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Dilemas contemporáneos: educación, política y valores

versión On-line ISSN 2007-7890

Dilemas contemp. educ. política valores vol.8 no.2 Toluca de Lerdo ene./abr. 2021  Epub 21-Abr-2021

https://doi.org/10.46377/dilemas.v8i2.2523 

Artículos

Modelo pedagógico de promoción de lectura del texto literario para el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes de la Educación Superior

Pedagogic model of promotion of reading of the literary text for the development of the behavior reader in the Educational Superior students

Ana Irma Nogueras Planas1 

Roberto Luis Rodríguez Verdecia2 

Ciro Ángel Riverón Ovalles3 

1Licenciada en Educación, especialidad Español-Literatura, Doctora en Ciencias Pedagógicas, Profesora Titular del Departamento de Español-Literatura y coordinadora de la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura. de la Universidad de Granma, Cuba. Correo electrónico: anoguerasp@udg.co.cu

2Licenciado en Estudios Socioculturales. Profesor Asistente de la Universidad de Granma, Cuba. Profesor del Departamento de Español-Literatura. Correo electrónico: rrodriguezv@udg.co.cu

3Licenciado en Educación, especialidad Maestro Primario, Máster en Educación, mención Educación Especial, Doctor en Ciencias Pedagógicas, Profesor Auxiliar de la Universidad de Granma, Cuba. Profesor del Centro Universitario Municipal del municipio Pilón, provincia Granma, Cuba. Responsable de la Actividad de Ciencia y Técnica de este centro. Correo electrónico: criverono@udg.co.cu


Resumen:

La promoción de lectura del texto literario potencia el comportamiento lector en los seres humanos en sus diferentes dimensiones, y aunque es considerada una práctica social dirigida a transformar las maneras de sentir, valorar, imaginar, compartir y concebir la lectura como construcción sociocultural, en el proceso pedagógico no siempre se concibe como una práctica intencionada, a partir del trabajo coordinado de la Universidad y las instituciones culturales comunitarias; por eso, se presenta un modelo pedagógico de promoción de lectura del texto literario que integra las dimensiones cognitiva y afectivo-emocional, para favorecer el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes de la Educación Superior.

Palabras claves: comportamiento lector; promoción de lectura; texto literario

Abstract:

The promotion of reading the literary text enhances reading behavior in human beings in its different dimensions, and although it is considered a social practice aimed at transforming the ways of feeling, valuing, imagining, sharing and conceiving of reading as a sociocultural construction, in the pedagogical process is not always conceived as an intentional practice, based on the coordinated work of the University and the community cultural institutions; For this reason, a pedagogical model for the promotion of reading the literary text is presented that integrates the cognitive and affective-emotional dimensions, to favor the development of reading behavior in students of Higher Education.

Key words: behavior reader; promotion of reading; literary text

INTRODUCCIÓN

Una universidad en la que se practican diversos modos de leer para desarrollar una lectura sensible, inteligente, crítica y creadora, es una universidad en la que se garantiza el crecimiento humano y profesional de toda la sociedad (Montaño y Abello, 2015). Estas palabras avalan la necesidad de que en el siglo XXI la lectura asuma retos que exigen la formación de lectores críticos y creativos capaces de leer los textos que se les ofrecen a diario en distintos soportes. De manera particular, la lectura del texto literario desarrolla la fantasía del lector ajusta el razonamiento, refina la sensibilidad e incrementa la capacidad creativa del lector.

A pesar de los aportes realizados al proceso de la lectura y de reconocer su importancia para la formación integral del ser humano, los estudiantes universitarios no siempre asumen una posición crítica y creadora ante los textos literarios; es limitada su asistencia a las actividades sobre lectura literaria desarrolladas en la biblioteca escolar y en la comunidad extrauniversitaria.

Estas limitaciones obedecen a que, en el proceso de formación del profesional, la lectura del texto literario no siempre se muestra como uno de los recursos utilizados en la práctica pedagógica para suscitar la imaginación, la fantasía y la creatividad del estudiante; existen limitaciones para instrumentar la lectura del texto literario en las estrategias educativas de los años académicos, de manera interrelacionada con las instituciones culturales de la comunidad y son insuficientes los espacios que fomentan la lectura voluntaria y por placer, en la comunidad intra y extrauniversitaria, pues, generalmente los estudiantes leen con un fin académico.

A partir de las limitaciones expuestas, se diseña un modelo pedagógico de promoción de lectura del texto literario, que favorece el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes universitarios.

DESARROLLO

Consideraciones teóricas en torno a la lectura del texto literario

Para entender el proceso de promoción de lectura del texto literario, es necesario un acercamiento al concepto texto literario y la práctica de su lectura. El texto literario es un modo de creación artística, con características propias y con tipos de textos concretos. En ellos existe la libertad creativa y la originalidad del autor y predomina el empleo de recursos literarios que cultivan la imaginación del lector.

Según Aventín (2005), el texto literario se erige como un complejo constructo cultural, cuya dinámica interna lo convierte en un ente independiente, al tiempo que lo liga a la cultura en la que es engendrado, en tanto que el escritor lo concibe y lo escribe desde lo que es; por ello, hay que tener en cuenta las circunstancias vitales que vive su autor cuando lo escribe, las coordenadas espacio-temporales y la cultura que le rodea, así como el momento en el que el lector lo lee.

Bastida, Bordons y Rins (2006) consideran que el texto literario posee una función social, pues acerca a los estudiantes a los temas, valores e inquietudes de la humanidad, lo que posibilita relacionar los conocimientos teóricos con su realidad más próxima y reflexionar sobre la sociedad que habitan. Para Cruzata (2007), en este tipo de texto, se manifiesta la subjetividad del autor desde sus impresiones y sus puntos de vista, sus vivencias y experiencias. Mendoza (2009) plantea que el texto literario se presenta como una unidad semiótica, como un exponente cultural condicionado, en su creación y en su recepción, por factores de la cultura en que se inscribe.

Hernández, Díaz y García (2011) lo consideran como una unidad lingüístico-artística dinámica, que trasmite un mensaje estético de carácter intencional, autorreflexivo, ambiguo y complejo, que se proyecta más allá de su época y promueve el desarrollo interno del lector en contextos socioculturales históricamente condicionados.

Los criterios expuestos revelan las múltiples miradas teóricas en torno al texto literario. Los estudios enfatizan en la relación del texto literario con el aprendizaje lingüístico-gramatical y su contexto de producción, sin considerar las vivencias y experiencias del lector para comprender su sentido y que este tipo de texto influye en el intelecto y en la sensibilidad del lector más allá de su contexto y de su presente.

En relación con la lectura del texto literario, Mañalich (1980) expresa que en la lectura del texto literario se parte de la experiencia real y objetiva que tiene el estudiante del mundo que lo rodea, para así llegar a su esencia como reflejo de la realidad que el escritor recrea en forma de imágenes artísticas y como expresión de la ideología de una clase social en el momento cuando fue concebida.

Puerta (1999) plantea que la lectura del texto literario suscita la fantasía y se considera una lectura más sensible que refleja la visión del mundo del autor, permitiendo que el lector proyecte en el texto sus ansias, angustias y deseos. Por su parte, Mendoza (2006) la concibe como un proceso interactivo entre el texto y el lector, en el que resulta fundamental el intertexto lector, o sea, el espacio de encuentro de las aportaciones del texto con las del lector, en el cual adquiere importancia la dimensión afectivo-emocional.

Aunque en estos criterios se excluye la importancia del contexto sociocultural para la construcción de los significados y sentidos del texto literario, se presenta el concepto de experiencia de la lectura y se abordan las dimensiones que influyen en el gusto por la lectura y en la creación del hábito lector.

Ricoeur (2003) defiende una lectura literaria como reescritura, en la que el lector genera nuevos enunciados, pues el significado literario necesita ser construido socialmente. Sanjuán (2011) expresa que la lectura literaria como creadora de sentido, como vía de conocimiento del mundo y de la construcción de la propia identidad, o como práctica liberadora, constituye la principal dimensión de la experiencia lectora. Se asumen estas ideas porque la capacidad de construir la experiencia personal, a partir de la experiencia simbolizada en el texto literario, es fuente de satisfacción para el lector.

El tipo lectura literaria se determina por la actitud del estudiante y sus razones para leer; pero en el proceso de promoción de lectura del texto literario se precisa integrar lo interpretativo con lo afectivo-emocional, para facilitar la construcción de los significados y sentidos del texto literario porque, aunque el estudiante conoce que la lectura literaria tiene diferentes funciones y satisface diversas necesidades, no siempre lee para descubrir el placer estético, sumergirse en la cultura y alimentar su intelecto.

La promoción de lectura del texto literario y el desarrollo del comportamiento lector

La promoción de lectura se ha definido desde diferentes puntos de vista y en la literatura científica se relaciona, fundamentalmente, con las campañas de promoción de un libro, autor, revista o editorial como parte de la promoción cultural. Se asocia, además, con los programas que la biblioteca de la institución escolar desarrolla para formar lectores. Estas posiciones evidencian la falta de reconocimiento del valor pedagógico de la promoción de lectura.

Álvarez y Naranjo (2003) conciben la promoción de lectura como una construcción sociocultural, que impulsa un cambio cualitativo y práctico de la lectura en la sociedad; la entienden como un trabajo de intervención sociocultural que estimula la reflexión, la revalorización, transformación y construcción de nuevos sentidos y prácticas lectoras que generan cambios en las personas, en sus contextos y en sus interacciones sociales.

Al referirse a la promoción de lectura del texto literario, Vispo (2016) afirma que es la expresión de una red de factores que posibilitan, primero, la magia del encuentro con el libro, de modo que se favorezca la relación estudiante-sujeto, con la obra literaria-objeto, lo que permitirá hacer posible el desarrollo creciente de la cultura general en los estudiantes y, en consecuencia, favorecer el gusto estético, la sensibilidad ante el producto literario y su crecimiento personal, siempre que se observen aspectos como necesidades, intereses y fines de la lectura.

Lugo (2017, p. 185) define la promoción de lectura literaria como uno de los “componentes de la formación literaria (...) como una expresión del contenido, que tiene punto de partida en la clase, y su extensión en otros espacios instructivo-educativos, donde el estudiante-lector actúa como protagonista”. Esta autora vincula la promoción de la lectura con la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Literatura. Como se aprecia, desde la promoción de la lectura del texto literario se motiva a los profesionales en formación hacia una lectura reflexiva y crítica, pero se limita al análisis literario y a los estudios de la lengua.

Para garantizar el éxito del proceso de promoción de lectura del texto literario, se debe lograr la interacción estudiante-autor, profesor-estudiante, estudiante-texto literario-contexto sociocultural, y estimular actitudes favorables hacia la lectura, pues de esta manera los estudiantes tienen mayores posibilidades disfrutar la lectura literaria y atribuirle significados al texto desde la experiencia personal; por eso, el proceso de promoción de lectura del texto literario deviene como actividad comunicativa, pues en él se establece la relación del estudiante con otros estudiantes y con el mediador de lectura literaria, en un sistema de relaciones sobre la base de representaciones conscientes, a través de un estilo que permite una mayor o menor comunicación entre ellos, asumiendo indistintamente los roles de emisor y receptor.

En el proceso de promoción de lectura del texto literario se deben crear espacios que propicien el diálogo, la reflexión y la crítica. La personalidad literaria del estudiante se forma y se desarrolla en la actividad lectora y en el proceso de comunicación con el autor del texto y el resto de las personas que participan en la promoción de lectura del texto literario en los diferentes contextos socioculturales, de este modo se evidencia la relación lector-texto-contexto sociocultural.

La promoción de lectura del texto literario es un proceso socializador en el que el estudiante asume un papel destacado como sujeto social. Ello implica entenderla como un proceso de intercambio interpersonal (interacción social). Al respecto, Álvarez, Ocampo, Giraldo, Guerra, Melgar y Gómez (2018) proponen un enfoque desarrollista de corte socializador, centrado en la idea de la lectura ligada a la conversación, al encuentro de los sujetos, una lectura puesta en el proceso de construcción de lo humano, de la elaboración permanente de un proyecto colectivo en el que tiene presencia el sujeto en todas sus dimensiones: afectiva, emotiva, cognitiva, comunicativa, valorativa, ética, estética y cultural.

Se comparten las ideas de estos autores, pues le atribuyen a la lectura un lugar central en los procesos de integración del sujeto a las estructuras sociales; por tanto, el leer se vuelve una práctica de sociabilidad, a través de la cual se produce la reconstrucción de los significados y sentidos del texto literario, como consecuencia del intercambio comunicativo que se produce en situaciones de lectura compartida, a través de códigos verbales y no verbales.

La promoción de lectura del texto literario para el desarrollo del comportamiento lector tiene en cuenta la relación entre lo cognitivo y lo afectivo-emocional. Las emociones reflejan el estado del estudiante, sus relaciones con el texto literario, expresadas en forma de vivencias. En esta relación surgen los motivos de la actividad lectora, se desarrollan nuevas necesidades. Las emociones orientan y regulan la actividad de lectura; son el reflejo de las vivencias que adquiere el estudiante en los contextos socioculturales donde realiza la práctica social de la lectura del texto literario.

Los aspectos cognitivos no se producen al margen de los afectivos y motivacionales; por eso, una categoría fundamental que debe ser considerada en el proceso de promoción de lectura del texto literario es la motivación, la cual determina la orientación de la actividad del estudiante hacia la lectura como actividad social, expresada en la disposición para su realización en diferentes tiempos y espacios, en la valoración de su papel en relación con el medio donde interactúa, como vía de preparación y realización personal y profesional. La motivación es personalizada porque cada estudiante interpreta, valora y reformula el texto literario según su visión del mundo y su objetivo de lectura.

La promoción de lectura del texto literario capacita a los estudiantes para la formación del hábito lector, la adquisición de la lectura comprensiva, la incitación al razonamiento crítico, el fomento del placer por los textos literarios y la escritura literaria; de ahí que constituya una vía para desarrollar el comportamiento lector.

En relación con el comportamiento lector, Duarte (2012) considera que se demuestra cuando el lector siente placer en la lectura, la disfruta, saborea y repasa ese gusto mediante la apreciación y expresión de su fruto; además plantea que el lector debe saber impulsar el pensamiento, enunciar lo que el autor piensa e identificar la inmensa riqueza y variedad de empleo de ideas del autor en un texto.

Para Aguiar (2001) el buen lector presenta los siguientes comportamientos lectores: selecciona obras a partir de sus preferencias y necesidades, de acuerdo con su horizonte de expectativas; conoce los locales donde se encuentran los libros; dialoga con nuevos textos, posicionándose críticamente ante ellos; se integra a grupos de lectores, intercambia impresiones y expresa en diferentes lenguajes lo que lee; es receptivo ante nuevos textos; tiene conciencia de su crecimiento como lector y como ser humano propiciado por la lectura y frecuenta los espacios mediadores de lectura.

Pinzás (2012) menciona las siguientes características del comportamiento de un buen lector: piensa sobre lo que lee; usa su conocimiento y experiencia sobre el mundo y la vida diaria para entender lo que lee; integra la información previa para comprender el texto; controla y guía su lectura en relación con su meta, la naturaleza del material y si está entendiendo o no y practica la lectura, desarrollándola y refinándola.

Los autores de este artículo conciben la promoción de lectura del texto literario para el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes de la Educación Superior, como un proceso pedagógico que considera las características sociales y culturales de la universidad, las instituciones culturales de la comunidad y los estudiantes, con el fin de propiciar, bajo la guía y orientación del mediador de lectura literaria, la intervención sociocultural sobre el texto literario, para sentir, interpretar y valorar sus significados y sentidos, y, en un proceso socializador de lectura compartida, reformularlos creativamente, como un modo de personalizar el hecho literario, integrando las dimensiones cognitiva y afectivo-emocional, de modo que los estudiantes pasen de ser objeto de formación a sujeto de su propia transformación.

Modelo pedagógico de promoción de lectura del texto literario para el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes de la Educación Superior

El modelo pedagógico de promoción de lectura del texto literario se define como una representación teórica simplificada de las relaciones dialécticas que se dan entre la contextualización pedagógica de la promoción de lectura del texto literario, la Intervención sociocultural para la lectura del texto literario y la generalización de la experiencia lecto-literaria, las cuales expresan el movimiento y transformación del proceso que favorece, través de la intervención de los mediadores de lectura literaria, el desarrollo del comportamiento lector de los estudiantes universitarios.

El modelo se estructura en tres subsistemas: Contextualización pedagógica de la promoción de lectura del texto literario, Intervención sociocultural para la lectura del texto literario y Generalización de la experiencia lecto-literaria. Los subsistemas se interrelacionan, de ahí que se logren nexos estables entre ellos, lo que favorece la integridad del sistema como totalidad.

El subsistema Contextualización pedagógica de la promoción de lectura del texto literario se estructura en tres componentes: Caracterización del contexto sociocultural para la promoción de lectura del texto literario, Creación de situaciones de lectura literaria y Concepción integradora de actividades para la promoción de lectura del texto literario.

El subsistema Intervención sociocultural para la lectura del texto literario, está estructurado en tres componentes: Motivación hacia la lectura del texto literario, Transacción cognitivo-emocional con el texto literario y Valoración del texto literario. El subsistema Generalización de la experiencia lecto-literaria tiene tres componentes: Generación de espacios de lectura literaria compartida, Reformulación artística del texto literario y Socialización artístico-literaria.

El proceso de promoción de lectura del texto literario no debe ser espontáneo ni depender solo de los objetivos de la universidad y las instituciones culturales de la comunidad, sino también de los intereses individuales y colectivos del grupo de estudiantes; por tanto, se requiere integrar la actividad de estas instituciones, para organizar, de una manera contextualizada, el sistema de acciones pedagógicas que garantizan el éxito del referido proceso; por eso, la Contextualización pedagógica de la promoción de lectura del texto literario es el primer subsistema del modelo, entendido como el proceso pedagógico que permite adecuar las acciones pedagógicas, educativas y culturales que favorecen el desarrollo del comportamiento lector, a la realidad de los contextos socioculturales donde los estudiantes desarrollan la práctica social de la lectura del texto literario.

La contextualización pedagógica posibilita la organización sistémica y coherente del proceso de promoción de lectura del texto literario y el establecimiento de relaciones de cooperación entre la universidad y las instituciones culturales de la comunidad, a partir de establecer cuáles son los puntos comunes de desarrollo, fortalezas y debilidades, para favorecer el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes universitarios.

Para que la contextualización pedagógica del proceso de promoción de lectura del texto literario sea objetiva, se requiere la Caracterización del contexto sociocultural, primer componente del subsistema, entendido como el proceso que permite determinar los recursos materiales, tecnológicos y humanos de la universidad y las instituciones culturales de la comunidad; así como los recursos motivacionales, cognitivos y afectivos de los estudiantes, necesarios para proyectar, ejecutar y valorar el proceso de promoción de lectura del texto literario.

La caracterización de la universidad revela las potencialidades de este centro formador para atender no solo la formación académica e investigativa del profesional, sino también el proceso extensionista, y como parte de él, la promoción de lectura del texto literario, de modo que se formen estudiantes activos con capacidades para hacer de la lectura y su promoción una vía fundamental para el desarrollo de un comportamiento lector que los prepare para el ejercicio de su profesión.

La caracterización de las instituciones culturales de la comunidad permite conocer cómo ellas contribuyen al desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes universitarios, a partir de promover los valores literarios de transcendencia internacional, nacional y local, así como despertar y estimular el placer por la lectura. Además, posibilita descubrir los recursos organizacionales de estas instituciones necesarios para la promoción de lectura del texto literario.

La caracterización de los estudiantes permite determinar las características que los distinguen desde lo social y lo individual; es necesario conocer sus intereses y motivaciones hacia la lectura, sus preferencias temáticas, de autores y géneros, para determinar las limitaciones y potencialidades que favorecen o no el desarrollo de su comportamiento lector. Al caracterizarlos, hay que considerar sus vivencias en la práctica social de la lectura de textos literarios, en la interacción en la brigada estudiantil, la universidad y la comunidad extrauniversitaria.

Desde una perspectiva de observación cualitativa y participativa, la caracterización permite a los estudiantes reconocerse como lectores y transformarse desde su propia trayectoria de lectura. El comportamiento lector no puede analizarse solo desde variables individuales; de ahí la necesidad de estudiar el contexto sociocultural donde se desarrollan los estudiantes; ello implica introducir una dimensión social vinculada a las normas y creencias que marcan sus pautas de comportamiento y la conducta en relación con la lectura literaria.

Como resultado de la caracterización, se coordinan las acciones entre los participantes en el proceso de promoción de lectura del texto literario, para crear, dentro de la comunidad intra y extrauniversitaria, un espacio de confluencias socioeducativas donde se produzca el encuentro del estudiante con el texto literario; por eso, la Creación de situaciones de lectura literaria, deviene en el segundo componente del subsistema, entendido como el proceso que garantiza, dentro del contexto universitario y de las instituciones culturales de la comunidad, las condiciones materiales, humanas, emocionales, espirituales y culturales necesarias para la práctica social consciente, crítica, reflexiva y emocional de la lectura del texto literario.

En el proceso de lectura del texto literario el estudiante participa activamente, aporta sus conocimientos previos, sus experiencias de vida, es decir, lo cognitivo-afectivo para la construcción de significados y sentidos. De ahí, la necesidad de que la transacción del estudiante y el texto se dé en una situación de lectura significativa, real, natural e interesante para él.

Se debe crear y preparar un espacio agradable, tanto en la universidad como en las instituciones culturales de la comunidad, para que los estudiantes se encuentren con una amplia y variada gama de textos, autores, géneros y estilos. Las situaciones de lectura deben ser motivadoras y la motivación está íntimamente relacionada con las relaciones afectivas que el estudiante establece con el texto literario.

Las situaciones de lectura literaria incluyen:

  • Selección de los mediadores de lectura literaria.

Los mediadores de lectura literaria son profesionales de la universidad y las instituciones culturales de la comunidad, formados en el ser, el saber, el hacer y el convivir, promotores de lectura naturales, lectores autónomos y sensibles, que contribuyen al desarrollo del comportamiento lector de los estudiantes.

Para ello, cumplen las siguientes funciones: indagar sobre las prácticas lectoras de los estudiantes en los diferentes contextos de actuación; generar espacios para la práctica social de la lectura del texto literario; orientar la selección del texto literario a partir de las necesidades y motivaciones del estudiante; planificar las actividades de promoción de lectura del texto literario en coordinación con la universidad y las instituciones culturales de la comunidad, que tienen como fin la promoción del libro y la literatura; incentivar el goce con el texto literario a través de la animación lectora; estimular la interpretación, valoración y reflexión crítica del texto literario; favorecer la creación literaria y potenciar el intercambio y la socialización de la lectura del texto literario.

El ejercicio de estas funciones permite que el estudiante asuma la lectura del texto literario como una práctica social interesante y desafiante, que le permite conquistar la independencia lectora, expresar el deseo de leer y socializar lo leído y construido, tanto en la universidad como fuera de ella; de tal modo se consigue manifestar su comportamiento lector.

  • Selección del escenario y el tiempo para las actividades de promoción de lectura del texto literario.

El escenario incluye el espacio físico-geográfico, donde se producen las interacciones de los mediadores de lectura literaria con los estudiantes. El contexto de la universidad no es el único escenario donde se favorece el desarrollo del comportamiento lector del estudiante; por eso, el proceso de promoción de lectura del texto literario se extiende a las instituciones culturales de la comunidad, en las que se desarrollan actividades que contribuyen a este fin, por considerarse comunidades de acrecentamiento del saber.

Se utiliza el tiempo planificado para las actividades extensionistas, como parte de las estrategias educativas de los años académicos. También se consideran los planes de trabajo de las instituciones culturales y el horario de que disponen los mediadores de lectura literaria, para realizar la promoción de lectura del texto literario.

  • Selección del texto literario.

Los textos objeto de promoción son propuestos no solo por los mediadores de lectura literaria, sino también por los estudiantes, quienes, a partir de sus intereses, necesidades de lectura, motivaciones, preferencia de autores, temas y géneros literarios, manifiestan su comportamiento lector. Se consideran los siguientes criterios de selección: aportar contenidos referenciales necesarios y suficientes para despertar el interés del estudiante; ser atractivos, familiares o conocidos, aunque no formen parte del canon escolar; poseer una textura formal y semántica que facilite la comprensión de su significado e inviten a una lectura diferente de los modos académicos habituales de leer los textos literarios.

Una vez creadas las situaciones de lectura literaria, se procede a la Concepción integradora de actividades de promoción de lectura del texto literario, tercer componente del subsistema, entendido como el proceso intencionado y sistémico que permite proyectar de manera interrelacionada y contextualizada las actividades que impulsan, motivan la lectura literaria y garantizan la integración de las dimensiones cognitiva y afectivo-emocional, para favorecer el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes universitarios.

Las actividades se diseñan en vínculo estrecho con las instituciones culturales de la comunidad; propician tanto el trabajo individual como grupal antes, durante y después de la lectura del texto literario; favorecen la inserción de los estudiantes en el proceso de promoción de lectura del texto literario como lectores activos, autónomos, críticos y creativos, lo que favorece el desarrollo de su comportamiento lector.

Se proponen los siguientes tipos de actividades:

  1. Actividades de animación lectora: motivan al estudiante hacia la actividad lectora.

  2. Actividades de interpretación y valoración: permiten que el estudiante emita sus juicios y valoraciones sobre lo que el texto dice y asuma una posición crítica ante él, a partir de la experiencia lectora.

  3. Actividades de creación artístico-literaria: permiten concebir la promoción de lectura del texto literario como una actividad de co-creación, pues conducen a la transformación textual y reafirman el vínculo de lo cognitivo y afectivo-emocional, logrado en las actividades de valoración.

  4. Actividades de comunicación lecto-literaria: favorecen el intercambio lector; el estudiante, al mismo tiempo que da a conocer los conocimientos y las emociones que ha despertado en él la lectura literaria, conoce los sentimientos de los demás y se motiva por la lectura.

La contextualización pedagógica favorece la relación universidad-instituciones culturales de la comunidad, en un quehacer único e integrador, para desarrollar el comportamiento lector en los estudiantes de la Educación Superior. Esta relación va más allá del compromiso formal y de la realización de actividades aisladas, desvinculadas de los objetivos del Modelo del profesional. La contextualización pedagógica es el punto de partida para la intervención del mediador de lectura literaria y los estudiantes, a partir de las características y del contexto sociocultural donde se desarrolla la promoción de lectura del texto literario.

La intervención sociocultural para la lectura del texto literario surge, entonces, como el segundo subsistema del modelo, entendido como el proceso que propicia, mediante la transacción espontánea, libre y autónoma, la interacción estudiante-texto literario-contexto sociocultural, en la que el estudiante accede de manera personal a los aspectos cognitivos presentes en el texto literario, a la vez que descubre los matices afectivos implícitos en el contenido textual. Al intervenir sobre el texto literario, el estudiante se convierte en ente activo del proceso de promoción de lectura del texto literario.

En el proceso de intervención sociocultural están presentes los procesos cognitivos que ofrecen al estudiante la información requerida para interactuar con el texto literario en correspondencia con la finalidad del proceso de promoción de lectura del texto literario y los motivos de la actividad lectora; se desarrollan nuevas necesidades de la personalidad y aparecen otras experiencias afectivas como las emociones, estados de ánimo y los sentimientos.

Aunque se aboga por una intervención individualizada del estudiante sobre el texto literario, a partir del contexto sociocultural donde se escribe el texto y su propio contexto de actuación, se requiere la participación del mediador de lectura literaria antes, durante y después de la práctica de la lectura literaria, para guiarlo en la interpretación y valoración de los significados y sentidos del texto literario.

El mediador de lectura literaria se convierte en sujeto de su comunicación, no solo por entrar en contacto informativo con los estudiantes, sino también por participar activamente en la regulación de su intercambio comunicativo con ellos, aportando conocimientos, valores, ideales, intereses, hábitos, costumbres, sentimientos; por tanto, la intervención sociocultural sobre el texto literario transcurre como un proceso de comunicación, donde los mediadores de lectura literaria y los estudiantes participan de interrelaciones flexibles que permiten comprender y construir el significado de las vivencias y experiencias lectoras.

La intervención parte de la Motivación hacia la lectura del texto literario, primer componente del subsistema, entendido como el proceso que incita al encuentro personal con el texto literario y prepara al estudiante para descubrir la importancia, el sentido, el placer de leer y la ampliación de modalidades de lectura, que favorecen el desarrollo de su comportamiento lector.

La motivación hacia la lectura del texto literario orienta la actividad del estudiante hacia la lectura como práctica social, expresada en la preferencia de determinadas modalidades de lectura, disposición a su realización en diferentes tiempos y espacios, valoración de su papel en relación con el medio en que este interactúa, como vía de realización personal y profesional. Para desarrollar el comportamiento lector, se requiere un estudiante motivado que sienta la necesidad de leer, elimine las vivencias y experiencias negativas y se implique activamente en la actividad de lectura. Por eso se trabajan las motivaciones intrínsecas que favorecen su disposición e interés personal por la práctica social de la lectura del texto literario a lo largo de la vida.

Motivar hacia la lectura implica que los estudiantes encuentren en los textos momentos para el desarrollo de la crítica y la reflexión; por eso, la efectividad del proceso motivacional garantiza la Transacción cognitivo-emocional con el texto literario, segundo componente del subsistema entendido como el proceso recíproco, reflexivo, personológico y contextualizado, que bajo la guía de los mediadores de lectura literaria, posibilita que los estudiantes relacionen los significados explícitos, implícitos y complementarios del texto literario con sus saberes previos, experiencias, emociones y vivencias. El estudiante deviene como protagonista activo del proceso de promoción de lectura del texto literario; entrena su imaginación, la fantasía y desarrolla su sensibilidad.

La lectura del texto literario se da en un nivel intrapersonal porque los significados textuales se construyen e interpretan de manera individual, en la interacción que realiza el estudiante con el autor, el texto literario y el contexto sociocultural. En este nivel se incorporan nuevos significados y sentidos a su estructura cognitiva y afectiva, que entran en relación con su experiencia previa. Para lograr la transacción con el texto literario, se orientan las actividades de interpretación del texto literario objeto de promoción de lectura.

Durante la transacción lectora, el estudiante interpreta los significados que aporta el texto literario en un proceso que involucra el pensamiento, la afectividad y las emociones, a partir de la singularidad de su realidad contextual y la del autor. Esto implica utilizar el conocimiento previo acerca del entorno sociocultural donde el autor escribe el texto; es decir, el marco histórico, filosófico, sociológico, político y psicológico, y relacionarlo con el suyo, a partir de establecer una relación contextualizada. La interpretación del significado que el texto transmite es un factor indispensable para el desarrollo del comportamiento lector.

El texto literario es portador de la cultura de su autor y de la sociedad que recrea, la cual es interpretada por el estudiante para su formación histórico-cultural y estética, a partir de sus vivencias y las emociones que la lectura despierta en él. No se trata de minimizar lo cognitivo, sino de lograr un proceso de promoción de lectura del texto literario que estimule la reflexión cognitiva y afectivo-emocional, para promover actitudes más comprometidas con la práctica social de la lectura del texto literario y con ello favorecer el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes universitarios.

Al interactuar con el texto literario, el estudiante expresa plenamente sus potencialidades y aprovecha sus recursos personológicos de manera efectiva, a la vez que le imprime un sello personal al proceso de lectura literaria, que lo hace distintivo al del resto de los estudiantes. La lectura del texto literario adquiere para él un significado y un sentido personal, por lo que se convierte en una práctica necesaria para el desarrollo de su comportamiento lector. En este proceso la experiencia cultural del estudiante actúa como intertexto para la interpretación flexible, espontánea y libre del texto literario, en correspondencia con sus estados subjetivos y emocionales y el contexto sociocultural donde se produce la promoción de lectura del texto literario.

Como consecuencia, se produce la Valoración del texto literario, tercer componente del subsistema, que se concibe como el proceso que permite al estudiante asumir una posición crítica tanto de los significados del texto literario, descubiertos e interpretados en la transacción cognitivo-emocional, como resultado de la integración de los factores de su realidad objetiva y subjetiva; pues la valoración no está determinada únicamente por el contenido del texto literario, sino también por las necesidades, intereses y fines del estudiante, su experiencia precedente, sus puntos de vistas, ideales, concepción del mundo, sentimientos y las emociones que despierta en él la lectura del texto literario.

La valoración del texto literario le permite al estudiante renovar y ampliar su visión humana; ello conduce a la formación de un profesional con actitudes éticas, sociales y humanísticas para el ejercicio de su profesión, pues comprende que en la lectura del texto literario se integran las emociones, los afectos, lo subjetivo y lo valorativo, como resultado de un proceso de interiorización del contenido que aporta el texto literario, de las circunstancias socioculturales que rodean su producción, de las experiencias y vivencias que despierta su lectura en nuevos contextos socioculturales, lo que explica su permanente asimilación estética y ética y su incidencia en el desarrollo del comportamiento lector.

El proceso que se modela implica no solo la contextualización y la intervención sociocultural para la lectura del texto literario, se requiere, además, la valoración de su trascendencia en los estudiantes universitarios; por eso, la Generalización de la experiencia lecto-literaria se constituye en el tercer subsistema del modelo, entendido como el proceso que permite extrapolar los resultados de la lectura del texto literario a una comunidad lectora, es decir, se extienden las experiencias concretas, individuales, al resto de los estudiantes que intervienen en el proceso y a otras personas de la comunidad intra y extrauniversiatria que participan como espectadores. De este modo, la generalización se convierte en una vía para la promoción del texto literario y los estudiantes se convierten en mediadores de lectura literaria.

En este proceso, el mediador de lectura literaria se retroalimenta y comprueba cómo el proceso de promoción de lectura del texto literario ha contribuido al desarrollo del comportamiento lector de los estudiantes, a la vez que le permite cualificar el conocimiento obtenido en la práctica social de la lectura literaria, valorar las vivencias afectivas, las emociones que despierta en él y en sus compañeros la lectura y crear un nuevo texto integrando lo cognitivo y lo afectivo-emocional.

En el proceso de generalización, el estudiante da cuenta de lo leído y comunica los resultados de las valoraciones realizadas del texto literario, a la luz de sus conocimientos previos, las experiencias y vivencias adquiridas en los diversos contextos socioculturales. De este modo, se constituye en requisito indispensable la verbalización o expresividad, esto es, la producción oral, escrita, gráfica, como medio de acreditabilidad del proceso de promoción de lectura del texto literario.

La Generación de espacios de lectura literaria compartida es el primer componente del subsistema y se entiende como el proceso que permite crear un ambiente favorable para el intercambio comunicativo, derivado de la práctica social de la lectura literaria que revaloriza al estudiante; un espacio de lectura compartida en el que se amplía y enriquece la experiencia lectora, con el aporte de todos los participantes, a partir del diálogo, como una vía de manifestación del comportamiento lector.

En estos espacios el mediador de lectura literaria facilita el diálogo, el debate, la discusión y aporta los recursos que permiten enriquecer el intercambio comunicativo, problematizar y provocar reflexiones sobre lo interpretado y valorado en el texto literario. Se produce así la exteriorización colectiva de los significados y sentidos del texto literario, en un nivel de lectura interpersonal que involucra a todos los estudiantes que participan en el proceso de promoción de lectura del texto literario.

En el intercambio interpersonal el estudiante generaliza la experiencia lectora mediante su comportamiento lector; para ello formula interrogantes, confronta y analiza las diferentes interpretaciones y valoraciones realizadas, ya sea en parejas, pequeños grupos o ante el grupo como totalidad; de este modo, construye una lectura colectiva, que es la suma de las lecturas individuales. Luego, en un proceso de interiorización, se produce la reconstrucción individual, personal, de los significados y sentidos del texto literario construidos previamente, pero ahora utilizando como vía la lectura compartida.

Cuando el estudiante expresa lo que piensa el autor del texto literario, comenta con otros las posibles intenciones del autor, comunica lo que pensó o sintió al leer, relaciona los contenidos del texto con la realidad vivida y otros textos, compara textos, autores y recomienda lecturas, manifiesta la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo porque la eficiencia en su actuación está precisamente en la unidad de la autorregulación cognitivo instrumental y afectivo motivacional, lo que implica que conozca y manifieste una actitud o sentimiento positivo de agrado hacia lo que lee; de este modo revela su comportamiento lector.

El espacio de lectura literaria compartida es también un espacio de imaginación y creatividad que conduce al desarrollo de la sensibilidad estética para la comprensión integral del texto literario y la escritura creativa de intención literaria. De ahí, la necesidad de la Reformulación artística del texto literario, segundo componente del subsistema, entendido como el proceso que permite, a través de la transcodificación, trasladar a otro código comunicativo el texto literario. El nuevo texto artístico, creado a partir de la lectura literaria realizada, se considera una reformulación parafrástica del primero, en tanto existe entre ambos una coincidencia temática.

En el proceso de reformulación, el estudiante decide el tipo de creación artístico-literaria, a partir de cómo ha interpretado y valorado el texto literario y las emociones y vivencias que se han despertado en él. Así elige un texto oral, escrito o icónico. Se establecen de este modo las relaciones lectura-oralidad, lectura-escritura y lectura-iconicidad, considerando siempre la fluidez asociativa en relación con los temas abordados en los textos literarios objeto de promoción de lectura. Se trata de un proceso reflexivo-individual a través del cual el estudiante muestra, utilizando un estilo propio de expresión, su nivel de creatividad para expresar, en un nuevo texto, los significados y sentidos del texto literario leído en el proceso de promoción de lectura.

Si se trata de un texto escrito (relación lectura-escritura), se asumen los procedimientos que propone Moreno (2008): la transformación y la imitación de textos literarios. El primero afecta la estructura externa o interna de los textos leídos. En lo externo se transforma el punto de vista, el espacio, el tiempo, el argumento, los personajes. En la estructura interna, este autor propone versificar párrafos en prosa y viceversa.

Según Moreno (2008), la imitación se expresa de formas distintas: imitación seria o admirativa de un texto, mediante la continuación de determinados episodios o de la obra en general; el pastiche que consiste en reproducir y exagerar como recreación los rasgos dominantes que se han percibido en un texto; la imitación satírica que pretende poner en evidencia con sentido burlesco determinados aspectos del texto y la parodia que ocurre cuando la imitación atiende al conjunto de características de un género o de un estilo, sin llegar a lo satírico.

Si se selecciona un texto oral (relación lectura-oralidad), el texto literario se reformula a través de actividades de interpretación oral: dramatizaciones, recitación de poemas o la lectura expresiva en voz alta. Con ellas se logra la transmisión tanto de lo cognitivo como de las emociones y el placer que ha despertado la lectura de los textos literarios, pero con nuevos sentidos en el marco del contexto sociocultural del estudiante. Estas actividades fomentan la expresión oral, desarrollan el lenguaje no verbal, el lenguaje corporal y los recursos paralingüísticos.

Si se trata de un texto icónico (relación lectura-iconicidad) se reformulan los significados del texto literario a través de representaciones gráficas: imágenes, pinturas, dibujos. En este tipo de creación artística se revelan las vivencias del estudiante, enmarcadas por la experiencia social y cultural; así la lectura asume una connotación sintética, se mueve en la esfera de lo concreto-emocional.

Este modo particular de concebir la reformulación del texto literario en el proceso de promoción de su lectura, diversifica la mirada de la creación literaria al orientarla hacia lo cognitivo y lo afectivo-emocional, en unidad indisoluble, desde las relaciones lectura-escritura, lectura-oralidad y lectura iconicidad. De este modo, se contribuye al desarrollo del comportamiento lector del profesional desde otros contextos socioculturales y con la participación de otros profesionales de la cultura.

Si tan importante es el estudio del proceso creador, también lo es su resultado; ello presupone tener en cuenta, además de los recursos de naturaleza cognitiva y afectiva que influyen en la regulación del comportamiento lector, la aceptación social del producto logrado. Por eso, para lograr el éxito de la generalización de la experiencia lecto-literaria en el proceso de promoción de lectura del texto literario, se precisa el intercambio con el mediador de lectura literaria y el resto de los estudiantes a través de la comunicación de su creación artístico-literaria.

La Socialización artístico-literaria deviene en el tercer componente del subsistema, entendido como el proceso a través del cual el estudiante comunica los resultados de la reformulación artística del texto literario a través de una presentación oral, la lectura del nuevo texto o la representación gráfica, mediante el uso de los canales visual, verbal, táctil y auditivo. Se produce, así, su inserción en las relaciones sociales desde contextos particulares de actuación.

La socialización tiene gran importancia no solo por ser un medio eficaz de influir sobre los estudiantes, sino también porque constituye la base para el establecimiento de la relación estudiante-estudiante, estudiante-mediador de lectura literaria en correspondencia con el contexto sociocultural; posibilita que se trasmitan las interpretaciones y valoraciones sobre el texto literario leído a través de la actividad creadora. La comunicación de las experiencias lectoras favorece una mayor implicación en el proceso de promoción de lectura del texto literario, lo que aumenta la motivación y el desarrollo del comportamiento lector.

Al socializar los nuevos textos, los estudiantes comparan sus creaciones para encontrar puntos comunes y diferencias entre ellas. De este modo se experimenta la reformulación artístico-literaria no solo como una experiencia estética personal, sino también como un hecho cultural compartido. La puesta en común de las creaciones realizadas constata la pluralidad de lecturas realizadas y la efectividad del proceso de promoción de lectura del texto literario; genera actitudes positivas y hábitos de lectura saludables al constituirse, a su vez, en una vía de promoción de lectura del texto literario.

CONCLUSIONES

El modelo pedagógico permite desarrollar el proceso de promoción de lectura del texto literario en una diversidad de contextos socioculturales; concebir las actividades de promoción de lectura del texto literario de acuerdo con las exigencias del Modelo del profesional; establecer relaciones de socialización y comunicación reflexivas, conscientes y afectivas entre los sujetos implicados en el referido proceso, lo cual particulariza su carácter formativo y se reconoce la promoción de lectura del texto literario como un proceso que integra las dimensiones cognitiva y afectivo-emocional, para favorecer el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes de la Educación Superior.

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Recibido: 20 de Septiembre de 2020; Aprobado: 27 de Octubre de 2020

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