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Revista de economía

versión On-line ISSN 2395-8715

Rev. econ. vol.36 no.92 Mérida ene./jun. 2019  Epub 06-Sep-2019

 

Artículos

El paradigma post keynesiano: preceptos, estado del arte y visión de la economía

The post-Keynesian paradigm: precepts, state of the art and vision of the economy

Christian De la Luz Tovar1 

1Universidad del Mar, Campus Huatulco, México cdelaluz@huatulco.umar.mx


RESUMEN

Al considerar, por un lado, la falta de pluralismo en la enseñanza de la ciencia económica y, por el otro, el predominio de una teoría económica con supuestos bastante alejados de la realidad y su postura excluyente, hermética e inmutable hacia cualquier contribución distinta a su perspectiva económica; este artículo busca a partir de una revisión precisa de literatura, introducir al lector en las ideas Post Keynesianas, presentándole de manera concisa su postura económica y su estado actual del arte, como corriente crítica y alternativa del análisis económico. Se realiza una taxonomía de la Escuela Post Keynesiana para diferenciarla del enfoque ortodoxo dominante y se expone la postura de la economía monetaria de producción.

Palabras clave: mainstream; neoclásicos; post keynesianismo; heterodoxos; fundamentalistas

CLASIFICACIÓN JEL: E12; B5; B20; B50

ABSTRACT

Considering, on the one hand, the lack of pluralism in economics’ teaching and, on the other hand, the predominance of an economic theory with very distant assumptions from reality and its exclusive, hermetic and unchangeable position towards any other contribution with a different economic perspective. This article seeks, from a precise literature review, to introduce the reader to Post Keynesian principles, presenting concise concepts on his current economic position and the actual state of the art, as a critic and alternative to mainstream economic analysis. Also a taxonomy of the Post Keynesian School is made to differentiate it from the dominant orthodox approach and finally, it explains the notion of the monetary economy of production.

Key words: Mainstream; Neoclassical economics; Post Keynesianism; Heterodox economics; Fundamentalists

JEL CLASSIFICATION: E12; B5; B20; B50

There is no alternative (shortened as TINA)

market economy is the only system that

works, and the debate about this is over.

(Slogan attributed to) Margaret Thatcher.

INTRODUCCIÓN

En pleno siglo XXI, como resultado de la falta de pluralismo en la enseñanza de la ciencia económica, el monismo de la teoría dominante y la impopularidad de las corrientes heterodoxas en el medio académico, existe un consenso implícito y casi dogmático entre la mayoría de los economistas, de que el corpus neoclásico ortodoxo -equipado con el individualismo metodológico y el deductivismo matemático−, representa al único esquema analítico de referencia para contextualizar y dilucidar los problemas actuales de la economía.

La fuerza de este argumento es tan enérgica entre los medios institucionales, políticos y académicos que no es raro observar, por ejemplo, que gran parte de las políticas económicas (neoliberales) promovidas por los policy makers de los gobiernos, los bancos centrales y los organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario, funcionan bajo los cánones de este esquema. Asimismo, que, en el ámbito académico, la corriente del pensamiento neoclásica y sus variantes domina la forma de enseñanza de la disciplina, así como la agenda de investigación de la gran mayoría de las universidades y el contenido de una buena parte de las revistas académicas, libros de texto y otros medios de difusión. Lo que, en conjunto, ha llevado a este paradigma hacia una especie de institucionalización que la ha convertido en la corriente dominante de la economía (el mainstream).

Sin embargo, el principal inconveniente de esta hegemonía ortodoxa −personificada en el nuevo consenso macroeconómico-,1 es la edificación de una teoría económica con supuestos bastante alejados de la realidad y una postura excluyente, hermética e inmutable hacia cualquier contribución distinta a su perspectiva económica. Lo que genera en la profesión, la virtual eliminación de los enfoques heterodoxos o disidentes del mainstream y, por ende, la posibilidad de considerar las aportaciones teóricas y críticas de otras perspectivas con fundamentos y recomendaciones de política económica diferentes a los del esquema dominante. De hecho, en muchas de las universidades del mundo en donde se ofrece el programa académico de economía (incluye a la mayoría de las mexicanas), se ha ido marcando una línea completamente ortodoxa tanto en el plano de la docencia como en el de la investigación. Numerosos estudiantes e incluso economistas titulados desconocen por completo la existencia de otras alternativas teóricas distintas a la neoclásica.

Un ejemplo muy preciso de esta situación es lo que ocurre con la escuela post keynesiana (EPK de aquí en adelante), una corriente del pensamiento heterodoxo que, a pesar de tener gran impacto e influencia en la profesión, ha sido marginalmente estudiada. Lo que remite al olvido, tanto sus aportaciones a la teoría económica −en el campo de la competencia imperfecta, la teoría de la acumulación del capital y la distribución del ingreso−, como su gran contribución al pluralismo en la disciplina, al proporcionar los elementos críticos que fueron esenciales para el desarrollo de otras corrientes de la heterodoxia económica (por ejemplo, los neo-ricardianos, los neo marxistas y otros). Asimismo, el hecho memorable de que los economistas post keynesianos de Cambridge (UK), por medio de la controversia del capital, cimbraron los fundamentos de la teoría neoclásica de la producción.

Pese a lo anterior, el desconocimiento y aversión hacia este enfoque es tan evidente que normalmente, sin la mínima intención de conocer y analizar a fondo sus planteamientos, se le asocia con una ideología heterogénea y sin forma teórica, que contiene solamente críticas negativas hacia el pensamiento dominante (Walters y Young, 1997). Por ende, se asume que sus aportaciones a la ciencia económica se limitan únicamente a unas cuantas modificaciones o añadiduras realizadas a los modelos neoclásicos ya establecidos, pero que, en general, se encuentran fuera del campo actual de la investigación y la docencia económica.

En cambio, la EPK actual es un cuerpo teórico bien definido que, aunque forma parte de las corrientes heterodoxas, posee una visión propia y coherente de la economía y sus prioridades, la cual se aleja radicalmente de la corriente neoclásica (véase Arestis, Dunn y Sawyer, 1999; Taylor, 2004; Wynne y Lavoie, 2007). Por ello, aunque los post keynesianos también se interesan en los problemas contemporáneos de la macroeconomía −v.gr. la inflación, el crecimiento económico, el desempleo, la estabilidad del tipo de cambio, la política monetaria−, plantean alternativas y mecanismos de política económica muy diferentes a los sugeridos por el mainstream.

Con dicho escenario en mente, de una sola visión dominante en la ciencia económica, se plantea como objetivo de este trabajo introducir al lector en las ideas post keynesianas. Principalmente, para presentarle su postura crítica hacia el marco neoclásico, así como sus aportes a la disciplina, su estado del arte actual y su visión de la economía, que, en la misma tradición de Keynes, corresponde a un sistema monetario de producción en donde el dinero tiene un papel esencial en las decisiones de los agentes y el rumbo mismo de la economía.

La importancia de este análisis es fundamental, no solo para promover el pluralismo en la enseñanza de la disciplina sino, además, para traer a las discusiones actuales de la macroeconomía los aportes críticos de una escuela del pensamiento económico que, desde su nacimiento, ha sido capaz de mostrar los límites y faltantes de la teoría dominante.

Para cumplir con tal propósito, el estudio se divide en tres secciones. En la primera se hace una descripción del origen de la EPK, su taxonomía y las características que la definen como una corriente particular de la heterodoxia. Asimismo, se realiza un contraste entre la escuela post keynesiana y el paradigma ortodoxo dominante. En la segunda parte, en oposición a la visión neoclásica de economía de intercambio real, se expone la noción post keynesiana de economía monetaria de producción. Básicamente se mencionan sus características fundamentales. Por último, en la tercera sección, se presenta una síntesis y las conclusiones.

2. Conceptualización de la escuela post keynesiana

2.1 Su origen y propósito

Los post keynesianos (PK) son un grupo de economistas heterodoxos o disidentes del mainstream, que surgió a partir de las críticas de Keynes al modelo clásico. En específico, de la teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada en 1936. En ella este autor expuso, primero, las fallas y limitaciones del marco teórico de pleno empleo y equilibro walrasiano -para adaptarse y explicar la realidad- y segundo, los principios de una concepción de economía distinta a la visión dominante, con un carácter vigente, cimentado en el realismo de la teoría, el carácter provisional de las leyes económicas y su dependencia del tiempo, de la conducta humana y otros aspectos de carácter psicológico. De este modo, al oponerse abiertamente a la ley de Say, la teoría cuantitativa del dinero y la igualdad entre el salario real y la desutilidad marginal del trabajo (segundo postulado de la economía clásica), Keynes desbarató al marco teórico de la economía clásica y planteó los elementos para una innovadora teoría del dinero y la demanda efectiva, dentro de un sistema de producción capitalista de crédito.

Al mantener esta herencia crítica y la perspectiva macroeconómica esbozada a lo largo de la teoría general (TG), los PK, plantean un razonamiento de Keynes y sus obras, radicalmente distinto al de las interpretaciones de la teoría neoclásica estándar. Por ello, divergen tanto de la interpretación hidráulica de Hicks y el resto de los autores de la síntesis neoclásica, como del enfoque reduccionista reconstituido -la mezcolanza de Keynes y la teoría del equilibrio general− de Patinkin, Clower y Leijonhufyud (Snowdon y Vane, 2005). Asimismo, discrepan de la corriente conocida como la nueva economía keynesiana, que combina elementos de origen keynesiano (las rigideces nominales y reales), neoclásicos (las expectativas racionales), monetaristas (tasa natural) y de la teoría del ciclo real (la metodología del equilibrio general estocástico).

En cambio, proponen una escuela del pensamiento económico completamente opuesta a la tradición dominante -tanto en principios como en metodología−, que se presenta como un paradigma alternativo, no sólo para mitigar el predominio del enfoque neoclásico, sino también, para subsanar sus fallas. Se enfocan principalmente en la macroeconomía, aunque también se concentran en algunos aspectos microeconómicos. En general, se podría decir que la economía post keynesiana es aquella que se refiere al conjunto de enfoques macroeconómicos que utilizan como base analítica para el corto y largo plazo la teoría de Keynes sobre la determinación del producto en la economía (monetaria) a partir de la demanda efectiva.

Su origen en el tiempo se remonta a los años cincuenta del siglo XX, con los trabajos de los fundamentalistas de Cambridge (UK) −inicialmente agrupados en El Circus−, quienes conocieron de primera mano las ideas de Keynes y compartieron con él la necesidad de plantear un marco teórico alternativo al modelo dominante de la época.2 Sin embargo, fue hasta los años setenta del mismo siglo cuando esta corriente teórica adquirió formalmente el nombre de escuela post keynesiana (Lavoie, 2005a; Harcourt, 2006; Ponsot, 2017).

Entre los primeros PK, conocidos como los fundamentalistas de Cambridge, destacan: Joan Robinson, Nicholas Kaldor, Roy Harrod, Richard Kanh, Richard Goodwin, Luigi Passinetti, James Meade, Austin Robinson, y Piero Sraffa. Todos ellos, economistas disidentes del mainstream de la época, con una clara oposición a principios como: la función de producción y la productividad marginal; la figura del agente representativo y su agregación; la teoría Marshalliana y Pigouviana de la fijación de precios en las empresas; la teoría de la inversión formulada por Marshall, Pigou y Fisher; la teoría de la tasa de interés natural, entre otros principios teóricos (Snowdon y Vane, 2005; Harcourt, 2006; Ponsot, 2017). Pero también, con el claro objetivo de completar la obra de Keynes al integrar el papel de la acumulación de capital y el análisis del largo plazo (Ponsot, 2017).

Con el paso del tiempo, la escuela post keynesiana se fue robusteciendo con las aportaciones personales de Sraffa y Michael Kalecki, quienes, de manera independiente, desarrollaron sus propias teorías que ensamblaron muy bien en los planteamientos de los fundamentalistas keynesianos. Esto generó una serie de vínculos teóricos entre los post keynesianos, neoricardianos y kaleckianos, y, con ello, se originaron asociaciones posteriores con otras corrientes de la heterodoxia. Por ejemplo: con los marxistas radicales, los institucionalistas (principalmente los relacionados con Thorstein Veblen y John Kenneth Galbraith), los estructuralistas del desarrollo (o neo estructuralistas), los regulacionistas, los circuitistas, los cartalistas (o chartalistas), los anti utilitaristas y otros enfoques que, en conjunto, han contribuido al desarrollo intelectual y metodológico de esta escuela (véase Snowdon y Vane, 2005; Lavoie, 2005; Harcourt G. C., 2006; Wynne y Lavoie, 2007; Boyer, 2011; Ponsot, 2017).

Pese a esta asociación de la escuela post keynesiana (EPK) con otras corrientes heterodoxas, los PK actuales mantienen el mismo punto de vista que sus padres fundadores, pues siguen considerando que: a) La obra de Keynes constituye una revolución en el pensamiento económico porque exhibe la imprecisión y falta de realismo de los axiomas del modelo neoclásico; b) Los desarrollos de Keynes en el mainstream -i.e. síntesis neoclásica y nuevos keynesianos−, no representan una auténtica transformación de la teoría y política macroeconómica, por ello proponen un paradigma alternativo; c) No buscan remplazar una “caja de trucos por otra” (Harcourt, 2006), sino presentar un marco metodológico que −a partir de los hechos estilizados y otras magnitudes empíricas−, permita comprender y explicar los procesos macroeconómicos que surgen a lo largo del tiempo en las economías capitalistas.

A continuación, en el cuadro uno, se presenta una síntesis cronológica del desarrollo de la escuela post keynesiana que ha sido compilada a partir de la literatura examinada.

Cuadro 1 Síntesis cronológica del desarrollo de la escuela post keynesiana 

Periodo Sucesos Aportación teórica
1930s -1940s: revolución keynesiana

  1. El Circus y las obras de Keynes: Tratado sobre el dinero (1930) y Teoría General (1936).

  2. Introducción a la teoría del desempleo J. Robinson 1937.

  3. Aproximación con Kalecki.

  1. Surgimiento de la macroeconomía y principio de la demanda efectiva; crítica a la teoría clásica.

  2. Teorías del desempleo involuntario.

  3. Estudio de los ciclos económicos.

1950s - 1960s: época de los fundamentalistas

  1. Influencia de la escuela anglo-italiana o de Cambridge.

  2. Ampliación del principio de la demanda efectiva al largo plazo.

  3. Joan Robinson publica "La acumulación del capital (1956)" y Kaldor su artículo sobre distribución del ingreso (1956).

  4. Convergen puntos de vista de Weintraub (1961) y autores de Cambridge, sobre la inflación de precios y la endogeneidad del dinero.

  1. Modelos de crecimiento y distribución de primera generación, a la Kaldor-Pasinetti y Robinson.

  2. Crítica a la teoría neoclásica: controversia del capital.

1970s: época romántica

  1. Creación de las primeras revistas PK, Cambridge Journal of Economics (1977, en la tradición de Marx, Keynes, Kalecki, Robinson and Kaldor) y Journal of Post Keynesian Economics (1978, en la tradición de Keynes, Robinson, Kaldor, Kahn, Kalecki, Lerner, Harrod, Galbraith, Minsky,).

  2. Joan Robinson visita Estados Unidos (1971), ofrece una conferencia en la Asociación Económica Americana (AEA, dirigida por Galbraith), que impulsa a los economistas heterodoxos no radicales de Estados Unidos a organizarse.

  1. Teorías PK de la empresa y fijación de precios.

  2. Construcción marco teórico: The Megacorp and the Oligopoly (Eichner, 1976).

  3. A Guide to Post-Keynesian Economics (Eichner, 1979).

  4. Libro editado por E. Nell (1980), salió de la reunión AEA en 1971, "Crecimiento, ganancias y propiedad: ensayos sobre el renacimiento de la economía política".

  5. The Reconstruction of Political Economy (Kregel, 1973).

  6. Libro de Minsky (1975), John Maynard Keynes, or financial Keynesianism, or Wall Street Keynesianism.

1980s-1990s: época de la incertidumbre

  1. Creación de Review of Political Economy, originalmente llamado, the Review of Post Keynesian Economics (versión británica del JPKE)

  2. Prueba y error metodológico, primeras propuestas.

  3. Expansión de corrientes; asociación lenta con otras corrientes heterodoxas.

  4. Escuela de verano de Trieste (1980-1992): intento de sintetizar 2 corrientes PK; enfoque monetario PK fundamentalista y enfoque excedente Sraffiano, para construir una teoría alternativa a la neoclásica.

  1. Desarrollo de metodologías PK; primeros libros de texto, Arestis (1992), Lavoie (1992), Davidson (1994).

  2. Teorías del dinero endógeno (Basil Moore).

  3. Hipótesis de la inestabilidad financiera (Minsky).

  4. Modelos Kaleckianos de distribución y crecimiento (Rowthorn, Dutt, Bhaduri/Marglin).

2000 en adelante: época del realismo

  1. Apertura hacia nuevos temas, desarrollo de metodologías y diálogo con otras escuelas de pensamiento Heterodoxo.

  2. Desarrollo de trabajos aplicados a la evaluación de políticas económicas y financiarización (importancia del empirismo).

  3. Modelos integrados de dinero, distribución, demanda efectiva, acumulación de capital y crecimiento.

  4. Mayor presencia por la crisis financiera global de finales de 2007 y critica al nuevo consenso macroeconómico.

  1. Aplicación a la economía abierta e internacional.

  2. Prescripciones de política económica.

  3. Análisis de los regímenes de crecimiento (financiarización y cuestionamiento de los modelos del nuevo consenso macroeconómico).

  4. Econometría y modelización: modelos con metodología stock-flujo (SFC).

  5. Incremento del diálogo con otras escuelas, apertura disciplinaria y de nuevos campos (economía ecológica PK).

Fuente: elaboración propia a partir de Lavoie (2005, 2005ª, 2007); Hein, 2014; Ponsot, 2017.

2.2 Su taxonomía

Aunque la clasificación de la EPK ha sido una cuestión ampliamente debatida, el orden que ha servido como base para identificar a las corrientes actuales que integran a esta escuela es la que propusieron Hamouda y Harcourt en 1988 (citados en Lavoie, 2005, 2005a; en Hein, 2014 y en Ponsot, 2017). En donde se distinguen tres ramas esenciales de post keynesianos: fundamentalistas, kaleckianos y srrafianos. Posteriormente, por el desarrollo del pensamiento PK y la asociación con otras corrientes heterodoxas, entre finales del siglo XX y principios del XXI, esta clasificación realizada hace casi treinta años, se amplió por consenso para terminar en cinco enfoques actuales de post keynesianos, que se resumen en el cuadro dos: fundamentalistas, kaleckianos, srrafianos, kaldorianos y los PK institucionalistas (véase cuadro dos).

Cuadro 2 Corrientes más destacadas de la escuela post keynesiana y sus exponentes 

Autor Clasificación propuesta Representantes principales
Hamouda y Harcourt (1988)

  1. PK americanos

  2. Kaleckianos

  3. Sraffianos

  1. Fundamentalistas, Weintraub, Davidson, Minsky, Shackle.

  2. Kalecki, Steindl, Asimakopulos, Eichner, Bhaduri.

  3. Sraffa, Eatwell, Garegnani, Steedman.

Lavoie (2014) Hein (2014) Ponsot (2017)

  1. Fundamentalistas

  2. Kaleckianos

  3. Sraffianos

  4. Kaldorianos*

  5. PK Institucionalista

  6. PK sin afiliación particular.

  1. Fundadores: Paul Davidson, Hyman Minsky, Joan Robinson, George Lennox, Shraman Shackle, Sydney Weintraub. Actuales: Fernando Carvalho, Victora Chick, David Dequech, Sheila Dow, Giuseppe Fontana, Jan Kregel, Edwin Le Heron, Basil Moore.

  2. Fundadores: Michael Kalecki, Joseph Steindl, J. Robinson, Tom Asimakopulos, Donald Harris. Actuales: Amit Bhaduri, Robert Blecker, Amitava Dutt, Eckhard Hein, Steve Fazzari, Peter Kriesler, Malcom Sawyer, Engelbert Stockhammer, Lance Taylor, Jan Toporowski, Phillip Arestis, entre otros.

  3. Fundadores: Piero Sraffa, Luigi Pasinetti, Pierangelo Garegnani. Actuales: Roberto Ciccone, Heinz Kurz, Gary Mongiovi, Carlo Panico, Fabio Petri, Massimo Pivetti, Alessandro Roncaglia, Neri Salvadori, Bertram Schefold, Franklin Serrano, Ian Steedman, entre otros.

  4. Fundadores: Nicholas Kaldor, Roy Harrod, Richard Goodwin, John Cornwall y Wynnie Godley. Actuales: Robert Boyer, John McCombie, Ken Coutts, Ro Naastepad, Neville Norman, Tom Palley, Pascal Petit, Mark Setterfield, Peter Skott, Servaas Storm y Anthony Thirlwall.

  5. Fundadores: Philip Andrews, Dudley Dillard, Alfred Eichner, John K. Galbraith, N. Georgescu-Roegen, Abba Lerner, Gardiner Means. Actuales: Stephen Dunn, Peter Earl, Scott Fullwiler, James Galbraith, John Harvey, Frederic Lee, André Orléan, Charles Whalen y Randall Wray.

  6. Phillip Arestis, Geoffrey Colin Harcourt, John E. King, Edward Nell, Steve Keen, Marc Lavoie, Louis Phillippe Rochon, Mario Seccareccia, Matias Vernego, Sergio Rosi, Matthew Forstater, entre otros.

  7. PK que trabajan la metodología SFC se agrupan en dos categorías. El grupo norteamericano: Wynnie Godley, Marc Lavoie, Gennaro Zezza y Claudio Dos Santos. El grupo europeo: Jacques Mazier, Sthephen Kinsella y Edwin Le Heron.

Fuente: elaboración propia a partir de Lavoie (2005, 2005ª, 2007); Hein, 2014; Ponsot, 2017

De acuerdo con Ponsot (2017), la ampliacion y reajuste en el tiempo de esta taxonomia obedece a tres razones. Primero, Hamouda y Harcourt sólo incluyeron a autores anglosajones en su agrupación, en la actualidad hay autores PK en Europa continental, en Asia y Latinoamérica. Por ejemplo, la amplia producción de libros, literatura y grupos de estudio PK que han surgido en Francia con el circuitista Alain Parguez, con la asociación de estudios keynesianos (ADEK) dirigida por Edwin Le Heron (Lavoie, 2005a). En España, con las jornadas de economía crítica. En Asia con la Asociación japonesa de estudios post keynesianos (JSPKE), que promueve seminarios y diversos trabajos académicos. En Latinoamérica con la asociación brasileña de estudios keynesianos (ABK), que organiza eventos y conferencias anuales de gran convocatoria. Asimismo, con la existencia de estudios de posgrado de corte heterodoxo en las universidades de Campinas (Unicamp) y Río de Janeiro. En el resto de Latinoamérica, por ejemplo, en México, Argentina y Colombia, también hay economistas de corte PK, aunque en forma marginal, que surgieron a partir del auge de la corriente neo estructuralista de la CEPAL y Raúl Prébisch.

La segunda razón es porque la clasificación tampoco consideró a los autores que, con el tiempo, llegaron a ser líderes de corrientes teóricas con claras aproximaciones a la agenda de investigación PK. Por ejemplo, Galbraith, Kaldor, Goodwin, Pasinetti, Godley, los circuitistas (Graziani, Barrete, Poulon, Schmitt y Parguez, por mencionar algunos), entre otros. La tercera y última, porque Hamouda y Harcourt, en el afán de presentar una clasificación de los post keynesianos un tanto minuciosa e inequívoca, excluyeron a los autores relacionados con otras corrientes heterodoxas, incluso cuando sus aportaciones convergían con los principios y metodología PK. Algunos de estos economistas son de corte institucionalista, regulacionista, neo estructuralista, entre otros (Lavoie, 2005, 2005a; Hein, 2014, Ponsot, 2017).

A continuación se explica brevemente la clasificación actual y consensuada de cinco corrientes post keynesianas.3

1. Fundamentalistas, con Paul Davidson a la cabeza, ponen gran énfasis en el papel que desempeñan dentro del análisis económico elementos como, la incertidumbre fundamental, la preferencia por la liquidez, el carácter activo del dinero en la economía, la inestabilidad financiera y las cuestiones metodológicas como; el comportamiento no homogéneo de los agentes, la irreversibilidad del tiempo, el axioma de la no ergodicidad del mundo económico, entre otros supuestos.

2. Kaleckianos, se inspiran en Michael Kalecki, pero también en los trabajos de Joseph Steindl (su alumno), Joan Robinson, Tom Asimakopulos y Donald Harris. De acuerdo con Lavoie (2005, 2005a), se inspiran en Kaldor y en los institucionalistas e indirectamente en Marx, en lo referente al problema de la realización del beneficio. Se concentran principalmente en temas microeconómicos como el proceso de fijación de precios, pero también en cuestiones macroeconómicos como el ingreso y su distribución, la demanda efectiva, la lucha de clases. Esta rama de PK, también coincide con la teoría robinsoniana del crecimiento liderada por Phillip Arestis (véase Ponsot, 2017).

3. Sraffianos o neoricardianos, parten del trabajo de Piero Sraffa y sus colegas de la escuela anglo-italiana (véase cuadro dos). Su enfoque se distingue por el estudio de los precios relativos, las opciones tecnológicas, los sistemas de producción sectorial, la teoría del capital, la producción conjunta y los desequilibrios de largo plazo. Como todos los PK, los sraffianos ponen especial importancia a la demanda efectiva (a corto y largo plazo), la endogeniedad de la oferta de dinero y la causalidad inversa entre el ahorro y la inversión.

4. Kaldorianos, parten de los trabajos de Kaldor, Harrod, Goodwin, Cornwall y Godley. Sus temas de análisis incluyen, principalmente, crecimiento económico, procesos acumulativos, regímenes de productividad, el vínculo sector real-financiero, balanza de pagos, restricciones monetarias de la economía cerrada y abierta. Con Wynnie Godley como líder, desarrollaron una metodología llamada contabilidad consistente de stocks y flujos (SFC, por sus siglas en inglés), la cual se apoya en identidades macroeconómicas básicas que vinculan los balances financieros del sector privado, público y exterior (Wynne y Lavoie, 2007; Caverzasi y Godin, 2013; Ponsot, 2017). Esta metodología ha sido adoptada por varios autores PK de las ramas aquí mencionadas. Los principales temas de análisis del SFC son: sector financiero, banca central, economía abierta, política monetaria e inflación, crecimiento y hasta modelos de economía ambiental. De la Luz y Rodriguez (2016) presentan uno de los pocos trabajos en español sobre esta metodología que incluye, además de un ejemplo de modelación, un resumen del desarrollo de este enfoque.

5. PK institucionalistas es la corriente más reciente en términos de incorporación, sus temas principales de estudio son: fijación de precios, teoría de la empresa, instituciones monetarias, economía del comportamiento y economía laboral. Su adhesión al post keynesianismo se debe a cinco circunstancias (Ponsot, 2017). En primer lugar, las herramientas conceptuales y metodológicas que brindan los trabajos de Thorstein Veblen, Geoffrey Hodgson y Fred Lee, en la consolidación de la microeconomía PK; segundo, la membresía de Galbraith al Journal of Post Keynesian Economics, en tercero, la conexión de esta corriente con el institucionalismo monetario francés que también coincide con los PK; cuarto, los trabajos de A. Orléan relacionados con la visión de Keynes sobre la especulación (por ejemplo, el mimetismo de las anticipaciones, la racionalidad autorreferencial en los mercados financieros). Para finalizar, el vínculo institucional-PK visible en la teoría monetaria moderna (MMT, por sus siglas en inglés) expuesta por Randall Wray, Eric Tymoigne, Pavlina Tcherneva.4

2.3 Sus características

¿Qué distingue a los post keynesianos de los economistas neoclásicos? Prima facie, esta parece una pregunta fácil de responder. Pero, la amplitud de campos de especialización y corrientes del paradigma PK dificulta la labor de exponer todas sus características, identificar su contenido exacto y distinguirlo del paradigma neoclásico. Se requeriría una búsqueda minuciosa −de años tal vez−, en la literatura para cumplir con esta extensa tarea.

A pesar de esto, algunos autores han tratado de señalar las diferencias entre los enfoques aludidos, al comparar el punto de vista de cada uno respecto a principios como la demanda agregada, el papel del dinero en la economía, el mecanismo de formación de precios, el mercado de trabajo y la curva de oferta laboral, entre otros aspectos (Villadeamigo, 2011; Howells, 2012). Otros, optan por distinguirlos a partir de cuestiones metodológicas como la incertidumbre fundamental; el tiempo histórico irreversible, el realismo crítico, entre otros aspectos (Piegay y Rochon, 2003; Davidson; 2006).

El problema con estos manuscritos es que por muy detallados que sean, no alcanzan a cubrir los aspectos esenciales de la divergencia. De ahí que, para evadir esta dificultad y presentar al lector un método de contraste más práctico, a menudo se considera un enfoque más general que se concentra en dos aspectos que se complementan (véase Arestis, Dumm y Sawyer 1999; Lavoie, 2005, 2005a; Hein, 2014; Ponsot, 2017): uno, en aquello que como disidentes comparten los PK y las corrientes heterodoxas y el otro, en lo que la economía post keynesiana rechaza del análisis neoclásico. A continuación se detallarán estos aspectos.

1) Economía heterodoxa y PK versus economía ortodoxa neoclásica. Aunque los PK es sólo una de las corrientes del gran cauce teórico de escuelas heterodoxas de la economía −con puntos de vista muy particulares en temas como la incertidumbre y la importancia del tiempo histórico−, tienen puntos en común con la mayoría de éstas, sobre todo en el campo de la macroeconomía. Por ejemplo, en el papel endógeno y activo del dinero en la producción, los PK tienen afinidad con los teóricos del circuito monetario, los cartalistas, horizontalistas y estructuralistas de la oferta monetaria e incluso, por medio del circuito del capital con los marxistas (Piégay y Rochon, 2005; Velázquez, 2009). En el análisis de la producción, crecimiento, distribución del ingreso y formación de precios, los PK coinciden con los partidarios de Kalecki, Kaldor, Sraffa, Robinson (Wynne y Lavoie, 2007). En la importancia de la estructura económica, el papel de las instituciones en la economía y las decisiones de los agentes en un contexto global, la EPK coincide con los institucionalistas y regulacionistas (Boyer, 2011).

La convergencia se debe a que PK y heterodoxos comparten, además de su disidencia al mainstream, el mismo conjunto de presuposiciones teóricas. Es decir, el acervo de planteamientos lógicos que, aunque no están formalizados propiamente en la teoría, sustentan la estructura de sus argumentos, la formulación de hipótesis y las recomendaciones de política económica (Lavoie, 2005a). Además, como la EPK se inscribe en la heterodoxia, las presuposiciones señaladas en el cuadro tres constituyen, a la vez, el punto de divergencia entre neoclásicos y post keynesianos.

Cuadro 3 Presuposiciones asociadas al marco analítico neoclásico y heterodoxo 

Presupuestos o presuposiciones Escuela neoclásica Escuelas heterodoxas y PK
1. Epistemología Instrumentalismo Realismo
2. Método (Ontología) Individualismo Globalismo/Holismo
3. Racionalidad Híper racionalidad Racionalidad razonable
4. Núcleo económico Intercambio, escasez Producción, crecimiento
5. Núcleo político Libre mercado Intervención estatal

Fuente: elaboración propia a partir de Lavoie (2005, 2005ª, 2007), Hein, 2014 y Ponsot (2017).

La primera diferencia es el método de aprendizaje. En los neoclásicos, la epistemología es el instrumentalismo a “la Friedman”. Postura que asume que las teorías y modelos económicos no deben preocuparse tanto en explicar el funcionamiento real de los fenómenos, sino más bien por proveer los instrumentos lógicos para avanzar en el conocimiento técnico o para establecer una buena capacidad predictiva del problema. Como lo más importante es predecir, el realismo de las hipótesis se deja en segundo plano. Los heterodoxos en cambio, toman como principio generador del conocimiento, el realismo de las hipótesis. Es decir, aunque un modelo es una simplificación de la realidad, la abstracción está inspirada en el mundo real y no en uno hipotético de pleno empleo. En particular, los PK buscan ser lo más realistas posibles, tanto en el funcionamiento del sistema económico como en el comportamiento de los agentes, pues consideran que lo fundamental de la ciencia económica no es predecir, sino proveer explicaciones de los hechos empíricos que surgen con el tiempo en las economías capitalistas.

La siguiente discrepancia se trata de una cuestión ontológica relacionada con la unidad específica de análisis en cada paradigma: el individualismo metodológico versus el globalismo. En los neoclásicos, el individualismo sostiene que los hechos económicos agregados se explican por el comportamiento individual. La unidad específica de análisis es el agente representativo. En los heterodoxos y PK, el individuo es un ser social afectado por su entorno (Arestis, Dunn y Sawyer, 1999; Lavoie, 2005, 2005a; Hein, 2014). Por ende, los fenómenos económicos deben analizarse globalmente, como el resultado de una reacción conjunta de las decisiones de todos los actores involucrados (por ejemplo, consumidores, productores, instituciones económicas, gobierno) y no sólo, por la consideración de alguna de sus partes. Considerar exclusivamente las conductas individuales para explicar el comportamiento agregado en la economía conduce a menudo a falacias de composición, lo que tiene un importante impacto en las recomendaciones de política macroeconómica.

La tercera discordancia es la concepción de racionalidad. En los neoclásicos, los agentes económicos tienen híper racionalidad a “la Lucas”, haciendo uso óptimo de toda la información disponible de manera automática, no hay un proceso de reflexión o aprendizaje, y menos la posibilidad de cometer errores sistemáticos en sus decisiones. Este supuesto obedece a la obligación que tienen los agentes de predecir, maximizar y calcular las respuestas de equilibrio. En la heterodoxia y los PK, los agentes e instituciones poseen una racionalidad a “la Hebert Simon”, que es procedimental o razonable porque funciona con base en los errores que cometen, a la historia, a la incertidumbre y a los objetivos que se plantean (Lavoie, 2005; Wynne y Lavoie, 2007). Como no hay necesidad de maximizar, los agentes buscan únicamente una situación con la más alta satisfacción posible.

La cuarta oposición es el núcleo del análisis económico. En todas las corrientes ortodoxas, la visión de la economía es la asignación óptima de los recursos escasos. Todos los problemas económicos se perciben en un escenario de escasez, intercambio y optimización sobre una restricción de presupuesto. Los heterodoxos en cambio, parten de la noción económica de la reproducción y distribución. Este es el verdadero objeto de la economía. Por ello, en todas las ramas de post keynesianos, la convención sobre la prioridad de la economía es el aumento de la producción, el grado de utilización y la generación de riqueza (Lavoie, 2005, 2005a; Ponsot, 2017).

La última diferencia entre ortodoxos y heterodoxos es el núcleo político, que se refiere a la actitud que cada paradigma tiene frente al sistema de mercado y el Estado. En los neoclásicos, que promueven el libre mercado y la competencia pura, el planteamiento es eliminar las fricciones que impiden el funcionamiento natural de las leyes del mercado. En esta lógica, la intervención del Estado simboliza una fuente de perturbación que hay que reducir al mínimo o en todo caso, eliminar.5 En contraste, los heterodoxos y PK, por la desconfianza que tienen en los mecanismos de mercado como principal medio para alcanzar la eficacia y equidad económica, promueven la intervención activa del Estado. Los PK, en particular, promueven la regulación, por parte del Estado, del mercado financiero, ya que este representa una de las principales fuentes de inestabilidad en el sistema capitalista actual (Lavoie, 2005, 2005a; Ponsot, 2017).6

2) EPK versus análisis económico neoclásico. Como se mencionó, el segundo método para diferenciar a la EPK del paradigma ortodoxo es señalar los puntos que los PK rechazan del análisis neoclásico. En general, los PK rechazan la visión ortodoxa de una economía de intercambio real y en consecuencia de sus principios lógicos, como: 1) Ley de Say; 2) función de producción; 3) teoría de la productividad marginal; 4) tasa de interés natural; 5) hipótesis de las expectativas racionales; 6) efecto sustitución; 7) determinación del nivel de empleo en el mercado de trabajo; 8) rigidez del salario a la baja como causa del desempleo; 9) teoría de los fondos prestables; 10) hipótesis de los mercados eficientes; 11) principio de las reservas como origen de los créditos bancarios; 12) teoría cuantitativa del dinero y por ende, el planteamiento de que la inflación es causada por excesos de oferta monetaria; 13) La NAIRU y 14) curva de los costos unitarios; entre otros aspectos.

En oposición a este planteamiento, proponen la economía monetaria de producción, que se rige por el principio de la demanda efectiva.

2.4 Elementos específicos del análisis teórico PK

A continuación, se presentan los elementos particulares que distinguen a la teoría post keynesiana del resto de las corrientes heterodoxas. Debe mencionarse que, como no hay unanimidad al respecto, se exponen únicamente aquellas que, desde nuestro punto de vista, son las más consensuadas. 7

  1. El principio de la demanda efectiva, que plantea estrictamente que la producción depende de la demanda tanto en el corto como en el largo plazo. Los economistas PK a diferencia de otras escuelas - incluidas las heterodoxas y ortodoxas8−, tienen muy claro que las restricciones de la oferta y las dotaciones de la economía nunca determinan el nivel de producto y empleo. Más bien, es la demanda global la que establece en todo tiempo el nivel de producción y empleo.

  2. El tiempo histórico e irreversible en la economía. Los procesos económicos deben entenderse como situaciones que ocurren en un tiempo histórico. Es decir, en contextos en donde las experiencias pasadas influyen en las decisiones presentes y éstas a la vez, en las decisiones futuras, pero teniendo muy claro, que el futuro no es rigurosamente una repetición del pasado. La causalidad acumulada y la dependencia de la trayectoria de un punto inicial de la economía a otro, no permiten suponer que el camino inverso produzca el mismo resultado (Arestis, Dumm y Sawyer, 1999).

  3. La noción de un escenario de incertidumbre fundamental (o radical). Es el planteamiento de que las economías capitalistas nunca siguen una tendencia natural y constante al equilibrio, más bien, son inestables respecto a la producción y el empleo. No hay certidumbre sobre el curso futuro que pueda tomar la economía en un momento dado. A diferencia del mainstream, se plantea un mundo “no ergódico” en donde las fluctuaciones del pasado no se repiten sucesivamente en el futuro. Esto significa que no hay una probabilidad conocida para predecir o calcular el rumbo futuro de un proceso económico. Por ello, en un escenario de incertidumbre fundamental adquieren gran relevancia la preferencia por la liquidez, el tiempo histórico y la racionalidad razonable (Lavoie 2005, 2005a)

  4. Énfasis en una economía monetaria de producción. En una economía monetaria de producción con incertidumbre fundamental, el dinero a través de la demanda de crédito y la preferencia por la liquidez, cumple un papel crucial porque influye directamente en la inversión, la producción y la demanda. En consecuencia, los modelos planteados desde la lógica PK, reconocen que los contratos están denominados en dinero; que las empresas y los hogares poseen activos y deudas que pueden imponer restricciones financieras considerables (véase, Arestis, Dumm y Sawyer, 1999; Lavoie, 2005, 2005a; Hein, 2014; Ponsot, 2017).

3. Visión post keynesiana de la economía

En este punto tal vez ya sea muy obvio que la concepción de economía entre ambos paradigmas es muy diferente. En el paradigma neoclásico la visión general del sistema económico es un escenario de intercambio y asignación eficiente. En cambio, en la teoría PK la visión económica es la de un sistema capitalista en donde el dinero y el crédito tienen un papel activo: la economía monetaria de producción.

3.1 Economía de intercambio real y economía monetaria de producción

A pesar de los avances técnicos de la ortodoxia, la ampliación de sus campos de estudio y los progresos analíticos en el diseño de las políticas macroeconómicas contemporáneas, el mainstream representado en el nuevo consenso macroeconómico (NCM) ─ o nueva síntesis neoclásica como prefieren llamarle Goodfriend y King (1997)─ continúa ocupando para el análisis de las modernas economías capitalistas de crédito e innovación financiera un esquema hipotético de intercambio real y equilibrio general, en donde la creación del dinero es exógena a la actividad económica y desempeña solamente el papel de unidad de cuenta. 9 Esto se debe a que básicamente, en la ortodoxia, la visión predominante de la economía es la de un sistema de intercambio real y moneda mercancía; véase Clarida, Gali y Gertler (1999), Woodford (2007) y Walsh (2010).

Y aunque la innovación principal del NCM, respecto a otros modelos neoclásicos, es el planteamiento de que la autoridad monetaria controla la liquidez que suministra al sistema bancario mediante la manipulación del tipo de interés nominal −lo que puede considerarse como una explicación endógena del dinero− los principios esenciales que sustentan la exogeneidad del dinero en una economía de intercambio real continúan latentes en las siguientes características: 1) la determinación de la tasa de interés en el mercado de fondos prestables; 2) la concesión de créditos bancarios como resultado de la existencia de ahorro previo; 3) la expansión de la base monetaria en función de los objetivos del banco central y las condiciones de la oferta.

El problema con este enfoque de economía de intercambio real y equilibrio walrasiano es que, con frecuencia, se subestima o soslaya la importancia del dinero en la economía y se olvida que este, al ser algo más que un medio de cambio, no sólo tiene efectos transitorios en las variables nominales como lo precios, sino también produce cambios permanentes en las magnitudes reales como la producción, la demanda y el nivel de empleo. Asimismo, al tener una concepción no monetaria de la tasa de interés se han descuidado los efectos distributivos de ésta y también la estabilidad del sector bancario.

Opuesto a lo anterior, se encuentra la escuela post keynesiana, quien por medio del motivo financiamiento y el papel activo de los bancos comerciales establece una teoría de la creación endógena del dinero conocida como la teoría monetaria de producción; en donde se asume que la moneda es endógena al sistema económico, porque se genera de manera simultánea al proceso productivo. Concretamente, mediante las solicitudes de crédito que las empresas hacen al sistema bancario en función de sus expectativas de venta y de la realización del beneficio monetario.

Esta postura de creación endógena del dinero es impulsada fundamentalmente por la demanda de crédito −y no por las restricciones de oferta o la voluntad unilateral y exógena del banco central− se encuentra ampliamente consensuada en todas las corrientes post keynesianas, ya que se adapta perfectamente a las condiciones del capitalismo actual de dinero-crédito. En donde se observa la existencia de un sistema bancario activo, con una capacidad innata para crear dinero a partir del crédito y un banco central que, en lugar de controlar la masa monetaria, administra la liquidez que necesita el sistema económico.

Finalmente, debe mencionarse que los avances teóricos de la teoría endógena del dinero se extienden hacia tres direcciones (Cruz y Parejo, 2016; Arestis, Dumm y Sawyer, 1999): Primero, el análisis del vínculo entre las empresas y los bancos para la financiación de la producción; segundo, la relación entre el banco central y los bancos privados y tercero, la relación entre el Estado y el banco central.

3.2 Economía monetaria de producción: planteamientos básicos

La teoría post keynesiana toma como punto de partida el señalamiento de Keynes (1973) de que en el análisis económico existen, al menos, dos tipos de economías. Las que se rigen por la ley de Say, que son economías de intercambio real y las que se conducen por el principio de la demanda efectiva, que necesariamente son economías monetarias de producción. La diferencia entre una y otra se debe, fundamentalmente, al papel que desempeña el dinero en las relaciones de producción, empleo e inversión.

Mientras que en una economía de intercambio real o neutral los agentes utilizan el dinero como un mecanismo independiente (exógeno) a la producción que facilita solamente los intercambios y la asignación del producto sin alteración alguna del sector real en particular. En una economía monetaria de producción, descentralizada y con incertidumbre fundamental, el dinero es endógeno y tiene funciones específicas: medio de cambio, unidad de cuenta, reserva de valor. Así, a través de la demanda de crédito y la preferencia por la liquidez, el dinero cumple un papel crucial en la economía, porque influye directamente en las decisiones de inversión, producción y demanda. Es decir, produce cambios permanentes en la economía y con ello se observa que no es neutral.10

Específicamente, en una economía monetaria de producción toda expansión del producto procedente de las decisiones de inversión, requiere de un financiamiento que debe suplirse en el sector bancario mediante la creación de dinero-crédito. Observándose así, que el dinero se convierte en un elemento activo de la economía porque representa un medio para financiar la producción, pero también un mecanismo para protegerse de la incertidumbre natural que plantea el tiempo en la economía.

Cuando el dinero tiene estas características, la ley de Say no se cumple -en el sistema económico- por dos circunstancias. 1) Los hogares pueden utilizar su ingreso monetario para cualquier otro propósito, y no necesariamente para el consumo de bienes, pues mantener riqueza en su forma más líquida es una conducta normal en un mundo de incertidumbre. Este uso específico del dinero -especulación- es el que causa filtraciones del circuito monetario hacia el sector real, que se manifiestan, por ejemplo, en insuficiencias en la demanda agregada; 2) Las inyecciones monetarias en la economía no compensan automáticamente a las fugas de dinero que sufre el circuito monetario de producción. Lo que se debe a que, en una economía de crédito, la demanda de dinero no se convertirá automáticamente en demanda de bienes, ni tampoco en una oferta mayor de crédito para el financiamiento de la inversión. Por ello, las inyecciones de dinero, por sí mismas, son incapaces de homogeneizar la oferta y la demanda agregada.

De lo anterior, reafirmamos que el objeto de estudio de la teoría post keynesiana es la economía monetaria de producción, cuya esencia es el papel activo del dinero y el crédito en el sector productivo;11 pero con la particularidad, de que las decisiones de inversión de los empresarios se sustentarán únicamente en el deseo de aumentar sus ganancias monetarias. Sin embargo, por cuestiones como la incertidumbre fundamental y el desarrollo de la actividad económica en un tiempo no homogéneo e irreversible, los empresarios siempre actuarán con cautela.

En un mundo de incertidumbre fundamental las expectativas y los sentimientos generales de los agentes tendrán un mayor impacto en la actividad productiva. Básicamente, porque las percepciones psicológicas de los empresarios afectarán continuamente al conjunto de decisiones económicas -producción, consumo, inversión, ahorro-. Por otro lado, la cuestión del tiempo no homogéneo, que se refiere al hecho específico de que la actividad económica se realiza en un clima de desconocimiento total hacia el futuro, hará que los empresarios, en forma de anticipación y protección, busquen mantener, continuamente, una parte de su riqueza en forma líquida. Principalmente, para responder a los pagos y a las oportunidades de inversión que se presenten en el futuro incierto.

Bajo este contexto, el dinero deja de ser un simple medio de circulación y adquiere las funciones de unidad de cuenta y reserva de valor, convirtiéndose así en el patrón de valor que respalda el pago de contratos, deudas, remuneraciones del trabajo asalariado y otros pagos asociados a las actividades productivas. De ahí que, la existencia del dinero, no solamente está ligada a los planes iniciales de inversión y demanda de crédito, sino también a la fase de cancelación de las deudas contraídas al inicio del proceso productivo. Por ello, es también el último medio de pago a utilizarse para cumplir los contratos futuros de compra-venta y para liquidar el resto de los pagos diferidos en la economía. Es una unidad de cuenta en la cual las deudas, los precios y el poder de compra son expresados.

Debe destacarse que, aunque el párrafo anterior nos haga pensar que el dinero es el principal elemento en la producción, este no es, en sí, el catalizador que echa a andar a la maquinaria económica (Keynes, 2003). En realidad, el proceso económico inicia por la decisión de inversión de los empresarios y por el otorgamiento del crédito por parte de los bancos. Como la producción es un proceso que engloba tiempo, los empresarios tienen que buscar financiamiento, porque sus ingresos monetarios llegarán después de concluir la producción y vender todos sus bienes. Así, la demanda de crédito precederá a la producción y a la creación del dinero. Es por eso que, en este esquema monetario, la inversión determina al ahorro, y no al revés, como lo supone la teoría económica ortodoxa.

Y es precisamente esta forma distinta de relacionar al ahorro y la inversión, la que establece la necesidad de financiamiento y creación de dinero en la actividad productiva. De ahí que los bancos se encuentren plenamente justificados y tengan funciones específicas a desempeñar en la economía. Sin embargo, lo anterior no significa que el volumen de crédito ofrecido por el sistema bancario aumentará de manera desmedida. Por el contrario, la oferta de crédito, basada en la obtención de ganancias, siempre estará determinada por la demanda de crédito solvente, pues en este esquema, los bancos también acuden al mercado monetario para adquirir fondos del banco central y realizar así los préstamos que consideran solventes.

En resumen, podemos señalar que, en esta teoría monetaria de la producción PK, el volumen de crédito y la cantidad de dinero están ligados a la generación del ingreso, la producción y el proceso acumulativo de la economía. La creación endógena del dinero es un requisito para que el principio de la demanda efectiva se mantenga activo en la economía. Sólo esta forma de dinero (dinero-crédito) permite la generación de ingresos, crecimiento e inversión sin la necesidad de un ahorro previo.

4. Reflexiones finales

Aunque los principios ontológicos y epistemológicos que sustentan a la teoría neoclásica dominante no han cambiado, en absoluto, por más de un siglo, sorprende observar que este paradigma se encuentre dominando por completo las discusiones económicas de los distintos círculos institucionales, gubernamentales y académicos a nivel global. Pareciera que el eslogan “no hay alternativa”, atribuido a Margaret Thatcher en la década de los ochenta del siglo XX ha dejado una profunda huella no sólo en el actual establishment sino también en la presente generación de economistas.

Como consecuencia de esto se han ido perdiendo espacios para la enseñanza plural y el análisis de los paradigmas heterodoxos de la economía. Asimismo, en los programas académicos con las “actualizaciones” de los planes de estudio de la gran mayoría de universidades en el mundo (incluidas las de México) se han ido descartando cursos y temas que, desde el punto de vista del mainstream, no contribuyen más al análisis económico por considerarse obsoletos en su enfoque y carecer de las innovaciones técnicas como el formalismo matemático, el énfasis en el mecanismo de mercado, el equilibrio general dinámico, los micros fundamentos y demás.

Sin embargo, destacamos que el problema, en sí, no es la existencia de una visión dominante en la economía. Más bien, el inconveniente se encuentra en el hecho de que se ha dogmatizado una perspectiva equivocada del mundo económico. Fundamentalmente, porque el marco de referencia conceptual que se utiliza en la disciplina, tanto para el estudio de las modernas economías de crédito e innovación financiera, como para las distintas recomendaciones de política económica, corresponde a una visión con supuestos muy cuestionables y poco realistas, que se aplican a un mundo hipotético distinto al actual. Asimismo, subrayamos el hermetismo e inmutabilidad que tiene este esquema hacia los aportes de escuelas teóricas con una perspectiva del sistema económico diferente. No existe la intención de enseñar una visión alternativa de la economía, ni tampoco la de plantear los límites y alcances del paradigma dominante.

Ante esta situación, las escuelas heterodoxas de la economía, encabezadas por la teoría PK, han tenido importantes desarrollos que han llamado la atención de académicos y estudiantes, sobre todo en Estados Unidos y Europa. Básicamente, por ofrecer enfoques alternativos caracterizados por una aproximación más realista y cercana a las condiciones del capitalismo moderno. Estos progresos se observan principalmente en el campo de la macroeconomía -aunque también destacamos aspectos microeconómicos− en donde a partir de una metodología en común y distinta al individualismo metodológico han generado interesantes teorías como la teoría monetaria del dinero endógeno, la regulacionista, la teoría de la distribución, etcétera. En donde se ofrecen recomendaciones de política económica que contrastan radicalmente con las sugerencias del mainstream.

En concreto, la teoría PK, que sostiene la tesis del dinero endógeno, plantea que en una economía monetaria de producción la moneda no puede agregarse a posteriori. Más bien es creada por los bancos comerciales de manera simultánea al proceso productivo. De ahí que la oferta de dinero es dirigida por la demanda de crédito, y no por las restricciones de la oferta o por la decisión autónoma (exógena al sistema) del banco central. No obstante, debe destacarse que el planteamiento de que la autoridad monetaria no controla la masa de dinero, no significa que esta entidad tiene un rol pasivo en la economía, todo lo contrario, mediante las operaciones de redescuento el banco central otorga respaldo a los créditos concedidos por la banca comercial, garantizando así la liquidez que el sistema necesita.

Con el estudio del enfoque PK del dinero endógeno que admite, de manera natural, la existencia de un sistema bancario que financia a la economía y al mismo tiempo es regulado por la autoridad monetaria, se puede estudiar con más precisión y realismo situaciones como: 1) la economía capitalista actual, ya que sus fundamentos, heredados de los trabajos de Keynes tienen gran pertinencia y vigencia actual; 2) la importancia que tiene el dinero en la producción, en la demanda y el empleo; 3) el comportamiento de la banca comercial ante situaciones como la insolvencia de sus clientes, la incertidumbre y la preferencia por la liquidez de los propios bancos; 4) el papel de las modificaciones en el valor del dinero y su efecto heterogéneo entre los agentes, las transacciones y las deudas; 5) los efectos perjudiciales de la inflación en la sociedad, la distribución del ingreso y la producción; 6) la relación entre la banca central y el sistema bancario privado y 7) el papel del gobierno y la política fiscal en la economía; entre otros temas.

Además de estos ejemplos que se enfocan estrictamente en la teoría monetaria post keynesiana, esta perspectiva heterodoxa de la economía, por medio de las cinco corrientes que la componen, ofrece un amplio abanico de oportunidades de investigación económica que necesitan ser exploradas y puestas sobre la mesa del debate económico. Ya que, al final, lo que se cuestiona no son los objetivos de la política económica, sino los mecanismos y recomendaciones del enfoque dominante que hasta ahora ofrece pocas soluciones a los problemas actuales de la economía.

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1El nuevo consenso macroeconómico de finales de siglo pasado, reúne principios de la síntesis neoclásica, el monetarismo, la nueva macroeconomía clásica, la teoría del ciclo real y los nuevos keynesianos.

2 Jean-François Ponsot (2017) sitúa la génesis de los PK unos años antes, en la década de los treinta, después de la publicación del Treatise of money en 1930. En donde un grupo de jóvenes economistas de Cambridge, cercanos a Keynes, comenzaron a reunirse para leer y comentar esta obra e hicieron comentarios útiles a este autor, que servirían para forjar sus ideas expresadas en la Teoría General. De hecho, Keynes hace muchas referencias a su Treatise of money en la TG. Por ejemplo, en el prefacio (1936/2003, pág. 17) menciona que la publicación de 1930 fue el fundamento de su obra magna y que hay una relación de evolución teórica entre ambas. Otro ejemplo está en el libro II, capitulo seis, cuando expone la diferencia entre ingreso e ingreso neto (1936/2003, pág. 84) y menciona que las definiciones del Treatise of money, son casos especiales.

3Se toma como referencia a Lavoie (2005, 2005ª, 2007), Hein (2014) y Ponsot (2017).

4De acuerdo con Ponsot (2017), este vínculo institucional post keynesiano se fundamenta en los trabajos de cartalistas de inicios del siglo XX (principalmente en Knapp e Innes), en la teoría de la finanza funcional de Abba Lerner y en Hyman Minsky.

5Curiosamente, en términos teóricos se preconiza la intervención mínima o nula del Estado en la economía, pero en la realidad se observa que hoy más que nunca, se promueve una intervención del Estado en pro de los mercados.

6Como ejemplo de esto, destacamos la siguiente observación de Palley (2000): Desde 1970, el mundo ha presenciado 69 crisis bancarias. Desde 1975 han sucedido 87 crisis cambiarias que han reducido el valor de la moneda de los países en al menos 25%. En la mayoría de los casos, las crisis financieras han tenido costos importantes en términos de crecimiento económico.

7Las referencias para este desarrollo son: Arestis, Dumm y Sawyer (1999), Lavoie (2005, 2005ª, 2007), Hein (2014) y Ponsot (2017).

8Algunas escuelas de la corriente neoclásica como la nueva macroeconomía clásica, la nueva economía keynesiana y el consenso macroeconómico de los noventa, reconocen la influencia de la demanda en el corto plazo. Sin embargo, principalmente por la neutralidad del dinero, lo que determina el nivel de producto en el largo plazo son los factores de oferta (Lucas, 1972). En esta misma lógica del marco temporal de la demanda, Lavoie (2005) señala, por ejemplo, que los marxistas admiten que la demanda global regula la producción y la renta, pero sólo en el corto plazo.

9De acuerdo con Clarida, Galí y Gertler (1999) desde finales de los años noventa del siglo XX el calificativo de nuevo consenso macroeconómico hace referencia a la importancia que ha retomado en los círculos académicos, políticos y gubernamentales el uso de la política monetaria y su instrumento como principal mecanismo de estabilización macroeconómica. Teóricamente, este consenso, representado en el modelo de tres ecuaciones (IS-PC-MR), se sustenta en la nueva economía keynesiana, que incorpora el principio de las expectativas racionales en el equilibrio general dinámico estocástico (DSGEM), en los fundamentos microeconómicos de la nueva macroeconomía clásica, en la tasa natural y en el ingrediente particular de las rigideces nominales y reales como causa de los desequilibrios macroeconómicos de corto plazo. Lo que asegura que, en largo plazo, cuando la política monetaria y su instrumento surten efecto la economía tiende hacia su "tasa natural", determinada únicamente por factores de la oferta de la economía. Una característica de estos modelos de origen neoclásico es que el dinero es un elemento neutral, que no juega ningún papel más que el de proporcionar una unidad de cuenta (véase Woodford, 2007; Walsh, 2010: 33).

10Las propiedades del dinero que lo hacen no neutral son: la elasticidad de producción y la elasticidad de sustitución, igual a cero (Davidson, 2006). La primera, la elasticidad de producción, significa que, cuando aumenta la demanda de dinero (liquidez), las firmas no pueden contratar más trabajo para producir más dinero y responder a esta modificación en la demanda de un bien no reproducible (en el sector privado). En cambio, la elasticidad de sustitución del dinero igual a cero garantiza que la parte de la renta no gastada en bienes de consumo es congelada en la demanda de activos no reproducibles. Esta última propiedad del dinero da origen a su demanda por los motivos: transacción, precaución- especulación y financiero.

11En la economía neoclásica la producción surge en el sector real a partir de la condición anticipada (S=I), no hay posibilidad de que el dinero y el crédito intervengan en esta decisión, y aunque no hay un sistema bancario explícito -por la cuestión de la dicotomía y el supuesto de los intercambios centralizados-, se asume que la maquinaria económica se pone en marcha (inversión) exclusivamente con fondos procedentes del ahorro (ingreso no gastado), que se encuentran previamente en manos de los bancos comerciales. De ninguna otra manera los bancos podrían conceder crédito, pues la falta de ahorro restringe cualquier forma de liquidez en la economía. Por lo tanto, en el mundo neoclásico ortodoxo la inversión y la producción se encuentran limitadas por el ahorro bancario.

Recibido: 13 de Octubre de 2018; Aprobado: 11 de Febrero de 2019

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