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Cultura y representaciones sociales

versión On-line ISSN 2007-8110

Cultura representaciones soc vol.5 no.10 Ciudad de México sep. 2011

 

Artículos

 

Política social, identidad y ciudadanía: la asistencia social vista por quienes la reciben

 

Mónica Matilde Ramírez*

 

* Psicóloga, Maestra en Estudios Latinoamericanos y estudiante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales, UNAM. Correo: matiramirez@yahoo.com

 

Resumen

Las políticas sociales en Latinoamérica actualmente están enfocadas en el combate a la pobreza extrema. Organismos multilaterales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, sugieren que los recursos estatales deben ser aplicados de manera focalizada en los grupos más pobres. Bajo esta lógica surgieron programas como Oportunidades en México y otros similares en Latinoamérica. En el presente trabajo se analiza la relación entre los beneficiarios de este tipo de programas y quienes los ofrecen, poniendo énfasis en el punto de vista de los primeros. El interés fundamental gira en torno a la categoría de identidades sociales (en el marco de la teoría de las representaciones sociales), con el fin de analizar el impacto de estos programas en la construcción de una identidad ciudadana; nuestras afirmaciones se fundamentan en un estudio de caso, realizado durante el año 2006 en dos colonias de Cuernavaca, Morelos con beneficiarias del programa. Los hallazgos más significativos señalan que, en la relación de asistencia establecida entre el gobierno y los grupos beneficiarios, lo recibido no es representado como un derecho ciudadano sino como una ayuda; esto, sumado al poco control que existe por parte de los beneficiarios respecto al programa, en lugar de fomentar la construcción de ciudadanía, genera formas de relación paternalistas, que entrañan gratitud y exponen a las poblaciones beneficiarias a prácticas clientelares. La focalización, crea grupos de incluidos y excluidos, y fomenta conflictos por los recursos. Además esta misma focalización —que exige distinguir a quiénes se encuentran en pobreza extrema—, fomenta, de un lado, prácticas clientelares y del otro, estrategias de manipulación de la propia identidad que afectan la construcción de una identidad ciudadana.

Palabras clave: Programa de Desarrollo Humano Oportunidades; identidad; focalización; política social; ciudadanía.

 

Abstract

Nowadays social policies in Latin America are centred around the battle against extreme poverty. Multilateral organisations such as the World Bank or the Inter-American Bank of Development, suggest that state resources must be assigned in a focalized way to the poorest groups. Under this logic, programs such as 'Oportunidades' (Opportunities) arise in Mexico as do similar programs in Latin America. This study analyzes the relationship between the beneficiaries of this kind of program and those offering the programs, emphasizing the point of view of the former. The basic interest of the study centred around the category of social identities (within the framework of the theory of social representations); the aim is to analyze the impact of these programs on the construction of a civil identity. Our affirmations are based on a case study, carried out in 2006 in two Cuernavaca neighbourhoods, where beneficiaries of the Opportunities program live. The most significant findings in this study indicate that in the relation of assistance established between government and the groups of beneficiaries of programs such as Opportunities, what is received is not represented as a right but as assistance. This fact, together with the lack of adequate control of the beneficiaries with regard to the program, instead of fomenting the social construction of citizenship, generates paternalistic forms of relations, which include gratitude and expose the population of beneficiaries to practices directed at gaining clients. The focalization creates groups of included and excluded, and becomes a source of conflicts in relation to the resources. In addition, the same focalization, identifies those considered to be in extreme poverty, fostering practices of identity manipulation in order to enter the program i.e. it encourages the role of a poor person with the negative connotations (in terms of deterioration of identity) that this represents.

Key words: civil identity, social policies, social representations, assistance programs.

 

Introducción

La defensa de la democracia ha sido parte fundamental del discurso político de las potencias económicas después de la Segunda Guerra Mundial; ha permitido legitimar invasiones, guerras y todo tipo de intervenciones militares. Pero enarbolar la defensa de la democracia implica reconocer que ésta sólo puede existir cuando hay un Estado en el cual los ciudadanos se reconocen a sí mismos como sujetos de derechos y obligaciones. En la investigación, cuyos resultados presento a continuación, intenté acercarme a comprender qué tanto las personas beneficiarias de los programas de combate a la pobreza extrema en México se consideran a sí mismas ciudadanas con derechos y obligaciones.

Lo expuesto a continuación forma parte de una investigación más amplia, en la que intenté analizar la manera en que se ha venido enfrentando el problema de la pobreza en América Latina durante los últimos 20 años, pero orientándome a la forma en que estos "modos" de enfrentar el problema influyen en la subjetividad de las personas pobres, específicamente en las representaciones que orientan la forma en que éstos se relacionan con los actores sociales que se encargan de llevar a cabo las políticas sociales y por tanto, con el lugar en el que se colocan dentro de estas relaciones, ya sea como sujetos depositarios de la caridad pública y privada o bien como sujetos de derecho (Ramírez, 2009).

Para abordar esta problemática tomé el caso del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, que fue uno de los programas bandera del gobierno de Vicente Fox;1 este programa recoge los lineamientos en política social del Banco Mundial (ver Sanahuja, 2001) y ha servido como modelo para otros países latinoamericanos en el combate a la pobreza extrema. Para buscar respuestas a las inquietudes planteadas, tomé el caso de los beneficiarios del programa Oportunidades en la ciudad de Cuernavaca (Morelos), con el fin de tener un primer acercamiento a la forma en que ellos se relacionan con este programa y cómo se ven dentro de esta relación.2

Para aproximarme a estas problemáticas empecé por preguntarme ¿cómo se representan los grupos beneficiarios de programas de asistencia social, a la asistencia que reciben? Pero esta pregunta no se puede responder en abstracto sino a través de las prácticas concretas y analizando las formas en que la asistencia se objetiva y ancla en la realidad. Por ejemplo ¿cómo se representan los grupos beneficiarios del programa Oportunidades en la ciudad de Cuernavaca lo que reciben de dicho programa?, ¿cómo se representan a quiénes lo ofrecen e instrumentan?, ¿cómo está configurada la representación social que tienen de sí mismos (auto representación - identidad) en función de su participación en dicho programa?

Este estudio estuvo orientado por tres hipótesis fundamentales: 1) lo recibido no es percibido como un derecho, producto del ejercicio de la ciudadanía, sino como una "ayuda"; por lo tanto, se establecen relaciones de dependencia que socavan la construcción subjetiva de ciudadanía; 2) este tipo de programas tiende a romper los lazos sociales al generar competencia individual por los recursos, con lo cual se mina la posibilidad de auto organización de estos grupos; y 3) los programas de tipo focalizado que exigen que la gente exhiba determinados aspectos de su identidad para acceder a la asistencia, refuerzan la discriminación social y, por tanto, el deterioro identitario de estos actores sociales.

 

Aspectos teórico-metodológicos

El abordaje teórico-metodológico que utilicé es el de las representaciones sociales que, considero, nos permite ir más allá de la mera percepción para comprender de manera más compleja la forma en que se articulan ideas y prácticas, reconociendo que éstas nunca son construidas aisladamente por los individuos sino en la interacción social. La teoría de las representaciones sociales nos permite aproximarnos a la construcción de los significados que los actores sociales individuales y colectivos utilizan para comprender el mundo y orientar sus prácticas. Según Denise Jodelet las representaciones sociales designan...

... una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados (...) constituyen modalidades de pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En tanto que tales, presentan características específicas a nivel de organización de los contenidos, las operaciones mentales y la lógicas (1986: 474-475).

Se realizaron entrevistas con titulares3 del programa Oportunidades en dos colonias de Cuernavaca: Altavista y Ocotepec. Estas entrevistas se realizaron en dos formatos: grupales e individuales. Se indagó sobre el conocimiento que las beneficiarias tenían sobre el programa y, más que lo cierto o falso de sus afirmaciones sobre éste, se trataba de observar "qué" decían y "cómo" lo decían, en torno a lo que recibían, la forma en que eran elegidas para entrar, las prácticas institucionales, sus propias prácticas, el por qué del programa, la forma en que se relacionan con otros actores sociales vinculados con el programa —específicamente otras beneficiarias, el personal de salud y administrativo—, y sus obligaciones hacia el mismo. Adicionalmente, se entrevistó a las promotoras de salud de las dos colonias, se realizaron observaciones durante las pláticas de salud semanales y se sostuvieron conversaciones informales con otras personas de la comunidad.

La información obtenida de las entrevistas se organizó alrededor de dos temas: ciudadanía e identidad. La red semántica que puede observarse en el Cuadro Anexo es producto del análisis de la información obtenida a través de las entrevistas que fue codificada a partir de un trabajo conceptual previo, es decir, de una lista de códigos preexistentes que se fueron aplicando a los datos (codificación Top down) y también a partir de una lista de códigos que se fue construyendo desde la misma información de las entrevistas (bottom-up, grounded) (Denzin, 2000; y Vasilachis, 2006). Esta forma de trabajar, de ida y vuelta de la teoría a la realidad y de la realidad a la teoría, me permitió identificar algunos elementos positivos para la construcción de ciudadanía: la auto organización, el reconocimiento de derechos y obligaciones, y el control social. Y como elementos negativos o impedimentos para la constitución de ciudadanía: las relaciones paternalistas (que involucran un sentido de deuda y agradecimiento), la incertidumbre (en oposición al control social) y las prácticas clientelares.

 

Programa de Desarrollo Humano Oportunidades

Oportunidades es un programa social creado oficialmente en el año 2002 para enfrentar el problema de la pobreza extrema en México. Su objetivo es:

(...) apoyar a las familias que viven en condición de pobreza extrema con el fin de potenciar las capacidades de sus miembros y ampliar sus alternativas para alcanzar mejores niveles de bienestar, a través del mejoramiento de opciones en educación, salud y alimentación, además de contribuir a la vinculación con nuevos servicios y programas de desarrollo que propicien el mejoramiento de sus condiciones socioeconómicas y calidad de vida (DOF, 2006, numeral 2.1.)

Los principales aspectos que integran este programa son: 1) Educación: se busca asegurar la permanencia de los niños y jóvenes en el sistema de educación escolarizado; con este fin se otorgan becas4 a los niños a partir de tercero de primaria y hasta finalizar la educación media superior (DOF, 2006:13, numeral 4.1.) Las becas escolares en general están condicionadas a la asistencia regular de los estudiantes a la escuela. En el caso de los jóvenes de educación media superior se les exige además asistir a talleres de capacitación para el auto cuidado de la salud. 2) Salud: el objetivo es ofrecer gratuitamente el paquete básico de salud; promover una mejor nutrición especialmente de poblaciones vulnerables como los menores de cinco años, las mujeres gestantes o lactantes; fomentar el auto cuidado de la salud a nivel familiar y comunitario; y reforzar los servicios de salud para satisfacer la demanda adicional (ibíd., numeral 4.2.) 3) Alimentación: a través de apoyos monetarios mensuales se busca contribuir a mejorar la cantidad, calidad y diversidad de la alimentación de las familias beneficiarias para mejor su estado nutricional. Esto se refuerza con la entrega de complementos alimenticios y educación (íbíd., numeral 4.3.) 4) Patrimonio: de un lado se crea "Jóvenes con oportunidades", que consiste en un fondo que se va constituyendo a partir de la acumulación de puntos por parte de los jóvenes beneficiarios a partir del tercer grado de secundaria: la condición para esto es que permanezcan en la escuela. Si el becario concluye su educación media superior antes de los 22 años de edad, los puntos acumulados se convierten en dinero que se deposita en una cuenta de ahorro administrada por una institución financiera. Una vez que esta cuenta ha sido abierta, los jóvenes pueden usar el dinero para: continuar con su educación —en una institución pública o privada—; iniciar un negocio; construir o ampliar su vivienda; incorporarse al sistema de protección en salud; y abrir una cuenta de ahorro (DOF, 2006, numeral 4.4.) De otro lado se encuentran los apoyos monetarios para los adultos mayores de 70 años, pertenecientes a las familias beneficiarias (ibíd., numeral 4.4.) También se ofrece a los integrantes de las familias beneficiarias que lo decidan voluntariamente, acceder a mecanismos de ahorro para el retiro, pudiendo realizar aportaciones a dichos mecanismos (ibíd., numeral 6.6.1.1.)

Para seleccionar a las familias que se beneficiarán del Programa se procede de la siguiente manera: 1) selección de las localidades dando prioridad a aquellas donde hay mayor concentración de hogares en pobreza extrema, con el fin de "focalizar las acciones del programa hacia su población objetivo"; 2) identificación de las familias que serán beneficiarias del programa en la localidad; para esto se usa una metodología que se basa en dos criterios: las características socioeconómicas de los hogares y la aplicación de una técnica estadística llamada análisis discriminante.5

Las características de este programa que más interesan para efectos del análisis que se realiza aquí son la focalización y la corresponsabilidad. La primera se refiere a la estrategia a través de la cual el gobierno busca lograr un manejo eficiente de los recursos "escasos" con que cuenta para enfrentar la pobreza. Marcia Pardo agrupa los criterios de focalización en tres: por unidad territorial, se trata de localizar los poblados que por sus características geográficas, culturales y económicas, tienen mayor concentración de personas en situación de pobreza; por etapas del ciclo de vida, a partir de este criterio se considera que los riesgos a que están expuestas las personas y las familias varían en distintos momentos del ciclo de vida, por lo tanto se plantean formas de intervención diferentes y focalizadas según las características etarias de la población; y por las causas específicas de vulnerabilidad, es decir, la incapacidad de los grupos más débiles de la sociedad para enfrentar, neutralizar u obtener beneficios de los impactos provocados por eventos económicos y/o sociales. (Pardo, 2003: 10-11)

La corresponsabilidad se refiere al hecho de que las transferencias económicas están condicionadas: esto significa que las familias tienen que cumplir con un conjunto de actividades para recibir las transferencias en efectivo. En el numeral 4.3. de las Reglas de operación (DOF, 2006), se habla de los derechos, corresponsabilidades y obligaciones de los beneficiarios. Los derechos se limitan a la recepción oportuna de las transferencias en efectivo y de los servicios correspondientes, al acceso a información clara, y a una recepción oportuna de quejas y dudas. Las corresponsabilidades serían: realizar los trámites administrativos necesarios para incorporarse y mantenerse en el programa, la asistencias a las pláticas de salud y a las citas médicas, y la asistencia de los niños a la escuela. Las obligaciones se refieren a usar el dinero recibido para el bienestar de la familia, específicamente en lo relacionado con alimentación, aprovechamiento escolar y auto cuidado de la salud.

 

La colonia Altavista y el pueblo de Ocotepec

La colonia Altavista forma parte de un conjunto de colonias ubicadas cerca de San Antón que, aunque administrativamente es una colonia más, conserva algunas prácticas propias de los pueblos como la fiesta del santo, además de que algunos de sus habitantes son ejidatarios.6 Sin embargo, Altavista, junto con otras colonias que se extienden hacia el noroeste de San Antón, son de reciente formación (alrededor de 30 o 40 años) y, en buena parte, están conformadas por zonas de invasión, sobre todo en las áreas que se extienden hacía el interior de las barrancas; este aspecto es relevante para el análisis en tanto que vivir en el interior de la barranca ha significado la construcción de identidades valoradas negativamente.

El poblado de Ocotepec está situado hacia el norte de la ciudad y también es identificado como el pueblo de Ocotepec. Aquí la tenencia de la tierra es, en su mayoría, comunal.7 En esta comunidad se mantienen usos y costumbres como la vigilancia comunitaria, la asamblea del pueblo y ciclos festivos intensos a lo largo de todo el año. Aunque el uso de algunos terrenos se ha cedido a personas que llegan de afuera —denominados avecindados o fuereños—, parte de las tierras siguen en manos de los comuneros. Considero que la población nativa de Ocotepec puede definirse como un grupo étnico, que según D'Andrea sería...

(...) aquel que, a partir de las semejanzas más variadas entre los miembros del grupo mismo, cree en la descendencia de antepasados comunes y se delimita respecto de los demás grupos en virtud de la representación de un vínculo de sangre (2005: 63).

En este estudio se intentó establecer una comparación por diferencia (Neiman y Quaranta, 2006) ya que en ambas colonias se presentan procesos similares pero se expresan de manera distinta: son conurbadas pero su ubicación respecto al centro de la ciudad de Cuernavaca es diferente y las formas en que se han urbanizado también; en ambas existen formas colectivas de tenencia de la tierra, pero en San Antón es ejidal y en Ocotepec, comunal, lo cual plantea diferencias jurídicas importantes respecto al control de la tierra; en ambas está presente una referencia a la idea de pueblo, sin embargo en Ocotepec ésta es actual y hace parte de su identidad colectiva, mientras que en San Antón la referencia parece remitir más al pasado y, desde mi perspectiva, no es parte central de la identidad de esta comunidad. De tal forma que la comparación entre estas dos comunidades es de interés porque estas diferencias identitarias producen pautas de control social diferentes en ambos grupos8 y, respecto a los programas de asistencia y la construcción de ciudadanía, la mayor o menor capacidad de control social se convierte en un elemento importante de análisis. Además establecer esta comparación me permitió observar el modo particular en que los programas sociales afectan la subjetividad de grupos contrastantes.

 

Hallazgos

Lo recibido no es representado como un derecho sino como una ayuda

Los discursos y las prácticas no necesariamente coinciden. En el caso de Oportunidades, y para el momento en que se realizó esta investigación, a los beneficiarios se les repetía constantemente que lo que estaban recibiendo provenía de sus impuestos y que por lo tanto nadie podía quitarles el programa o condicionar su voto. Desde el discurso oficial

Oportunidades contribuye a crear ciudadanía y a profundizar la democracia, pues no sólo multiplica las opciones de alimentación, salud y educación de cinco millones de familias, sino que al reconocerles sus derechos, se reconoce a las personas y su calidad de ciudadanos, con capacidad para actuar de manera responsable... Por ello el Programa trata con ciudadanos y no con potenciales electores...9

Coexisten dos discursos, uno cuya fuente es el gobierno —"el Programa no lo ofrece ningún partido, el dinero que da el Programa proviene de los impuestos que todos pagamos," etcétera— y otro conformado por lo que la gente dice, donde se relaciona a éste, no sólo con "una ayuda" que da el gobierno, sino específicamente con la figura presidencial.

El programa es visto por la gente como "algo que les dan", ahora de manera más generalizada que antes debido a que no media un compromiso político en el que se intercambia la lealtad a un Partido Político por la obtención de algún beneficio. Oportunidades es visto como un regalo que, como tal, genera agradecimiento,

... mucha gente sí está muy agradecida, porque nadie les había dado nada, y ahorita pues ya es... ahora sí, un regalo que les están dando (Entrevista grupal, Ocotepec, sep. 17/2006).

En el esquema anterior, en el que existía un intercambio político,10 había cierto grado de reciprocidad, pero ahora, al parecer, se genera una idea de que se está recibiendo una ayuda sin ser ganada.

La norma de reciprocidad prescribe que "hay que ayudar a quien nos ha ayudado previamente", por lo tanto cuando se recibe sin dar algo a cambio se rompe con esta norma social; recibir ayuda crea una sensación de deuda con el donante, lo que puede generar tensiones que solamente se resuelven cuando se logra actuar de manera recíproca. En el hecho de recibir está implícito el hecho de "necesitar"; en el de dar, el de "tener algo para ofrecer" y esto, al menos desde la perspectiva de la psicología social, podría impactar negativamente la autoestima y el autoconcepto de la persona que recibe la ayuda (como alguien necesitada, inferior, no autosuficiente), y más si se repite esta relación habitualmente (Botella i Mas, 2004: 170,175). Un ejemplo de esto puede observarse en los grupos que actualmente reciben las becas de Oportunidades y en el pasado han recibido, o al menos han intentado recibir, algún otro beneficio proveniente de este tipo de programas (despensas, material de construcción, subsidios, etcétera). El hecho de estar recibiendo "una ayuda" genera una cierta pasividad que convive con quejas silenciosas

... mucha gente dice "pues si nos lo dan, pues no ponemos peros ¿verdad?" pero no es suficiente, como ellos dicen... (Margarita, Ocotepec, sep. 22/2006).

... incluso pareciera que como les están ayudando no deben molestar, ni quejarse.

Competencia por los recursos y ruptura del tejido social

En palabras de Rogelio Gómez-Hermosillo, coordinador del programa para el momento en que se hizo esta investigación,

...Oportunidades se consolidará durante 2006 como una red de protección social universal que atiende a la cuarta parte de la población mexicana.11

En este planteamiento se está manejando una concepción falaz del "universalismo", en el sentido de que todos los pobres extremos serán incluidos. En tanto que "pobres extremos" es una categoría social que el gobierno delimita bajo sus criterios, y excluye al resto de la población, no puede hablarse de "una red de protección social universal" pues los modelos de protección universal incluyen a todos los ciudadanos, no únicamente a los que cumplen ciertas características. De la misma manera se habla del derecho que tienen los beneficiarios de recibir los beneficios del programa, una vez dentro, pero no del derecho que tienen de ser incluidos en él. Oportunidades, como todos los programas de tipo focalizado, crea un contexto específico de incluidos/excluidos, lo cual genera visiones discriminatorias del otro y favorece la aparición o exacerbación de conflictos dentro de las comunidades.

En la investigación que presento aquí, no encontré ningún aspecto del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, que generara cohesión o auto organización, al contrario, la focalización y el diseño mismo del programa generan división o más bien, que las rencillas preexistentes se exacerben. El tipo de dificultades que aparecen puede agruparse de la siguiente manera:

1. Suspicacias porque en el programa hay gente que no lo necesita. Las personas que están dentro del programa, se vuelven vigilantes unas de otras, de lo que hacen o no hacen, se critican, se espían. Se comenta acerca de personas que están en el programa y no lo necesitan, de personas que reciben además los beneficios de otros programas sociales, se habla del mal uso del dinero que reciben. Esto podría interpretarse como una forma de auto regulación de los grupos, que vigilan que en el programa "solo estén los que deben estar", lo cual, desde el punto de vista oficial, podría considerarse como otra ventaja de la "focalización", ya que esta auto vigilancia que los grupos ejercen sobre sí mismos maximizaría el uso de los recursos al evitar fugas hacía familias que no los necesitan. Sin embargo, en términos sociales, esto representa agregar elementos de tensión a las comunidades que, de por sí, enfrentan dificultades para convivir y actuar colectivamente.

2. Problemas con las delegadas o vocales. Hay quejas entre las señoras porque "las vocales" —que son aquellas que se encargan de transmitir información del programa a los grupos o de llevar las inquietudes de los grupos al programa—, no les avisan a todas de los pagos o las reuniones. Esta situación se presenta en las dos colonias, incluso llegan a presentarse discusiones fuertes en las reuniones por este motivo. La forma en que está organizado el programa abre pequeños espacios de poder, las vocales por ejemplo, son portadoras de información que es importante para el resto de las señoras y, al ocultarla, pueden afectar a determinadas personas o beneficiar a otras.

Aunque en el caso de Oportunidades, ha habido mucha publicidad que convoca a las personas interesadas a inscribirse en el programa, algunas de las personas que terminan siendo vocales ya tenían un liderazgo dentro de la comunidad, y en algunos casos, relaciones con los Partidos Políticos, de tal manera que fueron las primeras en enterarse y transmitir selectivamente la información. La participación de delegadas o vocales puede considerarse positiva desde el punto de vista del programa, en tanto significa implicar a personas de la comunidad, sin embargo, esta misma situación genera conflictos o intensifica los preexistentes.

3. Problemas al interior de las familias por el manejo del dinero o por el cumplimiento de sus deberes con el programa. El dinero se convierte en objeto de disputas dentro de las familias, pues quien lo recibe es la mujer pero los otros integrantes tienen que cumplir con citas y pláticas, y al no poder disponer directamente del dinero se generan conflictos que, incluso, han llegado a situaciones de violencia.

4. Malestar por las actividades que se le pide realizar a las señoras. Esta situación se presentó sobre todo en Ocotepec, donde pudo observarse cómo se utiliza el sentido de intercambio presente en la comunidad para hacer que las mujeres colaboren con distintas actividades del Centro de Salud.12 Esta situación genera confrontación entre los beneficiarios del programa, el Centro de salud y el Programa. Según el numeral 4.3. del Reglamente de Operaciones de Oportunidades, los beneficiarios pueden "participar voluntariamente en las acciones acordadas por la comunidad", y según el numeral 6.5. del mismo reglamento: "La certificación de la asistencia a los servicios de salud y educación, bajo ningún concepto estará sujeta a cuota o contraprestación por parte de las familias beneficiarias." Pero esta normatividad no es la que orienta las prácticas reales, de tal forma que los grupos terminan siendo involucrados en actividades que propone el Centro de Salud y, al parecer en algunos casos, la no participación en dichas actividades puede implicar una falta de asistencia que redunda en un descuento monetario. Esas acciones en las que la gente participaría voluntariamente, se convierten en imposiciones que recaen sobre el grupo de Oportunidades y, específicamente, sobre algunas líderes que se encuentran en medio de las presiones del Centro de Salud y de la respuesta de la comunidad.

Focalización y deterioro identitario

A partir de las entrevistas y las observaciones realizadas se puede decir que, en Ocotepec, el aspecto más visible de la relación con "los otros" está determinado por una pertenencia de tipo étnico, pues sobre todo remite a la idea de "ser originario" del pueblo, de tal forma que "el otro" sería el avecindado que viene a vivir al pueblo, el que no pertenece a las familias nativas. Esta distinción entre originarios y fuereños es importante, no solamente porque este sentimiento de pertenencia étnica hace que la comunidad de Ocotepec presente una cohesión importante tanto a nivel representacional como de prácticas, sino también porque determina una actitud distinta, respecto a Oportunidades pues, al parecer, las personas originarias del pueblo son mucho más renuentes a ingresar en este tipo de programas.

Por otra parte, en Altavista esta relación con el otro, parece marcada sobre todo por la capacidad económica, que finalmente determina quiénes "viven arriba" y quiénes "abajo"... en la barranca...

... además el simple hecho de decir "vivimos en la barranca" pues ya, algunos dicen "¡ay! ¿yo vivir en la barranca?... ¡no estoy loco!", ¡no estoy loco!... es la necesidad... (Alejandra, Altavista, jun. 9/2006).

La identidad —como distinguibilidad— remite a la auto representación que los actores sociales tienen de sí mismos y que les permite percibir un adentro y un afuera, saberse distintos a los otros, al mismo tiempo que reconocen su pertenencia a una colectividad determinada. Tenemos entonces un primer momento de auto reconocimiento que implica inevitablemente un proceso de valoración ya que:

... la identidad se halla siempre dotada de cierto valor para el sujeto, generalmente distinto del que confiere a los demás sujetos que constituyen su contraparte en el proceso de interacción social. Y ello es así, en primer lugar, porque aún inconscientemente, la identidad es el valor central en torno al cual cada individuo organiza su relación con el mundo y con los demás sujetos (...) Y en segundo lugar, porque las mismas nociones de diferenciación, de comparación y de distinción, inherentes (...), al concepto de identidad, implican lógicamente como corolario la búsqueda de una valorización de sí mismo respecto de los demás (Giménez, 2005: 34).

Lo anterior implica que, en un primer momento, los actores sociales tienden a valorar positivamente su identidad, de tal forma que se fomenta

... la autoestima, la creatividad, el orgullo de pertenencia, la solidaridad grupal, la voluntad de autonomía y la capacidad de resistencia contra la penetración excesiva de elementos exteriores (Giménez, 2005: 35).

Este proceso de auto reconocimiento positivo puede observarse tanto en Altavista como en Ocotepec, cuando los otros son señalados como más necesitados, más pobres, como los que necesitan la ayuda o cuando se enfatiza el hecho de que "son pobres pero aseados y ordenados" y que también "son honrados" porque usan el dinero de Oportunidades tal como se les indica y que, además, no mintieron al momento de ser entrevistados para ingresar al programa.

Pero este proceso de valoración puede implicar también una representación negativa de la propia identidad lo cual se debe, en primer lugar, a que la identidad ya no proporciona las ventajas y gratificaciones que proporcionan cierto nivel de éxito en un contexto específico y, en segundo lugar, a que los actores sociales han...

... introyectado los estereotipos y estigmas que les atribuyen, en el curso de las "luchas simbólicas" por la clasificaciones sociales, los actores (individuos o grupos) que ocupan la posición dominante en la correlación de fuerzas materiales y simbólicas, y que, por lo mismo, se arrogan el derecho de imponer la definición "legítima" de la identidad y la "forma legítima" de las clasificaciones sociales (Giménez, 2005: 35).

Igual que el auto reconocimiento implica un juicio de valor, la mirada que el otro deposita sobre nosotros, lleva consigo una valoración; éste es un aspecto relevante para el análisis ya que una de las condiciones de ingreso a este programa es ser considerado "familia en extrema pobreza", lo cual implica un proceso de hetero reconocimiento, por parte de quienes determinan lo que es la "extrema pobreza", pero al mismo tiempo implica que los actores así denominados se auto reconozcan de esta forma y en nuestra sociedad una de las principales marcas del éxito es la posesión de ciertos bienes materiales; por lo tanto, "ser pobre" conlleva una carga negativa.

Los programas de tipo focalizado exigen que los posibles beneficiarios demuestren su condición de pobreza, de tal manera que en la relación con estos programas las personas se esfuerzan por demostrar que son pobres y, según lo observado en esta investigación, "ser pobre" se asocia con: la apariencia, carecer de ciertos bienes materiales, hablar una lengua indígena o presentar una situación de enfermedad. Sin embargo, las condiciones necesarias para acceder al programa son poco claras, por eso entre las señoras hay rumores que buscan explicar por qué algunas no entraron al programa: "tenía boiler,13... tenía teléfono," etcétera. Esto conduce, por ejemplo, a que las beneficiarias crean que tienen que justificarse por los bienes materiales que poseen; en ambas colonias se observó un esfuerzo en este sentido:

Hay veces que uno no tiene su casa ni tan bien, ni tan mal pero es porque uno trabaja también, mi esposo, haga de cuenta, pide su préstamo, y se la pasa todo el año pagando (...) para que hagamos otro poquito. pero eso no quiere decir que nos sobre dinero. (Sandra, Ocotepec, jul. 27/2006).

Los discursos auto justificativos de la propia situación, se complementan con discursos que resaltan el uso legítimo que se le da a los recursos recibidos y una actitud de agradecimiento por la ayuda, de tal manera que se pueda presentar una imagen completa de necesidad legítima, unida a la obediencia y sumisión del "buen pobre" que, además, es agradecido.

Las personas beneficiarias de estos programas se ven obligadas a resaltar ciertos aspectos de su identidad, a teatralizar14 (Goffman) y son clasificadas según el aspecto existencial (Vasilachis, 2003)15 de su identidad. La apariencia, ser pobre pero aseado, que expresa una valoración positiva de la propia identidad, contrasta con la necesidad de mantener su apariencia de "pobrecitos" para poder acceder a ciertos recursos sociales y económicos. Quienes tienen dinero no tienen que demostrar que son limpios, pero el estigma de la pobreza puede limpiarse un poco con agua y jabón, sin embargo no debe limpiarse demasiado, pues podrían perderse los beneficios que la representación social de la pobreza genera.

Participación social vs. control social

En programas como Oportunidades, aunque no existe control real de los beneficiarios en el diseño y manejo del programa, sí se dan procesos de intercambio social (intercambio político, intercambio de favores) que implican, para los actores sociales, mantener ciertos márgenes de control. Sin embargo, tendríamos que preguntarnos si esto favorece la construcción de ciudadanía o si lo único que logra es volverse en sí misma una forma de control social en la cual la gente no puede rebasar la informalidad de los intercambios cotidianos para aspirar realmente a constituirse en un ciudadano cuyos derechos políticos, económicos, sociales y culturales, se pueden hacer valer tanto en la inmediatez de la interacción social cotidiana como frente al Estado.

En el contexto de esta investigación y a partir de la interpretación de las entrevistas, entiendo por control social la capacidad de un actor social, individual o colectivo, para manejar la incertidumbre que surge en su relación con otros actores sociales. La asistencia social que se da a través de programas como Oportunidades implica la interacción entre actores sociales a distintos niveles. Se encontró que en los dos casos estudiados aparece la desconfianza como mecanismo de control. Las manifestaciones de desconfianza aparecieron respecto a mí, pues en nuestros primeros contactos, las señoras creían que podía ser una enviada de Oportunidades para vigilarlas y respecto al programa, pues cuando estaba empezando a implementarse, las personas no creían que hubiera un programa con estas características, es decir, que entregara dinero, o no creían en la posibilidad de ser escogidas para entrar al programa.

Considero a la desconfianza como un mecanismo de control porque es una forma de regular el grado de profundidad de las relaciones; de esta forma las personas limitan la intromisión de los otros en sus vidas con el fin de ir determinando qué tanto les conviene abrirse o permanecer herméticos. Ciertamente esta forma de control es primitiva, en el sentido de que está ligada a una reacción cognitiva normal ante lo ajeno o nuevo, no implica un grado de organización social o de participación complejas, sin embargo, sí puede variar en forma e intensidad de acuerdo con las circunstancias específicas de cada grupo.

La otra forma de control social que pude observar en Ocotepec y que no aparece en Altavista, es la relacionada con el intercambio. Un líder de la comunidad que ha tenido diversos cargos, expresó que ha habido muchos proyectos productivos para el campo, donde el gobierno ofrece dinero, pero que poca gente de la comunidad participa en ellos, que la gente prefiere no participar porque: "luego quién sabe cómo les van a querer cobrar". De la misma manera trató de desanimarme para hacer entrevistas porque, según él, la gente no me iba a contestar, que "cuando van a preguntarles cosas, dicen lo que quien pregunta quiere oír". Durante mi conversación, recalcó que me hablaba así porque la persona que me puso en contacto con él era su amigo y se había ganado su confianza porque ha estado ahí, apoyándolos en las faenas,16 en las asambleas, en el combate a los incendios, etcétera.

En Ocotepec existe una tercera forma de control que implica un mayor grado de complejidad, ya que remite a la organización propia de la comunidad que toma decisiones a través de su asamblea en la que únicamente pueden participar las personas "originarias" del pueblo. Esta comunidad está organizada de tal forma que las personas deben participar en distintas actividades para poder ser consideradas o apoyadas en otros momentos, el intercambio aparece como una forma de regulación de las relaciones con originarios y avecindados. En Altavista, no se encuentra la idea de pueblo, ni aparece una forma de reunión como la asamblea, pero si existen comités vecinales17 que realizan distintas actividades.

Respecto al programa Oportunidades, los niveles de control social son muy bajos en ambas colonias porque no existe control sobre quiénes son incluidos y por qué, y los canales de queja que existen se limitan a reclamar en las oficinas del programa o a través de cartas, lo cual, según lo expresado por mujeres de las dos colonias puede resultarles contraproducente ya que los funcionarios intermedios y bajos pueden tomar represalias ya que ellos tienen el control de aspectos como la asistencia. Aunque el gobierno plantee como una virtud del programa que el dinero no pase por intermediarios porque se deposita directamente en las cuentas de las titulares, el registro de su asistencia es una forma indirecta de controlar el acceso al dinero.

Puede decirse que se establecen controles sutiles —a nivel individual— ya que la mediación del personal de salud hace que se produzcan prácticas de "devolución de favores". Tanto en Altavista como en Ocotepec se presenta algún tipo de favoritismo hacía algunas personas, sin embargo en Ocotepec, este favoritismo está más relacionado con una suerte de intercambio en el cual, las personas más participativas o que colaboran con el Centro de Salud, son tratadas con menos rigor a la hora de enviar las listas de asistencia. En el caso de Altavista, el trato preferencial remite a una cercanía inespecífica: "ser allegadas".

Si no existe participación, mucho menos control sobre cómo se puede acceder al programa, ni canales de queja efectivos para resolver las dificultades; tampoco puede decirse que exista la posibilidad real de que la comunidad participe en el diseño o instrumentación del programa o en la elaboración y modificación de sus reglas de funcionamiento. El único control real que existe para los beneficiarios del programa —o para aquellos que aspiran a entrar en él—, se encuentra en la posibilidad de actuar sobre la propia identidad para ajustarla a los requisitos del programa y a la movilización del capital social y político cercano para poder influir de alguna forma en la obtención del recurso o en la solución de algunos problemas.

Representaciones sociales

No existe una representación de Oportunidades como un derecho sino como una ayuda, un apoyo que da el gobierno a las personas necesitadas. Al programa sólo tendrían derecho algunos, supuestamente la gente más necesitada, sin embargo, "hay gente que no necesita, y lo tiene", por lo tanto y "aunque con este gobierno más gente entra al programa", sigue habiendo un aire de arbitrariedad en la forma en que son elegidos, "es suerte", "chiripa", porque "nos ven muy amolados", "porque necesitamos", etcétera.

Existe una representación de lo que significa ser pobre, y sobre todo está asociada con la apariencia y los bienes materiales que se poseen. Esta representación de la pobreza está ligada, en parte, a lo que les preguntan para ingresar al programa sobre lo que comen, cómo es su casa y lo que tienen en ella. En ambas localidades circula una representación de los pobres que se expresa de dos formas: de un lado a través del discurso, al repetir que "son pobres pero aseados" y del otro, cuando se dramatiza la pobreza, lo que se cree que los otros esperan que sea "un pobre", para poder acceder al programa. De otro lado se liga la pobreza con las condiciones laborales: falta de empleo, bajos salarios, falta de seguridad social en general; incluso en muchas ocasiones, al momento de sopesar los beneficios obtenidos del programa y la disponibilidad de tiempo que éste exige con el ingreso obtenido en el trabajo que se tendría que dejar para poder asistir a pláticas y citas médicas, algunas personas prefieren mantener el ingreso generado por su trabajo que participar en el programa.

Se encontró que en el discurso de las comunidades se repite el discurso de los medios. Como sostiene Grize...

Las representaciones sociales que circulan en los discursos, son vehiculizadas por las palabras, los mensajes y las imágenes de los medios de comunicación y son cristalizadas en las conductas de los individuos y las comunidades (citado por Gutiérrez, 2007: 8-9).

Las representaciones sociales se construyen cotidianamente en los intercambios comunicativos que ocurren entre los diferentes actores sociales, se crean y recrean a través de discursos y prácticas y siempre ponen en juego las identidades sociales de los actores involucrados en la interacción. En las sociedades modernas, donde las personas se convierten en un público expuesto constantemente a miles de mensajes (comunicaciones persuasivas) que les dicen qué consumir, cómo comportarse, qué creer y en quién creer, etcétera, estos medios crean y difunden representaciones sociales, que pasan a hacer parte de nuestro acervo representacional, casi sin darnos cuenta. Programas como Oportunidades y sus homólogos, son instrumentos importantes de legitimación para los gobiernos, por lo cual gran parte de las acciones que involucran son de tipo comunicacional y buscan generar consenso y aceptación entre el público, en otras palabras, producir y reproducir ciertas representaciones sociales y por lo tanto ciertas prácticas asociadas a ellas.

Prácticas

Una de las prácticas recurrentes es actuar el papel de pobre para obtener los beneficios del programa. A partir de lo encontrado en esta investigación, esto implica verse de cierta forma y poseer o no ciertos bienes materiales. Según Goffman:

En nuestras realizaciones dramáticas tendemos, a encubrir aquellas acciones que no son compatibles con la imagen que queremos transmitir; y con las que intentamos no perder el mantenimiento del orden expresivo, es decir, tendemos a eliminar de la interacción todo elemento que cuestione la imagen que deseamos transmitir de nosotros mismos o del rol que representamos. El manejo de impresiones cumple, así mismo, la función de evitar la ruptura de la interacción (Álvaro, 2003: 298).

Según este autor, actuar como los otros esperan que lo hagamos, ocultando nuestras verdaderas intenciones, permite que seamos nosotros los que controlemos la situación y no ellos.18 Se encontraron prácticas como las relatadas a continuación:

... la primera vez, muchos escondían sus cosas, y cuando llegaban, este... que "no tengo tele", que "no tengo esto", y cuando ya se van, ya empiezan a sacar sus cosas, y eso... no se vale, porque muchas veces lo compramos con nuestro esfuerzo, no siempre es necesariamente que nos dé otra persona, lo compramos con nuestro esfuerzo, entonces a nosotros, eso nos explicaron en Oportunidades, dicen, pero tampoco si les llega la beca, no que ya voy ir a comprar esto... (Bertha, Ocotepec, sep. 18/2006.

Se encontró que, a pesar de lo repetido constantemente a través de los medios de comunicación y por el mismo Programa en sus reuniones, durante el proceso electoral, sí hubo prácticas clientelares: circulaban rumores de que si no volvía a ganar la presidencia el Partido Acción Nacional (PAN) el programa desaparecería y, ciertamente, los rumores pueden tomar tales dimensiones que se convierten en orientadores de las prácticas.

 

Comentarios finales

El análisis realizado en este trabajo me permitió relacionar tres conceptos: identidad, focalización y ciudadanía; y ubicarlos como parte de un mismo campo representacional. La focalización, como una política generada en los nuevos esquemas de combate a la pobreza extrema, al significar una elección muy específica de beneficiarios para los programas sociales, influye en la representación que la gente tiene de sí misma, (autorrepresentación-identidad) pues, tener ciertas características y/o pertenecer a ciertos grupos, se convierte en elemento fundamental para acceder a los beneficios del programa. De otro lado, la focalización también implica una forma de heterorreconocimiento específica pues, para empezar, se parte de categorías construidas por el gobierno que definen la condición de "pobreza extrema" y luego se establecen una serie de prácticas para reconocer esta condición en las personas.

La focalización afecta la relación entre identidad y ciudadanía, ya que implica, del lado de la identidad, caracterizar a ésta de cierta forma para poder autodefinirse como pobre o definir a otros como pobres; y del lado de la ciudadanía, incentiva un conjunto de prácticas que pueden generar división al interior de las comunidades y también merman su capacidad de auto organización. Ya que la focalización exige un trabajo previo de discriminación —en el sentido de que unos quedan afuera y otros adentro—, la idea de igualdad inherente al concepto de ciudadanía, queda no sólo matizada sino perdida en el barullo de políticas sociales cada vez más selectivas y excluyentes.

Podemos decir que, en el caso de Oportunidades, la focalización ha significado, más que una competencia por los recursos, una competencia por demostrar quién es más pobre. Aunque no podemos afirmar que la existencia de este tipo de programas determine en sí misma una construcción de identidades sociales deterioradas, ciertas características de su implementación sí podrían implicar un reforzamiento de algunos aspectos negativos de la identidad social de estos grupos. La focalización exige caracterizar cuidadosamente a los grupos que recibirán los recursos lo cual ha conducido a que se refuercen prácticas sociales, que por cierto no son nuevas, en las cuales lo principal es demostrar que se cumple con las características de necesidad esperadas: cierta apariencia física, carecer de ciertos bienes materiales, ser indígena, tener una enfermedad, etcétera. De esta manera una condición que socialmente es considerada negativa, empieza a representar ganancias para aquellos que la exhiben, y de aquí resulta una paradoja que se convertirá en característica de la identidad de estos grupos: ser pobre es desventajoso porque implica una condición existencial negativa, pero de otro lado puede hacer a las personas que presentan dicha condición, receptoras de ciertos beneficios con los que no contarían de no existir esa condición negativa.

La focalización, que para estos programas significa una cualidad, en otros sentidos es negativa en tanto, en términos identitarios, puede provocar que se vuelvan positivas justamente aquellas características que se consideran negativas y que se desearía erradicar. En este punto es importante aclarar que consideramos, con Vasilachis (2003), que los aspectos materiales son parte únicamente de la dimensión existencial de la identidad humana, desafortunadamente en nuestras sociedades esos aspectos se vuelven centrales como elementos legitimadores y de poder, por lo tanto, como son los más visibles y valorados en la sociedades capitalistas modernas, tienen una fuerza central al momento de definir y calificar a los distintos actores sociales. No hay que olvidar que las diferentes formas en que se resuelve el problema de la identidad forman parte de ideologías, es decir, sistemas de creencias cuya función es reforzar el poder político de un grupo específico dentro de la sociedad (Villoro, 1993: 400).

Podemos considerar a esta clase de programas sociales como formas de control social del Estado sobre la gente, en tanto que premian —en el caso específico del programa que aquí nos interesa— ciertos comportamientos en la población y castigan otros o, visto desde la perspectiva del intercambio político, implican movilizar recursos del Estado con el fin de presionar sobre la intención de voto de los ciudadanos. En este último sentido podríamos decir que existe un control, aunque precario, ejercido por los individuos receptores de estos programas, que utilizan su voto como objeto de intercambio político.

Desde el discurso oficial (que coexiste con el discurso de los grupos beneficiarios conformado por rumores, repeticiones de lo que escuchan en la publicidad y en las reuniones de Oportunidades, y por su propia reflexión) se han tratado de anclar ciertas ideas en los grupos: que los recursos provienen de los impuestos de todos y por tanto no pueden ser retirados por ningún partido político, es decir, que el acceso al programa no está condicionado por las pertenencias partidistas, y que los recursos deben ser distribuidos entre aquellos que más lo necesitan. En cierta forma estas ideas, muy socorridas en periodo electoral, despojarían a estos grupos de una de sus precarias formas de control: el intercambio político ejercido a través del voto. Aunque durante el proceso electoral que transcurrió mientras se hacía esta investigación, no hubo coincidencia de las prácticas con los mensajes enviados a través de los medios de comunicación —puesto que sí hubo acciones clientelares documentadas en periódicos y a través de testimonios—, sí hay una tendencia en la política social a despolitizarse, pero en el sentido de "desestatalizarse", es decir, que cada vez se restringen más los presupuestos públicos destinados a la política social, y va en aumento la participación del sector privado en está área.

Respecto a las dos poblaciones analizadas en este trabajo, podemos concluir que las diferencias más importantes encontradas no tienen que ver tanto con la representación social que tienen del programa y de lo que reciben de él, o de la percepción que tienen de sí mismos como sujetos de derechos y obligaciones, sino con los grados y formas de control social que existen en cada comunidad, con la configuración identitaria de sus actores sociales y con la manera en que se expresa la norma de reciprocidad en cada comunidad.

 

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Notas

1 Presidente de México en el periodo 2000-2006.

2 La información que aparece en este artículo respecto a la organización y funcionamiento del programa Oportunidades es anterior al 2007 pues, dada la especificidad del estudio de caso, el análisis tenía que realizarse teniendo en cuenta el contexto y las características del programa en ese momento, por lo tanto, para acercarse al funcionamiento actual de este programa habrá que recurrir a otras fuentes ya que los marcos normativos suelen modificarse de un gobierno a otro.

3 Son las madres de familia las directamente responsables de cumplir y hacer cumplir, por parte de sus familias, las obligaciones con el programa al tiempo que son quienes reciben el dinero. Para este programa, la familia en su conjunto es la beneficiaria.

4 El monto máximo mensual de apoyo por familia en el semestre julio-diciembre de 2005 era: a) con becarios en educación básica 1,045 pesos mexicanos, b) con becarios en educación media superior 1,775 pesos mexicanos. Estos montos incluyen apoyo alimentario y beca educativa.

5 "El aspecto central de análisis discriminante consiste en tipificar los perfiles de las familias pobres extremas y las que no lo son, y con base en ello determina una regla para clasificar a cada hogar en uno de los dos grupos, en función de su perfil (...) El sistema de puntajes permite la focalización de acciones en forma prioritaria hacia la población en pobreza extrema..." (DOF, 2006, numeral 6.3.2.)

6 Se llama ejido a "(...) la institución formada para explotar de manera corporativa las tierras repartidas (en el reparto agrario) y por extensión a su centro de población." (García, 2004: 93)

7 La propiedad colectiva de la tierra fue reconocida durante la Colonia (Fujigaki, 2004).

8 "(...) la referencia a representaciones que definen la identidad de un grupo, desempeñará un papel importante en el control social ejercido por la colectividad sobre cada uno de sus miembros, particularmente en los procesos de socialización." (Abric, 2005: 411).

9 Discurso del presidente Vicente Fox Quesada al recibir a beneficiarias del programa, enlaces y presidentes municipales, funcionarios estatales y federales de los sistemas de salud y educación, en una reunión con el lema "Contigo hacemos Oportunidades". Coordinación nacional del Programa de desarrollo humano Oportunidades. Dirección de información y difusión. México, D.F. 9 de noviembre de 2004. DDACD/040/04 http://www.oportunidades.gob.mx/prensa/DDACD402004.html Consultado: Diciembre 7/2006.

10 "... situación en que se negocian bienes de naturaleza diversa ubicados entre la economía y la política. Los protagonistas de la transacción son los grupos sociales organizados y el Estado, en varias combinaciones. Los bienes de naturaleza diversa intercambiados pueden ser los salarios, la ocupación, las inversiones, las facilidades de crédito, etc., pero también la lealtad política, el concenso democrático o sencillamente la detención del disenso activo, el aplazamiento de sanciones..." (Rusconi, 1986: 68).

11 Coordinación nacional del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades. Dirección general adjunta de comunicación y difusión. México, DF, 05 de enero de 2006. DDACD/001/06 http://www.oportunidades.gob.mx/prensa/DDACD0012006.html Consultado: diciembre 7/2006.

12 Estos son los Centros de atención primaria que existen en casi todas las colonias y pertenecen a la Secretaría de Salud Pública. Las promotoras de salud eran las encargadas de las pláticas de salud y registraban la asistencia de los beneficiarios de Oportunidades a las citas médicas preventivas y a las pláticas.

13 Calentador de agua.

14 Para Goffman el "sí mismo" es representado como un tipo de imagen, generalmente positiva, que el individuo intenta que los otros le atribuyan cuando está en escena y actúa conforme a su personaje (2006: 268).

15 Según esta investigadora la identidad está compuesta por dos dimensiones: la existencial que remite fundamentalmente a aquellos aspectos circunstanciales que hacen diferentes a las personas como los bienes materiales que posee, su educación, etcétera; y la dimensión esencial, que sería aquella que nos hace iguales como personas, como seres humanos (Vasilachis, 2003).

16 La gente denomina así al tipo de trabajo comunitario voluntario en el cual participan principalmente las personas nativas y algunos avecindados, como es el caso de la persona a la que se refiere en esta conversación.

17 Este tipo de Comités existen en todas las colonias por decreto de la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Morelos. En Ocotepec, convive esta forma de organización con la tradicional asamblea del pueblo.

18 La existencia de una representación de la situación previa a la interacción misma explica el hecho de que, en la mayoría de los casos, "los juegos estén definidos de antemano" y las conclusiones estén ya planteadas incluso antes de iniciar la acción (Abric, 2005: 412).

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