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Intersticios sociales

versão On-line ISSN 2007-4964

Intersticios sociales  no.17 Zapopan Mar. 2019

 

Sección general

Las madres solteras universitarias: redes de apoyo social e identidad materna

Single mothers at university: social support networks and maternal identity

Rosa María Huerta Mata1 
http://orcid.org/0000-0003-4661-5855

1 Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, SNI C, México. huertamx@hotmail.com


Resumen

El objetivo de este artículo es analizar la manera en que las relaciones de las jóvenes madres solteras con sus redes de apoyo participan en la configuración de su identidad materna universitaria. Elaboramos los relatos de vida de 8 jóvenes madres solteras, que asisten a alguna de las carreras del nivel licenciatura en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Los acuerdos que estas mujeres establecen con su red de apoyo principal -que es la familia de origen-, y el que asistan a la universidad para obtener una formación profesional que les permitan ingresar al mundo laboral y convertirse en proveedoras, son dos elementos fundamentales para la conformación de la identidad materna universitaria. Entre los acuerdos de correspondencia hacia su red de apoyo, estas jóvenes ejercen una maternidad múltiple, con la finalidad de lograr independencia económica y residencial, practicando así una agencia a futuro.

Palabras clave: redes de apoyo social; acuerdos de correspondencia; capacidad de agencia; identidad materna universitaria; madres solteras

Abstract

The aim of this article is to analyze how the relationships of young single mothers with their support networks participate in configuring their maternal identity in university settings. We traced the life histories of 8 young single mothers enrolled in undergraduate programs at the School of Chemical Sciences of the Autonomous University of San Luis Potosí.

The arrangements that these women negotiate with their main support network -i.e., the family of origin- and their attendance at university where they seek to obtain the professional training that will allow them to enter the working world and become providers, are two fundamental elements in the formation of their maternal identity at university. Within the space of the agreements forged with their support network, these women exercise a multiple maternity as they strive to achieve economic and residential independence, while practicing an agency that aims towards the future.

Keywords: social support networks; correspondence agreements; agency capacity; university maternal identity; single mothers

Introducción

En la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP); México, se identifica un serio conflicto entre las capacidades académicas de las jóvenes estudiantes que son madres solteras y algunas limitaciones que presentan para poder ingresar y permanecer en la universidad, tales como: tiempo, redes de apoyo para el cuidado de sus hijos(as), dificultades económicas y la estructura de los horarios en la Facultad de Ciencias Químicas (que exige una asistencia de tiempo completo); parece que estos elementos van minando la trayectoria escolar de las estudiantes y se vuelven determinantes para que deserten en los primeros semestres de la carrera. En las jóvenes que han superado el tronco común del currículo escolar, y que incluso abandonaron temporalmente sus estudios, a partir de su ingreso a los semestres intermedios se identifican dos elementos que se combinan para que logren terminar la carrera: uno de ellos es su determinación por permanecer en la institución, y el otro es la solidez de sus redes de apoyo social.

El objetivo de este artículo es analizar la manera en que las relaciones de las jóvenes madres solteras con sus redes de apoyo participan en la configuración de su identidad materna universitaria. Partimos de la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo es la relación entre la complejidad que abarcan las dinámicas de las redes de apoyo con la configuración de las identidades maternas universitarias de las madres solteras?

Las teorías feministas sobre maternidad han ido modificándose; la maternidad se convierte en un proceso en construcción y deconstrucción con diversos significados sociales, objeto de discusión en las teorías feministas. De acuerdo con Imaz1 la maternidad originalmente fue un tema de encuentro y un medio para legitimar la manifestación de los primeros grupos feministas que exigen una mayor participación en el ámbito público a través del acceso al voto ciudadano.

En la segunda ola feminista, en los años setenta del siglo XX, se generan una serie de posturas contradictorias en consideración a la maternidad; especialmente se le representa como un obstáculo para el desarrollo laboral, económico y político que en ese momento las mujeres comienzan a obtener en mayor medida, de manera que surgen propuestas radicales al respecto, Shulamith Firestone sostiene que deben buscarse medios tecnológicos que reemplacen la función de la gestación.2 Así mismo, algunas feministas proponen la renuncia o rechazo a convertirse en madres como estrategia para poder integrarse y permanecer en el ámbito público.

Por otro lado, Adrienne Rich,3 en su libro Of Woman Born, establece que las mujeres pueden ser madres y además figurar en la vida pública. Para ello propone que se generen nuevas alternativas para ejercer las funciones maternas, distintas a la “institución de la maternidad”, la cual se conforma por las ideologías y prácticas que sobre esta establece el sistema patriarcal. En consecuencia, se comienzan a contemplar alternativas para que las mujeres desarrollen la libertad de configurar su identidad más allá de la maternidad.

Por su parte, Marcela Lagarde,4 define a la maternidad no como el resultado de la reproducción biológica, sino como un fenómeno social y cultural, que en su ejercicio se vuelve una determinante de la identidad femenina: la maternidad va determinando la vida de las mujeres incluso sin haber engendrado. La autora establece que todas las mujeres, desde la infancia hasta la vejez, son madres, debido a que en su identidad femenina se inscribe con fuerza el que sirvan a otros(as), en posición de subordinación y dependencia de los hombres. Siendo la maternidad el centro de la identidad femenina en las sociedades patriarcales.

También Julia Kristeva reconoce el sentido social de la maternidad, sostiene la importancia del amor maternal en la sociedad, a través del lazo de confianza que se establece entre la madre y el hijo(a); aunque considera que para lograr la independencia de la maternidad, las mujeres deben tener autonomía en sus cuerpos para elegir el convertirse o no, en madres.5

En las teorías feministas se han construido varias interpretaciones sobre la maternidad, cuyas explicaciones se diversifican, considerándola desde un medio de sumisión y privación de libertad en las mujeres para ir moldeando y valorando la identidad femenina, hasta un elemento en el que se manifiesta el ejercicio de elecciones autónomas que llevan a cabo las mujeres sobre sus cuerpos y vidas, y que contribuyen notablemente a la conformación de la sociedad, además, como una manera de experimentar poder y gozo. Sin embargo, en todas estas posturas, se asume necesario modificar las relaciones de género que se establecen hacia las mujeres que son madres, y que en la mayoría de los contextos las colocan en una posición de dependencia y marginación, es decir, prima la necesidad de trascender el que la maternidad sea considerada un hecho social,6 a partir del cual se justifican y acentúan acciones de discriminación sobre la participación de las mujeres en la vida pública.

Consideramos preciso explorar la manera en que se configuran las identidades emergentes de la maternidad, incluyendo los beneficios, contradicciones y dificultades que conllevan, para esto indagamos sobre el feminismo posmoderno, con el objetivo de utilizar esta teoría en el análisis sobre las madres solteras universitarias.

El feminismo ha recorrido varias posturas ideológicas ubicadas en diversas épocas: feminismo de la primera ola (siglo XIX y principios del siglo XX), seguido por el feminismo de la segunda ola (1960-1980), y actualmente el feminismo de la tercera ola, o del nuevo milenio (1990-). En este último se ha establecido el estudio de la relación entre feminismo y posmodernidad, de lo cual surgen posturas contradictorias, debido principalmente a que la ideología posmoderna ha generado acciones que marginan a las mujeres. Y, por otro lado, esta relación feminismo-posmodernidad ha permitido fortalecer a la teoría feminista en la reconceptualización de lo establecido anteriormente por la modernidad, ya que brinda importancia a deconstruir, para generar una gama más amplia de conceptualizaciones donde se considere no solo al sistema, sino también al individuo. Rompiendo así con la forma en que se conceptualiza la identidad en la modernidad, donde se observa más determinada por un sistema que busca regularla y controlarla.

A diferencia de la modernidad donde se pretende unificar subjetividades y normalizar identidades a través de la homogeneización de prácticas que se legitiman y consideran naturales, incluida la maternidad, en el posmodernismo existe lo diverso, se caracteriza por el cambio constante y la inestabilidad; la subjetividad se vuelve variable, y se van diluyendo las homogeneidades. El feminismo posmoderno apoya la idea de cuestionar las identidades para poder comprender su diversidad; se conceptualiza que la identidad es flexible, es decir, va cambiando y se puede recrear. Al respecto, es fundamental el papel que juegan los contextos educativos en la conceptualización de las jóvenes madres solteras, en ellos se pueden categorizar estas identidades a través de la manera en que se adscriben al sistema social, o bien, considerar sus diversidades, Contexto que influye en la manera en que estas jóvenes asumen su identidad de madres y estudiantes, esto a través del apego hacia lo tradicional, pero también al establecer transformaciones, o incluso al propiciar que coexistan de manera superpuesta viejas y nuevas identidades maternas.

La perspectiva sociológica aborda el conocimiento sobre la identidad desde los procesos sociales y culturales, los cuales se interrelacionan para dar un sentido a la persona dentro de un contexto. Las identidades sociales se conforman por las experiencias de las personas en lo individual y lo colectivo, a su vez por la manera en que establecen una relación de identificación y pertenencia con su medio.

Para esta investigación se pretende definir a la identidad materna universitaria como: los aspectos sociales y subjetivos que se construyen sobre la forma en que se viven y reconocen como madres, al ser estudiantes dentro del sistema universitario. En este caso como madres solteras.

Nuestro supuesto es que las madres solteras universitarias cuentan con redes de apoyo social particulares, así mismo, las negociaciones que logran con estas redes tienen implicaciones en la configuración de su identidad materna universitaria.

En el imaginario colectivo es común la idea de que las madres solteras experimentan una maternidad en soledad, sin embargo, en su vida cotidiana ellas se valen de redes de apoyo cuyo cometido consiste en suministrarles algunos recursos, los cuales llegan a ser variados: información, económicos, apoyo moral y servicios. Esto recursos se encuentran disponibles para la sobrevivencia de las personas, y/o para permitirles alcanzar objetivos, lo que muchas veces es más complejo lograr, si se prescinde de ellos.

El tipo de redes sociales en las que se apoyan las jóvenes madres solteras y universitarias, se convierten en la base para que estén expuestas y/o puedan tomar distancia frente a situaciones de desventaja y desigualdad social. La(s) red(es), cualquiera que sea su tipo: familiar, institucional, gubernamental, serán un fundamento para las estrategias que ellas puedan generar y, por lo tanto, para biografiarse de manera distinta; lo anterior depende de la manera en que amplían sus redes, de igual modo, de las contradicciones, tensiones, falta de certezas y retos que presenten con estas.

Lomnitz7 establece que las redes generan un sistema de reciprocidad que consiste en intercambios de bienes y servicios. Identifica los siguientes objetos de intercambio: la información, entrenamiento y ayuda para el empleo, préstamos de dinero, alimentos, ropa, artículos, bienes compartidos. Realizar mandados, cualquier ayuda para la red, apoyo emocional y moral. El intercambio de bienes y servicios es lo que mantiene a la red, la cual se extingue en cuanto se deja de obtener dichos suministros. La reciprocidad es una estrategia de sobrevivencia de las personas marginadas en la sociedad.

Siguiendo a Mislin y otros, la reciprocidad tiene sus propias normas para determinar la manera en que las personas llevan a cabo el intercambio, este puede consistir en una conmutación informal de favores, sin una conversación previa sobre los términos.8 También existe la posibilidad de que las partes hagan explícito el compromiso de realizar determinadas acciones.

Es importante considerar que al estar en una red de apoyo no solo generan ejercicios de dependencia, pues las personas también practican agencia al determinar, en algunos aspectos, si quieren establecerse en la red, incluso en cuál(es) posición(es) deciden estar incluidas. En este sentido, la agencia es entendida como las responsabilidades individuales o colectivas que las jóvenes pueden asumir para aprovechar aquellos resquicios de sus limitaciones sociales, a través de ellos se apropian de un grado de poder que les permite establecer cambios sociales. Es decir, que estas jóvenes algunas veces ingresan a un proceso en el que pretenden diferenciarse de sus redes y conformar una identidad autónoma, aún dentro de marcadas relaciones de dependencia.

Por consiguiente, a través de la agencia se puede establecer una negociación social activa de los individuos con sus redes de apoyo social, elemento que ha sido estudiado respecto a la maternidad en condiciones de vulnerabilidad, como son las madres con discapacidad intelectual9 o las madres trabajadoras en pobreza;10 los hallazgos indican que estas mujeres aprenden a negociar y logran gestionar algunas de las redes de las que se proveen.

Para que las personas puedan crear y mantener una red de apoyo es importante la negociación. Al establecer acuerdos de red que implican la reciprocidad, la agencia se puede presentar en la negociación, esta surge de dos formas de constreñimiento: demostrar lealtad y aceptación, así como, el revelar las necesidades que tienen y solicitar ayuda.11 Un elemento central en el análisis sobre los acuerdos de red, es que reconocemos que pueden presentarse de manera ambigua, pues no en todas las ocasiones las jóvenes los logran negociar; por otro lado, estos no son rígidos y lineales, la familia y las jóvenes los adaptan y acomodan en función de las situaciones vividas. De este modo, la agencia desempeña un papel preponderante para desarrollar diversos tipos de acuerdos entre las jóvenes y su red de apoyo principal.

Otra clase de agencia que pueden presentar las participantes es la denominada agencia a futuro, consiste en la dimensión proyectiva de la agencia, compuesta por la capacidad para plantear nuevas alternativas de pensamiento y acción que permiten modificar las estructuras de pensamiento adquiridas por la socialización, y dirigirlas de acuerdo con los deseos, miedos y esperanzas que las personas tienen sobre el futuro.12

El artículo se divide en dos apartados, en el primero abordamos el papel de la familia como red principal de apoyo y la manera en que influye en la configuración de la identidad materna universitaria. En el segundo, analizamos la manera en que la reciprocidad de las jóvenes para con su red de apoyo principal, modifica las funciones sociales de la maternidad hacia los(as) miembros(as) de su familia de origen.

Método

Con los números que presentan los indicadores institucionales de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en el año 2014, obtuvimos los porcentajes de alumnas que asisten a las distintas carreras de la Facultad de Ciencias Químicas. Igualmente nos percatamos de que en este espacio escolar existe una cantidad representativa de población femenina, distribuida en los siguientes porcentajes: ingeniero en alimentos 73.4 %, ingeniero en bioprocesos 58.2 %, ingeniero químico 42.7 %, licenciado en química 52.5 % y químico farmacobiólogo 64.9 %13 (en el ciclo escolar 2016-2017 algunos porcentajes aumentan: ingeniero en alimentos 70.1 %, ingeniero en bioprocesos 67.2 %, ingeniero químico 44.1 %, licenciado en química 53.5 %, químico farmacobiólogo 64.9 %).14 Lo anterior llama nuestra atención, ya que esta Facultad alberga carreras que pertenecen al área del conocimiento de las ciencias exactas y tecnología, a la cual comúnmente no ingresan un gran número de mujeres. Por esa razón decidimos trabajar con madres solteras que asisten a estudiar a la Facultad de Ciencias Químicas, pues las condiciones de esta maternidad podrían mermar su permanencia en dichas carreras.

Otras razones por las que decidimos trabajar con población de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP, es el alto nivel normativo que exige de las y los estudiantes: una dedicación de tiempo completo a la carrera, debido a las horas de práctica que deben realizar en los laboratorios. Además, la Facultad de Ciencias Químicas tiene las carreras más caras en la universidad, pues los reactivos químicos los compran las y los estudiantes en euros y/o dólares.

Decidimos utilizar la metodología de relatos de vida, que es una modalidad de la metodología de historias de vida; Aceves, identifica que la historia oral se enfoca en la experiencia total del sujeto, mientras que el relato de vida se caracteriza por la búsqueda de respuestas sobre un tema o una parte de la vida de la persona.15

El relato de vida es una metodología que nos permite explorar la identidad social, además, a través de la triangulación de la narración con otra información contextual, podemos conocer la influencia de la experiencia narrada en la conformación de la identidad. La técnica de relatos de vida la utilizamos por medio de entrevistas semiestructuradas en profundidad.

De febrero a mayo de 2014, llevamos a cabo los relatos de vida de 8 estudiantes de nivel licenciatura de la Facultad de Ciencias Químicas en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Los nombres de las jóvenes son cambiados para conservar su confidencialidad. Así mismo, se establece un consentimiento firmado por las participantes para el uso en esta investigación de la información que brindan en las entrevistas.

La muestra la integramos mediante la estrategia de bola de nieve. Los criterios de selección de la población de estudio son: mujeres jóvenes de 18 a 29 años de edad, inscritas como alumnas regulares o irregulares en una de las carreras de la Facultad de Ciencias Químicas, que sean madres sin estar casadas legalmente y que mantengan ese estado civil al momento de las entrevistas. Con dependencia económica total y/o parcial de una red de apoyo familiar y/o social. Y que vivan con su(s) hijo(s) y/o hija(s).

Establecemos el criterio de inexistencia de un contrato matrimonial, para poder incluir distintos acuerdos de pareja, y de esta forma ampliar la diversificación de la población: jóvenes que han vivido o viven en unión libre con el padre de su(s) hijo(s) o con otra pareja, mujeres que nunca han cohabitado con el padre de su(s) hijo(s) y que viven de manera independiente de su familia de origen, o que permanecen viviendo con estas.

Todas las entrevistas fueron grabadas, transcritas y codificadas. Llevamos a cabo un análisis de nivel conceptual en el programa ATLAS. ti. Versión 7.1.8. La metodología que se utilizó fue el análisis del contenido de los relatos de vida.

Resultados

La familia de origen como red de apoyo principal

Algunas de las participantes reconocen que para lograr su permanencia en la universidad intervienen dos elementos fundamentales que les otorga la familia de origen al ejercer el papel de su red principal de apoyo: uno es la importancia que en esta se otorga a la formación profesional, otro es el apoyo económico, por lo tanto, la red prioriza los estudios universitarios en las jóvenes, y esto ellas lo integran a su identidad materna universitaria.

Entonces yo le conté a mi mamá que estaba embarazada, y no se enojó, nada más me dijo que pues era mi responsabilidad, que yo sabía lo que hacía, que terminara mi carrera, más que nada la carrera, que no la fuera a dejar […] [Al estar embarazada] tampoco me quise dar de baja, porque mi mamá me dijo: “no, tú si te das de baja, ya no regresas, luego te va a gustar ya no ir a la escuela, y ya no vas a regresar”. Entonces traté de venir a la clase de laboratorio, para no perder como el ritmo […] Ahorita mi mamá me apoya mucho, yo hablo mucho con ella de la universidad, ella me dice que todo lo que yo necesite para la escuela, ella me lo va dar, mientras yo no deje la escuela, ella sí quiere que termine la carrera, y es lo que mis hermanos, mi papá, todo mundo me dicen […] que lo que yo necesite para la escuela ellos me van a ayudar, que por el niño no me preocupe a ver cómo le hacemos, me lo van a poder cuidar, pero que yo termine […] Ya había pensado, dejar la escuela. Igual toda la semana pasada estuve muy deprimida, estuve con mi mamá llorando y diciéndole que ya no quería venir, porque no me sentía con ganas, yo ya no me quería levantar de la cama, no tenía ganas de venir, no tenía ganas de ver a nadie, de hablar con nadie. Entonces le dije: sabes qué, ya me quiero dar de baja. Y me dijo: “No, ¿cuánto te falta para terminar el semestre?” No pues como dos meses. “Pues termínalo, y si en ese tiempo cambias de parecer, pues bien, y si no pues te das de baja un tiempo en lo que estés mejor”.16

Marcela, tras ser corrida por su pareja de la casa de sus suegros, donde vivía con su hijo de cuatro meses de edad, cae en una fuerte crisis emocional y es en la familia de origen, especialmente en la madre, con quien encuentra el apoyo para permanecer en la escuela y recibe alternativas para continuar o aplazar sus estudios en función de su estado emocional. Las madres tienen un papel central en la configuración de la identidad materna de las hijas, al influir en ellas a través de desempeñar la atribución de modelos para el ejercicio y las estrategias de maternidad.17 Por otro lado, Sanhueza señala que las madres de las mujeres “encauzan a sus hijos a proyectos más liberadores”,18 en este sentido, algunas de las madres de las participantes las impulsan y les brindan contención para que realicen algunos cambios sobre la maternidad tradicional, esto al trascender el papel de modeladoras de las prácticas de maternidad y figurar como promotoras de la inserción de sus hijas en el espacio público. En algunos casos el apoyo y motivación para que no abandonen la escuela es permanente, a pesar de que estas jóvenes vivan en unión libre, en otra residencia, preexiste a ello la preocupación de la familia porque generen sus propios recursos para mantenerse económicamente.

De acuerdo con Lerner y Melgar el concepto de familia ha sido utilizado con fines de control social, al ser establecido por los grupos conservadores y en el poder, como algo inamovible que debe reproducirse de manera tradicional. Las autoras, señalan que debería usarse el concepto de familias “con ‘s’ de diversidad”, de esta manera, se considera a las distintas configuraciones en las que actualmente estos grupos sociales se componen.19

Al hablar de familia de origen, partimos de la noción de la estructura tradicional constituida por ambos padres y sus descendientes, además de las diversas estructuras que se derivan de las modificaciones sociales establecidas sobre la familia heteropatriarcal. En la actualidad estadísticamente se reconocen más que las diversidades familiares, las variadas organizaciones de los hogares, los cuales se clasifican en:

[…] nucleares, que pueden estar conformados por una pareja con o sin hijos (biparentales) o por el jefe de hogar que vive exclusivamente con sus hijos solteros (monoparentales). En los hogares extensos encontramos, además del núcleo central, la presencia de otros parientes, que pueden ser ascendientes, descendientes o colaterales, mientras que en los ampliados se da la corresidencia del núcleo central con no parientes, además de la posible existencia de otros parientes.20

Las participantes reconocen que la motivación para que continúen estudiando generalmente proviene tanto de su padre como de su madre, aunque es más acentuado -en el caso de las familias tradicionales donde el padre funge el papel de proveedor-, que esta función sea adoptada por el papá, mientras que la madre se desempeña como orientadora en la crianza de su(s) nieto(s), y es sobre lo que enfatiza su comunicación con la joven.

En la familia de origen que tiene jefatura femenina, en cuya figura recaen los gastos académicos de la estudiante, se observa que la madre puede llevar a cabo una labor más integral, y abarcar no solo el apoyo económico, sino también el emocional. Podemos apreciar en el caso de Marcela, que la madre establece reflexividad sobre el curso de acción que toma la joven, le plantea alternativas, dotándola de agencia para desertar o permanecer en la institución.

[…] mi papá se sintió muy orgulloso de mí, de hecho cuando entré a la uni, [mis padres] no me iban a apoyar porque querían que estudiara en la Huasteca, para cuidarme, entonces yo me vine por mis calzones. Presenté el examen [de admisión a medicina], no le dije a nadie, y lo pasé. Mi papá dijo: sabes qué me siento bien orgulloso de ti, porque cómo le hiciste, o sea, eres bien fregona, y pues calzonuda, yo te voy a apoyar, te voy a apoyar con la inscripción Y me apoyó, y ya así me ha apoyado en ese sentido, me dijo: sabes qué quiero, que saques la carrera adelante, que sigas estudiando. También tengo una tía que mira, sabes: me siento orgullosa porque yo sé que todo el esfuerzo que haces va a valer la pena cuando te gradúes. Incluso los profesores, bueno algunos, sabes qué échale muchísimas ganas porque tienes madera, porque tienes cualidades, no importa así no termines en el lapso que es cuatro años y medio, pero ¡termínala! No importa, tú termínala.21

Es a partir del deseo de adquirir una formación profesional y de lograr el reconocimiento de sus capacidades dentro de la familia, que algunas de estas jóvenes establecen acuerdos de red para ingresar y continuar en la universidad. Fátima inicia una negociación con su red de apoyo a partir de resultados concretos, como es el ingreso a la Facultad de Medicina; a pesar de que esta joven decide abandonar la carrera de medicina, cuando cursa el quinto semestre, el padre se mantiene en el acuerdo y continúa apoyándola para que estudie la carrera de Químico Farmacobiólogo, en la Facultad de Ciencias Químicas. Fátima reconoce además en la familia extensa y en los profesores otras narrativas que establece como referentes para confiar en sus posibilidades dentro de la universidad.

En las situaciones de Fátima y Marcela, las figuras del padre proveedor y la madre jefa de familia, respectivamente, nos permiten observar cómo la familia bajo ambas modalidades tiene una mayor flexibilidad en el apoyo que establece para las hijas. Ambos tipos de familia generan el acuerdo de conservar el apoyo, siempre y cuando las jóvenes continúen con sus estudios, convenio que se modifica al responder de manera emergente a las situaciones en las que estas mujeres son más susceptibles de desertar de la educación superior.

La integración de las jóvenes a la universidad, se convierte en un reto para las diversas estructuras familiares; proceso que implica una serie de tensiones e incertidumbres, eje de cambios en las relaciones de género de las mujeres jóvenes y madres solteras. Las negociaciones sobre su inserción y permanencia son diversas, algunas veces son propuestas por los padres, y en otros casos, por las jóvenes: acuerdos de red que se negocian, se reestructuran y redefinen conforme a las situaciones de vida.

En México no existen políticas públicas sólidas para las jóvenes madres solteras que quieren mantenerse dentro del sistema escolar y adquirir una formación profesional, es un problema social, que no en todos los casos lo enfrentan de manera individual las jóvenes; las redes de apoyo con las que cuentan y las que generan, son las que se han adaptado más rápidamente a los cambios sociales y a las necesidades de estas mujeres. Aunque los organismos internacionales asumen objetivos de proteger a los(as) jóvenes y dirigir políticas públicas para su desarrollo social, las posturas institucionales están estableciendo en el mundo una desvinculación con ellos(as), quienes generan una mayor valoración de la familia al considerarla su red principal de apoyo.

Existe un debate sobre los aspectos en los que el Estado debe o puede intervenir sobre las familias; los grupos familiares idealmente pretenden constituir un espacio social donde se genere individualidad, por lo que no es conveniente que el Estado establezca una incidencia vertical sobre estas, de modo que las políticas públicas deben disponerse desde la participación de las familias en conjunto con el Estado.22 Para lograr lo anterior, Ribeiro23 propone que el papel del Estado debe consistir más que en pretender regular a las familias, en buscar apoyarlas.

Las familias de las participantes, al convertirse en el principal soporte, están transgrediendo estereotipos sobre su función en cuanto al tiempo y etapas de vida en que se establece socialmente que termina su responsabilidad sobre los miembros más jóvenes. Las familias en su cometido de red de apoyo principal favorecen la integración de estas jóvenes a la universidad, prácticamente sin el respaldo de políticas públicas sólidas, sustituyen labores del Estado innovando no solo en su interior, sino también en el contexto social, sobre la forma en que las jóvenes se insertan y mantienen en el sistema educativo. Estas familias están cambiando su sentido e identidad social, se están redefiniendo y generando nuevas incursiones en sus funciones sociales, en algunos aspectos extienden las labores maternas y paternas de los(as) abuelos(as) y, en otros, combinan las aportaciones de los(as) miembros(as) para su sobrevivencia. Socialmente el apoyo de las familias hacia las madres solteras se asume como obvio, sin embargo, en muchas ocasiones estos grupos no se encuentran preparados y requieren elaborar estrategias y modificaciones en respuesta a la protección y compromiso para estas mujeres.

No obstante que México ha suscrito acuerdos internacionales en beneficio de los derechos de las mujeres y los niños(as) -tales como: la “Cumbre Mundial a Favor de la Infancia, 1990; Conferencia Internacional sobre la Mujer, 1995; Declaración y Líneas de Acción en Favor de las Familias de América Latina y el Caribe, 1993”-,24 la sobrecarga que presentan las familias de las participantes de esta investigación, va en contra de sus derechos familiares. No se atiende ampliamente en las políticas públicas y en la legislación, a la diversidad de organizaciones familiares en las que viven las mujeres y los(as) niños(as) mexicanos(as), lo anterior refleja que permanecen invisibilizadas las situaciones familiares de las mujeres que no están dentro de la estructura de una familia tradicional, tal es el caso de las madres solteras universitarias, por ello se limita el ejercicio no solo de sus derechos como madres, sino también el reconocimiento de los derechos del grupo familiar que lleva a cabo la función de red principal de apoyo hacia ellas, lo que merma la calidad de vida de todos(as) sus miembros(as).

Por otro lado, los acuerdos de correspondencia que establecen con la familia de origen consisten en que las jóvenes, si bien, dependen de la red, retribuyen el apoyo que reciben a través de acciones que les permiten mantenerlo; Valencia y Correa,25 indican la estipulación de plazos para retribuir el intercambio, dada su característica de flexibilidad, estos pueden implicar un periodo corto o largo. En virtud de ello, identificamos que, en lo concerniente a los plazos largos, la familia plantea que estas mujeres logren su independencia económica al transitar de la adquisición de un título universitario a la inserción en el mundo laboral. Dentro de los plazos cortos está el que sigan estudiando, que cuiden bien a sus hijos(as) y que apoyen en las labores domésticas, esto último es parte del modo en que se reproduce la división sexual del trabajo dentro del núcleo familiar, y de cómo el ingreso de varias de estas jóvenes a la maternidad las posiciona en las funciones de cuidado hacia su familia de origen. Todo parece indicar que la expectativa de las familias consiste en que las jóvenes sean económicamente independientes, que puedan estudiar para solventar en un futuro sus gastos y los de sus hijos, de este modo, para las jóvenes y sus familias de origen el que asistan a la universidad se representa como el medio por el cual, tal vez, se cristalice esa posibilidad. Lo que además influye en modificar el rol de género tradicional de las mujeres, pues las familias dirigen esfuerzos para que las jóvenes configuren una identidad de madres proveedoras, práctica social que no es dominante en la identidad materna, la cual es asociada a maternidad-mundo privado; de esta manera, la red de apoyo fortalece que generen agencia a futuro para que pretendan convertirse en madres proveedoras, así definen nuevas estrategias para integrarlas en el espacio público.

Otro acuerdo de reciprocidad es el trabajo dentro de los negocios familiares: Sofía trabaja en el negocio de su pareja, Leticia lo hace medio tiempo en el negocio de sus papás (Fátima y Karla tienen un trabajo asalariado, Fernanda realiza comercio informal, Laura labora en verano). Las jóvenes que restringen su correspondencia a las actividades del hogar, limitan su independencia económica, situación que las sujeta a una mayor dependencia de la familia de origen.

Por otro lado, consideramos conveniente exponer longitudinalmente las trayectorias que, a partir del embarazo, se establecen respecto al apoyo que brindan las redes a estas jóvenes (ver Figura 1). Matilde Luna26 sostiene que al analizar las dinámicas de la red, debemos contestar a las preguntas sobre su trayectoria, esta última la entendemos como la dinámica que presenta la red de apoyo en un determinado tiempo. Considerar a las redes de apoyo como un proceso, implica que no son permanentes, estas se modifican y tienen una vigencia.

Fuente: elaboración propia.

Figura 1 Trayectorias en las redes de apoyo principales a partir del embarazo 

En las trayectorias de Alma, Sofía y Laura se puede apreciar que hasta el momento de las entrevistas mantienen un apoyo permanente por parte de sus redes, lo que se asocia a que las tres jóvenes desde su embarazo permanecen viviendo en la casa de su familia de origen. Además, en los casos de Alma y Laura, la desvinculación con el padre de sus hijos se establece como un acuerdo de red, es decir, los progenitores de las jóvenes toman la responsabilidad sobre el cuidado de ellas y sus hijos, y estipulan que los padres de los bebés no deben reconocer legalmente a sus descendientes, ni intervenir en su crianza. En el caso de Sofía, la relación con el padre de su hija se ha mantenido estable (cada uno permanece en casa de sus familias de origen). Para Alma y Sofía, el depender económicamente de la red constriñe su libertad para decidir sobre el vínculo que tendrán con el padre de sus hijos, su maternidad es usada como fundamento para que la familia ejerza control y restricción sobre la vida personal y familiar de las jóvenes y sus hijos, y así, configuren una identidad de madres solteras sin la presencia del padre de su descendiente.

En las jóvenes que viven en unión libre con el padre de sus hijos, antes o después del embarazo, o como en el caso de Leticia quien vive en casa de sus padres y -a pesar del desacuerdo de su madre- decide retomar la relación con el padre de su hijo; se observa que sus redes se vuelven oscilantes, es decir, la pareja puede generar que las jóvenes cuenten en cierto momento con esa red de apoyo y sus redes concomitantes, donde se incluye a las suegras.27 Al modificarse esa relación, las jóvenes refuerzan o rearticulan en su familia de origen los elementos de apoyo que pierden con la red de su pareja, por lo tanto, las redes se van modificando en respuesta a las alianzas y los conflictos que presentan con el padre de sus hijos. Así, la madre, el padre o ambos progenitores de las jóvenes -para la mayoría de ellas- se convierten en sus redes más estables, lo que además indica la adopción de roles más flexibles en la familia, de este modo, los acuerdos de red sufren procesos susceptibles de adaptaciones y nuevas negociaciones de acuerdo con las situaciones de vida cambiantes de las participantes. Varias de estas identidades se constituyen entre constantes adaptaciones frente a los cambios de las redes de apoyo con las que cuentan, de este modo permanece la función de madres-hijas, y los papeles de madres-nueras, madres-pareja, son inconstantes.

Los hijos(as) de estas jóvenes tienen entre 4 meses y 5 años de edad; a partir de su embarazo, la mayoría de ellas presenta la diversificación de sus apoyos. Seis de las participantes tienen una mayor modificación en las trayectorias de sus redes de apoyo. Existe un punto en común en todas estas mujeres: el permanecer en la universidad es un eje en sus vidas (únicamente dos jóvenes desertaron temporalmente de la carrera). Todo lo demás puede manifestarse incierto, en movimiento, oscilante, cambiante, no obstante, la red de apoyo familiar y estar en la universidad se mantienen como dos constantes, es decir, modifican su residencia (una joven ha reingresado a la casa de su madre 5 veces, después de ir y venir de casa de sus suegros), pueden cambiar sus relaciones de pareja, trabajos, redes de apoyo económicas y para el cuidado de sus hijos, pero la familia de origen y continuar con los estudios son dos ejes sobre los que sostienen su lazo social, y en los que sustentan la configuración de su identidad materna.

[…] yo pienso ahora más las cosas, si repruebo ya pienso me voy atrasar, y que esto va afectar mis planes a futuro, a lo mejor ellos [mis compañeros (as)] también lo piensan, pero yo ya más centrado a lo que quiero, en este caso sacar a mi bebé adelante […] La carrera no la quiero dejar, sé que va ser difícil pero pues aunque me tarde más, pero sí la quiero terminar, y creo que viene lo más difícil bueno el primer año [de edad en mi hijo], creo que es lo más difícil […] Sí me ha costado mucho trabajo la verdad, hay materias que ¡no puedo con ellas! Y pues tengo que estudiar… a veces me he quedado hasta las doce de la noche, una de la mañana estudiando, pero pues intento dar lo mejor de mí… y quiero terminarla, sí quiero […] Como el papá del niño no estudió, bueno nada más tiene la secundaria y la prepa la empezó, yo sí veo en él que batalla mucho para el trabajo, y el trabajo que él tiene, pues es muy mal pagado. Y yo no quiero dejar mi carrera incompleta, si así con el sueldo que él tiene no la hacemos, imagínate yo sin carrera, eso es lo que más me motiva, que digo ya terminado me título y sí puedo encontrar un buen trabajo, bueno echándole ganas, o puedo poner un negocio, no sé viendo las posibilidades, que no es mucha ayuda tener una carrera, te piden más cosas, maestría y todo, pero ya es algo, te digo lo veo en él que nada más tiene la prepa y no le ayuda en mucho.28

Las parejas de varias de estas participantes tienen un grado académico menor que ellas, de nivel de educación media superior o carrera técnica, aquí la agencia sobre el futuro se disocia de normas de género donde la mujer debe conservar el mismo nivel educativo de su pareja o uno inferior. Si bien, es una inversión el que ellas estudien para que contribuyan a la economía familiar, el motivar su paso por la universidad también se convierte en una acción para que logren autonomía económica. La agencia sobre el futuro, en este caso, permite establecer en las jóvenes que ni la maternidad, ni la relación de pareja deben convertirse en limitantes para su formación profesional, el pretender obtener autonomía a través de una educación universitaria se convierte en parte fundamental de su identidad materna.

Una de las funciones sociales de la familia ha sido la de reproducir las relaciones jerárquicas entre hombres y mujeres, al naturalizar el que ellas dependan económicamente de ellos, y además obtengan un menor desarrollo académico, debido a que se considera su ocupación primordial, las labores reproductivas y de crianza de los(as) hijos(as). Si bien, en la actualidad se presentan modificaciones en dicho orden de género, y es en las familias donde se llevan a cabo transformaciones para permitir la inserción de las mujeres en el ámbito público, esto aún se presenta con marcadas desventajas en sus relaciones con los hombres, especialmente en las actividades domésticas y de crianza.29 En el caso de las familias de las madres solteras universitarias, observamos que están pretendiendo la autonomía económica y el desarrollo académico de estas jóvenes, por ello establecen en parte, una transgresión al orden de género para las mujeres que son madres, al respaldar su presencia en el espacio público, y siendo madres de niños(as) pequeños(as).

Las jóvenes en su discurso reproducen normas de género al expresar que asisten a la universidad y se interesan por sus estudios debido a que buscan el bienestar para sus hijos. En parte, la maternidad se convierte en elemento clave para no excluirse del ámbito público, pues sirve como justificación principal de su presencia en la universidad, discurso que recibe contención por la red de apoyo familiar. Por otro lado, modifican la función social de la maternidad al no centrar únicamente en ello su formación académica, pues a lo largo de las entrevistas también manifiestan aspiraciones personales, entre las que se encuentran el querer estudiar para contar con un trabajo a través del cual obtener dinero con el objetivo de comprar un auto, una casa, viajar; de este modo ejercen agencia a futuro y alteran la identidad materna de renuncia absoluta y abnegación hacia los(as) hijos(as).

Modificaciones en las funciones sociales de la maternidad hacia la familia de origen

Estas jóvenes desarrollan una serie de acciones que les permiten mantenerse vinculadas al entorno escolar a través de conservar relaciones que contribuyen a que accedan a construir una identidad materna universitaria. Entre sus estrategias están: el comunicarse con su red cuando tienen dificultades o necesidades, tratan de buscar becas en la colegiatura de la universidad, organizan sus tiempos y actividades para procurar terminar pronto la carrera, igualmente, solicitan acceder a la opción de pagos diferidos de la inscripción escolar. La retribución general que establecen las familias como acuerdo de red, es que las jóvenes cuiden bien de sus hijos, así mismo, en algunos casos, a través de trabajos domésticos, de manera que su presencia en la casa, especialmente los fines de semana, se traduce en labores del hogar; la carga de estos trabajos varía, pero coincide la reproducción de situaciones de orden de género.

Es común entre todas las jóvenes que, en consecuencia de su ingreso a la maternidad, practiquen un papel de cuidado para con los(as) miembros(as), o algún miembro(a) de su familia de origen, aunque no es igual en todos los casos, lo particular de este apartado es que encontramos que al convertirse en madres solteras y permanecer en una red de apoyo familiar, ejercen una especie de maternidad múltiple.

Pues antes como que nada más me dedicaba a estudiar, y así escasas cuestiones de quehaceres en la casa, nos dividíamos el trabajo [mi mamá y yo]. Y ahorita no, ahorita yo me encargo de todo el quehacer, pues soy la única mujer ahorita ahí, entonces me encargo de todo eso, y la escuela y el trabajo… se me hace pesado.30

En el caso de Karla, su madre fallece y ella y su hijo viven con un hermano y su padre, situación que deriva en que tenga una sobrecarga de trabajo doméstico, reflejo de la naturalización de la división sexual del trabajo; ella como la única mujer en su casa, asume la responsabilidad de todos los varones. Esto no responde a un acuerdo de red de tipo económico, debido a que ella aporta a la economía de la casa, cubre su manutención y la de su hijo, además paga su inscripción escolar. El pago de servicios y alimentos en la casa se distribuye democráticamente entre Karla su hermano y su padre, sin embargo, no sucede lo mismo con el trabajo doméstico, en este grupo familiar no se negocia ni distribuyen las labores del hogar, situación que además Karla tampoco cuestiona, y lo atribuye a una función “natural”. Lo anterior ha sido estudiado en las académicas que son madres,31 quienes deben conciliar las labores domésticas y de crianza de los(as) hijos(as) con su participación laboral en el ámbito universitario, lo que ocasiona que ellas inviertan mayor tiempo en actividades reproductivas dentro de sus hogares, por lo tanto, que tengan relaciones desiguales con los varones (esposo, hijos, hermanos y compañeros de trabajo), debido a la sobrecarga de labores, y a que estas actividades se consideran de menor valor social. En este estudio apreciamos que dicha situación también se presenta en las madres solteras y estudiantes universitarias que permanecen en su familia de origen, dinámica que las lleva a experimentar la recarga de labores domésticas, con la diferencia de que puede limitar su inserción en el ámbito laboral para favorecer su economía, punto en el que el orden de género se establece de manera más severa sobre este grupo de madres universitarias.

La identidad materna universitaria de estas mujeres se configura en la combinación de representaciones donde la maternidad es el eje central de su tarea en el espacio público y privado. Castañeda señala que los hijos son “el ancla espacial de la mujer en espacio privado doméstico”,32 en este sentido, la red de apoyo familiar de estas jóvenes modifica lo anterior al fortalecer que ellas participen de la vida pública al asistir a la universidad, pero también son ambiguas, pues dentro del ámbito privado les exigen una mayor contribución en las tareas del hogar, así mismo, multiplican sus prácticas de maternidad.

Sofía pasa menos tiempo en la casa paterna del que dedicaba antes de convertirse en madre, distribuye su horario entre su asistencia a la escuela y al trabajo en el negocio de su pareja, de modo que, la maternidad y el contar con una red de apoyo laboral a través del padre de su hija, le permiten adquirir una mayor agencia sobre los acuerdos de red que mantenía con su familia de origen, previos a su maternidad.

[…] en mi casa yo soy, no la hija más grande, soy la segunda, somos cinco. Pero de mujeres soy la más grande. Entonces como que yo era el brazo derecho de mi mamá, como la mamá de los demás, porque mi hermano el mayor… no es que sea machismo, porque en mi casa no se ve eso, bueno sí se ve, pero no así, un machismo tan marcado, machismo, machismo. Por ejemplo, [mi hermano mayor] no se sabe hacer de comer, o algo, ¿Sofía me haces esto? Y bueno pues ya ahí voy. O con mis hermanos, los otros, con mi hermana no tanto porque como que Ana y yo sabemos qué onda. Pero, sí cambió porque yo era como que la encargada cuando mis papás no estaban, y como yo ahorita tengo otras cosas que hacer y más pesada la escuela y con lo del negocio, pues yo estoy en mi casa y no estoy […] nada más los fines de semana apoyo [en] lo más pesado, de ayudarle a mi mamá por ejemplo, lavar la ropa, lo más que puedo, pero sí, ya no es lo mismo que antes, antes hacía muchas cosas, ahorita ya no.33

El ingreso a una maternidad biológica modifica el cometido de género que ejerce Sofía a través de desempeñar el cometido de figura que favorece la cohesión familiar, al llevar a cabo una maternidad compartida con su madre. En los casos de Karla y Sofía, identificamos situaciones opuestas en las que interviene la división sexual del trabajo en las labores domésticas. Mientras que en el hogar de Karla fallece la madre, la joven tiene que asumir labores caseras y, por tanto, maternales hacia el resto de su familia, por el contrario, Sofía ocupa frente a sus hermanos la posición de maternidad compartida con su madre, dentro de la cual desarrolla funciones que ella naturaliza y considera no se insertan en la lógica de una estructura machista “rígida”, pero la supeditan a responder a las necesidades alimentarias y de cuidado de sus hermanos. Es su maternidad biológica y el emplearse con su pareja, lo que la lleva a decrementar el cometido de madre sustituta dentro de su familia de origen, cubre igualmente una labor de apoyo en el negocio de su pareja, no obstante, allí obtiene una remuneración económica que marca una diferencia sobre su función de servicio a otros.

Otras jóvenes expresan que incrementaron sus responsabilidades dentro del hogar de origen; desarrollan la limpieza íntegra de los espacios de la vivienda, además participan los fines de semana en la elaboración de la comida, llevan a cabo el cuidado de otros(as) miembros(as) de la familia, como los(as) hermanos(as) menores, y acompañan a sus padres a surtir la despensa.

[…] en la cocina tengo que meterme más yo… tengo que ayudarle a mi mamá porque, pues está haciendo comida para mí y para mi hijo. Pues sí hago más el quehacer… es que mi mamá me dice: “No es que tú ya eres una señora”. Y le digo: “Pero es que también tienen que hacer ellas [mis hermanas]”. Por ejemplo, el baño, pues nada más tengo que lavarlo yo, porque también es para mi hijo, y le digo: “No pero es que también van mis demás hermanas”. “No, no, no, es que tú ya eres una señora”. Y como ellas son… solteras y todo, y ellas casi no hacen quehacer. Por ejemplo, Alma no pues has esto; y yo les digo: “Ay pues también que lo haga Diana”. “No, no, no, ellas bien que te pagan lo del niño y todo, de alguna manera tienes que hacer algo”. Y por ejemplo todo me lo dejan a mí, que recoge esto y recoge el otro, entonces sí hago mayor quehacer, […] el fin de semana los sábados me levanto temprano, y me pongo a lavar todo, a limpiar toda la casa, porque como mi papá [y] mi mamá se van a comprar que las cosas del mandado, entonces yo me quedo a hacer todo el quehacer de la casa, y aparte lavar la ropa mía, [y] la de mi hijo.34

Para el caso de Alma, el incremento de las labores domésticas que debe realizar se traduce no solo en un medio para corresponder al apoyo de red -y para responsabilizarse de su hijo y de sí misma a través de las labores reproductivas-, sino que además es una dinámica que le distingue del resto de sus hermanas solteras; ella ya es “una señora” para su madre, por eso debe reproducir el rol tradicional de cuidar de los(as) demás integrantes de la familia. En este caso lleva a cabo una maternidad compartida con su madre, su maternidad biológica la ingresa a esta condición que antes no había experimentado, y es la extensión de su maternidad hacia los(as) demás miembros(as) de la familia, lo que ella cuestiona y no quiere integrar del todo a su identidad; busca que su situación sea más democrática, sin embargo, la correspondencia y el que dentro de los acuerdos se incluya el que no trabaje, la llevan a permanecer en esa situación.

Las responsabilidades domésticas se incluyen como parte de la identidad materna universitaria, estas jóvenes -a diferencia de otras madres que tienen independencia residencial y el “rol tradicional de mujer-madre-ama de casa”35 y cuya pareja tiene el papel de proveedor- adquieren algunos compromisos del hogar, pero sin la posición de amas de casa, es allí donde radica una mayor subordinación, pues son las ayudantes de sus madres y están al servicio de sus hijos y del resto del grupo parental.

Alma decide mostrar un perfil de alumna tradicional, deja oculta para la mayoría de sus compañeros(as) y maestros(as), que es madre. Lleva todas las materias de la carga curricular del semestre, y acepta el acuerdo de red para la manutención total de ella y su hijo, acuerdo que mantiene a ambos en un estilo de vida de clase media, mientras que vive una fuerte presión por parte de la red ante las dificultades de dinero, debido a eso presenta situaciones de violencia económica. Al respecto, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en su artículo seis consigna los siguientes tipos de violencia contra las mujeres: la violencia psicológica, física, patrimonial, económica, sexual. Y cualquier otra acción u omisión que dañe la integridad, dignidad y libertad de las mujeres.36

Otras jóvenes se vuelven punto de apoyo para sus madres en la crianza de los(as) hermanos(as), la ayuda mutua -entre las jóvenes y las madres que también tienen hijos(as) pequeños(as)- en el cuidado de los niños(as), se plantea como un acuerdo de red, que en muchas ocasiones se viven en conflicto entre las partes. De este modo, la identidad se configura entre tensiones con sus madres debido a que las acciones disciplinares sobre las labores de cuidado de los hijos son vividas en mayor sujeción en estas jóvenes, pues además de los cánones que se estipulan socialmente para las mujeres-madres, estos cuidados deben realizarlos en el marco normativo de mujeres-madres-hijas, en consecuencia, los mandatos sobre el ejercicio de la maternidad son doblemente severos con estas jóvenes, condiciones que marcan un ejercicio de la maternidad en mayor desigualdad frente a la sociedad y a su red de apoyo familiar.

Por otro lado, en el caso de Fátima, ella ejerce una ocupación materna con su propia madre, al generar el mayor aporte económico a la casa -a cambio de que cuide de su hijo-, también al resolver las intransigencias financieras que su progenitora llega a realizar. No solo cubre la responsabilidad de mantener económicamente a su madre, sino que además desarrolla una especie de tutelaje sobre ella, en cuanto a la administración del dinero.

[…] yo ahorita pago la renta, mi mamá ahorita no me puede apoyar, sí trabaja, pero con lo de la comida me apoya, a veces, y así, pero la luz, agua y los demás servicios, pues yo los pago, lo de mi hijo y lo mío también […] Mi mamá me apoya en el sentido de cuidar al niño, económico no, de hecho yo tengo que capucharme con ella económicamente […] Mi mamá no trabaja, vende bisutería, pero nada más, cuarenta pesos diarios, veinte pesos diarios, no es así como que pueda apoyar mucho con la casa, […] [el dinero] yo lo administro, porque me ha pasado que le doy el dinero a mi mamá, por ejemplo, ahorita que le di el dinero para que pagara algo, y no lo pagó, entonces yo di por hecho de que lo había pagado, entonces ya me están cobrando intereses.37

Son interesantes todos los contrastes, intercambios y suplencias que sobre la función social de la maternidad estas mujeres establecen con su red principal de apoyo. El ser estudiantes universitarias no las mantiene ajenas a la reproducción de género que conlleva su maternidad dentro de las familias de origen, lo que además puede convertirse en un medio para asegurar que el resultado de un embarazo fuera del matrimonio no se extienda en descuidos en torno a sus labores como mujeres-madres, esto no solo reproduce desigualdades de género, además pronuncia posiciones de desventaja social en caso de una imprevista pérdida de la red de apoyo; sobre todo en las jóvenes que restringen su correspondencia a las labores del hogar, pues es limitada su independencia económica y son vulnerables a relaciones de violencia económica dentro de la misma red.

Por tanto, las participantes configuran su identidad materna universitaria correspondiendo al apoyo que reciben de su red para que permanezcan en la universidad, a través de realizar funciones maternas- además de con sus hijos- con otros(as) integrantes de la familia, sin embargo, también es otro modo en el que ejercen agencia a futuro, pues estas acciones les permiten continuar con sus estudios universitarios, planteando la intención de terminarlos, y así, alcanzar una mejor inserción laboral, estrategia por medio de la cual pretenden lograr, en un futuro, su independencia económica y residencial.

Conclusiones

Las jóvenes madres solteras y estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, desarrollan una identidad materna universitaria que les permite establecer modificaciones culturales a través del ejercicio de la capacidad de agencia, por lo que se sirven de redes de apoyo que favorecen el que ingresen y permanezcan en la universidad.

Las jóvenes establecen a la familia de origen como elemento fundamental para configurar su identidad materna universitaria; la universidad es considerada el medio para lograr una formación profesional que les permita adquirir elementos para integrarse al mercado laboral y, en consecuencia, alcanzar independencia económica y residencial.

La forma en que las jóvenes puedan enfrentar las desigualdades de género para ingresar al espacio público como madres solteras universitarias en carreras de ciencias exactas y tecnología, dependerá de las redes de apoyo social con las que cuenten, pues no son un bloque poblacional que construye y procesa identidades de manera homogénea, punto que complejiza el estudio de la identidad materna universitaria. En nuestra búsqueda de acuerdos de reciprocidad en cuanto a las redes de apoyo, encontramos que no todas logran las mismas modificaciones en sus condiciones limitantes, por lo que presentan diversos matices de agencia.

La identidad materna de las madres solteras universitarias entrevistadas se construye en contradicciones. Las redes de apoyo configuran acuerdos ambiguos con estas mujeres, por un lado promueven que se inserten en el espacio público, y es la maternidad el elemento clave que usan las jóvenes y su red de apoyo para justificar que estudien en la universidad, por otro lado, configuran una maternidad en dependencia y subordinación hacia las madres de estas mujeres y el resto del grupo familiar.

De esta manera, el ser madres solteras y contar con el apoyo de la red familiar, ubica a muchas de las jóvenes en el ejercicio de una maternidad múltiple, es decir, que practican acciones de cuidado no solo destinadas a sus hijos sino también a otro(as) miembro(s) de la familia, a través de labores domésticas y al brindar atención a los(as) hermanos(as) pequeños(as), o algún familiar enfermo. Lo que implica tensiones y ambigüedades que generan la diversidad de acuerdos de red que se apegan a las normas de género sobre la naturalización de la función social de la maternidad, mientras que también crean cambios en el género, en consideración a la forma en que se configura la identidad materna; donde priva en estas jóvenes una agencia a futuro que implica un proceso de independización de sus redes de apoyo social a partir de su formación profesional y la búsqueda de su ingreso al mundo laboral. Medio a través del cual pretenden cumplir con la aspiración de la red de apoyo de que sean madres proveedoras, pero también, buscan obtener cosas materiales, deseos personales que modifican la identidad materna tradicional de entrega absoluta a las necesidades de los(as) hijos(as).

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1 Elixabete Imaz, Convertirse en madre. Etnografía del tiempo de gestación (España: Anzos, 2010), 74.

2Shulamith Firestone citada por Elixabete Imaz, Convertirse en madre. Etnografía del tiempo de gestación (España: Anzos, 2010), 83.

3Adrienne Rich, Of Woman Born. Motherhood as experience and institution (New York Estados Unidos de América: Norton and Company, 1976).

4Marcela Lagarde, Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1993), 388.

5Verónica Gago, “La travesía amorosa de la maternidad”, Diario de los Andes, 4 de diciembre de 2011, disponible en http://www.kristeva.fr/la-traversia-amorosa.html (consultado el 20 de marzo de 2018).

6Desde la perspectiva de Emile Durkheim la cultura va configurando las percepciones o interpretaciones sociales; es la manera de influir en el colectivo y determinar su conducta. Se vale de las normas y la coerción para moldear la conducta social, de manera que el individuo se va adecuando a lo establecido socialmente, lo que denomina hecho social. Emile Durkheim, Las reglas del método sociológico y otros escritos sobre filosofía de las ciencias sociales (Madrid: Alianza Editorial, 1995), 56-68.

7Larissa Lomnitz, Redes sociales, cultura y poder: Ensayos de antropología latinoamericana (México: Porrúa, 1994), 140.

8Alexandra Mislin et al., “Accounting for reciprocity in negotiation and social exchange”, Judgment and Decision Making 10 (noviembre de 2015): 571, disponible en http://journal.sjdm.org/15/15129/jdm15129.pdf (consultado el 2 de junio de 2017).

9Rachel Mayes et al., “Active negotiation: mothers with intellectual disabilities creating their social support network”, Journal of Applied Research in Intellectual Disabilities 21 (julio de 2008): 341-350, disponible en https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1468-3148.2008.00448.x (consultado el 15 de junio de 2017).

10Shira Offer et al., “Learning to negotiate network relations: social support among working mothers living in poverty”, Community, work and Family 13 (septiembre de 2010): 467-482, disponible en https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13668803.2010.506026?scroll=top&needAccess=true (consultado el 2 de junio de 2017).

11Offer et al., “Learning to negotiate…”, 469.

12Emirbayer Mustafa y Ann Mische, “What is agency?”, American Journal of Sociology 103 (enero de 1998): 984, disponible en https://www.jstor.org/stable/10.1086/231294?seq=3#metadata_info_tab_contents (consultado 16 de enero de 2014).

13Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), “Indicadores institucionales”, 2014, disponible en http://www.uaslp.mx/Documents/Universidad/Sitio%20rector/Informes/2013-2014/2013-2014-05-Indicadores-Institucionales.pdf (consultado el 16 de marzo de 2017).

14Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), “Indicadores institucionales”, 2017, disponible en http://www.uaslp.mx/Documents/Universidad/Sitio%20rector/Informes/2016-2017/2016-2017%2006%20Indicadores%20institucionales.pdf (consultado el 22 de marzo de 2018).

15Jorge Aceves, “Curso teórico metodológico: La historia oral: Teoría métodos y prácticas para su uso” (Conferencia presentada en la “Cátedra Institucional 2014 Primo Feliciano Velázquez”, San Luis Potosí, S.L.P, marzo-octubre, 2014).

16Marcela (estudiante de la ingeniería en alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo 2014.

17Belem Medina y María Inés Gómez del Campo, “Influencia de la madre en la vivencia de la maternidad de la hija”, Revista Géneros 20, época 2, año 23 (septiembre 2016-febrero 2017), disponible http://bvirtual.ucol.mx/descargables/721_83-104.pdf (consultado el 20 de marzo de 2018).

18Tatiana Sanhueza, “De prácticas y significancias en la maternidad, transformaciones en identidad de género en América Latina”, La ventana 22 (enero-junio de 2005), disponible en http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/laventan/Ventana22/146-188.pdf (consultado el 20 de marzo de 2018).

19Susana Lerner y Lucía Melgar (eds.), “Introducción”, en Realidades de las familias en México: Diversidades, transformaciones y retos. Familias en el siglo XXI: Realidades diversas y políticas públicas (México: Universidad Nacional Autónoma de México/El Colegio de México, 2010), 10-13.

20Carlos Javier Echarri, “Estructura y composición de los hogares en la Endifam”, en Tramas Familiares en el México Contemporáneo. Una perspectiva sociodemográfica, editado por Cecilia Rabell (México: Universidad Nacional Autónoma de México/El Colegio de México, 2009), 151.

21Fátima (estudiante de la Licenciatura en Químico Farmacobiólogo en la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo 2014.

22Clara Jusidman, “¿Políticas gubernamentales o políticas públicas? Algunas reflexiones para el cambio”, en Familias en el siglo XXI: Realidades diversas y políticas públicas, editado por Susana Lerner y Lucía Melgar (México: El Colegio de México, 2010), 429-434; Manuel Ribeiro, “Retos de las políticas públicas para las familias”, en Familias en el siglo XXI: Realidades diversas y políticas públicas, editado por Susana Lerner y Lucía Melgar (México: El Colegio de México, 2010), 375-395.

23Ribeiro, “Retos de las políticas públicas…”, 391.

24Marina Ariza y Orlandina De Oliveira, “Legislación y políticas públicas orientadas hacia las familias”, en Familias en el siglo XXI: realidades diversas y políticas públicas, editado por Susana Lerner y Lucía Melgar (México: El Colegio de México, 2010), 360.

25Fernando Valencia y Andrés Correa, “Ayuda mutua e intercambio: Hacia una aproximación conceptual”, Revista Científica Guillermo de Ockham 4.2 (julio-diciembre de 2006), disponible en http://www.redalyc.org/pdf/1053/105316853006.pdf (consultado 20 de mayo de 2015), 75.

26Matilde Luna, “Redes sociales” [Ejemplar especial], Revista Mexicana de Sociología 66 (octubre de 2004): 61, disponible en https://www.jstor.org/stable/3541443?seq=1#page_scan_tab_contents (consultado el 3 de noviembre de 2014).

27Utilizamos los términos suegros o suegra, debido a que las jóvenes así se refieren a los padres o la madre del padre de su hijo, aunque legalmente no están casadas.

28Marcela (estudiante de la ingeniería en alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo de 2014.

29Rosa María Camarena, “Repensando a la familia: Algunas aportaciones de la perspectiva de género”, Estudios Demográficos y Urbanos 18 (mayo-agosto de 2003): 255-297, disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31205303 (consultado el 15 de junio de 2014); Guadalupe Ordaz, “Políticas públicas y familias en México. Tendencias y desafíos”, en Familias en el siglo XXI: Realidades diversas y políticas públicas, editado por Susana Lerner y Lucía Melgar, (México: El Colegio de México, 2010), 343-358.

30Karla (estudiante de la licenciatura en Química de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo 2014.

31Rosa María Barrientos, “La maestra universitaria: Doble jornada laboral”, Estudios Sociológicos 9 (mayo-agosto de 1991): 235-252, disponible en https://estudiossociologicos.colmex.mx/index.php/es/article/view/898/898 (consultado el 4 de mayo de 2015); Ana Buquet et al., Intrusas. En la Universidad (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2013), 59-99.

32Liliana Castañeda, “Nuevas sujetas, ¿nuevas identidades?: mujeres profesionistas no madres”. Ponencia preparada para el XXXIII Congreso Internacional LASA San Juan, Puerto Rico (mayo de 2015) https://www.researchgate.net/publication/279448336_Nuevas_sujetas_nuevas_identidades_mujeres_profesionistas_no_madres (consultado el 21 de marzo de 2018).

33Sofía (estudiante de la ingeniería en Química de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo 2014.

34Alma (estudiante de la ingeniería en Química de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo 2014.

35María Victoria Castilla, “Individualización, dilemas de la maternidad y desarrollo laboral: continuidades y cambios”, Intersecciones en Antropología 10 (julio-diciembre de 2009), https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=179515649023 (consultado el 21 de marzo de 2018).

36Diario Oficial de la Federación, “Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia”, disponible en http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4961209&fecha=01/02/2007 (consultado el 18 de noviembre de 2015).

37Fátima (estudiante de la Licenciatura en Químico Farmacobiólogo en la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP), en conversación con la autora, febrero-mayo 2014.

Recibido: 20 de Octubre de 2017; Aprobado: 12 de Abril de 2018

Rosa María Huerta Mata. Doctora en Ciencias Sociales por El Colegio de San Luis.

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