cuerpos negros para generar y sustentar diversas teorías de supremacía racial, y en ese proceso, c) todas las formas de violencia que llevaron a cabo para justificar el mismo, especialmente la cruenta violencia hacia los cuerpos de las mujeres negras, entendidas como los recipientes más comunes para realizar cualquier tipo de acciones que no podían realizarse con otros humanos. Es importante destacar cómo la autora va narrando la participación de distintos hombres europeos (holandeses, ingleses y franceses) en este hecho atroz, como un manifiesto de la complicidad hetero-patriarcal en la tortura de las mujeres negras.

Este funesto ejemplo histórico fue utilizado por la investigadora para destacar un periodo en ascenso de las políticas europeas colonialistas de la reducción de los cuerpos negros a la cosa, como explicó Hortense Spillers, y, desde ahí, los procesos de generización racializada no blanca, como la hipersexualización de las mujeres negras2.

Finalmente la tercera parte del libro Los doctores opinan se centra en el rol de la medicina, particularmente cómo se moldeó la práctica médica en Estados Unidos y se interrelacionaron la religión y la moral cristianas y la delgadez. Quiero destacar el análisis histórico de la trayectoria del doctor John Harvey Kellogg y del impacto de su trabajo en la conformación de la nutrición, las dietas y los vínculos con la moral cristiana bajo un discurso de superioridad racial. Entre lo más significativo se encuentra la tensión generada con las políticas de deseabilidad de los cuerpos de las mujeres blancas delgadas. Al exponer que Kellogg cuestionaba la idea de salud y moral cristiana atada a la delgadez debido que para él la función esencial de dichas mujeres era la reproducción de la raza blanca, la autora muestra las tensiones en el campo de la medicina y el nicho de construcción de las ideas y políticas corporales de lo humano. De tal manera hace evidente las discusiones, las transiciones entre las consideraciones científicas sobre la hegemonía blanca, las distintas funciones que los hombres blancos asignaron a las mujeres blancas pero también a otros hombres blancos de clases sociales empobrecidas.

Una parte fundamental de la metodología que utilizó Sabrina Strings en este libro es el rastreo de la prensa y evidenciar el impacto social que fue adquiriendo ésta en las sociedades, moldeando la opinión pública a favor de los “hallazgos” de los científicos. En este sentido, devela una relación directa entre los periódicos, las revistas de mujeres y la creación de estados de opinión por parte de los medios acerca de la gordura, la ascensión de la gordofobia, sus articulaciones con discursos racistas y las justificaciones científicas.

Otro dato que resalta de la metodología de Strings está en la presentación al inicio de cada capítulo de la historia de un científico blanco cuyo trabajo tuvo un importante impacto. Primero fueron los “científicos” naturalistas hasta llegar a los eugenésicos, tanto europeos como estadounidenses. Con este esfuerzo biográfico va entretejiendo genealogías de científicos que buscaban bajo el uso de las ciencias justificar el colonialismo blanco y el racismo anti-negro, anti-indígena, junto a las ocupaciones de los territorios y el robo de los recursos naturales. Es interesante leer cómo la gordura se convirtió en una identidad integrada a las ideas de nación, de clase social y de práctica cristiana-católica para sustentar desde diferentes narrativas y perspectivas sociales la supremacía blanca y la jerarquía de lo anglosajón.

Entre algunas limitaciones que posee esta investigación se encuentra el sesgo binario de género. El libro está construido desde una perspectiva binaria del sistema de género y esto deja fuera historias, experiencias y formas en que los sistemas de opresión sistémica impactan la vida de las personas de la disidencia sexo-genérica no blancas, distintas a “los hombres” y “las mujeres”, especialmente las formas en que el cis-passing se incrusta dentro de las estructuras que dan vida a la humanidad blanca y cómo se complica el acceso al cis-passing, entendiendo que el cis-passing está designado desde la blanquitud para quienes no son blancxs ni delgadxs, principalmente quienes cuya hexis corporal encarnan cuerpos prietxs y gordos.

Por otro lado presenta la relación entre Europa y Estados Unidos como una extensión de la misma en las Américas, aunque nos brinda mucha información de cómo se materializaron las ideas, discursos y teorías científicas de supremacía racial atadas a la gordura. Además continúa con esa idea de leer a Estados Unidos como el epicentro de las políticas racistas, sexistas y, en el caso de este texto, gordofóbicas, en este continente, cuando investigadores cada vez más están exponiendo en Latinoamérica y el Caribe la trayectoria del racismo científico, las políticas eugenésicas en los sistemas educativos, en el perfilamiento racial y otras formas de generización racializada y racialización generizada de los cuerpos y los grupos sociales no blancos.

No obstante, es un primer esfuerzo por leer la gordofobia desde una perspectiva interseccional, y nos ayuda a conocer a profundidad la otra d inámica que envuelve al activismo gordo, la exposición de las instituciones de poder que sostienen esta opresión. Asimismo permite comprenderla como una estructura colonial y de ahí identificar las imbri caciones con otras formas de opresión social bajo una matriz de poder capitalista racial colonialista que opera a través de la regulación, violencia y atribuciones morales y de respetabilidad occidentales a los cuerpos. De manera brillante, al intentar llevar a cabo este propósito, nos devela las conexiones entre distintas disciplinas, campos científicos y la esencia de la academia eurodescendiente, sostener la supremacía blanca.

Referencias

Harrison, D. L. (2021). Belly of the Beast. The Politics of Anti-Fatness as Anti-blackness. Berkeley, California: North Atlantics Books. [ Links ]

Spillers, H. (1987). Mama’s Baby, Papa’s Maybe. An American Grammar Book. Diacritics, 17(2), Culture and Countermemory: The American Connection, summer, 1987, p. 67. [ Links ]

Taylor, S. R. (2018). The Body Is Not an Apology: The Power of Radical Self-Love. Oakland, Berrett-Koehler Publishers. [ Links ]

1Sabina Strings (2019). Fearing the Black Body. The Racial Origins of Fat Phobia. New York, New York University Press, p. 6.

2Hortense Spillers escribió: “Pero ese cuerpo, al menos desde la perspectiva de la comunidad cautiva, se enfocó un espacio particular y privado, en el cual unieron sus fortunas en un punto de convergencia biológico, sexual, social, cultural, lingüístico, ritualístico y psicológico. Esta profunda intimidad de detalles entrelazados fue interrumpida, sin embargo, a través de usos y significados impuestos externamente: 1) el cuerpo cautivo se convierte en la fuente de una sensualidad irresistible, destructiva; 2) al mismo tiempo -de forma asombrosamente contradictoria- el cuerpo cautivo se reduce a la cosa, convirtiéndose en algo para el captor/el dueño”. Mama’s Baby, Papa’s Maybe. An American Grammar Book. Diacritics, 17(2), Culture and Countermemory: The American Connection, summer, 1987, p. 67.

Acerca del autor de la reseña

Tito Mitjans Alayón es doctor en Estudios e Intervención Feministas de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), Chiapas, México. Historiador, activista feminista y antirracista afrocubano, trans-no binarie. Imparte la asignatura Intersecciones, Feminismos y Poscolonialidad en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.

Es miembro del grupo Feminismos, Género y Memorias de CLACSO y del Colectivo COPERA.

Ha impartido numerosos talleres, seminarios y charlas en diferentes universidades como en Berkeley Harvard y Rutgers University, el Instituto de Estudios Indígenas de la UNACH, el CESMECA y El Colegio de México.

En estos momentos, Tito es becario de investigación de CLACSO Desigualdades y violencias de género en América Latina y El Caribe con el proyecto Cartografías de la disidencia sexo-genérica indígena y afrodiaspórica contra las violencias coloniales en Chiapas, Centroamérica y El Caribe.

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