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Anales de antropología

versión On-line ISSN 2448-6221versión impresa ISSN 0185-1225

An. antropol. vol.53 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2019  Epub 30-Nov-2019

https://doi.org/10.22201/iia.24486221e.2019.1.67968 

Editorial

Editorial

Annick Daneels Verriest


Este número contiene diez artículos y cuarto reseñas, que en conjunto se sitúan en la tendencia cada vez más marcada en la antropología contemporánea de ver al hombre, ya no solo como individuo, sino como parte de un colectivo que define su identidad y su potencial de acción; términos como relacionalidad, polisemia y dividualidad son parte del léxico de esta nueva vertiente. En lo metodológico, esto se traduce en acercamientos transdisciplinares, que dan un mayor peso a la comprensión histórica de los procesos de formación y transformación de conceptos y categorías analíticas a lo largo de distintos momentos y contextos sociopolíticos, criticando el uso de modelos reduccionistas unidisciplinares, que emergieron en el medio académico occidental moderno. Por lo mismo, esta vez, es difícil agrupar los artículos por subdisciplinas tradicionales; se podría decir que hay cuatro que hablan sobre contextos arqueológicos y seis sobre grupos indígenas contemporáneos. Quizá sea más útil, en este caso, separarlos en dos temas: uno en torno a la ritualidad y percepción del mundo y otro en torno a la identidad.

La ritualidad como principio organizativo de la práctica social y política se discute en seis artículos. Anath Ariel de Vidas analiza los rituales de comunidades teneek y nahuas de una misma región en la Huasteca, mostrando que las diferencias en las prácticas y en el idioma en el que las realizan, reflejan conceptos fundamentales similares, que permitieron a cada grupo, a su manera y debido a circunstancias históricas, resolver su relación con el mundo anterior y posterior a la introducción por los españoles de su idioma y la religión. Por su parte, Venturoli registra prácticas muy similares entre grupos quechuas de los Andes peruanos, en las que se establece la relación entre humano y sierras nevadas como antepasados sagrados, con los que comparten “palabra, comida y espacio”; en vista del primer artículo, se hubiera querido saber en qué idioma se dirigían a sus awilitus bravos o mansos. Se presentan dos trabajos desde la arqueología, justo en las mismas áreas geográficas. Patricia Hernández demuestra, al estudiar los patrones de enterramiento y las prácticas de modificación corporal de un grupo de conjuntos funerarios del sitio Tamtoc en la Huasteca, que representan un contexto de élite, en el que algunas de las personas enterradas podrían ser miembros de linajes foráneos. En la costa norte de Perú, Castillo, Uceda† y Vásquez echan mano de información iconográfica e histórica, aunada con los resultados de años de excavaciones en las Huacas de la Luna y del Sol, para interpretar el uso de ciertos objetos circulares de hojas tejidas, cuyos restos encontraron en fogones rituales. De corte más clásico, combinando iconografía, epigrafía y fuentes históricas, con temas de vieja tradición en los estudios del México Antiguo, son el artículo de Fahmel, sobre la asociación del jaguar con el gobernante, y el de Morante, sobre los ajustes en los calendarios mesoamericanos. El primero trabaja con el concepto de antropomorfización de fuerzas naturales como reflejo de un orden social nuevo en Monte Albán, propuesta que encuentra eco en el libro reseñado de Dehouve en contextos mexicas, coloniales y modernos, y había sido propuesto ya en 2002 por Baudez para los mayas en su “Une histoire de la religion des Mayas: du panthéisme au panthéon” (cuya traducción fue publicada por la UNAM). Morante retoma desde Xochicalco la evidencia de los ajustes del año solar en los calendarios mesoamericanos, para proponer que su principio era bien conocido, pero no aplicado por razones políticas, en aras de reservar tal conocimiento a un grupo selecto.

El tema de la identidad subyace también a los artículos precedentes, ya que es imposible desligar la percepción del mundo, de la identidad de quien lo percibe. Sin embargo, los últimos cuatro artículos lo abordan más desde prácticas sociales a través de las cuales la identidad se asume y se expresa, y tiene relación con la tercera reseña sobre el deporte como medio de articulación social en las Canarias después de Franco. Dos artículos parten de datos de antropología física para proponer interpretaciones antropológicas amplias. Rivera, Vargas y Sotuyo estudian la resistencia física de grupos rarámuri de la Sierra Tarahumara de México, criticando las propuestas previas emanadas de un determinismo ambiental, para demostrar cómo la forma de vida y socialización propia de la etnia es la que produce el desarrollo de sus particulares capacidades físicas. Díaz, Sánchez, Bilbao y Parra Por su parte trabajan a lo largo de seis años con un grupo de indígenas de varias etnias, de medios urbanizados, valorando su estado de salud y su autopercepción conforme a normativas gubernamentales, para evaluar el efecto de programas de información nutricional y de seguimiento de estado de salud.

En los últimos dos artículos, la identidad se maneja como base de reivindicación política y social, tema que también toca el libro sobre los afromexicanos, sujeto de la segunda reseña. Ambos trabajos se sitúan en Argentina. Castilla analiza cómo a partir de la década de 1960, en la provincia del Chaco en el norte del país, programas promovidos por organismos religiosos insertos en la teología de la liberación promueven la reconstrucción de “la memoria colectiva y la historia étnica”, y cómo los grupos indígenas los usaron para defender sus reclamos territoriales y el reconocimiento a sus derechos culturales. Engelman trabaja con grupos indígenas en barrios de la capital, Buenos Aires, viendo que negocian el surgimiento de líderes indígenas con estrategias políticas a distintos niveles de la administración gubernamental. En ambos casos, la pertenencia a una etnia particular se reclama a nivel comunitario, pero se difumina en la interacción con el gobierno, ante la categorización de lo “indígena” en la legislación.

Así, aunque éste no sea un número temático, su enfoque teórico-metodológico ofrece al volumen una gran coherencia, cerrando adecuadamente con las reflexiones vertidas en la reseña de Luis Vázquez León.

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