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Cultura y representaciones sociales

versão On-line ISSN 2007-8110

Cultura representaciones soc vol.1 no.2 Ciudad de México Mar. 2007

 

Reseña

 

Giménez Montiel, Gilberto (2005). Teoría y análisis de la cultura. Problemas teóricos y metodológicos (Tomos I y II)

 

Margarita Quezada Ortega

 

México, CONACULTA-ICOCULT

 

La autora es Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y trabaja en el Instituto Superior de Ciencias de la Educación Estado de México, División Ecatepec.

 

El nombre de Gilberto Giménez evoca, entre un creciente número de estudiosos de las ciencias sociales en Iberoamérica, una referencia imprescindible para abordar temas y conceptos como cultura, identidad o memoria colectiva. De ahí la importancia y trascendencia de la obra que aquí reseño.

Encontramos aquí una compilación de los innumerables textos del autor sobre estos temas, además de un conjunto de ricas elaboraciones que permiten hacer el recorrido teórico e histórico en que se fundamentan sus ideas, a partir del análisis crítico de diferentes posturas teóricas y miradas disciplinarias.

La obra está dividida en dos volúmenes —que superan las ochocientas páginas— e integrada básicamente por dos partes complementarias estrechamente vinculadas: la primera, titulada "Prolegómenos", donde el autor desarrolla ideas propias sobre cada tema, y la segunda —"Antología"—, que presenta una selección cuidadosa de textos (o fragmentos) de diferentes autores, aportando elementos clave para el estudio de las temáticas propuestas.

La concepción misma de esta obra constituye precisamente una de sus mayores riquezas. El autor nos brinda, junto con sus propias elaboraciones y sistematizaciones, la entrada a fuentes directas donde él mismo ha abrevado, de tal manera que los lectores podemos hacer el recorrido documentado por diversos textos, autores y perspectivas que fundamentan las ideas plasmadas en los prolegómenos. Esto otorga un valor incalculable a la obra, ya que nos permite encontrar, ahí mismo, la ampliación extensa —previamente seleccionada y acotada— de las fuentes bibliográficas referidas y los textos originales que van sustentando las ideas centrales. Así, se facilita el sano ejercicio de consultar directamente las fuentes citadas en aquellas obras que nos parezcan especialmente relevantes.

En la sección de "Prolegómenos" —con esa claridad expositiva que lo caracteriza— nos invita a reflexionar sobre las diversas concepciones del concepto de cultura que se han desarrollado históricamente desde diferentes perspectivas teóricas y disciplinarias.

El recorrido inicia con un primer capítulo, dedicado a la cultura en la tradición filosófico-literaria y en el discurso social común. Este punto de partida resulta fundamental para comprender la estructura misma de la obra: las múltiples representaciones que se tienen del propio término "cultura" —desde nuestras diferentes posturas y concepciones— constituyen el principal obstáculo a sortear para profundizar en algo tan invisible —precisamente por conocido— y tan complejo: tratar de "ver" esa cultura de manera objetiva; esa en la que, inevitablemente, estamos atrapados. Giménez decide hacer frente a esta primera dificultad, advirtiéndonos sobre la polivalencia del concepto y el extenso recorrido que han hecho las diversas disciplinas. Este primer acercamiento permite al lector ubicar sus propias prenociones, como un paso indispensable para transitar hacia un estudio serio y sistemático de ese objeto tan cercano y, a la vez, huidizo: la cultura.

En este primer capítulo de los prolegómenos, encontramos también una interesante crítica a las elaboraciones teóricas y filosóficas de la cultura que la reducen a un ámbito de "alta cultura" y la identifican con la producida por aquellos intelectuales legitimados desde la perspectiva dominante. Esta perspectiva —basada en la dicotomía cultura-incultura—, oculta una postura discriminatoria y excluyente con relación a aquellas formas culturales subalternas o populares que no se apegan a los cánones de la cultura dominante. Como se ha dicho, las reflexiones de nuestro autor se complementan con una acertada selección de textos que podemos encontrar en la antología.

Como era de esperarse en un buen libro sobre teorías de la cultura, las perspectivas antropológicas tienen un lugar especial; nos permiten incursionar por las diferentes posturas producidas desde esta disciplina que tradicionalmente se ha enfocado en el estudio de las formas culturales. Aquí, el prolegómeno nos ayuda a ubicar diferentes escuelas antropológicas y nos aclara cómo éstas han ido transformándose históricamente al romper con las antiguas posturas (elitistas y excluyentes), dando paso a la concepción totalizadora de la cultura fundada por Tylor, continuada, revisada y complementada por una larga lista de antropólogos. El texto da cuenta y explica cómo fueron cambiando estos enfoques a través de diferentes escuelas y tradiciones antropológicas, particularmente anglosajonas y francesas. Cierra este capítulo una interesante crítica sobre la insuficiencia de estas concepciones antropológicas, totalizadoras y normativas, para dar cuenta de problemas sociales centrales como la dominación, explotación o las desigualdades sociales, y sus efectos en la propia cultura.

Los comentarios críticos de Giménez acerca de las posturas antropológicas clásicas sobre la cultura, engarzan perfectamente con la siguiente sección, dedicada al análisis de la perspectiva marxista. Para la discusión sobre la concepción de la cultura desde esta mirada, recupera la postura de autores como Lenin y Gramsci, que incluyen ya una dimensión simbólica o de significación, con su tendencia a homologar cultura e ideología y situarlas dentro del campo de la lucha hegemónica, lo que concibe como "un progreso indudable" en relación con las perspectivas antropológicas clásicas.

Al respecto, los fragmentos de textos de Thurn, Establet, Cirese y Signorelli, (estos tres últimos traducidos por el propio Gilberto Giménez) que encontramos en la sección de "Antología", permiten al lector abundar y contrastar sus posturas sobre esta perspectiva de la cultura.

El recorrido por los diferentes desarrollos teóricos, arriba finalmente a la postura defendida y que presenta en su prolegómeno 4: la concepción simbólica de la cultura. De entrada, Giménez nos advierte sobre la necesidad de superar las limitaciones señaladas en las elaboraciones teóricas precedentes, pero teniendo el cuidado de rescatar aquellas contribuciones estratégicas que precisamente han servido de sustento para nuevas conceptualizaciones.

Este capítulo constituye una de las principales aportaciones de la obra, donde se apuesta por una concepción de la cultura —que el propio Giménez reelabora recuperando críticamente diversas aportaciones disciplinarias—, particularmente desde la antropología, la sociología y la semiótica; nos propone una delimitación preliminar que concibe a la cultura como el conjunto de hechos simbólicos presentes en una sociedad —lo simbólico es entendido como el conjunto de procesos sociales de significación y comunicación que abarcan los códigos sociales, la producción del sentido y su "gramática" de reconocimiento e interpretación—.

En este capítulo enfatiza una distinción que le parece fundamental: la diferencia entre formas objetivadas y subjetivadas de la cultura, con lo que abre la discusión sobre la importancia central de reasignarle un importante lugar a las representaciones sociales de los sujetos y a las diferentes maneras en que éstos interiorizan una cultura determinada. La propuesta de Giménez para el estudio de la interiorización de la cultura recupera dos perspectivas que considera homologables para fines prácticos: las aportaciones de Bourdieu con su teoría del habitus, y la teoría de las representaciones sociales; en ambas puede considerarse la eficacia operativa de las formas subjetivadas de la cultura desde las funciones cognitivas, identificadoras, orientadoras y justificadoras que desempeñan en la vida social.

Estas puntualizaciones aportan al estudioso de la cultura no solamente una conceptualización teórica, sino que, junto con ella, señalan caminos para abordar su investigación, lo que indudablemente le da un valor particular a la obra que aquí reseño, y que se complementan con la sección dedicada a los problemas metodológicos presentes en la investigación de este vasto universo. Se recupera de manera particular la propuesta de la "hermenéutica profunda" de John B. Thompson, discutida y complementada a partir de múltiples autores que nos permiten ubicar una mirada para abordar este campo, lo que sin duda constituye una guía y punto de debate tanto para el investigador novel como para el más experimentado.

En la antología, el lector encontrará fragmentos fundamentales para el estudio de la concepción simbólica de la cultura —particularmente los de Clifford Geertz— y, en un capítulo aparte, aquellos dedicados al estudio de las formas interiorizadas y objetivadas de la cultura como los de Bourdieu, Abric y del propio Giménez.

Estas puntualizaciones sobre el carácter simbólico de la cultura permiten al lector introducirse y engarzar conceptualmente el capítulo dedicado al estudio de la identidad y la memoria colectiva. El lector familiarizado con la obra de Giménez, encontrará en el capítulo 5 de los prolegómenos, un texto donde se resume brevemente, pero con gran claridad, su postura sobre el concepto de identidad, vinculándolo de manera estrecha e imprescindible con el de cultura, y abundando sobre la importancia que tiene la memoria colectiva en la conformación de las identidades sociales.

El prolegómeno de Giménez puede complementarse y profundizarse, en la antología, con un texto de su propia autoría titulado "Materiales para una teoría de las identidades sociales", que es probablemente uno de sus trabajos más conocidos y reconocidos entre los estudiosos del tema, ya que es en él donde desarrolla su concepción de la identidad como distinguibilidad a partir de tres elementos diferenciadores: pertenencia social, atributos identificadores y narrativa biográfica. También me parece particularmente importante la inclusión del fragmento del texto "Identidades asesinas" de Amin Maalouf donde, a partir de su relato autobiográfico, analiza su particular conformación identitaria y las aparentes contradicciones y posibilidades que ella encierra desde el conflicto provocado por su doble pertenencia a comunidades enfrentadas; esto permite al lector incursionar en estas temáticas, de por sí áridas, de una manera más clara, amable y accesible. También son dignos de destacarse la selección de textos de Bassand, sobre identidades regionales; para el tema de la identidad nacional, los fragmentos selectos de la obra clásica Comunidades imaginadas de Benedict Anderson; de Edgar Morin se retoma el carácter mítico-real de este tipo de identidad, y del mexicano Bonñl Batalla, un texto sobre la cultura nacional.

Congruente con su concepción dinámica de la cultura, Giménez dedica un capítulo de sus prolegómenos al análisis del cambio cultural y los mecanismos a través de los cuales se reconfigura la cultura a través del tiempo y los cambios e intercambios contextuales. Nuevamente, la antología correspondiente permite al lector profundizar y debatir con nuestro autor y, para esta sección, nos ofrece diferentes textos que nutren su obra, como los de Pierre Bourdieu, Alberto Cirese o Michel Bassand —entre otros—, incluyendo también en esta sección un texto escrito por el propio Giménez.

Por último, sólo me resta invitar a todos los gentiles lectores a que se acerquen directamente a esta obra, de la que aquí solamente ofrezco un breve e incompleto panorama. Estoy segura que la lectura de estos libros de nuestro querido y entrañable Gilberto Giménez se convertirá, como ya lo son muchas de sus obras, en una referencia y punto de partida imprescindible para los estudiosos de la cultura. Encontrarán aquí las más diversas miradas disciplinarias, un manejo erudito acompañado de un toque amable y accesible que les permitirá abordar los temas más difíciles e intrincados, gracias a un generoso lenguaje, limpio y llano, y a una gran capacidad para transmitir y compartir experiencias, y sabiduría.

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