SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11 número32Recreación del mundo interpersonal fantástico: traducción de los antropónimos en Viaje al Oeste índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


México y la cuenca del pacífico

versión On-line ISSN 2007-5308

Méx.cuenca pac vol.11 no.32 Guadalajara may./ago. 2022  Epub 13-Jun-2022

https://doi.org/10.32870/mycp.v11i32.798 

Reseña

La Misión Hasekura: la diplomacia internacional que soñó Masamune Date1

Keichō ken´ō shisetsu: Date Masamune ga yume mita kokusai gaikō

慶長遣欧使節:伊達政宗が夢見た国際外交

1 Universidad de Guadalajara, Departamento de Estudios del Pacífico, Centro de Estudios Japoneses. Av. José Parres Arias 150, San José del Bajío, C.P. 45132, Zapopan, Jalisco, México. Correo electrónico: takako.nakasone@academicos.udg.mx.

Sasaki, Tōru. 2021. 慶長遣欧使節:伊達政宗が夢見た国際外交 Keichō ken´ō shisetsu: Date Masamune ga yume mita kokusai gaikō [La Misión Hasekura: la diplomacia internacional que soñó Masamune Date]. Tokio, Japón: Yoshikawa kōbunkan, 255p.


Tōru Sasaki, curador del Museo de la ciudad Sendai de Japón, quien se ha dedicado a organizar las exposiciones conmemorativas internacionales de la Misión Hasekura (conocida también como la Embajada Keichō) y Doctorado en Estudios Culturales Internacionales por la Universidad Tōhoku, narra en el libro de su autoría, La Misión Hasekura: la diplomacia internacional que soñó Masamune Date, qué intenciones tenía la Misión, cómo propulsó las negociaciones diplomáticas y qué resultados obtuvo, consultando los archivos históricos que están dispersos dentro y fuera de Japón. En esta reseña se presenta una síntesis del libro.

La Misión dirigida por fray Luis Sotelo y el samurái Rokuemon Hasekura (conocido como Tsunenaga Hasekura) salió del puerto de Tsukinoura, Japón, el 28 de octubre de 1613; atravesó el Pacífico, llegando a Acapulco en enero de 1614 y después de atravesar México se dirigió a Roma. El viaje de ida y vuelta duró alrededor de siete años; finalmente la Misión Hasekura regresó a Sendai a últimos de septiembre de 1620. En esa época llegaban a Japón barcos extranjeros para evangelizar y los intercambios religiosos, culturales y comerciales estaban en su momento de gloria. Sin embargo, a espaldas de esto, el shogunato Tokugawa ejecutó la persecución de los cristianos. Así, la Embajada Hasekura enfrentó muchos retos.

El daimio Masamune Date, el soberano más poderoso de la región Tōhoku (nordeste de Japón), quien envió la Misión Hasekura, tenía dos grandes ambiciones: 1) invitar a los misioneros de la Orden Franciscana a Sendai, y 2) establecer intercambios comerciales directos con México. Masamune tenía la intención de concertar un acuerdo para la recepción de los misioneros y los productos comerciales enviando barcos cada año siguiendo la ruta de Sendai-México-Filipinas, Macao e islas Molucas-Sendai, para lograr un puerto estratégico en su territorio. El autor del libro considera que la coincidencia de intereses dio un fruto a la Misión: para Masamune fue obtener provecho del comercio, y para fray Luis Sotelo, quien fue embajador de la Misión, era ser obispo en Japón. En el libro, Tōru Sasaki presenta otras tres posibles razones sobre el propósito de la Misión (de parte de Masamune): 1) conquistar Europa; pactar una alianza con Europa, y 3) solicitar apoyo para reconstruir el pueblo de Sendai destruido por un gran terremoto ocurrido en 1611. La primera razón está basada en un poema que escribió Masamune: “Deseo conquistar los países europeos, empero, todavía no he logrado la hazaña”. Este poema fue hallado en los archivos de mediados del siglo XVII. La segunda razón para llevar a cabo la Misión tiene fundamento en el hecho de que la Embajada le solicitó al Papa -sólo verbalmente- que le otorgara el puesto de rey católico en Japón a Masamune y la creación de la caballería católica en Japón; esto quedó descubierto por una bula del Papa conservada en el Archivo Apostólico Vaticano; no obstante, el Vaticano no le prestó atención porque Masamune no se había convertido al cristianismo. La tercera razón que podría explicar el propósito de la Misión se hizo evidente cuando al ocurrir el terremoto de 2011 en la región de Tóhoku, se relacionó con el ocurrido en 1611 y la necesidad que tenía Masamune Date de recursos para emprender la restauración. Sin embargo, no se han encontrado registros al respecto.

A lo largo del texto, el autor expone una duda razonable: ¿por qué Masamune pudo enviar la Misión aun bajo la prohibición de evangelización en Japón? Existen varias teorías que tratan del tema: Masamune era un admirador del cristianismo; Sotelo escribía cualquier cosa en las cartas autógrafas para favorecer la negociación; el shogunato se hacía de la vista gorda con la política de Masamune, en cuyos dominios era permitida la evangelización, entre otras. Lo que el autor considera es que el shogunato no comprendía completamente la política diplomática de Masamune y sólo le autorizó para la construcción del barco y el envío de la Misión. Esto se basa en una larga nota que escribió Sotelo en México, en la que reconocía por un lado que el shogun Ieyasu, aunque prohibía el cristianismo en Japón, ante la posibilidad de una relación comercial de Japón con México, podría haber brindado su consentimiento a esta Misión; por otro, Ieyasu no había intervenido en la política que cada daimio mantenía en sus dominios, siempre que se respetara la soberanía Tokugawa. En realidad, Ieyasu manifestó su voluntad de proteger a los misioneros una vez que se abriese la posibilidad de entrar en relaciones comerciales con México. Además, en esa época el shogunato todavía no había tenido dominio sobre el comercio internacional, pues cada daimio podía ejercer su política diplomática y no existía la persecución exhaustiva en todo Japón. En realidad, se promulgó un decreto de expulsión de los misioneros tres meses después de la partida de la Misión Hasekura, pero Masamune no lo puso en ejecución en su territorio. Es de destacar la lógica de negociación de Sotelo, quien puso énfasis en los siguientes tres puntos: 1) ventajas comerciales que podría tener México, así como desventajas de no hacerlo; 2) abrir un camino para la evangelización en Japón una vez que se llegase a un acuerdo comercial, porque Ieyasu cambiaría su postura, y 3) esperaba que Masamune llegara a ser el siguiente shogun, por lo que fue oportuno tener un nexo con él. Aunque el punto 3 no era un hecho, entre las órdenes misioneras que se encontraban en Japón así lo consideraban.

Así, la Misión Hasekura tuvo muchas dificultades en el camino: persecución de los cristianos en Japón mientras que la embajada tenía que solicitar el envío de los evangelizadores; la deslealtad de Sotelo y que México no obtendría provecho del negocio comercial, entre otras. Finalmente, la Misión Hasekura recibió una respuesta positiva del Vaticano para el envío de los misioneros; empero, las negociaciones sobre el comercio no se llevaron a cabo. Así, mientras Rokuemon Hasekura regresó a Japón desesperado, Masamune se veía en la necesidad de ejercer la orden de la persecución de los cristianos en su territorio decretada por Hidetada Tokugawa, el nuevo shogun. Según una misiva del misionero Girolamo de Angelis, Ieyasu y su hijo Hidetada pensaban que Masamune estaba proyectando una conspiración contra ellos aliándose con el rey de España y los misioneros, por lo que Masamune debió forzar la orden -de perseguir a los cristianos- por lealtad. A Sotelo se le dificultó regresar a Japón por la misma razón, pero cuando lo logró a escondidas, fue condenado a la hoguera. Sotelo traía una carta de Roma como respuesta de la Misión, pero se perdió junto con él y nunca fue entregada a las manos de Masamune. La persecución no se debilitó y 21 años después del regreso de la Misión, Japón se cerró totalmente al extranjero (excepto para los Países Bajos, China, Corea y el Reino de Ryūkyū) durante más de 200 años.

Ante este decreto, Rokuemon Hasekura, quien se bautizó en Roma, ¿habría abandonado la fe? El autor manifiesta que los jesuitas así lo consideraban, por la evidencia encontrada en sus registros; sin embargo, el autor considera que no fue así de acuerdo con las palabras de Sotelo. Realmente, Rokuemon y sus descendientes conservaron los símbolos religiosos que habían sido prohibidos por la persecución cristiana. Esto coincidió con que se hizo del conocimiento público que la familia Hasekura y sus servidores eran cristianos, por lo que éstos tuvieron que huir. Finalmente, Rokuemon murió por una enfermedad un año después de su regreso.

Así pues, Tōru Sasaki menciona que muchos estudios señalan que los objetivos de la Misión Hasekura fueron: obtener el permiso del Papa para el envío de frailes franciscanos al territorio de Sendai y la realización de comercio directo con México. Finalmente, la Misión fracasó por desacuerdos, y los sueños de Masamune se desvanecieron por la muerte de Rokuemon Hasekura y de Sotelo después de su retorno a Japón. Sin embargo, el autor no lo considera un final fallido. Tōru Sasaki sostiene que el principal objetivo de Masamune era el comercio internacional, más que la evangelización en Sendai. En este sentido, Masamune envió el barco construido en Sendai -el San Juan Bautista-, dos veces atravesando el Pacífico; además, el autor considera que Masamune también envió otro barco desde Sendai hacia las Filipinas. En el primer viaje redondo la Misión Hasekura salió de Sendai a finales de octubre de 1613 y llegó a Acapulco a finales de enero de 1614. Mientras la Misión se dirigió a Europa, con la Armada Española, en abril de 1615 el San Juan Bautista retornó de Acapulco a Japón, llevando a algunos de los japoneses que llegaron con Rokuemon Hasekura, así como al fraile Diego de Santa Catalina. Llegaron al Puerto de Uraga. Después de un tiempo en Japón, el segundo viaje fue cuando Diego de Santa Catalina y algunos japoneses zarparon de nuevo a la Nueva España. Llegaron a las costas de Colima en febrero de 1617. En abril de 1618, Rokuemon Hasekura y otros japoneses que fueron a Europa se embarcaron en el navío San Juan Bautista rumbo a Filipinas. Cuando llegaron a las Filipinas, fueron obligados a vender el barco a los españoles para proteger las islas. Tōru Sasaki consideró que Masamune logró enviar otro barco que zarpó de Japón rumbo a las Filipinas para recoger a Rokuemon y a sus súbditos; esto se basa en el registro de la aduana en Manila, donde se registró que el barco del rey (se refiere a Masamune) de Ōshu (noreste de Japón) transportó las mercancías desde Macao, y que los productos para el rey no se incluyeron en el pago de impuestos. Entonces Masamune pudo gozar la riqueza que trajeron del extranjero por lo menos por estas tres ocasiones. En el Diario de Chimalpain está descrito que desembarcaron en el puerto de Acapulco no sólo con artículos de primera necesidad sino también con bastantes mercancías. El autor concluye que la Misión no benefició sólo a esa época; gracias a Masamune se realizaron viajes transpacíficos en navíos construidos en Japón, lo que otros daimios no se atrevían a hacer, y también gracias a Rokuemon Hasekura, quien se comportaba magníficamente en el extranjero, se lograron vínculos y herencias importantes que perduran hasta nuestros días. Aquella Misión fue el origen de los intercambios culturales entre Japón y el resto del mundo. De igual manera, el autor reconoce que resucitar estos grandes eventos históricos es el fruto de los esfuerzos de muchos investigadores internacionales.

Este libro explica íntegramente sobre la Misión Hasekura el antes, durante y después de todo el viaje, de manera ordenada. Además, revela los avances de los estudios sobre la Misión; por lo tanto, es un texto de lectura imprescindible para todos aquellos interesados en Japón y sus vínculos con el mundo. ¿Quién no podría estar interesado en su lectura? La traducción del libro, tanto al inglés como al español, sería un instrumento invaluable para enriquecer el saber sobre la historia de las relaciones internacionales.

1 Traducción propia.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons