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Anales de antropología

versión On-line ISSN 2448-6221versión impresa ISSN 0185-1225

An. antropol. vol.55 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2021  Epub 16-Mayo-2022

https://doi.org/10.22201/iia.24486221e.2020.0.72800 

Artículos

Migración, Retorno e Infancia. Retos y Necesidades para el Estudio de la Movilidad

Asistencia y avance escolar de la generación 1.5 en el Estado de México. Análisis comparativo en el periodo 2000-2015

Attendance and school progress of the 1.5 generation in the State of Mexico. Comparative analysis in the period 2000-2015

Rodrigo Aguilar Zepeda1  * 

1Universidad Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población. Paseo Tollocan s/n, Cerro de Coatepec, Ciudad Universitaria, Toluca de Lerdo, Estado de México, México.


Resumen

El fenómeno de niños estadounidenses viviendo en México, en particular en el Estado de México, no es nuevo. Desde el año 2000 se registra población menor de edad nacida en Estados Unidos residiendo en el estado. Es en 2010 cuando el número se incrementa notablemente como producto del incremento de la migración de retorno a nivel nacional que repercute a nivel estatal. Para 2015 se produce una disminución en el monto, sin embargo, los que llegaron en 2010 siguen presentes en el país. Al ser población en edad escolar tienen el derecho de acceder al sistema escolar nacional, en específico al sistema escolar en el Estado de México. ¿Cómo es ese proceso? Investigaciones previas han detectado barreras administrativas, culturales, económicas, educativas, entre otras, en el proceso de incorporación e integración escolar de niños provenientes de Estados Unidos. Por ello, este artículo propone identificar y caracterizar sociodemográficamente a la población estadounidense menor de edad que vive en el Estado de México, haciendo énfasis en el análisis de la asistencia y avance escolar de esta población que se traduce en detectar el acceso y permanencia en el Sistema Educativo Estatal. La estrategia metodológica es de orden cuantitativo y estará soportada en el manejo y análisis del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, del Censo de Población y Vivienda 2010 y de la Encuesta Intercensal 2015, todas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

Palabras clave: estudiantes nacidos en EE. UU.; migración retorno; asistencia escolar; eficiencia de la educación

Abstract

The phenomenon of American children living in Mexico, particularly in the State of Mexico, is not new. Their number has been registered since 2000, increasing notably as a result of the escalating return migration at the national level that affects the state level. By 2015 there is a decrease in the amount, however, those who arrived in 2010 are still present in the country. Being underage, these children have the right to access the school system in the State of Mexico. How is that process? Previous investigations have detected administrative, cultural, economic, and educational barriers, among others, in the process of incorporation and integration of children from the United States at school. For this reason, this article proposes to identify and socio-demographically characterize the underage US population living in the State of Mexico, emphasizing the analysis of school attendance and academic performance, which translates into detecting access and permanence in the State Educational System. The methodological strategy is of a quantitative nature, based on the processing and analysis of the XII General Census of Population and Housing 2000, of the Population and Housing Census 2010 and of the Intercensal Survey 2015, by the National Institute of Statistics, Geography and Informatics.

Keywords: U.S. born children; return migration; school attendance; educational efficiency

Introducción

La migración de retorno es una etapa del proceso migratorio entre México y Estados Unidos que ha estado presente históricamente en ambos países. La cercanía geográfica es un factor que ha permitido que dicha migración se haya mantenido a través del tiempo (Durand y Massey 2003). Del año 2010 a la fecha este tipo de migración ha atraído la mirada de autoridades, de la sociedad civil y de científicos sociales debido a un aumento considerable en el volumen; a ello hay que sumarle la amenaza concreta en contra de los migrantes mexicanos que representa la administración de Donald Trump en Estados Unidos. Es importante señalar que la migración de retorno ya no es vista como la etapa final de la trayectoria migratoria, ejemplo de ello es el perfil de los retornados a México el cual tiene como principales características ser hombres, en edad laboral, arribando a localidades urbanas (Sandoval, González y Cruz 2017).

Por su parte Rivera analiza:

la experiencia del retorno como parte del proceso migratorio y no como una conclusión definitiva del proyecto como migrante; esto es, el retorno no necesariamente es definitivo y permanente, sino una fase del proceso migratorio, que tiene efectos (al igual que la emigración) sobre las personas y los lugares (2013: 57).

Junto a ellos (los hombres) retornan mujeres y niños, que cada vez tienen una mayor participación en la migración de retorno. Investigaciones previas han demostrado que la migración de retorno no es un proceso individual (Aguilar 2014; Vargas y Camacho 2015; Valdez 2018) y en él confluyen hombres, mujeres y niños que están relacionados entre sí a través del parentesco. Es en este entrelazamiento de las trayectorias migratorias individuales (niños, mujeres y hombres) que aparecen los hogares donde los padres son retornados y los hijos son inmigrantes, por citar un ejemplo. Si bien los hijos no son retornados (en ocasiones sí lo son), podemos decir que forman parte de esta etapa de la migración, que, de no haberse dado, seguramente no la habrían llevado a cabo por ellos mismos.

La evidencia empírica indica que la migración de retorno creció en México al pasar de 280 000 retornados en el año 2000 a 824 414 en 2010 y casi 450 000 en 2015.1 Si a esto añadimos a los menores nacidos en Estados Unidos los números se incrementan. Son ellos, los niños nacidos en Estados Unidos, quienes enfrentan diversos problemas a su llegada a México, entre los más comunes están el acceso a la identidad (acta de nacimiento), revalidación de estudios, acceso a un lugar en la escuela, el uso del español como lengua de aprendizaje en el salón de clases, modelos distintos de sistema educativo (Jacobo 2017; Jacobo y Cárdenas 2018; Aguilar y Jacobo 2019). Para Vargas (2018), las barreras a la educación que enfrentan los retornados una vez que llegan a México se pueden clasificar en estructurales, culturales y sociales. Vale la pena agregar que estas características en el proceso de inserción escolar se ubican en un contexto donde el fenómeno de retorno va más allá de experiencias individuales, de ahí la importancia de identificar y caracterizar a la población objeto de estudio en un espacio concreto como lo es el Estado de México, la entidad más poblada del país. Por lo tanto, este artículo propone identificar y caracterizar sociodemográficamente a la población estadounidense menor de edad (generación 1.5) que vive en el Estado de México haciendo énfasis en el análisis de la asistencia y avance escolar de esta población que se traduce en detectar el acceso y permanencia en el Sistema Educativo Estatal. Hacer énfasis en las variables educativas permite acercarse al proceso de integración social a la sociedad receptora a través de la escuela. Cabe mencionar que el análisis de los resultados resaltará los cambios en las características sociodemográficas y en la asistencia y avance escolar en el periodo 2000-2015.

El presente artículo se divide en cuatro secciones, una primera parte de discusión teórica, una segunda que presenta se presenta la metodología a seguir, una tercera donde se presentan resultados y, por último, una sección de reflexiones finales.

Integración escolar en contextos migratorios

Antecedentes en cómo abordar el proceso de integración en contextos migratorios los encontramos en autores como (Portes y Zhou 1993; Portes 1996; Portes y Rumbaut 2001; Rumbaut 2004; Portes, Fernández y Haller 2006; Rumbaut 2008; Portes, Fernández y Haller 2009; Portes y Rivas 2011). Estos autores ofrecen aportes teóricos sustentados con evidencia empírica en donde se detecta que no hay un único proceso de integración social y que éste estará en función de ciertas características que tenga la población migrante, por ejemplo, la edad de arribo, el país de nacimiento de los padres y características del propio contexto social de llegada, como lo son las políticas migratorias. Es importante destacar que el desarrollo teórico se produjo desde el punto de vista de las sociedades receptoras de migrantes, en el caso de la presente investigación la sociedad de arribo será la sociedad de retorno. Es en este punto donde esta investigación pretende discutir sobre integración y generaciones en contextos de migración de retorno, teniendo a la educación como el elemento mediador de este proceso.

En cuanto a la generación 1.5, su definición descansa en la edad a la cual se llevó a cabo la migración. El haber realizado la migración antes de los 18 años implica que se llegó en una edad donde la institución escolar (más que otras) tiene una fuerte influencia en la forma en que los migrantes llevan a cabo su integración en la sociedad que los recibe (Rumbaut 2004), a diferencia de alguien que llegó con más edad y que no estuvo expuesto de forma directa a una institución como la escuela. De ahí la importancia de detectar a la población menor de edad nacida en Estados Unidos radicando en el Estado de México.

Hasta hace no poco tiempo la migración de retorno era considerada como la culminación del proceso migratorio, la etapa final, el cumplimiento de los objetivos de largo alcance, no volver a migrar más. De esta forma,

los investigadores en migración internacional de retorno comúnmente se han enfocado en personas mayores y primeras generaciones que se han retirado, quienes han consumado sus deseos e intenciones de retornar a la tierra de la cual emigraron en su juventud (Conway y Potter 2009: 1).

Esto implicaba una visión lineal del proceso migratorio, en donde la emigración era el comienzo y el retorno el final. Sin embargo, el cambio en las características de la migración internacional, en específico del perfil de quienes emigran, introdujo al escenario un mayor número de mujeres y niños emigrando. Mujeres y niños que no participaban de forma aislada sino dentro de un proceso que en muchas de las ocasiones tenía como finalidad última la reunificación familiar en el destino de la migración. La reunificación familiar, así como la conformación de nuevas familias en el lugar de destino, dio paso a un proceso de asentamiento de los inmigrantes (Cornelius 1992; Portes y Zhou 1993; Portes 2007).

De esta forma, la definición de migrante de retorno incluye a todas aquellas personas que cumplen con la característica de haber nacido en un país determinado, haber emigrado a un país distinto al país donde nacieron y haber regresado a su país de nacimiento. El ser parte de la definición de retornado no implica que el proceso de retornar (diversidad de experiencias) sea el mismo para todas aquellas personas que son incluidos en ella (Durand 2004; Cassarino 2008). La diversidad de experiencias migratorias de retorno estará sustentada en las características sociodemográficas de los actores involucrados, así como en las características de los hogares a los que arriban y, también, en las características del contexto de arribo. Esto es, las experiencias del retorno estarán en función del individuo, del hogar y del contexto al que arriban.

De acuerdo con lo anterior, podemos decir que la migración de retorno no constituye un proceso nuevo dentro de la migración internacional dado que ha estado presente a lo largo de la historia migratoria entre México y Estados Unidos (Durand y Massey 2003); tampoco es homogénea, además, la migración de retorno no es sinónimo de retorno por retiro. Incluso agregaríamos que se ha vuelto un proceso colectivo más que individual. Es en esta colectivización del retorno que se puede analizar la inmigración de población menor de edad como parte de un proceso de migración de retorno.

La presencia de población menor de edad nacida en Estados Unidos en la migración de retorno colectiva pone a prueba no solo al entorno familiar, también al sistema de salud y, en especial, al sistema educativo en sus distintos niveles. Es por ello que la importancia de esta investigación radica en identificar las características de la población objeto de estudio, así como analizar su acceso y permanencia en el Sistema Educativo Estatal (SEE). Esto brindará información precisa a las autoridades educativas para que cuenten con evidencia empírica que ayude a desarrollar acciones en beneficio de la población objetivo.

Metodología

La aproximación metodológica en este artículo es de corte cuantitativo mediante el uso de fuentes de información de acceso público (censos y encuestas). De esta manera, la población objetivo es aquella perteneciente a la generación 1.5 de inmigrantes radicando en el Estado de México en el periodo comprendido entre el año 2000 y el año 2015.

En México no existen fuentes de información destinadas a la medición concreta de la generación 1.5 de estadounidenses viviendo en el país, sin embargo, los censos de población y encuestas permiten operar ese concepto a partir de las preguntas de lugar de nacimiento, lugar de residencia actual y los años cumplidos. Por ello, las fuentes de información utilizadas serán el XII Censo General de Población y Vivienda 2000, el Censo de Población y Vivienda 2010 y la Encuesta Intercensal 2015, todas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

De esta forma, la generación 1.5, en esta investigación, será aquella población que cumpla con las siguientes condiciones: 1) haya nacido en Estados Unidos;2 2) en el momento del levantamiento censal o del levantamiento de la encuesta haya sido considerado como residente habitual en algún hogar en el Estado de México y;3 3) tenga entre 0 y 17 años cumplidos al momento del levantamiento del censo o encuesta.4 A partir de la combinación de estas variables se opera el concepto y se mide a la población considerada generación 1.5. De acuerdo con Rumbaut, esta generación puede ser analizada de acuerdo con la edad de llegada al país receptor “durante la primera infancia (0-5 años), la infancia media (6-12), o en la adolescencia (13-17). Es decir, adolescentes nacidos en el extranjero, niños en edad de escuela primaria y niños en edad preescolar” (2004: 1167). Estas tres etapas permiten diferenciar el efecto de la edad de llegada en el proceso de adaptación a la nueva sociedad. Para el caso de esta investigación, cuyo propósito es identificar y caracterizar sociodemográficamente a la población estadounidense menor de edad que vive en el Estado de México, resulta pertinente esta propuesta de análisis dado que se pretende profundizar en el acceso y permanencia de la población menor de edad en el nivel educativo básico (primaria y secundaria). Es decir, en la infancia media (6 a 12 años) y adolescencia (13 a 15 años), etapas que coinciden con las edades normativas para cursar la primaria y la secundaria.

Por otro lado, el acceso y permanencia en el Sistema Educativo Estatal serán medidos a través de las variables relacionadas con la asistencia escolar5 (acceso) y la combinación entre los años aprobados6 y la edad de los menores (avance que se puede traducir en permanencia). Para explicar el proceso de construcción del indicador de avance escolar es necesario señalar lo siguiente. De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE 2016), la educación básica forma parte del Sistema Educativo Nacional; ésta se compone de tres niveles, preescolar, primaria y secundaria y, para cada nivel, existe una edad ideal o típica para cursar cada uno de los niveles. En el caso de la primaria la edad ideal o típica es de 6 a 11 años (la duración del nivel es de seis años); de 12 a 14 años para secundaria (la duración del nivel es de tres años). A partir de la duración de cada nivel y de la edad ideal o típica se puede construir una tabla que permite detectar el avance regular, el rezago ligero y el rezago grave entre los menores de la generación 1.5 (Cuadro 1). La importancia de medir el avance, el rezago ligero y, en especial, el rezago grave radica en que, de acuerdo con el INEE:

Cuadro 1 Edad-años aprobados 

Años aprobados
Edad Avance normal Rezago ligero Rezago grave
Adelantado Normal
6 1 0 - -
7 2 1 0 -
8 3 2 1 0
9 4 3 2 1
10 5 4 3 2
11 6 5 4 3
12 7 6 5 4
13 8 7 6 5
14 9 8 7 6
15 10 9 8 7
16 11 10 9 8
17 12 11 10 9

Fuente: elaboración propia.

se ha observado que el rezago escolar está relacionado con una menor permanencia en la escuela, por lo tanto, es un obstáculo para el avance regular de los niños y jóvenes. En cambio, cuando se completa de forma oportuna cada uno de los grados escolares y niveles educativos, incrementa la probabilidad de seguir estudiando y concluir la educación obligatoria (INEE 2014: 43 citado en INEE 2016: 338).

Si a esto le agregamos que la migración es un evento disruptivo de la vida los menores, entonces podríamos estar frente a población vulnerable, población en riesgo de abandonar la escuela y, por ende, de truncar su trayectoria escolar.

Es así como se pretende operar y analizar el concepto de generación 1.5 y medir el acceso y permanencia de esta generación en las escuelas del Estado de México.

Resultados

Partiendo de que el objetivo central de este artículo es identificar y caracterizar sociodemográficamente a la población estadounidense menor de edad que vive en el Estado de México, en este apartado se presentan los resultados de dicha caracterización divididos en dos partes. En la primera, relacionada con los cambios a través del tiempo, se responde a la pregunta ¿qué características han cambiado en esta población entre 2000 y 2015? Ahí se analizan las variables de sexo, edad, escolaridad, municipio de residencia, tamaño de localidad, presencia de padres en el hogar (solo en 2015). En la segunda parte se profundiza en el análisis del acceso y avance en grados, que es un elemento central para atender posibles barreras en el ámbito escolar entre la generación 1.5.

Como se mencionó en la parte introductoria, el análisis de la generación 1.5 se inscribe en el crecimiento de la migración de retorno procedente de Estados Unidos a México, producto, principalmente, de dos factores: el efecto que la crisis económica tuvo en el segmento del mercado laboral donde la población mexicana trabajaba; y una política antiinmigrante que incrementó el número de deportaciones desde Estados Unidos hacia México. Estos elementos aparecen como factores explicativos en 2010 y tuvieron su inercia hasta 2015, cuestión que en el año 2000 no estaban presentes, al menos no con la misma magnitud.

Aumento de la generación 1.5 residiendo en el Estado de México

El primer resultado que se presenta es el relacionado con el peso que tiene esta población respecto a la población total del Estado de México en el mismo rango de edad. En el año 2000, la población nacida en Estados Unidos que residía en México de entre 0 y 17 años representaba 0.15% del total de población en ese rango de edad. Para el año 2010, este porcentaje se incrementó a 0.46%; en 2015 alcanzó 0.41%. Esto implica que la población identificada como generación 1.5 pasó de 7 819 (en el año 2000) a 21 323 menores de edad en el año 2015 (Figura 1).

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000, el Censo de Población y Vivienda 2010 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 1 Total de población de la generación 1.5 y porcentaje respecto de la población en el mismo rango de edad (0 a 17 años), Estado de México, 2000, 2010 y 2015. 

La explicación del crecimiento de esta población la encontramos en el incremento de la migración de retorno que se registró a partir de 2008, producto de la recesión económica en Estados Unidos que afectó principalmente los nichos de mercado en los cuales se desenvolvían trabajadores mexicanos (Alarcón et al. 2009) y del incremento en los retornos y deportaciones de población mexicana por parte del gobierno de Estados Unidos (Figura 2).

Fuente: elaboración propia con base en 2014 Yearbook of Immigration Statistics (DHS 2016).

Figura 2 Total de retornos y remociones desde Estados Unidos a México, 2009-2014. 

Es pertinente mencionar que el análisis de la población perteneciente a la generación 1.5 se centra en individuos en edad escolar para el nivel básico, es decir, primaria y secundaria. Por esta razón el análisis de las variables de sexo, edad, escolaridad, municipio de residencia y tamaño de localidad, se llevará a cabo en la población de entre 6 y 15 años de edad, dado que se quiere profundizar en cuestiones de acceso y permanencia en el Sistema Educativo Estatal.

¿Cuánta población de la generación 1.5 hay en el Estado de México?

En el Estado de México, el ciclo escolar 2014-2015 inició con 1 946 476 niños asistiendo a la primaria, 900 392 asistiendo a la secundaria y 589 997 asistiendo al nivel medio superior (IGECEM 2016). De acuerdo con la Encuesta Intercensal, en el año 2015 el total de niños entre 6 y 17 años ascendía a 3 519 177 de los cuales solo 0.52% eran menores de la generación 1.5, es decir, 18 355. Específicamente, la población en edad de cursar el nivel básico representa, según cálculos realizados con la Encuesta Intercensal, 0.59% (17,593) de la población total en el mismo rango de edad (6 a 15 años). La Figura 3 permite ver el incremento de la población en edad escolar considerada generación 1.5 entre el año 2000 y el año 2015, al pasar de 0.13% a 0.59%. Es decir, esta población se incrementó 4.6 veces en 15 años. El incremento en sí mismo es importante, sin embargo, el hecho de que haya alrededor de 18 000 menores en escuelas del Estado de México debería llamar la atención no solo de académicos, sino de autoridades estatales de educación. El censo de población de 2020 brindará información para construir un panorama de lo ha sucedido con esta población específica en los primeros 20 años del presente siglo.

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000, el Censo de Población y Vivienda 2010 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 3 Total de población de la generación 1.5 en edad escolar y porcentaje respecto de la población en el mismo rango de edad (6 a 15 años), Estado de México, 2000, 2010 y 2015. 

Características sociodemográficas de la generación 1.5 (6 a 15 años)

Los resultados presentados en el Cuadro 2 resumen las principales características de la población perteneciente a la generación 1.5, además se presentan los resultados de las mismas características de la población en el mismo rango de edad y que no pertenece a la generación. De esta forma, se cuenta con un grupo con el cual comparar los resultados de las características, lo que permite abordar las principales diferencias entre ambas poblaciones. Lo primero que hay que destacar es que en el año 2000 el total de población de la generación 1.5 ascendía a 3 792 menores y aumentó a 17 593 en el año 2015, lo que representa un incremento de 364% en 15 años. En cuanto al sexo, la proporción de mujeres no varió en el periodo y prácticamente por cada mujer de la generación 1.5 hay un hombre de la misma generación. Respecto de la población total, la proporción de mujeres es ligeramente superior entre la generación 1.5, sin embargo, no es evidencia que permita concluir que hay un sesgo en la migración de mujeres de esta generación. Respecto al promedio de edad, éste se incrementó en un año en el periodo analizado (8.8 a 9.8 años), mientras que en la población total éste registró una ligera variación (10.4 a 10.5 años). El incremento en la edad de la generación 1.5 puede estar explicado por el hecho de que los niños que llegaron en 2000 y 2010 se quedaron en el Estado de México y, por lo tanto, crecieron allí, esto sumado a los niños que llegaron en 2015. Este resultado está estrechamente relacionado con el incremento de un año en los años aprobados (2.6 a 3.6 años), es decir, hay una relación directa que a mayor edad mayor número de años aprobados. Destaca el hecho de que entre la población total, el promedio de años aprobados es mayor, esto estaría indicando la posibilidad de que haya algún tipo de rezago (ligero o grave) entre la generación 1.5.

Cuadro 2 Características sociodemográficas de los menores de la generación 1.5, Estado de México, 2000 y 2015 

2000 2015
  1.5 Total 1.5 Total
Población de 6 a 15 años 3,792* 2,923,822 17,593** 2,966,460
% respecto a la población de 6 a 15 años 0.13 ---- 0.59 ----
% Mujeres 51.1 49.5 49.7 49.5
Promedio de edad 8.8 10.4 9.8 10.5
Promedio de años aprobados 2.6 4.0 3.6 4.3
% Asistencia escolar 95.7 92.7 97.2 96.3
% Reside en localidad de menos de 2500 habitantes 12.7 16.8 25.0 16.8

* La muestra (n) sin el factor de expansión es de 303 casos.

** La muestra (n) sin el factor de expansión es de 2 736 casos.

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Otra característica analizada es la asistencia escolar; este indicador registra un aumento entre la población analizada (95.7% a 97.2%) e incluso está por encima de lo observado entre la población total (92.7% y 96.3%). Esto implica que los miembros de la generación 1.5 asisten en mayor porcentaje a la escuela que aquellos que no lo son, por ello cabría preguntarse acerca de los efectos negativos en la trayectoria escolar de los niños migrantes cuando este indicador en particular muestra que estarían en mejor condición que la población total.

Por último, los resultados de la localidad de residencia son llamativos. Entre el año 2000 y el año 2015, el porcentaje de menores de la generación 1.5 que residía en localidades menores de 2 500 habitantes se incrementó en 12.3 puntos porcentuales (de 12.7% a 25%) en el mismo periodo; en la población total este porcentaje se mantuvo en 16.8%. Es decir, los menores de analizados incrementaron de forma significativa su presencia en localidades pequeñas en el Estado de México; esto tiene algunos puntos de análisis y discusión en los cuales valdría la pena profundizar en investigaciones posteriores. El primero de ellos es saber si las escuelas, desde una cuestión administrativa, estaban preparadas para recibir a niños migrantes provenientes de Estados Unidos. El segundo punto sería ¿cómo es que los niños vivieron el proceso de asistir a una nueva escuela en una comunidad rural? Sobre todo, entre aquellos que tuvieron la oportunidad de asistir a escuelas en Estados Unidos. Esta discusión está enmarcada en la experiencia de los niños en temas como la infraestructura escolar y los grupos multinivel, por mencionar algunos aspectos. Un tercer punto sería el relacionado con las estrategias pedagógicas y de identificación que utilizaron los maestros que recibieron a los niños migrantes, es decir, ¿los profesores aplican protocolos para la identificación de niños migrantes? ¿Qué tipo de estrategias pedagógicas utilizan cuando en su grupo hay niños migrantes?

El último resultado presentado da pie para analizar los municipios en los cuales fueron captados los menores de la generación 1.5.

¿En qué municipios viven los menores de la generación 1.5?

En este apartado se presenta un breve análisis de los municipios de residencia de los miembros de la generación 1.5. La finalidad de ello es contar con evidencia empírica que permita sustentar cómo es que este tipo de migración sufrió un proceso de dispersión a lo largo de todo el territorio mexiquense. En el Cuadro 3 se muestran los resultados de los 10 principales municipios que recibían menores migrantes en el periodo 2000 y 2015. Destaca un cambio importante en el periodo analizado, en el año 2000 estos municipios concentraban alrededor de dos terceras partes (63.7%) del total de menores de la generación 1.5, destacando el municipio de Nezahualcóyotl (13.6%). En 2015, los 10 primeros municipios solo concentraban 42.3%, es decir, 21.4 puntos porcentuales menos. El municipio de Ecatepec de Morelos, el de mayor recepción, recibía 9.7% de los menores. Un dato adicional, en el año 2000 solo había presencia en 58 municipios del estado, para 2015 prácticamente el total de los municipios (124 de 125) que conforman la entidad tenían presencia de esta población.

Cuadro 3 Municipio de residencia de los menores de la generación 1.5, Estado de México, 2000 y 2015. 

Municipio 2000 Municipio 2015
Nezahualcóyotl 13.6 Ecatepec de Morelos 9.7
Naucalpan de Juárez 9.5 Ixtapaluca 6.2
Ecatepec de Morelos 8.0 Nezahualcóyotl 5.8
Tejupilco 5.3 Chimalhuacán 4.0
Tlalneplantla de Baz 5.2 Atizapán de Zaragoza 3.3
Metepec 5.2 Valle de Chalco Solidaridad 3.0
Cuatitlán Izcalli 5.0 Tejupilco 2.8
Toluca 4.7 Tlalneplantla de Baz 2.7
Teoloyucan 3.9 Tultitlán 2.5
Huixquilucan 3.4 Tlatlaya 2.4
Subtotal 63.7 Subtotal 42.3
Otros 36.3 Otros 57.7
Total 100.0 Total 100.0

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

A la luz del incremento de la presencia de menores migrantes en localidades de menos de 2 500 habitantes y de estar presentes en todos los municipios del Estado de México, se puede establecer que se dio un proceso de dispersión geográfica de los menores de la generación 1.5 en el territorio del Estado de México.

Una vez hecho el recorrido por las características sociodemográficas de la generación 1.5, vale la pena abordar cómo es el avance en grados de esta población teniendo como referencia a la población total.

Avance en grados, permanencia en la escuela de la generación 1.5

El primer acercamiento del avance en grados se hace de manera general, es decir considerando a la población entre 6 y 15 años perteneciente a la generación 1.5 y su respectiva comparación con la población que no pertenece a la generación y que está en el mismo rango de edad (grupo control). Además, conviene aclarar que representa cada una de las categorías de análisis de la variable de interés. El Cuadro 1 (ver metodología) es el punto de partida para construir la variable y sus categorías.

Asiste avance normal o escenario ideal: esta categoría se compone de población que asiste a la escuela y que además su avance es considerado normal o bien está adelantado (un año por arriba del que debería estar cursando).

Asiste rezago ligero: esta categoría se compone de población que asiste a la escuela y su avance en grados es de rezago ligero, es decir, un año por debajo del que idealmente debería estar cursando.

No asiste avance normal y rezago ligero: esta categoría se compone de población que no asiste a la escuela, sin embargo, su avance en grados se considera normal, o bien, tienen rezago ligero.

Rezago grave: esta categoría se compone de población que puede asistir o no a la escuela y que, además, su avance en grados está considerado como rezago grave, es decir, dos años por debajo del grado que idealmente debería estar cursando.

De esta forma, en la Figura 4 se presentan los resultados para las cuatro categorías descritas en los dos años analizados. Lo primero que resalta es que hay un cambio en el porcentaje de avance normal; en el año 2000 los menores inmigrantes tenían un mayor porcentaje en este escenario respecto a la población total (64.1% contra 62.13%), cuestión que cambia para el año 2015, donde la población total tiene un porcentaje más alto en el escenario de avance que el registrado por la generación 1.5 (69.7% contra 65.0%). Cabe señalar que éste es el escenario ideal en una trayectoria educativa dado que el riesgo de abandono se presenta con menor frecuencia. Respecto a la segunda categoría, la asistencia con rezago ligero, los resultados indican que los porcentajes más elevados se ubican entre la generación 1.5 en ambos años, esto es, alrededor de 30% los menores estaban en esa categoría en comparación con solo 22% (aproximadamente) de la población total. Esta diferencia podría explicarse por la disrupción de la migración en la trayectoria escolar de los menores que provoca que su ingreso en el sistema escolar no sea el ideal, tanto por barreras administrativas como por barreras académicas (Vargas 2018). El tercer escenario, la no asistencia con avance normal y rezago ligero, es similar ya sea que se pertenezca a la generación 1.5 o bien a la población; incluso en ambos años se mantiene por debajo de 3.5%.

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 4 Distribución porcentual de la generación 1.5 en edad escolar por avance en grados, Estado de México, 2000 y 2015. 

Por último, los resultados del escenario de rezago grave, que involucra una mayor posibilidad de abandono escolar, indican que la población inmigrante tiene menores porcentajes en ambos años que la población total e incluso el porcentaje disminuyó en el periodo (5% contra 13.3% en el año 2000; 3.6% y 5.2% en 2015). ¿Qué implica tener bajos porcentajes en este escenario? Implica que una posibilidad de abandono escolar está más lejana entre la población que entre quien no pertenece a ella. Aquí intervienen factores económicos, culturales, entre otros.

Los primeros resultados expuestos permiten contar con un panorama general sobre el avance en grados de la población de la generación 1.5 respecto de la población total, además de los cambios suscitados en el periodo. Con la intención de que la edad no distorsione el análisis de los resultados de avance en grados se presentan dos gráficas que desagregan la edad de acuerdo al nivel que deberían estar cursando, es decir, entre 7 y 11 años7 para nivel primaria y entre 12 y 15 años para nivel secundaria.

Avance en grados nivel primaria

En la Figura 5 se observa que el porcentaje en el escenario ideal, es decir el avance normal, crece en el periodo entre la generación 1.5, sin embargo, está por debajo del porcentaje de la población total en ambos años, incluso en 2015 la diferencia con la población de referencia es mayor (5 puntos porcentuales) que la observada en el año 2000 (1.8 puntos porcentuales). En el segundo escenario, el porcentaje disminuye en el periodo entre la generación 1.5, sin embargo, los porcentajes respecto a la población total son superiores en alrededor de cinco puntos porcentuales, esto implica posibles efectos negativos de la migración en la trayectoria escolar de los menores de la generación 1.5, es decir, hay una tendencia a colocar a esta población un año previo a su edad (rezago ligero). En cuanto al regazo grave, los resultados indican que en el periodo disminuyó el porcentaje de menores migrantes que se encuentran en esta situación (de 3.3% a 2.1%), inclusive estos porcentajes están por debajo de la población total.

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 5 Distribución porcentual de la generación 1.5 entre 7 y 11 años por avance en grados, Estado de México, 2000 y 2015.  

Los resultados expuestos para el grupo de edad entre 7 y 11 años, correspondiente a nivel primaria, indican efectos contrapuestos de la migración, en específico entre el rezago ligero y el rezago grave. Por un lado, ser miembro de la generación 1.5 implica estar en un escenario de rezago ligero, un resultado que podría valorarse como negativo. Por otro lado, el pertenecer a esta misma población implica estar menos en un escenario de rezago grave, donde la posibilidad de abandono escolar es más que latente; resultado que podría valorarse como positivo dado que no trunca la trayectoria escolar de los menores.

Avance en grados nivel secundaria

¿Qué pasa con los menores que asisten a secundaria? Los resultados de la Figura 6 indican que, en el escenario de avance normal, los menores de la generación 1.5 están por debajo de la población en ambos años, incluso la diferencia porcentual se acentúa en el periodo (la diferencia de 8.6 puntos porcentuales en el año 2000 y de 9.1 puntos porcentuales en 2015). En cuanto al rezago ligero, éste sigue siendo un escenario que capta en mayor medida a los menores migrantes siempre respecto de la población total. La diferencia en el porcentaje, en ambos años, es de alrededor de 11 puntos porcentuales. De hecho, es la mayor diferencia en los cuatro escenarios en el periodo. Por último, en el escenario de rezago grave, un menor porcentaje de los migrantes se ubican ahí. Al igual que los resultados del grupo de edad más pequeño, la migración tiene efectos en la trayectoria escolar sin que éstos se trasladen a romper (abandonar) la trayectoria misma.

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 6 Distribución porcentual de la generación 1.5 entre 12 y 15 años por avance en grados, Estado de México, 2000 y 2015. 

¿Cómo afecta el tiempo de llegada al avance en grados?

Tal como se mencionó en el apartado referente a la discusión teórica, la edad de llegada a la sociedad receptora es un factor que afecta la integración, mas no el único. Si bien la información del censo y de la encuesta no permiten saber el momento exacto de llegada a México, sí es posible delimitar cuántos menores nacidos en Estados Unidos llevan más tiempo residiendo y cuántos llevan menos tiempo de residencia en México. De esta forma, los menores de la generación 1.5 con más tiempo en México tienen más de 5 años residiendo en el país, es decir, al momento del levantamiento del censo y de la Encuesta se les preguntó si hace 5 años residían en México y la respuesta fue sí. El caso contrario corresponde a la generación 1.5 con menos tiempo de residencia, es decir, ellos vivían en Estados Unidos. Con esta aclaración temporal como referencia se analizan los resultados de las Figuras 7 y 8, correspondientes al nivel primaria y secundaria, respectivamente. Cabe señalar que, en el caso específico de los resultados que se presentan a continuación, éstos no se comparan con la población no migrantes.

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 7 Distribución porcentual de la generación 1.5 entre 7 y 11 años por avance en grados según tiempo de llegada a México, Estado de México, 2000 y 2015. 

Fuente: elaboración propia con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

Figura 8 Distribución porcentual de la generación 1.5 entre 12 y 15 años por avance en grados según tiempo de llegada a México, Estado de México, 2000 y 2015. 

Primaria

El avance normal registra un cambio importante entre la población de llegada reciente y aquella que tiene más tiempo en México. En el año 2000, 74% de los recientemente llegados se ubicaba en dicho escenario, mientras que solo 64.8% entre aquellos migrantes con más tiempo. Eso cambia para 2015: 66.2% de los recién llegados se ubicaba en el escenario de avance normal, mientras que casi 72% de los que tenían más tiempo se ubicaba ahí.

En el escenario de asistencia con rezago ligero también se registraron cambios en el periodo analizado. En el año 2000, 30.6% se registra entre aquellos menores con más tiempo en México, a diferencia de 22.7% que tiene menos tiempo en México. Este comportamiento se revierte en el año 2015: el porcentaje de quienes llevan menos tiempo fue de 29.4% a diferencia de quienes han pasado más tiempo en México que alcanza 24.9%.

En cierto sentido, el tener más tiempo residiendo en México y, por ende, haber estado más tiempo expuesto al sistema escolar hace que los miembros de la generación 1.5 se parezcan más a la población control. Esto lo vemos en la diferencia de porcentajes en el escenario de rezago grave. En ambos años, los migrantes con más tiempo tienen mayores porcentajes de rezago grave en comparación de aquellos migrantes con menos tiempo en México. Este mismo comportamiento se observa (Figura 6) cuando se compara al total de la generación 1.5 contra la población que no migró; la primera registra un menor porcentaje en el escenario grave respecto a la población que no migró.

Secundaria

En este nivel, los resultados difieren de lo observado en el nivel primaria (Figura 8). En ambos años los migrantes con más tiempo en México tienen mayores porcentajes en el escenario de avance normal. En cuanto al rezago ligero, en 2015 la diferencia porcentual es de 10.3% (45.4% vs. 35.2%) a favor de los migrantes recientes, es decir, el efecto de la migración reciente se ve reflejado en ese escenario. Destaca que para 2015, el rezago ligero supera al avance normal entre los menores que tienen menos tiempo en la entidad. Esto llama la atención porque es el único caso en donde el rezago ligero está por encima del avance normal, lo cual implicaría que hay una práctica en la cual los menores recién llegados sistemáticamente son canalizados a un grado menor al que les corresponde, cuestión que ha sido documentada en trabajos previos como el de Vargas (2018), donde menciona que

los niños migrantes reportan problemas que existen en las escuelas mexicanas para ubicarlos en el nivel que corresponde de acuerdo a los grados cursados en Estados Unidos. En algunas escuelas los directores bajan de grado escolar a los estudiantes para que se concentren en el aprendizaje del español, y en otras los adelantan por la edad, sin tomar en cuenta los grados aprobados” (p. 2).

En el escenario de rezago grave los resultados indican que entre aquellos con más tiempo en México el porcentaje de rezago grave es menor que entre aquellos que tienen menos tiempo en el país (6.3% vs. 9.3%).

Reflexiones finales

El objetivo del presente artículo fue identificar y caracterizar sociodemográficamente a la población estadounidense menor de edad que vive en el Estado de México, haciendo énfasis en el análisis de la asistencia y avance escolar de esta población que se traduce en detectar el acceso y permanencia en el Sistema Educativo Estatal. Para ello, se hizo uso del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, del Censo de Población y Vivienda 2010 y de la Encuesta Intercensal 2015, todas del INEGI. En términos conceptuales, se usó la categoría analítica de generación 1.5, la cual se operó a partir de las preguntas de lugar de nacimiento y de edad, que están presentes en las bases de datos utilizadas. A partir de la categoría construida, se presentaron los resultados relacionados con las características sociodemográficas y con los indicadores de asistencia y, en especial, de avance escolar.

Los resultados indican que, en términos generales, hubo un incremento en el periodo analizado de la población de la generación 1.5 residiendo en el Estado México, un total de 21 323 menores de edad nacidos en Estados Unidos habitaban en hogares de la entidad en 2015. En edad escolar esta cifra ascendía a 17 593. Es decir, es población, que por su edad pasará a formar parte del Sistema Educativo Estatal. Dentro de los resultados de las características sociodemográficas destaca el incremento en el porcentaje de miembros de la generación 1.5 que habita en localidades de menos de 2 500 habitantes, al pasar de 12.7% en el año 2000 a 25% en 2015. Este resultado se relaciona con la presencia de esta población en 124 de los 125 municipios en 2015 (en el año 2000 solo 58 municipios tenían presencia de estos menores). Estos dos resultados implican un proceso de dispersión de la migración de retorno en general y de la inmigración de la generación 1.5 en particular, haciendo énfasis en que la migración de esta generación es, en muchos de los casos, una migración de retorno familiar. ¿Qué implica esta dispersión? Que el Sistema Educativo Estatal, a través de sus escuelas, tendrá que atender a población que, en algunos casos, será su primera experiencia en escuelas mexicanas.

Los resultados de avance escolar permiten visualizar el efecto de la migración en la trayectoria escolar, lo cual es posible por la comparación con la población de la misma edad y que no migró. De esta forma, la generación 1.5 tiene menor porcentaje de avance normal y mayor porcentaje de rezago ligero, comparando contra la población control. Sin embargo, en el escenario de rezago grave la desventaja se concentra entre la población no migrante, es decir, ésta aglutina un mayor porcentaje en ese escenario de desventaja.

En particular, se presentó el análisis de avance escolar distinguiendo por edad, esto con la finalidad de que esa variable no distorsionará los resultados y poder ver con mayor precisión cómo es el avance entre aquellos menores que asisten a la primaria y cómo es entre quienes asisten a la secundaria. En el nivel primaria, los resultados son muy parecidos a los resultados generales, esto es, la generación 1.5 tiene menor porcentaje de avance normal que la población no migrante y un mayor porcentaje en el escenario de rezago ligero, que es donde se observa el impacto de la migración. En el rezago grave la desventaja se presenta en la población no migrante. En el nivel secundaria, los resultados están en la misma dirección que en el nivel primaria, desventaja de la generación 1.5 en avance normal, desventaja en rezago ligero y ventaja en rezago grave. Sin embargo, en este nivel las brechas, al menos en los escenarios de avance normal y rezago ligero, son más amplias que en el nivel primaria.

Por último, se presentaron resultados que distinguen por tiempo de residencia en el Estado de México, esto como una aproximación al tiempo de llegada. De esta forma, hay miembros de la generación 1.5 con llegada reciente, lo que implica que su experiencia en el Sistema Escolar Estatal sea relativamente nueva. También hay miembros de la misma generación que tienen más tiempo de residir en la entidad, por lo que su exposición al Sistema Escolar Estatal tiene más tiempo.

Se plantea el tiempo de residencia en la entidad como una variable que afecta los procesos de integración a las sociedades receptoras, tal como lo plantea Rumbaut (2008). Si bien no es posible ver la integración escolar a partir de los datos utilizados, sí es posible aproximarse a la trayectoria escolar a través del avance en grados, lo que nos acercaría a observar cómo es la integración escolar. El análisis del tiempo de estancia se realizó para el nivel primaria y el nivel secundaria. En el primer caso, los resultados indican que aquellos miembros de la generación 1.5 con mayor tiempo se parecen más a la población que no migró, es decir, tienen un porcentaje mayor de avance normal, tienen menor porcentaje de rezago ligero y tienen mayor porcentaje de rezago grave, esto en comparación con aquellos que tienen menos tiempo de residencia en la entidad y, por ende, han estado menos expuestos al Sistema Educativo Estatal. En el nivel secundaria, los resultados confirman que aquellos con más tiempo en el país tienden a parecerse más a los que no migraron que a aquellos que recién lo hicieron a la entidad. Destaca el hecho de que el rezago ligero está por encima del avance normal entre los recién llegados, esto se puede leer como el efecto de prácticas sistemáticas de regresar un año a los niños migrantes.

Los resultados aquí presentados tienen implicaciones en términos de política pública más que estar dirigida a poblaciones específicas, en este caso en particular, porque permite ver que los niños que vienen de otro país, en este caso de Estados Unidos, parten con desventaja en su trayectoria escolar en comparación con la población que no migró. Es decir, no contar con piso parejo entre migrantes y no migrantes es solo una de las consecuencias de la migración que impacta en la trayectoria escolar de la población migrante. Otra consecuencia está relacionada con el rezago grave y cabe señalar que en este escenario la población puede asistir o no a la escuela y que, además, su avance en grados es de dos años por debajo del grado que idealmente debería estar cursando. Este resultado impacta no solo a la población migrante, sino también a la población que no migró. Esto podría indicar que hay condiciones estructurales que dejan en riesgo latente de abandono a la población de menores que se encuentran en él, sin importar si son migrantes o no, aunque sí resalta el hecho que entre la generación 1.5, es decir, los migrantes, el porcentaje es consistentemente menor. Una explicación a ello está relacionada con lo que mencionaban Kao y Tienda “Nuestros resultados sugieren que el estatus socioeconómico familiar no solo contribuye a aspiraciones ambiciosas en octavo grado, sino que, lo que es más importante, es que mantiene las altas aspiraciones durante los años de la escuela preparatoria” (1998: 349).

Sin duda, este acercamiento deja de lado el proceso del día a día de lo que significa y cómo es que viven los menores de la generación 1.5 un cambio de escuela y, además, un cambio de país. Vale la pena profundizar en esa importante dimensión, por supuesto, a partir de otro tipo de aproximaciones metodológicas que permitan captar ese proceso de integración escolar entre los menores de la generación 1.5.

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1 Cálculos propios con base en las muestras del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, del Censo de Población y Vivienda 2010 y de la Encuesta Intercensal 2015, todas de Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

2En el año 2000, la pregunta de lugar de nacimiento es la número 4 de la sección características de las personas (¿En qué estado de la República o en qué país nació (NOMBRE)?); en 2010 la pregunta es la número 6 de la sección características de las personas (¿En qué estado de la República o en qué país nació (NOMBRE)?); en 2015 la pregunta es la número 11 de la sección características de las personas (¿En qué estado de la República Mexicana o en qué país nació (NOMBRE)?).

3En este caso la variable que detecta residencia habitual en el hogar censado o encuestado es la lista de personas, pregunta 4 en el año 2000 y pregunta 1 en los años 2010 y 2015.

4En el año 2000, la edad es la pregunta número 3 de la sección características de las personas (¿Cuántos años cumplido tiene (NOMBRE)?); en 2010 y 2015 la edad es la pregunta número 2 de la sección características de las personas (¿Cuántos años cumplido tiene (NOMBRE)?).

5En el año 2000, la asistencia escolar es la pregunta número 14 de la sección características de las personas (¿(NOMBRE) actualmente va a la escuela?); en 2010 es la pregunta 17 de la sección características de las personas (¿(NOMBRE) actualmente va a la escuela?); y en 2015 es la pregunta número 17 de la sección características de las personas (¿(NOMBRE) asiste actualmente a la escuela?).

6En el año 2000, los años aprobados se captan en la pregunta 16 de la sección características de las personas (¿Hasta qué año o grado aprobó (pasó) (NOMBRE) en la escuela?); en el año 2010 es la pregunta 18 de la sección características de las personas (¿Cuál es el último años o grado que aprobó (NOMBRE) en la escuela?); y en 2015 es la pregunta 22 de la sección características de las personas (¿Cuál fue el último año o grado aprobado por (NOMBRE) en la escuela?).

7El corte se hace a los siete años que es cuando se puede comenzar a medir el rezago ligero; el rezago grave se mide a partir de los ocho años (ver Cuadro 1).

Recibido: 27 de Enero de 2020; Aprobado: 18 de Febrero de 2020; Publicado: 01 de Agosto de 2020

*Correo electrónico: rodro_az@yahoo.com.mx

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