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Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México

versión On-line ISSN 2007-736X

Cuad. Lingüíst. Col. Méx. vol.5 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2018

https://doi.org/10.24201/clecm.v5i1.104 

Artículos

La importancia de la gestualidad en el estudio del maya yucateco actual

The importance of considering gestures in the study of current spoken Yucatec Maya

Olivier Le Guen1 

1Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social ompleguen@gmail.com


RESUMEN

Durante siglos, la descripción lingüística estuvo muy limitada debido a que no se contaba con la posibilidad de grabar en audio y video. Por esta razón, se dejó de lado la naturaleza intrínsecamente multimodal del lenguaje humano, la cual incluye varios tipos de información tanto prosódica como visual. En este trabajo se discuten las formas en que los gestos complementan el habla, lo que incluye varios niveles de análisis: pragmático, semántico y sintáctico, para finalizar con el estudio de gestos que fungen como signos lingüísticos. Para lograr este objetivo, se toma como ejemplo la lengua maya yucateca hablada en la actualidad y se exponen ejemplos de producciones espontáneas. Si bien ciertos procesos descritos en este trabajo son específicos del maya yucateco, la mayor parte no se limita a esta lengua. Se comienza con la definición de lenguaje, habla y gestos; y cómo se puede estudiar la forma en que se integran el habla y los gestos en una oración compuesta. Posteriormente se analizan ejemplos de diferentes tipos de gestos en varias áreas de la comunicación en maya yucateco, como son los gestos deícticos, el uso de los gestos con expresivos, en las metáforas y en la integración de los gestos al nivel pragmático. Finalmente, se explica cómo los gestos pueden llegar a ser signos lingüísticos en maya yucateco.

Palabras clave: gestos; multimodalidad; semántica; pragmática; maya yucateco

ABSTRACT

For centuries, linguistic description has been somehow limited because it was not possible to record audio and video. For this reason, the intrinsic multimodal nature of human language has been left out, putting aside various types of information both prosodic and visual. This work analyzes the ways in which gestures complement speech, taking into account several levels of analysis: pragmatic, semantic and syntactic; but also how some gestures can be considered linguistic signs. In order to exemplify the argumentation, I will consider the Yucatec Maya language using examples of spontaneous productions. Although certain processes presented in this work are specific to Yucatec Maya, most can be found in various languages. This paper first presents a definition of language, speech and gestures, and how one can study the way in which speech and gestures are integrated in a composite utterance. Subsequently, I analyze examples of different types of gestures in various areas of communication in Yucatec Maya, such as deictic gestures, the use of expressive gestures, metaphors and the integration of gestures at the pragmatic level. Finally, I explain how gestures can become linguistic signs in Yucatec Maya.

Keywords: gesture; multimodality; semantics; pragmatics; Yucatec Maya

1. INTRODUCCIÓN

En este artículo se plantea la importancia de la gestualidad, en específico, los movimientos de las manos, en el estudio del maya yucateco hablado. Asimismo, se presenta un estudio de caso que puede ser aplicado en otras lenguas y contextos culturales. La principal motivación para la realización de este trabajo es la falta de estudios de gestualidad en la lingüística. Esta disciplina, definida como ciencia y herramienta descriptiva del lenguaje, se ha enfocado en el habla y muchas veces, incluso solamente en la transcripción (escrita) de la palabra. La forma clásica o tradicional de hacer descripción lingüística estuvo muy limitada por la imposibilidad de grabar en audio y video. Por esta razón, durante mucho tiempo se dejó de lado la naturaleza intrínsecamente multimodal del lenguaje humano, la cual incluye varios tipos de información tanto prosódica como visual.

Con la aparición de la escritura, surge una nueva forma de comunicar, que no es la forma natural de los humanos ni la de muchas culturas en el mundo (Tomasello 2008). La escritura es una forma incorpórea de comunicación, en la cual la información debe ser comprensible sin necesidad de una interacción cara-a-cara y/o de intercambio de información prosódica ni visual. Desde la antigüedad, especialmente después de Sócrates, la producción científica ha sido transmitida por medios escritos y ha tenido que limitarse a estas restricciones. Sin embargo, y a pesar de representar una forma limitada de comunicar, la escritura se vuelve la forma de comunicación de prestigio a partir del siglo XIX, sobre todo en los medios académicos y de difusión. Por lo anterior, se considera que un orador competente es quien solo utiliza la palabra para ser elocuente, es decir, “hablar como un libro”, no usar efectos de voz o demasiados gestos (Bourdieu 1979). Debido al prestigio comunicativo que ha tenido la escritura, ciertas formas de habla incluso trataron de alinearse con ella.

Sin embargo, es problemático limitar el lenguaje humano a solo lo que se puede escribir, ya que la forma natural de interacción humana es multimodal: todos los humanos en sus interacciones cotidianas gesticulan (McNeill 1992; Kendon 2004), usan prosodia (Couper-Kuhlen & Selting 1996), y expresiones faciales (Ekman 1980; 2006). Aun cuando no es siempre obvio o consciente para los mismos hablantes, mucha información es transmitida a través de los elementos multimodales (Enfield 2009; Stivers & Sidnell 2005).

Si bien en las culturas europeas y asiáticas la alfabetización es muy antigua, en las culturas mesoamericanas no hubo un impacto generalizado de la escritura. Este punto es fundamental, ya que los hablantes no han estado expuestos a limitaciones comunicativas (como las que trae consigo la escritura), por lo que tienden a utilizar todos los canales semióticos disponibles. Aquí es importante clarificar dos puntos: el primero es que existieron diversas formas de escritura en Mesoamérica, en particular entre los mayas, pero estuvieron limitadas a ciertos grupos y nunca existió una alfabetización a gran escala.1 Y la segunda, que es importante aclarar que no se intenta plantear que los hablantes de otras lenguas no gesticulan o que gesticulan menos que los mayas, sino más bien que la historia cultural de occidente y el grado importante de alfabetización, junto con una ideología lingüística que nace en el siglo XIX, han limitado la expresión gestual, lo que incluso ha provocado una cierta depreciación del uso de otros recursos que el habla trae consigo. Varios estudios proponen que la escritura tuvo un fuerte impacto sobre la cognición y la gestualidad; en esa línea argumentativa, algunos autores han demostrado cómo el sentido de la lectura ha influenciado tanto la representación cognitiva como gestual del tiempo, por ejemplo, Cooperrider & Núñez (2009), Casasanto & Jasmin (2012) y Fuhrman & Boroditsky (2010).

En este trabajo muestro cómo los gestos complementan el habla en varios niveles de análisis -pragmático, semántico y sintáctico-, para así finalizar con el estudio de los gestos que se consideran como signos lingüísticos. Como se comentó en líneas anteriores, se escogió la lengua maya yucateca hablada en la actualidad, donde se muestran ejemplos de producciones espontáneas. Si bien, ciertos procesos descritos en este trabajo son específicos del maya yucateco, no se limitan solamente a esta lengua, ya que varios tipos de gestos o procesos complementarios se dan en otras lenguas de manera similar (Haviland 2000; Kendon 2001; Enfield 2009; Kita 2009). La finalidad del presente artículo es demostrar la importancia de la gestualidad en el estudio de una lengua hablada en un contexto de poca alfabetización a través del ejemplo del maya yucateco.

Los datos que uso en este trabajo provienen de varios tipos de interacciones espontáneas: narraciones, entrevistas y conversaciones sin la presencia del investigador. Estos fueron registrados en video y recopilados en varios lugares de la península: K’o’opch’e’en (Kopchen, Quintana Roo), Che’ma’ax (Chemax) y Chi’kaan (Chicán) en Yucatán.

En §2 se presenta de manera general el tema de la gestualidad y se proponen definiciones de lenguaje, el habla y los gestos, y la forma en que se complementan el habla y los gestos. En las siguientes secciones se analizan diferentes tipos de gestos en varias áreas de la comunicación en maya yucateco: gestos deícticos §3; gestos y expresivos §4; gestos y metáforas §5; la integración de los gestos al nivel pragmático §6; y cómo los gestos pueden llegar a ser signos lingüísticos en maya yucateco §7.

2. LENGUAJE, GESTUALIDAD Y MULTIMODALIDAD. DEFINICIONES

Para clarificar el argumento que expongo en este trabajo, hago referencia a algunos conceptos clave, en particular lo que es el lenguaje, el habla y la gestualidad (o gestos).

2.1. Lenguaje y habla

El lenguaje (humano) (en inglés language) es un sistema de comunicación que permite la transmisión de información sobre algo (o alguien) que pueda ser alcanzable perceptualmente o no. Esta última característica diferencia el lenguaje humano de otros sistemas de comunicación, ya que este permite hablar de personas no presentes, de sus procesos mentales, de eventos pasados y futuros, de objetos visibles o no, concretos o abstractos. También puede ser utilizado de manera reflexiva para cambiar el comportamiento de alguien (Peirce & Buchler 1955; Sperber & Wilson 1996). Para ejemplificar este último punto, se puede imaginar una escena en la que están dos personas en una cena, si la primera persona mira a la otra y después mira la sal, la segunda persona entenderá que se le pide que pase la sal. Aunque no es lingüístico, este ejemplo muestra cómo los humanos tienen la capacidad de inferir las intenciones comunicativas de otro ser humano. Esta capacidad es muy desarrollada entre los humanos, en cambio los primates y otros animales no la tienen (Tomasello et al. 2005). Con este ejemplo también se demuestra que el lenguaje no se limita al habla, sino que incluye recursos comunicacionales más amplios. En la definición que usaré, lenguaje se entiende primeramente como un sistema de comunicación que involucra recursos multimodales, tales como gestos, prosodia, mirada, etc.

El habla (en inglés speech), se define como “la producción vocal del lenguaje”. Es de reconocer que el lenguaje es primeramente vocal, sin embargo, no siempre tiene que ser hablado, tal como las lenguas de señas, que usan signos lingüísticos visuales y no auditivos. Aun sin ser habladas, las lenguas de señas tienen las mismas características que los sistemas lingüísticos verbales e igualmente se complementan con gestos (también producidos con las manos) (Pfau et al. 2012).

2.2. Gestualidad (o gestos)2

¿Qué es un gesto? Según McNeill (1992: 1), los gestos son “los movimientos de las manos y de los brazos que vemos mover cuando uno habla”. Pero para entender lo que implica esta definición, tenemos primero que considerar lo que no son los gestos. No todos los movimientos de los brazos o del cuerpo pueden ser considerados como gestuales (según la definición anterior), por ejemplo: un ajuste corporal, una risa, pasarse la mano en el cabello, etc. No es que estos movimientos no comuniquen nada, pero los gestos se distinguen porque involucran dos características fundamentales: (a) una intención comunicativa y (b) el acompañamiento del habla y/o de una mirada (lo que implica que son producidos para el beneficio de un interlocutor). En síntesis, un gesto es un movimiento del cuerpo (generalmente de las manos) que expresa un pensamiento o un sentimiento por ser comunicativo.

Un punto fundamental de recalcar es que los gestos no son independientes del lenguaje y menos del habla. Otra vez siguiendo a McNeill y a otros autores (Kendon 2004; Kelly et al. 2009; Crocker et al. 2010), se puede afirmar que los gestos y el habla son parte de un mismo sistema: el lenguaje. Existen varios argumentos para apoyar esta propuesta. En primer lugar, los gestos se efectúan durante el habla. Es muy poco frecuente que alguien deje de hablar y siga gesticulando por mucho tiempo (a menos que sea una forma de pantomima). En segundo lugar, gestos y habla son semánticamente y pragmáticamente co-expresivos, un punto extensivamente expuesto por Kendon, quien considera lo siguiente:

Veremos que los hablantes crean un conjunto de gestos y habla, por medio del cual logran obtener una coherencia semántica entre las dos modalidades. Esto no significa que gesto y habla expresan el mismo significado. Muchas veces son distintos. Sin embargo, los significados expresados por estos dos componentes interactúan en la oración y, a través de un proceso de reciprocidad, producen una unidad de significado más compleja (Kendon 2004: 108-9).3

En tercer lugar, en la mayoría de los casos, tanto los gestos como el habla son producidos en sincronía; es decir, son alineados sintácticamente (se presentarán ejemplos que demuestran cómo esta alineación resulta fundamental). En cuarto lugar, es revelador que gestos y habla se desarrollen juntos entre los niños, y de igual forma (quinto punto), gestos y habla se descomponen al mismo tiempo en la afasia. Estos dos últimos argumentos en especial validan el hecho de que habla y gesto son parte de un mismo sistema al nivel cognitivo (McNeill 1992).

Los gestos expresan varios tipos de información que dependen en gran parte de sus relaciones con el habla. Para explicarlo, McNeill (1992) propone considerar lo que llama el “continuo de Kendon” (inspirado por el trabajo de Kendon 1983). El continuo, presentado en la Figura 1, considera la forma en la cual gestos y habla se complementan. Mientras más a la izquierda del continuo, más fundamental es el habla al acto comunicativo. Estos son el tipo de gestos conocidos como “gesticulación” o “gestos de batuta” que solo ayudan a puntuar el habla. Sin embargo, mientras más vamos hacia el lado derecho del continuo, los gestos suelen ser más parecidos al habla y por lo tanto llevan más información relevante y/o indispensable al significado de la oración. Por lo mismo, el habla se vuelve menos indispensable, así como en el caso de los gestos citables (Kendon 1992) que pueden ser producidos con o sin habla y ser entendidos sin problema (p.ej. el pulgar arriba para “bueno, de acuerdo”).

Figura 1. El “continuo de Kendon” (adaptado de McNeill 1987

Mientras más va por la derecha del continuo, el lenguaje se vuelve menos obligatorio, esto porque los gestos toman propiedades del lenguaje (es decir son sistematizados). Por lo tanto, los gestos citables como pantomimas pueden llegar a sustituir la oración o parte de esta. Asimismo, mientras más vamos hacia la derecha, la alineación temporal y la composicionalidad (es decir, la posibilidad de combinar varios gestos para crear un significado nuevo) aumentan. Al extremo derecho del continuo están las lenguas de señas en las cuales todo el acto comunicativo es gestual (más bien visual) ya que el habla está ausente. En el caso de las señas, estas toman las propiedades del habla; son palabras usadas en composición según una sintaxis precisa. En la lengua de señas también existe gestualidad, es decir los movimientos no sistematizados de las manos. Sin embargo, los gestos en este caso no pueden ser producidos en sincronía (tal como en el caso del habla), sino entre las oraciones en señas o, en algunos casos, pueden ser una dimensión de la seña; por ejemplo, aumentar el movimiento de la seña, un proceso similar a alargar vocales en las lenguas habladas para enfatizar (ver Okrent 2002, para una discusión más detallada sobre este punto).

En su continuo, McNeill (1992), propone varias dimensiones que pueden ser consideradas como categorías permeables. La primera es la gesticulación, o mejor conocida en español como gestos batuta. Estos gestos no agregan significado al habla y frecuentemente tienen una forma similar que no cambia con el contenido del habla. La segunda categoría está formada por los gestos que toman propiedades del habla. Estos gestos se relacionan directamente con el contenido del habla, y, en muchos casos, complementan el significado del habla. Para el caso de la categoría perspectiva del personaje, el hablante imita corporalmente la acción del personaje de quién está hablando. En general, implica movimientos del cuerpo acompañados de la mirada, de expresiones faciales de emoción, etc. Finalmente, como se mencionó, los gestos citables pueden acompañar o reemplazar una parte del habla.

Dentro de los gestos que se relacionan directamente con el contenido del habla, se distinguen sub-dimensiones: la dimensión icónica se presenta cuando los gestos evocan entidades concretas (p.ej., poner las manos en forma circular para evocar un balón de fútbol). La dimensión metafórica se da con gestos que representan imágenes abstractas, donde la imagen que el gesto transmite no se interpreta literalmente (p.ej., poner las manos en forma circular para evocar un concepto tal como “las ideas”). La dimensión deíctica se expresa cuando existe un tipo de apuntamiento a un referente (el gesto deíctico prototípico es con la mano extendida y el dedo índice extendido y el resto retraído). Finalmente, la dimensión rítmica (o gesto de batuta) solamente acompaña al habla rítmicamente, pero no agrega significado más que pragmático, y los gestos tienden a tener una misma forma con varias partes del discurso. Es importante recalcar que se habla de dimensiones, ya que una o varias pueden estar presentes en un solo gesto (este punto lo explicaré con más detalle en el ejemplo (2) más adelante).

Se pueden distinguir dos o tres fases en la producción de un gesto. Los gestos de batuta son particulares, debido a que solamente tienen dos fases (en general por arriba y abajo, o izquierda y derecha). Los demás tipos de gestos se desarrollan en tres fases, las cuales son: (a) la preparación, en la cual la mano se mueve de su posición de descanso, (b) la fase de “golpe” (stroke en inglés) que es la fase más importante y por la cual existen las demás fases, es cuando el gesto produce su significado. Finalmente, (c) la fase de retracción es cuando la mano regresa a su posición de descanso. Hay que notar que la esencia del gesto es la fase de golpe, y es indispensable cuando las dos otras pueden ser omitidas. Se ilustran estas fases en el ejemplo (1) con la Figura 2. Nótese que la parte del habla subrayada en el ejemplo muestra el momento en que se produce el gesto (distinguiendo las 3 fases). En el ejemplo (1), el hablante cuenta la historia de un cazador que se encuentra en la cima de un árbol cuando llegan monos arañas a preguntarle qué está haciendo en un árbol tan alto. La oración en la cual se produce el gesto describe la altura importante del árbol. Se ve que el hablante posa sus manos en posición de descanso en sus piernas (Figura 2a). Para que la fase del golpe (cuando indica la dimensión del árbol) coincida con la palabra che’ ‘árbol’, el hablante tiene que mover las manos con anticipación y eso lo hace durante la primera parte de la oración ka’anal e ‘es grande el’ (indicado con // en (1)). La intención comunicativa del gesto es enseñar el tamaño del árbol, lo cual se hace en la fase de golpe (Figura 2b, indicado con ** en (1) que ocurre con la palabra che’ ‘árbol’. Finalmente, al final de la palabra, el hablante retracta sus brazos a la posición de descanso, movimiento que solo se ejecuta mientras se pronuncia el deíctico distal -o’ (Figura 2c, indicado con \\ en el ejemplo (1)).

Figura 2. Fases de la producción del gesto que acompaña el habla ka’anal e che’o’ “el árbol era grande” 

Esta parte proporcionó algunas bases para entender la producción gestual en general. En las secciones siguientes, se contempla con más detalles varios tipos de gestos a partir del análisis de cómo son usados en maya yucateco para complementar el habla o incluso llegar a ser equivalente a este.

3. EL USO DE GESTOS DEÍCTICOS

Estos tipos son muy comunes en todas las lenguas del mundo y se desarrollan en la infancia antes de la producción del habla (Liszkowski et al. 2012). Por lo general, en muchas lenguas, son introducidos en el habla con un deíctico verbal (de tipo ‘aquí’, ‘así’, etc.). Estos gestos resultan fundamentales para la transmisión de información, si no están accesibles, por ejemplo, cuando solo se tienen las palabras del hablante, así como en el caso de una grabación de audio, resulta imposible entender el acto comunicativo. Ilustro este punto con (2), en donde el hablante está narrando una parte del recorrido de Jesucristo y enseña hacia dónde se fue. Solo con el deíctico verbal te’ela’ ‘aquí (proximal)’, no sabemos en cuál lugar o dirección se desarrolla la acción. Sin embargo, cuando se agrega la dimensión visual al significado del deíctico verbal se agrega la dirección proporcionada con el movimiento de la mano (Figura 3). Lo interesante de este gesto es que es a la vez deíctico (indica una dirección) y emblemático; en maya es un gesto citable que significa bin ‘ir’, que incluso puede ser usado sin el habla. El movimiento indica que el personaje (aquí Jesucristo) se fue, pero la mano abierta que se mueve por arriba indica que se fue lejos o a un lugar desconocido, siguiendo un patrón manual para indicar lugares en el espacio (ver Le Guen 2011a) para más detalles). Es decir que el mismo gesto tiene una dimensión metafórica que no está presente en el habla. Asimismo, se nota también la importancia de la mirada que acompaña al gesto: al principio del gesto (Figura 3a) está orientada por la dirección en la cual se dirige Jesucristo pero cuando el gesto llega a su punto más alto (es decir, sin dirección particular, Figura 3b) la mirada deja de acompañar al gesto, otra vez lo que conlleva la idea de “espacio lejos o desconocido”. Finalmente, se puede notar una aparente incongruencia entre el uso del deíctico verbal proximal (-a’, ver Hanks 1990) y el gesto de lejanía. Sin embargo, se trata más bien de un uso complementario: el deíctico proximal indica el punto de partida y la dirección (“a partir de aquí”) desde la perspectiva del hablante, cuando el gesto indica un punto final lejano y/o desconocido del recorrido de Jesucristo.

Figura 3. Uso de gesto con dimensiones deíctica y metafórica 

La amplitud del gesto también trae una dimensión icónica (es decir que se parece a lo que describe), y agrega una idea de gran distancia (que contrasta una distancia corta que hubiera sido representada con un gesto más pequeño). Por eso, considerando la noción de “oración compuesta” (composite utterance) propuesta por Kendon, se puede leer el contenido multimodal de la oración (es decir verbal + visual) de la siguiente forma: “se fue en esta dirección [muy] [lejos]”. El significado de lejanía (o de lugar desconocido) proviene de la dimensión metafórica del gesto (por arriba) y la idea de gran distancia (“muy” lejos) resulta de la dimensión icónica del gesto, en este caso la amplitud importante del movimiento.

En resumen, el gesto del hablante tiene tres dimensiones que coexisten y describen tres aspectos diferentes que se agregan al significado de la oración oral: (1) dimensión deíctica (“por esta dirección”), (2) una dimensión metafórica (lejos o a un lugar desconocido) y (3) una dimensión icónica (la distancia es grande).

Varias lenguas tienen palabras muy específicas que introducen obligatoriamente gestos con una dimensión deíctica. En (3) muestro el caso de la palabra buka’aj en maya yucateco, el cual se desglosa como ‘de este tamaño’. Esta palabra es peculiar, ya que no puede ser usada sin un complemento gestual, a diferencia de deícticos como aquí, allá, así. A continuación, se presenta un extracto de una narración en la cual el hablante precisa el tamaño de una pieza de cera. Al producir la palabra kib ‘vela’ el hablante empieza a formar su gesto para producir el golpe con buka’aja’ ‘de este tamaño’. El gesto tiene una dimensión icónica, debido a que representa un objeto concreto precisando su forma (alargada) y su dimensión. Otra vez notamos la importancia de la palabra deíctica en el discurso oral (buka’aj-a’) que ayuda a dirigir la atención del interlocutor hacia al gesto. El uso del deíctico proximal -a’ es aquí típico de la introducción de un gesto e incita al interlocutor a poner atención a la producción del gesto, su importancia en el acto comunicativo y su sincronía con el habla. Por lo tanto, la producción del gesto es tan importante que se hace frente a la cara del hablante para el beneficio del interlocutor que no lo puede omitir (de lo contrario perdería mucho del contenido del mensaje).

En el caso de (3), la oración compuesta es aún más difícil de traducir con palabras, ya que la información que proporciona el gesto es sumamente visual. Puede ser tal vez la razón por la cual el gesto se vuelve tan indispensable. En la siguiente sección, se considera la dimensión icónica tanto de los gestos como de las palabras expresivas y se muestra cómo la multimodalidad es adecuada para codificar la expresividad.

4. GESTOS Y EXPRESIVIDAD

Ciertas lenguas tienen un campo semántico más amplio que otras cuando se trata de la expresividad (es decir la expresión de sentimientos, imágenes, sensaciones, etc.). Muchas lenguas cuentan con formas lingüísticas tales como adverbios, distributivos, etc. (ver Le Guen 2015 para un panorama en maya yucateco), pero algunas lenguas poseen también una clase de palabras expresivas llamadas “ideófonos”, de las que carecen las lenguas indoeuropeas, por ejemplo (Nuckolls 1995; Dingemanse en prensa). Estas palabras tienen un significado multimodal, es decir, codifican varias dimensiones al mismo tiempo: sonora, con el carácter onomatopéyico de las palabras, e imagística (o icónica) por la cual la gestualidad es muy adecuada. Dicho de otra forma, los ideófonos describen toda una escena, a veces incluso sentimientos o emociones, solamente con una palabra.

En maya yucateco existe un rango de palabras expresivas, entre ellas, verbos compuestos e ideófonos (Le Guen 2012; 2015). En (4), extracto de una narración sobre el arux (‘duende’), el hablante los produce ambos acompañados de gestos. En esta historia, el duende, que favorece a su dueño, reemplaza las sandías pequeñas de la milpa que cuida con las grandes del vecino. Para dejar la ilusión de que las sandías del vecino están maduras, el duende defeca en el interior. El ejemplo (4) describe el momento en que el vecino “parte en dos” una sandía que creía madura y para describir esta acción, el hablante usa un verbo compuesto de dos raíces buj ‘partir en dos, rajar’ y k’up ‘cortar, rebanar’. El gesto que produce (Figura 5a) muestra de qué forma se parte la sandía (de manera horizontal) y complementa la semántica del compuesto verbal que es la primera palabra expresiva de la oración.

Figura 4. Uso del gesto en complementación de la palabra buka’aj “de este tamaño” 

Figura 5. Uso de gestos para complementar palabras expresivas 

La segunda palabra expresiva usada por el hablante es el ideófono wéej que en el maya se utiliza para expresar la salida de un líquido. Para enseñar de manera icónica cómo sale el líquido de la sandía, el hablante produce un gesto con las dos manos hacia delante con palmas abiertas representado el contenido del fruto saliendo con mucha presión (Figura 5b). Nótese que el gesto es amplio y se extiende en el tiempo junto con el alargamiento vocálico de wée::j para poner énfasis en la forma en la cual se expulsa el líquido.

En el caso de los expresivos (que son derivaciones de raíces), los gestos no solamente proporcionan más expresividad al enunciado, sino que ejemplifican cómo se desarrolla la acción. En ciertos casos los gestos llevan a expresar la dimensión semántica de la derivación expresiva (par más detalles sobre este tema ver en Le Guen (2012) para el maya yucateco, y Pérez González (2012) para el tseltal).

5. GESTOS Y METÁFORAS

Recientemente, muchos estudios han demostrado que existe una congruencia entre las metáforas en el habla y la producción de los gestos (Núñez & Sweetser 2006; Kita et al. 2007; Cienki & Müller 2008; Cooperrider & Núñez 2009). Estos estudios muestran cómo los gestos enseñan de forma visual ciertos conceptos metafóricos o abstractos.

Le Guen & Pool Balam (2012) mostraron cómo los gestos son cruciales para entender el significado de ciertas metáforas temporales en maya yucateco. En su estudio proponen que existe un uso limitado de términos espaciales para hablar del tiempo en maya yucateco, por lo tanto resulta difícil entender metáforas temporales sin recurrir al estudio de la producción de los gestos. En esta lengua, la representación del tiempo no es lineal; es decir que para los mayas yucatecos el tiempo no está concebido como yendo hacia una dirección o desarrollándose según un vector o una línea. Sin embargo, poner atención solo al habla no es suficiente para elicitar esta representación no lineal.

En el siguiente ejemplo, un hablante de K’o’opch’e’en está contando al autor que su hija tiene tres años y que va hacia sus cuatro. Explica este proceso formulándolo como se presenta en (5).

En este ejemplo, tenemos una oración en tres partes con tres metáforas que parecen contradictorias solo si nos enfocamos en el habla. En la primera parte, el hablante usa una metáfora que considera a la niña moviéndose hacia sus cuatro años, usando el verbo bin ‘ir’. En esta metáfora el tiempo es fijo y es el protagonista (la niña) que se mueve, en este caso hacia adelante. Sin embargo, en la segunda parte de la oración, es ahora el tiempo que se mueve y viene por atrás de la protagonista. El hablante nos dice que el tiempo “le viene por detrás”. Aquí se nota una contradicción si consideramos las dos metáforas desde la perspectiva del español, por ejemplo. ¿Cómo es posible que primero el tiempo sea fijo y que la protagonista se mueva hacia los cuatro años y que, de repente, los cuatros años se muevan hacia la espalda de la protagonista? En la tercera parte, tenemos aún otra metáfora en la cual el tiempo no solo se desplaza según un vector sino que alcanza a la protagonista. El hablante nos dice que los cuatro años “le va a pegar”.

Con el fin de entender mejor a qué alude el hablante, el autor le pregunta la siguiente aclaración: bixi? ‘¿qué?’. La respuesta del hablante se presenta en (6).

‘Da vuelta como un circulo, así. Cuando se cierre, está un año así (y) empieza el segundo año, (y son) dos años’

Como se puede notar de inmediato, esta oración no es comprensible sin ver los gestos que acompañan al habla. Para explicar cómo se desarrolla el tiempo, el hablante usa affordances4 que se encuentran en su entorno, en este caso una marca de agua dejada por un vaso lleno de refresco. Este círculo sirve para explicar la trayectoria del tiempo. El primer gesto que hace el hablante acompaña al deíctico de manera bey-a’ ‘así (proximal)’ con un dibujo de un círculo usando la marca de agua dejada en el suelo. Este gesto sirve para ilustrar cómo va el tiempo el primer año (es decir los tres años de edad de la niña). Al cerrar el primer círculo, el hablante sigue su movimiento para empezar un segundo (igual al primero) que ahora acompaña la frase “empieza el segundo año, (y son) dos años”. Estos círculos son una representación visual de cómo se desarrolla el tiempo: “revuelve”, “da vuelta” y “se cierra”. Con esta concepción circular ahora podemos entender el primer enunciado (“la niña va hacia su cuarto año” y “el tiempo le viene por detrás”). La forma no lineal del tiempo, sino circular (o más bien cíclica) permite elaborar representaciones metafóricas que no tienen un punto deíctico que impone una cierta dirección lineal (p.ej. hacia el hablante o a partir de él), ya que el tiempo metafóricamente siempre regresa a un punto similar al de su origen.

Otra vez con este ejemplo vemos que el acto comunicativo no es únicamente producido en el canal verbal y que el gesto está diseñado para estar dentro de una oración compuesta en la cual se distribuye la información entre lo verbal y lo visual. Además los gestos revelan ciertas metáforas que no son comprensibles con el habla únicamente; más bien permite hallar ciertas representaciones mentales de los hablantes que no son obvias verbalmente.

Un lingüista descriptivo podría objetar que se podría escribir la misma frase sin el uso del gesto y no sería erróneo, sin embargo, existen varios problemas con este comentario. Primero, tradicionalmente la gran mayoría de los mayas no se comunican de manera escrita, así que esta objeción es muy etnocéntrica, hecha a partir de la idea de que la escritura tendría más valor que lo oral. En segundo lugar, considerar que el gesto es opcional (o que puede ser remplazado por palabras) es también menospreciar el diseño del mensaje por los hablantes, es decir, no tomar en serio el valor que los propios mayas ponen en el uso de la multimodalidad.

6. GESTOS Y PRAGMÁTICA

Los gestos, así como lo mencionaron autores como McNeill (1992) o Kendon (1997; 2004), son producidos por lo general con una parte de la oración a la cual se refieren (con la fase de golpe del gesto, así como lo vimos en los ejemplos anteriores). La producción en sincronía con el habla permite agregar informaciones a nivel pragmático, pero de forma esencial, ya que estas informaciones no se encuentran presentes en el habla. Asimismo, en ciertos casos los gestos pueden incluso sustituir funciones de parte del habla, tal como la marca de pregunta, como en (8) más adelante.

En (7), el gesto agrega una información que no está presente en el habla. Esto es posible porque el gesto está sintácticamente alineado con lo que refiere en el habla. En este ejemplo, la hablante está platicando sobre el fin del mundo (la entrevista fue hecha en 2012) y enumera unos signos anunciadores (“señas”) que tendrán que suceder cuando este evento esté a punto de ocurrir. Uno de estos eventos es que lloverá sangre. En el ejemplo (7), la hablante termina su explicación diciendo que “eso es la señal, así se verá”. Acompañando esta frase, que parece completa, la hablante produce un gesto circular (2 veces) (presentado en la Figura 6) alineado con la oración “eso es la señal, así se verá” para indicar que esto se verá “por todas partes”. El gesto agrega una información que no está en el habla y convierte esta frase en una “oración compuesta” que se tiene que entender de la siguiente forma: “eso es la señal, así se verá [por todas partes en el mundo]”. La producción del gesto en el momento de la oración no es casualidad ya que, producido en cualquier otro momento, el gesto habría tenido otro significado.

Figura 6.  La hablante produce dos círculos con su cuchillo para referir a todas las partes del mundo 

‘como te estaba diciendo, sí llueve sangre o algo, eso es la señal pues, así se verá [por todas partes]’

En (8), quiero mostrar cómo un gesto anticipado, en este caso un movimiento de la cabeza, permite inducir una respuesta de parte del interlocutor e incluso sustituir a un clítico de pregunta (tipo tag). Una función del movimiento de cabeza arriba-abajo (o nodding en inglés) es provocar una respuesta positiva por parte del interlocutor, un poco como decir: “tienes que asentir a lo que te estoy diciendo”.

En este ejemplo, dos ancianas mayas (L a la izquierda y F a la derecha en la Figura 7), están platicando sobre el precio de los transportes en su pueblo, quejándose que no deja de subir. En el segmento que se presenta en (8), F está a punto de empezar a contar algo sobre su experiencia yendo al hospital, cuando se le ocurre que tal vez su interlocutora no va allá tan seguido. En este momento, empieza un auto-reparo (Hayashi et al. 2013) y pregunta a L si va al hospital. F interrumpe su narrativa (Figura 7a) y enfoca su atención hacia L. Para eso, modifica la posición de su cuerpo para estar mirando a L. Cuando F pronuncia la frase declarativa “vas al hospital” (sin entonación de pregunta) toca la pierna de su interlocutora (Figura 7) y produce 4 asentimientos con la cabeza. Solamente al final de su declarativa F agrega la marca de pregunta tag (máasáa “¡¿no será el caso?!”) con el fin de modificar su declarativa en pregunta con una respuesta positiva esperada.

Figura 7.  F, a la derecha, (a) cambia su posición corporal para (b) mirar y tocar a su interlocutora L 

Lo interesante de este ejemplo es que el asentamiento con la cabeza producido al mismo tiempo que la declarativa, es suficiente para obtener una respuesta positiva de parte de la interlocutora. Esto lo podemos apreciar ya que L proporciona su respuesta verbal hmm con dos asentimientos de la cabeza al mismo tiempo que F produce el clítico de pregunta máasáa. Todas las acciones no-verbales (cambio de posición corporal, mirada, tocar a la interlocutora y el asentamiento) fueron producidas en combinación dentro de un segmento de tiempo de (aproximadamente) 910 milisegundos y fueron suficientes para que L entendiera que la declarativa de F era en realidad una pregunta que requería una respuesta positiva.

El posicionamiento sintáctico oportuno a las acciones no-verbales permiten complementar el significado de una oración, como en (7), o incluso a sustituir a la función de un clítico de pregunta (como más(im)áa “¡¿no sea el caso/verdad?!”), lo cual resulta casi redundante o superfluo, ya que la interlocutora responde al mismo tiempo de su emisión.

7. LOS GESTOS COMO SIGNOS LINGÜÍSTICOS

Finalmente, existen ciertos gestos en maya yucateco que remplazan palabras, es decir que funcionan como verdaderos signos lingüísticos. En otro trabajo llevado a cabo en K’o’opche’en (Quintana Roo), he mostrado cómo la mayoría de las mujeres y muchos hombres no tienen un conocimiento del significado de ciertos términos espaciales, en específico de las direcciones cardinales: xaman ‘norte’, noohol ‘sur’, lak’in ‘este’ y chik’in ‘oeste’ (ver Le Guen 2011b). Sin embargo, aun cuando no conocen la semántica de estos términos, ello no implica que no sepan donde se ubican estas direcciones cardinales en el espacio. El resultado del estudio conducido en Le Guen (2006; 2011b)es que los mayas yucatecos si bien no usan los términos de direcciones cardinales (porque muchos incluso no los conocen), compensan con gestos orientados correctamente a los espacios de los cuales están hablando.

En (9) y en la Figura 8 se presenta una muestra de esta estrategia.5 Este ejemplo es extracto de una conversación involucrando a tres hablantes de maya y al autor. Pregunté lo siguiente a mis tres amigos de K’o’opch’e’en: “¿En Carrillo Puerto, dónde se encuentra el Azulejo (una tienda) respecto a la gasolinera?” (te’ káariyoo’, tu’ux kupa’ata’ e áasulejo te’ gasolinerao’?), dos construcciones ubicadas en la cuidad de Felipe Carrillo Puerto, a unos 30 km al norte del pueblo. Lo interesante de este ejemplo, es que cada uno de los tres hablantes está orientado hacia una dirección distinta y producen cada uno gestos distintos (o que parecen distintos); el hablante A mira hacia el oriente y extiende su brazo a su izquierda, cuando B mira hacia el norte y extiende su brazo en frente y, finalmente C que mira hacia el oeste extiende su brazo a su derecha. En su habla, ninguno de los tres usa un término de dirección cardinal, solamente el término maya aktáan y su préstamo español “frente”, lo cual no es muy informativo ya que la gasolinera tiene dos “frentes” en los cuales se podría ubicarse la tienda; uno hacia el norte y otro hacia el oriente, como en Figura 8.

Figura 8.  Los tres hablantes no usan la palabra xaman “norte” sino el canal vernal con un gesto hacia el norte 

Sin embargo, si nos fijamos en la dirección hacia la cual todos extienden sus brazos, vemos que son siempre dirigidos hacia el norte, aunque no indican únicamente la ubicación de la ciudad de Carrillo Puerto al norte, ya que se trata de un gesto de apuntamiento, sino que la forma de mano que usan para colocar una entidad es con los dedos extendidos o puestos a 90 grados (véase Figura 8). Con sus gestos, todos colocan en un espacio virtual reproducido cerca de sus cuerpos, la posición de la tienda “del lado norte de la gasolinera” o más bien “en el frente norte de la gasolinera”. En cada oración el gesto, junto con el deíctico verbal, se puede interpretar como “del lado norte”.

El ejemplo (10) -con la Figura 9- es muy similar al anterior, pero esta vez la hablante está mirando hacia el sur y su respuesta es una oración que podríamos considerar como “mínima”, porque solamente contesta de la siguiente forma: “¿¡no está (la tienda) de este lado (de la gasolinera)?!”. Sin embargo, si tomamos en cuenta el gesto que produce, la frase verbal se transforma en oración completa desde un punto de vista informacional. En el canal verbal es cierto que no hay información de tipo espacial (solamente dice “de este lado”), pero la hablante está indicando visualmente el lado norte (de la gasolinera) con un movimiento atrás de ella (ya que mira hacia al sur).

Figura 9.  Hablante usando un gesto para suplir a la palabra xaman “norte” 

Otra vez tenemos un ejemplo de oración compuesta. Sin embargo, lo especial de estos gestos espaciales es que no pueden ser remplazados por palabras (en especial en el caso de las mujeres). Al respecto, el maya yucateco se puede considerar como excepcional (aunque no único, ver por ejemplo Floyd 2016) para un caso similar con gestos temporales) porque muchos hablantes no conocen el léxico para direcciones cardinales y usan (sin problema) el canal gestual para suplir a estos términos.

Debido a la importancia y al carácter obligatorio del gesto para comunicar información de carácter espacial, resulta fundamental mencionar al interlocutor que tiene que estar atento al gesto para que el acto comunicativo sea completo. Dirigir la atención del interlocutor hacia el gesto involucra estrategias especiales en maya yucateco. Uno de estos procesos está ilustrado en la Figura 10. En el ejemplo (a) de la Figura 10, la oración incluye la palabra xaman ‘norte’ y el mensaje es completo verbalmente, pero la palabra está sin embargo, introducida en maya con un deíctico locativo te’ y un deíctico terminal distal -o’. En el ejemplo (b) en contraste, la palabra está reemplazada por un signo lingüístico manual (en este caso, un gesto orientado hacia el norte) que es semánticamente equivalente.

Figura 10.  Ejemplo de cómo se remplaza una parte del discurso con un gesto que tiene papel de signo lingüístico. Las dos frases se pueden traducir como “el azulejo está al norte” 

Dado que el gesto es indispensable para el acto comunicativo, es fundamental que quien recibe este mensaje ponga atención en la información gestual del hablante. En este ejemplo, el gesto está producido con la mano derecha (marcado con un círculo en la Figura 10) y por ser manual y no verbal, se introduce en el habla con el deíctico de manera bey- ‘así’ y un deíctico terminal proximal (-a’) que sirve para orientar la mirada del interlocutor hacia el gesto.

Los ejemplos que involucran gestos espaciales nos muestran claramente cómo en maya yucateco el canal visual es crucial en la comunicación.

8. CONSIDERACIONES FINALES

En este trabajo se ha demostrado la importancia de la gestualidad en la comunicación maya yucateca con el uso de ejemplos de producciones espontáneas y cotidianas. Los gestos no solo son adornos del habla (verbal) sino que, en muchas lenguas, y particularmente en maya yucateco, complementan la producción verbal en forma de oraciones compuestas, muchas veces agregando información indispensable a nivel semántico. Se puede decir que se trata de una relación bidireccional entre gesto y habla, aun cuando el habla sigue siendo el canal privilegiado para la transmisión de información.

Se observa que un gesto puede llevar varias dimensiones y por lo tanto expresar mucha información de forma condensada (véase Figura 3 y Figura 5).

A lo largo de los ejemplos, se demuestra cómo los gestos forman parte del acto comunicativo. Si bien los gestos pueden solo acompañar el habla, también existen varias estrategias en maya para introducirlos de manera más obvia. Una estrategia es únicamente visual y consiste en producir el gesto de forma amplia o en un lugar más visible (como en el ejemplo (4) o en el ejemplo (3) de la Figura 4) en el cual incluso el hablante lo produce frente a su cara).

Sin embargo, un argumento para apoyar la idea de las oraciones compuestas y la importancia de los gestos en la comunicación maya, es la existencia de palabras especialmente diseñadas para introducir gestos en esta lengua. Vimos que los hablantes pueden usar deícticos espaciales (como te’el-a’ ‘aquí’, (2)) o, más frecuentemente, deícticos de manera tal como bey- ‘así’ (ejemplos (6), (9) y (10)). Es de suma importancia recalcar que los mayas usan el deíctico terminal proximal (-a’) de forma estratégica para orientar la mirada del interlocutor hacia el gesto. En particular, podemos ver una oposición en el ejemplo (6) entre el uso de bey-o’ (deíctico de manera + deíctico terminal distal) que refiere al ‘año’ (un referente abstracto) y bey-a’ (deíctico de manera + deíctico terminal proximal) usado para orientar la mirada del interlocutor hacia el gesto (de igual forma en los ejemplos (9) y (10)). Finalmente, existen ciertas palabras que específicamente introducen un gesto sin el cual el mensaje no es comprensible. En maya yucateco se trata de la palabra buka’aj ‘de este tamaño’, así como se presenta en el ejemplo (3). La existencia misma de esta palabra demuestra que el maya es intrínsecamente multimodal y la palabra existe exclusivamente para introducir un mensaje visual que complementa el mensaje oral en forma de oración compuesta.

Varios ejemplos permitieron demostrar cómo los mayas usan lo que Kendon (2004) considera “oraciones compuestas”, es decir, en las cuales el significado está distribuido entre el canal oral y el visual. Esto quedó claro en ejemplos en los cuales los gestos reemplazan el habla (Figura 8 y Figura 9). En ciertos ejemplos, incluso la frase es comprensible sin el gesto, pero esta lectura únicamente oral deja de lado cierta información proporcionada con el gesto, así como en los ejemplos en Figura 5 y Figura 6. Asimismo, sería fácil omitir la importancia comunicativa de lo que parece un simple gesto deíctico, tal como el de la Figura 3, que, sin embargo, agrega información substancial a la oración verbal.

Otra conclusión de este trabajo es metodológica y remite a la forma de descripción y conservación de la lengua maya yucateca. Como vimos, los mayas usan de manera frecuente y muchas veces de forma indispensable el canal visual, en específico los gestos. En otras palabras, los mayas diseñan sus discursos y actos comunicativos de forma multimodal. Esto significa que, como lingüistas y antropólogos, no solamente tenemos que tomar en cuenta la forma maya de comunicar sino más bien respetarla, lo cual implica no únicamente producir textos escritos o hacer grabaciones de audio sino grabaciones en video que permiten incluir la gestualidad.

ABREVIATURAS

1 = primera persona; 2 = segunda persona; 3 = tercera persona; A = juego A; AM = Aspecto-Modo; ANTIPAS: antipasivo; B = juego B; CIT = citativo; CLAS = clasificador; CP = completivo; CONJ = conjunción; DEIC = deíctico; DET = determinante; DIST = distal; EVID= evidencial; EXIST = existencial; FOC = foco; HAB = habitual; IC = incompletivo; INAM = inanimado; INTER = interrogativo; INTERJ = interjección; INTR = intransitivo; LOC = locativo; MAN = deíctico de manera; NEG = negación; NOM = nominal; PAS = pasivo; PP = Pronombre Personal; PREP = preposición; PROG = progresivo; PROX = proximal; TMÑO = tamaño; SBJ = subjuntivo; TR = transitivo.

AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a los miembros de las comunidades que me apoyaron en mi investigación, que confiaron en mí y fueron tan generosos en compartirme su lengua y su cultura. Jach máan Dyoos bo’otik ti’ te’ex! Agradezco a los dictaminadores y la editora, así como a Maribel Pacheco Cauich y Francisca Zalaquett por sus valiosas aportaciones y comentarios para mejorar este trabajo.

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1A manera de comparación podemos citar los primeros esfuerzos de alfabetización en Europa que se remontan al siglo VIII, con Carlomagno que declara la escuela obligatoria con el Admonitio Generalis que abre la posibilidad de educación gratuita para todos.

2Los dos términos se usarán de manera equivalente.

3We shall see that speakers create ensembles of gesture and speech, by means of which a semantic coherence between the two modalities is attained. This is not to say that speech and gesture express the same meanings. They are often different. Nevertheless, the meanings expressed by these two components interact in the utterance and, through a reciprocal process, a more complex unit of meaning is the result”.

4El término affordance no tiene real equivalente en español, se podría traducir como “posibilidad”. El concepto refiere a las posibilidades que ofrecen o atraen el ambiente para llevar a cabo una acción. Por ejemplo, una piedra plana ofrece la posibilidad de sentarse en ella (aun no fue su propósito) y es muy probable que muchos humanos tendrán la misma intuición al respecto.

5Refiero al lector al estudio en Le Guen (2011b) para más detalles y más ejemplos.

Recibido: 15 de Septiembre de 2016; Revisado: 25 de Marzo de 2017; Aprobado: 07 de Noviembre de 2017

Cómo citar: Le Guen, Oliver. 2018. La importancia de la gestualidad en el estudio del maya yucateco actual. Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México 5(1). pp. 427–469.

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