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Estudios sociológicos

versión On-line ISSN 2448-6442versión impresa ISSN 0185-4186

Estud. sociol vol.40 no.119 Ciudad de México may./ago. 2022  Epub 02-Dic-2022

https://doi.org/10.24201/es.2022v40n119.2133 

Artículos

El 1 porciento más rico en México, 1984-2018

The Top One Percent in Mexico, 1984-2018

Jesús Manuel Escobedo de Luna1 
http://orcid.org/0000-0003-2884-8276

1Universidad Autónoma de Zacatecas, Zacatecas, México, jm_escobedo@uap.uaz.edu.mx


Resumen

El propósito de este artículo es mostrar un panorama económico y sociodemográfico del percentil más rico de México. El artículo se divide en dos partes: 1), al hacer uso de las encuestas de ingreso y gasto de los hogares en México durante el periodo 1984-2018, se plantea una correlación de los ingresos absolutos y relativos entre diferentes periodos para observar la oscilación de su ingreso absoluto, su participación en el total del ingreso, la acumulación periódica y el tipo de procedencia del ingreso, y 2) al asumir que existe una desestimación sobre los ingresos en la parte más alta de las encuestas, se realiza una modificación en los ingresos absolutos basada en porcentajes similares propuestos por otros autores.

Palabras clave: percentil más rico; desigualdad extrema; acumulación; participación porcentual; desestimación de riqueza

Abstract

The purpose of this paper is to provide an economic and sociodemographic overview of the richest percentile in Mexico. The paper is divided into two parts. First, using household income surveys in Mexico during the 1984-2018 period, a correlation of absolute and relative income is drawn between different periods to observe the oscillation of its absolute income, its share of total income, periodic accumulation and the types of origin of its income. Second, assuming that there is a reduction of income in the highest part of the surveys, absolute income is modified based on similar percentages of the richest percentile in similar countries to Mexico calculated by other authors.

Keywords: richest percentile; extreme inequality; accumulation; percentage share; underestimation of wealth

México se caracteriza por sus altos niveles de inequidad en la distribución del ingreso, por lo tanto, para hablar sobre desigualdad es necesario describir el percentil más rico; la principal forma de medición estratificada de los ingresos sin hacer algún tipo de ajuste con otros datos macroeconómicos reside en el análisis de la Encuesta de Ingreso y Gasto en los Hogares1 (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) debido a la falta de acceso a los datos fiscales, si bien presenta algunos inconvenientes en la precisión de sus datos.

Los principales problemas en el análisis de la desigualdad se generan por la subestimación de las percepciones de los hogares, no sólo por subdeclaración sino también por subcobertura. Es decir, una alta concentración en la distribución indica que unos pocos hogares tienen una parte significativa del ingreso, por lo tanto si el procedimiento de muestreo que generan las encuestas da la misma oportunidad a todos los hogares, es muy poco probable que estén representados los más ricos, más aún si son muy pocos, de modo que no es posible observar la cola derecha de la distribución (Cortés, 2000, pp. 60-62; Cortés, & Vargas, 2017). Tal desestimación trunca por completo la información, ya que a pesar de que se perciben algunos hogares en las encuestas cuyos ingresos son muy altos, no representan la magnitud de los multimillonarios mexicanos.

Daniel Dorling refiere que la población más rica en el mundo se describe con el acrónimo HNWI (High Net Worth Individuals), personas con un millón de dólares de riqueza extra sin incluir su residencia principal o su pensión. En 2012 se estimaba que había 12 millones en el mundo. En la parte alta de los HNWI se encuentran los Ultra High Net Worth Individuals (UHNWI), quienes cuentan con al menos 30 millones de libras esterlinas en activos disponibles; ese mismo año 2012 se registraron 111 mil personas de este tipo en el mundo, que además poseían la tercera parte de la riqueza de los HNWI. El segmento más rico de los UHNWI, las 85 personas más ricas del mundo en ese año tenían el mismo monto de riqueza que la mitad de toda la población mundial (Dorling, 2014, pp. 142-143). Según el Wealth report,2 en México, en 2015, había un total de 252 282 HNWI; en 2019 la cifra aumentó a 271 676, y en 2020 disminuyó a 241 152. De igual forma, en 2015, de 3 426 UHNWI, la cantidad aumentó en 2019 a 3 470, y disminuyó a 3 287 en 2020 -ese año México concentró 26% de los UHNWI de toda Latinoamérica- (Knight, 2021). México contaba entonces con una población de 126 014 024 habitantes, es decir, para ese año solamente 0.19% de los más ricos era HNWI, y 0.002% UHNWI. La probabilidad de aparecer en las encuestas de ingresos son realmente muy bajas.

Para conocer la desigualdad de los ingresos en México se han hecho estudios con diversas estratificaciones, tipos de ingresos, metodologías y periodos sobre su posible evolución. López Gallardo (1998), al utilizar los datos del Censo de Población de 1950 y del Banco de México propuestos por Hernández Laos, & Córdova (1979), manifiesta que la participación del decil más rico disminuyó en el periodo de 1950 a 1977 de 45.48% a 37.99%, 3En ese mismo lapso las clases medias aumentaron su participación porcentual; Cortés, & Vargas (2017), y Cortés (2010), mediante el análisis de las encuestas de ingresos y gastos describen que la participación del decil entre 1984 y 2014 osciló entre 36% y 42% del total de los ingresos, pues disminuyó su proporción cada vez que hubo crisis o contracciones económicas. Hernández Laos (2006), al hacer un ajuste de las cuentas nacionales a las encuestas de ingresos y gastos entre 1963 y 1989 estableció que la participación del decil más rico al principio del periodo rondaba el 50%, disminuyendo en 1984 a 38%, y aumentando a 49% en 1989.

La disminución de la desigualdad hasta 1984 se relaciona con el incremento del PIB per cápita, y el aumento posterior se vincula a la reducción del mismo. Esquivel, & Cruces (2011), al emplear las ENIGH deducen que hubo un proceso anverso al incremento de la desigualdad generada entre 1984 y 1994 por la entrada de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por entonces los ingresos laborales, las remesas y las transferencias (en su mayoría mediante el programa Progresa/Oportunidades) desempeñaron un rol importante en el proceso de equidad.

Reyes Teruel, & López (2017), en 2014 al ajustar la ENIGH a las cuentas nacionales determinaron que el decil más rico tenía una proporción de 67.8% del total del ingreso; el ingreso ajustado era 7.21 veces más al expuesto en las encuestas y 76% de la desestimación total se llevaba en ese decil. Bustos, & Leyva (2017) al usar la información de la ENIGH 2012, las cuentas nacionales y los registros fiscales proponen una metodología en la que determinan que hay un grado importante de subdeclaración y de truncamiento en la parte más alta, donde el 1% más rico obtiene 17.3% del ingreso total, la misma proporción que el 60% más pobre. Miguel del Castillo Negrete (2015, 2017), al realiza un ajuste a las ENIGH mediante la agrupación de distintos tipos de ingresos y los relaciona con los ingresos de la cuentas nacionales, señaló un alto nivel de subregistro en el ingreso corriente de los hogares que provienen principalmente de la renta de la propiedad, y en especial de los intereses, dividendos y rendimientos (las encuestas registran menos de 10% de la contabilidad nacional) y en la declaración de los sueldos y salarios en los funcionarios, directores y jefes (el nivel de subregistro aumenta con el nivel jerárquico de laocupación).

En 2004 la desestimación era 2.5 veces el ingreso reportado en las encuestas respecto al de las cuentas nacionales, por lo que se deduce que el 1% más rico tuvo una pérdida a causa de la crisis mundial de 2008 cuando su proporción disminuyó 31.5%. Sin embargo, para en 2014 recupera su participación hasta 43.3%, y sus ingresos promedian 1 548 veces más que el 10% más pobre. Del Castillo Negrete concluye que las políticas aplicadas desde 1994 han incrementado la concentración de los ingresos en pocas manos, al ser la clase media la más afectada, porque a pesar de ser el mayor contribuidor de impuestos, no obtiene transferencias del gobierno. Así, el deterioro en la calidad de los servicios públicos ha llevado a dicha clase a dedicar una mayor parte de sus ingresos a educación, salud y electricidad, y reducido el ahorro y sus capacidades.

Al parecer la extrema desigualdad en México y en el mundo se agravó a partir de los cambios estructurales en los años de 1980 y 19904 que primordialmente se enfocaron en la apertura comercial, la privatización y la eliminación de barreras para la inversión extranjera. En la década de 1980, el percentil superior dominaba menos de 10% del ingreso total antes de impuestos en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 30 años después, su participación era de más de 10% en por lo menos nueve países de la OCDE, y más de 20% en Estados Unidos (Keeley, 2018). Chrystia Freeland (2012) describió incluso que la proporción de riqueza alcanzó 56% en 2003. En 2013 el economista Robert Shiller, ganador del premio Nobel, manifestó que el problema más importante era la creciente desigualdad que se gestaba en Estados Unidos y el mundo, aún más preocupante que la crisis financiera de 2008, debido a que en 2012 el percentil más rico en Estados Unidos había obtenido 19.3% de todos los ingresos de los hogares (Wilkins, 2013).

En ese mismo año en México se percibía una desigualdad nunca antes vista: el país contaba con Carlos Slim como el hombre más rico del mundo, según la revista Forbes (Sígler, 2012), y al mismo tiempo tenía 53 349 902 personas consideradas pobres5 (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 2016). Indirectamente, la acumulación extrema había ocasionado el aumento de la pobreza absoluta en México. Con relación a los resultados publicados recientemente por la World Inequality Database (WID) en México, la participación del 1% más rico ha tenido una tendencia a la alta de 21.4%, en 2002; a 28.7%, en 2019 (World Inequality Database, 2021). Asimismo, en el mundo, el Global Wealth Report determinó que el percentil mas rico tenía 43.3% de la riqueza en 2020 (Shorrocks et al., 2020), mientras que al 1% más rico le ha ido muy bien en las últimas décadas, el 99% restante ha visto estancados o disminuidos sus ingresos (Dorling, 2014 pp. 9-12,).

El percentil más rico relega al resto de la población, ya que cuanto más amplia es la brecha entre el 1% y el 99% restante, más grande es la puerta de la exclusión, y más se distorsionan la cooperación y la interdependencia humanas en beneficio del grupo más poderoso. Este proceso acumulativo no solamente repercute en el ingreso o la riqueza, sino que determina el estatus, la posición social y el prestigio y, por ende, el éxito y el fracaso en la vida (Galbraith, 2016); adquirir un alto nivel de desigualdad puede ser sumamente nocivo para la sociedad y la convivencia porque impacta en diversos ámbitos: el nivel de escolaridad,6 la posibilidad de compra de productos opulentos7 y la injerencia política.8

En México la mayoría de las personas están -y estarán en un futuro próximo o lejano- totalmente excluidas del percentil más rico del ingreso sin importar qué tan bien les pueda ir en su vida (Dorling, 2014, p. 19 ), las personas que pertenecen a este percentil es muy probable que sigan en él debido a que la limitada movilidad social se ha intensificado, mientras que las distribuciones de ingreso y riqueza se han hecho más desiguales (Atkinson, 2016, pp. 27-28) puesto que los países con un alto grado de desigualdad, como México, tienen menos movilidad social (a esto se le llama la “Gran curva Gatsby”, e indica mayor persistencia en los ingresos de una generación consecutiva) (Krueger, 2012, pp. 3-6)

Ingresos absolutos en el percentil más rico

Para conocer la tendencia del ingreso absoluto en el percentil más rico se construyeron las tendencias de las medias -con una técnica de remues­treo basada en mil muestras de simulación por medio de boostrapping para determinar un intervalo de confianza de 95%-, el reparto entre los ingresos del capital y del trabajo y la distribución por integrantes del hogar. Para la comparación entre encuestas se utilizó el ingreso total9 trimestral multiplicado por la inflación generada según el año de la encuesta hasta enero de 2021 -se toma esta fecha para tener un panorama comparable con los ingresos actuales-. En las primeras tres encuestas se eliminaron tres ceros a las cifras debido a los cambios realizados en la moneda mexicana en los primeros años de la década de 1990 (véase figura 1).

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018. (Los intervalos de confianza de la media de los p1-p99 son muy similares a la media y por lo tanto han sido omitidos.) Los resultados de la simulación de remuestreo se basan en mil muestras mediante boostrapping.

Figura 1 Media de ingresos trimestrales por hogar del percentil más rico en México, 1984-2018 (cifras a enero de 2021 en pesos mexicanos) 

A pesar de ser oscilante, el promedio de ingreso del percentil más rico ha sido muy distinto en comparación con la media de los primeros 99 percentiles; en un acercamiento inicial es posible identificar un aumento de la media de los ingresos del percentil de 1984 a 1992, periodo entre crisis caracterizado por cambios estructurales en la economía mexicana, como la apertura comercial, la privatización y la eliminación de barreras para la inversión extranjera.

Las medias más bajas se generan en 2010 y 2012 con 460 mil y 474 mil pesos, respectivamente; antes de la crisis mundial de 2008 se registra el mayor nivel de ingresos con 748 mil pesos; el aumento más notable se origina en el lapso 2002-200410 -con un incremento de 44.4%- al pasar de 488 mil a 705 mil pesos. Los intervalos de confianza de 95% son más amplios en 1989, 1992 y 2016. 1992 es el año donde el límite superior del intervalo de confianza es el más alto con 842 mil pesos.

Hay dos caídas notables, la primera se originó en el lapso 1989-1994 (Crisis de 1994-1995)11 cuando el límite superior del intervalo pierde cerca de 26% del ingreso absoluto; la segunda caída se genera en el lapso de 2008-2012 (Crisis de la burbuja inmobiliaria mundial)12 al disminuir su límite superior de 827 mil a 493 mil pesos, se redujo alred positiva13 edor de un 40% su ingreso absoluto. A pesar de haber sufrido caídas importantes en los ingresos, las recuperaciones del percentil son sólidas, las crisis tuvieron un impacto en la disminución de la desigualdad en Mé­xico; sin embargo, no le pusieron fin, solamente desaceleraron o pausaron la expansión de los altos ingresos, o en su defecto cambiaron la estructura interna de la captación de los ingresos del percentil. Pese a los desplomes en el ingreso absoluto, la inequidad entre estratos es persistente, ya que el número de veces que multiplica el promedio de los ingresos del percentil más rico al promedio de los demás percentiles no es muy diferente. 1984 es el año con menor desigualdad desde esta metodología con 9.0 veces, y 1992 el año con mayor desigualdad con 13.3 veces (véase cuadro 1).

Cuadro 1 Medias de ingreso absoluto por hogar trimestralmente del 99% inferior y 1% superior en México, 1984-2018 (cifras a enero de 2021 redondeadas a miles de pesos mexicanos) 

  ENIGH 1984 ENIGH 1989 ENIGH 1992 ENIGH 1994 ENIGH 1996 ENIGH 1998 ENIGH 2000 ENIGH 2002 ENIGH 2004
Media estadística del 1% más rico  $ 523,000.00  $ 711,000.00  $  718,000.00  $ 603,000.00  $ 521,000.00  $ 538,000.00  $ 529,000.00  $ 488,000.00  $ 705,000.00
Límite inferior del intervalo de confianza a 95%  $ 462,000.00  $ 577,000.00  $  622,000.00  $ 545,000.00  $ 426,000.00  $ 473,000.00  $ 474,000.00  $ 410,000.00  $ 618,000.00
Límite superior del intervalo de confianza a 95%  $ 599,000.00  $ 913,000.00  $  842,000.00  $ 678,000.00  $ 659,000.00  $ 617,000.00  $ 596,000.00  $ 622,000.00  $ 804,000.00
Media estadística p1-p99  $   58,000.00  $   55,000.00  $    54,000.00  $   55,000.00  $   45,000.00  $   45,000.00  $   48,000.00  $   48,000.00  $   58,000.00
 Media estadística del total de los hogares  $   63,000.00  $   62,000.00  $   61,000.00   $   60,000.00   $   50,000.00    $   50,000.00    $   53,000.00    $   52,000.00    $   64,000.00
                   
Media p100 / Media p1-p99 9.0 12.9 13.3 11.0 11.6 12.0 11.0 10.2 12.2
                   
  ENIGH 2005 ENIGH 2006 ENIGH 2008 ENIGH 2010 ENIGH 2012 ENIGH 2014 ENIGH 2016 ENIGH 2018  
Media estadística del 1% más rico  $ 636,000.00  $ 580,000.00  $  748,000.00  $ 460,000.00  $ 427,000.00  $ 474,000.00  $ 487,000.00  $ 549,000.00  
Límite inferior del intervalo de confianza a 95%  $ 559,000.00  $ 541,000.00  $  678,000.00  $ 429,000.00  $ 390,000.00  $ 417,000.00  $ 438,000.00  $ 447,000.00  
Límite superior del intervalo de confianza a 95%  $ 731,000.00  $ 623,000.00  $  827,000.00  $ 493,000.00  $ 468,000.00  $ 545,000.00  $ 548,000.00  $ 695,000.00  
Media estadística p1-p99  $   53,000.00  $   57,000.00  $    59,000.00  $   49,000.00  $   46,000.00  $   47,000.00  $   49,000.00  $   49,000.00  
 Media estadística del total de los hogares $  59,000.00 $   62,000.00 $    66,000.00 $   53,000.00 $   50,000.00 $   51,000.00 $   55,000.00 $   55,000.00  
                   
Media p100 / Media p1-p99 12.0 10.2 12.7 9.4 9.3 10.1 9.9 11.2  

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Es importante no caer en una aserción engañosa, la disminución de la desigualdad no significa que exista un goteo económico hacia las clases medias y bajas, ya que sus ingresos han permanecido estables en las últimas décadas, y se han presentado contracciones y crisis económicas que han conducido a la variación del ingreso del percentil más rico en México, pero cronológicamente la tendencia y la evolución de la desigualdad son muy parecidas. Es evidente que cuando existe un mayor ingreso absoluto en el percentil más rico, se aleja de manera notable de los demás estratos sociales; empero, también existe un mayor rango de ingresos y una mayor desigualdad entre los hogares que pertenecen al percentil, de modo que las diferencias de ingresos de los hogares dentro del percentil sean más amplias que en relación con otros estratos socioeconómicos, incluso si se hiciera una menor división de grupos socioeconómicos como deciles o quintiles. Las personas que pertenecen a la parte inferior del percentil más rico podrían sentirse muy pobres comparados con las personas que se encuentran en la parte alta; sin embargo, se encuentran en mejores condiciones que la inmensa mayoría de la población.

Estructura de los ingresos absolutos en el percentil más rico

En esta parte del artículo se examina la dinámica de la relación entre los ingresos del trabajo, transferencias y del capital/negocio dentro del percentil. La participación porcentual de los ingresos por trabajo fue calculada sumando la proporción de los sueldos, las comisiones, el aguinaldo, las indemnizaciones del trabajo y las remuneraciones en especie.14 Los porcentajes del capital y del negocio se calcularon al sumar tres tipos de ingresos: 1) los ingresos del negocio independiente, es decir, todas aquellas entradas en efectivo o en especie que los integrantes del hogar reciben regularmente por su desempeño como trabajadores independientes en su trabajo principal o, si es el caso, en su trabajo secundario; 2) los ingresos de la renta de la propiedad que agrupa todos los ingresos que reciben los integrantes del hogar derivados de la posesión de activos financieros o tangibles que han puesto a disposición de otras unidades institucionales, y 3) las percepciones financieras y de capital totales que son la suma de cada una de las percepciones que reciben los integrantes del hogar derivadas de movimientos en el valor de sus activos, incluidas las herencias. Los porcentajes de transferencias se calcularon por las entradas en efectivo o en especie recibidas por los integrantes del hogar y por las cuales el proveedor o donante no demanda retribución de ninguna naturaleza.

Es notorio el cambio estructural en la procedencia de los ingresos a pesar de ser pequeña la temporalidad del estudio (véase figura 2). Como describen Wolff y Zacharias (2009) en el percentil más rico no se suplantan los tipos de ingresos por la temporalidad; se trata de una cohabitación de altos ingresos por parte del capital y salarios muy altos. En este análisis las principales variaciones en la composición de los ingresos indican que en la primera mitad, en 1984-2000, son notoriamente superiores los ingresos compuestos por el negocio en comparación con los ingresos por el trabajo, con excepción de 1994. Después del año 2000 los ingresos del trabajo tienen una tendencia a la alza que en conjunto con los ingresos de la renta se vuelven progresivamente predominantes al final del análisis; su mayor incremento se presenta después de la crisis de 2008, cuando suman más de 30% de la proporción de los ingresos del estrato. Hay una tendencia a la baja de la proporción de los ingresos del negocio porque solamente hasta el año 2000 la proporción es mayor al 30%; después de la crisis inmobiliaria de 2008, sufre la mayor caída al disminuir 17.7% de la proporción total, y al final del análisis su participación es sólo de 5.8%; de manera inversa, los ingresos provenientes de la renta aumentan considerablemente, 26.2% al final del análisis. Las percepciones de capital son irregulares en el periodo estudiado, ya que no mantienen una tendencia trascendental.15 El número de personas que perciben ingresos (es decir, que perciben ingreso corriente por trabajo, negocio, transferencias, rentas y otros trabajos) aumenta de 1.85 a 2.69; de manera similar el promedio de personas ocupadas (número de personas que tienen trabajo y 14 años o más) se eleva de 1.56 a 2.17; por lo tanto, se podría deducir que aumen ta el número de personas que se dedican al trabajo a pesar de contar con altos ingresos provenientes del capital o de las rentas, lo cual se relaciona directamente con el aumento de la participación de los ingresos por trabajo en el percentil.

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 2 Proporción de los ingresos del trabajo, transferencias y de los ingresos del capital/negocio del percentil más rico en México, 1984-2018 

En la última parte del análisis es claro el cambio de estructura de los ingresos en el percentil, pues los ingresos del trabajo y de las rentas cobran una participación mayor; al parecer en estos hogares, como ha descrito Milanovic, se ha creado un estilo de capitalismo potencialmente nuevo, aparentemente más meritorio, que aumenta aún más la desigualdad debido a que las mismas personas que son poseedoras del capital son las que tienen los ingresos por trabajo más altos, la correlación negativa que se tenía entre capital-trabajo se está volviendo positiva16 en México. El percentil en gran medida ha pasado de ser dominado por ingresos provenientes del negocio a otro en el que imperan rentistas y trabajadores con ingresos altos. Los ingresos del trabajo han dejado de ser complementarios para volverse gradualmente el ingreso principal del percentil.

Integrantes e ingresos promedio mensuales por personas en el percentil más rico

Se deben tomar en cuenta dos factores que influyen en aumentar la polarización socioeconómica que son la persistencia de los ingresos muy altos y la disminución de integrantes en los hogares más ricos. En el percentil más próspero la disminución del promedio de integrantes de los hogares17 alcanza 5.33 personas por hogar en 1984 y 3.88 personas por hogar en 2018, es decir, una reducción de 1.45 integrantes en ese lapso.

En el periodo 2004-2008 se presentan los promedios de ingresos más altos por persona y en ese último año asciende a un mayor promedio con 61 mil pesos; las menores cantidades se producen en 1984 y 1996. La disminución de los integrantes influye de forma trascendental, puesto que al comparar los ingresos absolutos trimestrales por hogar y por persona, difieren de acuerdo con el año de estudio; por ejemplo, los ingresos por hogar son mayores en 1996 que en 2018, sin embargo, por persona son mayores en 2018 que en 1996. La disminución de integrantes por hogar modificó el promedio de ingresos por individuo y a pesar de que disminuyan los ingresos por hogar puede que aumenten los ingresos per cápita. Existe por lo tanto una correlación con la acumulación de la riqueza que ocasiona una mayor polarización socioeconómica18 per cápita (véase figura 3).

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 3 Ingresos mensuales promedio por persona y número de integrantes por hogar del percentil más rico en México 1984-2018 (cifras a septiembre de 2020 en pesos mexicanos). 

Proporción del percentil más rico en el total del ingreso

Pese a que en México las encuestas subestiman el ingreso de los individuos en la parte alta de la distribución, el percentil más rico ha tenido un promedio similar a 10% del ingreso total en el periodo analizado (véase figura 4). Es necesario hacer hincapié que la desigualdad en una sociedad no es estática, los valores son acumulativos con el paso del tiempo y un pequeño aumento relativo en el percentil más rico significa un aumento muy alto de sus ingresos absolutos en comparación con otros estratos, es un factor variante que origina mayor polarización.

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 4 Proporción de ingresos relativos del percentil más rico, clase intermedia, clase media y clase baja en México, 1984-2018 

Los resultados proyectan que los tres años en que tiene un mayor porcentaje el percentil más rico son 1989 con 11.5%, 1992 con 11.8% y 2008 con un 11.4%; al contrario, los años con un menor porcentaje son 1984 con 8.3%, 2010 con 8.7% y 2012 con 8.5%; en dos lapsos se perciben las mayores caídas relativas del percentil, 1992-1994 con -1.8% y 2008-2010 con -2.7%. Al contrastar estos resultados con los de Del Castillo (2017) se percibe que el subregistro es muy amplio cuando se ajusta con las cuentas nacionales, ya que en sus datos la participación más baja se genera en 2008 con 31.5%, y al final de su análisis en el año 2014 la proporción suma 43.3%. Nuestros resultados abarcan sólo una tercera o cuarta parte de esa proporción. Con los datos de la WID pasa algo similar, en sus análisis combinan las encuestas de ingreso, las cuentas nacionales y los impuestos provenientes del Servicio de Administración Tributaria (SAT). En 2018 la proporción del percentil más rico era de 28.5%, casi tres veces más alto que los resultados de esta investigación.

Se construyeron los porcentajes de otros tres grupos socioeconómicos que se denominaron clase baja, clase media y clase intermedia;19 la clase baja abarca los 5 percentiles más pobres, la clase media incluye la suma entre los percentiles 51 y 90, y la clase intermedia20 se encuentra entre el percentil 91 y el 99. La clase baja tiene una caída en la participación en los primeros años del análisis, pero con el transcurso de las encuestas mantiene una tendencia a la alza, no muy amplia, pero al final el porcentaje es mayor al del primer año, la menor proporción se produce en 1992 con solamente 18.0%; a la clase media le pasa algo parecido, tiene una disminución en el periodo 1984-1994, pero después mantiene una pequeña tendencia a la alza, su mayor proporción se ubica en el año 1984 con 45.7%; la clase intermedia en un principio muestra un aumento, pero al final del periodo tiene una tendencia a la baja: en 2016 y 2018 muestra el menor porcentaje con 24.0%.21

El caos económico de la crisis de 2008 redujo el ingreso relativo del percentil más rico y en vista que el 50% más pobre aumenta su participación, la desigualdad disminuye; sin embargo, hay que observar que no porque disminuya el porcentaje del ingreso de los estratos más altos aparece una mejora en la calidad de vida de los estratos más bajos. La disminución de la desigualdad se debe a que los más ricos perdieron una mayor cantidad de ingreso absoluto y por ende tuvieron una mayor caída relativa; sin embargo, las clases más pobres también tienen un descenso en su ingreso absoluto, pues se redujo la desigualdad pero disminuyeron también los ingresos en la mayoría de los hogares.

Comparación del ingreso relativo entre el percentil más rico con el ingreso relativo de los percentiles más pobres

En esta parte del trabajo se determina el porcentaje equiparable de los percentiles más pobres que en conjunto tendrían los mismos ingresos relativos que el percentil más rico (se redondean los estratos). Desde esta metodología, en todo el periodo analizado en promedio el porcentaje del ingreso del percentil más rico es similar al acumulado de los 34 percentiles más pobres. En 1992 se tiene una mayor inequidad, comparable al porcentaje de los primeros 39 percentiles; al contrario, en 1984 se aprecia una menor desigualdad, al ser equiparable con el porcentaje de los 28 percentiles más pobres. Al parecer existe una correlación indirecta de la procedencia de los ingresos, debido a que después de 2008, cuando son mayores los ingresos por trabajo, se percibe una menor desigualdad; al contrario, cuando los ingresos provienen del negocio, la inequidad es más alta (véase figura 5).

Fuente: Cálculos propios con base de los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 5 Proporción del ingreso que concentra el percentil más rico y su equivalencia con los primeros percentiles de las encuestas en México, 1984-2018 

Subestimación de los ingresos en la parte alta de la estratificación socioeconómica

Las encuestas de ingreso y gasto nos acercaron a la participación del percentil más rico en el periodo 1984-2018, que ha rondado el 10%, una aportación muy parecida a la que tienen los países más equitativos en el mundo como Suecia o Japón, incluso es menor que en Alemania o Corea del Sur,22 y a pesar de que la desigualdad mostrada es amplia, aun no denota la verdadera inequidad en la sociedad mexicana por el problema del truncamiento. Incluso si se hicieran los análisis por estratos muy pequeños23 como milésimos o diezmilésimos, los resultados no podrían describir la magnitud de la verdadera desigualdad mediante los análisis de las encuestas. Campos et al. (2014, p. 29) han descrito que la participación del percentil más rico es cercano a 21%, Miguel del Castillo concluye que la proporción ha sido incluso mayor a 40% de acuerdo con el año de estudio, y las últimas cifras de la WID han determinado que en 2019 son mayores a 28%. Estas cifras son más cercanas a países como Brasil, Chile o Estados Unidos (véase figura 6). Si esto es real, México podría ser uno de los países donde el percentil más rico tiene una mayor proporción y uno de los más desiguales en el mundo, ya que el porcentaje del ingreso del percentil más rico superaría al porcentaje de la mitad más pobre del país, el cual ronda 20% del ingreso total.

Fuente: Cálculos propios con base en los datos de la World Inequality Database (WID) 2021. Participación del Top 1% más rico de diferentes países.

Figura 6 Participación porcentual del percentil más rico en diversos países, 1980-2019 

Curvas del elefante en México

La curva del elefante determina a través de una comparación porcentual un incremento o una disminución del ingreso relativo por estrato socioeconómico entre un periodo de tiempo; el eje horizontal muestra los percentiles de la distribución donde los estratos más pobres se encuentran en la parte izquierda y los más ricos en el extremo derecho, el eje vertical muestra la variación en el ingreso relativo (véase figura 7). Se utilizaron diversos lapsos tomando en cuenta diferentes gobiernos y periodos. El mayor hallazgo es que los aumentos más notables se dan en el percentil más rico (con excepción del gobierno panista al que marca la crisis mundial), pues en el periodo 1984-2016 obtiene la mayor ganancia: 23.6%; los mayores decrementos se encuentran entre el percentil 80 y el 99, es decir, en los estratos que se identifican como clases medias e intermedias. Hay que recordar que debido a que los ingresos absolutos del percentil más rico son mayores, las ganancias lo son también, aunque aumente muy poco; así, una ganancia porcentual muy pequeña en las clases más altas, o alrededor de éstas, puede representar una enorme porción de la ganancia absoluta total (Milanovic, 2017, p. 38). Por el contrario, cuando el percentil más rico disminuye su proporción del total del ingreso nacional, disminuye notablemente la desigualdad absoluta para el resto de la población.

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 7 Curvas del elefante de la desigualdad en México, diversos periodos 

Modificación en la participación relativa y absoluta de los estratos sociales

El análisis del periodo 1984-2018 determinó que la participación promedio del percentil más rico es de 10.0%, la media del ingreso absoluto de 573 mil pesos trimestrales por hogar con un límite inferior del intervalo de confianza de 502 mil pesos y un límite superior del intervalo de confianza 665 mil pesos. La clase intermedia tiene en promedio una participación de 26.3% y un ingreso absoluto de 166 mil pesos trimestrales; en la clase media la participación suma 44.1% y el ingreso absoluto de 63 mil pesos; finalmente, la clase baja muestra una participación de 19.5% y un ingreso promedio trimestral de 22 mil pesos.

Debido a la falta de certidumbre de las encuestas en relación con los ingresos de las personas más ricas en México, se construyó un panorama de los ingresos en la que el percentil más rico se ajustaría a 30% del ingreso total, al modificarse los estratos sociales de acuerdo con las disminuciones que generaron los gráficos del elefante, es decir, el porcentaje que aumenta en el percentil más rico disminuye equitativamente entre las clases medias e intermedias. Por consiguiente, los ingresos relativos en los estratos mexicanos se reparten de la siguiente forma: el percentil más rico obtiene 30% de todos los ingresos del país, la clase intermedia 20%, la clase media 30% y la clase baja, es decir la mitad más pobre del país,24 abarcaría solamente 20% de todos los ingresos (véase figura 8). Con este ajuste la proporción del percentil más rico sería similar a la proporción de 64% de la población más pobre de México, es decir, el total de la clase baja y un 14% de la clase media. Los ingresos promedio por hogar trimestralmente del percentil más rico serían de 1 721000pesos con un límite inferior del intervalo de confianza de 1 508 000 pesos y un límite superior del intervalo de confianza de 1 998 000 pesos. La clase intermedia disminuye 126 mil pesos, la clase media 44 mil pesos y la clase baja permanece igual con 22 mil pesos. En relación con el número de integrantes por hogar, el percentil más rico tiene en promedio 4.21 integrantes, la clase intermedia 4.43 integrantes, la clase media 4.52 integrantes y la clase baja 3.92 integrantes (véase figura 9).

Fuente: Elaboración propia.

Figura 8 Promedio de la participación relativa del ingreso por clase social en México ajustado entre 1984-2018 

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 9 Ajuste del ingreso absoluto trimestral por hogar y promedio de integrantes del hogar por estrato socioeconómico entre 1984-2018 (cifras a enero de 2021, redondeado a miles de pesos mexicanos) 

Por lo tanto, una persona que pertenece al percentil más rico promediaría mensualmente un ingreso absoluto (redondeado a cientos) de 136 300 pesos,25 una de la clase intermedia 9 500 pesos, una de la clase media 3 200 pesos y una de la clase baja 1 900.00 pesos. Los ingresos per cápita del percentil más rico serían en promedio 71.7 veces más altos que el promedio de las personas que pertenecen a la clase baja, es decir, el promedio del ingreso que percibe en cinco días una persona del percentil más rico sería similar al ingreso que recibe una per­sona de la clase baja en todo un año, y el ingreso promedio que percibe un individuo del percentil más rico en veinte días sería similar al ingreso de toda una familia de clase baja en un año. Un individuo del percentil más rico tendría en promedio 42.5 veces el ingreso que percibe una persona de la clase media y 14.3 veces el ingreso de otra que pertenece a la clase intermedia (véase figura 10).

Fuente: Cálculos propios con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 1984-2018.

Figura 10 Promedio ajustado de ingresos absolutos mensuales por persona por estrato socioeconómico entre 1984-2018 (cifras a enero de 2021 redondeando a cientos de pesos mexicanos) 

En este sentido, es claro que tienen mayores rasgos en común las clases intermedias, medias y bajas, ya que sus ingresos se acercan más a la base de la estratificación. Es muy probable que su activo principal sea su residencia, que sean asalariados y que no disfruten de tantos artículos de opulencia como las personas pertenecientes al percentil más rico. Si este ajuste se aproxima a la realidad, se puede establecer que la desigualdad en México es enorme.

Conclusiones

Existe una subestimación muy importante en la parte alta de la distribución, ya sea por subreporte o porque los hogares más ricos no son encuestados; no obstante, a pesar de esto, los resultados de las encuestas señalan que la disparidad de ingresos en el percentil más rico es muy amplia respecto a los demás estratos socioeconómicos.

Las crisis económicas han impactado en la disminución de los ingresos absolutos del percentil más rico y han alterado su participación en el total del ingreso; disminuye la desigualdad extrema, pero no porque exista un aumento de los ingresos en las demás clases sociales, ya que todas las clases disminuyen sus ingresos por esas contracciones macroeconómicas.

Se ha modificado la estructura de la procedencia de los ingresos, ya que el número de personas que se encuentran ocupadas y que perciben ingresos del trabajo muestran una tendencia a la alza; por lo tanto, existe un mayor número de trabajadores por hogar. En gran medida ha pasado el percentil más alto de ser un estrato dominado por ingresos provenientes del negocio a un estrato en que imperan rentistas y trabajadores con ingresos altos. Los ingresos del trabajo han dejado de ser complementarios para volverse gradualmente el ingreso principal del percentil.

Existe una correlación entre la disminución de integrantes por hogar y los ingresos altos, pues aumentan el promedio de ingresos por individuo, a pesar de que disminuyan los ingresos por hogar. Al final del periodo aumentan los ingresos por persona, lo que ocasiona una mayor polarización socioeconómica per cápita.

Al comparar el inicio y el final del periodo estudiado mediante los gráficos de elefante se identifica que lo que se denomina clases medias e intermedias tienen el mayor decremento en la participación del total de los ingresos; por el contrario, el percentil más rico aumenta su proporción.

Es preocupante que México ostente una desigualdad sumamente alta y que no se pueda tener acceso a todos los datos existentes para entenderla, es muy probable que la desigualdad aumente en los próximos años y el percentil más rico tenga una mayor proporción del ingreso. México seguirá siendo uno de los países más desiguales en el mundo. Se tiene que formular una nueva metodología que sea capaz de captar los ingresos de los hogares más ricos del país mediante el uso de diferentes fuentes de información, -como las cuentas nacionales y los datos fiscales- para alcanzar un acercamiento más adecuado a la magnitud de la desigualdad que se está gestando en el país en los últimos años, debido a que los resultados de las encuestas muestran un gran truncamiento en la parte alta de la distribución.

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1 En las estimaciones de la distribución nacional basadas en encuestas de hogares siempre resulta en estremo difícil llegar a los muy ricos, y a menudo también a los muy pobres. El problema suele zanjarse mediante el censuramiento, es decir, estimando ingresos por encima y por debajo de las sumas, con lo cual la medida real de la desigualdad queda censurada (Therborn, 2016, pp. 111-112). El ingreso que se utiliza en las encuestas de los hogares en México es el ingreso disponible (después de impuestos), no obstante, resulta imposible compararlo con las cuentas nacionales o los datos fiscales.

2El Wealth Report de 2021 difiere de la clasificación de Dorling al añadirse la residencia principal en el cálculo del patrimonio neto de los multimillonarios.

3 López Gallardo (1998) señala serias limitaciones relacionadas con la calidad del material estadístico utilizado, debido a la información recogida entre los encuestados y su veracidad en las encuestas. Al observar una subdeclaración de ingresos y gastos, las conclusiones deberían tomarse con extrema cautela.

4Los cambios estructurales en los años de 1990 hicieron que importantes empresas industriales antes propiedad del Estado fueran a parar a manos de algunos de los más poderosos empresarios del país, con facilidades para adquirirlas y propiciando la conformación de grupos monopólicos (Concheiro B., 1996, p. 161), lo que generó una desigualdad extrema constante. La distribución de la riqueza y del ingreso se tornaron más inequitativos, y se expresaron entre otras cuestiones en el aumento absoluto y relativo de los pobres, mientras unos cuantos mexicanos alcanzaron el privilegio de situarse entre los más ricos del mundo (Cordera Campos, 2017, p. 22; Rueda Peiro, 1996, p. 84). Carlos Slim incrementó masivamente su fortuna al controlar Telmex, empresa mexicana de telefonía fija privatizada hacia 1990 -después se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo-; Germán Larrea y Alberto Bailleres obtuvieron concesiones otorgadas por el Estado mexicano para la explotación de minas; Ricardo Salinas Pliego obtuvo el control de una cadena nacional de televisión al adquirir la televisora pública Imevisión -hoy TV Azteca- (Esquivel Hernández, 2015, p. 20).

5La desigualdad en todo el mundo es mucho mayor que la desigualdad de cualquier país; no obstante, en algunos países la desigualdad interna sigue creciendo rápidamente. Los individuos más pobres continúan viendo caer sus beneficios y salarios, mientras los superricos del mundo van llegando a la cima. Por cada individuo muy rico en la parte superior, hay más de 700 mil personas que se han vuelto más pobres en la parte inferior (Dorling, 2014, p. 144 ).

6La desigualdad distributiva en años de escolaridad y la desigualdad de oportunidades no constituyen fenómenos inconexos, sino que forman parte de una misma realidad, el promedio de años de escolaridad aumenta conforme se acercan a los estratos más ricos (Solís, 2010).

7Existe una edificación del sistema social basado en preferencias culturales de opulencia, gracias a la cimentación de un constructo adquisitivo en las personas, en otras palabras, las clases más altas determinan de manera directa cómo se modifican los gustos y necesidades a lo largo del tiempo, crean necesidades que en ocasiones sólo pueden satisfacerse por ellas debido a la cantidad de sus ingresos. Si en una sociedad tener bienes de lujo no implicase un mejor posicionamiento social, el ingreso perdería su importancia dentro del estatus social.

8Es muy probable que los legisladores y los principales responsables de la política económica y comercial del ejecutivo sean miembros del 1% más rico; saben que, si sirven bien a este estrato socioeconómico, serán recompensados cuando dejen el cargo. Es por esto que los sistemas políticos han venido funcionando cada vez más de una forma que incrementa la desigualdad de los resultados y reduce la igualdad de oportunidades pues concede un desmedido poder “a los de arriba”, que éstos han utilizado para limitar el alcance de la redistribución (Stiglitz, 2011; 2015b; 2015a, pp. 75-79). Las respuestas de los políticos aumentan considerablemente en cuanto mayor sea la preocupación de los ricos; son cinco o seis veces más propensos a responder a los intereses de los ricos que a los intereses de la clase media, y debido a que las políticas en favor de los ricos aumentan aún más sus ingresos, hace de los ricos las únicas personas capaces de hacer donativos significativos a los políticos y, por consiguiente, los únicos a quienes escuchan los políticos (Gilens, 2012; Milanovic, 2017, pp. 216-217).

9Para calcular los ingresos totales se sumaron los ingresos corrientes pertenecientes al trabajo, negocio, percepciones del capital o de las rentas y transferencias; los ingresos en especie o regalos también son importantes en esta medición ya que a pesar de que son los hogares más pobres quienes reciben mayor porcentaje, en los hogares más ricos una parte de sus ingresos son producidos por el capital heredado que se puede presentar como percepciones del capital, del negocio o de la renta.

10A pesar de las fluctuaciones en los marcos de muestra, las medias para el total de los hogares tienen las mayores variaciones en los periodos 1994-1996, 2002-2004 y 2008-2010, los que concuerdan con dos crisis económicas y la otra con el cambio de estructura de recopilación de datos de los ingresos en las encuestas que expone Araceli Damián (2007).

11Para 1993 México contaba con 13 de los hombres más ricos del mundo a pesar de haber pasado por crisis muy severas; la fortuna de los 24 mexicanos más ricos era equiparable al monto de la deuda externa privada total de 1994, situada en 44 100 millones de dólares (Cordera, & Tello, 1998, pp. 9-10).

12Los ingresos máximos son más sensibles a los cambios en un ciclo económico que los ingresos de otros grupos: el ingreso promedio del 1% superior sube y baja más rápido que los ingresos del resto de la población cuando la economía se expande o contrae. Por lo tanto, durante los dos primeros años de la Gran Recesión, el 1% más rico experimentó una caída significativa de sus ingresos reales: 3% en 2008 y 6.6% adicional en 2009, en promedio, en Australia, Canadá, Dinamarca, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, España, Suecia y Estados Unidos (Organisation for Economic Co-operation and Development, 2014). El 1% más rico del mundo tuvo una buena temporada entre 1988 y 2008; sin embargo, su suerte se ensombreció entre 2008 y 2011, pues el crecimiento de los ingresos de la mayor parte de las personas que estaban en el 1% más rico en el mundo y que pertenecían a las partes altas de las distribuciones de ingreso de los países ricos se hizo más lento o se detuvo debido a la crisis financiera (Milanovic, 2017, p. 48). Ese 1% sembró las semillas de la inestabilidad futura al obtener tanto control a principios de la década de 1980 y luego cambiar la regulación financiera a su favor, la precariedad masiva y finalmente, la crisis financiera de 2008 (Dorling, 2014, p. 194). En Estados Unidos, curiosamente, la Gran Recesión de 2008-2009 no parece haber revertido la tendencia a la alza. Hubo una caída en la participación del 1% superior en 2008-2009, pero un repunte en 2010 (Alvaredo et al., 2013).

13Una persona con ingreso laboral muy alto (en el 1% más alto) casi con seguridad (80% de probabilidad) pertenece al quintil más alto de los propietarios de capital […] La gente con ingresos por trabajo muy altos pueden ahorrar una porción considerable de su ingreso y se convierten en grandes propietarios de capital, proyectados a futuro con padres que inviertan en la educación de sus hijos y que les hereden grandes activos de capital, la desigualdad aumenta y cobra una apariencia meritocrática (Milanovic, 2017, p. 210). En Estados Unidos en 1980 la relación entre los ingresos del trabajo no era fuerte, de los que se encontraban en el 1% más rico del capital, solo el 17% estaban en el 1% más rico de los ingresos del trabajo; para el año 2000 la proporción había cambiado a un 27% (Alvaredo et al., 2013).

14No existen datos en las encuestas del tipo de trabajo u oficio del jefe de familia, por lo tanto, se desconoce las principales fuentes o tipo de trabajo del percentil en México; se podría especular que son altos dirigentes en empresas privadas, legisladores, médicos especialistas, abogados de gran renombre o importantes ingenieros de la industria, pero solamente es una suposición.

15 Reyes et al. (2017) describieron con datos de la ENIGH 2014 que los ingresos por parte del trabajo y del capital son en promedio de 79.1% y 20.9%, respectivamente; mediante un ajuste en relación con las cuentas nacionales plantearon una desestimación de las encuestas en los ingresos del trabajo de 1.6 veces y de los ingresos del capital de 14.6 veces, con este ajuste la proporción del capital sería de 71% y la proporción del trabajo de 29%; por otro lado, Samaniego (2014) detalla que las cuentas nacionales contabilizan el trabajo asalariado como los ingresos del trabajo, pero en países como México donde el trabajo informal es muy importante la separación de los ingresos del trabajo en las cuentas nacionales es complicado, incluso con un ajuste en el que 75% de los ingresos mixtos fueran atribuibles al trabajo, la proporción dentro del PIB no rebasaría el 50 por ciento.

16Una persona con ingreso laboral muy elevado (en el 1% más alto) casi con seguridad (80% de probabilidad) pertenece al quintil más alto de los propietarios de capital […] La gente con ingresos por trabajo muy altos pueden ahorrar una porción considerable de su ingreso y se convierten en grandes propietarios de capital, proyectados a futuro con padres que inviertan en la educación de sus hijos y que les hereden grandes activos de capital, la desigualdad aumenta y cobra una apariencia meritocrática (Milanovic, 2017, p. 210). En Estados Unidos, en 1980, la relación entre los ingresos del trabajo no era fuerte, entre los que se encontraban en el 1% más rico del capital, sólo 17% estaban en el 1% más rico de los ingresos del trabajo; para el año 2000 la proporción había cambiado a 27% (Alvaredo et al., 2013).

17En las encuestas de ingreso y gasto, los hogares más numerosos son los que se encuentran en la parte media de la estratificación social; el percentil más rico no es el menos numeroso sino los percentiles más pobres.

18En una población creciente los herederos de la riqueza encuentran que ellos representan un porcentaje menor de la nueva población más numerosa, y en este sentido la concentración aumenta (Atkinson, 2016, pp. 224-225).

19Esta estratificación está basada en la medición de Piketty (2014, p. 274) que denomina “clase popular” al 50% más bajo, “clase media” al 40% situado entre el 50% más bajo y el 10% más alto, y “clase alta”, que es el 10% más rico y que divide a la vez en “clase dominante”, el 1% de los más ricos, y la “clase acomodada”, el 9% restante de la clase alta.

20En este análisis no se incluye a la clase intermedia como una clase rica en México, debido a que tiene mayor semejanza con los ingresos promedio de las clases media o baja, que con el percentil más rico.

21Los estragos económicos generados por la pandemia mundial en 2019 y 2020 disminuirán la desigualdad extrema en México; sin embargo, no mejorarán las condiciones de vida de las clases medias y bajas, sino que disminuirá en gran proporción la cantidad de ingresos de la cúpula del país.

22Estos resultados son generados por la WID cuyo objetivo es proporcionar acceso libre y conveniente a la más extensa base de datos sobre la evolución histórica de la distribución del ingreso y la riqueza a nivel mundial mediante una combinación de las cuentas nacionales, las encuestas de hogares, los datos fiscales y el listados de multimillonarios.

23En los últimos años el crecimiento se concentró mucho más que antes entre los individuos ultrarricos que poseen cantidades inimaginables de riqueza. Este tipo de individuos no están incluidos en las encuestas de los hogares y constituyen una muy pequeña parte de la población, representan una centésima parte de una centésima parte del 1% de la población mundial (el 1% del 1% del 1%) (Milanovic, 2017, p. 50). La desigualdad en la distribución de la riqueza en el mundo a principios de la década de 2010 parece ser comparable, por su amplitud, a la observada en las sociedades europeas hacia 1900-1910. Hoy en día, la participación del milésimo superior es aparentemente de casi 20% de la riqueza total y la del percentil superior puede situarse entre 80 y 90%; la mitad inferior de la población mundial posee sin duda alguna menos de 5% del patrimonio total. El 0.1% de los más ricos del planeta poseen una riqueza que suma casi 200 veces el patrimonio promedio a nivel mundial. El 1% de los más ricos posee una riqueza promedio de 50 veces el patrimonio promedio (Piketty, 2014, p. 482).

24 Wilkinson y Pickett (2010) determinan que en el mundo regularmente el 50% más pobre de un país posee alrededor de 20% del ingreso.

25Para enero de 2021 el valor mensual por persona de la canasta alimentaria más la no alimentaria urbanas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (2021) se estimaba en 3 660.64 pesos; el promedio de ingreso mensual de las personas pertenecientes al percentil más rico sería de 37.2 veces ese ingreso.

Recibido: 13 de Enero de 2021; Aprobado: 12 de Marzo de 2021

Acerca del autor

Jesús Manuel Escobedo de Luna es profesor investigador en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Es doctor en estudios socioculturales por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA). Sus principales líneas de investigación comprenden la desigualdad socioeconómica, la acumulación extrema y la pobreza de capacidades e ingresos. Dos de sus obras son:

1. Escobedo de Luna Jesús Manuel (2021). Pobreza y desigualdad en el estado de Aguascalientes, periodo 2000-2020. En De León Vazquez, La trama expuesta. Contextos y análisis de objetos socioculturales. Aguascalientes, Aguascalientes: Universidad Autónoma de Aguascalientes (en prensa).

2. Escobedo de Luna Jesús Manuel (2014). Polarización epidemiológica en el país. En Ibarra Escobedo & Hernández, Necesidades de la población en la sociedad capitalista (pp. 67-74). Zacatecas, México: Universidad Autónoma de Zacatecas.

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