El origen de las ciudades está fuertemente relacionado con la deriva sedentaria que acusó nuestra civilización una vez que nuestros antepasados abandonan su condición de cazadores-recolectores al descubrir la agricultura, favoreciendo así la existencia de unos excedentes que permitieron el establecimiento de grupos estables en el espacio a lo largo del tiempo.

Desde entonces, las ciudades han jugado un papel fundamental en la historia y evolución de nuestra civilización. Al momento de escribir estas líneas, aproximadamente la mitad de los humanos viven en ciudades, pero se calcula que en 2050 esta proporción llegue al 70%. Este proceso de agregación se engendra en el crisol de la interacción de fuerzas antagónicas. Por una parte, el acceso a mejores condiciones de vida incentiva a quienes viven en la periferia (en particular, en las áreas rurales) a integrarse a la población urbana. Pero el acceso a ese bienestar se torna más difícil en la medida que el número de aspirantes al mismo aumenta. Esto suscita un fenómeno con estructura fractal. En su obra El comportamiento humano y el principio del menor esfuerzo, el lingüista estadounidense George Kingsley Zipf postuló que, si las ciudades se enumeraran según su tamaño, entonces el rango de una ciudad sería inversamente proporcional al número de personas que viven en ella.

Las comunidades rurales quedan a medio andar del espectro libre de escala que conforman los asentamientos humanos. El paisaje dibujado a grandes trazos más arriba tiene en el caso de estos asentamientos una estructura más fina, perfilada por las estructuras económicas y las políticas agrícolas que llevan adelante los gobiernos, la existencia de medios de transporte adecuados y el acceso a las tecnologías de información y comunicación, entre otros. El estudio de este universo es de vital importancia para la creación de una imagen precisa de la estructura de los hogares rurales.

El dosier de este número de la revista INTER DISCIPLINA está dedicado al análisis de la estructura de los hogares rurales a través de reflexiones y evidencias empíricas en torno a su dinámica. El ámbito de esta discusión trasciende con mucho el marco nacional mexicano. Esto convierte a este número en una cita obligada en la literatura sobre este tema.

En la sección Comunicaciones Independientes aparecen seis trabajos que tratan sobre teoría económica, educación superior, trastornos psicológicos y alcoholismo, modelos de redes y de mortalidad en diferentes ambientes. Acompañan a estos trabajos, tres reseñas de libros.