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Intersticios sociales

versión On-line ISSN 2007-4964

Intersticios sociales  no.7 Zapopan mar. 2014

 

Reseñas

 

Ignacio Almada Bay. Historia Breve de Sonora

 

Raquel Padilla Ramos

 

México: El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-FCE, 2011.

 

INAH-Sonora

 

Como casi todos los metales, la frontera noroeste de México es un espacio sólido, pero a veces toma la forma del recipiente que la contiene, como el mercurio. Este recipiente es el contexto histórico. La frontera tiene, de hecho, varias características similares a las de los metales: es maleable, esto es, tiene capacidad de ceder ante esfuerzos externos de presión; es dúctil, porque puede moldearse en diferentes formas; es tenaz, porque ofrece resistencia a la ruptura y a los golpes bruscos; y es, encima de todo, una magnífica conductora de energía y, como los sonorenses lo sabemos, de calor.

Esto se percibe como constante en Breve historia de Sonora del Dr. Ignacio Almada Bay, obra reeditada once años después de que viera la luz por primera vez, compuesta por doce capítulos, una cronología, bibliografía comentada e imágenes y mapas diversos. Ignacio Almada es doctor en Historia e investigador de El Colegio de Sonora. Su formación como médico se deja entrever en la gran atención que presta al impacto de las epidemias en la entidad desde la llegada de los europeos. La relación de las etnias con los blancos es, de algún modo, el asunto central de este libro, pero no por eso se descuidan aspectos como la producción, el clima, la ecología o las catástrofes.

Breve historia... es un libro amable y sencillo que desde su prefacio nos atrapa y convoca. Está escrito con pluma ágil y un tanto poética, apasionada tal vez. Pero estamos también ante un trabajo provocador y díscolo, ya que sacude, cuestiona, gira y trastoca mitos, creencias y querencias como la de nuestra misma Sonora. El autor parte del periodo prehispánico, no sin antes establecer las reglas del juego geográfico y fisiográfico, y alcanza el año 2009, donde se incluyen las confrontaciones por los torrentes hídricos del estado, la violencia por el narcotráfico y, por supuesto, el fatídico incendio de la guardería ABC. Así pues, narrar e interpretar la historia de Sonora, por más brevedad que se quiera en 223 páginas (sin contar la bibliografía comentada y las fotografías), es toda una hazaña.

La relativa homogeneidad lingüística de los habitantes de Sonora no los eximió de las diferencias culturales. Esto se aprecia en el capítulo "Exploración y conquista". "La Sonora histórica" se llama al apartado en el que Almada analiza el devenir de las misiones jesuitas. Se escudriña en él la fuerza laboral, las estrategias pastorales, la comunicación y ayuda entre misiones y misioneros, el temor permanente al alzamiento de los indios y la intrusión de colonos blancos interesados sobre todo en la mano de obra indígena. Las dificultades para equilibrar la evangelización con la supervivencia queda manifiesta en la siguiente afirmación de los ignacianos en 1657: "así es entre nosotros, como proverbio que nos dejaron las experiencias, y gloriosos trabajos de nuestros antecesores y primeros padres: que el Evangelio y Fe de estos indios por la boca les ha entrado, y se ha de conservar en ellos por la boca".1

En el capítulo "Las reformas borbónicas" se muestra cómo el nuevo proyecto monárquico dio al traste al sistema misional, previa transición de lo jesuítico a lo franciscano y, finalmente, la secularización. Fue esta la etapa en la que los indígenas perdieron sus tierras con mayor celeridad, pérdida que se acentuó en el siglo XIX con los proyectos liberales de gobierno. Este intrincado siglo, con el crecimiento de centros urbanos, levantamientos e incursiones indígenas, prácticas agrícolas nuevas y de antaño, guerras internas de facciones, pérdida territorial y la instauración del segundo imperio cedió paso a un porfirismo progresista pero agraviador, dedicado al fomento y al deslinde, a la colonización y la modernización, razón por la cual emprendió una de las campañas más atroces en contra de la etnia yaqui. Fueron estos los años en que en Cananea y otros centros mineros germinó el descontento y la rebelión obrera.

Pese a que tenemos versiones notables en Antonio G. Rivera, Francisco R. Almada y, por supuesto, Héctor C. Aguilar, el relato de la revolución en Sonora se torna particularmente interesante en la pluma de Nacho Almada. Una de sus más importantes aportaciones es el reconocimiento de cuatro ejes de movilización para el florecimiento revolucionario en Sonora. Uno provenía de la tradición cívico-liberal guaymense y se vinculaba con Arizona, otro emanaba del activismo clasemediero del noreste, otro más de la serranía oriental con un cariz de congregación popular, y el último se originó en la región del Mayo del sur de Sonora, indistintamente con personajes marginados y acomodados. El papel de los indígenas mayos y yaquis en la revolución no pasa desapercibido, sobre todo después de destacarse el proceso mediante el cual fueron puestos en el camino del destierro a Yucatán, en especial los últimos.

La escalada del grupo Sonora con el plan de Agua Prieta permitió una reconstrucción económica en la entidad, y la sanación de viejas heridas como la de la deportación indígena, aunque al mediar la tercera década del siglo XX se presentó la acometida más violenta de que se tuviera noticia con el bombardeo por avión de la sierra del Bacatete. Dice Almada:

El gobierno emprendió el remplazo de las lealtades de la gente común y corriente en la tradición de que el gobierno sabe mejor que el individuo o el ciudadano lo que es más adecuado para él [...] se pretendía extender la base social de los gobiernos posrevolucionarios matriculando a la población en ejidos, sindicatos y escuelas oficiales, con el fin de hacerla homogénea, de encauzar el conflicto social y establecer la hegemonía del Estado.2

Con esto da inicio el plan de desarticulación de las sociedades indígenas y los grupos obreros y campesinos más contestatarios.

En suma, tenemos en la Breve historia de Sonora de Ignacio Almada un repaso constante por ese septentrión novohispano que los conquistadores encontraron poblado por sociedades desprovistas de un poder central. Vemos en el libro a Sonora como parte de una zona de frontera en la que los flujos de intercambio de comercio, de personas, de violencia, peregrinaciones, identidades y metáforas eran parte de la vida cotidiana. Esta obra nos ofrece también una revisión y relectura del choque cultural entre dos y más pueblos, una confirmación de que la conquista fue llevada a cabo por hombres pero también por microbios, y que el alcoholismo ritual indígena de antaño dio paso al alcoholismo habitual que ahoga penas y acalla hambres...

Un acierto más de este libro es el énfasis en la importancia de la preservación del patrimonio cultural y documental de Sonora. Y como muestra, acopia formidables mapas e imágenes del paisaje ambiental y sus habitantes ancestrales y actuales. Al final, el autor revisa y comenta de manera crítica la bibliografía empleada, tanto extranjera como nacional y local.

La Historia breve de Sonora de Ignacio Almada nos permite confirmar lo planteado inicialmente en esta reseña: que Sonora es un espacio de frontera comparable con la mayoría de los metales por su solidez, ductilidad, maleabilidad, tenacidad y conducción. Y como los metales también, Sonora (con ese nombre tan femenino), refleja la luz de su historia de una forma que con su prosa poética el autor supo capturar y expresar. Por su temática general, su brevedad, sus ilustraciones y el estilo grato con el que está escrito, el libro debe ser material de lectura exigida, compartida y departida en los bachilleratos y en las bibliotecas familiares de Sonora. En consecuencia felicito al autor, pero especialmente felicito a los sonorenses por su Historia breve.

 

Notas

1 Francisco Javier de Faria. Apologético defensorio y puntual manifiesto. Culiacán: Universidad Autónoma de Sinaloa, 1981.         [ Links ]

2 Ignacio Almada Bay. Breve historia de Sonora. México: El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-FCE, 2011, p. 170.         [ Links ]

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