El tiempo pasa y los retos educativos en profesiones de la salud siguen creciendo y multiplicándose: los efectos a corto y largo plazo de la pandemia en el aprendizaje, la situación económica de varias universidades e instituciones de salud, la necesidad de coordinación e integración de los procesos educativos en el continuo del pregrado al posgrado, la orientación vocacional y desarrollo de identidad profesional, los avances tecnológicos acompañados de una creciente brecha digital en la sociedad, y, entre otros, la limitada preparación en docencia de los profesionales de la salud. Cada uno de estos problemas y las complejas interrelaciones entre ellos los convierten en nudos gordianos que, con el paso del tiempo, parecen hacerse cada vez más insolubles. Es necesario tener claro que, cualquiera que sea la aproximación a estos problemas, siempre debe incluir la implementación de actividades de formación docente, de otra manera las soluciones pueden ser inefectivas o contraproducentes, en virtud del rol esencial que juega el profesorado en el sistema educativo.

Todos los profesionales en la práctica que estamos involucrados en la enseñanza y el aprendizaje de estudiantes y residentes, hacemos lo mejor que podemos para propiciar el aprendizaje complejo en los educandos, utilizando una mezcla de experiencia, evidencia, tradiciones, sentido común y un toque de improvisación. Muchos recibimos cursos o talleres de formación docente en preparación para esta aventura, de calidad y efectividad variable, pero otros no tuvieron este beneficio. En ocasiones este tipo de cursos son requisitos para la designación formal de profesora o profesor, pero con frecuencia no son mandatorios. El campo de la formación docente es un rico y vibrante espacio de desarrollo académico, que ha evolucionado en las últimas décadas y merece ser tomado seriamente en cuenta en las universidades e instituciones de salud.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de formación docente? Pido al lector reflexionar sobre los siguientes escenarios:

¿En cuáles de estos escenarios pueden identificarse situaciones y acciones de formación docente?, ¿cuáles son los atributos de las actividades de formación docente que usted prefiere?, ¿qué le motiva a dedicar esfuerzo y tiempo a este tipo de actividades?, ¿la formación docente tiene que ver con otros temas además de la enseñanza?, ¿qué papel tienen las actividades informales que no dan un documento oficial? Al interpretar cada una de las viñetas anteriores se ponen al descubierto nuestros modelos, prejuicios y experiencias previas con la formación docente, lo que debe motivarnos a reflexionar si solo fueron ritos de paso iniciales para ser formalmente profesor, o tuvieron influencia en nuestras actitudes, habilidades y desempeño en la enseñanza y evaluación del estudiantado.

Son varios los términos que se usan para describir a la formación docente, por ejemplo: teacher training, faculty development, staff development, continuing professional development, teaching professionalization¹. En nuestro país no hay un consenso universal, se habla de formación de profesores, capacitación pedagógica o docente, entrenamiento docente, actualización, desarrollo profesional continuo, entre otros. El hecho es que el concepto actualmente trasciende al tema específico de cómo enseñar, ya que el proceso educativo, para que ocurra de forma ideal, requiere de otras habilidades que deben integrarse a la identidad profesional y docente del profesor. En este orden de ideas, considero que la definición propuesta por la Dra. Yvonne Steinert de la Universidad de McGill, Canadá, tiene la virtud de ser incluyente y abarca las dimensiones tradicionales y no tradicionales sobre el tema: “todas las actividades que los profesionistas siguen para mejorar su conocimiento, habilidades y conductas como profesores y educadores, líderes y administradores, investigadores y académicos, en escenarios individuales y grupales”¹. Por ello es pertinente repensar la formación docente tradicional que frecuentemente hacemos en nuestras instituciones, para no quedar rezagados en la propuesta de soluciones a los retos actuales. Es importante proponer y generar cambios que incluyan al profesorado en su diseño, planeación e implementación. Debemos dejar de usar automáticamente solo cursos y talleres aislados, para movernos a un aprendizaje más auténtico y longitudinal, en concordancia con la evidencia educativa disponible². Esto idealmente debe ocurrir en instituciones y sistemas que promuevan y apoyen a la formación docente en su conjunto, como uno de los elementos indispensables del proceso educativo.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene en su Plan de Desarrollo Institucional el tema de “Superación y reconocimiento del personal académico”. En el plan hay varias líneas de acción dirigidas a la actualización y reconocimiento del profesorado. Una dependencia central de la UNAM, la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (https://cuaieed.unam.mx), en colaboración con entidades y dependencias de la universidad, ha generado publicaciones, diagnósticos, propuestas, eventos de formación docente de todo tipo (incluyendo Jornadas itinerantes con facultades y escuelas), y ha coordinado la creación de un Centro de Formación y Profesionalización Docente, así como el establecimiento formal de la Red de Formación Docente de la UNAM (https://cuaieed.unam.mx/publicaciones.php). Uno de los productos de estas tareas es el libro Formación Docente en las Universidades³. Esta obra es un documento de acceso abierto, con licencia Creative Commons 4.0 internacional, que explora diversos aspectos de la formación docente en las universidades, acompañando descripciones de experiencias institucionales con capítulos sobre aspectos prácticos, conceptuales y emergentes en esta disciplina.

Creemos que es necesario generar actividades de formación docente que incluyan a académicos de diversos campos del conocimiento, en intervenciones inter y transdisciplinarias, para sumar a las actividades que actualmente se llevan a cabo sobre estos temas. Como profesores y profesoras tenemos la necesidad de mantener y mejorar nuestras habilidades docentes, en un marco de respeto y comunicación abierta. Una de las muchas lecciones que nos dejó la pandemia, es que debemos estar preparados para enfrentar condiciones difíciles en el ejercicio de la enseñanza, lo que requiere formación docente que no sea solo episódica o reactiva, sino continua, estratégica y proactiva. Por otra parte, es necesario propiciar líneas de investigación sobre formación docente, para crear el entramado de evidencia local sobre el tema que nos permita avanzar con sentido de pertenencia e identidad. ¿Si no generamos conocimiento original sobre estos temas, quién lo va a hacer?

En este número de la revista tenemos artículos originales sobre múltiples temas: formación de fisioterapeutas durante la pandemia; factores en la elección de residencias médicas que reproducen desigualdades; actitudes de estudiantes de odontología sobre la educación a distancia; virtualización de la metodología aprendizaje servicio durante la pandemia; calidad de los promocionales de la industria farmacéutica y la educación médica; tesis de grado en educación médica en Perú; bienestar mental en médicos residentes de Medicina Familiar; y un trabajo sobre aprendizaje basado en problemas en estudiantes de ginecología. Además, contamos con una revisión sistemática sobre modalidades virtuales de aprendizaje en Odontología, y un artículo sobre un tema de actualidad, el uso de herramientas de inteligencia artificial para realizar revisiones de la literatura. La educación en profesiones de la salud sigue siendo motivo de análisis y profunda reflexión, deseamos que estos trabajos alimenten el manantial existente de información sobre estos temas, y que el profesorado se motive a incorporar algunas de estas estrategias y herramientas en sus tareas docentes. El reto eterno de la mejora de la docencia es un vertiginoso y caleidoscópico laberinto que nunca se termina. Invitamos a todas y todos a sumergirse en el fascinante mundo de la formación docente, para profesionalizar cada vez más la enseñanza en beneficio de la comunidad estudiantil.