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Acta de investigación psicológica

versión On-line ISSN 2007-4719versión impresa ISSN 2007-4832

Acta de investigación psicol vol.10 no.2 Ciudad de México ago. 2020  Epub 05-Mar-2021

https://doi.org/10.22201/fpsi.20074719e.2020.2.347 

Artículos

Apoyo Social, Autoestima y Bienestar Subjetivo en Escolares. El caso de México y Argentina1

Social Support, Self-esteem and Subjective Wellbeing in Schoolchildren. The Case of Mexico and Argentina

Norma Ivonne González Arratia López Fuentesa  2 

Martha Adelina Torres Muñoza 

Gabriela Susana Morelatoa 

aUniversidad Autónoma del Estado de México, México INCIHUSA, CONICET – Universidad del Aconcagua, Argentina


Resumen

Se analiza si la autoestima media la relación entre apoyo social y bienestar subjetivo en niños de educación básica que se encuentran en condición de vulnerabilidad social por situación de precariedad económica, en el que se realizaron dos estudios. El primero, evalúa estas variables en niños mexicanos y el segundo explora si esta asociación se da en la misma dirección en el caso de niños argentinos. La muestra total está conformada por 207 escolares, 96 niños y 111 niñas, con un rango de edad de 11 a 15 años (M= 11.93, DT= .97) todos de escuelas públicas de educación básica. Los participantes del grupo 1 son 100 niños mexicanos de ambos sexos, el grupo 2 son 107 participantes (46 niños y 61 niñas) de la ciudad de Mendoza Argentina. Aplicándose escalas de: autoestima, apoyo social familiar, afectividad positiva-negativa y de satisfacción con la vida. La asociación entre las variables fue significativa excepto la afectividad negativa, al igual que los modelos de regresión. Se comprueba parcialmente el modelo de trayectorias propuesto. Se sugiere continuar verificando el modelo, y considerar la inclusión de variables contextuales como el ambiente familiar, y académicas para explicar los factores que contribuyen en el bienestar infantil.

Palabras Clave: Apoyo Social; Autoestima; Bienestar Subjetivo; Niños; Vulnerabilidad

Abstract

Self-esteem, social support and subjective well-being are relevant variables in Positive Psychology because they are closely related to the optimal functioning of individuals. However, there is still little research that analyzes these variables together and there are no references to this in the case of children in a situation of psychosocial vulnerability. So the objective is to analyze if self-esteem mediates the relationship between social support and subjective well-being. With a cross-sectional design, two studies were carried out, the first of them, evaluates the relationship of these variables in a sample of Mexican children. The second one explores if this association occurs in the same direction in the case of Argentine children. The total sample consists of 207 schoolchildren of which 96 are boys and 111 are girls, with an age range from 11 to 15 years (M = 11.93, SD = .97) all of them from public schools of basic education. The participants of group 1 are 100 Mexican children of both sexes equally represented, and in the group 2, 107 children participate (46 boys and 61 girls) residing in the city of Mendoza, Argentina. Applying the scales of: self-esteem, family social support, positive-negative affectivity, satisfaction with life and a sociodemographic questionnaire. Descriptive analysis, correlation analysis, simple linear regression analysis and a path model were tested. The association between the variables was significant except the negative affectivity, as well as the regression models. The proposed initial model was partially verified, both in group 1 and group 2. The findings suggest to continue verifying the model, as well as considering the inclusion of contextual variables such as the family environment, and academic ones that explain the factors that contribute to the well-being of children.

Keywords: Social Support; Self-esteem; Subjective Wellbeing; Children; Vulnerability

La autoestima es una variable de personalidad importante, dado que está vinculada con la salud mental y el bienestar e influye en la adaptación a las situaciones de la vida (Montt & Ulloa, 1996). Mientras que su déficit, se expresa en problemas sociales tales como: el abuso de drogas, fracaso escolar, dificultades en las relaciones interpersonales, depresión, soledad, entre otros, y estos problemas pueden maximizarse en situaciones de vulnerabilidad social como lo es la pobreza. Se puede definir como la evaluación positiva o negativa que un individuo hace de sí mismo, y en la medida en que la persona se perciba más capaz y segura, menos susceptible es a la crítica e incluso puede responder de una manera más eficaz a las demandas del entorno (Palomar, 2015).

Respecto al apoyo social, se define como la percepción que tiene una persona de que cuidan de ella, que es estimada y que forma parte de una red de personas que se preocupan de su bienestar (Barra, 2004). En el caso particular de los niños, entre las principales fuentes de apoyo social se encuentran: la familia, los amigos y los compañeros (Valois, Zullig, Huebner & Drane, 2009). Sin embargo, también debe considerarse la calidad del apoyo social existente, en donde de acuerdo con Vega y Escobar (2009) hay que tomar en cuenta la valoración subjetiva y la disponibilidad de éste (apoyo percibido vs. apoyo recibido) y el que se refiere a los diferentes tipos de apoyo (instrumental, informativo y socioemocional), así como al grado de satisfacción con éste.

Se ha demostrado que, el apoyo social es un importante factor externo que influye en la formación de la autoestima de los individuos, tanto en poblaciones adolescentes normativas (Hoffman, Levy-Shiff & Ushpiz, 1993) como de adolescentes en situación de vulnerabilidad social (Leiva, Pineda & Encina, 2013), e incluso se ha constatado que los adolescentes que se sienten apoyados por ambos padres informan de una baja implicación en situaciones violentas (Martínez, Musitu, Amador & Monreal, 2012).

En cuanto al bienestar subjetivo, se ha comprobado que altos niveles de autoestima contribuyen a la satisfacción con la vida (Kong, Ding & Zhao, 2015). Del mismo modo, el apoyo social se asocia con el bienestar puesto que promueve emociones positivas, un sentido de valor personal, contribuye a que la propia vida sea más predecible. De hecho, actúa como un amortiguador del estrés al fortalecer la autoestima, autoeficacia y conductas relacionadas con la resolución de problemas (Barra, 2004; Chu, Saucier & Hafner, 2010; Tomyn & Cummins, 2011).

De las diferentes posturas, en este estudio se retoma a Diener y Diener (1995) y Veenhoven (1984) en el sentido de que la evaluación del bienestar subjetivo considera dos componentes: el cognitivo y el afectivo. “El componente cognitivo, se refiere a la satisfacción con la vida, la cual representa la discrepancia percibida entre las aspiraciones y logros, cuyo amplio rango evaluativo va desde la sensación de realización personal hasta la experiencia vital de fracaso o frustración. El elemento afectivo constituye el plano hedónico, es decir, el que contiene el agrado experimentado por la persona, con sus sentimientos, emociones y estados de ánimo más frecuentes” (García, 2002, p. 6). Es decir, el constructo del bienestar subjetivo lo compone la satisfacción con la vida (componente cognitivo) y el grado experimentado de estados afectivos positivo (AP) y negativo (AN) (componente afectivo) los cuales tienden a correlacionar, porque ambos elementos están influidos por la valoración que realiza el sujeto acerca de los sucesos, actividades y circunstancias en general en las que se desarrolla su vida (Padrós, Gutiérrez & Medina, 2015).

Estudios antecedentes reportan que, “tanto el apoyo social como de la autoestima resultan altamente significativos, siendo el apoyo social el predictor más importante de la satisfacción vital de los adolescentes. En conjunto ambas variables predictoras, explicarían un 52% de la variabilidad en la satisfacción vital” (San Martín & Barra, 2013, p. 290).

Relativo al contexto cultural, se ha documentado que juega un importante papel, ya que “las creencias, roles sociales, normas, expresiones de un grupo social integran lo que se denomina cultura” (Cachón, s/f, p.1). Sobre todo, cuando se investigan variables como el bienestar el cual de acuerdo con Diener y Such (200) está íntimamente ligado a los valores y las naciones tienen diferentes sistemas de valores tal y como lo refiere Hofstede (2011) en su Teoría de las Dimensiones Culturales, en la cual refiere seis dimensiones en las cuales muchas culturas se encuentran en los extremos y otras pueden compartir sus características. En su análisis Hofstede Insigths (2020) en el caso de México y Argentina se pueden analizar tanto sus diferencias como similitudes, en estas dimensiones culturales: 1) distancia al poder, la cual hace referencia a cómo los miembros menos poderosos dentro de una sociedad aceptan o esperan que exista inequidad en el poder. En Argentina la distancia de poder se encuentra en el extremo inferior de las clasificaciones en comparación con México. 2) Individualismo versus colectivismo, que tiene que ver con cómo una sociedad toma decisiones de manera independiente o sus lazos grupales son más fuertes; se coloca a Argentina en el ranking medio y México está por debajo de este. 3) Evasión a la incertidumbre explica cómo los miembros se sienten al manejar situaciones impredecibles y aquí se reporta que ambos países cuentan con puntajes similares, lo que significa una necesidad de reglas y sistemas legales elaborados para estructurar la vida. 4) Masculinidad versus femineidad, explica cómo las personas son impulsadas por la competencia y los resultados o por construir buenas relaciones y asegurar una alta calidad de vida para todos; y en ambos países presentan elementos más masculinos que femeninos. 5) Orientación a largo plazo, se refiere a qué tanto son las personas ahorrativas, cautelosas e invierten o se encuentran incentivados a gastar en el caso de Argentina cuenta con un puntaje muy bajo, muestra una cultura muy normativa, no tienden al ahorro. 6) Indulgencia, la cual examina la medida en que las personas intentan controlar sus deseos e impulsos, la medida en que las personas intentan controlar sus deseos e impulsos, en la cual ambos países caen en la categoría, sin embargo, en México el puntaje es mucho más alto.

Las investigaciones sobre bienestar en diferentes contextos, parten de la consideración universal del constructo. Sin embargo, se han observado diferencias en el comportamiento de las personas provenientes de distintos ecosistemas (Vera, Laborín, Córdova & Parra, 2007). De tal forma, que la evaluación de la satisfacción vital está determinada tanto por factores psicológicos como por factores culturales (Schimmack et al., 2002). Un ejemplo de ello son las investigaciones transculturales sobre el bienestar de Diener (2000), Casas et al. (2012) y Veenhoven (2007). Y es precisamente la escala de satisfacción con la vida de Dienner (1985) la más utilizada en la medición del constructo en diferentes culturas en la que se ha probado su equivalencia (Emerson, Guhn & Gadermann, 2017).

De igual forma, en la asociación entre autoestima y satisfacción vital, se debe tomar en cuenta que no es homogénea en diferentes sociedades, sino que, está mediada por variables de tipo cultural (Kang, Shaver, Sue, Min & Jing, 2003). Ya que determina los significados de la autoestima (Oyserman & Markus, 1993), por lo que “su conceptualización e interpretación puede ser completamente diferente entre individuos de diferentes culturas, tradiciones o valores de la sociedad” (Ortega, Mínguez & Roder, 2000 p. 56 ).

Del mismo modo, la investigación sobre apoyo social y satisfacción con la vida se ha realizado en diferentes contextos culturales, en la que se ha demostrado que los dominios de la satisfacción con la vida varían entre las culturas (Robustelli & Whisman, 2018). Y el vínculo entre apoyo social y bienestar y cómo la autoestima puede actuar como mediadora de esta relación, se ha reportado en estudiantes universitarios un ejemplo de ello es la investigación de Kong et al. (2015).

Por su parte, la investigación de Benatuil (2004) con adolescentes argentinos, reporta que los vínculos personales y la aceptación de sí mismo, son los aspectos que mejor discriminan a los jóvenes con alto y bajo bienestar, al mismo tiempo reporta que no hay diferencias según sexo y edad. Por su parte Castellá, Saforcada, Tonon, Rodríguez de la Vega, Mozobanyk y Bedi (2012) analizan el bienestar en adolescentes argentinos y brasileños, e indican que existen diferencias respecto al bienestar en niños de estos países.

Una de las debilidades en el estudio del bienestar subjetivo es que “se trata de un ámbito de estudio reciente para el conjunto de posibles líneas de explicación” (Bok, 2010, p. 40). Si bien, la investigación al respecto es amplia, puesto que “existe correlación entre el bienestar subjetivo y una diversidad de dominios, no existe la misma claridad sobre la dirección de la relación causal” (Castellanos, 2016, p. 41) en diferentes contextos. De ahí que se plantea la necesidad de inicialmente aproximarse a su estudio dada su implicación en la salud mental, cohesión y vínculos sociales (Helliwell, 2012), y la relación entre el bienestar y el nivel de ingresos (Graham, 2009; Lora, 2008).

Por lo que el presente estudio, tiene el propósito principal de someter a prueba un modelo hipotético, en el que se establecen las relaciones predictivas entre apoyo social, hacia autoestima y ésta hacia el bienestar subjetivo. Este último integrado por los componentes de la afectividad positiva (AP) y afectividad negativa (AN) y satisfacción con la vida (SV).

Para ello, se llevaron a cabo dos estudios. El primero, tiene por objetivo examinar el rol mediador de la autoestima entre el apoyo social y el bienestar subjetivo en niños mexicanos con indicadores de vulnerabilidad social. Por lo que se plantea que: 1) el apoyo social predice significativamente la autoestima, 2) la autoestima predice significativamente el bienestar subjetivo y 3) la autoestima es mediadora entre el apoyo social y el bienestar subjetivo.

En el caso del estudio 2, tiene por objetivo explorar si estás variables se relacionan de la misma forma y/o difieren en el caso de una muestra de niños argentinos, por lo que surge la pregunta: ¿cuáles factores psicológicos predicen el bienestar subjetivo en niños con indicadores de vulnerabilidad social? Estas interacciones se muestran en la Figura 1.

Figura 1. Modelo hipotético 

El hecho de realizar este estudio en estos dos países se debe a que, durante las últimas décadas, la brecha de crecimiento económico entre América Latina y Estados Unidos ha sido amplia (Turner, 2011) y entre los países latinoamericanos como México y Argentina se ha incrementado el porcentaje de población con menor ingreso, en donde se ha reportado que el 48% de la población en América Latina viven en pobreza según la CEPAL. En Argentina, de acuerdo a lo reportado por Turner (2011) “durante los años noventa la pobreza permaneció en los mismos niveles, pero sufrió un nuevo deterioro grave a principios del nuevo milenio, llegando a su nivel máximo, al afectar al 35% de los hogares y al 45% de la población” (p. 200) y tanto México como Argentina, se ha visto que la economía se ha estancado y se ha habido un retroceso, el cual está acompañado de disminución de “las condiciones económicas y sociales de sus poblaciones y de un aumento de la pobreza, de la pérdida de capacidades de sus poblaciones para poder sustentar una vida digna” (p. 204), lo cual tiene un importante impacto en el bienestar de los individuos (Palomar, 2015).

En relación a la presente investigación, lleva a suponer que, a pesar de ser países Latinoamericanos en el que se comparte el idioma, no existen estudios que analizan los efectos directo e indirectos de estas variables en niños mexicanos, y hasta donde se sabe no hay información que analice cómo se relacionan estas mismas variables en el caso de niños argentinos, por lo que, cabe preguntarse en qué medida se da ésta relación entre apoyo familiar, autoestima y bienestar subjetivo en dos países. Estos resultados permiten contribuir a la investigación en el desarrollo de estrategias de intervención, desde un enfoque de las potencialidades más que de las carencias, que sean útiles para incrementar el bienestar de los niños en condiciones de vulnerabilidad social.

Método

Estudio 1. Análisis de Relación Apoyo social, Autoestima y Bienestar Subjetivo muestra de niños mexicanos

Participantes

Se utilizó un muestreo no probabilístico de tipo intencional, en el que fueron evaluados 100 niños/as mexicanos con un rango de edad entre 11 y 13 años (M= 11.22, DT= .44) de ambos sexos, que viven en la zona metropolitana de la Ciudad de Toluca Estado de México. En cuanto al criterio de inclusión fue que sean niños considerados en vulnerabilidad social, la cual es entendida como una condición de determinados grupos sociales que los predisponen a cierta indefensión y debilitamiento de sus potencialidades y capacidades debido a dificultades en el acceso a oportunidades, lo cual se vincula a aspectos tales como precariedad en relación al trabajo y fragilidad en los soportes relacionales y apoyos sociales. La vulnerabilidad social no es exactamente lo mismo que pobreza, si bien la incluye. Esta última hace referencia a una situación de carencia efectiva y actual, mientras que la vulnerabilidad trasciende esta condición proyectando a futuro la posibilidad de padecerla a partir de ciertas debilidades que se constatan en el presente (Castel; 1995; Golovanevsky, 2007; Perona & Rochi, 2001).

Instrumentos

Se elaboró una ficha de datos sociodemográficos que incluyeron: información sobre nivel educativo de los padres y/o cuidadores, edad, sexo, escolaridad y país.

El apoyo social fue evaluado con la escala de González y Landero (2014) consta de 14 ítems, y cinco opciones de respuesta, divididos en dos dimensiones: apoyo familiar y apoyo amigos con siete ítems cada uno. Los autores reportan una varianza de 66.09% y un alfa de Cronbach de 0.918. Aplicándose sólo la dimensión apoyo familia, que consta de 7 ítems con cinco opciones de respuesta la autora.

La autoestima fue medida con la escala de González Arratia (2011) de 25 ítems y 4 opciones de respuesta (4 = Siempre; 3 = Muchas veces; 2 = Pocas veces; 1 = Nunca). Con seis dimensiones: yo, familia, fracaso, trabajo intelectual, éxito y afectivo-emocional, explica el 44.72% de varianza total y una confiabilidad que va de .80 a .90 entre las dimensiones. La puntuación va de 25 a 100 y se interpreta que a mayor puntuación mayor nivel de autoestima.

El bienestar subjetivo fue medido con base a lo referido por Diener, por lo que engloba las respuestas evaluadas de la escala de afecto positivo (AP) y afecto negativo (AN) con la escala PANAS y la escala de satisfacción con la vida (SV). Respecto a la Escala de Afecto Positivo y Negativo (PANAS) (Watson et al., 1988) se compone de dos escalas con 20 ítems en total, de los cuales 10 ítems tienen el objetivo de medir el afecto positivo (AP) y los otros 10 el afecto negativo (AN). Los ítems describen adjetivos asociados a sentimientos y emociones habituales, están en un formato tipo Likert y 4 opciones de respuesta que van de 0 (muy ligeramente o nada en absoluto) a 4 (extremadamente). La consistencia interna fluctúa entre 0.86 a 0.90 para la escala del Afecto Positivo (AP) y de 0.84 a 0.87 para la del Negativo (AN) (Watson et al., 1988). Se ha reportado que la correlación entre los dos afectos (positivo y negativo) es baja, entre r = -.12 y r = -.23.

El componente cognitivo del bienestar fue evaluado con la escala de Satisfacción con la Vida (SV) de Diener, Emmons, Larsen y Griffin (1985), que consta de cinco ítems que evalúan la satisfacción con la vida a través del juicio global que hacen las personas sobre esta. Para el presente trabajo se utilizó la traducción al castellano de Atienza, Pons, Balaguer y García-Merita (2000), con 7 opciones de respuesta con el 58.6% de la varianza y un alfa de Cronbach de 0.87.

Procedimiento

Se utilizó un diseño de tipo transversal correlacional. A todos los participantes se les explicó el objetivo de la investigación y los instrumentos fueron aplicados por los investigadores previa autorización de la institución y del consentimiento informado de los padres y/o tutores y todos los evaluados participaron de manera voluntaria, anónima y confidencial, siguiendo los estándares éticos que indica la Asociación Americana de Psicología (APA, 2010). El protocolo de investigación ha sido aprobado por el comité de ética de la U.A.E.M con el registro 4645/2019SF. Las aplicaciones se realizaron en las respectivas aulas en dos sesiones, de manera colectiva en un tiempo aproximado de 30m minutos cada una. En algunos casos de manera individual con la finalidad de completar las aplicaciones.

Análisis de datos

Se llevaron a cabo análisis descriptivos (media y desviación estándar) y se evaluó el grado de relación con la prueba r de Pearson, así como análisis de regresión lineal simple, para determinar la viabilidad del modelo. Para examinar la estructura del modelo hipotetizado, se llevó a cabo el modelo con el método de Máxima Verosimilitud debido al tamaño de la muestra de acuerdo a las recomendaciones de West, Finch y Curran (1995). Se examinó la hipótesis con un modelo de trayectorias y de acuerdo a lo recomendado por Abad, Olea, Ponsoda y García (2011) se consideraron distintos indicadores para evaluar el modelo. Así, y debido a la sensibilidad del coeficiente Chi cuadrado al tamaño de la muestra, también se utilizaron otros índices de ajuste (Batista & Coenders, 2000) que son: GFI, AGFI, NFI y CFI con valores iguales o superiores a .95, el índice de RMSEA valores inferiores a .08. Todos los análisis se realizaron en el programa IBM SPSS y AMOS versión 23.

Resultados

En la tabla 1, se presentan los puntajes promedio de cada una de las variables evaluadas, las cuales sugieren un nivel moderado de AS y de autoestima total, así como alta afectividad positiva, moderada afectividad negativa y en el caso de la SV de acuerdo con Diener et al. (1985) se interpreta que están en un nivel de satisfechos. Respecto a los coeficientes de correlación, se observa que el apoyo social está positivamente asociado con la autoestima, el AP y la SV e inverso con el AN. Esto es que, mayor autoestima está asociada con mayor nivel de bienestar subjetivo. En el caso del AN no hay asociación con autoestima ni con AP. Es importante destacar que los valores de los coeficientes más bajos están entre las variables de afectividad positiva y negativa (ver Tabla 1).

Tabla 1. 
Datos descriptivos y correlaciones entre las variables en el grupo 1 (muestra mexicana) 

1 2 3 4 5 M DT Alfa
1.Apoyo social 1 4.30 .69 .833
2.Autoestima .43** 1 2.92 .26 .686
3.AP .21* .38** 1 34.62 7.27 .772
4.AN -.21* -- -- 1 20.03 7.12 .827
5.Satisfacción con la vida .42** .44** .41** -.22** 1 28.50 5.30 .712

Nota: * p=-05, **p=.01

Para comprobar las hipótesis 1 y 2, se utilizó el análisis de regresión lineal simple. Se incorporó la variable autoestima (variable predictora) y apoyo social (variable criterio) el cual resultó significativo (β=.43, p=.001, t= 14.81). Posteriormente, la autoestima (variable criterio) y las variables de bienestar subjetivo fueron introducidas una por una como variable predictora, en el caso del AP y SV fueron significativos (β=.38, p=.001, t=4.15; β=.44, p=.001, t=4.83 respectivamente), mientras que la variable AN no alcanzó a ser significativo (β= - .15, p>05, t= -1.5). En cuanto al apoyo social, incide sobre la satisfacción con la vida de manera positiva significativa (β=.42, p=.01, t=4.6), mientras que el apoyo social con AP y AN su asociación es menor (β=.21, p=.03, t=2.12 y β=-.21, p=.03, t=2.19).

Con base en lo anterior, se procedió a comprobar el modelo y siguiendo las recomendaciones de Abalo, Rial, Varela y Levy (2006) se consideró pertinente “examinar por separado la bondad de ajuste del modelo para cada grupo” (p. 260) y explorar si el modelo de base presenta un buen ajuste en ambas muestras. Para el cálculo del modelo las variables observables se incorporaron (AStotal y AUTESTotal) y el factor latente BS, el cual se compone de tres variables (AP, AN y SVTotal). Para determinar la bondad de ajuste del modelo, se optó por el Método de Máxima Verosimilitud.

En el caso del grupo 1, se encontró un efecto directo significativo del apoyo social hacia la autoestima (β=.44, p<.001) además la autoestima se relaciona de manera positiva con el AP y la SV (β= .56, p=<.001 y β=.77, p=<.001 respectivamente) e inversa con AN (β=-.28, p=<.001). Con el objetivo de que los modelos sean parsimoniosos se decidió usar sólo con el puntaje total de todas las escalas. En la Tabla 2, se presentan los índices de bondad de ajuste y en la figura 2 se muestran la representación gráfica de los modelos, los cuales incluyen los parámetros estandarizados obtenidos para cada grupo, de este análisis se observa que los índices mostraron que no hay ajuste del modelo. En virtud de ello, no se efectúo el análisis multigrupo, por lo que se acepta parciamente la hipótesis 3 (ver Tabla 2 y Figura 2).

Tabla 2. 
Índices de bondad de ajuste para el modelo del grupo 1 

CMIN DF p CMIN/DF GFI AGFI NFI CFI RMSEA AIC
Grupo 1 México 14.18 5 .015 2.83 .944 .833 .836 .880 .136 34.18

Figura 2. Parámetros estandarizados para el modelo hipotetizado para grupo 1 y grupo 2 

Estudio 2. Análisis de Relación Apoyo social, Autoestima y Bienestar Subjetivo muestra de niños argentinos.

Participantes

Para este estudio se seleccionó una muestra intencional de niños que residen en la ciudad de Mendoza Argentina, la cual está conformada por 107 participantes, el 43% son niños y 57% son niñas, con un rango de edad de 11 a 15 años (M= 12.59, DT= .86) y todos asisten a escuelas públicas de gestión estatal y pertenecen a contextos socialmente vulnerables. En países como Argentina el incremento de las desigualdades y condiciones laborales desfavorables, aumentan el grado de vulnerabilidad de los niños/as y sus familias, lo que conllevan a condiciones sociales de desigualdad y disminución de las oportunidades para su desarrollo (Ison, Greco, Korzeniowski & Morelato, 2015).

Instrumentos

Para este estudio, fueron aplicados los instrumentos que se describieron en el estudio 1.

Procedimiento

Se llevó a cabo un diseño transversal exploratorio y de tipo instrumental. Previo a la realización del estudio 2, y en virtud de que la escala de autoestima y apoyo social no han sido aplicadas en muestras argentinas, por lo que fue indispensable demostrar su uso en otros contextos y que fuera posible el uso de los instrumentos en ambos grupos. Si bien se trata de dos naciones hispanoparlantes y se comparte el idioma español, se siguieron las recomendaciones de Vandenberg y Lane (2000) y de Carretero-Dios, y Pérez (2005) 1) se realizó una revisión de las escalas mexicanas de autoestima y apoyo social, así como las escalas de satisfacción con la vida y AP-AN, esta revisión fue respecto a su equivalencia lingüística, respecto a los matices del lenguaje (Callegaro, Figueiredo & Ruschel, 2012,) la cual fue realizada por parte de los investigadores de ambos países, y así poder garantizar que las instrucciones y los ítems fueran comprendidos. 2) A partir de esta revisión, se consideró que no era necesario hacer una adaptación.

Posteriormente, se obtuvo la autorización de la institución y el consentimiento informado por parte de los padres. Todos los participantes se les explico el objetivo de la investigación y los instrumentos fueron aplicados por la investigadora coautora de este estudio, las cuales fueron en dos sesiones, de manera colectiva y en sólo algunos casos fue de manera individual, en un tiempo aproximado de 30 minutos cada una. Los análisis se realizaron con el programa IBM SPSS y AMOS versión 23.

Análisis de datos

Se realizaron análisis factoriales exploratorios (AFE) y confirmatorios (AFC) multigrupo para cada una de las escalas aplicadas para mostrar la equivalencia de las mismas ya que se dispone de grupos de tamaño similar, iniciando con el modelo de medición equivalente para el grupo 1 y 2, con el método de máxima verosimilitud y se tomaron en cuenta los índices de ajuste comparativo (CFI), de Tuckey-Lewis (TLI) así como la raíza cuadrático medio de aproximación (RMSEA). También se realizaron análisis descriptivos y de correlación r de Pearson para determinar el grado de asociación entre las variables. Adicionalmente se realizó un análisis de regresión lineal múltiple y se hizo el análisis de trayectorias con el método de estimación ML. Los análisis se hicieron con el programa IBM SPSS y AMOS versión 23.

Resultados

Primero se realizaron análisis descriptivos, los cuales mostraron que las puntuaciones totales indican: alto apoyo social, baja autoestima, alta afectividad positiva, moderada afectividad negativa y se consideran satisfechos con su vida (ver Tabla 3).

Tabla 3. 
Datos descriptivos y correlaciones entre las variables en el grupo 2 (muestra argentina) 

1 2 3 4 5 M DT Alfa
1.Apoyo social 1 4.26 .73 .827
2.Autoestima .37** 1 2.72 .24 .613
3.AP .29** .32** 1 34.18 7.30 .768
4.AN -.27** -- -- 1 19.16 7.15 .844
5.Satisfacción con la vida .30** .34** .20* -.20* 1 27.82 5.33 .699

Nota: * p=-05, **p=.01

Para tener evidencia y determinar si los instrumentos son aplicables a la muestra de niños argentinos, se realizaron AFE, con rotación ortogonal de tipo varimax de forma independiente para cada una de las escalas, para revisar cómo saturaban los ítems de acuerdo a la versión original. Se encontró que de la escala de autoestima las cargas factoriales, superiores a .40 sugerían se retuvieran 3 factores de los 6 originales, el resto de las escalas se mantuvieron en 1 como es el caso de apoyo familiar y satisfacción con la vida y de 2 factores para la escala PANAS, así como fiabilidad total aceptable de todas las escalas. De lo anterior, se consideró que se mantiene la estructura original en las escalas excepto en la de autoestima. Teniendo en cuenta esto, pero con la finalidad de analizar la posibilidad de que los constructos evaluados sean equivalentes en ambos países, se efectúo un AFC para cada escala siguiendo las recomendaciones de Abalo, Lévy Mangin, Rial y Varela (2006) en la que se plantea que “la misma estructura factorial es aplicable a distintos grupos de sujetos” (p. 259) y que Abalo et al. (2006) también exponen que “bajo la asunción de que un mismo instrumento opera de la misma manera para cada grupo suponiendo que en todos los casos el constructo medido tiene la misma estructura teórica” (p. 269). A partir de lo anterior, se llevaron a cabo AFC multigrupo para cada una de las escalas para contrastar la invarianza de los instrumentos de medida, usando para ello el método de estimación de ML. El análisis preliminar, mostró que para la escala de autoestima para cada uno de los grupos (muestra mexicana- muestra argentina) arrojaron un mal ajuste en los diferentes índices (p= .000). En el caso de la escala de apoyo social el modelo platea una probabilidad asociada a X2 menor a .05 por lo que no se puede confirmar la equivalencia entre los grupos. En el caso de la escala de satisfacción con la vida a pesar de que el índice GFI es relativamente alto, no ajusta el modelo para ambos grupos. Por último, la escala de afectividad positiva-negativa no mostró índices de ajuste adecuados.

Una vez realizados estos análisis, la solución factorial multigrupo resultante refuerza el hecho de que la solución es inadmisible, por lo que el uso de las escalas en el caso de específico de la muestra de niños argentinos al parecer se presentan problemáticas respecto a su uso, dado que los valores mostrados se encuentran por debajo de lo esperado por lo que no pudo ser demostrada la invarianza métrica para las escalas de apoyo social, autoestima y bienestar subjetivo (satisfacción con la vida y afectividad positiva-negativa) por lo que “se asume que la relación entre los factores del modelo varía significativamente” (Abalo et al., 2006, p. 259).

Si bien, se observó una falta de equivalencia entre las mediciones, se optó por explorar la posible tendencia de asociación entre los constructos evaluados, por lo que se llevó a cabo el mismo procedimiento que en el estudio 1, en el que indica que el apoyo social incide sobre la autoestima de manera significativa (β=.37, p=.001, t= 4.11). A su vez, la autoestima resultó ser un predictor del AP y de la SV respectivamente (β=.32, p=.001, t= 3.5; β=.34, p=.001, t= 3.6) mientras que con AN no fue significativa (β= -.08, p>.05, t= -.88). Respecto a apoyo social, se encontró que incide sobre la SV de manera positiva significativa (β=.30, p=.002, t=3.19), así como con el AP (β=.29, p=.002, t=3.14) y AN de manera negativa (β=-.27, p=.04, t=2.91).

En este estudio, se pueden observar que la secuencia del apoyo social hacia la autoestima resulto ser significativa (β=.38, p<.001). Además, la autoestima también se asocia de manera positiva significativa con AP y la SV (β= .45, p=<.001 y β=.50, p=<.001 respectivamente). La asociación entre la autoestima con la variable AN no es significativa (β= -.19, p>.05). Por último, el apoyo social se asocia de manera positiva con el BS a través de su relación con la autoestima la cual se considera baja (β=.19, p<.001).

Tabla 4. 
Índices de Bondad de ajuste para cada modelo para la invarianza factorial de las cuatro escalas Mexico-Argentina 

Escala Modelo X2 gl p X2 /gl GFI AGFI TLI CFI RMSEA
Aut Sin restricciones 101.180 28 .00 3.614 .871 .741 .731 .820 .114
Configural 106.857 34 .00 3.143 .868 .782 .779 .821 .103
Métrica 107.417 35 .00 3.069 .867 .787 .787 .822 .101
Escalar 120.932 42 .00 2.879 .859 .812 .806 .806 .096
Apoyo social Sin restricciones 84.147 28 .00 3.005 .881 .763 .832 .888 .100
Configural 103.207 34 .00 3.035 .861 .771 .830 .862 .100
Métrica 103.378 35 .00 2.954 .861 .778 .837 .864 .098
Escalar 117.629 42 .00 2.801 .849 .799 .849 .849 .094
SV Sin restricciones 32.372 10 .00 3.237 .947 .840 .790 .895 .105
Configural 53.386 14 .00 3.813 .911 .810 .735 .815 .118
Métrica 53.710 15 .00 3.581 .911 .821 .757 .818 .113
Escalar 58.832 20 .00 2.942 .904 .856 .817 .817 .098
AP/AN Sin restricciones 570.111 338 .00 1.687 .799 .750 .747 .775 .058
Configural 601.573 356 .00 1.690 .791 .753 .746 .762 .058
Métrica 601.872 359 .00 1.677 .790 .755 .751 .764 .058
Escalar 625.135 379 .00 1.649 .784 .760 .761 .761 .057

Nota: Muestra total N=207

Tabla 5. 
Índices de bondad de ajuste para el modelo del grupo 2 

CMIN DF p CMIN/DF GFI AGFI NFI CFI RMSEA AIC
Grupo 2 Argentina 16.25 5 .006 3.25 .942 .825 .728 .774 .148 36.25

Discusión

El objetivo del presente estudio fue determinar si la autoestima media la relación entre el apoyo social y el bienestar subjetivo en niños mexicanos y en un segundo estudio se explora si se da la misma relación en el caso de niños argentinos. Los datos descriptivos indican que, en el caso de los niños del grupo 2, los puntajes promedio son ligeramente menores en todas las variables evaluadas respecto a la muestra del estudio 1. Adicionalmente, en el caso de los niños argentinos, respecto a SV, los valores aquí obtenidos en las medias son menores a lo reportado en otros estudios con muestras argentinas (Moyano et al., 2013) por lo que es necesario analizar si estas diferencias se deben a la variable edad o bien, a otros factores que influyen en la evaluación de la satisfacción.

Respecto a las correlaciones halladas, estas fueron significativas lo cual coincide con el estudio de San Martín y Barra (2013) a lo que hay que señalar que la magnitud de la relación de nuestro estudio entre las variables autoestima y SV y apoyo social y SV, se encuentran por debajo a lo reportado por San Martín et al. (2013). Cabe destacar que, en el caso de este estudio, también es coherente con San Martín et al. (2013) en el sentido de que, es la variable autoestima la que presenta una asociación de mayor magnitud con la satisfacción vital y que esta relación era más acentuada en culturas individualistas (Kang et al., 2003).

Siguiendo con lo anterior, para el grupo 1 las correlaciones oscilaron entre r=(100) .21 a r=(100) .44, mientras que en el grupo 2 fueron de r=(107).20 a r=(107) .37. Si bien, resultaron según lo teóricamente lo esperado, estos datos sugieren una relación relativamente desigual según el grupo de referencia. Esto lleva a considerar lo referido por Barra (2004) ya que se han observado ciertas variaciones de “las correlaciones entre estas variables, lo cual, depende del grupo de adolescentes donde se haga la medición”. Sin embargo, se requiere de un análisis comparativo exhaustivo para determinar si es el contexto cultural lo que propicia estas diferencias.

De los análisis de regresión realizados en cada estudio, también los resultados se presentaron según la expectativa plateada, y fue de modo similar en ambos grupos. Esto permitió continuar con la comprobación del modelo hipotetizado. Tanto en el grupo 1 como en el grupo 2, los índices de ajuste mostraron que el modelo no ajusta, por lo que se comprueba parcialmente la hipótesis planteada en cuanto a que el apoyo social es un predictor de la autoestima y ésta del bienestar subjetivo. Sin embargo, este modelo no contradice lo expuesto por San Martín y Barra et al. (2013) además de que según Batista y Coenders (2000) no significa que sea el único posible ni el mejor, por lo que es pertinente continuar analizando en conjunto estas variables y su grado de contribución para la explicación del bienestar subjetivo en el caso de los niños frente a circunstancias de vulnerabilidad social y condiciones económicas precarias.

Si bien el objetivo principal no es mostrar la equivalencia métrica de las escalas, fue un requisito necesario para tener una primera aproximación para la comprensión de las relaciones entre las variables en dos grupos, para lo cual se llevó a cabo un análisis parcial de la invarianza. De esta, se encontró que el ajuste del modelo no es satisfactorio, por lo que se concluye que la estructura factorial no es homogénea en las muestras bajo estudio. Lo que quiere decir que la estructura del modelo para los mexicanos y los argentinos es distinta.

Por tanto, la evaluación conjunta no nos permite hacer comparaciones, debido a que las medidas del instrumento no son comparables entre los diferentes grupos, y cualquier diferencia encontrada en términos de puntajes grupales o patrones de correlaciones con variables externas, son los errores de medición más probables y así no reflejan las diferencias reales entre grupos (Tanzer, 2005). Por lo que los resultados aquí obtenidos hay que tomarlos con precaución y son sólo una aproximación a la comprensión de la posible relación y efectos directos entre las variables bajo estudio. Esto hace suponer que se requiere de continuar analizando si las diferencias o las similitudes se deben al contexto de referencia y no a otras variables confusoras que expliquen con mayor precisión la afinidad o discrepancia entre ambas naciones.

Lo anterior coincide con la investigación de Wiese, Tay, Su y Diener (2018) en el que examinaron la invarianza de la escala de salud psicológica positiva en 10 países distintos entre ellos México y Argentina. Sus resultados mostraron que la solución factorial para estos países fue inadmisible el modelo, ya que obtuvieron una matriz de covarianza no definida y explican que “esto puede indicar una dependencia lineal” (Wiese et al., p. 139).

A partir de los resultados del presente estudio, será importante tomar en cuenta que esta falta de equivalencia métrica puede deberse a varias razones. 1) Variación del muestreo, es decir que a pesar de que se consideraron los mismos criterios de inclusión, exclusión y eliminación de los participantes, requieren ser refinados dado que pueden ser muestras heterogéneas y no permiten su contrastación. 2) Variación en las aplicaciones, sobre este punto es posible que las condiciones en las que se llevaron a cabo las aplicaciones requieran de mayor control experimental con la finalidad de que disminuyan las variaciones y sean más consistentes. 3) Adaptación de los instrumentos, respecto al procedimiento de revisión previa de los instrumentos es importante continuar revisando todas las escalas, así como llevar a cabo entrevistas previas en cuanto a la comprensión de los ítems. 4) Tamaño de la muestra, con el objetivo de realizar más análisis, se requiere de ampliar la muestra que permita la comparación entre los grupos de interés y “garantizar que los constructos tienen una estructura similar y que las diferencias se deben al comportamiento en sí mismo y no a diferencias en la medición (Lévy-Margin & Iglesias, 2006, p. 314 ). Lo anterior, lleva la necesidad de realizar análisis alternativos más rigurosos en lo que se impongan restricciones que deberán ser igualados para logar un mejor ajuste (Abad et al. 2006) así como es aconsejable utilizar un “muestreo aleatorio estratificado que contribuya a controlar algunas diferencias culturales” (Vergara & Balluerka, 2000, p. 558 ) considerar mayor control de sesgos siguiendo las recomendaciones de van de Vijver y Poortinga (1992) así como avanzar con el uso de análisis estadísticos rigurosos para contar con medidas sensibles, válidas y confiables que permitan la explicación del comportamiento humano en sus diferentes contextos.

No obstante, este estudio permite observar que la relación de estas variables tiene un considerable efecto por lo que se debe tomar en cuenta como factores que pueden fortalecer el bienestar. Adicionalmente y debido a que son escasos los estudios que verifican el rol mediador de la autoestima entre el apoyo social y el bienestar, estos hallazgos son relevantes para el contexto hispanoamericano, debido a que se conforman como un antecedente para futuros estudios encaminados al desarrollo de investigación transcultural.

De manera general, se concluye que este puede ser considerado como un modelo que permite una aproximación inicial, el cual se requiere de continuar comprobando el efecto de las variables, y profundizar aún más en su estudio con la finalidad de evaluar los efectos directos e indirectos y contar con mayor evidencia empírica. Si bien, las variables estudiadas son teórica y empíricamente relacionadas entre sí, es necesario considerar estos resultados con cautela, debido a que existen importantes fuentes de sesgo, por lo es indispensable contar con mayor precisión en la medición de cada uno de los constructos. Lo principal es que los datos no permiten comprobar la equivalencia métrica de las escalas, lo que lleva al reto de precisar con mayor rigor la adecuación de la medición a la población meta y así obtener mayor evidencia de validez de las escalas en otros contextos que permitan comprobar las posibles diferencias y/o similitudes entre ambos, lo cual será motivo de análisis en un futuro estudio.

Finalmente, debido a la relativa estabilidad de las variables, la estrategia a seguir será realizar estudios longitudinales, que permitan dar un seguimiento para verificar si la autoestima y la afectividad positiva-negativa, y la satisfacción varían por efecto de la edad y el sexo, sobre todo en el periodo de la adolescencia. Derivado de lo anterior, se platea la necesidad de replicar el estudio en una muestra amplia y sobre todo estos resultados permitirán generar estrategias para elevar el nivel de bienestar de grupos vulnerables especialmente de los niños.

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1El presente estudio forma parte de los proyectos “4222/2016ST y 4645/2019SF” Registrados y Avalados por la Universidad Autónoma del Estado de México y comité de Ética de CICMED-UAEM.

Recibido: 07 de Octubre de 2019; Aprobado: 06 de Marzo de 2020

2Correspondencia: Dra. Norma Ivonne González Arratia López Fuentes, correo electrónico: nigalf@yahoo.com.mx., nigonzalezarratial@uaemex.com.mx. Dirección: Mariano Matamoros Sur 706, Colonia Francisco Murguía, Toluca, Edo. de México, C.P. 50130.

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