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Estudios sociológicos

versión On-line ISSN 2448-6442versión impresa ISSN 0185-4186

Estud. sociol vol.34 no.spe Ciudad de México  2016

 

Artículos

Cien números de Estudios Sociológicos. Itinerarios intelectuales y acervos de conocimiento, 1983-2014

Laura Angélica Moya López*  a 

Margarita Olvera Serrano1**  a 

*Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco. laml@correo.azc.uam.mx

**Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco. habril@prodigy.net.mx


Presentación

El propósito de este artículo es reconstruir las líneas generales de los itinerarios cognitivos recorridos por Estudios Sociológicos (ES) desde su fundación hasta la actualidad; sus temas, tipos de escritura científica, tendencias, continuidades y cambios. Todo ello en un registro simultáneamente histórico e historiográfico que tiene uno de sus principales puntos de partida en el reconocimiento de las revistas científicas como artefactos materiales destinados al registro escriturario y la comunicación periódica de lo que, en determinados periodos, se consideran las aportaciones relevantes en el campo de la sociología y las ciencias sociales. En una dimensión sincrónica, estas publicaciones son resultado de iniciativas y proyectos dirigidos a comunicar con regularidad, a los integrantes (cercanos/distantes, reales/potenciales) de las comunidades que los cultivan, los resultados de investigación, las ideas, discusiones, avances y novedades generados dentro de un campo disciplinar, así como a impulsar determinadas agendas de investigación. Desde una perspectiva diacrónica, el paso del tiempo y su materialidad las convierten en mundos textuales que trascienden sus coordenadas originales de fijación y llegan a épocas, lectores y horizontes posteriores. Esto significa que particularmente las revistas que adquieren una condición de permanencia y se institucionalizan, como es el caso de ES, contienen un espacio de experiencia transgeneracional denso que las convierte en valiosas fuentes para conocer el desarrollo de las ciencias sociales, sus procesos de acumulación y transmisión y las continuidades, discontinuidades temáticas, conceptuales o metodológicas que las atraviesan. En las revistas académicas pueden observarse también los ejes de diferenciación y especialización de las disciplinas. En suma, éstas posibilitan un conocimiento de los mundos extratextuales y los proyectos que las hicieron posibles, los pasados/presentes de las disciplinas científicas, las instituciones que las cobijan, sus comunidades de practicantes, así como sus aportes, límites y posibilidades de futuro.

Los journals o revistas especializadas, como ES, están conformados por un universo de textos de diversa índole como artículos, reseñas, notas de investigación y coyuntura, y documentos institucionales, entre otros, que muestran el estado del arte sobre la producción intelectual, como una empresa colectiva. Las revistas científicas contienen un tipo de escritura destinado a la comunicación en intervalos regulares, de textos de corta extensión y con un amplio espectro de las autorías y de los temas. El análisis de ES que presentamos en las siguientes páginas es un punto de partida para mostrar las normas, los valores, ejes temáticos, debates teóricos y estándares metodológicos dominantes en las comunidades de conocimiento que han dado sostén a esta revista especializada desde su fundación. Estos elementos establecen los parámetros de la comunicación científica con los que se acreditan los discursos considerados como legítimos y solventes (Vanderstraeten, 2010: 561-562). En este caso, hemos limitado la investigación al análisis de una parte de este universo de materiales: los artículos, y hemos dejado fuera otro conglomerado de textos, como las reseñas y notas, que merecen un registro de observación diferenciado y preguntas imprescindibles sobre cómo procesamos las transferencias internacionales de conocimiento; las diversas modalidades de recepción; la recuperación de legados intelectuales; los criterios para denominar un texto como ensayo, documento institucional o nota, así como las prioridades que operan en la selección y ordenación de materiales de una revista.

Como se señaló al inicio, proponemos un panorama en sentido diacrónico y un balance de los 30 años de existencia de ES, como una de las revistas paradigmáticas de las ciencias sociales en México. Para realizarlo hemos entrelazado dos tipos de coordenadas de análisis: una de corte histórico-historiográfico que permita comprender a ES en el marco de una cadena intergeneracional de legados de revistas especializadas en ciencias sociales, es decir, sus antecesoras. En este contexto, hemos dejado de lado el estudio de los procesos que permiten la transformación de los textos en artículos, cuya autoría si bien corresponde a personas con nombre y apellido, en realidad es el resultado de un proceso más complejo de toma de decisiones. Su transformación depende del perfil de los directores y el papel de los comités editoriales, los criterios e indicadores de las instancias de evaluación y estandarización de una revista, así como del proceso de edición que le da forma al texto hasta convertirlo en un documento publicable. La segunda coordenada de análisis propuesta aquí se ubica en el ámbito de la historia y la historiografía de la sociología en México, que nos permitió proponer una tipología de los artículos de ES entre 1983 y 2014.

Este registro, que no es estadístico, da cuenta de los temas dominantes, el predominio y la jerarquía de los tipos de artículos en cada periodo, y algunos elementos que explican las transformaciones, en parte editoriales y de contenido, de esta publicación. Sólo por razones de espacio no se establecieron las correlaciones pertinentes entre autores y artículos; sin embargo, logramos incluir un panorama mínimo de los primeros a partir de su sexo, país de procedencia, formación académica, líneas de investigación y adscripción institucional.2

El pasado/presente de las revistas científicas de ciencias sociales en México: la herencia para Estudios Sociológicos

La fundación de las primeras revistas científicas tuvo lugar en Europa3 durante el siglo XVII, con lo que se dejaron atrás formas de comunicación científica que dependían de la correspondencia privada y de la publicación ocasional de libros y folletos. Éstas sustituyeron paulatinamente a los corresponsales que asistían a las reuniones de los sabios como los encargados de dar a conocer públicamente los aportes nuevos. La revista periódica en Europa fue una solución al exceso de libros (inicialmente se orientaron a resumirlos), a la necesidad de difundir con celeridad las nuevas ideas y descubrimientos y de llevar un registro cronológico de quién, dónde y cuándo efectuaba un aporte.4 Su formato emergió como un medio eficiente para la difusión de escritos cortos, y que facilitó la investigación de objetos acotados. El texto breve de autoría individual fue una novedad cualitativa que evolucionó lentamente hasta llegar a su forma actual. Esto quiere decir que la forma escrituraria dominante en nuestras prácticas disciplinarias, el artículo científico, data de aproximadamente 350 años y es resultado de un complejo tejido intertextual acumulado originalmente en otros tiempos y espacios. En retrospectiva, podemos sostener que entre las principales razones de la expansión de esta forma de comunicación científica destacan su formato compacto, la reducción de los tiempos de impresión y la rapidez de su recepción; por otra parte, su carácter periódico favoreció la integración de las comunidades científicas al proveerles de formas de sociabilidad estables y potencialmente acumuladoras.5Su crecimiento desde el siglo XVII ha sido exponencial y puede afirmarse que esto forma parte del proceso típico de la institucionalización y expansión de la ciencia, del número de sus practicantes, la conquista de legitimidad frente a la sociedad y sus procesos internos de especialización.6 Las revistas especializadas en sociología y ciencias sociales más reconocidas en México y América Latina, como lo es sin duda Estudios Sociológicos (1983) y sus contemporáneas como Sociológica (1986) y Acta Sociológica (en su segunda época en 1987), forman parte de una trama intelectual que abarca casi un siglo. Ethnos (1920), Revista de Ciencias Sociales (1922), Revista Mexicana de Economía (1928), Revista Mexicana de Derecho Penal (1930), El Trimestre Económico (1934),7 fueron pioneras en el campo de las publicaciones periódicas especializadas que favorecieron formas de sociabilidad intelectual (recepción, procesos de transmisión de conocimiento de los centros a las periferias, formación de lenguajes conceptuales, por ejemplo) indispensables para la posterior institucionalización de las ciencias sociales en México. En paralelo, constituyeron un espacio de experiencia que fue una valiosa herencia para el surgimiento de otras revistas fundamentales en la historia de las ciencias sociales en nuestro país, como la Revista Mexicana de Sociología (1939), Revista de Investigación Económica (1942), Cuadernos Americanos (1942), Jornadas (1943), y Ciencias Políticas y Sociales (1955), actualmente Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales.

El conjunto de revistas pioneras que abrió brecha a estas publicaciones -y a las que les siguieron- tuvo un propósito común, independientemente de sus peculiaridades internas: producir un conocimiento científico de la realidad nacional que alimentara la elaboración de proyectos dirigidos a promover el progreso del país. Los regímenes políticos surgidos de la Revolución, y particularmente el programa social contenido en la Constitución de 1917, fueron un poderoso estímulo externo para la apertura de espacios intelectuales e institucionales para la sociología y las ciencias sociales; en este sentido, tuvieron un papel fundamental las demandas sociales que encontraron una primera fijación programática en el derecho agrario, el derecho laboral y el derecho a la educación. De ahí que, por ejemplo, publicaciones como Revista de Ciencias Sociales, Revista Mexicana de Economía o Ethnos, durante la década de 1920 insistieran una y otra vez en la necesidad de que México contara con un saber científico sobre sus problemas como condición indispensable para poder resolverlos y así recortar la brecha entre aspiraciones y realidades. En este sentido, dichas publicaciones periódicas contribuyeron significativamente a la formación de los primeros proyectos de ciencia social que tuvo México en el siglo XX, y que fincaron su razón de ser no sólo en elementos cognitivos, sino sobre todo en su utilidad práctico-política para la nación, concebida como categoría política de expectativa y acción (Olvera Serrano, 2013).

Las ciencias que aportaron los primeros liderazgos y comunidades que darían lugar a la instauración de la economía y la sociología como disciplinas autónomas encargadas de los primeros y frágiles intentos de descripción empírica de la realidad nacional de la época, fueron el derecho, la antropología, la etnografía y la criminología, principalmente. Una dimensión fundamental de los aportes de los practicantes en estos campos fue, precisamente, el nacimiento de publicaciones periódicas como forma de comunicación científica que permitió que los resultados de estas indagaciones, así como reflexiones de corte ensayístico o programático, estuviesen a disposición de un público que abarcó un amplio rango de receptores potenciales: estudiantes, abogados, ingenieros, médicos y profesionistas en general, funcionarios gubernamentales y universitarios, principalmente. Paralelamente, estas publicaciones dieron lugar a la difusión y acumulación de información sobre la existencia y contenidos de las literaturas especializadas en estas ciencias, procedente de países donde su cultivo tenía ya una larga historia, en particular Estados Unidos, Francia e Inglaterra, entre otros. La publicación de textos como reseñas, así como listas bibliográficas, traducciones y notas fue parte fundamental de las coordenadas intelectuales que estas revistas aportaron a las ciencias sociales en México en la etapa previa a su institucionalización en los años treinta.

Como puede inferirse de lo anterior, si en Europa las revistas científicas surgieron como una solución al exceso de libros, en nuestros contextos locales su razón de ser fue la escasez de un saber racional sobre las propias realidades. Sin embargo, nuestras revistas pioneras comparten con aquellas primeras revistas científicas al menos algunas características: se orientaron también a divulgar libros e informar a públicos lectores de forma rápida, instaurar medios de comunicabilidad científica eficiente, promover el reconocimiento social de la ciencia, así como a generar un clima propicio para la formación de una cultura capaz de deslindar el sentido común del conocimiento experto.

A nivel normativo, estas publicaciones, por otra parte, reiteraron la necesidad de poner el conocimiento de lo propio al servicio de la integración y homogeneización social, económica, e incluso racial, que se consideraba necesaria para conducir a buen puerto los procesos de modernización locales.8 El argumento no era nuevo, procedía de la etapa de precursores individuales de las ciencias sociales en México de finales del siglo XIX y principios del XX, pero fue reenunciado en coordenadas que abrieron nuevas expectativas de futuro que reforzaron la convicción de que los gobernantes necesitaban con urgencia conocer las características de los grupos sociales que trataban de dirigir, y que la antropología y las ciencias económicas y sociales podrían cumplir esta tarea. La población, el país, la patria, debían ser investigadas “integralmente” en sus dimensiones cuantitativa, cualitativa, estadística, geográfico-ambiental y territorial.9

La fundación del Centro de Estudios Sociológicos y la creación de Estudios Sociológicos

El surgimiento de ES en 1983 es inseparable, no sólo de las cadenas de formación y posterior consolidación de las primeras publicaciones periódicas de ciencias sociales en México -y cuya historia abarca ya casi un siglo-, sino también del propio entramado institucional de El Colegio de México y de la creación, en 1973, de un espacio especializado en el cultivo de la sociología desde una lógica multidisciplinar: el Centro de Estudios Sociológicos (CES). La propia revista da cuenta de esta condición desde su primer número, cuando le otorga a es el estatus de órgano informativo del CES, estableciendo, en paralelo, un registro que abrió la publicación a investigadores procedentes de otras instituciones y países con el propósito de articular una identidad intelectual organizada por “temas y preocupaciones comunes” (Stern, 1983: 6). El núcleo de estos intereses sería la investigación empírica de problemas con relevancia no sólo disciplinar, sino práctico-política en un horizonte de alcance nacional y regional. Con base en la experiencia de investigación y docencia de una década de existencia del CES, su revista surgió como un medio de comunicabilidad científica durante una etapa en la que las ciencias sociales en México entraban ya abiertamente en la fase de profesionalización que siguió a su consolidación institucional entre los años sesenta y setenta.

La fundación del CES tuvo su antecedente más temprano en la apertura del Centro de Estudios Sociales, bajo el liderazgo de José Medina Echavarría, en 1943 (Moya López, 2013), y con el apoyo de Daniel Cosío Villegas. Se buscó la enseñanza integral de las ciencias sociales, la investigación empírica de los problemas del país (Lida, Matesanz y Vázquez, 2000), así como proveer al gobierno de especialistas capaces de analizar, diagnosticar y aportar soluciones a dichos problemas. El programa se articuló alrededor de la economía, la sociología y la ciencia política, y constituyó el primer esfuerzo de formación profesional de científicos sociales que existió en México; aunque su vida fue muy breve, representó una experiencia programática orientada a integrar teorías, métodos y técnicas de investigación empírica en registros acotados.10 Aunque no es posible establecer una relación de identidad intelectual automática entre el tipo de institución que se creó en 1943 y la de 1973, sin duda hay conexiones institucionales que le otorgan rango al primero de precursor institucional de la enseñanza y de la investigación en ciencias sociales dentro de El Colegio de México y, desde luego, en el país.

La formación del CES, 30 años después, fue resultado de un proceso de diferenciación disciplinar que tuvo su matriz en el Centro de Estudios Económicos y Demográficos (CEED) (1964),11 específicamente en un proyecto de investigación surgido a mediados de los años sesenta, dirigido a investigar las consecuencias sociales del crecimiento demográfico y del desarrollo económico en México. Víctor Urquidi, en ese entonces director del CEED, invitó a Rodolfo Stavenhagen a colaborar con él en este proyecto y éste, a su vez, integró a Ricardo Cinta, José Luis Reyna y Claudio Stern, egresados de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, formándose así una pequeña comunidad de practicantes de las ciencias sociales, la cual desarrolló líneas de investigación que abrieron un abanico temático con el que iría ganando fuerza el reconocimiento institucional de que la sociología y las ciencias sociales no eran meros apéndices de la economía, sino campos de conocimiento que podían tener un estatuto científico equivalente a ésta.

En 1971, bajo la presidencia de Víctor Urquidi, se discutió la pertinencia de formar un centro especializado en investigación y docencia en ciencias sociales, con el fin de “dar mayor presencia e institucionalidad a la sociología” dentro de El Colegio de México (Minello, 1993). En paralelo, otro objetivo fundamental del CES fue la apertura de un programa de posgrado orientado a la formación multidisciplinaria de investigadores de alto nivel, bajo la expectativa de que docencia e investigación deberían operar como dimensiones inescindibles de la práctica científica. La Junta de Gobierno acordó, en febrero de 1973, la fundación del CES y designó como su primer director a Rodolfo Stavenhagen. Con ello se institucionalizó la investigación social que desde los años sesenta había germinado dentro del CEED (a la que nos referimos antes). El Centro ofreció desde su inicio un programa de Doctorado en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología con una duración de siete semestres. Los temas de investigación en ese primer tramo de la novel institución fueron, principalmente, migración interna, problemas étnicos, estructura agraria y reproducción campesina, burguesía rural, desarrollo rural, dinámica política y económica, movimiento obrero, industrialización, así como Estado, burocracia y grupos empresariales. Posteriormente se comenzaron a cultivar también temas y problemas asociados, como indicadores de desarrollo local, sindicalismo, educación, tecnología y medio ambiente. En otras palabras, se trataba de profundizar en los aspectos sociales del desarrollo económico en México y América Latina (Estudios Sociológicos, 1984).

Esta amplia gama de temas, cultivados durante la primera década de existencia del Centro, partió de un diagnóstico sobre la crisis de la sociología en esta región y la insuficiente capacidad explicativa de los referentes teóricos de los países industrializados que limitaban la interpretación satisfactoria de los procesos de cambio que estaban teniendo lugar. En este sentido, las teorías de la modernización y el desarrollo, la clasificación regional a partir de una generalización de las etapas de crecimiento, no explicaban problemas como la marginación, los conflictos de clase y grupos sociales, y el militarismo de aquellos años, entre otros (Expediente CES, 1973, Archivo histórico Colmex).12 Bajo una fuerte crítica al paradigma funcionalista (estático, ahistórico, formalista, idealista y empirista), era necesario diversificar los modelos explicativos, los métodos y las técnicas de investigación de cada entidad, integrando documentos históricos, entrevistas, censos, observación participante, en un ambiente que cuestionaba la neutralidad valorativa y a la par defendía el rigor de las ciencias sociales. Los fundadores del CES advertían las limitaciones de la forma como hasta entonces se habían estudiado los patrones de crecimiento económico y concentración urbana, los cambios en la estructura ocupacional, las características de la política económica sexenal, el nivel de vida de la población. Era evidente la carencia de investigaciones sobre los nuevos actores sociales, grupos políticos, las clases dirigentes y empresariales, las burocracias y la modernización, el comportamiento de las clases populares, la marginación, las nuevas fuerzas sociales y los grupos de interés involucrados en la toma de decisiones.

En conjunto, puede afirmarse que este contexto institucional fue la condición interna de posibilidad de existencia de ES como una revista de corte multidisciplinar que, como veremos a continuación, fue desde sus primeros números un importante impulso para la especialización y la profesionalización de las ciencias sociales, no sólo dentro de El Colegio de México, sino del país y de la región.

La tipología de artículos de Estudios Sociológicos y un trazo general de los autores: un mapa de ruta

Hemos señalado que las revistas científico-académicas contribuyen a la construcción, difusión y depuración del conocimiento científico y cómo siguen siendo una de las formas más eficientes de circulación del conocimiento. Estas publicaciones, al ser grandes archivos de la ciencia desde hace más de tres siglos, constituyen el soporte (impreso y ahora electrónico) más importante para el registro acumulativo del conocimiento certificado. La publicación de estas contribuciones se apoya en los conocimientos y las metodologías previamente registrados como válidos, lo que nos permite identificar si se trata legítimamente de una ampliación, un desplazamiento o especialización, sobre lo ya conocido (Ríos Ortega, 2000).

Estudios Sociológicos es heredera de una sólida tradición en la publicación de revistas de ciencias sociales. Por supuesto que nos preceden experiencias acumuladas en el estudio de revistas científicas de ciencias sociales en nuestro país, que nos han permitido conocer los temas y predominio de ciertos conceptos, el perfil teórico o empírico de los artículos, el género de los autores, los estándares de visibilidad y calidad nacional e internacional de una revista o la cantidad de visitas y citas que logra un artículo determinado en internet.13 Sin embargo, la perspectiva histórica e historiográfica que proponemos aquí para ES radica en la consideración conceptual de ser en sí misma un acervo de conocimiento escrito que se vio atravesado por múltiples experiencias de la temporalidad histórica, expectativas, autorías, instituciones, proyectos, formatos y generaciones. Con el término acervo de conocimiento nos referimos, en este caso particular, a un legado escrito que provee a los integrantes de las comunidades intelectuales de coordenadas de orientación en el campo de las ciencias sociales; asimismo, que posibilita la atribución de una inteligibilidad válida del mundo social, les provee de herramientas para fijar proyectos, agendas, objetivos, y contiene la “sedimentación” del espacio de experiencia de practicantes antecesores y contemporáneos, al tiempo que se proyecta también hacia un mundo de hipotéticos sucesores (Schutz, 1972; Ricoeur, 1999).

Estos acervos, al estar fijados materialmente por la escritura y la publicación, se acumulan diacrónicamente y quedan abiertos potencialmente a la transmisión, recepción y reinterpretación por parte de lectores posteriores, distintos a los previstos en las coordenadas originales de enunciación. La periodicidad y estabilidad que ha logrado ES durante más de 30 años le otorga un estatus indudable como acervo de conocimiento acumulado susceptible de ser investigado como un universo empírico específico cuya unidad central es el artículo científico.

Podemos afirmar que ante la ausencia de una metodología preestablecida que respondiera al tipo de análisis que proponemos de ES, ponderamos distintos escenarios de análisis, entre ellos, el uso de clasificaciones generales que distinguieran en términos gruesos, por ejemplo, artículos cuantitativos, cualitativos y mixtos. Sin embargo, descartamos esta tipología porque no era posible con ella ofrecer un trazo general y consistente de la complejidad y diversidad de los mundos textuales contenidos en esta revista. Optamos entonces por analizar un aspecto particular de los artículos referido a la centralidad de sus modalidades argumentativas. Con lo anterior nos referimos a la observación detenida de los artículos como formas discursivas y narrativas que encierran estrategias de argumentación diferenciadas en un espacio empírico que son las revistas especializadas.

En consecuencia realizamos una primera revisión del conjunto de los artículos publicados en ES entre 1983 y 2014 privilegiando la diversidad de formas de argumentación científica y narrativas más recurrentes, y elaboramos una primera tipología que abarcó seis modalidades en las estrategias de validación del conocimiento: artículos cualitativos, cuantitativos, históricos, teóricos y metodológicos, así como ensayo político. En paralelo, ubicamos la especificidad de los campos temáticos abordados en distintos periodos de la revista, como indicadores del tipo de problemas disciplinares que buscaban resolver los integrantes de las comunidades de investigadores -dentro y fuera del CES- que han colaborado en ES en las tres décadas que comprende el periodo investigado. Los campos temáticos son expuestos por periodo más adelante, por lo que aquí únicamente caracterizamos sucintamente los tipos resultantes de la revisión inicial señalada:

Artículos de ensayo político: son narraciones poco constreñidas a la metodología de las ciencias sociales y en las que predomina una orientación de corte normativo, a partir de lo que en su momento fue una coyuntura política o social relevante.

Artículos cualitativos o cuantitativos: son artículos en los que se privilegia una modalidad técnica particular de construcción de datos, como criterio de validación discursiva y cuya finalidad es dar cuenta de investigaciones muy acotadas sobre algún aspecto de la realidad social. Sus contenidos implican también elementos narrativos orientados por un sentido práctico y ciertas expectativas de futuro.

Artículos históricos: tienen como rasgo dominante en su perfil ser documentos destinados a la narración de la experiencia de la temporalidad histórica, sea ésta de carácter sincrónico, diacrónico o ambas. Implican una recolocación de algún aspecto del pasado (como memoria, historia u olvido) en el presente.

Artículos teóricos: Predominan en sus argumentos los procesos de recepción, re-significación de tradiciones, análisis, cambio y generación de conceptos que posibilitan la enunciación sistemática de determinada experiencia (social, económica, política, cultural, etcétera).

Artículos de metodología: Son artículos caracterizados por polemizar sobre consideraciones epistemológicas, procedimientos, indicadores y criterios de validación del conocimiento en la sociología y otras ciencias sociales.

Esta primera clasificación nos resultó de utilidad para armar una clasificación general de los artículos y tener un primer mapa coherente del conocimiento acumulado. El carácter multidisciplinar de la revista y la diversidad de sus registros de análisis, nos llevaron a establecer -tras una segunda revisión- subtipos que nos posibilitaron observar elementos que de otro modo hubieran quedado subsumidos a la lógica gruesa de los seis tipos iniciales. Estos subtipos dependieron de variables como los agrupamientos temáticos, las metodologías y técnicas de investigación y, en algunos casos, el alcance y registro del análisis: un estudio de tipo micro sociológico o una perspectiva abarcadora y general. Sabemos que ninguna clasificación puede dar cuenta cabal de la complejidad del conocimiento acumulado por ES a lo largo de treinta años de historia de publicación regular. A pesar de estas limitaciones, la tipología que utilizamos nos permitió establecer un panorama general de las aportaciones de la revista en sus primeros cien números. Consideramos que esta propuesta de análisis puede ser un punto de partida válido para la investigación de los acervos de conocimiento acumulados por ES desde su fundación y que, como conjunto, están pendientes de investigación puntual, bajo otros registros de observación. En el Cuadro 1 presentamos la clasificación resultante.

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados en ES en el periodo 1983-2014.

Cuadro 1 Tipología de clasificación de artículos  

Es importante señalar que también ha sido necesario establecer una periodización específica para la presentación de resultados de ES, en intervalos de diez años para los periodos 1990-1999 y 2000-2009. En realidad la periodización está delimitada por la combinación de una serie de cambios en la publicación que incluyeron transformaciones conceptuales, marcados procesos de especialización en los temas, nuevas metodologías, la integración de insumos procedentes de nuevos campos disciplinares al análisis sociológico, y modificaciones sustantivas en la estandarización de las revistas científicas, como instrumentos de comunicación de resultados de investigación. Estos criterios marcaron los rasgos distintivos en intervalos que abarcan los primeros años de ES (1983-1989), definidos por las líneas temático-conceptuales del CES y las publicaciones antecesoras inmediatas. Después tenemos dos décadas (1990-1999 y 2000-2009) caracterizadas por la creciente especialización de los temas y la integración de criterios para la normalización (estandarización) de la revista, con la finalidad de aumentar su visibilidad e internacionalización en la era digital. Finalmente, presentamos algunas de las tendencias que identificamos en el lustro 2010-2014, a manera de panorama provisional, dado que se trata de un lapso de apenas cinco años (véase Cuadros 2 y 3).

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados ES 1983-2014.

Cuadro 2 Información general sobre los artículos 1983-2014  

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados ES 1983-2014.

Cuadro 3 Artículos por tipo 1983-2014  

Como complemento mínimo a la tipología de los artículos, también se elaboró una base de datos sobre los 675 autores que a lo largo de tres décadas colaboraron en ES.14 Localizamos la información de su procedencia, adscripción institucional, nacionalidad, género, formación académica y líneas de investigación.15 Como ilustra el Cuadro 4, hoy sabemos que en 31 años han publicado 264 autores mexicanos y 338 extranjeros que proceden principalmente de Argentina (82), Brasil (63), Estados Unidos (37), Francia (30) Chile (26) Alemania (15), España (14), Uruguay (10) y Reino Unido (8). Asimismo, identificamos a 429 autores y 246 autoras cuyos centros de adscripción institucional se concentran en México (352), Argentina (65), Brasil (56), Estados Unidos (42) y Francia (25). Asimismo, su formación académica se distribuye en el siguiente orden: Sociología (233), Ciencia Social (71), Ciencia Política (60), Antropología (34), Economía (32), Historia (26), Antropología social (22), Demografía (13), Filosofía (13) y Educación (7). El Cuadro 4 presenta los rasgos mas relevantes de los autores de ES.

a Por motivos de espacio presentamos únicamente los 10 datos con mayor concentración de cada atributo registrado.

b No contamos con información de todos los autores de modo que en cada columna se indica cuál es el 100% de los datos disponibles para cada atributo y sobre los cuales se calcularon los porcentajes.

c Los autores proceden de 30 países. De 602 autores, 56.1% son extranjeros y 43.8% mexicanos.

d Los autores están formados en 117 programas académicos.

e Es el último grado obtenido por los autores.

f Los autores reportaron 543 líneas de investigación, 479 de ellas eran trabajadas por un solo autor de modo que las clasificamos en 40 líneas de investigación generales y esos son los resultados que presentamos en este cuadro.

g Hay 14 autores de quienes sabemos que están adscritos a una institución, pero desconocemos a cuál; por lo tanto, no fueron incluidos en el cuadro. Así, sabemos que 650 autores tienen adscripción institucional y 17 son independientes.

h Los centros tienen sede en 28 países.

Fuente: elaboración propia con datos de ES, páginas web personales de los autores y sitios web institucionales.

Cuadro 4 Información general sobre los autores 1983-2014a 

Es notable en los últimos lustros un creciente proceso de hiperespecialización de las líneas de investigación de los autores. Se mencionaron 575 líneas de las cuales 479 son trabajadas únicamente por un autor y las clasificamos en 40 categorías para tener un panorama de sus intereses. También podemos mencionar brevemente que 80.2% de los autores ha publicado en una sola ocasión en la ES, 13.1% en dos ocasiones mientras que el 6.1% restante corresponde a autores que han publicado de 3 a 11 artículos. Esto indica, entre otras cosas, que es necesario diferenciar el universo de los autores de ES en estos treinta años, de la propia comunidad de investigadores del CES.

Estudios Sociológicos 1983-1989: hacia la consolidación del perfil de investigación del CES

La carencia de una revista propia condicionó que, desde 1973 hasta la víspera del surgimiento de ES, la mayor parte de los resultados de investigación del CES había encontrado espacios para su publicación en los Cuadernos del CES,16 en revistas especializadas ya existentes nacionales y extranjeras, así como en libros individuales y colectivos. Entre estas publicaciones figuraron dos revistas relevantes de El Colegio de México, Demografía y Economía17 y Foro Internacional, así como espacios editoriales externos, entre ellos, Chapingo, Nueva Antropología, Comercio Exterior, Journal of International Affairs. A su vez, los numerosos libros producidos en este lapso por los fundadores del CES fueron editados por El Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica, Siglo XXI, la UNAM, Macmillan, Gustavo Gili, la Organización de las Naciones Unidas, junto con otras casas de prestigio.

La aparición de ES dio un espacio propio y específico para la comunidad de investigadores consolidada que, tras 10 años de trayectoria, había aportado al CES y al propio Colegio de México una primera literatura especializada en ciencias sociales, cuya singularidad inicial fue el estudio multidisciplinario de los problemas sociales derivados de las consecuencias de los procesos de modernización en América Latina.18 Los primeros años de ES coinciden, como ya se ha señalado, con el inicio de la fase de profesionalización y especialización creciente de las ciencias sociales en México, que siguió a la etapa de consolidación institucional a que tanto contribuyó la generación de su primer director, Rodolfo Stavenhagen.19 La especificidad de ES como publicación periódica se desprende de esta condición, así como de los objetivos con los que surgió el CES en 1973, el tipo de planta académica que fue su sostén, los temas de investigación que desarrolló en sus primeros 10 años y, particularmente, de su propósito de responder a la necesidad de aumentar la investigación empírica sobre los problemas sociales, económicos y políticos del país. Sin renunciar a los avances teóricos y metodológicos producidos en los países donde estas ciencias tenían una experiencia acumulada mayor, se buscó adaptar lo pertinente de ésta, en aras de un conocimiento sobre los temas locales. En este primer tramo es posible rastrear cómo se comenzó a formar lo que, posteriormente, sería una marca identitaria de ES. Por otro lado, y en un registro en el que pueden identificarse algunas líneas genealógicas con las revistas antecesoras más antiguas de ciencias sociales en el país, hubo desde el principio cabida para trabajos -de autores nacionales y extranjeros- cuyos objetos de análisis se extendían hacia América Latina, tanto a nivel de la experiencia regional, como de algunos de los países que la integraban y, en algunos casos, a Europa y Estados Unidos.

Por otra parte, a nivel extradisciplinar, el horizonte de los años ochenta estuvo cruzado por procesos de cambio político y societal, entre los que destacan las tensas relaciones entre las transiciones democráticas de la región y el militarismo en Sudamérica, los conflictos en Centroamérica, la crisis económica en México, la profundización de las consecuencias no deseadas del desarrollo industrial, el crecimiento urbano, los procesos migratorios, el surgimiento de actores distintos a los tradicionales en la escena política mexicana, la intensificación de los intercambios a nivel global y el lento y conflictivo paso a la democracia electoral en México, entre otros procesos relevantes en los que no podemos abundar aquí, pero que es necesario señalar para al menos ubicar las coordenadas de enunciación de los contenidos centrales de la revista en este primer tramo de su existencia.

Los temas de los años ochenta. Un trazo panorámico20

En esos siete años ES publicó un amplio espectro de colaboraciones, en su mayor parte dirigidas a la investigación cuantitativa de procesos y fenómenos que se articularon alrededor de cinco grandes temas interrelacionados: 1) desarrollo, migración y transformaciones estructurales a nivel regional, y sus consecuencias en diversos grupos sociales; 2) Estado, relaciones de poder y políticas gubernamentales; 3) sindicalismo, conflicto laboral, desarrollo industrial y empresarios; 4) situación social, democratización y militarismo en América Latina y; 5) cambio político, movimientos sociales y nuevos actores. El conjunto de los artículos del primer eje temático incluyó trabajos que dieron a conocer dimensiones relevantes de fenómenos como la migración México-Estados Unidos, la política migratoria de ese país hacia el nuestro, la distribución de la población y las principales corrientes migratorias, así como la diferenciación socioespacial del área metropolitana de la Ciudad de México, cuyo estudio dio un gran impulso a una sociología urbana crecientemente especializada. En este sentido, una de las aportaciones cognitivas de estos trabajos fue que se dieron a la tarea de mostrar las tendencias estructurales (y producir su correspondiente evidencia empírica) de muchas de las consecuencias demográficas y sociales no previstas de los procesos de modernización del país en registros complementarios a los que habían aportado los estudios demográficos y económicos cultivados en el CEED desde los años sesenta, pero que tenían un estatuto disciplinar y multidisciplinar propio. En este sentido fue que se discutieron las dimensiones del éxodo rural hacia Estados Unidos, las consecuencias del crecimiento de las grandes ciudades en lo que el lenguaje de esos años enunció como Tercer Mundo, las condiciones de la reproducción campesina, la burguesía rural, las dimensiones culturales y étnicas implicadas en estos procesos, los nuevos campesinos en el sureste, las crisis económicas y la frontera norte, los efectos de los movimientos migratorios en la estructura por edad y sexo de la población y, en consecuencia, de la dinámica de la formación de mano de obra, entre otros problemas.

En cuanto al segundo gran tema, se mostraron los resultados de investigaciones orientadas a conocer en mayor profundidad las relaciones entre Estado, poder y sociedad en el capitalismo periférico, las políticas estatales y sus dimensiones organizacionales, el presidencialismo y los pactos obreros, el valor heurístico del concepto de regulación, la crisis, las relaciones y los problemas del bloque en el poder. Asimismo, hubo contribuciones muy importantes tendientes a analizar el campo de lo que posteriormente se denominaría políticas públicas; destacan aquí trabajos dedicados al estudio de objetos de investigación con una relevancia política fuera de duda: alimentos, cuestiones ambientales, educación y vivienda, principalmente. Muchos de estos artículos fueron de autoría de investigadores tanto del CES como de otras instituciones nacionales y extranjeras, pero hubo algunos debidos a las plumas de funcionarios cercanos a la elaboración y operación de políticas gubernamentales relativas a estos problemas. Mención especial merecen los trabajos dedicados a analizar las estructuras electorales a nivel nacional y local, el abstencionismo y la oposición política, la legislación electoral y las elecciones en el Distrito Federal, pioneros en líneas de investigación que cobrarían un peso disciplinar y práctico-político creciente en la siguiente década.

El tercer eje temático se integró -desde el punto de vista de la acumulación de un acervo de conocimiento especializado- alrededor de trabajos que examinaron el sindicalismo en el sector automotriz, las etapas industriales de este sector, la participación sindical en Las Truchas, el conflicto de clases en zonas petroleras, el desarrollo industrial y la absorción laboral, la pequeña empresa en el occidente rural, el trabajo a domicilio en Guanajuato, el trabajo femenino en México, entre otros. En estos artículos se analizaron dimensiones de orden estructural; las interrelaciones entre procesos económicos, políticos y sociales; el tipo de insumos conceptuales que eran necesarios para avanzar en la investigación; los alcances y límites del desarrollo industrial en México, de las estructuras sindicales y el peso específico del sindicalismo y la clase obrera en los procesos de cambio. Asimismo, hubo trabajos que examinaron algunas dimensiones culturales y subjetivas implicadas en estas cuestiones. En paralelo, se publicaron investigaciones y conceptos pioneros en el estudio del trabajo femenino, el papel de las unidades familiares en el desarrollo económico, así como en el análisis del sector informal. Aparecieron en las páginas de ES colaboraciones en las que aparecían algunos conceptos poco conocidos en ese entonces, como el término género.

La cuarta línea temática señalada aquí -democratización y militarización en América Latina- dio lugar a un conjunto de colaboraciones entre las que destacan el análisis de la dictadura y la situación política en Chile, los jóvenes chilenos y la crisis de la modernización, la reflexión sobre el militarismo y la democracia en América Latina, los sindicatos y la democracia en Perú, el gobierno de Alan García, los problemas y desafíos de la transición democrática en Brasil, las elecciones en El Salvador, el movimiento obrero en Bolivia, sindicalismo y gobierno en Paraguay, los derroteros de las utopías políticas en América Latina, así como la reflexión sobre la permanencia de los proyectos militaristas en la región. Esta serie de trabajos es de particular interés porque puede verse en ellos el acercamiento, si no desde la investigación estrictamente empírica, sí de la reflexión política, a uno de los propósitos fundacionales del CES: producir un conocimiento de alcance regional con relevancia práctica. La autoría de algunos de estos artículos se debió a investigadores, tanto del CES como de otras instituciones, que habían llegado a México precisamente como consecuencia de los procesos que se analizaron en estos escritos, por lo que su aporte consistió, en buena medida, en ofrecer perspectivas y experiencias atravesadas por la adscripción a compromisos, no sólo disciplinarios, sino abiertamente comprometidos con movimientos y causas populares. En un registro más amplio, lo que se estaba discutiendo era el tipo de expectativas de futuro que podía albergar la región frente a la fractura de los incipientes espacios de libertad, de participación y de formación de proyectos que habían sido cancelados por el militarismo, así como la índole de los insumos cognitivos que debían aportar las ciencias sociales, tanto al conocimiento de este tipo de fenómenos, como a la orientación de actores y grupos bajo estas condiciones. Durante ese periodo, muchos de estos artículos publicados en ES tuvieron un registro de corte normativo,21 ante la urgencia política que fue su estímulo extratextual. En términos de formatos y escrituras, puede observarse en este conjunto una flexibilidad en la exposición que se puso al servicio del debate de los problemas políticos que estos cambios societales implicaron para el presente y posible futuro de la región.

La quinta línea temática visible en el periodo 1983-1989 en ES giró alrededor del análisis de los nuevos actores sociales que irrumpieron en las agendas práctico-políticas asociadas a las transformaciones que experimentaba el país. Los artículos que más destacan en este rubro son los que se orientaron a investigar cómo se articularon y redefinieron como actores políticos, por ejemplo, los sectores medios, los empresarios, los llamados nuevos campesinos, los académicos universitarios, los inquilinos y el movimiento popular urbano en la Ciudad de México.

La investigación cuantitativa como principal insumo de Estudios Sociológicos en 1983-1989

En los siete años que comprende el periodo 1983-1989 la revista publicó un total de 112 artículos. En ese universo predominaron los artículos cuantitativos (CC), lo cual fue desde el primer número un rasgo dominante de identidad que se debe a los primeros 10 años del CES. Como se aprecia en la Gráfica 1, este peso puede constatarse al observar que el conjunto de los tres tipos de artículos cuantitativos considerados aquí abarca 38.4% (43) del total, seguidos de los artículos teóricos, con 27.7% (31). Las colaboraciones adscritas al rubro ensayo político representan 11.6% (13), mientras que los artículos metodológicos comprenden 7.2%. La sumatoria de estos tres tipos es de 85.5%, mientras que los porcentajes restantes se distribuyen entre los artículos históricos, institucionales, metodológicos y cualitativos.

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados en ES, núms. 1-21.

Gráfica 1 Número de artículos por tipo 1983-1989  

Durante ese periodo tuvo una presencia significativamente mayor la investigación cuantitativa tipo CC3; 17.9% (20), frente a un 14.3% (16) de CC2, y 6.3% (7) tipo CC1. Este tipo de artículos tuvo un importante papel en la apertura de campos de investigación relativamente nuevos, en el sentido de que ya existía desde un punto de vista temático-programático una literatura previa en México procedente de las etapas de institucionalización temprana de las ciencias sociales, pero que operaron en un registro generalmente ensayístico o programático, y pocas veces pudieron producir un saber empírico sostenido en la construcción de datos y evidencias medibles, más allá de las cifras oficiales.22 Entre los artículos CC1 destacan los escritos que se ocuparon de las características demográficas generales de la población en el periodo 1940-1970 y la transformación demográfica en rubros como migración, mortalidad y natalidad, que dieron lugar a transformaciones profundas en las estructuras socioeconómicas y en la fisonomía de los procesos de formación de la mano de obra y su relación con los cambios en la estructura por edad y sexo de la población. Estos artículos examinaron las diferencias en el impacto de la migración en la participación laboral de hombres y mujeres, así como los cambios más relevantes en las estructuras familiares. Las contribuciones de estos trabajos no fueron sólo científico-disciplinarias, sino también práctico-políticas; no puede obviarse que en los años ochenta el país apenas había cumplido una década de haber asumido una agenda demográfica (1974) en la que el eje fundamental era el propósito de reducir el ritmo de crecimiento de una población en la que la mayoría de los mexicanos tenía menos de quince años.

Dentro del universo de los artículos CC1, hubo también otras contribuciones relevantes, por ejemplo, al conocimiento empírico de los macroprocesos de diferenciación espacial del área metropolitana de la Ciudad de México. Se identificó como unidad de análisis central la ciudad, se discutieron y ponderaron algunos de los enfoques más recurrentes en ese tipo de estudios (Escuela de Chicago, evolucionismo ecológico, las perspectivas biologicistas) y se elaboraron herramientas conceptuales y técnicas para describir sistemáticamente estos procesos. Se hizo uso de técnicas estadísticas de análisis factorial y se identificaron variables en función de las cuales se distinguieron espacios específicos y diferenciados en la ciudad, entre ellas, población económicamente activa, transporte, movilidad, ingresos, características de la vivienda, servicios, etcétera. El resultado fue un conocimiento empírico fino del espacio urbano, del tipo de interacciones y estructuras que condicionaba, así como de algunos de los problemas sociales más relevantes que subyacían a estos fenómenos y algunas proyecciones a futuro.

Dentro de la categoría CC2 se dieron a conocer los resultados de investigaciones de objetos muy específicos, como el empleo femenino, los ejidatarios minifundistas algodoneros de la Comarca Lagunera, la crisis en la frontera norte del país, la industria maquiladora y el sindicalismo en Tijuana. También la industria automotriz en México. Ésta se examinó a la luz del análisis del sector, de las estrategias de desarrollo respectivas, de sus etapas, del tipo de mano de obra utilizada en el sector, la organización laboral y los sindicatos. Se discutieron aquí perspectivas de análisis (el economicismo y la teoría del ciclo de vida del producto, entre otras) para fundamentar un registro de observación focalizado en las relaciones Estado-sindicatos como eje alrededor del cual giraba la reestructuración de la industria automotriz en los años ochenta. Otro ejemplo de este tipo de colaboraciones fue el que se orientó a describir, analizar y cuantificar estructuras y procesos, como el trabajo femenino; se presentó el caso de Puerto Rico, que discutió el papel de las mujeres en los grupos familiares y en el mercado.

Los artículos CC3 en esos años se caracterizaron por definir objetos y universos de investigación muy delimitados espacial y geográficamente, ubicados en registros de análisis frecuentemente monográficos que centraron su atención en sectores específicos, grupos e instituciones. En este universo escriturario se dieron a conocer resultados de investigación sobre el sindicalismo en la industria automotriz, el problema de la planeación educativa en el caso de la Universidad Pedagógica Nacional, la microindustria en Guadalajara, la industria a domicilio en Guanajuato, los maestros y el sindicalismo y el problema de la legislación electoral en el Distrito Federal. Se discutió también el papel del contrato colectivo en el sistema de relaciones laborales en México, a través del análisis comparativo del clausulado de los contratos de sindicatos nacionales de industria, sindicatos de empresa, sindicatos independientes, sindicatos con contrato-ley, entre ellos algunos adscritos a las industrias del hule, textil y automotriz, así como los del Sindicato Mexicano de Electricistas y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana; todo ello dentro de una perspectiva que los insertó en un entramado en el que fueron observables problemas interrelacionados: legislación laboral, el poder real de los sindicatos, la acción sindical y, en primerísimo lugar, el marco estructural de las relaciones de dominación en México. En el universo de los trabajos CC3 encontramos también discusiones sobre el trabajo femenino en la industria textil en México, en los que, partiendo de algunas de las investigaciones sobre el tema preexistentes, recondujeron esta cuestión hacia registros articulados por el concepto género, que encontró en las páginas de la revista algunas de sus re-enunciaciones más significativas.

Los artículos teóricos estuvieron representados en el periodo sobre todo por el subtipo T3, 17.9% (20). Se dirigieron a discutir temas relevantes en el contexto de las discusiones teóricas de las ciencias sociales en los años ochenta, como reproducción social, medio ambiente, cuestiones relativas a las implicaciones de la perspectiva del sistema-mundo de Wallerstein, la perspectiva de las organizaciones, entre otros. Estos artículos son indicador del proceso de pluralización teórica por el que atravesaron nuestras disciplinas en los ochenta a nivel local, y que pueden entenderse también como parte de la recepción de discusiones abiertas desde los años setenta, a las que también ES dio cierto espacio, sin merma de un perfil editorial multidisciplinario dirigido a la investigación empírica.

Los artículos teóricos T1, dirigidos a la discusión de conceptos, se ocuparon de reflexionar sobre el sector informal, la noción de capitalismo periférico, el concepto de burocracia y su relación con las políticas públicas; este conjunto representó 4.5% (5) del universo de los escritos teóricos y estuvo orientado a las dimensiones operacionales de las categorías en cuestión, en tanto que se ubicó en el contexto de la investigación de objetos muy delimitados empíricamente. Dicho en otras palabras, se trató de identificar el valor heurístico e instrumental de las categorías discutidas para el avance del conocimiento de fenómenos sociales muy específicos. Por su parte, los artículos teóricos tipo 2, 5.4% (6), se ocuparon de temas como la acumulación y la crisis desde la perspectiva marxista, el nuevo movimiento teórico de la sociología culturalista de Jeffrey Alexander, las teorías del desarrollo, la teoría de la reproducción y el cambio social, así como la teoría de la sociedad desde ángulos de análisis que resignificaron herencias intelectuales que se remontaban a Hegel, Marx, Freud, hasta llegar a Habermas. Estos escritos justificaron su valor, no en función de objetos de investigación, sino de la pertinencia de la teorización como una de las bases fundamentales del trabajo disciplinar.

En cuanto a los artículos históricos tipo 1, 5.4% (6), en general sus contenidos se ocuparon de reinterpretar los legados de antecesores relevantes del CES y rememorar sus aportaciones más importantes, como fue el caso de las colaboraciones que en 1988 se dedicaron a examinar los aportes a las ciencias sociales de figuras del calibre de José Medina Echavarría y José Gaos. Los artículos históricos tipo 2 de este periodo, 4.5% (5), analizaron la evolución de objetos en el tiempo, como por ejemplo, las relaciones entre el saber de la medicina moderna y los saberes populares, las comunidades indígenas y el estado nacional en Perú, ciencia y sociedad en América Latina y los itinerarios del movimiento obrero en Bolivia.

Las colaboraciones institucionales, a pesar de ser muy contadas, tuvieron una especial significación, en ocasiones conmemorativas. Reconocieron herencias, orígenes, logros institucionales, tareas pendientes, con la finalidad de identificar criterios de orientación para la formación de agendas futuras de investigación y docencia. Fue este el caso de los artículos que dieron a conocer los resultados de los primeros diez años de existencia del CES, sus programas de investigación y docencia, el perfil de sus profesores fundadores, el universo de las publicaciones que produjeron, los antecedentes de la creación de este espacio institucional, entre otras cuestiones relevantes. Estos escritos, además, fueron y siguen siendo valiosos registros documentales de la experiencia institucional, así como de la forma en que ésta fue procesada por algunos de los representantes más destacados de la comunidad que dio sostén tanto al CES como a ES en sus años fundacionales, como Rodolfo Stavenhagen, Claudio Stern o José Luis Reyna.

Las cuestiones de las que se ocuparon los artículos metodológicos, 7.2% (8), a pesar de que su peso cuantitativo no es equiparable a otros tipos de artículos que hemos descrito ya, fueron reflexionar sobre las relaciones entre la investigación empírica y los procedimientos y métodos que las orientaban. Se trató de colaboraciones focalizadas en cuestiones relativas a la elaboración de las herramientas de observación con las que se pensó que era pertinente estudiar, por ejemplo, la familia y el trabajo en México, los procesos organizacionales y las políticas estatales, o bien trabajos que discutieron cuestiones referidas a si en el ámbito del análisis, las preguntas del observador se planteaban en el campo de la reflexión teórica, como proponía en esos años el método de la intervención sociológica.

Finalmente, los artículos adscritos al rubro “Ensayo político” abordaron un espectro temático que tuvo un alcance tanto nacional como regional. Hubo colaboraciones de orden coyuntural, relativas a la protección ambiental en México, la crisis y el sistema de poder, y el Sistema Alimentario Mexicano. En cuanto a otros países de la región, destacan los artículos sobre la situación política de América Latina, la dictadura y la democracia en Chile, el militarismo y la transición democrática en la región, las implicaciones políticas y sociales de las elecciones en El Salvador, la situación de la clase trabajadora en Brasil, entre otras cuestiones de indudable interés práctico-político que se ubicaron en una zona fronteriza entre el análisis y el compromiso con distinto tipo de movimientos y luchas sociales.

El cierre de la década ofrece un panorama en el que ES había logrado establecer un perfil editorial propio y el eje de su identidad como publicación periódica en los años siguientes: la investigación acotada de procesos, estructuras, objetos, actores, movimientos, problemas prácticos y tendencias sociales del país y de la región. La revista dio cabida también a algunas colaboraciones que se ocuparon de fenómenos adscritos a espacios de experiencia de algunos países de Europa, como Italia o Alemania (el fascismo, el riesgo), y Estados Unidos. Este primer acervo de conocimiento escriturario fue la base sobre la cual ES emprendió abiertamente el camino de su consolidación como revista periódica especializada en las ciencias sociales en México y América Latina.

Estudios Sociológicos 1990-1999: hacia la normalización y visibilidad internacional

La década de los noventa estuvo marcada por la transición de ES, de ser una revista que daba a conocer una parte del trabajo de investigación generado en el CES, hacia lo que se denomina normalización de la publicación, con la adopción de un conjunto de criterios de organización interna de la revista para elevar su calidad y visibilidad nacional e internacional. William Garvey ha señalado que las contribuciones de los científicos deben ser dadas a conocer, y comunicarse de tal forma que puedan ser comprendidas y verificadas por otros científicos, y quizá abrir campos para investigaciones futuras. El éxito de su contribución radica en gran parte en la comunicabilidad del conocimiento y el reconocimiento entre pares. Con la finalidad de que las revistas cumplan con los objetivos de transferencia eficiente de información sobre el conocimiento, y en aras de su visibilidad, ha resultado necesaria la aplicación de normas universales de organización interna de las publicaciones que han sido debatidas desde la Unesco y la International Standardization Organization desde hace más de cuatro décadas.

En México, el establecimiento de criterios de calidad para las revistas académicas llevó al Conacyt a la publicación, en 1993, de la primera convocatoria para integrar el “Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica”. Uno de los criterios de calidad consistió justo en la normalización o estandarización de las publicaciones en las diferentes áreas de conocimiento. En los noventa, ES procedió a la integración de criterios que progresivamente modificaron el formato interno de la publicación, marcando pautas notables en las escrituras de los autores, cambios en la distribución de los contenidos y modificaciones significativas en la integración de los comités de evaluación interna y luego externa.23 Estos elementos han tenido un efecto paulatino y acumulado cuyas consecuencias cada vez son más visibles; además, estas normas moldean, así sea parcialmente, los contenidos. La publicación, o bien la escritura en aras de la publicación, bajo criterios de normalización y visibilidad, influye en la selección de temas relevantes, en las escalas cada vez más finas de especialización y diferenciación, en las modalidades en que se abordan los temas y, tendencialmente, en la inclusión o no de debates teóricos y de ciertos estándares metodológicos. Este conjunto de parámetros internacionales enmarca las discusiones sobre lo que se considera como un conocimiento validado en el campo, con base en criterios de calidad intersubjetivamente compartidos por la comunidad científica en cuestión. Los elementos anteriores, aunados a la condición de publicación periódica de las revistas como ES, tiene un efecto en la estructura, perdurabilidad y transformaciones del campo de conocimiento de las ciencias sociales, difundiendo y depurando “el archivo de la Ciencia” (Ríos Ortega, 2000).

Los temas dominantes de los noventa: un botón de muestra

Después de casi 10 años de publicación, en Estudios Sociológicos era visible la paulatina madurez de su comunidad interna de investigadores, así como la participación creciente de autores de entidades académicas diversas al Colmex, tanto nacionales como extranjeras. En este horizonte analizamos los trazos de la producción científica local y los temas dominantes y emergentes. Entre los primeros encontramos tres grandes ejes estructurales en torno a los cuales se escribía en los años noventa: economía, sistema político y cultura política, y todavía con un peso relativo considerable, los temas relativos al sindicalismo, los movimientos obreros y las transformaciones del mundo laboral. En estas vertientes de investigación, las perspectivas estructurales y macrosociales permitían conocer ámbitos de la economía en los que se debatía sobre los efectos de los ajustes estructurales y la paulatina apertura comercial unilateral y luego multilateral de México, el legado de los años ochenta, los grandes trazos de la política agrícola, los nuevos procesos de industrialización y el cambio tecnológico, la planeación sectorial, la discusión sobre los índices de pobreza en América Latina, la diversificación en el mercado de trabajo, la política fiscal y el nuevo federalismo. También destacaron los primeros balances sobre los efectos de la política social institucionalizada a través del Pronasol.

Figuraban también en este campo temas emergentes, como la informalidad urbana en los años de expansión y crisis económicas, el desempleo en ciertos sectores productivos y la discusión sobre el peso relativo de factores considerados de impacto en la movilidad social, por ejemplo la educación. Como efecto complementario de la apertura comercial y la integración económica, los temas migratorios cobraron especial interés: se produjo una redefinición del campo y la región fronteriza, con sus efectos socioculturales y variantes en la reconstitución de las identidades étnicas de los migrantes. Se analizaron regiones enteras expulsoras de población hacia Estados Unidos, como los Altos de Jalisco o Zacatecas en México y de varios países de América Central. Los artículos apuntaron cada vez más hacia la vinculación de campos temáticos relativos al desplazamiento migratorio y las identidades étnicas. Sin embargo, el rasgo distintivo del análisis de la etnicidad radica en el planteamiento de la diversidad cultural y la persistencia identitaria de poblaciones indígenas, o bien las correlaciones entre raza y clase social en Brasil.

A la par de esta mirada sobre los efectos de políticas macroeconómicas, ES tuvo una segunda coordenada temática dominante, referida a las “Transformaciones del sistema político y la cultura ciudadana en ciernes”. Se publicaron artículos sobre la paulatina diferenciación regional en las orientaciones y preferencias electorales en diversas zonas del país; la ciudadanización de los órganos de calificación de las elecciones y el proceso de institucionalización de prácticas electorales y la profesionalización legislativa en México, Argentina o Costa Rica; el peso relativo cada vez mayor de partidos políticos como el PAN o el PRD; las transformaciones de la cultura política y las transiciones de regímenes autoritarios a otros democráticos en el Cono Sur. También abundaron los estudios comparativos sobre las políticas de ajuste estructural y sobre los regímenes políticos y la ciudadanización, por ejemplo en Chile y México. Notables en esa década fueron las investigaciones sobre procesos electorales locales y su correlación con la participación ciudadana.

El tercer eje temático fue “Sindicalismo y los procesos de reestructuración productiva e innovación tecnológica”. Se profundizó en el análisis de mercados de trabajo emergentes, el trabajo infantil o la correlación entre discriminación racial en el mercado laboral brasileño. También se realizaron grandes tipologías del sindicalismo boliviano, mexicano, peruano, y se puso la mirada en ámbitos como la vinculación entre el mundo laboral y la vida doméstica, a través de relatos y entrevistas. Paulatinamente, los artículos de ES apuntaron hacia nuevos actores sociales emergentes y la transformación de ciertos movimientos sociales, por ejemplo el MUP y la progresiva ciudadanización de la protesta. Aparecieron las causas ambientalistas en la escena pública, la conceptuación sobre el tribalismo de Maffesoli y la consecuente tipificación de algunas tribus urbanas.

Poco a poco, la investigación apunta hacia el ámbito de la vida privada, con el estudio de las redes de solidaridad familiar, los patrones de formación familiar en el Caribe y Europa Occidental, o los efectos de la doble jornada de las maestras universitarias. El foco en el ámbito de lo privado se hace visible paulatinamente, y cobra una dimensión pública a partir de los estudios de género que se decantaron en investigaciones sobre derechos reproductivos, identidades y subjetividad; los movimientos por la liberalización del aborto entre 1976 y 1990; los derechos de las trabajadoras sexuales y las ONG dedicadas a la mujer. Finalmente, podemos afirmar que en ese periodo la investigación demográfica se regionalizó, la mortalidad infantil se correlacionó con las crisis económicas de las últimas dos décadas en México, y se volvió la mirada sobre las trayectorias de vida, como apoyo a la interpretación de los fenómenos demográficos. Se observaron las transformaciones de los patrones alimentarios en España y se analizaron los patrones de vida familiar de las clases medias en Ciudad Satélite, en el Estado de México.

Los noventa: el predominio de la investigación cuantitativa en Estudios Sociológicos

En esos años fueron publicados 30 números de la revista con un total de 242 artículos. De éstos, 50% (121) pertenece a los cuantitativos, 7.4% (18) a los cualitativos, 7.4% (18) a ensayo político, 11.6% (28) son históricos, 0.4% (1) institucionales, 4.5% (11) metodológicos y 18.6% (45) son teóricos. Como podemos ver en la Gráfica 2, hubo un claro predominio de investigación cuantitativa en el universo de análisis. En este rubro, los artículos se distribuyeron de la siguiente forma: CC1: 16.1% (39), CC2: 15.7% (38), y CC3 con un 18.2% (44) de los artículos. Así, 50% (121) de los artículos de ES en los noventa fueron cuantitativos, seguido de 45 artículos de carácter teórico y que conforman el 18.6% del material publicado en esa década.

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados en ES, núms. 22-51.

Gráfica 2 Número de artículos por tipo 1990-1999 

En los artículos cuantitativos CC1 es notable el análisis de la movilidad y el empleo en México, los efectos de la crisis y la informalidad urbana, el sistema electoral mexicano y la participación ciudadana; la política educativa, los patrones migratorios en zona fronteriza México-Estados Unidos, el funcionamiento del trabajo informal en América Latina y la perspectiva de raza medida en Brasil. También se elaboraron estudios comparados de sistemas políticos en el marco de la transición en Chile y otros países del Cono sur. Asimismo, figuran las evaluaciones sobre políticas públicas en salud y educación básica en México.

Los CC2 y CC3 incluyen investigaciones sobre urbanización, elecciones y cultura política en el D.F. (1985-1988), migración desde el Occidente de México, reestructuración de la industria automotriz, planeación sectorial e industria siderúrgica, cambios agropecuarios y crisis alimentaria en Oaxaca, repercusiones de la política de desarrollo rural en la Huasteca veracruzana, o la ciudadanía y la gestión urbana en poblados rurales de los Tuxtlas. También se encontraron algunos estudios sobre el desarrollo de las áreas metropolitanas de Guadalajara y Monterrey, y sobre los empresarios en Guadalajara entre 1988 y 1994. Como muestra la Gráfica 2, los artículos CC3 son predominantes durante esa década. En este subtipo se escribió sobre los desempleados en Pemex; la identidad étnica de los mayos y yaquis; el espacio municipal y el poder local; género, familia, y división del trabajo en Jalieza; evaluación de políticas de desarrollo en Tuxpan y Alvarado, y las transformaciones y cambios demográficos y económicos en Xochimilco. También se publicaron estudios comparados y relativos a los cambios recientes en dos empresas regiomontanas.

De los 45 artículos teóricos, T1 se contabilizaron siete (2.9%), entre los que encontramos investigaciones sobre conceptos como acción colectiva, estilo de vida, estrategia en el marco de estudios de población, tribalismo, comunicación y control en el tiempo, estructura de empleo y marco demográfico. Entre los artículos T2 ubicamos 16 artículos (6.6%), con investigaciones que destacan por la indagación de tradiciones sociológicas y autores, entre ellos las teorías de la elección racional y el marxismo analítico; el legado de Luhmann, Parsons y Weber en temas como la teoría de sistemas, los individuos y la sociedad, o el análisis de la realidad social, respectivamente. Los 22 artículos en T3 (9.1%) se ocuparon en mostrar la perspectiva sobre un tema propiamente teórico y su tratamiento en varias corrientes de pensamiento, por ejemplo los relativos a la globalización e individualismo, racismo y xenofobia, marginalidad e informalidad, paradigmas y realidades de los movimientos sociales, o la teoría de sistemas aplicada a la política.

Por otra parte, los artículos de carácter histórico ocuparon en los noventa un lugar destacado entre las publicaciones de ES en el fin de siglo. Constituyeron 11.6%, con un total de 28 textos que dan cuenta y analizan procesos sociales, económicos o políticos en el tiempo, estableciendo periodizaciones, cortes o rupturas que enmarcan y explican un devenir de mediana o larga duración. Los artículos históricos H1 suman 10 (4.1%). Se escribió sobre el cambio industrial en la RFA, los pactos obreros y la institución presidencial (1915-1938), la Iglesia y los movimientos sociales en México, los comerciantes texanos y el noreste de México o una nueva interpretación de la Guerra de Cananea. Si en los artículos H1 se privilegia la explicación a partir de sus relaciones con otros hechos y contextos coincidentes en su tiempo, los 15 artículos H2 (6.2%) privilegian una explicación de tipo diacrónico. Entre los temas tratados en este rubro encontramos reflexiones sobre las guerras de desarrollo en América Latina (1945-1989), las familias en la época colonial, la reconstrucción de los espacios públicos en Lima, o los movimientos obreros en Europa en el siglo XX. Los tres artículos H3 (1.2%) incluyeron análisis sobre los sistemas y regímenes políticos en la quinta República Francesa, el conocimiento sociohistórico de fin de siglo, y el análisis del pensamiento de Celso Furtado y las ciencias sociales y la historia.

Los artículos de corte cualitativo conformaron un universo de 18 materiales que constituyen 7.4% de los artículos de ES en los años noventa. Entre estos textos encontramos un artículo C1 referido a las experiencias matrimoniales en el México urbano y la importancia de la familia de origen. Entre los artículos C2 se escribió sobre la crisis de la cultura obrera y el caso de los cordeleros de Yucatán, las historias de vida de los mineros de carbón en Coahuila, o las tensiones entre el mundo laboral y el mundo doméstico de los obreros manufactureros en Guadalajara, las trabajadoras sexuales que pasaron del estigma a la conciencia política, o la identidad y subjetividad en cárceles de mujeres. Entre los C3 reunimos artículos que son propiamente estudios de caso cuya particularidad es el énfasis fenomenológico y narrativo, por ejemplo, estudios sobre los jefes de familia sin pareja, los altos ejecutivos de corporaciones transnacionales, la vida familiar en estratos sociales medios, grupos migrantes y cambio sociocultural en Altos de Jalisco, o sobre la infancia y trabajo en sectores populares urbanos.

En los 30 números publicados entre 1990 y 1999 encontramos un peso relativo significativo de los trabajos correspondientes a la modalidad de ensayo político. Son 18 materiales que constituyen 7.4% del total, que abordaron temas como el análisis de la nueva derecha peruana, la ciudadanía y la participación popular en Brasil, la autonomía y el conflicto étnico en el mundo contemporáneo, o el riesgo de ingobernabilidad en México hacia el final del gobierno de Salinas de Gortari. Finalmente, como podemos ver en la Gráfica 2, la investigación de corte metodológico se decantó en 11 artículos (4.5%), organizados en dos tipos de análisis: los M2, con siete artículos (2.9%), sobre la acción colectiva y su papel en la construcción de ciudadanía en México, las transformaciones estructurales de la esfera pública en México y el análisis de los indicadores de la Encuesta Socioeconómica Anual de la Frontera Norte. Finalmente, clasificamos cuatro artículos tipo M3, que constituyen 2.9% del total en los años noventa; trataron temas como los indicadores alternativos de desarrollo y las mediciones de pobreza, o la relación entre el conocimiento y el problema de la objetividad de los datos. Otro ejemplo fue el análisis de consideraciones epistemológicas sobre temas de estadística social: una mirada desde la epistemología genética, o los marcos descriptivos, sistema y procesos generadores de información.

Estudios Sociológicos al inicio del tercer milenio (2000-2009): la hiperespecialización y la multiplicación de los temas de investigación

Los ejes temáticos dominantes

En esa década, ES muestra una profundización de los procesos de especialización y diversificación de objetos, perspectivas, registros de análisis, así como la multiplicación de los intercambios entre disciplinas. Su contenido se caracterizó por el aumento creciente de artículos de corte cualitativo, así como de colaboraciones dirigidas a la reflexión teórica en diversos registros, sin merma del espacio reservado a la investigación cuantitativa que, como señalamos antes, ha sido uno de sus rasgos identitarios desde su fundación. A pesar de la diversidad implicada aquí, pueden identificarse ocho ejes temáticos: 1) actores colectivos, nuevos actores y cuestiones étnico-políticas; 2) procesos democráticos, geografías electorales, partidos políticos y cambios en el sistema político en México y América Latina; 3) nuevas perspectivas de análisis, reinterpretación de puntos de vista teóricos y nuevos conceptos; 4) transformaciones del mundo laboral; 5) género, salud reproductiva, derechos sexuales, identidades; 6) procesos migratorios, cambios en la estructura de la familia y los hogares, pobreza; 7) temas emergentes: globalización, violencia, cuestiones religiosas, envejecimiento, muerte, tiempo, espacio, afectividad y; 8) ciudad, espacio y cultura urbana.

En el rubro “Actores colectivos, nuevos actores y cuestiones étnico-políticas” ES publicó artículos dirigidos a analizar organizaciones indígenas formadas por migrantes con residencia en Estados Unidos, conceptuándolos como agentes étnicos transnacionales; se examinó al otro como construcción social complementaria de la propia identidad en el caso de la clasificación indios/no indios en Zinacantán y Chamula, en Chiapas; se estudió el problema de los refugiados guatemaltecos en Campeche desde enfoques que destacaron cuestiones relativas a derechos humanos, conflictos internacionales, identidades étnicas y el desplazamiento espacial como éxodo. También se discutió el papel de los grandes empresarios en los procesos de democratización del país.

En el conjunto de artículos que se ocuparon de temas relativos a los “Procesos democráticos, geografías electorales, partidos políticos y cambios en el sistema político en México y América Latina”, encontramos escritos que se encargaron de analizar el sistema de partidos en México en el contexto de la transición, la identificación de nuevas formas de participación política, el estudio de tensiones regionales como un efecto de la erosión del PRI y del desgaste del presidencialismo producto de la transformación de los procesos electorales. Se analizaron las nuevas geografías político-electorales, los problemas de credibilidad institucional y la confianza en el contexto de la alternancia en México, el estudio de las expectativas despertadas por el Instituto Federal Electoral entre la ciudadanía, así como los problemas asociados a la nueva fisonomía del gobierno en el Distrito Federal. Se discutieron también las relaciones entre representación política y paridad de género.

En cuanto al rubro “Nuevas perspectivas de análisis, reinterpretación de puntos de vista teóricos y nuevos conceptos”, los artículos de ES muestran una serie de trabajos que discutieron la crisis de las ciencias sociales y sus modelos, los problemas de la unidad/diferencia dentro de las ciencias sociales, la crítica del trabajo antiteórico de algunas corrientes empiristas y el problema de la hiperespecialización de los objetos de estudio, la disminución de los grandes debates teóricos en las ciencias sociales de fin de siglo. También se analizaron los excesos del giro lingüístico y del posmodernismo, la comparación de los estilos de pensamiento sociológico en las sociologías de México y Estados Unidos, los problemas de la articulación macro/micro en el trabajo empírico a la luz de la reinterpretación de Giddens, Knorr-Cetina y Blau; la recepción de la tradición fenomenológica de las ciencias sociales y sus aportaciones para analizar actores, significados y vida cotidiana. En paralelo, tuvo lugar la recepción de Luhmann, la resignificación de los legados de autores como Pierre Bourdieu y Alan Touraine o el examen de la Teoría de Juegos. Mención aparte merece la publicación de trabajos que se dieron a la tarea de plantear registros conceptuales nuevos, por ejemplo, las nociones de capital social, confianza, gobernabilidad, neoinstitucionalismo. En conjunto puede verse aquí una de las aportaciones fundamentales que en esta década hizo ES a la transmisión, recepción y discusión teórica a nivel local y regional.

En el subconjunto relativo a “Transformaciones del mundo laboral” los artículos discutieron aspectos muy específicos de las consecuencias de las reformas de los años ochenta y noventa. Se examinaron problemas como la flexibilidad laboral y sus consecuencias para los trabajadores, los mercados de trabajo, las políticas de empleo, las transformaciones de los movimientos sindicales, las percepciones y estrategias de los trabajadores frente a los cambios en las formas de organización del trabajo. Asimismo, se discutió y defendió la pertinencia de la inclusión de los problemas de género en el análisis de estas cuestiones y se estudió el sindicalismo magisterial en América Latina; se indagó sobre los cambios experimentados en los mercados de trabajo metropolitanos a nivel macroeconómico, se identificó y analizó el problema del riesgo laboral en el horizonte de reestructuraciones orientadas a la desregulación estatal y se investigaron diacrónicamente distintas estrategias de crecimiento en México, sus rendimientos y costos sociales. Los contenidos de este eje temático muestran líneas de continuidad con el conjunto de los artículos que desde los primeros años de ES se ocuparon de examinar trabajo, movimiento obrero, sindicalismo y procesos de trabajo, aportando nuevos énfasis y dimensiones de observación.

En el rubro temático “Género, sexualidad, salud reproductiva, derechos sexuales, identidades” encontramos que, si el cierre de la década de los ochenta coincidió con la primera aparición del término género, poco más de diez años después su uso se extendió en ES. Se analizaron y describieron cuestiones como la construcción de las valoraciones sociales sobre la sexualidad, tanto conceptualmente, como a través de estudios específicos en Suecia o Noruega. Se estudiaron también aspectos acotados del aborto en hospitales públicos en México, las clasificaciones culturales de los médicos respecto de las mujeres atendidas, la experiencia del aborto en relación con el tipo de redes sociales de las que disponen las mujeres, el VIH a partir de la vivencia diferencial de hombres y mujeres en términos del cuerpo, la cuestión de la legislación con perspectiva de género y el liderazgo femenil en una localidad maya. Asimismo, comenzó a discutirse el problema de la masculinidad y se investigó la violencia de género en la Universidad de Chapingo.

Uno de los campos temáticos en los que las líneas genealógicas entre los primeros años de la revista y esta década son más claros es el de “Procesos migratorios, cambios en la estructura de la familia y los hogares, pobreza”. El legado del estudio de las grandes variables demográficas, así como las intermedias, dio lugar a estudios sobre la dinámica poblacional rural en Veracruz y sus efectos en las relaciones intergeneracionales de las familias campesinas, la transformación de las normas, reglas, ejes de jerarquía, así como la articulación de nuevas formas de organización de las funciones familiares; se investigaron los regímenes sociodemográficos y estructuras familiares en términos comparativos. En paralelo, se dieron a conocer resultados de estudios cuantitativos dirigidos a profundizar en el análisis de la migración México-Estados Unidos que mostraron que el alcance de los efectos de estos flujos en Estados Unidos dejó de ser local, para abarcar espacios geográficos que no se limitaron a California o Illinois, sino que se expandieron a Utah, Arkansas, Minessota, Georgia, Iowa o Nebraska. Se analizó la dinámica demográfica y la segregación espacial en tres áreas metropolitanas de México y los programas de lucha contra la pobreza de la Secretaría de Desarrollo Social: se discutió el concepto, se ponderó qué tipo de pobreza se modificaba (alimentaria, de patrimonio, de capacidades, etc.) en el programa Oportunidades, si realmente había existido una reducción, o bien, si las cifras mostradas como evidencia eran un efecto de las formas de medición del INEGI.

En el subconjunto de artículos que hemos adscrito al rubro “Temas emergentes”, tienen particular relevancia disciplinar y práctica los artículos que se ocuparon de la globalización, como proceso, como concepto y como experiencia. En este sentido se reflexionó sobre sus consecuencias en la cultura, el espacio, las identidades, los conflictos interétnicos; se discutió si la globalización como proceso societario se dirigía a la homogeneización, o a la producción de diferencias y la fragmentación; se examinaron sus relaciones con procesos conceptuados en términos de internacionalización, liberalización, universalización, occidentalización y supraterritorialización. Se analizaron las relaciones entre globalización y familia, mercados de trabajo, relaciones de dominación, prostitución, trabajo doméstico y transferencias internacionales de afecto. Otros artículos se dieron a la tarea de reflexionar y analizar cuestiones relativas a nuevas agendas e intereses temáticos. Este es el caso de los escritos que se ocuparon de la definición social del envejecimiento y sus consecuencias en los mercados de trabajo, la seguridad social, la familia, los ciclos vitales, las relaciones intergeneracionales y la salud, el tiempo como recurso que debiera integrarse a la medición de la pobreza, las representaciones discursivas del tiempo y el espacio social, o bien, el estatus construido de los calendarios sociales y los relojes. En este eje temático se publicaron también colaboraciones dirigidas a analizar la relación de la memoria con las identidades sociales, el discurso de la memoria indígena y sus dimensiones narrativas, la intimidad como problema sociológico, así como algunas consecuencias afectivas de los procesos migratorios en las comunidades de origen de los migrantes, como amor-desamor y dolor.

Por último, en el eje “Ciudad, espacio y cultura urbana” ES muestra un abanico de artículos que investigaron las formas de sociabilidad y cultura urbana. Se describieron distintas formas de compartir el espacio y las prácticas a través de las cuales los actores construyen la ciudad, las relaciones de cercanía/distancia que atraviesan las interacciones en las metrópolis. También se aplicaron enfoques procedentes de la semiótica y el estructuralismo para analizar la semántica de la ciudad a través de la lectura de espacios, calles, edificios, señales, como significantes. Se profundizó en el estudio de la experiencia de la ciudad y cómo da lugar a tipificaciones diferenciales de los actores que se relacionan con ella, como el turista, el habitante, el marginal, entre otros.

La investigación cuantitativa, cualitativa y la reflexión conceptual como las aportaciones centrales de Estudios Sociológicos en 2000-2009

En la década 2000-2009, ES publicó 205 artículos; en este conjunto predominaron los escritos de corte teórico (73), que en sus tres subtipos representó 35.6% del total, seguido de los artículos cuantitativos (61), 29.8%, los cualitativos (37) con 18%, los trabajos del rubro “Ensayo político” (12) con 5.9%, los metodológicos (11) con 5.4% y los históricos (10), con 4.9% (ver Gráfica 3).

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados en ES, núms. 52-81.

Gráfica 3 Número de artículos por tipo 2000-2009 

El aumento de los artículos teóricos está estrechamente relacionado con las consecuencias de los procesos de diferenciación de objetos, la pluralización de perspectivas teórico-metodológicas y la creciente especialización de registros de análisis que se observaron desde la década de 1990-1999. Asimismo, pueden identificarse algunos vínculos entre este proceso, la emergencia de nuevos temas y la discusión sobre cuáles podrían ser agendas pertinentes de las ciencias sociales en los inicios del tercer milenio.

Como puede observarse en la Gráfica 3, el tipo de artículos con mayor peso cuantitativo en ES durante 2000-2009 fue el de los teóricos, que sumaron un total de 73 (35.6%) por primera vez, los artículos cuantitativos en la revista fueron ligeramente superados en número por esta clase de trabajos. En el subconjunto T1 hubo 13 (6.3%) colaboraciones que reflexionaron sobre cuestiones como el concepto de capital social, la noción de género en relación con la sexualidad adolescente, la revisión crítica del discurso malthusiano en las coordenadas posmodernas, el concepto de metrópoli en Georg Simmel y su valor heurístico para las ciencias sociales contemporáneas, la categoría capital social como concepto-valor en el discurso administrativo de las grandes corporaciones globales. Se analizaron cuestiones como la categoría de clase de la tradición marxista, la intersubjetividad y el concepto de acción en la tradición fenomenológica y, en paralelo, se dio recepción al análisis de Luhmann sobre la escritura como forma de comunicación pública y su peso en la estructuración de la sociedad moderna. En cuanto al tipo T2, hubo 18 artículos (8.8%) que hicieron recepciones críticas y/o reinterpretaron perspectivas clásicas y contemporáneas; por ejemplo, la elaboración weberiana sobre el pluralismo cultural, la metáfora de la jaula de hierro o el problema de la contingencia; la perspectiva de Norbert Elias sobre los procesos civilizatorios desde un ángulo de lectura que la vinculó con la globalización, los aportes de Karl Mannheim a la sociología moderna en América Latina, la explicación sociológica en Marx, las posturas de Habermas y Foucault sobre la sociedad civil, el debate epistolar Schutz/Parsons, así como las contribuciones de Simmel y Bourdieu a la teoría social. Asimismo, hubo colaboraciones que pueden entenderse como parte de los procesos de migración de acervos teóricos de un campo disciplinar a otro, como el análisis de la Teoría de Juegos de la economía y su posible pertinencia para las ciencias sociales.

Los artículos T3 sumaron en este periodo 42 (20.5%). Este amplio subconjunto incluyó trabajos que discutieron los nuevos modelos sobre organización del trabajo y teorizaron sobre las relaciones étnicas, el consumo como cultura desde la teoría de sistemas, o bien, sobre la religión como objeto de investigación sociológico. En paralelo, hubo una serie de colaboraciones dirigidas a indagar y pensar temas como el tiempo, el calendario y los relojes como construcciones sociales y el espacio/tiempo social; el significado teórico del paso del tema de la vulnerabilidad al del riesgo en los procesos de empoderamiento de sectores medios; el problema de la complejidad en relación con cambios identitarios y nuevos actores sociales; la discusión de los cambios que las consecuencias de la globalización han tenido en la erosión de las instituciones socializadoras, reenunciando así el clásico tema de la relación sociedad/individuo en coordenadas contemporáneas, las relaciones entre la religión y las prácticas terapéuticas como estrategias de redención, desde la óptica de William James. Asimismo, encontramos artículos T3 dirigidos a replantear temas centrales de las ciencias sociales como la pluralidad/ unidad de sus fundamentos, las conexiones entre globalización y cultura, así como colaboraciones que se ocuparon del riesgo laboral, el trabajo femenino, las identidades culturales en entornos globalizados, la incertidumbre y los procesos democráticos, o bien, de resignificar el legado de Hannah Arendt a través de una crítica a la negación que en la disciplina histórica ha habido a pensar el totalitarismo y sus consecuencias sociales.

Dentro del universo de los artículos cuantitativos, en los CC1 se publicaron 19 trabajos (9.3%) que profundizaron en cuestiones como la crisis de la industria maquiladora de exportación, estudios comparativos de regímenes demográficos de alta (1950-1970) y baja fecundidad (1970 en adelante) y sus respectivas estructuras familiares. Se investigaron los mercados de trabajo metropolitanos de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey entre 1990 y 1998 en el contexto de las reestructuraciones económicas de los años ochenta. Asimismo, varios autores profundizaron en el estudio de los patrones emergentes de movilidad y estratificación social, analizando correlaciones entre movilidad, escolaridad y empleo. También se estudió el descenso de la fecundidad en Brasil y se mostraron los resultados de estudios empíricos para fijar los umbrales del envejecimiento; se analizó la vulnerabilidad de la salud femenina, la reproducción en Argentina y el cambio hacia prácticas de prevención que modificaron la orientación anterior focalizada en embarazo, parto y enfermedades de transmisión sexual. También se estudió estadísticamente el derecho al aborto y las políticas reproductivas en Suecia entre 1951 y 1953, incluyendo una comparación de las tasas de aborto en 18 países. Una de las aportaciones más importantes de los artículos CC1 fue el análisis de la efectividad de los programas de combate a la pobreza en México: se discutieron conceptos, definiciones, mediciones, posibles errores en las estimaciones, resultados, a fin de ponderar si efectivamente se había reducido la pobreza o no en los primeros años de la década del 2000, en qué tipo de pobreza, si era estadísticamente significativa o no esta reducción, etcétera.

En el subconjunto de artículos CC2 hubo 25 trabajos que se ocuparon del análisis de los efectos sociales e identitarios que los flujos migratorios y sus nuevas fisonomías tenían en ámbitos no económicos como la escuela, específicamente en el caso de alumnos de Nuevo León y Zacatecas. Se investigaron también los cambios en las relaciones intergeneracionales implicados en la reconfiguración de la organización territorial en el sur de Veracruz, se profundizó en el estudio del uso de la violencia durante el delito y se compararon las dinámicas socioeconómicas y de segregación espacial en tres áreas metropolitanas (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey) entre 1990 y 2000. Algunos autores escribieron sobre la percepción de empleados y empleadores respecto de los sistemas de compensación salarial y el reconocimiento de derechos y prestaciones describiendo puntualmente sus perfiles socioeconómicos. También se estudió al votante clientelar en México en las elecciones federales del 2000 y se examinaron las estrategias específicas de adaptación de la clase media en el contexto de la crisis de mediados de los años noventa. Durante este decenio se investigó en detalle el problema de los jóvenes refugiados en Campeche como consecuencia de los conflictos étnico-militares en la frontera sur iniciados en los años ochenta y noventa.

En cuanto a los trabajos CC3 en ES se publicaron 17 artículos (8.3%) con temas variados como la estructura de oposición política de los movimientos sociales en sistemas cerrados o los procesos de selección de un candidato a la presidencia municipal en San Miguel Aculeo, Estado de México. Asimismo, aparecieron trabajos que identificaron y analizaron fenómenos emergentes ligados a la extensión de los procesos globalizadores, como los vínculos entre familia y mercados de trabajo sexual supranacionales. Se profundizó en temas de educación superior; por ejemplo, en Jalisco en el contexto de un gobierno de alternancia (1995-2001); también se estudió empíricamente la pobreza de tiempo como un recurso diferencialmente distribuido en distintos sectores sociales. Se publicó sobre temas relativos a la mercantilización en la cultura de los indígenas paraguayos a partir de dos comunidades de minifundistas y se estudiaron las reformas estructurales en Argentina y su impacto en la pequeña agricultura.

Finalmente, en el universo de los trabajos cualitativos es donde se concentran objetos nuevos. En el rubro C1 vemos 3 artículos (1.5%) que investigaron cuestiones como el surgimiento de la organización mapuche Consejo de Todas las Tierras o empresarios y reformas económicas en Perú. En cuanto a los artículos C2 se dieron a conocer 10 trabajos (4.9%) que se ocuparon de tópicos como la religión y la dinámica familiar en Chiapas y la forma en que impactaron la reproducción de los hogares campesinos, y el papel en la comunidad de mujeres que participaban en el movimiento pastoral de la Diócesis de San Cristóbal. En este rubro se publicaron investigaciones sobre la política de cero tolerancia en el centro de la Ciudad de México -el factor Giuliani- y su relación con el peso creciente del mercado inmobiliario en la zona. Se analizaron los estereotipos sobre el género, las relaciones sexuales y el embarazo adolescente en jóvenes de distintos contextos socioeconómicos y sus consecuencias, así como las representaciones sobre las relaciones de pareja a mediados del siglo XX en Argentina a partir del estudio de la forma como la radio porteña difundió el ideal de amor romántico; se analizó la organización de las haciendas de los valles de Ocosingo en Chiapas en el siglo XX a partir de bases empíricas que incluyeron entrevistas a expeones y expatrones. Se investigó el papel del otro en la construcción de la identidad como contraconcepto de la propia, en el caso de Zinacantán y Chamula, específicamente en las imágenes recíprocas que los indios y los no indios, tienen entre sí y sus efectos simbólicos y materiales. Frecuentemente, los trabajos cualitativos fueron de la mano de aportaciones provenientes de la etnografía y la antropología.

En cuanto a los artículos C3, encontramos 24 (11.7%) colaboraciones sobre objetos como la experiencia del cuerpo y de la sexualidad entre hombres y mujeres con VIH; sexualidad y biopoder en el caso de la defensa de militares con VIH en las que se identificaron las dimensiones subjetivas y experienciales y de derechos humanos. Se estudiaron las peculiaridades de los niveles de tolerancia/intolerancia de diversos actores (empresarios, gobernantes, ONG, medios de comunicación) en relación con movimientos altermundistas de corte antisistémico en Guadalajara; las relaciones entre conflicto y enfermedad en los Altos de Chiapas y las representaciones de distintos actores sobre el papel de la envidia y otros afectos como causas de los males en el contexto de litigios por tierras; los procesos de aprendizaje en las maquilas de segunda generación en el norte del país. También se publicaron artículos dirigidos a analizar una experiencia de recuperación fabril en Argentina de trabajadores despedidos por la quiebra de una empresa metalúrgica, a través del estudio de sus relatos, memorias, estrategias de acción colectiva y redes internas; y otros orientados a investigar los relatos sobre los acontecimientos de 1968 en un registro que se centró en la identificación de las figuras de la masculinidad heroica de los hombres encarcelados/mujeres en la calle y sus consecuencias en el predominio de memorias de la élite masculina de los dirigentes del movimiento. Se reconstruyó la historia de las organizaciones campesinas en las cañadas tojolabales (1975-1990) bajo un orden de preguntas orientado a identificar su estructura, sus relaciones internas y la centralidad que tenían en la vida social y la orientación colectiva de las comunidades campesinas que fueron su sostén: se analizó aquí el campo social de las luchas agrarias de Comitán y Las Margaritas, así como la crisis de estas organizaciones como antecedente directo del neozapatismo. Este tipo de trabajos aportaron un conocimiento fino de las razones internas profundas de este importante movimiento social, más allá de sus conexiones con el sistema político.

En cuanto a los artículos históricos, ES registra en esta década un total de 10 (4.9%). En el campo de los H1 se publicaron 3 (1.5%) artículos que reconstruyeron cuestiones como las diversas interpretaciones sobre América y el Nuevo Mundo como representaciones y proyecciones que se movieron en un arco temporal en el que apareció, como ideal utópico libertario, pero también como el espacio de la desilusión y el desencanto; la forma en que la sociología norteamericana percibió a América Latina desde el pensamiento desarrollista en 1960, así como las coordenadas de enunciación de El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, a través de un trazo biográfico de corte rememorativo. Por otro lado, los artículos correspondientes al rubro H2 investigaron cuestiones relativas a la polémica sobre la educación sexual en la Ciudad de México en los años treinta y las representaciones sociales de la infancia; el impacto de la teología de la liberación en América Latina en el contexto de la postguerra fría y sus conexiones con el movimiento zapatista en México. Se reconstruyó también el proceso histórico de invención de la idea de juventud rural en las coordenadas del capitalismo en Europa y Estados Unidos, así como su posterior extensión internacional y algunas de sus consecuencias sociales.

En el registro de los artículos correspondientes a la categoría “Ensayo político”, ES publicó 12 colaboraciones (5.9%) que se orientaron a discutir cuestiones como la discriminación por motivos religiosos, en el contexto de defensa de los derechos humanos. Se estudió la muerte como fenómeno social y algunas consecuencias en la toma de decisiones relativas a las políticas de salud. También se abordó la credibilidad institucional y sus relaciones con los procesos de consolidación democrática; se discutió sobre la rebelión de las élites en México, en el escenario de la erosión de los regímenes autoritarios. Se examinó la violencia como proceso estructural, en el caso de masacres genocidas en Chiapas (1997) y Oaxaca (1992). En paralelo, se examinó el problema de la paridad de género como práctica de ciudadanía; los límites de la transición a la democracia en Chile y la relación entre el estado y los trabajadores durante el primer gobierno de Menem en Argentina.

Finalmente, en la categoría de artículos de metodología de las Ciencias sociales se publicaron 11 trabajos (5.4%); entre ellos, hubo uno en el rubro M1 que se dirigió a discutir problemas como la objetividad y conmensurabilidad entre teorías, así como el valor de la filosofía de la ciencia, a partir de la comparación de dos comunidades de sociólogos de países distintos (México y Estados Unidos). En el registro de los artículos M2 se analizó la categoría flexibilidad, y si designaba únicamente la adaptabilidad de las relaciones laborales a los cambios del entorno económico y político, o si constituía un modelo societal abarcador, ponderando las dimensiones observacionales implicadas en uno y otro casos; se examinaron las interrelaciones entre el sistema político y la protesta social desde el punto de vista del institucionalismo aplicado al examen de la acción colectiva, valorando su alcance explicativo; se puso a prueba el cuestionario Eating Attitude Test y la entrevista a profundidad como herramientas para investigar la anorexia y la bulimia como trastornos alimentarios entre jóvenes de sectores rurales en México. También se profundizó en el estudio del frame analysis como insumo para la investigación de la comunicación política, asociado con elementos de la sociología cultural y el análisis del discurso, y su aplicación al caso de la Marcha del Color de la Tierra. Por último, entre los trabajos M3 se discutieron los fundamentos de la epistemología como disciplina científica desde la perspectiva del constructivismo genético, así como sus posibilidades de aplicación al campo de las ciencias sociales.

El lustro 2010-2014. Entre la acumulación y las nuevas agendas de investigación

Las coordenadas de las ciencias sociales en México y América Latina en estos años muestran características significativas relativas a la intensificación de las intersecciones entre distintos patrimonios de conocimiento; la especialización y, en no pocas ocasiones, hiperespecialización de los objetos de investigación y los lenguajes conceptuales; la expansión de los procesos de estandarización de los formatos escriturarios y de los procesos de evaluación de cada aportación publicada en sus revistas; así como el aumento geométrico de la comunicabilidad científica por medios electrónicos,24 entre las más destacadas. La forma en que ES articuló sus contenidos en este lustro, desde luego, tiene su propia lógica interna, pero es inseparable del conjunto de las dimensiones mencionadas. Un lapso de cinco años es un arco temporal demasiado corto para identificar tendencias o ejes temáticos con claridad. A pesar de ello, consideramos que para obtener el trazo general sobre los primeros 30 años de ES, que nos propusimos en este trabajo, no es posible excluir algunos señalamientos sobre sus contenidos en este lustro, sobre todo considerando que se observan modificaciones en el mundo textual de la revista que pensamos son significativas como posibles indicadores de la forma en que, en la práctica, ES está contribuyendo a impulsar cambios en las agendas de investigación de las ciencias sociales en México y América Latina.

En estos años se mantuvo la publicación de artículos sobre pobreza, que tanta importancia tuvieron en los periodos anteriores; entre ellos, una colaboración sobre 30 años de medición de este fenómeno, que ofrece un panorama amplio de las aportaciones en este campo y elementos para nuevas agendas de investigación; sobre los alcances y límites del índice del Consejo Nacional de Población para la medición de la pobreza; sobre desigualdad económica, sus tendencias empíricas y la discusión de algunos enfoques para su estudio. Por otra parte, las investigaciones relativas a los procesos migratorios, sus tendencias, cambios y consecuencias, continuaron presentes, pero con énfasis en sus interrelaciones con, por ejemplo, la reorganización de las familias, la cultura, la socialización, la modificación de los ejes de autoridad, o bien, la internacionalización de las redes afectivas. Aquí, y en realidad en una gran parte de todos los artículos del periodo, la globalización pasó de tematizarse como problema, a convertirse en parte central del horizonte de los objetos investigados.

Una de las novedades que tiene mayor visibilidad en este periodo es el acelerado aumento de artículos que analizan cuestiones relativas a violencia interpersonal, criminalidad, delincuencia y sociedad, que se sumaron a los que en las décadas anteriores se dirigieron a la investigación de este fenómeno principalmente en la dimensión de la violencia de género.25 Encontramos así, por ejemplo, estudios empíricos relativos a las relaciones entre criminalidad urbana y delincuencia en Río de Janeiro; sobre los vínculos entre socialización y prácticas criminales; la elaboración de un modelo para examinar la violencia física a nivel interpersonal a lo largo de la vida, como un proceso de transmisión intergeneracional y contextual que atraviesa otras modalidades de la violencia (de género, de pareja, escolar, entre otras); un conocimiento fino y acotado sobre las conexiones entre crimen y economía a través del estudio de las tasas de homicidio en México en 2000, 2005 y 2010. Asimismo, se profundizó en los vínculos entre delito patrimonial e inserción laboral; se cuantificó el consumo de sustancias en la comisión de delitos en nuestro país; se analizó el problema de las plantaciones ilícitas como expresión de desigualdad en el caso del cultivo de cannabis en Brasil; se estudió la violencia juvenil en América Latina en el contexto de barrios populares de cinco ciudades, como Medellín, Cancún o Sao Paulo; al tiempo que se reconstruyó la representación de lo masculino y lo femenino en los procesos criminales de la Ciudad de México en el siglo XVIII.

Identificamos también artículos que se dieron a la tarea de abordar temas clásicos de la sociología y las ciencias sociales que, en México, habían sido cultivados sobre todo por psicólogos, antropólogos, médicos, criminólogos o psiquiatras, como el suicidio en comunidades rurales remotas de Colombia, Brasil, Argentina o Venezuela, con base en los aportes de estudios sobre el tema de países como Estados Unidos, Suecia, Australia, Dinamarca y China, entre otros; las estrategias de resistencia de menores internados (abandonados, en orfandad, maltratados) en instituciones de asistencia pública ante experiencias o reglas que consideran injustas, autoritarias o abusivas; la función social de las normas y el problema de la transgresión en el contexto de algunas explosiones de violencia en México; así como colaboraciones dirigidas a investigar cuestiones como los ciclos vitales y los problemas de las transiciones internas que implican para individuos y grupos. Por otra parte, ES muestra un incremento del espacio ocupado por artículos sobre trabajo y mundo laboral, objeto que ha estado presente desde su fundación, pero con variaciones en distintos periodos. Se examinó, por ejemplo, el mercado de trabajo y las dimensiones psicosociales del desempleo femenino en una región de Brasil en las coordenadas de la globalización; las dificultades de la inclusión laboral entre jóvenes profesionistas mexicanos de Monterrey, Oaxaca y el Distrito Federal en el contexto de la flexibilización laboral; el problema de la subcontratación y las estrategias sindicales en el caso de las privatizaciones en Argentina; el surgimiento de nuevos actores en el mundo de la organización laboral, a través del estudio del caso de la organización de recolectores y recicladores de residuos urbanos en Argentina; las perspectivas teórico-metodológicas para la investigación de los vínculos entre trabajo y familia. En conjunto, estos artículos muestran una renovación de los registros y los enfoques en el estudio de este campo, así como deudas de diverso signo con el legado de los estudios acumulados sobre este tema en es durante los periodos anteriores.

Otra zona importante de ES en este lustro es la de las colaboraciones sobre sexualidad, género e identidades, que continuaron con el impulso que mostraron en el periodo anterior. Se escribió sobre la trayectoria del movimiento lésbico-gay en México desde 1978 hasta la actualidad; sobre el derecho a decidir de los varones en el debatido tema del aborto en Uruguay; sobre feminismo y reproducción en las agendas feministas de Argentina entre 1970 y 1976; sobre la autopercepción de las mujeres jefas de familia sin pareja, como viudas, divorciadas y madres solteras en diferentes clases sociales y sus relaciones con la atribución de estigma. También se investigó sobre las conexiones entre ambiente familiar y elección de pareja en el caso de mujeres solas en distintos contextos socioeconómicos y sobre la homosexualidad masculina en una comunidad rural de Michoacán. Asimismo, se continuó dando espacio a artículos relativos a cuestiones étnicas, aunque en estos años su presencia en ES se redujo respecto del periodo anterior. Se publicaron colaboraciones sobre el zapatismo, por ejemplo la fase del ciclo de protesta 1994-2003, en una perspectiva comparada que identificó los factores que favorecieron este proceso. Una aportación de ES a este tipo de estudios fue la apertura a trabajos en registros más amplios, como el estudio de identidades subnacionales en el caso del regionalismo yucateco y los factores sociodemográficos que le dan sostén; el problema de la negritud en el contexto de una identidad nacional en los libros escolares de Argentina, o bien las relaciones entre los “otros” étnicos y los jóvenes de extrema derecha en Berlín.

En cuanto a la reflexión teórica, ES logró establecer conexiones relevantes entre los legados clásicos y nuevas perspectivas y reinterpretaciones. Dio espacio a trabajos que se ocuparon de la reconstrucción de los debates contemporáneos sobre el Estado en la tradición marxista desde los años setenta hasta la actualidad, identificando matices, enfoques y posturas diversas; del desarrollo de desigualdades sociales en la globalización, apuntando hacia el análisis de historias de vida en geografías distintas; de resignificar el concepto de desigualdad en las coordenadas contemporáneas; así como del problema de la secularización y su relevancia en los estudios sobre la religión; de la apropiación de la sociología económica norteamericana para el estudio de redes globales de producción en contextos de descentralización de sistemas productivos, y algunas de sus consecuencias en los procesos nacionales de innovación y desarrollo tecnológicos; al tiempo que se rastrearon los orígenes del giro colonial en las ciencias sociales. La lectura contemporánea de autores clásicos tuvo una presencia importante en colaboraciones de corte conmemorativo sobre la obra de Max Weber, mientras que la recepción y recolocación de aportes contemporáneos focalizó su atención en Norbert Elias y Bourdieu sobre cuestiones como campo, habitus, tiempo y clase; en el pensamiento de Luhmann tanto en registros de orden general, como dirigidos al estudio de problemas específicos, así como en coordenadas de comparación con autores como Latour y Habermas. Junto con ello, la revista abrió sus páginas a colaboraciones orientadas a la reelaboración de cuestiones como cuerpo, transgresión y normas; el amor como objeto de análisis; o bien, el individuo en la era de la globalización.

Al examinar este universo desde el ángulo de los tipos de artículo, nos encontramos con un total de 148 colaboraciones, de las cuales 39.9% (59) corresponden a los artículos cuantitativos; 37 (25%) a los teóricos; 26 (17.6%) a los cualitativos; 16 (10.8%) a los históricos; 7 (4.7%), a los metodológicos y 3 (2%) a los de ensayo político (véase Gráfica 4).

Fuente: elaboración propia, con base en artículos publicados en ES, núms. 82-96.

Gráfica 4 Número de artículos por tipo 2010-2014 

Nos limitaremos a mencionar algunos ejemplos de estos trabajos, sin adentrarnos en la descripción de los subtipos que sí fue posible hacer en el análisis de los periodos anteriores. En el conjunto de los artículos cuantitativos, ES contó con colaboraciones que examinaron 30 años de mediciones de la pobreza desde la perspectiva de Coplamar; las tendencias empíricas de la desigualdad económica en México, en el contexto de una ponderación crítica de diversos enfoques para su estudio; la desigualdad en las transiciones educativas en México como efectos de las condiciones socioeconómicas de las familias en el paso entre niveles educativos; los factores determinantes de la participación electoral; drogas ilícitas globales y el problema de los territorios en América Latina; las dimensiones territoriales del comportamiento político en México; instituciones agrarias, tenencia de la tierra, conflicto social e ideología en el sur indígena, en un marco en el que se discutieron las posturas colectivistas en el estudio de los movimientos sociales; el ciclo de protesta del EZLN y el problema de las oportunidades políticas. Asimismo, en este conjunto de colaboraciones se analizó estadísticamente el consumo de sustancias y la comisión de delitos en México; escuela y rezago escolar entre jóvenes de la Ciudad de México que interrumpieron sus trayectorias educativas entre el inicio de la primaria y el fin de la educación media superior.

En el rubro correspondiente a artículos cualitativos, ES publicó investigaciones sobre cuestiones como inclusión laboral en el siglo XXI; el programa de visas de los jornaleros tamaulipecos y los entornos laborales en los que se insertan en Estados Unidos; el anarquismo organizado de las barricadas como subsistema de seguridad en el ciclo de movilizaciones de la sección 22 del CNTE en 2006; las dimensiones psicosociales del desempleo femenino en Brasil; los procesos de formación de la subjetividad rural en la globalización, en el contexto de inserción de trabajadores de Puebla en el mercado laboral de Estados Unidos; la construcción social del género y el problema de “volverse hombre” en estas coordenadas; interacciones entre ejecutivos alemanes y mexicanos, a través del estudio de alemanes que por primera vez fueron enviados por sus corporaciones a la Ciudad de México; las causas y dinámica del conflicto zapatista en el sureste; el cuidado de los infantes en contextos de pobreza y el papel de los ámbitos comunitarios. Otros trabajos se dirigieron a investigar el ingreso de organizaciones de desocupados de la burocracia asistencial pública en Argentina; a analizar las relaciones entre solidaridad y la mirada del otro en situaciones de calle en Buenos Aires; así como al estudio de los vínculos entre socialización y criminalidad urbana en Río de Janeiro.

Los artículos de corte teórico se ocuparon de la revisión crítica de las tensiones internas del concepto de comunicación de Luhmann, o bien, de los alcances y límites de las categorías protesta y procedimiento en la obra de este autor; de la reflexión sobre el concepto de Estado, no como entidad autónoma o aparato, sino como forma amplia de organización de las relaciones de poder, desde registros en los que convergen la antropología y la sociología del poder; de la constitución de los grupos sociales, de la acción social, la acción colectiva y sus dimensiones políticas en la obra de Bourdieu; de la resignificación de la categoría de género en Joan Scott en las coordenadas del postmodernismo y el postcolonialismo; de discutir y argumentar la necesidad de integrar las dimensiones espaciales al análisis sociológico de los territorios locales en la globalización. También encontramos colaboraciones que se dieron a la tarea de repensar cuestiones como la formación de desigualdades en la globalización; el estado actual y las perspectivas de la sociología postcolonial; la reconstrucción de 40 años de reflexión sobre los procesos de secularización y la necesidad de redefinir este concepto, en el contexto del fortalecimiento de las religiones en el mundo contemporáneo; las teorías de alcance intermedio como estrategias de investigación empírica, así como un análisis sobre la ley general del poder en Manuel Castells.

En cuanto a los artículos históricos, las colaboraciones se orientaron a estudiar cuestiones como la identidad nacional y la negritud en el sistema de educación nacional argentino; las relaciones entre sociólogos y ensayistas en Brasil y Argentina en los años cincuenta, en una perspectiva comparada; la reconstrucción de los muchachos en la revolución sandinista en Nicaragua y su papel emblemático como representantes de la renovación política; la recepción del marxismo en la filosofía en México en los años treinta; la sociología en México a través del examen de los aportes de José María Vigil; la reconstrucción de 60 años de sociología en México, de sus itinerarios, cambios temáticos, enfoques y agendas; la medición y la vida económica en el caso de las medidas panamericanas y la lucha por un lenguaje universal para el comercio. El rubro de “Ensayo político” estuvo representado por trabajos que se ocuparon de reflexionar sobre democratización y cambio religioso en México; sobre la trayectoria política del movimiento lésbico-gay desde los setenta hasta la actualidad en nuestro país; sobre el malestar social en la postdictadura en Chile y los obstáculos a la democratización; sobre las disputas político-religiosas en la educación sexual en la ciudad de Buenos Aires. Por último, las colaboraciones de corte metodológico estuvieron dirigidas a fundamentar una ruta de investigación etnográfica para el estudio de la gestión del odio y la tolerancia en la Alemania neoliberal. También se elaboró una valoración diacrónica del índice de marginación de Conapo, destacando sus limitaciones para seguir la evolución de este fenómeno en el tiempo. En este rubro se propusieron innovaciones en la elaboración de diseños muestrales que integran los aportes cuantitativos y cualitativos de las ciencias sociales que, en consecuencia, podrían denominarse diseños “bilingües”.

Sabemos que este brevísimo trazo no hace justicia a ES en este lustro, pero pensamos que al menos ofrece las coordenadas generales en que los lectores posiblemente interesados en conocer a profundidad estos años del mundo escriturario de la revista -desde el ángulo de sus especializaciones e intereses de investigación- pueden encontrar algunos puntos de partida relevantes para ello.

Comentario final

El recorrido que hemos realizado permite valorar lo que ES significa como acervo de conocimiento escriturario en las ciencias sociales en México y América Latina. Esta revista ha sido, desde sus orígenes, un espacio editorial especializado y multidisciplinar que ha hecho aportes constantes al conocimiento empírico de la realidad social -sobre todo en registros cuantitativos finos- con relevancia no sólo científica, sino también práctico-política potencial. Desde luego, las definiciones al respecto han variado con el tiempo, en estrecha interrelación no sólo con las coordenadas internas de las ciencias sociales en general, sino con las profundas transformaciones societales locales y globales experimentadas en estas décadas, y a cuya explicación y comprensión selectiva ha tratado de contribuir ES de forma constante. En el contexto de nuestras disciplinas son precisamente las aportaciones de corte cuantitativo las que han tenido mayor relevancia y visibilidad, particularmente en los terrenos del análisis de las grandes variables demográficas y algunas variables intermedias, en los efectos socioeconómicos de los procesos migratorios, el mundo rural, la reproducción campesina, los procesos de urbanización, la dinámica y los cambios en los procesos de trabajo, el sindicalismo y las relaciones de poder, el Estado y los procesos de democratización, la pobreza, la desigualdad y la movilidad social, los hogares y la familia, el espacio urbano y sus principales problemas, la destacada especialización en temas de género, temas como el multiculturalismo y la diversidad étnicas, y la violencia en ciertas regiones del país, en la última década. Aquí radica una buena parte de los rasgos identitarios de ES como publicación científica, heredera de la experiencia de líderes e instituciones notables en las ciencias sociales en México y América Latina en general, y dentro del propio Colmex en particular.

Junto con la constatación del peso de lo que podríamos llamar una tradición cuantitativa como parte central de las agendas de investigación promovidas por ES en estos 30 años, y el impulso a la investigación cualitativa en diferentes campos, otra de las dimensiones que es posible observar en las coordenadas diacrónicas de la revisión realizada es que, contra lo que generalmente se asume, desde sus primeros años ES contó con un número de trabajos, modesto pero significativo, que se dieron a la tarea de reflexionar sobre cuestiones conceptuales y teóricas, con frecuencia subordinadas a la tarea de proveer de coordenadas y definiciones a objetos específicos. De este modo es posible, al menos en términos del mundo textual contenido en la revista, afirmar que la ampliación de los espacios para la elaboración teórica en sus distintos registros, y sobre todo entre 2000 y 2009, tuvo su punto de partida en los artículos acumulados en la década de los años ochenta. Asimismo, en los últimos dos periodos otras contribuciones de ES a la acumulación de un conocimiento especializado dentro de las ciencias sociales han sido, por una parte, la apertura creciente hacia trabajos sobre cuestiones de género y, por otra, hacia investigaciones cualitativas y etnográficas que, aunque no tienen el peso cuantitativo de los primeros, han encontrado y mantenido un espacio en la revista. Estos objetos responden no sólo al propio desarrollo interno de nuestras disciplinas, de sus practicantes y sus relevos generacionales, sino también a la fijación de nuevos intereses temáticos en la sociedad por parte de diversos grupos y actores sociales.

Otra dimensión fundamental de ES es su estatus como espacio de encuentro, diálogo e intercambio entre acervos de conocimiento, perspectivas, discusiones y debates procedentes de un amplio espectro de disciplinas, articuladas bajo referentes dirigidos a la investigación de objetos crecientemente especializados, entre practicantes de las ciencias sociales de 30 países distintos, entre múltiples universidades, centros de investigación e instancias gubernamentales, así como entre generaciones distintas de investigadores.

No quisiéramos dejar de señalar que en el complejo entramado de acumulación intergeneracional de un conocimiento especializado, ES ha sido fiel desde sus orígenes a su vocación multidisciplinar. También lo ha sido a impulsar agendas de investigación que, a pesar de la naturaleza cambiante de las coordenadas internas y externas de la producción científica, han encontrado su razón de ser en la aportación de saberes especializados situados con potencial para orientar proyectos, acciones y señalar sus escenarios y consecuencias potenciales.

Sin duda, los acervos de conocimiento acumulados en ES constituyen un legado invaluable para los practicantes contemporáneos de nuestras ciencias, potencialmente disponible para quien desee adentrarse en él, desde sus intereses y agendas específicas. Sabemos que esto no es sencillo, puesto que la especialización del conocimiento, si bien tiene ventajas cognitivas que permiten profundizar en la investigación de la realidad social en dimensiones muy acotadas y específicas, implica también prácticas que conllevan el riesgo de desconocer, olvidar y dejar de transmitir intergeneracionalmente amplias franjas del saber acumulado. La multiplicación exponencial de conocimiento a nivel mundial, la velocidad de su transmisión por medios electrónicos y la estandarización de los formatos escriturarios han modificado muchas de nuestras prácticas disciplinarias, por ejemplo, la recepción, la lectura o la escritura. Frecuentemente estos cambios implican desconocimientos obligados que dificultan el establecimiento de conexiones pasado-presente-futuro, en un contexto presentista que tiende a valorar a priori lo nuevo y reciente. Un ciclo conmemorativo como el que ES cumple con la publicación de su número 100, abre un espacio para el reconocimiento de los acervos formados en una cadena diacrónica que abarca ya tres décadas y que merece ser transmitido, resignificado, criticado, evaluado e incorporado selectivamente por los practicantes contemporáneos de nuestras disciplinas en la formación de agendas que reconozcan sus espacios de experiencia, al tiempo que proyectan futuros viables.

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1Deseamos agradecer a la maestra Yolanda Macías Solís su colaboración en la preparación y procesamiento de las bases de datos para esta investigación. Gracias a su profesionalismo, creatividad y empeño, encontramos la mejor manera de presentar cuantitativa y gráficamente, el análisis de 30 años de Estudios Sociológicos. Muchas gracias a Marco Estrada Saavedra y a Arturo Alvarado Mendoza por confiar en nosotras para la realización de este proyecto, y a Patricio Solís por sus comentarios que nos permitieron mejorar nuestro trabajo. A Leandro Rodríguez Medina nuestra gratitud por asesorarnos en la bibliografía relativa a la circulación internacional de conocimiento.

2La Revista Mexicana de Sociología (RMS), bajo la dirección de Lucio Mendieta, dedicó una sección específica, Colaboradores de la RMS, a registrar la disciplina de origen, grado, generación, nacionalidad, centro de adscripción, puestos y temas de investigación de los autores, entre 1947 y 1949. En cuanto a editores, fue Óscar Soberón quien con motivo de la publicación del volumen 50 de El Trimestre Económico, hizo un recuento de sus aportes y funciones. Referencia obligada es también el Índice general de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales (RMCPYS) publicado en su número 160 y que incluye variables como autor, tema y procedencia geográfica, así como los trabajos de Alfredo Andrade sobre el perfil editorial de esta revista. Aunque en otro registro, es necesario mencionar también los aportes del número conmemorativo de los 50 años de la RMS, de 1989. Cf. Soberón (1983), Andrade Carreño, Leal y Murguía Lores (1995), Andrade Carreño (1996).

3Sus orígenes son conocidos gracias a la sociología de la ciencia y a la sociometría, que desde los años sesenta dejaron en claro que su aparición tuvo lugar en Europa, dentro de asociaciones de practicantes que se reunían regularmente para discutir, someter a prueba sus conjeturas e hipótesis y comunicar sus aportes. Las primeras revistas científicas fueron Philosophical Transaction of Royal Society y Journal de Savants (1665), en Inglaterra y Francia, respectivamente.

4En las ciencias naturales las revistas fueron, además, un registro-evidencia de la prioridad en el descubrimiento. El inicio de la revisión por expertos (1752) fue una respuesta a la especialización creciente de la ciencia al igual que, de una forma u otra, lo fue la rutinización de la antigua práctica de la citación como un paso obligado en la escritura científica, hacia 1850 (Price, 1973: 110). Esto significa que en México y América Latina nuestro reciente paso hacia este tipo de prácticas estandarizadas es parte de un proceso de transferencia internacional de prácticas cuya investigación es una asignatura pendiente de nuestras disciplinas, al igual que los cambios que representa la coexistencia de soportes impresos y electrónicos en sus formas de recepción y acumulación. En el caso de la revista electrónica el cambio principal es que se dificulta el acceso al conjunto textual de cada número y se acelera para el artículo individual.

5Su crecimiento desde el siglo XVII ha sido exponencial y es constitutivo de la institucionalización y expansión de la ciencia en el mundo occidental, así como de su reconocimiento social. Véase Price (1973), Hagstrom (1980).

6En México la primera revista científica fue Mercurio Volante (1772), dirigida a la divulgación de conocimiento médico (Piqueras, 2007).

7Ethnos fue fundada por Manuel Gamio; Revista de Ciencias Sociales por Daniel Cosío Villegas desde la Escuela Nacional de Jurisprudencia; la Revista Mexicana de Economía por Daniel Cosío Villegas, Jesús Silva Herzog y Eduardo Villaseñor, entre otros personajes relevantes; la Revista Mexicana de Derecho Penal debió su existencia también a la iniciativa de Manuel Gamio; El Trimestre Económico, por Daniel Cosío Villegas y Eduardo Villaseñor, principalmente. En conjunto, constituyeron publicaciones programáticas que aportaron un modelo de comunicabilidad para las revistas especializadas que fueron sus sucesoras, entre ellas, la Revista Mexicana de Sociología (1939), fundada por el discípulo de Gamio y editor del último número de Ethnos en 1925, Lucio Mendieta y Núñez; la Revista de Investigación Económica (1942), que surgió a iniciativa de Jesús Silva Herzog en la Escuela Nacional de Economía; la revista Ciencias Políticas y Sociales (la actual Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales), que tuvo su origen en una revista estudiantil debida a Moisés Ochoa Campos y que, posteriormente, el director de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, Raúl Carrancá, asumió como órgano comunicativo de esta institución. Cuadernos Americanos fue resultado de la iniciativa de Jesús Silva Herzog y un grupo de intelectuales mexicanos y del exilio español. Jornadas fue fundada por José Medina Echavarría en el Centro de Estudios Sociales del Colmex. Posteriormente, Ricardo Pozas e Isabel Horcasitas fundaron Acta Sociológica en la FCPYS-UNAM, que tuvo su primera época entre 1969 y 1978.

8Esta dimensión normativa quedó fijada con mayor fuerza en 1923, cuando Ethnos agrega a su nombre la leyenda “Revista dedicada al estudio y mejoría de la población indígena de México”, en 1923. Esta revista se publicó en inglés y español.

9La Revista Positiva y la obra colectiva México. Su evolución social son claros ejemplos de este tipo de orientación normativa durante el porfiriato.

10Entre sus colaboradores se contaron, además del propio Medina Echavarría, Víctor Urquidi, Josué Sáenz, Javier Márquez, Manuel Mesa Andraca y Gilberto Loyo, entre otros notables intelectuales de la época (Lida, Matesanz y Vázquez, 2000: 232).

11Dirigido por Consuelo Meyer en docencia y por Gustavo Cabrera y Víctor Urquidi en investigación (Lida, Matesanz y Vázquez, 2000: 355). Los temas de investigación centrales fueron mortalidad, morbilidad, fecundidad, nupcialidad, migración, composición espacial de la población. Ofreció dos maestrías, una en economía y otra en demografía.

12Los fundadores del CES debatieron además sobre los compromisos de investigación del nuevo Centro, entre ellos figuraban además Lourdes Arizpe, Ricardo Cinta, Silvia Gómez Tagle, Orlandina de Oliveira, Roberto Salazar y Manuel Villa. Los programas de investigación propuestos fueron: “Estudios sobre los sectores empresariales en México”, “Procesos de migración, urbanización e industrialización”, “Estudios de Sociología agraria”, “Estudios políticos, estructuras y movimientos sociales”, “Sindicalismo y desarrollo económico” (Expediente CES, Archivo histórico Colmex).

13Véase Sefchovich (1989), Clemens et al. (1995), Andrade Carreño (1996), Ríos Ortega (2000), Rodríguez Gallardo (2008), Olvera Serrano (2013), Moya López y Olvera Serrano (2015), Moya López (2013), Bartra (2015), Luna Ledesma (2015) Castañeda Sabido y Bokser (2016).

14De esos 675 autores hay 8 de quienes únicamente conocemos su nombre, sexo y el único artículo que publicaron en ES. En el cuadro 4 se detalla el resto de la información que conocemos y de cuántos autores.

15Para consultar los datos de los autores por periodo, así como un listado de los autores con más publicaciones en ES, visitar: https://www.dropbox.com/s/zy2tm21fud0r10d/anexo%20digital.xlsx?dl=0

16El Centro decidió publicar los Cuadernos del CES para “divulgar los resultados de sus investigaciones” (Lida, Matesanz y Vázquez, 2000: 387).

17Revista especializada del Centro de Estudios Económicos y Demográficos, fundada en 1967 y que fue publicada hasta 1984. Indudablemente, fue una referencia directa para Estudios Sociológicos. En la presentación de su primer número se señalan propósitos intelectuales con grandes afinidades con ésta, como lo fue dar a conocer los resultados de investigaciones de este Centro, así como aportar conocimiento científico sobre las peculiaridades de los problemas derivados del cambio demográfico en México y América Latina y su impacto social. Cf., Demografía y Economía (1967). Lo anterior se planteó bajo el reconocimiento de que la demografía requería enfoques multidisciplinarios que incluyeran las ciencias sociales. Otras publicaciones periódicas anteriores a Estudios Sociológicos dentro de El Colegio de México eran Historia Mexicana (1950) y Foro Internacional (1960).

18Los investigadores del CES produjeron entre 1973 y 1983, 137 artículos,102 capítulos en libros, 37 libros individuales y colectivos, alrededor de 25 Cuadernos del CES y 10 trabajos distribuidos entre reportes de investigación, memorias, entradas de diccionarios especializados y otros textos (Estudios Sociológicos, 1984).

19Al igual que la inmediatamente precedente, de la cual el líder de mayor relevancia fue Pablo González Casanova, de quien Stavenhagen, en sus años de juventud, fue colaborador en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales como editor de facto (1957-1960), y profesor de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales.

20El primer director de ES fue Claudio Stern (1983-1987), a quien le siguieron Orlandina de Oliveira (1988-1991), Nelson Minello (1992-1993), Vânia Salles (1994-1996), Jorge Padua (1996-2000), José Luis Reyna (2000), nuevamente Vânia Salles (2004-2006), Marco Estrada (2006-2009), Williband Sonnleitner (2010), y de nueva cuenta Marco Estrada (2011-2014). Su actual director es Patricio Solís.

21Característica que, por otro lado, formaba parte del horizonte de expectativas de las ciencias sociales en México, de sus comunidades, de sus perspectivas y, desde luego, también de sus medios de comunicabilidad escrita, en los años de transición de la consolidación institucional a la profesionalización, especialización y diversificación de objetos, teorías y conceptos.

22Entre los que lograron producir descripciones empíricas informadas pueden señalarse trabajos pioneros sobre migración como los de Manuel Gamio, los de Lucio Mendieta sobre la economía de los indios, o bien algunas colaboraciones de Eduardo Villaseñor en la Revista Mexicana de Economía sobre los indígenas y la economía nacional.

23El Comité de Evaluación de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica actualizó nueve criterios para la evaluación de las revistas y su posible integración al índice: 1) contenido, 2) calidad del contenido (composición del comité editorial, selección del material publicado, integración de la cartera de árbitros, contribuciones y composición de la revista), 3) antigüedad, 4) periodicidad, 5) regularidad, 6) estructura de los artículos (resumen, palabras clave, fechas de recepción y aceptación, dirección institucional de autores, resumen en otro idioma y colocación al principio del artículo), 7) registro de índices internacionales, 8) registro en abstract, 9) distribución (Bazdresch, 1999).

24ES figura, entre otros, en los siguientes índices: Scopus,Sociological Abstracts, International Bibliography of Social Sciences, clase, Handbook of Latin America Studies, Hispanic American Periodicals Index, ISTOR y Red de Revistas Científicas de América Latina y El Caribe, España y Portugal (Redalyc).

25Con ello las ciencias sociales en México vuelven sobre temas que fueron fundamentales en el periodo de precursores, hacia finales del siglo XIX y principios del XX, pero bajo coordenadas especializadas y totalmente deslindadas del derecho y de la criminología.

aCorrespondencia: Departamento de Sociología/Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco/Av. San Pablo núm. 180/Col. Reynosa Tamaulipas/C.P. 02200/Delegación Azcapotzalco/Ciudad de México/ correo electrónico: LAML, laml@correo.azc.uam.mx; MOS, habril@prodigy.net.mx

Laura Angélica Moya López.

Es doctora en historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco. Sus líneas de investigación son historia e historiografía de la sociología, teoría sociológica clásica, sociología del pasado y memorias sociales. Entre sus publicaciones recientes se encuentran, Teoría e historia de la sociología en México: nuevos enfoques y prácticas (coordinado junto con Margarita Olvera Serrano), México, UAM-Azcapotzalco, 2015; y “Los universos textuales de José Medina Echavarría en México: la Colección de Sociología del FCE y la Colección Jornadas”, en Aurelia Valero Pie (edición y coordinación), Los empeños de una casa. Actores y redes en los inicios de El Colegio de México 1940-1950, México, El Colegio de México, 2015, pp. 175-198.

Margarita Olvera Serrano.

Es doctora en historiografía por la Universidad Autónoma Metropolitana. Es profesora-investigadora del Departamento de Sociología de esa misma universidad, unidad Azcapotzalco. Sus líneas de investigación son historia de la sociología y las ciencias sociales en México, teorías interpretativas de la teoría social y de la historiografía, memoria y conmemoraciones. Dos de sus publicaciones recientes son “La Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales a 60 años de distancia. Prácticas conmemorativas, legados, olvidos y nuevos pasados/presentes”, RMCPYS, enero-abril, 2016; y Economía y sociología en México. Revistas especializadas, liderazgos y procesos de institucionalización, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2013.

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