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México y la cuenca del pacífico

versión On-line ISSN 2007-5308

Méx.cuenca pac vol.5 no.14 Guadalajara may./ago. 2016

 

Reseña

Política y pensamiento político en Japón, 1926-2012

Abelardo Rodríguez Sumano* 

*Profesor-investigador en el Centro de Estudios sobre América del Norte del Departamento de Estudios del Pacífico en la Universidad de Guadalajara. Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad de Miami y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Política y pensamiento político en Japón, 1926-2012. Tanaka, Michiko. El Colegio de México, 2014.


Con el paso del tiempo, la historia se mueve y se reescribe al encontrar nuevos archivos y evidencias; el oficio de historiador exige paciencia, rigor y un compromiso a prueba de coyunturas. Por estas circunstancias me complace que el Colegio de México haya publicado en una nueva revisión Política y pensamiento político en Japón, 1926-2012, coordinado por Michiko Tanaka. Esta obra posee un beneficio no solo para la audiencia en México, sino también para toda la comunidad de habla hispana en el mundo interesada en estos temas y para todos aquellos que intentan comprender uno de los parteaguas de la segunda mitad del siglo XX en la historia mundial.

En efecto, en el marco de más de dos mil años de historia entre imperios que se eclipsaron en Europa por una hegemonía global y que tuvieron alcances extracontinentales en África, América Latina, el Medio Oriente y en menor medida en Asia. Fue en la segunda mitad del siglo XIX el encuentro entre Estados Unidos y China, Vietnam, Filipinas y Japón y se hizo patente una rivalidad que no encontró la paz fácilmente. En el caso de Japón, con el surgimiento de una potencia que buscaba ser regional y mundial y redefinir el orden internacional a través de dos guerras mundiales de la mano de Alemania e Italia. En lo personal, considero que la coyuntura crítica más importante de la historia mundial fue precisamente el lanzamiento de la bomba atómica en Japón, porque nunca antes la especie humana había utilizado esas dimensiones de violencia. Política y pensamiento político en Japón, desde luego, va más allá de esa coyuntura mundial; no obstante, establece una clara intersección con ese decurso de la historia. En estas circunstancias, si el especialista o el estudiante necesitan encontrar documentos y tendencias que expliquen los pormenores de esos días aciagos para la humanidad, tendrán que consultar esta obra, justo en el período histórico en que comienza. De esa manera, el libro lleva al lector de la mano por un recorrido asombroso en información y análisis de las distintas fuerzas políticas que cimbraron a Japón y el mundo en poco menos de un siglo.

El libro cuenta con diez capítulos, entre los que se encuentran en el capítulo I, "Gobierno civil y fuerza militar en la década de los treinta"; el capítulo II, "Del movimiento fascista a la asociación de apoyo a la política del Tenno"; capítulo III, "Disolución del movimiento socialista"; capítulo IV, "La guerra del Pacífico"; capítulo V, "Liberación bajo la ocupación"; capítulo VI, "De la independencia a la revisión del Tratado de Seguridad Nipo-Norteamericano"; capítulo VII, "Dinámica política del rápido crecimiento económico"; capítulo VIII, "Procesos políticos durante y después del crecimiento equilibrado"; capítulo IX, "Proceso político de la 'sociedad opulenta' al fin de la Guerra Fría", y capítulo X, "La política japonesa en el proceso de la globalización".

Para lograr lo anterior, en esta nueva edición, que complementa a la de 1987, se muestran cientos de nuevos documentos legales, institucionales, cartas, cables, declaraciones, doctrinas, acuerdos, biografías, reflexiones, y declaraciones desde la derecha, la izquierda, los movimientos nacionalistas, los conservadores, los partidos políticos y de aquellos que anhelan un Japón con una actuación más realista y ofensivo en la post Guerra Fría, así como de aquellos que luchan por la paz ante un mundo y una región que oscilan nuevamente en la carrera nuclear de sus vecinos.

La edición aspira a conformar la gran mirada, una historia general y es complementaria de los estudios más minuciosos y monográficos en el período 1926-2012. Una labor titánica, muy ambiciosa y exhaustiva que es necesario conocer, leer y aplaudir. Por razones de espacio, en un libro de casi mil páginas, he decidido rescatar solo algunos aspectos que me parecen fundamentales en el Japón actual.

Los caminos de la guerra

Lothar Knauth, gran académico experimentado en la historia política del siglo XX identifica dos tendencias primordiales de la época: el militarismo y la reafirmación de valores ultranacionalistas encarnados en el gabinete de Tanaka Giichi y que termina con el período de expansionismo militar de Konoe Fumimaro. No obstante, señala que esa transición es el resultado de campañas imperiales del Japón sobre Rusia (1894-1895) y China (1904-1905), que se convirtió en sucesor de Alemania en el Este de Asia y en los archipiélagos del Pacífico durante la Primera Guerra Mundial.

Con esos antecedentes, en los años treinta del siglo pasado, Japón bajo la influencia de valores alemanes impulsó la militarización de la sociedad, anclada en la ética de los samurái, que buscaba la expansión ultramarina y activaba la respuesta ante el imperialismo euroamericano procedente de la Renovación Meji de 1868, fundamental en la estrategia de industrialización japonesa. Además, se incluía la doctrina del Tenno, primordial en la unificación familiar y la supremacía religiosa. No obstante, los límites de esa transformación histórica son ampliamente conocidos: el pueblo chino, el bloque euroamericano y la Unión Soviética.

En el plano interno, con el asesinato de Inukai se cierra el periodo de los gabinetes de partido y se abre claramente el los de los ministros militares. Período en el que no se permitirían las ideas radicales y la sociedad estaría bajo estricta vigilancia del ente en el espíritu nacional. En estas condiciones, Japón se acercaba a la Alemania nazi y al fascismo italiano con Mussolini a la cabeza.

Sin embargo, la nota singular de Japón en esa época es que va desarrollando una especie de destino manifiesto, el cual reside en una "verdad en el cielo", en una supremacía cultural que orienta sus pasos y sus acciones, tanto en Manchuria, con una política imperial como en su retiro de la Liga de las Naciones, organización con la que discrepa profundamente. Con el acceso a los recursos naturales de Asia Oriental y el control férreo de la industria nacional, y con la incursión de un destino manifiesto, surge el Estado de la Defensa Nacional, ideología y estructura al servicio del imperio.

El Estado de la Defensa Nacional conforma una revolución en doctrina militar, organización política, ideales ultranacionalistas y la reorganización de la economía, las finanzas, la agricultura y la política exterior. Este libro desmenuza con especial cuidado los varios rostros de esa transformación histórica que asombró a la humanidad y, en cierto sentido, al Japón mismo.

El gran orquestador de la Defensa Nacional fue el ejército, y el pueblo un actor conferido a la retaguardia. La obra señala que la guerra es parte del entorno global insoslayable, el cual requiere la fusión de fuerzas espirituales y físicas a prueba de cualquier duda, reforzada por el mantenimiento de la fe en el Estado, la victoria, la abnegación, la fidelidad y el patriotismo.

Del movimiento fascista a la asociación de apoyo a la política fascista

Paso a paso, Japón va armando una bomba: establece una alianza entre la ultraderecha y el sector joven militarista, camina hombro a hombro con el sector burocrático, militar y financiero hacia un ultraestatismo. "El fortalecimiento ideológico del Estado japonés y su organización combativa son obra de los dioses mismos, en su fin de alcanzar un fin absoluto".1 En estas ideas, en estas motivaciones, hay un fuego cruzado con Estados Unidos y el Reino Unido mucho antes de que se enfrentaran militarmente.

Un férreo impulso de unidad nacional entre marinos y militares, entre sociedad y gobierno, hilvanaba un espíritu invencible y buscaba superar a Estados Unidos y a Europa entre 1929 y 1945. Eran la ideología, la doctrina, la estructura y las decisiones de un Estado expansionista que suspendió el orden constitucional y las dos cámaras, además de buscar un territorio para una población en rápido crecimiento. El imperio vaticinaba el impulso de una deidad, de su Majestad:

Después de la guerra mundial que se avecina, la modernización y universalidad de Japón iluminarán al mundo y ni siquiera el Renacimiento Europeo podrá comparárseles. La fusión de las civilizaciones de Oriente y Occidente dará por resultado un pensamiento asiático japonizado y universal que llevará la luz a los pueblos actuales que poseen un bajo nivel cultural [de esa forma ], la bandera del sol naciente deberá iluminar con sus rayos a toda la humanidad.2

En 1940 se prepara el camino para el reinado del Tenno, así como la disolución del movimiento socialista a la Guerra del Pacífico. En la gestación de la guerra existe un acuerdo tácito entre Japón, Alemania e Italia para respetar la preeminencia de sus colonias y de su poderío en el caso de estos dos últimos en Europa y del primero en el Asia Oriental, y para aliarse contra aquellos que reaccionarían en la guerra.

El Estado del Tenno buscaba defender un linaje milenario y afinar el sentido de su misión histórica. Esta ideología y esta estructura propiciaban una obediencia absoluta a su majestad el Tenno en el campo de batalla. Buscaba que el ejército y el pueblo se convirtieran en un solo cuerpo y corazón, que reverenciara a los dioses, y para el cual el deber es sagrado: "Superando la vida y la muerte, el soldado debe lanzarse con el solo propósito de cumplir su deber. Habiendo entregado todas las fuerzas de su cuerpo y de su corazón, debe sentirse feliz de vivir sosegadamente en la gran causa eterna." Esto llevo al extremo de la guerra, desató una guerra brutal, cruenta.

Sin embargo, en términos militares, Japón no contaba con una base militar unida en forma de un consejo. Por el contrario, las fuerzas se encontraban desarticuladas en términos de un plan y de un mando único; esa es unas de las revelaciones del National Institute for Defense Studies de Japón, en su número "Strategy in the Pacific War" en 2009.3 Además, Richard Overy, en War in the Pacific,4 asegura que el cálculo de Estados Unidos en el contexto de una invasión continental presagiaba la pérdida de entre 500 mil y un millón de activos militares estadounidenses, a sabiendas que la defensa japonesa sería sin cuartel y hasta sus últimas consecuencias. Por lo tanto, los norteamericanos decidieron lanzar el ataque aéreo que destruyó a Hiroshima y Nagasaki y llevo a la rendición final del Tenno imperial al mes siguiente.

La firma de la paz se alcanza el 2 de septiembre de 1945. A 70 años de ese trágico evento, la humanidad, en todos los confines de la Tierra, no deja de preguntarse sobre las causas de esa guerra, cuyas consecuencias están a la vista en dos sentidos: por un lado el surgimiento de la onu, y por el otro un movimiento de países con capacidad nuclear que han intentado sacudirse el síndrome de la derrota de Japón.

¿De qué paz estamos hablando?

A partir de 1945 se va a desarrollar la política de ocupación estadounidense en dos sentidos:

  1. Asegurar que Japón no vuelva a convertirse en una amenaza para los Estados Unidos o para la paz o la seguridad del mundo.

  2. Llevar a cabo el eventual establecimiento de un gobierno pacífico y responsable que respete los derechos de otros Estados y apoye los objetivos de los Estados Unidos.

Japón fue desarmado militarmente; se buscó desterrar la influencia del militarismo, pero no ha sido posible plenamente. En la perspectiva de Washington, el pueblo de Japón tendrá oportunidad de desarrollar una economía para el autosustento en tiempos de paz. No obstante, para la consecución de ese objetivo, la Unión Americana impulsó una política de ocupación militar en la cual la autoridad del Tenno estaría a cargo del comando supremo estadounidense.

Por su parte, el surgimiento de la nueva constitución japonesa, la cual entra en vigor el 3 de mayo de 1947, es la clave de su momento actual: pacifismo, abandono del militarismo, soberanía, garantía de los derechos fundamentales de la persona y derogación del poder imperial y búsqueda de la paz universal. El libro que coordina Michino Tanaka es abundante en documentos y referencias que alimentan el entendimiento de esa transición que convierte a Japón en una de las hazañas del siglo XX.

El dilema de Japón: la seguridad nacional y el desarrollo económico

A partir de 1960, el país estableció el rápido crecimiento económico y reafirmó la paz, la prosperidad nacional y la democracia. Acompañó a la época una de sus transformaciones más emblemáticas y simbólicas: la construcción del tren bala; el Partido Socialista emergió como vocero de los trabajadores socialistas y se transformaron vertiginosamente el campo y la ciudad. Los autores de esta obra van ilustrando los cambios profundos de una sociedad politizada, urbana y apta para impulsar las transformaciones mundiales, no sin ilustrar sus contradicciones, rezagos y contradicciones económicas, sociales y políticas.

El ingreso de Japón en la OCDE y su ascenso como potencia económica, junto a un orgullo nacionalista por el deporte y la industrialización, fueron ayudando gradualmente a los nipones a superar los horrores de la guerra.

En contrapunto, Tokio impulsa unas "fuerzas de defensa en tiempo de paz" con muy bajo presupuesto para evitar una invasión militar. Asimismo, existen pensadores como Kosaka Masataka que discrepan de una paz absoluta y que abogan por una fuerza realista más cercana a un realismo pacifista.

No obstante, las fuerzas dominantes en las elites de aquel país lograron imponer los principios para el desarme nuclear fundados en no producir, poseer y permitir las armas nucleares y las bases del pacto niponorteamericano. Además, la oposición a este acuerdo, los movimientos antiestadounidenses en Japón y a la tensión que esa relación establece hasta el día de hoy son explicativos de las contratendencias en aquella nación, lo que conforma un dilema de seguridad que retomaremos al final de esta reseña.

En 1979 se desarrolla el Grupo de Estudios de Políticas Públicas, por iniciativa del primer ministro Ohira, sobre el océano Pacífico; en él participaron más de doscientas personas en nueve subgrupos diferentes por alrededor de un año. Este grupo ha resultado visionario y adelantó los trabajos de política pública de Solidaridad Pan-pacífica -entre otras cosas- en los campos del desarrollo, la ciencia, la tecnología, la exploración de energías solares y alternativas, las comunicaciones y el trabajo satelital, con el propósito de que los países que rodean este océano "pudieran crear una sociedad regional".

En Política y pensamiento político en Japón 1926-2012 se amplía la explicación histórica de esta trayectoria, así como las transformaciones internas en la administración pública y el reordenamiento urbano a través de la transformación, muy probablemente más impresionante, de un sistema de redes ferroviarias único en el mundo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la obra trata con amplitud la reactivación plena del sistema parlamentario y la vida de partidos que recogieron la aspiración y la representatividad de los japoneses, superando la época de los años 30 -cuando se le cerró el paso al pluralismo político-, que revitaliza la vida política, el modelo económico, la política exterior, así como la seguridad y la defensa nacional.

La labor de la coordinadora y sus colaboradores resulta titánica: se introduce de manera elocuente y sustancial en el liderazgo japonés al fin de la Guerra Fría y en la presentación del superávit que colocó los reflectores en una nación que había sido devastada en la Segunda Guerra Mundial y había decidido cambiar profundamente su doctrina militarista por otra innovadora en prácticamente todos los campos del poder nacional. No obstante, en un mundo anárquico, Japón depende de la seguridad militar y nuclear que Estados Unidos le aporta. En contrapunto, en la Guerra Fría y en la post Guerra Fría, Japón se coloca en las vanguardias mundiales en la ciencia, la tecnología y el desarrollo, en la agenda para el desarrollo, la paz mundial y la seguridad humana que impulsa la ONU.

Con el fin de la Guerra Fría, los ataques terroristas en Estados Unidos en 2001, la crisis del sistema financiero internacional en 2009, el ascenso de China, la tensión nuclear con Corea del Norte, el desastre natural en Fukushima, su dependencia de la política de defensa y seguridad de Washington, así como su dependencia del petróleo y el gas de Medio Oriente y el cambio climático, la sociedad japonesa y el primer ministro Abe se están cuestionando las bases y la viabilidad de su pacifismo histórico de cara a riesgos y amenazas regionales y mundiales insoslayables. En 2013 anunciaron el surgimiento de la doctrina de seguridad nacional y el nacimiento de un Consejo de Seguridad Nacional que ordene sus miras, identifique vulnerabilidades y amenazas para relanzar a la nación en el futuro inmediato, ¿cómo será Japón en los próximos cincuenta o cien años?: Es difícil saberlo. En cualquier caso, está obra es y será un excelente instrumento de análisis de uno de los sistemas políticos más fascinantes de la historia universal.

1Michiko Tanaka, Política y pensamiento político en Japón 1926-2012, El Colegio de México, 2014, p. 75.

2Op. cit, p. 94.

3NID (2010), International Forum on War History: Proceedings, "Strategy in the Pacific War", National Institute for Defense Studies, marzo, Tokyo.

4Overy, Richard War in the Pacific (2010), Osprey Publishing, p. 54.

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