Introducción

La tutoría es una actividad que actualmente se considera indispensable para la formación integral de los estudiantes. La actividad tutorial en México tiene su origen en posgrado, en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A nivel licenciatura, el sistema tutorial inició también en la UNAM en el Sistema de Universidad Abierta. Poco a poco, a partir del año 2000, el Sistema Tutorial se fue implementando en las Instituciones de Educación Superior (IES), a partir de las recomendaciones emitidas por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (^{ANUIES, 2000}).

Existen variados conceptos de tutoría. En México, la ANUIES la define como un acompañamiento y atención personalizada del docente hacia el alumno que favorece su adaptación al ambiente universitario, su formación y el logro de los objetivos académicos; además, la propuso como una estrategia fundamental para alcanzar la calidad de la educación superior, disminuir la deserción, el rezago, la reprobación escolar y aumentar la eficiencia terminal (^{ANUIES, 2000}).

La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) retomó la propuesta implementando el Programa Institucional de Tutorías (PIT), cuya misión es contribuir en la formación integral del alumno, a través de tutores que brinden orientación personalizada para el desarrollo profesional y personal con equilibrio en los aspectos cognitivos y socio-afectivos (^{Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, 2003}).

Este programa se aplicó en la licenciatura de médico cirujano de la división académica de ciencias de la salud (DACS) de la UJAT en el año 2006, y desde entonces no se había efectuado un estudio de evaluación del mismo, por lo que el objetivo de esta investigación fue evaluar el desempeño de los tutores de la licenciatura en médico cirujano de la DACS-UJAT, de acuerdo a la percepción de los estudiantes, con la finalidad de implementar acciones de mejora que impacten en los indicadores de calidad del Programa Institucional de Tutorías y de Medicina (^{División Académica de Ciencias de la Salud, 2012}). En la actualidad, el Programa de Tutoría (PT) de médico cirujano cuenta con 47 profesores, quienes fungen como tutores atendiendo una matrícula de 2 008 estudiantes. Cada profesor tutor atiende en promedio a 40 tutorados realizando la tutoría en la modalidad individual durante la primera fase de la trayectoria académica del tutorado hasta alcanzar 45 % del total de los créditos o en la modalidad grupal cuando el tutorado cursó más del 45 % de créditos del total que conforman el programa educativo.

Ser tutor significa ser maestro, guía, defensor, protector, alguien que debe ser reconocido por su actitud y conocimiento, además de otras capacidades psicopedagógicas y científicas (^{Caballero, y Añorga, 2007}), siendo algunas evaluadas por este estudio.

De acuerdo con varios autores, las tutorías tienen grandes beneficios. ^{Lobato e Ilvento (2013)}, señalaron que favorecen la resolución de problemas personales y profesionales de los estudiantes. Para Waldeck, Orego, Plax y Kearney favorecen el éxito académico de los tutorados; para Campbell y Campbell benefician el aspecto académico, ayudan a la resolución de problemas y a satisfacer a los estudiantes (^{De la Cruz, Chehaybar y Abreu, 2011}).

Por tanto, la acción tutorial tiene fuertes implicaciones en el desarrollo integral del estudiante, de ahí la importancia de identificar su percepción acerca del desempeño del tutor en cuanto a su actitud y conocimiento, como una dimensión para evaluar el Programa Institucional de Tutorías.

Por otro lado, el término desempeño, según la ^{Real Academia Española (2016)}, significa el acto de desempeñarse, y este a su vez de ejercer las obligaciones inherentes a una profesión, cargo u oficio. Es un concepto empresarial definido por múltiples autores, entre ellos ^{Chiavenato (2000)}, quienes lo conciben como las acciones y comportamientos observados en los empleados. En el aspecto académico, se habla de atributos para ejercer la tutoría y de buenos o malos tutores. Entre los primeros destacan los formativos (conocimiento de la disciplina), los didácticos (conocimiento en docencia), los interpersonales (disponibilidad, habilidades de comunicación y socialización) y los éticos (honestos y responsables) (^{De la Cruz, Chehaybar y Abreu, 2011}).

En la actividad tutorial, la figura del tutor es de suma importancia debido a que de su buen desempeño dependen muchos beneficios que recibirán los estudiantes que participan en el programa. El tutor es la persona que puede apoyar a los alumnos a solucionar sus problemas de aprendizaje, desarrollar actitudes positivas, mejorar su aprendizaje y tomar buenas decisiones a corto y largo plazo, al concientizarlos y proporcionarles orientación sobre el panorama de su futuro profesional (^{Narro, 2013}).

En esta investigación se valoraron los aspectos académico y afectivo en la formación del tutor y su función de acuerdo a los tutorados.

METODOLOGÍA

Se realizó un estudio de enfoque cuantitativo, descriptivo, transversal y prospectivo durante el periodo escolar febrero-agosto del 2015 en la licenciatura de médico cirujano de la DACS-UJAT, cuyo objeto de estudio fueron los tutorados que estaban cursando dicha licenciatura. El universo fue de 2 008 alumnos, con una muestra probabilística de nivel de confianza de 95 % y un error estándar de 5 % en 335 estudiantes inscritos en el periodo que se recabaron los datos. El muestreo fue aleatorio simple para los semestres 2°, 4°, 6°, 8° y 10°.

La recolección de datos se realizó mediante la técnica de encuesta, con un instrumento que agrupó ítems del cuestionario de evaluación del Programa Institucional de Tutorías de la ^{UJAT (2003)}, de la ^{Universidad Nacional Autónoma de México (2012)} y del instrumento utilizado para el mismo fin por los autores ^{Marín y Sansores (2014)} en la Universidad Autónoma de Quintana Roo. Este constó de dieciséis preguntas cerradas en escala tipo Likert (4= totalmente de acuerdo, 3= de acuerdo, 2= en desacuerdo y 1= totalmente en desacuerdo), con las cuales se indagó sobre los aspecto académico y afectivo del desempeño de los tutores.

El cuestionario se validó en prueba piloto con 60 estudiantes y un Alfa de Cronbach de 0.97.

Los indicadores que se valoraron se agruparon en dos categorías: (1) la académica, que incluyó la formación del tutor basada en el conocimiento y dominio del acto de tutelar, mediante preguntas relacionadas con la capacidad de planeación, evaluación, realimentación y seguimiento de trayectorias; (2) la afectiva, que valoró la actitud del tutor a través del compromiso, disposición, asistencia, localización, interés, respeto, atención y comunicación. Los criterios de desempeño se valoraron con la siguiente escala: 1-25 % mal desempeño, 26-50 % desempeño regular, 51-75 % buen desempeño y 76 -100 % muy buen desempeño.

Para la valoración de la actitud de los tutores se consideró una escala similar: 1-25 % muy mala actitud, 26-50 % regular actitud, 51-75 % buena actitud y 76 -100 % muy buena actitud.

Para el procesamiento de la información se utilizó el paquete estadístico Statistical Packgage for Social Sciences (SPSS) versión 21 y se analizaron los datos con estadísticas descriptivas.

RESULTADOS

Se aplicó el cuestionario a 335 estudiantes, cuya edad promedio fue de 21 años, la muestra por sexo indicó que 53 % (179) de los entrevistados fueron mujeres y 47 % (156) hombres. Con respecto al número de créditos cursados, estuvieron más representados los estudiantes que habían cursado 0-20 %, seguidos del 61-80 % de los créditos (gráfica 1).

Fuente: datos recopilados por los autores (2015).

Gráfica 1 Distribución de tutorados según los créditos cursados 

CATEGORÍA ACADÉMICA

Esta categoría estuvo representada por nueve preguntas que abarcaron: el conocimiento de la normatividad, la orientación para resolver problemas de aprendizaje de los tutorados y las actividades realizadas por el tutor (tablas I y II).

Tabla I Indicador de formación del tutor. 

Fuente: datos recopilados por los autores

Tabla II: Evaluación de las actividades de los tutores de medicina según los estudiantes 

Fuente: datos recopilados por los autores (2015)

En las preguntas orientadas a la formación del tutor se obtuvieron resultados ubicados en la escala del 51 % al 75 %, es decir, un buen desempeño (tabla I).

Es importante remarcar que más del 30 % de los tutorados perciben un desempeño regular del tutor en relación al conocimiento y la orientación.

La formación del tutor también fue valorada de acuerdo a las actividades que realiza con los tutorados, en este aspecto los resultados mostraron un desempeño bueno ya que de las siete preguntas realizadas todas estuvieron en una escala mayor a 51 %, siendo el porcentaje más alto 64 % (que suma totalmente de acuerdo y de acuerdo), es decir, la actividad donde el tutor identifica los problemas y necesidades del tutorado que lo guían en su trayectoria académica (tabla II).

En las categorías formación académica y valoración de las actividades realizadas por el tutor, 58 % de los tutorados está de acuerdo con los conocimientos y actividades que realiza, lo cual representa -según la escala establecida en esta investigación- un desempeño bueno del tutor en relación a sus funciones.

CATEGORÍA AFECTIVA

Se hicieron cinco preguntas acerca de la actitud del tutor, donde cuatro obtuvieron un porcentaje mayor al 60 %. El mayor, de 84 % (suma de totalmente de acuerdo y de acuerdo) era sobre el trato hacia los tutorados con respeto y atención, seguido del 70 % en la disposición para atenderlos y 69 % en comunicación. Es importante resaltar que solo 33 % de los estudiantes manifestó que la primera persona a la que acudirían para comunicarle y pedirle apoyo en problemas familiares y emocionales sería a su tutor (tabla III).

Tabla III Indicador de la actitud del tutor de medicina 

Fuente: datos recopilados por los autores (2015)

Al agrupar las cinco preguntas para explorar lo que perciben los estudiantes sobre la actitud del tutor, se encontró que 47 % la percibe como regular según la valoración establecida.

A la pregunta de si los tutores son fácilmente localizables, 61 % de los tutorados respondió que sí (suma de totalmente de acuerdo y de acuerdo), y 39 % (suma de en desacuerdo y totalmente en desacuerdo) que no (gráfica 2).

Fuente: datos recopilados por los autores (2015).

Gráfica 2: ¿Localizas fácilmente a tu tutor? 

DISCUSIÓN

En la mayoría de las instituciones educativas de nivel superior se ha establecido la figura del tutor ya que a través de su desempeño (académico y afectivo) se pueden lograr los beneficios planteados por la ANUIES, por ejemplo, mejorar la calidad educativa y los indicadores de permanencia y eficiencia terminal de los estudiantes (^{ANUIES, 2000}). Por tal motivo, es responsabilidad de la administración escolar capacitar, sensibilizar y evaluar el desempeño de los tutores periódicamente para la mejora continua del Programa Institucional de Tutorías. Los resultados de esta investigación muestran que 51 a 71 % de los tutores tienen un buen desempeño respecto a su quehacer académico con los tutorados; sin embargo, en el aspecto afectivo, 26 a 50 % manifestó que los tutores presentan una actitud regular para realizar su actividad tutorial.

Con respecto al primer aspecto, el estudio realizado por ^{Orduño y Velazco (2009)}, mostró que 77.8 % de los tutorados están de acuerdo con las orientaciones y asesorías por parte de los tutores, cifra superior a la encontrada en este estudio.

En otro estudio realizado por ^{Herrera y Guevara (2010)} de la Facultad de Medicina de la UNAM, el aspecto afectivo (relación con su tutor de confianza y empatía) fue mejor calificado por 78 % de los tutorados.

^{Marín y Sansores (2014)}, encontraron que la percepción de las tutorías por parte de los tutorados, en general, es que es útil en aspectos académicos, y aunque el aspecto afectivo con respecto al trato que reciben fue aceptable, obtuvo un puntaje más bajo, un resultado similar al encontrado en el presente trabajo.

Específicamente en un reporte realizado por ^{Díaz, Marín, Salazar et al (2011)}, 97.6 % de los tutorados consideran que el tutor es importante para su desempeño en actividades académicas; sin embargo, 70 % manifestó que el tutor debe ser congruente con su actitud. En esta investigación, “la actitud del tutor” la perciben los tutorados como regular. Dicha percepción, aunada a las otras interpretaciones, deduce que los estudiantes acuden a los tutores principalmente para aspectos académicos administrativos, mientras que la relación afectiva con ellos, a pesar de ser aceptable, requiere de mayor habilidad para contribuir a la formación integral de los tutorados.

Knight y Lazaro (citados por ^{Martínez, Pérez y Martínez, 2014}), coinciden que el tutorado debe tener la suficiente confianza con su tutor para que este pueda ejercer mejor su actividad tutorial e influir positivamente en él. En este trabajo se encontró que solo 33 % de los tutorados le tienen confianza a su tutor. Dichos autores señalan la importancia del afecto, la empatía y las relaciones interpersonales como competencias del tutor.

De acuerdo con ^{Hernández, Rodríguez, Viñas y Ridal (2007)}, es necesaria una formación continua del tutor en los aspectos pedagógico y metodológico para que pueda guiar acertadamente a los estudiantes. Según estos autores, más del 60 % de los tutores solo cuentan con formación disciplinar, por lo que no están preparados para realizar una función tutelar.

A pesar de la obligatoriedad que establece la universidad pública de que los tutores reciban previamente el curso de tutoría, es insuficiente la capacitación para que el programa logre su propósito. Son deseables el seguimiento permanente mediante la reflexión de los involucrados para la mejora de sus funciones y la motivación por parte de la institución educativa. Es necesario que se modifique la función del tutor para que se ajuste a las necesidades de los estudiantes y las tutorías se hagan con una actitud positiva, de confianza y respeto inherente a la práctica docente, de tal forma que se brinde asesoría integral en la formación del estudiante.

CONCLUSIÓN

De acuerdo a la percepción de los estudiantes, el desempeño del tutor de medicina en una escuela pública se considera bueno académicamente hablando (su conocimiento y capacidad de tutoría), pero regular en cuanto a la actitud que muestra al realizarla.

Entre las funciones del tutor más valoradas por los tutorados fue su labor de dirigir las trayectorias académicas con 64 %, así como su parte afectiva (actitud, o sea, atención y respeto) con 84 %. Por el contrario, la que menos valoraron fue el acudir con su tutor para plantearle problemas familiares y personales, lo cual habla de desconfianza hacia el tutor, con 33 % (suma de totalmente de acuerdo y de acuerdo).

Se recomienda motivar, preparar y evaluar el proceso de tutorías, así como medir el impacto que este programa ha tenido en los indicadores de calidad educativa, para poder encauzar el programa institucional dentro del área médica.