El libro es producto de una investigación que tuvo como objeto de estudio una aparente paradoja. Por un lado, el incremento de las preocupaciones medioambientales que trajo aparejado el desarrollo de normas ambientales y de dispositivos participativos de información, concertación y negociación en el sector; y por el otro, la persistencia de situaciones conflictivas que conducen al bloqueo de la decisión pública.

El estudio se enfocó en el ámbito de los residuos porque la localización de las infraestructuras para su gestión (tiraderos, incineradores, plantas de compostaje, etcétera) ha constituido un campo fecundo para el surgimiento de conflictos, movilizaciones, oposiciones y diversas formas de conflictividades que involucran a actores sociales, autoridades locales y agentes económicos, a menudo en el ámbito de la proximidad.

¿Cómo explicar que el incremento de los instrumentos de participación no sea suficiente para agotar los conflictos? ¿Cuáles son los efectos de dichos conflictos y en qué ámbitos se inscribe su productividad? ¿Cuáles son los referentes espaciales y territoriales movilizados por los oponentes a la implementación de las instalaciones de tratamiento de residuos? ¿Cómo se usa la ley? Tales fueron las preguntas que guiaron la investigación y que se analizaron en tres contextos nacionales: México, Francia e Italia.

De tal suerte que el objetivo general del libro es analizar situaciones de acción pública marcadas por la crisis y el rechazo, y así dar cuenta de las lógicas complejas al momento de instalar las infraestructuras necesarias para la gestión de residuos (sólidos urbanos, peligrosos, nucleares) a partir de un acercamiento comparativo de estudios de caso locales. En este sentido, el enfoque propone un acercamiento original a partir de la (re)contextualización de la reflexión sobre la participación.

La obra se organiza en cuatro secciones que son precedidas de una introducción a cargo de los coordinadores de la misma, donde se presentan abiertamente los desafíos que su estructuración implicó, y se propone una lectura tridimensional de los casos: una, temporal, atendiendo a los momentos de toma de decisiones y concertación de las situaciones caracterizadas por el conflicto; otra, territorial, que busca dar cuenta de los referentes espaciales y territoriales; y, una última, jurídica, que toma forma en los usos sociales del derecho presentes en dichas situaciones.

La organización y exposición de la obra son impecables y todos los casos siguen una estructura de presentación: cronología de los conflictos, un apartado donde se abordan las relaciones entre éstos con la concertación, una exposición detallada de la propuesta tridimensional de análisis de los casos (temporal, territorial y jurídica) y al final, una sección dedicada a verter las conclusiones y aprendizajes del caso.

Tres primeras partes agrupan los casos por países; en ellas es posible distinguir algunas especificidades. La primera parte, “México: conflictos, bloqueos y crisis”, expone tres casos que revelan la forma en que se desencadenan los conflictos locales en nuestro país, debido principalmente a la falta de procedimientos de consulta, que deberían ser implementados por las autoridades locales, quienes o lo omiten desde el origen o lo sustituyen por concertaciones con la autoridad federal.

La segunda parte, “Francia: planificación, concertación y conflictos”, a partir de la revisión de dos casos, analiza el proceso de planificación y gestión de los residuos y destaca la característica de un sistema que se distingue por la complejidad, lo que a menudo conduce a que éste sea juzgado como incoherente y a que ambas dimensiones, planificación y gestión, se vean confrontadas.

La tercera parte, “Italia: gestiones políticas, conflictos y urgencia”, al abordar tres conflictos en torno a la localización de equipamientos, enfatiza el rol ambiguo de las autoridades locales ante estas situaciones, así como la actitud cambiante de dichos representantes en función de la percepción de oportunidades o desafíos locales, lo que incluso lleva a que el Estado los sustituya para hacer frente a las crisis locales.

La cuarta parte, “México, Francia e Italia, lecturas cruzadas”, se divide en tres capítulos. En el primero de ellos, Bobbio y Melé retoman la tarea analítica de las relaciones entre conflictos y concertación, enfatizando qué está en juego en esta relación, cuál es el lugar de la negociación en dichos procesos; y, finalmente, recurren a la invitación de identificar la productividad de los conflictos. El segundo capítulo, a cargo de Maccaglia y Dansero, propone una mirada a la dimensión espacial de los casos presentados y concluye que en la situación de conflicto se oponen dos territorios. Finalmente, Azuela y Ugalde, en el tercer capítulo, sugieren una mirada al derecho en tanto vehículo de actos de autoridad, como elemento que desencadena una movilización y participa de la construcción de una acción colectiva.

Se trata, sin lugar a duda, de una obra pertinente con una aportación metodológica rigurosa e interesante para analizar las situaciones de conflicto que bloquean la acción pública. Tarea urgente en México, dado el incremento de casos de conflictividades que se han generado, no exclusivamente en el sector de los residuos, en torno a alguna situación de afectación (o riesgo de afectación) socio ambiental (^{Paz, 2017}).