SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.8 número16Redes de Cooperación de Cuerpos Académicos de una Universidad Pública de MéxicoCrisis económica y Estado de bienestar, estudio exploratorio en Cádiz, España índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Política, globalidad y ciudadanía

versión On-line ISSN 2395-8448

Polít. globalidad. ciudad. vol.8 no.16 Monterrey jul./dic. 2022  Epub 06-Oct-2023

https://doi.org/10.29105/pgc8.16-5 

Artículos

El lujo del alcohol: la oportunidad del sector en países emergentes

The luxury of alcohol: the opportunity of the sector in emerging countries

Gabriela Mata Sánchez1  , Coordinadora Académica del programa de Doctorado en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia
http://orcid.org/0000-0003-0590-0174

1 Doctora en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Coordinadora Académica del programa de Doctorado en Relaciones Internacionales, Negocios y Diplomacia de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México. Correo: gmatas@uanl.edu.mx


RESUMEN

En las últimas décadas, las potencias emergentes no sólo han sido objeto de estudio de diversas disciplinas académicas, sino también de deseo de empresas que buscan incrementar sus ventas en nuevos mercados con gran poder adquisitivo. La venta de bebidas alcohólicas es un ejemplo. El consumo de alcohol ha crecido en países emergentes al mismo tiempo que mejora la calidad de vida de sus habitantes, tendencia que es distinta en los países desarrollados. El objetivo del artículo es explorar la relación entre el consumo del alcohol y el índice de desarrollo humano -IDH en los países del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y comparar dicha tendencia con las economías desarrolladas. La metodología utilizada fue cuantitativa, basada en la construcción de una base de datos con información del 2000 al 2015, obtenidos del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, así como en la realización de pruebas de correlación de Pearson y regresiones lineales. Los resultados obtenidos mostraron que existe una correlación entre estos indicadores en ambos grupos de países, y que, al compararlos, las tendencias son inversas, comprobando la influencia del desarrollo económico en el incremento de consumo de alcohol en países emergentes.

Palabras claves: BRICS; consumo de alcohol; desarrollo económico; desarrollo humano; IDH.

ABSTRACT

In recent decades, the emerging powers have not only been the subject of study in various academic disciplines, but also of desire of companies seeking to increase their sales in new markets with great purchasing power. The sale of alcoholic beverages is an example. Alcohol consumption has grown in emerging countries while improving the quality of life of its inhabitants, a trend that is different in developed countries. The object of this article is to explore the relationship between alcohol consumption and the human development index -HDI in the countries (Brazil, Russia, India, China, and South Africa) and compare this trend with developed economies. The methodology used was quantitative, based on the construction of a data base with information from 2000 and 2005, obtained from the World Bank, the World Health Organization, and the United Nations Development Programme, as well as conducting Pearson correlation test and linear regressing. The results showed that there is a correlation between these indicators in both groups of the countries, and that, when comparing, the trends were inverse, proving the influence of economic development on the increase in alcohol consumption in emerging countries.

Keywords: BRICS; alcohol consumption; economic development; human development; HDI

INTRODUCCIÓN

Los países emergentes son mercados gigantes que están a muy pocas décadas de convertirse en las principales economías del mundo. Sus indicadores macroeconómicos han tenido crecimientos constantes en los últimos años y la calidad de vida de sus poblaciones incrementa conforme tienen acceso a mejores servicios, lo que se demuestra con el notable incremento en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las economías emergentes. A medida que la capacidad adquisitiva de las personas en estos países va creciendo, se convierten en mercados atractivos para todo tipo de industria, pero el comportamiento de los consumidores no es necesariamente el mismo que el de los mercados de los países que se consideran como desarrollados, específicamente en el consumo de productos agroindustriales. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), ha identificado tendencias específicas en los países emergentes que indican un mayor consumo de bienes agroindustriales que se consideran de lujo, lo que abre una oportunidad para los países que exportan bienes de este tipo con valor agregado (Henson y Cranfield, 2013).

Como ejemplo de lo anterior, el incremento en el consumo de alcohol - cerveza, vinos y bebidas espirituosas - es también un fenómeno que sucede en este grupo de países al mismo tiempo que las transformaciones socioeconómicas. La Organización Mundial de la Salud ha señalado que dicho incremento se debe a algunos factores determinantes, siendo el acelerado desarrollo económico el más relevante. Sin embargo, esta tendencia se muestra contraria en los países europeos que forman parte de las economías más grandes del mundo, de acuerdo con el Banco Mundial, y que tienen los niveles de vida más altos. En dichos países, la tendencia es que hay un decremento en el consumo del alcohol. Por lo tanto, la relación que el incremento en el Índice de Desarrollo Humano con el consumo del alcohol en los países emergentes no es igual que en las economías desarrolladas (Organización Mundial de la Salud, 2018).

Por lo tanto, el presente artículo tiene el objetivo explorar la relación existente entre el consumo del alcohol y el índice de desarrollo humano (IDH) en las economías más grandes de acuerdo con el Banco Mundial y en los países que conforman el denominado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, considerados todos como economías emergentes), y demostrar que la tendencia es contraria en cada grupo. Al momento de la realización de este artículo, se encontraron estudios que relacionan el consumo del alcohol con indicadores macroeconómicos, sin embargo, no se encontraron estudios que relacionen el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de los países emergentes con los patrones de consumo de productos de alto valor agregado (como es el caso de cerveza, vinos y bebidas espirituosas).

Con esta perspectiva, el estudio de estos factores (IDH y consumo de alcohol) y su relación aporta una perspectiva para vislumbrar las diferencias entre el comportamiento de los mercados que conforman los grupos de países estudiados y abona al conocimiento sobre las tendencias en el consumo de bebidas alcohólicas y su relación con el incremento de la calidad de vida. La razón por la que fueron elegidos ambos grupos de países radica en el hecho de que tanto el BRICS como las economías más grandes (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) concentran la mayor parte de la población mundial y tienen una gran participación en el comercio internacional. Tan sólo el BRICS concentra alrededor del 40% de la economía mundial y también el 40% de la población global (Instituto de Comercio Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, 2018).

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2015a), el Índice de Desarrollo Humano -IDH es una medida que resume los logros promedio en las dimensiones clave del desarrollo humano: una vida larga y saludable, la cual se obtiene de los indicadores de la esperanza de vida al nacer, acceso al conocimiento - medido calculando la tasa de alfabetización de adultos combinada con la tasa total de escolarización en educación primaria, secundaria y terciaria - y un nivel de vida digno medido por el producto interno bruto (PIB) per cápita, expresado a través de la paridad del poder adquisitivo (PPA) en dólares. Está compuesto por tres índices. El primero es el Índice de Salud, que se mide mediante el indicador de la esperanza de vida. El segundo de ellos, el Índice de Educación, se obtiene mediante la escolaridad esperada y los años de escolaridad promedio para personas menores y mayores de 25 años. El tercero es el Índice de Ingreso se mide mediante el Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita y el Poder de Paridad de Compra (PPC). Los logros de desarrollo en los países de la región se monitorean anualmente y explican una parte de los fenómenos sociales que afectan a la población de referencia.

En vista de lo anterior, puede decirse que el desarrollo humano es un enfoque amplio que se refiere al desarrollo de las personas a través la creación de capacidades humanas mediante la mejora de sus vidas mediante su participación activa en los procesos que las determinan. El rango en el que se mide es de 0 a 1. Para ello, se divide a todos los países en cuatro grupos de igual tamaño (cuartiles) y se les asigna una categoría de desarrollo (muy alto, alto, medio y bajo) (PNUD, 2015b).

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2014) define el consumo de alcohol per cápita como la cantidad total de alcohol consumido por adulto (más de 15 años) durante un año, en litros de alcohol puro. El consumo registrado de alcohol se refiere a las estadísticas oficiales (producción, importación, exportación y ventas o datos impositivos), mientras que el consumo de alcohol no registrado se refiere al alcohol que no está sujeto a impuestos y está fuera del sistema habitual de control gubernamental.

BRICS y su inserción en el mercado global

El grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) representa el grupo de las economías emergentes más grande. De hecho, juntos representan más de un quinto de la economía global, y alrededor de un 30% del territorio mundial (Li y Marsh, 2016). Por ello, el grupo es atractivo para las grandes empresas multinacionales, tanto para introducir sus productos como para realizar inversiones directas. Asimismo, el bloque representa el 42% de la población mundial y el 20% del PIB global (Banco para el Nuevo Desarrollo, 2019; Banco Mundial, 2019).

Originalmente, en 2001, el acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) fue utilizado por el economista Jim O’Neill, al considerarlos como aquellos países con mayor expectativa de crecimiento. Este término fue incorporándose en los análisis económico, financiero, comercial y académico, entre otros. En 2011, Sudáfrica se convirtió en un estado miembro, lo que obligó a cambiar el acrónimo de BRIC a BRICS. Este grupo de países ha permitido la intensificación de las relaciones entre los Estados miembros a través de cumbres que se han realizado desde 2009, en las cuales tratan temas económicos, financieros y de política internacional (Vieira de Jesús, 2014).

Asimismo, desde su formación en los años 90, el bloque ha buscado incrementar su poder en el ámbito internacional a través de negociaciones y participaciones colectivas para defender sus intereses frente a grandes potencias, crearon el Banco para el Nuevo Desarrollo (NDB, por sus siglas en inglés) para apoyar proyectos de infraestructura y desarrollo sustentable de los países que lo conforman y de otras economías emergentes, y la mayoría de ellos ha auspiciado grandes eventos deportivos (Olimpiadas o Mundiales de Fútbol), con el propósito de proyectar una imagen de modernidad y de crecimiento económico (Li y Marsh, 2016).

Tendencias del sector agroindustrial

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura - FAO (2013) identifica cuatro metatendencias en el sector agroindustrial que han influido en su desarrollo, tanto a nivel nacional como internacional, las cuales influyen directamente en la forma en que este sector se estructura y opera en el largo plazo (Henson y Cranfield, 2013). La primera metatendencia es el cambio en los patrones de consumo de los alimentos, el cual está directamente relacionado con el aumento de ingresos y de la población. Dicho cambio en el consumo radica en la sustitución de las féculas por carnes, productos lácteos, frutas y hortalizas, aceites y granos procesados. Los cambios mencionados representan una gran oportunidad para la exportación de productos de mayor valor.

De igual manera, el aumento de la demanda de los productos agroalimentarios altamente procesados y de mayor valor obedece también a una segunda metatendencia, que es el aumento de la urbanización, la participación de las mujeres en el trabajo y el incremento en el uso de electrodomésticos. La tercera metatendencia se refiere al cambio en el sistema económico internacional a finales de los 90, el cual impulsó a las agroindustrias a funcionar en un mercado libre y a enfocarse en el sector privado, estimulando oportunidades para la inversión privada en el sector y reduciendo costos de los flujos transfronterizos de bienes y capital.

Por último, la cuarta metatendencia es el avance de las tecnologías, principalmente en el ámbito de la Biotecnología, sin embargo, su aprovechamiento depende del acceso oportuno que las empresas agroindustriales tengan a dichos avances. Esta tendencia es particularmente importante, pues los mercados de los países industrializados están también exigiendo mayores garantías en calidad e inocuidad de los productos del sector (Henson y Cranfield, 2013).

Debido a lo anterior, la demanda de productos agrícolas se mantendrá firme a lo largo del periodo 2014-2023, según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aunque con una tasa de crecimiento más lenta en comparación con la década pasada. Las economías asiáticas en rápido crecimiento serán las que representen la mayor parte del consumo adicional; tan solo entre 1970 y 2003, el consumo de alcohol per cápita en la región asiática aumentó un 471.4%. Mientras, las regiones de América del Norte y Europa tendrán una disminución en sus niveles saturados de consumo de alimentos per cápita, que se relaciona con la disminución de las tasas de crecimiento de la población (OCDE-FAO, 2014).

Así, estas mismas proyecciones confirman las metatendecias antes mencionadas, pues además de aumentar los niveles de consumo, los ingresos crecientes y la urbanización también dan lugar a cambios de hábitos de vida y estructura de dietas, por lo general de una dieta tradicional a base de cereales a una diversificada más rica en proteínas. El consumo también tiende a los alimentos procesados y preparados, lo que amplía el diferencial entre los precios al productor y los precios minoristas de artículos alimenticios. La expansión del sector ganadero altera la demanda de cultivos, lo que resulta en una participación cada vez menor de los cultivos de alimentos puros en favor de cultivos como cereales secundarios y semillas oleaginosas, con que también se alimenta al ganado. El comercio internacional y las comunicaciones están acelerando los cambios en la demanda, lo que conlleva la convergencia de patrones dietéticos y un creciente interés en comidas étnicas de lugares geográficos específicos.

Factores del incremento del consumo de alcohol a nivel mundial

Son múltiples los factores que se asocian a los incrementos del consumo de alcohol de los individuos, y estos pueden ir desde los socioeconómicos hasta los personales. Factores como el desarrollo económico, la cultura, la disponibilidad de las bebidas alcohólicas y el nivel de políticas en torno al consumo del alcohol son factores relevantes para explicar los patrones de consumo de una sociedad (Organización Mundial de la Salud, 2014).

Por un lado, la edad y el género se encuentran entre los factores que la OMS considera. Iniciar el consumo del alcohol en la adolescencia conlleva a más riesgos de salud; aunque hoy está comprobado que el consumo del alcohol en los hombres es el principal riesgo de salud para los hombres entre 15 y 59 años, existe cada vez más evidencia de que las mujeres han incrementado su consumo en los últimos años, a la par con el desarrollo económico y con el cambio en los roles de género en el mundo.

Sin embargo, el factor más importante de vulnerabilidad social que la OMS identifica relacionado con el consumo de alcohol es el desarrollo económico. Una mayor riqueza económica está ampliamente asociada con niveles más altos de consumo y menores tasas de abstención. Algunos estudios etnográficos muestran cómo el desarrollo económico transforma una economía con mucho flujo de efectivo, situación que es aprovechada por las corporaciones de bebidas alcohólicas, pues su producto toma su lugar como una mercancía, se comercializa, y se vuelve más disponible (Schmidt y Room, 2012). Adicionalmente, el surgimiento de nuevas élites y clases medias conllevan mayor acceso a productos extranjeros, los cuales son percibidos por estos nuevos grupos como un símbolo de modernidad y de identidad cosmopolita, por lo que se convierten en sinónimos de estatus social (Schmidt y Room, 2012).

Además, en un artículo publicado por la revista Salud Mental (Salazar et. al, 2014) que compara el Índice de Desarrollo Humano con el consumo de drogas, se encontró que existe una correlación aparente entre ambos indicadores, aunque afirman que no existen suficientes estudios a fondo. Dentro de sus conclusiones, mencionan que a medida que los países se desarrollan y aumenta el poder económico social, los gobiernos enfrentan nuevos desafíos sociales y de salud pública, entre ellos el consumo de drogas. Una posible explicación para el mayor consumo de drogas en los países con IDH alto podría estar relacionada con la percepción del acceso a las drogas, que también se ha demostrado que desempeña un papel como un predictor de su consumo.

Por otro lado, de acuerdo con la OMS (2014), la tendencia a nivel mundial en el consumo de alcohol entre el 2006 y el 2010 fue ascendente, con China e India como los países que la lideran, lo que está potencialmente ligado al marketing de la industria del alcohol y al desarrollo económico de estos países. En las regiones de África, Europa y América el consumo es estable, aunque es de notarse que algunos países de las regiones de Europa y África han reportado descensos importantes en el consumo.

Medidas tomadas por países para reducir el consumo del alcohol

En 2010, la OMS lanzó una Estrategia Global para la reducción del consumo dañino del alcohol, en donde se delinearon recomendaciones para que los países trabajaran en torno a políticas que atendieran el tema desde distintos frentes. En 2012 se realizó una encuesta global respecto a dos indicadores: el desarrollo de políticas nacionales sobre alcohol y la realización de actividades de concientización.

De acuerdo con este estudio, la OMS encontró que 66 de los Estados miembros tenían ya políticas escritas para el control del consumo del alcohol. Alrededor del 64% de estos países pertenecían a la región europea. Algunos ejemplos de esta región destacados en el Informe de la OMS sobre este estudio son el Reino Unido y Bielorrusia. Se menciona también el caso de Sudáfrica, en donde en 2010 se estableció un Comité Inter-ministerial para reducir los daños ocasionados por el consumo de alcohol.

Asimismo, dicho estudio también incluyó datos sobre cómo se percibe el nivel de implementación de las políticas sobre el máximo de alcohol permitido en la sangre para conductores de automóviles, en donde se muestra que es la región europea occidental la que mayores controles tiene en este sentido. De 169 países, 138 reportaron al menos una actividad de este tipo. El impacto de las políticas sobre el alcohol está bien estudiado en varios países de altos ingresos, donde, por ejemplo, el límite de la disponibilidad física de bebidas alcohólicas y los altos precios son herramientas bien establecidas que se utilizan para reducir el consumo de alcohol y prevenir el daño relacionado con su consumo. Por el contrario, dicha investigación es escasa en entornos de países en vías de desarrollo, y varios estudios centrados en los BRICS sugieren que estos países necesitan tomar mayores acciones políticas para abordar el consumo de alcohol y sus consecuencias en la salud de la población. Esto también se destaca en la estrategia global de la OMS para reducir el uso nocivo del alcohol donde se insta a la acción con respecto a, por ejemplo, políticas de conducción de bebidas y contramedidas; disponibilidad de alcohol y políticas de precios (Rabiee et. al., 2017).

De igual manera, en 2011, los BRICS lanzaron el diálogo sobre salud y su participación en el discurso sobre la implementación de políticas de salubridad ha estado creciendo constantemente, sin embargo, a pesar de ello, el número de compromisos concretos realizados por los líderes en sus cumbres sigue siendo bajo. En Sanya, se comprometieron a fortalecer su diálogo y cooperación sobre salud pública En Delhi, hicieron otro compromiso y ordenaron a sus ministros de salud que abordaran los problemas del acceso universal a los servicios de salud, acceso a tecnologías sanitarias, medicamentos, costos crecientes y la carga creciente de enfermedades transmisibles y no transmisibles, que describieron como comunes desafíos. Sin embargo, estos compromisos representan menos del 2% de los compromisos totales que han hecho, pues en general se concentran en otras áreas, como el desarrollo y la cooperación internacional (Larinova et. al., 2014).

MÉTODO

Para la realización de este estudio, se conformó una base de datos con información del Banco Mundial (BM), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de los años 2000 al 2015. Dicha información se procesó a través del programa SPSS, con el objetivo de verificar la relación y nivel de significancia entre los indicadores antes mencionados, utilizando la correlación de Pearson y la regresión lineal simple. La variable dependiente es el incremento en el consumo del alcohol y la independiente es el Índice de Desarrollo Humano. Asimismo, se realizó una Prueba T para dos muestras independientes, con el objetivo de determinar si existen diferencias significativas en ambos grupos (OMS, 2018).

Para tal efecto, los países seleccionados fueron divididos en dos grandes grupos: BRICS y economías más grandes de acuerdo con el Banco Mundial, excluyendo de estas últimas a los países que también forman parte del primer grupo. De esta manera, dentro del grupo de economías más grandes quedaron Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá. Por lo tanto, el análisis incluye un total de 12 países. La división en los dos grupos antes mencionados permitió observar cómo han cambiado los patrones de consumo de cada uno de ellos, especialmente de BRICS, que está conformado por las potencias emergentes.

RESULTADOS

El IDH y el consumo de alcohol acumulados entre ambos grupos de países muestran marcadas diferencias. Mientras que el promedio de IDH de las economías más grandes es considerado como muy alto (.8864), el promedio de IDH del BRICS está en un nivel medio (.6684). Asimismo, el consumo de alcohol per cápita por año en ambos grupos presenta una diferencia de más 3 litros; mientras que, en las economías más grandes, la media es de 9.7042 litros, en los países del BRICS la media es de 6.4108 (Ver Tabla 1).

La prueba T (tablas 2 y 3) realizada a ambos grupos, utilizando ambas variables, confirma que existen diferencias significativas en las medias de los dos grupos (economías más grandes y BRICS) tanto en el consumo de alcohol per cápita como en el IDH.

Mientras que, en el grupo de las economías más grandes, el indicador del IDH es similar para todas (entre 8.6 y 9), hay más heterogeneidad en el grupo BRICS. Las puntuaciones de Rusia, Brasil y China se encuentran entre el 0.7 y el 0.79, lo que los coloca en el cuartil de categoría alta, mientras que India y Sudáfrica, cuyas puntuaciones se encuentran entre el 0.6 y 0.69, están en el cuartil de la categoría media (Ver Tabla 4).

Por otro lado, el mayor consumo de alcohol per cápita se concentra en los países europeos, con Francia como el primero de ellos, seguido de Alemania, Reino Unido y Rusia. El menor consumo, con gran diferencia, se encuentra en India, seguido de China y Brasil. Es de notarse que la media de consumo de India es menor a 2 litros de alcohol puro per cápita por año, es decir, más de 10 litros de diferencia con las economías europeas (Ver Tabla 4).

Tabla 1  Medias de descriptivos por grupo de países 

Medias Consumo de alcohol per cápita IDH
Media BRICS 6.4108 0.6684
Media Economías más grandes 9.7042 0.8864

Fuente: elaboración propia. Datos procesados en programa SPSS, con información de PNUD, BM y OMS (2020).

Tabla 2 Prueba T para igualdad de muestras en consumo de alcohol per cápita 

Consumo Descripción t gl Sig. (bilateral) Diferencia de medias Error típ. de la diferencia
Consumo de alcohol Se han asumido varianzas iguales -20.43 27 0 -3.29362 0.16118
Consumo de alcohol No se han asumido varianzas iguales -20.57 26.62 0 -3.29362 0.16009

Fuente: elaboración propia en programa SPSS (2020).

Prueba T para igualdad de muestras en IDH 

IDH Descripción T gl Sig. (bilateral) Diferencia de medias Error típ. de la diferencia
IDH Se han asumido varianzas iguales -24.19 30 0 -0.21813 0.00902
IDH No se han asumido varianzas iguales -24.19 22.14 0 -0.21813 0.00902

Fuente: elaboración propia en programa SPSS (2020).

Tabla 4 Estadísticos descriptivos del IDH y consumo de alcohol por país 

País Media IDH Media Consumo de alcohol per cápita en litros
EUA 0.903563 8.576667
China 0.669938 4.182
Japón 0.87975 7.614286
Alemania 0.898938 11.628667
Reino Unido 0.891 11.13125
Francia 0.873875 12.404667
India 0.557937 1.942
Italia 0.862063 8.266667
Brasil 0.715 7.213333
Canadá 0.895688 8.078571
Rusia 0.768125 11.128
Sudáfrica 0.631 7.575625

Fuente: elaboración propia. Datos procesados en programa SPSS, con información de PNUD, BM y OMS (2020).

Asimismo, las gráficas 1 y 2 muestran la evolución de ambos indicadores en los grupos de países, en su conjunto. Mientras que el indicador del IDH muestra un incremento tanto en las economías más grandes como en el grupo BRICS, el consumo de alcohol per cápita no sigue la misma tendencia en ambos grupos, es decir, que mientras en el grupo de las economías más grandes el consumo va decayendo, en el grupo BRICS el consumo incrementa.

Con respecto a la relación de las variables del consumo de alcohol (como variable dependiente) y el IDH (como variable independiente), al analizar los indicadores aglomerados por grupos, se encontró que en los países denominados BRICS el incremento en el consumo de alcohol está asociado con el incremento de su Índice de Desarrollo Humano. En el caso de la relación entre el consumo de alcohol y el IDH, la correlación de Pearson es positiva (.913) al nivel 0,01 (ver tabla 5). Este resultado va en línea con lo que la OMS (2014) y Villatoro Velázquez et. Al. (2014) afirman con respecto a la relación del incremento del desarrollo económico con el consumo de alcohol y otras drogas.

Por otro lado, en el caso de los países que conforman el grupo de las economías más grandes en este estudio, el decremento del consumo del alcohol está relacionado de manera significativa con el incremento del IDH. Los resultados muestran una correlación de Pearson negativa y significativa (-.931) a nivel 0,01 (tabla 5).

De igual manera, las pruebas de regresión lineal mostraron que en el caso de los países que conforman el grupo BRICS, el consumo de alcohol tiene una fuerte relación con el incremento del IDH. El modelo de regresión lineal incluyó las variables correspondientes al Consumo de Alcohol y el IDH de los BRICS. La variable IDH relaciona el incremento del consumo de alcohol en este grupo de países (β=.873 p<.05) (ver tabla 5).

Mientras, en el grupo de las economías más grandes, los resultados fueron inversos a los resultados del grupo BRICS. En este caso, la variable IDH tiene una fuerte relación con el decremento del consumo de alcohol en este grupo de países (β=-.779 p<.05).

Tabla 5 Resumen de significancias de correlación y regresiones 

Grupo de países Correlación de Pearson Regresión lineal simple
. Sig. Beta Sig.
Economías más grandes -.931** -0.779 .000***
BRICS .913** 0.873 .000***

Fuente: Elaboración propia (2020). Fuente: elaboración propia. Nota: Datos procesados en programa SPSS. **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *** Los resultados fueron estadísticamente significativos en un nivel de confianza del p<.001

Resultados por país

La tabla 6 resume los resultados por país, en donde se muestran las significancias de las pruebas realizadas con los datos de cada uno. El único país que no mostró tener una relación significativa entre el consumo de alcohol per cápita y el incremento del Índice de Desarrollo Humano fue Reino Unido. Las gráficas 3 y 4 expresan la evolución del IDH y del consumo de alcohol por país del grupo de economías más grandes, mientras que las gráficas 5 y 6 muestran la evolución de estos indicadores en el grupo BRICS.

Tabla 6 Resumen de significancias de pruebas de correlación y regresión lineal 

País Correlación de Pearson. Sig. Regresión lineal simple. Sig.
EUA .931** .000***
Japón -.639* .014*
Alemania -.970** .000***
Reino Unido -0.369 0.16
Francia -.977** .000***
Italia -.941** .000***
Canadá .823** .000***
Brasil .646* .009**
India .957** .000***
China .927** .000***
Rusia 0.97 0.97
Sudáfrica 0.266 0.266

Fuente: Elaboración propia (2020). Nota: Los resultados fueron estadísticamente significativos en un nivel de confianza del *p<.05, **p<.01, ***p<.001. Datos procesados en programa SPSS.

Mientras que el incremento del IDH en los países del grupo de las economías más grandes es similar, el indicador del consumo de alcohol per cápita sí muestra diferencias. Francia, Alemania e Italia son los países que más han reducido el consumo de alcohol per cápita. Con respecto al BRICS, todos los países muestran también una evolución similar en el incremento del IDH, en el sentido de que en todos ha incrementado de forma sostenida durante los años que cubre el estudio (gráfica 5).

Sin embargo, en el indicador del consumo de alcohol, las tendencias varían por cada país. Mientras que en Rusia y Sudáfrica la evolución parece haberse mantenido constante en el periodo de tiempo analizado, China e India, y Brasil en menor medida, sí muestran un importante incremento, aunque no llegan aún al nivel de consumo que muestran los países europeos (gráfica 6).

Por otro lado, Estados Unidos es uno de los dos países del grupo de las economías más grandes que muestra una correlación de Pearson positiva y significativa entre el consumo del alcohol y el Índice de Desarrollo Humano. La correlación entre el consumo y el IDH es de .931, lo que significa que el consumo del alcohol está asociado al incremento del IDH. Aunque con algunos retrocesos, en general puede verse que el consumo de alcohol ha incrementado al igual que el IDH. Asimismo, las regresiones lineales confirman esta tendencia.

Sin embargo, el caso de Japón es completamente opuesto al caso de Estados Unidos. De acuerdo con los resultados, la correlación entre el consumo del alcohol y el IDH es significativa y negativa. La correlación entre el consumo del alcohol y el IDH es de -.639. Esto significa que el incremento en el consumo del alcohol está asociado de manera inversa al incremento de Índice de Desarrollo (es una asociación negativa). Las regresiones lineales confirman también esta tendencia (p<.05).

Por otra parte, la correlación entre el consumo de alcohol en Alemania y el IDH es fuertemente significativa de manera negativa (-.970), lo que significa que el incremento del consumo en este país está asociado de forma inversa al incremento del IDH. Como puede observarse, hay una clara descendencia en el consumo de alcohol, contrario a lo que se observa en el IDH, que ha ido incrementando notoriamente. La relación inversa de ambas variables se muestra también significativa en los resultados de las regresiones.

De igual manera, Francia muestra una fuerte correlación negativa entre el consumo de alcohol y el IDH (-977), lo cual significa que el crecimiento de uno está asociado de forma inversa al otro. Igualmente, muestra una fuerte correlación significativa y negativa entre el consumo del alcohol y el IDH. En este caso, el consumo de alcohol ha ido decreciendo gradualmente, mientras que el IDH ha ido incrementando en el mismo periodo. Los resultados se confirman con los resultados de la significancia en las regresiones lineales.

El caso de Italia es similar al de Francia, existe una fuerte correlación negativa entre el consumo de alcohol y el IDH (-.941). Esto significa que el incremento del consumo de alcohol está asociado de forma inversa al IDH. El consumo de alcohol ha ido decreciendo en el mismo periodo en el que el IDH ha ido incrementando.

En el caso de Canadá, se encontró una correlación significativa y positiva entre el incremento del consumo de alcohol y el del IDH. La correlación positiva indica que el incremento en ambas variables está asociado. Como puede observarse, el consumo del alcohol en general ha incrementado, teniendo sus picos más altos entre 2008 y 2009, al mismo tiempo que el IDH ha ido incrementando cada año.

Del análisis por país en el caso de los BRICS, ni Rusia ni Sudáfrica presentaron correlaciones de ningún tipo entre los indicadores. Brasil muestra una correlación significativa y positiva entre el consumo del alcohol y el IDH, lo cual implica que el IDH y el consumo han aumentado de manera paralela. Aunque el consumo del alcohol ha presentado diversas variaciones en el periodo seleccionado, puede observarse que ha aumentado ligeramente. En el caso del IDH se ve un crecimiento sostenido a lo largo de los años.

Al igual que Brasil, en el caso de India se muestra una correlación significativa y positiva entre el consumo de alcohol y el IDH. Como puede observarse, el consumo del alcohol ha tenido un incremento considerable, en comparación con el incremento de IDH, que ha sido moderado y constante.

Por otro lado, China muestra una asociación significativa entre el consumo del alcohol y el IDH. La correlación entre el consumo y el IDH es significativa y positiva al nivel 0,01 (.927). Estos datos implican que el consumo del alcohol está asociado con el crecimiento del IDH. Las regresiones confirman el resultado.

Discusión

Existe una clara diferencia entre las tendencias del consumo de alcohol en ambos grupos y en la manera en que éstas se relacionan con el Índice de Desarrollo Humano. En el caso de las economías más grandes, la tendencia general es que conforme ha incrementado el Índice de Desarrollo Humano en estos países, ha ido disminuyendo el consumo del alcohol. La tendencia que se presenta en el grupo al computarse los datos se puede explicar por las correlaciones significativas del consumo de alcohol en países como Alemania, Francia e Italia, cuyos indicadores arrastraron al conjunto en general. El resultado de la regresión lineal sugiere la relación significativa entre el incremento en el IDH, y la disminución en el consumo de alcohol.

Ante lo anterior, el decremento del consumo del alcohol en los países europeos pudiera ser explicada por los reportes de la OMS, que indican que los países de esta región han implementado medidas en sus políticas nacionales para controlar dicho consumo. Además, es pertinente recordar que el IDH mide también el acceso a la salud de sus habitantes. Este resultado coincide también con la disminución de las tasas de crecimiento de población, tendencia contraria a la que se presenta en los países que han registrado un rápido crecimiento en su economía. Canadá y Estados Unidos son los países del grupo de economías más grandes que constituyen las marcadas excepciones con respecto a la relación entre el incremento del IDH y el decremento en el consumo de alcohol, pues los resultados de ambas potencias norteamericanas muestran la relación positiva entre ambas variables.

En el caso de los BRICS, al hacer el análisis de las correlaciones y regresiones en conjunto, la tendencia es que el consumo del alcohol está fuertemente relacionado con el incremento del IDH. La tendencia del grupo pudo haber estado marcada por China y por India, dos de los países emergentes con mayor crecimiento económico y poblacional en las últimas décadas. Estos cambios contribuyen a que los consumidores incrementen su interés por adquirir productos de mayor valor, como pueden ser los vinos o las bebidas espirituosas, y se relaciona con las tendencias identificadas por la FAO en el sector agroindustrial con respecto a los patrones de consumo de los habitantes de estos países.

CONCLUSIONES

Las bebidas alcohólicas se encuentran entre los productos del sector agroindustrial cuyo consumo se encuentra en incremento constante en las economías emergentes, tendencia contraria a los países desarrollados, específicamente en Europa. Lo anterior representa, por supuesto, una oportunidad para los productores de este tipo de productos a nivel internacional que deseen incursionar en dichos mercados.

Además, es evidente que la tendencia del consumo de alcohol muestra un incremento significativo en el grupo de los BRICS (en especial en China e India), y un decremento en países como Francia, Alemania e Italia, y que existe una relación significativa entre estas tendencias y la evolución del Índice del Desarrollo Humano. Aunque siguen siendo los países europeos los que más alcohol consumen hoy en día, el rápido incremento del consumo del alcohol en países emergentes supera, por mucho, al de otros países. Como lo indica la FAO, la población de los países emergentes identifica a las bebidas alcohólicas como un producto de valor, de lujo, a lo que su poder adquisitivo les permite acceder.

Estos resultados mencionados coinciden con lo expuesto por la OMS al identificar el desarrollo económico como el factor más importante en el incremento del consumo del alcohol, y con Schmidt y Room (2012), que en sus estudios mostraron la relación de estas mismas variables, y agregaron que el surgimiento de nuevas élites y clases medias conllevan mayor acceso a productos extranjeros que son percibidos como símbolos de estatus social.

Lo anterior representa una oportunidad para todas las empresas productoras de este tipo de productos, particularmente las productoras de productos agroindustriales, pues incluso las dietas de las personas de estos países se han modificado, de tal manera que consumen insumos más elaborados, más caros y más novedosos, siendo el alcohol uno de ellos.

Sin embargo, dicha oportunidad no viene sin sus respectivos problemas para los gobiernos de dichos países. Los resultados también abonan al estudio publicado por Salazar et.al.(2014), donde se encontró que existe una correlación aparente entre el IDH y el consumo de drogas, mencionando que conforme los países se desarrollan y aumenta el poder económico social, los gobiernos enfrentan nuevos desafíos sociales y de salud pública. Por otro lado, los resultados también concuerdan con lo expuesto por la OMS (2014) sobre la tendencia a nivel mundial en el consumo de alcohol entre el 2006 y el 2010 que fue ascendente, con China e India como los países que la lideran.

Aunque el desarrollo económico ha sido señalado como el principal factor del incremento del consumo del alcohol en los países, es necesario considerar que las diferencias en las tendencias en los grupos analizados también pudieran explicarse con las medidas de salud implementadas en los países europeos y la falta de estrategias en los países del BRICS, quienes han enfocado sus esfuerzos en el desarrollo económico, energías, y otros rubros que han permitido incrementar los ingresos de su población.

Por ello, es necesaria también mayor investigación con respecto a las causas y consecuencias o riesgos del rápido incremento del consumo de alcohol en las economías emergentes. En este estudio se comprueba la relación entre los indicadores utilizados, sin embargo, existen otros factores socioeconómicos que impactan la estructura social de los países emergentes ante los fenómenos de la globalización y del rápido crecimiento económico.

Adicionalmente, más investigación desde el punto de vista del comportamiento de los consumidores y sus preferencias arrojaría también mayor luz para comprender las causas de la relación entre las variables aquí estudiadas, especialmente si se realiza de manera comparativa entre consumidores de economías desarrolladas y economías en vías en desarrollo.

REFERENCIAS

Banco Mundial (2019). In 2017, services were the main driver of economic growth in BRICS. http://datatopics.worldbank.org/world-development-indicators/stories/services-drive-economic-growth.htmlLinks ]

Banco para el Nuevo Desarrollo. (2019, Septiembre 1). New Development Bank. https://www.ndb.int/wp-content/uploads/2018/08/factheet-3.jpgLinks ]

Henson, S. y Cranfield, J. (2013). Planteamiento de un caso político para las agroindustrias y agronegocios en los países en desarrollo. En C. Da Silva; D Baker A. Shepherd; C. Jenane; S. da Cruz (ed). Agroindustrias para el desarrollo (p.51-102). FAO. http://www.fao.org/3/i3125s/i3125s.pdfLinks ]

Instituto de Comercio Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores de España -ICEX (2018, agosto). BRICS: cómo esta organización ha cambiado el mundo para mejor. https://www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/todos-nuestros-servicios/informacion-de-mercados/paises/navegacion-principal/noticias/NEW2018795959.html?idPais=ZALinks ]

Larinova, M., Rakhmangulov, M., Sakharov, A. y Shelepov, A. (2014). BRICS: Emergence of Health Agenda. International Organisations Research Journal 9 (4), 73-88. https://ssrn.com/abstract=2542955Links ]

Li, H., y Marsh, L. (2016). Building the BRICS: Media, Nation Branding and Global Citizenship. International Journal of Communication 10(1), 2973 - 2988. [ Links ]

Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos - OCDE y Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO. (2014). Perspectivas agrícolas 2014-2023. OECD Publishing. https://doi.org/10.1787/agr_outlook-2014-es [ Links ]

Organización de las Nacionles Unidas. (2019, septiembre 5). Población. https://www.un.org/es/sections/issues-depth/population/index.htmlLinks ]

Organización Mundial de la Salud - OMS (2014). Global Status report on alcohol and health. OMS. https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/112736/9789240692763_eng.pdf?sequence=1Links ]

Organización Mundial de la Salud. OMS. (2018, Mayo 31). Visualización del Observatorio de Salud Global. OMS. http://apps.who.int/gho/data/node.wrapper.imr?x-id=465Links ]

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2015a). Índice de Desarrollo Humano por entidades federativas, México 2015. PNUD. https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/library/poverty/indice-de-desarrollo-humano-para-las-entidades-federativas--mexi.htmlLinks ]

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD. (2015b). Panorama General. Informa sobre Desarrollo Humano 2015. PNUD. http://hdr.undp.org/sites/default/files/2015_human_development_report_overview_-_es.pdfLinks ]

Rabiee, R., Agardh, E., Coates, M., Allebeck, P. y Danielsson, A.-K. (2017). Alcohol-attributed disease burden and alcohol policies in the BRICS-countries during the years 1990-2013. Journal of Global Health 7(1), 1-8. doi: 10.7189/jogh.07.010404 [ Links ]

Salazar, F., Villatoro, J. A., Oliva, N., Hynes, M., y De Marco, M. (2014). Relationship between human development and drug use. Human development index and drug use. Salud Mental 37(1), 35-39https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58229962005Links ]

Schmidt, L. A. y Room, R. (2012). Alcohol and the process of economic development: contributions from ethnographic research. International Journal of alcohol and Drug Research 1(1), 1-15. doi: 10.7895/ijadr.v1i1.38 [ Links ]

Vieira de Jesús, D. S. (2014). Flexibilidad e independencia: la institucionalización del BRICS 2006-2012. Papel Político 19(1), 303-333. http://www.scielo.org.co/pdf/papel/v19n1/v19n1a13.pdfLinks ]

0Cómo referenciar este artículo: Mata-Sánchez, G. (2022). El lujo del alcohol: la oportunidad del sector en países emergentes. Revista Política, Globalidad y Ciudadanía, 8(16), 87 - 104. https://doi.org/10.29105/pgc8.16-5.

Recibido: 12 de Diciembre de 2021; Revisado: 27 de Diciembre de 2021; Aprobado: 26 de Abril de 2022; Publicado: 01 de Junio de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons