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Acta de investigación psicológica

versión On-line ISSN 2007-4719versión impresa ISSN 2007-4832

Acta de investigación psicol vol.12 no.3 Ciudad de México sep./dic. 2022  Epub 26-Jun-2023

https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2022.3.463 

Artículos

Las Premisas Históricas-socioculturales de la Pareja en la Ciudad de México: Exploración y Análisis Cualitativo1

The Historical-Sociocultural Premises of the Mexican Couple: Exploration and Analysis

Andrea Bravo Doddolia 

Rozzana Sánchez Aragónb 

aLicenciada en psicología, Universidad Nacional Autónoma de México. Circuito Ciudad Universitaria Avenida, C.U., 04510 Ciudad de México, Facultad de Psicología, Edificio C, cubículo 23. andbrado@hotmail.com

bDoctora en psicología, Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora titular <<C>> T. C., Definitiva, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México. Circuito Ciudad Universitaria Avenida, C.U., 04510 Ciudad de México, Facultad de Psicología, Edificio C, cubículo 23. rozzara@unam.mx


Resumen

Dentro de las relaciones de pareja, los miembros muestran su cultura, pensamientos y creencias (PHSC), las cuales predicen las conductas aceptables, los roles que se deben de cumplir, y cómo se debe de llevar a cabo la relación. Sin embargo, la cultura tiende a modificarse con el paso del tiempo, y cambiar el comportamiento. El propósito de esta investigación fue explorar las PHSC de la pareja en sus diferentes etapas (inicio, mantenimiento y disolución) y analizar su evolución en comparación con los estudios previos. Participaron 180 adolescentes estudiantes de secundaria y 150 adultos mayores con una escolaridad no mayor a secundaria. Se aplicaron tres cuestionarios abiertos, uno para cada etapa de la relación sobre que se debe de sentir, hacer, pesar dentro de la relación. Para la exploración de los datos se realizó un análisis de contenido. Los resultados demuestran que la mayoría de las PHSC no fueron modificadas, como la fidelidad, el respeto y la confianza dentro de la relación, principalmente en las mujeres. Lo que demuestra que a pesar del tiempo existen normas y creencias que son constantes, estas premisas permanecen debido al que el ambiente las satisface, no obstante, aparecieron nuevas normas y creencias como son el pensar en unos mismos y en su bienestar como consecuencia de comportamiento exitoso para la adaptación de la especie.

Palabras clave: Pareja; Premisas Histórico-Socio-Culturales; Tiempo; Cambios generacionales

Abstract

Within couple relationships, members show their culture, thoughts and beliefs (PHSC), which predict acceptable behaviors, the roles that must be fulfilled, and how the relationship should be carried out. However, culture tends to change over time, and behavior changes. The purpose of this research was to explore the PHSC of the couple in their different stages (beginning, maintenance, and dissolution) and to analyze their evolution in comparison with previous studies. 180 adolescent high school students and 150 older adults with no more than secondary schooling participated. Three open questionnaires were applied, one for each stage of the relationship about what should be felt, done, and weighed within the relationship. To explore the data, a content analysis was performed. At the beginning of the relationship, norms and beliefs were found such as that the couple should live together, communicate, be affectionate, should not feel insecure, angry, be unfaithful and attack, while in maintenance they should give love, have trust, be happy, love, be faithful and honest as well as respect your partner, while you should not feel ashamed, sad and envious and again be unfaithful or aggressive. Finally, in the dissolution, the PHSC found were to feel melancholy, disappointment, but at the same time happiness, think about the reasons for separation and problems, resign themselves, and should not feel anger and hatred, think that it is the end of the world and have destructive reactions towards the former partner or themselves. The results show that most of the PHSC were not modified, such as fidelity, respect, and trust within the relationship, mainly in women. Which shows that despite time there are norms and beliefs that are constant, these premises remain because the environment satisfies them, however, new norms and beliefs appeared such as they are thinking about oneself and their well-being as a consequence of successful behavior for the adaptation of the species.

Keywords: Cycle of the couple; Historical Sociocultural; Premises; Time

La cultura vista como el entrenamiento o refinamiento y la programación colectiva de la mente, que distingue a los miembros de un grupo o categoría de personas de otro (Hofstede et al., 2010), tiene gran importancia en las ciencias del comportamiento (Díaz Guerrero, 2003b). Específicamente, en este terreno, Triandis (1994) establece una distinción entre la cultura objetiva y la subjetiva, siendo la primera aquella que se refiere a aquellos que son tangibles como lo pueden ser la comida, la vestimenta, o la arquitectura, mientras que la segunda tiene que ver con lo no es palpable, pero, que existe en la mente de los miembros del grupo, en esta parte se pueden encontrar elementos como los significados, las creencias, normas y valores. Así, la cultura subjetiva resulta central en la psicología, pues define esos elementos intangibles que definen las ideas y conocimiento que tienen los miembros de un grupo (creencias) (Díaz Loving et al., 2015) a partir de sus experiencias y respecto a que esperar, cuáles son los comportamientos correctos y deseados en ciertos contextos (normas) (Cialdini et al., 1990; Díaz Loving, 2009; Salazar et al., 2007) así como de lo que es valioso para el grupo (valores). Estos elementos culturales que se van aprendiendo a través de la vida y son transmitidos de generación en generación manteniendo a la cultura constante (Berry et al., 2002). Esto es posible -de acuerdo con Kroeber y Kluckhohn (1978) -porque esto permite que los patrones explícitos e implícitos del comportamiento social se vayan asociando a situaciones y permitiendo una adaptación de cada uno de sus miembros al grupo (Pajares, 1992).

Estas nociones ya habían sido tomadas por (Díaz Guerrero, 1972) quien hace décadas propuso el término de Premisas Histórico-Socio-Culturales (PHSC’s). Estas provienen de la cultura y la operacionalizan por medio de afirmaciones simples o complejas -relativas a normas y creencias del grupo en cuestión- que proveen las bases para la interacción entre los miembros del grupo. Estas PHSC’s son aprendidas a través de la socialización, el contacto con instituciones educativas, sociales y religiosas; además son reforzadas por casi todos sus miembros (Díaz Guerrero, 1991). En consecuencia, su función es regular y dirigir los pensamientos, sentimientos y comportamientos de una sociedad, así como jerarquizar las relaciones interpersonales, definir los roles y reglas de la interacción de las personas (Díaz Guerrero, 1972).

En este contexto interpersonal, las PHSC’s dan las pautas de cómo se debe sentir, pensar y actuar en distintos escenarios o situaciones que vive la pareja en la cotidianidad (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020; Kelley & Thibaut, 1978). Hay que decir, que las PHSC’s no sólo predicen las conductas aceptables, sino también los papeles que se deben de cumplir, las expectativas que se buscan desempeñar (Triandis, 1994) y las formas de interpretar todo intercambio entre los miembros de la diada, lo que tendrá implicaciones en su dinámica y satisfacción (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 1998) en sus distintos momentos.

PHSC’s y Pareja

En México se han encontrado diferentes valores importantes en torno a las relaciones de pareja como son la fidelidad, honestidad, sinceridad, amor, equidad e igualdad, los cuales influyen, afectan y condicionan sus circunstancias e interacciones durante su inicio, mantenimiento y disolución (García Meraz, 2007). Debido a lo anteriormente mencionado, se han realizado varias investigaciones de las PHSC’s en torno a las relaciones de pareja que han logrado -en su momento- identificar creencias, valores y normas.

En el 1998, se exploraron y operacionalizaron las PHSC’s de la pareja mexicana por vez primera (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 1998) en 338 mujeres y 252 hombres, con escolaridad de secundaria, su edad promedio era de 15 años. Se identificaron nueve factores que comprendían desde el inicio hasta la disolución: Conflicto-Separación, Pasión, Amor ideal, Compromiso-Mantenimiento, Romance-Tristeza, Amor Trágico, Relación de pareja en la cultura, Desamor-Alejamiento y Atracción.

Posteriormente, Escobar Mota y Sánchez Aragón (2013) diseñó una medida de las PHSC’s de la monogamia en una muestra de 346 adultos (65% mujer y 35% hombres) que contaran pareja al momento del estudio y fueran residentes de la Ciudad de México. Los factores obtenidos fueron: Protección a la fidelidad, Beneficios de la fidelidad, Exclusividad sexual y social y Cultura y tradición.

Por su parte, Sánchez Aragón et al. (2013) reconocieron las PHSC’s del amor pasional en una muestra de 416 participantes mismas que se referían a las creencias sobre la pasión que debe de vivirse de forma plena e intensa, deben de soñar y pensar en nuevas formas de consumar sus deseos sexuales, tener contacto físico, sentir pasión, pero teniendo autocontrol, por medio de 6 factores denominados: Expresión abierta y plena, Deseo e imaginación, Contacto físico intenso, Reflexión emocional, Disfrute y Control.

Más tarde, Pérez Pérez y Sánchez Aragón (2018) crearon una escala sobre las normas y creencias de la permanencia de las relaciones en 334 adultos que se encontraban en una relación de pareja heterosexual y que cohabitaban con su pareja (mínimo 3 años). Las PHSC’s que dictan como se piensa, siente y actúa para mantenerse en una relación de pareja fueron: Relación ideal, Tradición, Lealtad, Interacción satisfactoria y Coincidir.

Por último, Sánchez Aragón (2018) exploró las PHSC´s del duelo romántico en una muestra de 1178 individuos con edades entre 15 y 30 años de edad que habían terminado una relación hace menos 1 año en el momento del estudio. Las PHSC’s se dividieron en tres dimensiones: 1) Cognoscitiva: Optimismo, Alternativas y Aceptación, Motivos, Reconciliación, Fatalismo; 2) Afectiva: Devaluación, Melancolía, Terrible, Resentimiento; y 3) Conductual: Fortaleza, Quedar en paz, Animarse, Buscar alternativas.

Así, la pareja está en constante cambio, va atravesando distintas etapas, acoplándose a los distintos cambios y evoluciones que atraviesan tanto los miembros por separado como juntos (Eguiluz, 2007). A pesar de que diferentes autores han propuesto etapas del ciclo de la pareja (p.ej., Campuzano Montoya, 2008; Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020;

Sánchez Aragón, 1995, 2018; Sánchez Azcona, 2008) la mayoría concuerda en las etapas del inicio, mantenimiento y disolución de la pareja y dada la naturaleza de cada una de ellas, existirán normas y creencias distintas (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020) que matizan los comportamientos y reglas dentro de las relaciones.

Estas normas, creencias y valores serán aprendidas por el proceso de socialización (Minuchin & Fishman, 1981), y permitirán el funcionamiento de las relaciones. Sin embargo, este proceso es diferente para hombres y mujeres, desde la infancia los niños y niñas son instruidos para que absorban los comportamientos considerados apropiados para cada sexo (Armenta Hurtarte et al., 2014; Moral de la Rubia & López Rosales, 2013; Suberviola Ovejas, 2020), desempeñando diferentes papeles y roles emocionales en torno al ámbito público y privado como son las relaciones interpersonales (Rocha Sánchez & Díaz Loving, 2011).

Tradicionalmente, los agentes socializadores, como son la familia, escuela, iglesia, medios de comunicación y los amigos asocian al hombre con el poder, la racionalidad, aspectos de la vida social publica y el trabajo, mientras que a la mujer con la pasividad, dependencia, obediencia y aspectos de la vida privada como son la crianza de los hijos, la armonía y cuidar a su pareja (Díaz Loving, 2011; Suberviola Ovejas, 2020), sin embargo, se ha encontrado en grupos de mujeres con alta escolaridad que ellas tienen mayor aceptación a normas relacionadas con la equidad y autoafirmación, y por el lado de las creencias mayor apertura sexual, sin embargo, los hombres con alta escolaridad siguen teniendo normas y creencias más tradicionalistas sobre la pareja (Díaz Loving et al., 2015).

No obstante, estas contribuciones, la cultura -sus normas y creencias- tiende a modificarse con el paso del tiempo (Díaz Guerrero, 2003b), por las variaciones sociodemográficas como las predominancias en los grupos sociales relativas al sexo, escolaridad, edad, etc. (Moreno Cedillo, 2011) y cambios sociales

-entre otros factores-. Considerando estos factores de influencia, Díaz Guerrero (2003) propuso que las PHSC´s tenderían a conservarse con mayor fuerza en los miembros de un grupo en la medida en que: 1) el ambiente las satisfaga; 2) si la conducta que predice conduce a algún provecho, ya sea económico, social o reduzca el estrés personal o interpersonal; 3) cuando el grupo las respalde con fuerza, las promueva y las personas estén dispuestas a tolerar el estrés antes de dejar de practicarlas.

Y se obstaculizarían por: 1) deficiencia genética y patología que interfiera con su aprendizaje y desarrollo; 2) inhabilidad de aceptarlas personalmente o rebelión contra ellas; 3) si su expresión conlleva a estrés biológico, psicodinámico o interpersonal y 4) desorganización del grupo, falta de respaldo de este o conformación de subgrupos (Díaz Guerrero, 2003b).

Con base en lo anterior y retomando la importancia que tienen las PHSC´s en la relación de pareja en diferentes momentos de su vida (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020; Moreno Cedillo, 2011) así como la posible evolución o permanencia de sus contenidos, el propósito de esta investigación fue: 1) explorar las PHSC’s del inicio, mantenimiento y disolución de la relación de pareja en residentes de la ciudad de México y 2) examinar las posibles diferencias entre hombres y mujeres.

Método

Participantes

Se trabajó con dos muestras no probabilísticas por conveniencia (Hernández Sampieri et al., 2018), de las cuales la primera se compuso de adolescentes y la segunda por adultos mayores con escolaridad máxima de secundaria. Las muestras se eligieron con base en Díaz Guerrero (2003) quien menciona que los adolescentes como los adultos mayores con baja escolaridad (máximo secundaria) expresan en mayor medida las creencias culturalmente arraigadas de su grupo sociocultural, y en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ([INEGI], 2015) reporta que el promedio poblacional de educación formal es de 9.1 años, es decir, secundaria. Ambas muestras fueron obtenidas en los meses de octubre y noviembre del 2019. La primera muestra constó de 180 participantes (56% hombres y el 44% mujeres) cuya edad entre los 11 y los 16 años (M=13.40 años, DT=.74), todos ellos se encontraban cursando el 2º o 3º año de una escuela secundaria pública del turno vespertino de la Ciudad de México. Como criterio de inclusión a los adolescentes se les pidió asistir a escuela pública, que vivieran con sus dos padres y contaran con el permiso de ellos para participar en el estudio. En cuanto a la segunda muestra, esta se conformó de 150 participantes (49% hombres y 51% mujeres), cuyas edades iban de 60 a 87 años (M=67.95, DT=7.07) y su escolaridad se distribuía de la siguiente amanera: ninguna instrucción (11%) primaria (49%) y secundaria (40%). Los participantes habitaban en la Ciudad de México.

Instrumentos

Se utilizaron tres cuestionarios abiertos, uno para cada etapa de la relación (inicio, mantenimiento, disolución) y en los cuales se incluyeron las mismas seis preguntas: ¿Qué se debe de sentir?, ¿Qué se debe de hacer?, ¿Qué se debe de pensar?, ¿Qué no se debe de sentir?, ¿Qué no se debe de hacer?, ¿Qué no se debe de pensar?

Las preguntas se realizaron en forma positiva y negativa, para obtener información de lo que se encuentra permitido como no aceptado dentro de las relaciones de pareja. Los participantes contestaban sus creencias y reglas a partir de frases de acuerdo con lo que ellos consideraban correcto.

Procedimiento

Se aplicó el instrumento a los adultos mayores en diversos espacios públicos (parques, mercados, y el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos) de manera voluntaria, anónima y confidencial. Asimismo, se les resolvieron dudas y proporcionó información y se les explicó que sus respuestas se usarán con fines estadísticos y de investigación. En el caso de los participantes adolescentes se aplicó el instrumento dentro de la escuela secundaria. La aplicación fue voluntaria con la aprobación de los padres y la escuela. A los jóvenes que participaron se les proporcionó una plática informativa sobre violencia en el noviazgo, redes de apoyo y límites en las relaciones interpersonales. A cada uno de los participantes le tocó solamente un cuestionario con una de las etapas de la relación (inicio, mantenimiento, disolución).

Análisis

Para analizar las respuestas de las preguntas abiertas, se realizó un análisis de contenido (Krippendorff, 1990), el cual consistió en una exploración de las frecuencias de los contenidos principales de cada respuesta y la formación de categoría. Para, posteriormente, realizar un análisis de chi-cuadrada y determinar si existían diferencias significativas entre las categorías y los dos grupos (mujeres y hombres).

Resultados

Tras la aplicación y análisis de contenido de las respuestas dadas a las preguntas, se obtuvieron varias categorías para cada una de las dieciocho preguntas (tres etapas por seis preguntas cada una)2, las cuales se describen a continuación:

Inicio. Con respecto a esta etapa de la relación y la pregunta 1. ¿Qué se debe de sentir? Se observó la existencia de seis categorías (Amor, Confianza, Atracción, Felicidad y Respeto) y de ellas, las principales categorías fueron amor, seguido de confianza y atracción. Se obtuvo en la prueba chicuadrada una diferencia estadísticamente significativa en la categoría de amor (X2=8.906, p=.003), en el cual las mujeres son quienes presentan mayor frecuencia. Mientras que en la pregunta 2. ¿Qué debe de pensar? Se obtuvieron ocho categorías (En la calidad/ expectativas de la relación, En el futuro, Seguridad que la persona es la correcta, Uno mismo, En formalizar, En la estabilidad, En la posibilidad de rompimiento, Amor) de las cuales las dos más altas fueron: en la calidad/ expectativas de la relación, en el futuro y seguridad de que es la persona correcta, donde las mujeres tuvieron más frecuencias sin llegar a ser estadísticamente significativa. Posteriormente, la pregunta 3. ¿Qué debe de hacer? Se encontraron 10 categorías (Convivir, Comunicarse, Ser afectuoso, Apoyar, Ser amable, Respetar, Ser uno mismo, Formalizar, Examinar a la persona y sus relaciones, Establecer reglas dentro de la relación, Ser responsable) y en cuanto a las tres más altas están: convivir con una diferencia estadísticamente significativa (X2=8.216, p=.004), donde la mayor frecuencia fue de los hombres, seguida de comunicarse y ser afectuoso (ver Tabla 1).

Tabla 1 PHSC de la pareja en el Inicio de la relación 

Categoría Ejemplo Frecuencia
Hombres Mujeres
¿Qué debe de sentir? Amor Amor, cariño, compromiso 29 34
Confianza Confianza, seguridad, apoyo 14 39
Atracción Atracción, enamoramiento, emoción 13 38
¿Qué debe de pensar? En la calidad/ expectativas de la relación Dar respeto, ser fiel, tratar bien la pareja 8 27
En el futuro En el futuro, planes a futuro, objetivos 9 15
¿Qué debe de hacer? Convivir Crear un vínculo, conocer a la pareja, disfrutar 24 16
Comunicarse Ser sincero, comunicarse, honestidad 8 19
Ser afectuoso Amarla, enamorarse, amoroso 6 18
¿Qué no se debe de sentir? Inseguridad Celos, desconfianza, inseguridad 30 44
Enojo/ odio Enojo, odio, rencor 15 15
Desagrado Desagrado, vergüenza, desprecio 9 15
¿Qué no se debe pensar? Ser infiel En ser infiel, querer engañar, en otra persona 11 19
Sabotear la relación Que no va a funcionar, arrepentirse, fracasará 9 29
¿Qué no se debe de hacer? Agredir emocionalmente Ser grosero, poner condiciones, insultar 17 27
Ser infiel Ser infiel, engañar, tirar la onda a otra 7 23
Agredir físicamente Violencia física, agredir, golpes 7 14

En las preguntas negativas respecto del inicio de la relación y la pregunta 4. ¿Qué no se debe de sentir? Se encontraron nueve categorías (Inseguridad, Enojo/odio, Desagrado, Desamor, Obligación, Tristeza, Posibilidad de rompimiento, Atracción hacia otra persona y Dolor) y de ellas las tres más altas fueron: inseguridad, la cual fue más mencionada por las mujeres, aunque estas no fueron significativas, seguida de enojo/odio (con igualdad en las menciones) y desagrado más mencionado por las mujeres, nuevamente no significativas. La pregunta 5. ¿Qué no se debe de pensar? Arrojó seis categorías (Ser infiel, Sabotear la relación, Inseguridad, En el aspecto sexual, Agredir, En el éxito de la relación) de las cuales las dos principales fueron en ser infiel y en sabotear la relación y luego inseguridad todas con mayores frecuencias en las mujeres, aunque nuevamente no fueron significativas. Mientras que la pregunta 6. ¿Qué no se debe de hacer? Evidenció 10 categorías (Agredir emocionalmente, Ser infiel, Agredir físicamente, Alejarse, Descortesías, Favorecer la inequidad, Dar de más, Tener relaciones sexuales, Buscar problemas, Hablar de relaciones anteriores) de las cuales las más altas en frecuencia fueron: agredir emocionalmente, ser infiel y agredir físicamente todas con mayores frecuencias en mujeres (ver Tabla 1).

Mantenimiento. Subsecuentemente, se analizaron las categorías de las preguntas sobre el mantenimiento de la relación la pregunta 7. ¿Qué debe de sentir? Las categorías formadas fueron ocho (Amor, Confianza, Felicidad, Seguridad, Atracción, Respeto, Responsabilidad y Cercanía), dentro de las más mencionadas estuvieron amor, confianza y felicidad, se puede observar que amor y confianza obtuvieron un alto número de veces mencionadas por los participantes. La categoría seguridad obtuvo una diferencia estadísticamente significativa (X2=10.530, p=.001), donde las mujeres fueron las que presentaron mayor frecuencia. 8. ¿Qué debe de pensar? Se encontraron cinco categorías (En la calidad de la relación, En dar a la pareja, En sí mismo, En el futuro, Hogar), de las cuales las más mencionadas fueron en la calidad de la relación y en dar a la pareja, las dos categorías con frecuencias medianas, todas ellas las mujeres tuvieron mayor frecuencia sin llegar a ser estadísticamente significativa. En la pregunta 9. ¿Qué debe de hacer? Se obtuvo 10 categorías (Compañerismo, Respetar, Amar, Cumplir con las responsabilidades, Comunicarse, Apoyar, Convivir, Trabajar en pro de la relación, Dar espacio y Solucionar/ prevenir conflictos) de las cuales las frecuencias más altas fueron compañerismo, respetar y amar, las tres con frecuencias muy parecidas. La categoría Compañerismo al igual que Respetar se encontró una diferencia significativa entre hombres y mujeres (X2=3.935, p=.047) (X2=16.061, p<.001), donde las mujeres fueron quien más mencionaron palabras relacionas con esta categoría.

En lo tocante a las preguntas negativas del mantenimiento, la pregunta 10. ¿Qué no se debe de sentir? Se crearon nueve categorías. Las tres con más frecuencia fueron inseguridad, seguidas de desagrado y enojo, las cuales obtuvieron una frecuencia muy parecida, sin embargo, la categoría de inseguridad obtuvo una diferencia estadísticamente significativa, Inseguridad (X2=7.709, p=.005), donde las mujeres fueron quienes más aportaron. La pregunta 11. ¿Qué no se debe de pensar? Nuevamente, se crearon 9 categorías, donde las dos más frecuentes fueron ser infiel, como en el caso del inicio de la relación, la cual tuvo una diferencia estadísticamente significativa entre hombres y mujeres (X2=4.027, p=.045), donde nuevamente las mujeres fueron quien más palabras mencionaron respecto a esta categoría, y que la pareja es infiel, ambas con una frecuencia muy parecida. En la última pregunta del mantenimiento de la relación 12. ¿Qué no se debe de hacer? Se observan las trece categorías, de las cuales las que fueron mencionadas más veces fueron agredir emocionalmente, ser infiel y tener conflictos, las tres categorías con una frecuencia similar, donde agredir emocionalmente las mujeres respondieron más, aunque no llego hacer significativo, las otras dos categorías, el número de frecuencias es muy parecido.

Disolución. En relación con la disolución de pareja, la pregunta 13. ¿Qué debe de sentir? Se tuvieron los elementos suficientes para crear ocho categorías. La categoría con más frecuencia fue tristeza, la cual fue mencionada 83 veces por los participantes, seguida de felicidad y enojo que tuvieron una frecuencia mediana, las frecuencias entre hombres y mujeres fueron muy parecidas. En la pregunta 14. ¿Qué debe de pensar? Se crearon seis categorías, de las cuales las categorías con mayor frecuentes fueron en los motivos, resignación, y pensamientos positivos, las tres contaron con una frecuencia parecida, en esta ocasión, la segunda y la tercera, categoría los hombres tuvieron una mayor frecuencia, sin llegar a ser significativa. La pregunta 15. ¿Qué debe de hacer? Se formaron 9 categorías, donde avanzar y entretenerse tuvieran una frecuencia mediana, donde las mujeres contribuyeron más.

Con respecto a las preguntas negativas, la pregunta 16. ¿Qué no se debe de sentir? Se desarrollaron siete categorías, las dos con más frecuencia son enojo y odio, con una frecuencia de 85, seguida de tristeza y confusión emocional, en todas las categorías las mujeres tuvieron una mayor frecuencia. A partir de la pregunta 17. ¿Qué no se debe de pensar? Se observaron seis categorías. La categoría en Fin del mundo fue la que obtuvo más frecuencias, donde los hombres aportaron más, las siguientes categorías su frecuencia era muy baja. Por último, la pregunta 18. ¿Qué no se debe de hacer? Arrojo información para formar seis categorías, de las cuales las más mencionadas fueron reacciones destructivas hacia su ex fue la que obtuvo la mayor frecuencia con 61 veces mencionada por los participantes, seguida de deprimirse y consumir drogas/alcohol, esta última se encontró una diferencia estadísticamente significativa (X2=7.309, p=.007), en la cual los hombres tuvieron una mayor frecuencia, las cuales obtuvieron una frecuencia mediana (ver Tabla 3).

Tabla 2 PHSC de la pareja en el Mantenimiento 

Categoría Ejemplo Frecuencia
Hombres Mujeres
¿Qué debe de sentir? Amor Amor, respeto, cariño 57 63
Confianza Confianza, Apoyo, Comprensión 28 45
Felicidad Felicidad, Alegría, Armonía 20 20
¿Qué debe de pensar? En la calidad de la relación Respetar, tener confianza, responsabilidades 11 34
En dar a la pareja Amar a la pareja, en ser fiel, ser honesto 14 21
En sí mismo Ser feliz, en su bienestar, estar segura 6 16
¿Qué debe de hacer? Compañerismo Confiar, ser equipo, llevarse bien 9 28
Respetar Ser fiel, respetar, ser sincero 11 20
Amar Amar, dar amor, demostrar cariño 11 19
¿Qué no se debe de sentir? Inseguridad Desconfianza, celos, inseguridad 14 58
Desagrado Tristeza, vergüenza, envidia 13 24
¿Qué no se debe de pensar? En ser infiel En ser infiel, en engañar, en otra persona 7 18
Que la pareja es infiel La pareja lo engañan, que te están engañando, que no quieres a tu pareja 10 13
¿Qué no se debe de hacer? Agredir emocionalmente Prohibir, acosar, manipular 8 25
Ser infiel Engañar, ser infiel, estar con alguien más 11 19
Tener Conflictos Pelear, tener conflictos, reprochar 14 15

Tabla 3 PHSC de la pareja en la Disolución 

Categoría Ejemplo Frecuencia
Hombres Mujeres
¿Qué debe de sentir? Tristeza Tristeza, melancolía, desilusión 37 46
Felicidad Felicidad, alegría, optimismo 20 12
Enojo Enojo, frustración amargura 13 13
¿Qué debe de pensar? En los Motivos Qué lo provocó, las cosas pasan por algo, en los problemas 10 16
Resignación Que es lo mejor, tomarlo con calma, aceptar la decisión 15 10
Pensamientos Positivos Bienestar suyo, en nuevas oportunidades, ser feliz 15 10
¿Qué debe de hacer? Avanzar Seguir adelante, olvidar, salir adelante 18 30
Entretenerse Salir con amigo, trabajar, salir 17 21
¿Qué no se debe de sentir? Enojo y odio Enojo, rencor, odio 36 49
Tristeza Tristeza, depresión, soledad 19 25
Confusión emocional Culpa, confusión, temor 5 15
¿Qué no se debe de pensar? Fin del mundo Que es el fin del mundo, suicido, que se va a morir sin su ex 13 7
¿Qué no se debe de hacer? Reacciones destructivas hacia ex Lastimar, vengarse, pelear 33 28
Deprimirse Suicidio, caer en depresión, llorar 9 15
Consumir drogas/alcohol Drogarse, emborracharse, caer en adicciones 16 5

Discusión

Las PHSC’s dirigen los sentimientos, ideas, la jerarquización de las relaciones interpersonales y pactan los roles y reglas de las de interacción de las personas (Díaz Guerrero, 1972) en distintos contextos, incluyendo al de la relación de pareja. Aunque en esta área ya había avances (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 1998; Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013; Sánchez Aragón, 2010, 2018), la cultura se va modificando con el tiempo, por lo que las normas y creencias evolucionan (Díaz Guerrero, 2003b). Con base en ello, los propósitos de esta investigación fueron: 1) explorar las PHSC’s del inicio, mantenimiento y disolución de la relación de pareja en residentes de la ciudad de México y 2) examinar las posibles diferencias entre hombres y mujeres.

Basándose en el análisis de contenido realizado sobre las respuestas a las preguntas abiertas diseñadas, a continuación, se irán explicando en el contexto de la relación de pareja. Con respecto al inicio de la relación, los participantes consideran que deben de sentir principalmente amor, confianza y atracción, las cuales son -de acuerdo con Sánchez Aragón (2000)- las tres son la base para una relación positiva. El amor es una característica de la primera etapa de la pareja, donde los miembros están enamorados, se idealizan y establecen (Campuzano Montoya, 2008), sin este sentimiento no se puede llegar a la etapa del mantenimiento. Mientras que se ha encontrado que existen normas que dictan que dentro de las relaciones debe de existir confianza en el otro y tener lealtad para construir una relación con pensamientos positivos (Sánchez Aragón, 2010). La atracción fue mencionada debido a que es la primera etapa del amor en el cual hay intereses, le gusta la persona física e intelectualmente, se piensa continuamente en ella o él, se sienten mariposas en el estómago lo que se puede traducir como enamoramiento y pasión (Armenta Hurtarte et al., 2014; Sánchez Aragón, 2000).

Con respecto a lo que se debe de pensar en el Inicio de la relación los participantes expresaron que se debe pensar en el respeto que va de la mano con ser fiel, esta premisa es de suma importancia, la fidelidad (García Meraz, 2007), esto se debe a las normas sobre las conductas prohibidas que rebasan el límite de la fidelidad, la exigencia en la exclusividad del comportamiento tanto social como sexual, las creencias sobre los beneficios y las tradiciones, la cultura relacionada con Dios y el papel del hombre y la mujer (Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013), al igual que para poder mantener una relación es necesario la fidelidad, el bienestar y la valoración del compañero relacional a través del tiempo (Pérez Pérez & Sánchez Aragón, 2018). Posteriormente, se creó la categoría de pensar en el futuro, esta premisa no se había encontrado anteriormente en investigaciones pasadas, la cual habla de las metas y objetivos que la pareja se plantea, así como los planes a futuro. La cultura mexicana favorece las conexiones comunales, en este caso la pareja, donde deben ver primero por el bienestar del grupo y sus fines (Frías Cárdenas et al., 2012), al crear metas y planes conjuntas la pareja se compromete a continuar la relación a largo plazo las cual les ayudará a crear un compromiso (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 1998).

En lo tocante a qué hacer al inicio de la relación, las categorías formadas fueron convivir, comunicarse y ser afectuosos. Por medio de pasar tiempo juntos, convivir, compartir experiencias y actividades, las parejas van crenado cercanía, intimidad y fusión (Estrada Inda, 2003), las cuales son necesarias para que se crea el compromiso más adelante. La comunicación es una premisa que no se había encontró posteriormente, sin embargo, constituye a un aspecto fundamental de la vida, sin ella las personas no podrían tener relaciones interpersonales, a través de ella la pareja expresa sus ideas, sus necesidades y sentimientos, asimismo un buen funcionamiento de una relación es necesario una comunicación positiva donde se podrán apoyar y dar afecto (Bustos Solorio et al., 2016). La comunicación servirá para las normas sobre los ajustes y los acuerdos (Pérez Pérez & Sánchez Aragón, 2018). En cuanto al ser afectuoso, habla de las normas de que las personas tienen que mostrar interés y correspondencia a su pareja, estas acciones promoverán la cohesión entre los miembros de la diada reforzando su permanencia (Pérez Pérez & Sánchez Aragón, 2018).

En lo que no se debe de sentir los participantes mencionaron principalmente inseguridad, enojo/ odio y desagrado por su pareja, dentro de la categoría de inseguridad se encuentran los celos, inseguridades y la desconfianza ante la pareja. Los celos son el miedo real o imaginario ante la pérdida de la pareja, la atención y los recursos emocionales (Retana Franco & Sánchez Aragón, 2008), en la cuales se puede sentir desesperación, tristeza, culpa y vulnerabilidad (Sánchez Aragón, 2010). Con respecto al odio y el enojo, al igual que desagrado se asocian a emociones negativas, todas estas podrían provocar un desgaste emocional, desencadenando la posibilidad de ruptura de la relación (Villavicencio Aguilar & Jaramillo Paladinez, 2020), la cual se intenta evitar en esta etapa de la relación.

Lo que se considera que no debe de pensar es en ser infiel, esto se debe nuevamente a las normas y creencias que hay en torno a la fidelidad y las creencias tradicionales (Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013). Así como sabotear la relación, es decir, los pensamientos de que no va a funcionar, arrepentirse o que la relación fracasará. Ambos pensamientos podrían terminar con la relación (Villavicencio Aguilar & Jaramillo Paladinez, 2020).

Por el lado de las conductas no deseables, se encontró que la respuesta más frecuente es agredir emocionalmente, esto puede deberse a que la violencia emocional es la más frecuente y sutil durante en las relaciones de pareja (Martínez Gómez et al., 2016), detrás se encuentra ser infiel explicada con anterioridad, seguida de agredir físicamente, la cual se refiere a agredir, golpear y pegar. Tanto no agredir física ni emocionalmente fue mencionado más por las mujeres, quienes es más usual que sufran violencia intrafamiliar (Medrano et al., 2017). Moral de la Rubia y López Rosales (2013) encontraron que el machismo y el consentimiento con los aspectos tradicionales de género correlacionan con ambos tipos de violencia tanto en hombres y mujeres, y que los hombres muestran una actitud más machista y mayor consentimiento con los aspectos tradicionales de género, por lo que los resultados pueden deberse a que cada día la sociedad mexicana se vuelve menos machistas por lo que rechazan la violencia principalmente las mujeres.

En torno al Mantenimiento de la relación, en esta investigación se encontró que tanto el amor, la confianza y la felicidad son premisas de suma importancia lo cual concuerda con Sánchez Aragón (2000) quien menciona que el mantenimiento de la relación es sinónimo de compromiso, luchar contra obstáculos, formar una familia, aceptación, fidelidad, se siente amor, comprensión, felicidad y seguridad y con las premisas de interacción satisfactoria propuestos por Pérez Pérez y Sánchez Aragón (2018). Tanto el amor como la confianza se van desarrollando a partir de una interacción satisfactoria (Pérez Pérez & Sánchez Aragón, 2018), lo que creará felicidad igualmente mencionada. Todas estas emociones fueron también mencionadas al inicio de la relación, lo cual son emociones positivas, que se desarrollan durante toda la relación, ya que el mantenimiento, la intimidad y el compromiso puede mantenerse constantes a largo plazo (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020).

Los participantes consideraron que las parejas deben de pensar durante el mantenimiento, en la calidad de la relación referente a respetar y tener confianza, sin embargo, en esta categoría también se encuentra pensar en las responsabilidades de la relación, a diferencia de lo encontrado en el inicio, debido a que durante el mantenimiento la pareja ya tiene asignadas sus responsabilidades y en muchas ocasiones existen ya los hijos provocando que la dinámica de la diada sea diferente (Sánchez Aragón, 1995). Posteriormente, se encontró en dar a la pareja, el cual habla de amar, ser fiel y ser honesto, nuevamente esta categoría se refiere a los beneficios de la monogamia y fidelidad (Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013) Entre las premisas nuevas se encontró pensar en uno mismo, explícitamente se mencionó “Ser feliz” y “En su bienestar”, referente a que como se cuida la relación y a la pareja, también los miembros deben de cuidarse a asimismo y no anteponer a la pareja antes de la propia felicidad y bienestar. En México, al ser una cultura colectivista, esta premisa se puede ser vista como egoísmo porque para las culturas mexicanas primero es el grupo y después el individuo (Huppert et al., 2019), sin embargo, este resultado concuerda con Díaz Loving (2019) quien menciona que los patrones en los adolescentes podrían indicar una tendencia creciente hacia el individualismo. Por otro lado, estos resultados también se podrían deber a que los miembros de las parejas primero quieren estar bien con ellos mismos para poder ser felices con su pareja, lo que desarrollaría relaciones más sanas y positivas (Sáenz Jiménez & Trujano Ruiz, 2015).

Los participantes consideran que lo que se debe de hacer en el mantenimiento de la relación es ser compañero, respetar y amar. Con respecto a ser compañero son acciones como confiar, ser un equipo y llevarse bien, es decir, que la relación sea de calidad y cercana, la cual es una necesidad básica de los seres humanos (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2020), principalmente en las culturas colectivistas (Huppert et al., 2019). Consecutivamente, se formó la categoría de respetar que habla de ser fiel, sinceros y respetar, lo cual hace referencia a las normas y creencias alrededor de la fidelidad (Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013). Por último, se formó la categoría de amar que se refiere a dar amor, demostrar cariño, amar a la pareja. Al demostrar amor a la pareja se crean emociones como aprecio, cariño y compromiso, los cuales son reforzadores positivos que fomentan el desarrollo de lazos relacionales que promueven la permanencia y la decisión de quedarse de los individuos en una relación (Pérez Pérez & Sánchez Aragón, 2018).

Por el lado de lo que no se debe de sentir en el mantenimiento de la relación es inseguridad mencionada también con anterioridad en el inicio de la relación, estas emociones tratan de miedo a la pérdida de la pareja, la atención y los recursos emocionales (Retana Franco & Sánchez Aragón, 2008). La segunda categoría formada fue sentir desagrado hacia la pareja como es vergüenza, tristeza y envidia, las cuales afecta el autoconcepto y autoestima del miembro que lo siente, provocando dudas de las propias capacidades que tiene y el amor hacia el otro (Barba Pardo & Tigselema Segovia, 2021), por lo tanto, estas emociones desgastan a la relación y por lo que se intentan evitar.

En lo tocante a lo que no se debe de pensar, la categoría principal fue en ser infiel (Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013), la cual se ha mencionado con anterioridad en el inicio de la relación, sin embargo, en esta ocasión se mencionó la categoría de que la pareja es infiel, que se refiere a la inseguridad que se puede llegar a sentir en la relación, provocando nuevamente emociones que desgastan la relación (Vargas Flores et al., 2022).

Mientras que en lo que no se debe de hacer en el mantenimiento, los participantes principalmente mencionaron agredir emocionalmente, seguido de ser infiel y tener conflictos. Las primeras dos categorías fueron encontradas también en el inicio de la relación, sin embargo, la categoría de tener conflicto fue nueva, esto es debido a que en el desarrollo de la relación donde se empiezan a establecer las reglas para resolver problemas de la convivencia diaria (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020), por lo que se puede llegar a desplegar conflicto.

Por último, la Disolución de la pareja caracterizada por el alejamiento emocional y físico (Sánchez Aragón, 2000) arrojó categorías como que se debe de sentir la principal tristeza, que incluye emociones como melancolía, desilusión, lo cual concuerda con lo encontrado con Sánchez Aragón en el 2000 y 2018. Posteriormente, se formó la categoría de felicidad, que se compone de emociones contrarias a la primera categoría de tristeza, esto se puede deber a que existen opciones más atractivas que permanecer en la relación (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002, 2020), por lo tanto, podían sentir optimismo y con ello alegría y felicidad. La tercera categoría fue enojo, con emociones como frustración, amargura y enojo, las cuales también ya había sido encontradas con anterioridad (Sánchez Aragón, 2000, 2018), estas emociones podrán desarrollarse debido a la frustración de no poder conseguir su meta (Bisquerra, 2008).

Los participantes mencionan que se debe de pensar en los motivos de separación y en los problemas, es decir, son las creencias que se debe de pensar en las causas o razones que dieron ocasionaron el fin de la relación, así como sobre la propia responsabilidad (Sánchez Aragón, 2018), esto puede suceder porque en el rompimiento de la pareja tiende a aparecer angustia y rumia sobre los eventos que provocaron la desintegración (Marshall et al., 2013), debido a que se debe pensar en las causas o razones que dieron pie a la disolución de la relación. Asimismo, mencionaron que deben de resignarse, con palabras como pensar que es lo mejor, tomarlo con calma, aceptar la decisión y tener pensamientos positivos como pensar en el propio bienestar, en las nuevas oportunidades y en ser feliz, estos pensamientos surgen después de la rumia y la angustia que se sienten en la disolución (Marshall et al., 2013), lo cual concuerda con Sánchez Aragón (2018) que propone que las personas que experimentan un duelo romántico deben pensar en que hay que superarlo, salir adelante, ser positivo y pensar que el futuro y lo sucedido tenía un sentido para bien y que es mejor buscar a alguien que le ofrezca amor.

Mientras que los resultados obtenidos en que se debe hacer al terminar una relación fueron muy congruentes con los de pensar, la primera categoría mencionada fue avanzar, que incluye acciones como seguir adelante, olvidar, mientras que la segunda fue entretenerse, referente a -salir con amigos, trabajar-tranquilizarse -darse tiempo necesario- todo ello tiene que ver con la resignación y los pensamientos positivos (Sánchez Aragón, 2018).

En contraparte, en las emociones que se considera que no se deben de sentir, se mencionó enojo y odio, con palabras como enojo, rencor y odio, sin embargo, estas palabras también fueron mencionadas en lo que, si se debe de sentir, al igual que la categoría de tristeza, esta contradicción puede deberse a la confusión emocional que se vive (Marshall et al., 2013), que posteriormente fue mencionado dando como ejemplo culpa, confusión o temor, todas estas emociones pueden provocar depresión o ansiedad (San Molina & Arranz Martí, 2010), trastornos que la gente cataloga como negativos por lo que se intentarán evitar.

Las PHSC’s indican que las personas en la disolución de la relación no deberían de pensar que fue principalmente en el fin del mundo, referente a que es el fin de la vida de la persona, se morirá sin su ex, en el suicidio, sin embargo, esta categoría contradice la premisa de fatalismo (Sánchez Aragón, 2018), que se refiere a las creencias de que las personas deben de pensar en el suicidio y en que la vida no tiene sentido sin la pareja. Esta contradicción se puede deber a que los participantes indicaron que durante la relación se debe de pensar en sí mismo y procurando la propia felicidad, por lo que cada vez es más importante el bienestar propio.

Con respecto a lo que no se debe de hacer, la primera categoría fue tener reacciones destructivas hacia la expareja como lastimar, vengarse y pelear, seguidas de deprimirse y consumir drogas/alcohol, todas estas son acciones están muy relacionadas. La separación de la pareja provoca efectos emocionales relacionados a con los sentimientos de pérdida y fracaso, lo que podrá ocasionar depresión y en algunos casos tener reacciones autodestructivas o con la pareja (Simó-Noguera et al., 2015), sin embargo, estas reacciones son negativas por lo que las personas intenta evitar al cuidarse de sí mismo y buscar ayuda.

Comparando los resultados con las investigaciones pasadas (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 1998; Escobar Mota & Sánchez Aragón, 2013; Sánchez Aragón, 2010, 2018) se observa que hay PHSC’s que se modifican con el tiempo, pero algunas otras tienden a permanecer. En las PHSC’s que se encontraron cambios se vio que tanto hombres como mujeres creían que la confianza es la base para una relación (Sánchez Aragón, 2000) pero en la actualidad es más importante esta PHSC para las mujeres que para los hombres. Otro hallazgo es que la fidelidad es una norma importante (García Meraz, 2007), aunque actualmente las mujeres reportan que se debe de ser fiel y dar respeto en mayor medida que los hombres, lo que significa que cada vez para los hombres es una PHSC que va teniendo menor importancia. Una de las razones por lo cual las PHSC’s tienden a desaparecer es por la conformación de subgrupos (Díaz Guerrero, 2003b), un grupo que ha cambiado el concepto de fidelidad y está creciendo en la actualidad son los grupos poliamoroso (Etxebarria, 2016) por lo que ellos podrían influir en este concepto, asimismo, los hombres son menos juzgadores al realizar una infidelidad en comparación de las mujeres (Muehlenhard & McCoy, 1991), lo que podría ocasionar, que sean los que crean que la fidelidad ya no es tan importante.

Entre las PHSC’s que permanecieron fueron que las personas creen que la comunicación es esencial en las relaciones de pareja, así como que los conflictos con la pareja se deben de resolver (Sánchez Aragón, 2000), al igual que las premisas de pasión y enamoramiento se asocian al inicio de la relación (Armenta Hurtarte et al., 2014), mientras que las premisas de mantenimiento se refieren a cumplir con responsabilidades (Sánchez Aragón, 2000). Las premisas conservadas a través de estos 20 años son porque el ambiente las satisface, es decir, son reforzadas socialmente, ya sea por la religión, como es el caso de la fidelidad, o por algún provecho económico o social, así como para no producir estrés personal o interpersonal (Díaz Guerrero, 2003a). Mientras que las premisas nuevas se crearon a partir de un comportamiento exitoso, el cual se convirtió en una adaptación ambiental, lo que lo convirtió en una norma y hábito (Matsumoto, 2007).

Por último, se observó que la mayoría de las respuestas fueron dadas por las mujeres esto puede deberse a que las mujeres son quienes presentan una mayor capacidad lingüística a comparación de los hombres (Serrano Montesinos, 2008), por otro lado, fueron los adolescentes quieren más respuestas dieron comparados con los adultos mayores, debido a que el 60% de los adultos mayores sólo contaban con estudios de primaria o sin estudios formales, por lo que la capacidad lingüística se ve reducida a comparación de las personas con secundaria, como es en el caso de los adolescentes que todos ellos asistían frecuentemente a la escuela.

Se concluye que a pesar de que las PHSC’s dan las pautas a cómo se deben de comportar las parejas en momentos específicos, se ha encontrado que no siempre son constantes en la población, debido a que la educación, la edad, el sexo y el ecosistema (urbana o rural) ejercen un efecto diferencial en el apego a normas y creencias (Moreno Cedillo, 2011), por lo que el tiempo ira cambiando las PHSC’s, sin embargo, la mayoría de las premisas en este estudio permanecieron si comparamos los resultados con investigaciones pasadas, no obstante se encontraron nuevas premisas, principalmente en los adolescentes, y específicamente en el mantenimiento de la relación, como son cuidar el bienestar propio y buscar ayuda cuando se necesita.

Estas nuevas premisas hablan de la importancia de cuidar la integridad tanto física como mental del propio individuo dentro de la relación de pareja, lo que demuestra que principalmente los adolescentes están aprendiendo sobre bienestar personal, ya sea dentro de sus propios hogares o en la escuela. Estas premisas, si permanecen constantes, podrán ayudar a las personas a tener relaciones más sanas.

Como limitante del estudio, se encuentra principalmente la obtención de la muestra, la cual fue recolectada concretamente en la Ciudad de México, mientras que los adolescentes la muestra fue obtenida solamente de una escuela secundaria pública, por lo que las PHSC’s podrían cambiar dependiendo del estado del país, así como en escuelas secundarias privadas. Sin embargo, las PHSC’s obtenidas fueron comparadas con estudios realizados también en la capital del país. Por lo que se propone, en direcciones futuras, recolectar muestras de diferentes ciudades y pueblos de México para poder observar las diferencias entre regiones, así como también poder comparar entre zonas rurales como urbanas.

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1Proyecto desarrollado con el apoyo de la beca (CVU. 464222) del Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y de la Universidad Nacional Autónoma de México.

2Debido a la extensión del artículo se presentan únicamente las tres categorías principales de cada pregunta.

Recibido: 08 de Abril de 2022; Aprobado: 13 de Septiembre de 2022

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