Leonardo da Vinci ocupa un lugar privilegiado en la pléyade de los más notables integrantes de nuestra especie. La impronta que confirió a su excepcional actividad vital no distinguió fronteras, ubicándose, así, como uno de los precursores del trabajo interdisciplinario. Destacó como pintor, poeta, músico, ingeniero, científico, escultor y organizador de fastuosos festejos para sus mecenas y empleadores de turno. Fue estudioso del vuelo de las aves y se adelantó siglos en la investigación del cuerpo humano.
El 2 de mayo del pasado año, la Coordinación de Humanidades de la UNAM inició un nutrido programa de actividades para conmemorar los 500 años de su desaparición física. Entre las acciones dispuestas se encontraba un ciclo de conferencias sobre la vida y la obra de Da Vinci. Participaron especialistas de nuestra casa de estudios, así como expertos invitados de otras latitudes. Teniendo como simiente las contribuciones presentadas en aquel entonces, la revista INTER DISCIPLINA presenta, exactamente un año después, un número totalmente dedicado a Leonardo.
Esta entrega comienza con un trabajo de la sobresaliente escritora y profesora mexicana Beatriz Espejo. Con una abundante trayectoria en la creación literaria y en el quehacer de la enseñanza universitaria, su aportación es un punto de partida para las contribuciones de carácter más concreto sobre la obra de Da Vinci que le preceden. Le sigue un trabajo sobre el tratamiento de las sombras en el oficio pictórico de Leonardo donde se exponen y analizan algunas de las aportaciones del genio florentino a este tema. Se presenta a continuación un sugestivo estudio acerca de uno de los más notables íconos culturales de nuestra civilización: el Hombre de Vitrubio.
La teoría de los sistemas complejos es considerada un vástago intelectual de la segunda mitad del siglo XX. Impulsada por el rotundo progreso de las computadoras digitales, que juegan un papel similar al microscopio de Leeuwenhoek y Jensen para la biología o el telescopio de Galileo para la astronomía, hemos podido a través de ellas observar los finos detalles de los fenómenos complejos. Como es conocido, muchos pensadores anteriores a la segunda mitad del siglo XX, vislumbraron en sus obras las características básicas de los sistemas complejos. El siguiente trabajo de este número discute cómo se manifiestan las ideas de la complejidad en los trabajos de Da Vinci. Uno de los ámbitos de su obra donde esto se observa con gran claridad es en sus dibujos y estudios sobre la turbulencia hidrodinámica. Complementando este trabajo, el dosier culmina con una contribución del sobresaliente investigador italiano D. Iacobone, profesor de arquitectura del Politécnico de Milán, acerca de la historiografía del agua en la obra de Leonardo.
Ha valido la pena la dilación de un ciclo solar. El espacio de discusión académica que se propició hace un año ha germinado en los trabajos presentados en este número que sin duda son un digno homenaje al genio florentino.