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Cultura y representaciones sociales

versión On-line ISSN 2007-8110

Cultura representaciones soc vol.15 no.29 Ciudad de México sep. 2020  Epub 07-Mar-2022

 

Sección temática (dossier)

Introducción al dossier representaciones sociales e Imaginarios

Martha de Alba

Lidia Girola


Es un placer y un gran honor para las coordinadoras de este dossier y las autoras de la presente introducción que éste se publique en el número conmemorativo de los quince años de aparición de la Revista Cultura y Representaciones Sociales. Para quienes hemos trabajado los temas de imaginarios y representaciones sociales, esta revista significa mucho. Consideramos que es una fuente importante de conocimiento y de inspiración en el campo de las ciencias sociales y de las humanidades, no sólo en el ámbito mexicano, sino también internacional. Felicitamos a quienes fundaron la revista, especialmente al Dr. Gilberto Giménez, y a quienes siguen trabajando arduamente para mantener su calidad.

El dossier que hemos propuesto a la Revista Cultura y Representaciones Sociales rescata los trabajos que formaron parte del simposio Imaginarios y Representaciones Sociales: Reflexiones teóricas, coordinado por las Doctoras Martha de Alba y Lidia Girola, durante el V Coloquio Nacional de Representaciones Sociales,1 organizado por la Red Nacional de Investigadores en Representaciones Sociales (RENIRS).2 Este simposio dio continuidad a la colaboración conjunta emprendida desde hace algunos años (Girola y de Alba 2018; Girola y de Alba, en prensa), como parte de las actividades de la RENIRS y de la Red Iberoamericana de Investigación en Imaginarios y Representaciones (RIIR).3 Integramos también la ponencia magistral de la doctora Denise Jodelet sobre el espíritu del tiempo, en la que argumenta que esta noción abre una veta de análisis y de investigación en torno a las representaciones sociales y los imaginarios en las sociedades contemporáneas. Consideramos que las emociones constituyen una dimensión ineludible de las representaciones sociales y de los imaginarios, por lo que invitamos a la doctora Silvia Gutiérrez para que nos compartiera alguno de sus trabajos sobre el tema. Ella participa también como co-coordinadora de nuestro dossier y forma parte del Comité Editorial de la Revista.

El dossier aborda la relación entre representaciones sociales e imaginarios, la cual tiene una larga historia. Estos conceptos han sido pensados como expresiones simbólicas de los seres humanos y como producciones culturales desde hace mucho tiempo. Sin embargo, las principales teorizaciones sobre ellos se desarrollaron a lo largo del siglo XX, como una necesidad de comprender las formas de pensar, de sentir y de soñar de los individuos y de las colectividades inmersas en el flujo de la modernidad.

Moscovici ha reiterado en diversos textos (1961, 1989, 1993, 2013) que formula su teoría de las representaciones sociales inspirándose en el concepto de representaciones colectivas de Durkheim. En un artículo publicado en 1898, Durkheim trata de hacer una clara distinción entre las representaciones individuales, que propone como objeto de estudio de la naciente psicología científica, y las representaciones colectivas, definidas como ideaciones emanadas de la colectividad, como productos culturales que trascienden a los individuos, y que se instauran como sistemas simbólicos transmitidos de generación en generación en cada sociedad, que serían objeto de estudio de la incipiente sociología. Las representaciones colectivas constituyen el bagaje cultural que se expresa en creencias, leyes y normas sociales, cuyo poder coercitivo pesa sobre los miembros de la sociedad. Constituyen el sistema de clasificación elemental del mundo, basado en la cultura y los afectos, más que en una pura lógica racional (Durkheim y Mauss 1903). Las representaciones colectivas, en tanto que hechos sociales, se estudiarían siguiendo las reglas del método sociológico, propuestas por Durkheim. De acuerdo con Moscovici (1989), la noción durkheimiana de representaciones colectivas sentaría las bases para el estudio del sentido común y las formas de pensamiento de las modernas sociedades de masas. Inspirándose en varios autores, que marcaron su formación en ciencias sociales y filosofía de la ciencia (Durkheim, Lévy-Bruhl, Piaget, Freud, Marx, Merleau-Ponty, Lewin, Koyré, Mach, Pierce, Bartlett, por citar algunos), Moscovici (2013) se aboca a esta labor, y elabora la teoría de las representaciones sociales en el marco de la psicología social de la posguerra.

La expone detalladamente en su obra El Psicoanálisis, su imagen y su público (1961).

La reformulación de la noción de representación, de colectiva a social, significa algo más que un mero cambio de adjetivo (de Alba 2004). Además de ser estudiadas como sistemas de pensamiento colectivo, como productos elaborados por los grupos, Moscovici abre la posibilidad de estudiar las representaciones en los individuos, en tanto que sujetos sociales. El giro de tuerca es importante: con la creciente individualización de la sociedad, frente al debilitamiento de los lazos sociales, a la difuminación de la cultura de masas y la rápida tecnologización de la vida cotidiana, las representaciones sociales son dinámicas, cambiantes y cada vez más “líquidas” (para usar la expresión de Bauman 2000). Ya no podían ser estudiadas como hechos sociales inmutables. Las representaciones son sociales e individuales a la vez, son co-construidas en el diálogo, en la interacción, se nutren de los medios de comunicación de masas, ahora de las redes sociales digitales, de toda forma de conocimiento al alcance de todos. La comunicación directa e indirecta se convirtió en un elemento crucial para la circulación y creación de representaciones sociales.

Una aportación importante de la teoría de Moscovici es analizar las representaciones sociales tanto como productos ya elaborados por sujetos y grupos, como procesos en curso de elaboración. Las nociones de objetivación y anclaje permiten, según este autor, concretizar las ideas abstractas y anclarlas en categorías existentes de pensamiento o en otras representaciones sociales previas. Así, una representación naciente, como la de la enfermedad COVID-19, hace sentido si la asociamos a pandemias anteriores, similares a la gripe, y la materializamos en figuras como la imagen visual del virus que ha circulado ampliamente en los medios. Cada persona retoma elementos de representaciones sociales previas, provenientes de los diferentes contextos socioculturales (religión, ciencia, ecología, etcétera), para formar su propia representación social del COVID-19 que le permite lidiar con la enfermedad, protegerse y comunicarla. Al comunicar nuestras representaciones sociales elaboradas a partir de la experiencia individual, las compartimos con otros, las regresamos reelaboradas a la esfera social para nutrir representaciones cada vez mas amplias y complejas. La noción de polifasia cognitiva le permite a Moscovici (2013) postular que las representaciones sociales son formas pensamiento en las que coexisten varios tipos de conocimientos, de creencias y de ideologías, que podrían parecer contradictorias, de acuerdo con los principios de la lógica formal, pero que son usadas por individuos y grupos en la vida cotidiana sin contradicción aparente.

Moscovici reivindica esta forma de sentido común como un conocimiento válido, no menos importante que el conocimiento científico o especializado. Las representaciones sociales son un conocimiento práctico, como la sabiduría popular que triunfa por su eficacia. Tiene su propia lógica, distinta de la lógica racional del pensamiento científico. Es aquí donde se halla su relación estrecha con el imaginario. Otra relación con el imaginario se encuentra también en las nociones de objetivación y anclaje. En tanto que bagaje cultural, el anclaje se remonta a memorias culturales y colectivas cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, como el imaginario social. La imagen tiene un fuerte poder de materialización, de figuración o de concretud de representaciones e imaginarios abstractos (ver artículo de Angela Arruda en este dossier). Los discursos generan imágenes, tanto como los dibujos y cualquier otro tipo de expresión gráfica. Ello permite analizar las producciones culturales como representaciones sociales sobre temas u objetos sociales, como pueden ser obras de arte, cinematográficas, dibujos, fotos, la literatura o el teatro. Las metáforas se apoyan en imágenes e imaginarios que nutren representaciones sociales (Moscovici 2014).

El imaginario es un concepto que nos permite comprender las posibles incongruencias, las fantasías, las metáforas, las emociones, la fuerza de los estereotipos o prejuicios que a menudo encontramos en las representaciones sociales. No olvidemos que para Moscovici (1988) la sociedad es una “fábrica de dioses”, creados por la fuerza de las pasiones colectivas, de las creencias, de las representaciones y de los imaginarios.

Los imaginarios sociales han tenido una historia propia en su desarrollo como concepto abarcador y como campo de estudio. De larga y fructífera trayectoria en Europa, Estados Unidos y Canadá, a través principalmente de los trabajos de Cornelius Castoriadis, Gilbert Durand, Benedict Anderson, Charles Taylor y más recientemente Michel Mafessoli, Juan Luis Pintos y Enrique Carretero, dieron origen a diversos grupos y centros de investigación, como los Centre de Recherche sur l´Imaginaire en Francia y Bélgica, y la Cátedra Unesco sobre Cultural and Comparative Studies on Imaginary en Italia, entre otros.

Una propuesta implícita en varios de los trabajos que aquí se presentan es el carácter diferenciado y a la vez complementario de las representaciones y los imaginarios sociales. Si, como varios autores han señalado siguiendo a Moscovici, que las representaciones siempre son de algo o de alguien, y por lo tanto tienen un carácter tanto simbólico como concreto e incluso material, los imaginarios son esquemas mentales de interpretación, abstractos, generados colectivamente y compartidos por una comunidad o un grupo y con un grado de generalidad mucho mayor. Pueden ser dominantes o subalternos, ligados con ideologías o utopías, contrapuestos e incluso contradictorios entre sí. Pero ambos conceptos deben pensarse como co-construyéndose y nutriéndose mutuamente. Ya sea por formación disciplinar o por experiencias previas, un observador especializado puede tener conocimiento de la existencia de imaginarios diversos (el de pureza/impureza, por ejemplo, si alguna vez leyó a Mary Douglas 1973); esto le puede ayudar a identificar representaciones concretas de ese imaginario, en los más diversos campos: cómo se visten las mujeres, los hábitos alimenticios y la ubicación de los baños en distintas comunidades. Pero también, un etnógrafo puede observar las formas de preparar alimentos y de utilizar letrinas por parte de los campesinos en las serranías de Guerrero o de los bereberes en las estribaciones de los montes Atlas en Marruecos, y de allí identificar los imaginarios subyacentes con respecto a la limpieza, lo sucio y lo agradable o desagradable, lo impuro y lo puro, aún sin haber leído a Mary Douglas.

Imaginarios y representaciones sociales son mutuamente constituyentes, e implican en la investigación, un camino de ida y vuelta.

Los temas a los que puede aplicarse la perspectiva de los Imaginarios sociales son muy variados y los enfoques a partir de los cuales se realizan los estudios también son plurales. La fenomenología es quizá la corriente teórica que más adeptos tiene, sin embargo, otras formas de pensar la realidad también han influido en la manera en cómo se utilizan los imaginarios sociales para entender y explicar el mundo. Tanto la Teoría de los Sistemas Sociales como la Teoría del Actor-Red, han mostrado que pueden ser de utilidad a la hora de comprender la cultura, la comunicación y la articulación de lo simbólico / material, que nutre a los imaginarios y representaciones sociales.

Y como una manera de abrir la mirada a nuevas problemáticas y, sobre todo, a destacar las inmensas posibilidades de análisis que el campo brinda, los trabajos de este dossier aportan justamente esa pluralidad de enfoques y un reconocimiento a la combinación de diversas disciplinas para la explicación de la realidad. El estudio de los imaginarios y las representaciones sociales requiere de la multi y transdisciplina.

La historia de este dossier es larga también porque cada una de las y los autores de los artículos que lo componen ha recorrido un largo camino en la reflexión sobre los imaginarios y las representaciones sociales. Les agradecemos que hayan aceptado participar en él. Las y los lectores encontrarán interesantes contribuciones teóricas que se enfocan en la relación entre los imaginarios y las representaciones sociales con el espíritu del tiempo, las emociones, la teoría del actor-red, la imagen, y la producción de lo humano, en los artículos de Denise Jodelet, Silvia Gutiérrez, Lidia Girola, Angela Arruda y Abilio Vergara, respectivamente. Otros autores y autoras se concentran en aplicar las teorías para responder preguntas de investigación particulares, usando metodologías específicas para cada caso de estudio. Raúl Romero y Alicia Lindón analizan los espacios urbanos a partir de las teorías de las representaciones sociales y los imaginarios sociales. Martha de Alba analiza un posible diálogo de representaciones sociales entre los creadores de una obra de cine experimental y su audiencia. Edith Calderón analiza los mitos, los imaginarios y las representaciones sociales expresadas en canciones populares.

La publicación de este dossier tiene algunos antecedentes que no podemos omitir. Hace aproximadamente 20 años, Serge Moscovici propuso a la doctora Angela Arruda formar un grupo de trabajo sobre la relación entre imaginarios y representaciones sociales, con el afán de ahondar en el aspecto imaginativo y figurativo de las construcciones simbólicas, en relación con los contextos socioculturales e históricos en que se producen. Dada la complejidad de la tarea, se pensó en acotar la reflexión teórica en países de América Latina. Un primer producto del grupo fue el libro Espacios Imaginarios y Representaciones sociales. Aportes desde Latinoamérica (Arruda y de Alba 2007). Años más tarde se amplió la discusión a otras latitudes, lo que dio como resultado la publicación de un número especial de la revista Papers on Social Representations, sobre imaginarios y representaciones sociales, en 2014.4 La doctora Angela Arruda describe con mayor detalle los resultados de esas investigaciones en su artículo Imaginario social, imagen y representación social, incluido en el dossier que aquí presentamos. Lo único que podemos agregar es que la empresa ha sido ardua, debido a la gran cantidad de trabajos realizados en Latinoamérica sobre los imaginarios relacionados con una importante variedad de temas y de fuentes de inspiración. Aunque el volumen de investigaciones sobre representaciones sociales en el continente se refiere principalmente a la teoría desarrollada por Moscovici (1961), la producción científica en este campo es también bastante amplia; como lo muestran los autores provenientes de diversos países que participan en el libro Imaginarios y representaciones sociales. Estado de la investigación en Iberoamérica (Aliaga, Maric y Uribe 2018).

En México y en América Latina se ha conformado un abanico muy amplio de temas diversos que abordan los imaginarios, que van desde lo propiamente teórico con los trabajos de Manuel Antonio Baeza, Abilio Vergara, Alicia Lindón, Danielle Perrin, Daniel Hiernaux, Armando Silva, para sólo citar a algunos, a investigaciones acotadas en temas tan dispares como las migraciones, lo urbano, la educación, el turismo, las emociones, el género, el arte, la política, las identidades, la juventud, la salud, etcétera. Varios seminarios y reuniones sobre el tema de los imaginarios sociales se desarrollaron en América Latina desde la década de los años noventa del siglo XX, por ejemplo, los realizados en la UAM Iztapalapa de la Ciudad de México. En 2016, por iniciativa de Felipe Aliaga, un investigador chileno que radica en Colombia, se fundó la Red Iberoamericana de Investigación en Imaginarios y Representaciones sociales (RIIR), que ha realizado hasta ahora dos workshops, el primero en Bogotá en 2016 y el segundo en la ciudad de Concepción en Chile en 2018. Ambos con más de doscientos asistentes, entre ponentes, conferencistas magistrales y estudiantes de pre y posgrado. El tercero iba a tener lugar en la ciudad de México, en 2020, pero por causas de fuerza mayor (la pandemia de COVID-19), se ha postergado para el 2021. Sin embargo y como para no perder el impulso y el interés que el tema despierta sobre todo en investigadores jóvenes, se realiza de manera virtual en Bogotá el III Seminario colombiano y I internacional en septiembre de 2020.

La revista electrónica Imagonautas, inspirada desde su fundación por el Grupo Compostela de investigación sobre Imaginarios sociales, y su mentor, el fallecido Juan Luis Pintos, ha tenido desde su fundación en la Universidad de Vigo en España y su contraparte en Chile, un papel sumamente importante en la difusión del conocimiento sobre Imaginarios y Representaciones sociales en el ámbito Iberoamericano. También el Boletín de la RIIR, Imaginación o Barbarie ha tenido un papel crucial en el intercambio de impresiones, notas de investigación, entrevistas a estudiosos destacados y, sobre todo, ha permitido ampliar el espectro del campo a la literatura, la medicina, la música y la poesía.

Desde el inicio se pensó en el simposio y en este dossier como una propuesta de corte teórico, que pudiera contribuir a la discusión sobre estos conceptos y sobre sus alcances para el análisis de fenómenos sociales propios de sociedades latinoamericanas, cuya historia las ha dotado de especificidad cultural. Es por ello que la mayoría de los textos que lo integran exponen una reflexión teórica, sin necesariamente recurrir a datos empíricos. Algunos autores y autoras optaron por presentar resultados de investigación empírica como parte de tal reflexión.

Para concluir, no nos queda más agradecer al comité editorial de la Revista Cultura y Representaciones Sociales el haber acogido esta propuesta, sobre todo en este importante momento conmemorativo para la misma. Enhorabuena.

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1V Coloquio Nacional de Representaciones Sociales: los desafíos teóricos y metodológicos en la investigación en educación y otros campos de las ciencias sociales, Unidad de Posgrado, UNAM, 27-29 de noviembre 2019.

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